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Autor Tema: La boda (One-shot)  (Leído 3910 veces)

DarkHime
« en: Mayo 21, 2011, 01:09 am »

La boda (One-shot)
« en: Mayo 21, 2011, 01:09 am »
Sin más:


La boda.


Era todo tan bonito.

La novia era hermosa. Ataviada con aquel vestido blanco que la hacía ver lo pura que era. Ese blanco que significaba pureza total… aunque la palomita tuviera fama de haber andado con todos en el barrio en donde vivía y en los barrios vecinos, oh, pero eso no importaba, porque el novio estaba muy enamorado… aunque no hacía mucho tiempo le había jurado amor eterno a la vecina de su futura esposa, así que no tenían gran cosa de novios…

 Pero eso no importaba, no, porque ahí estaban ahora, él, elegantemente vestido con un costoso traje de ceremonia… el que seguramente había rentado en la tienda de smoking y trajes de la pequeña ciudad, de pie al lado del altar que lucía esplendoroso con esos adornos florales que los padrinos habían pagado… porque ciertamente sin error de opinión, se habían conseguido padrinos para que pagaran todos los gastos de la boda. Padrinos de templo, padrinos de aros, padrinos para arreglos florales, padrinos de banquete, padrinos de música, padrinos y más padrinos, reduciendo así el costo para los familiares de los novios.

Así, él, lo más atractivo que jamás se ha visto, la esperaba al lado del altar y ella, caminando por el pasillo de la pequeña iglesia… porque no pudieron conseguirse padrinos de mejor posición y éstos habían rentado aquel pequeño templo, puesto que uno más grande les costaba mucho más, se dirigía a la invitadora mano que tendida hacia ella, la inducía a llegar de manera apremiante al lado del novio, el que finalmente con una sonrisa amplia en el rostro, la recibió y ahora ambos se sentaron en dos acojinadas sillas que, situadas enfrente del religioso, dejaban ver un agradable y bello cuadro de los… enamorados.

Sí, era todo tan bonito…

Y hubiera continuado siendo bonito si no fuera por una chica que de entre los reunidos allí para presenciar la ceremonia, se levantó de su lugar y en un tono de voz alto y amable, dijo cuando el religioso preguntó si alguien conocía algún impedimento para que esa boda se realizara:

— ¡Yo me opongo a esta boda!

Un alto murmullo se elevó primero sorprendido y después preocupado cuando miraron a la chica, reconociendo en ella a la vecina de la novia, sacar del bolso un arma de fuego.

— ¡No se muevan! —gritó la chica y su voz siguió siendo amable, incluso, una enorme sonrisa podía verse en sus labios.

La chica salió de la fila en donde había estado sentada sin dejar de apuntar a los que tenía más cerca de ella, cuidándose de un ataque sorpresivo.

— ¡Hija mía!— exclamó el religioso tratando de que volviera todo a la normalidad — ¡Estás en la casa del señor! ¡Guarda esa arma!

— ¡No soy su hija, señor! —La chica le apuntó con el arma y su sonrisa murió — ¡Vuelva a llamarme hija suya y le vuelo la cabeza! —Apuntó enseguida a los novios cuando el religioso se echó hacia atrás por completo acobardado — ¡Ustedes! — les ordenó sin dejar de apuntales —salgan del templo, ¡Vamos! ¡Muévanse!

— ¡Deja de hacer esto! —Pidió el novio muy valiente.

— ¿Qué deje de hacer qué? — Preguntó la desquiciada con dulzura — ¿Cómo detener el efecto de una causa que fue producida por una mala acción? En este momento soy peor que la más despiadada de las tormentas. ¿Tú puedes detener una tormenta de esa magnitud? No, ¿verdad? Y en el mundo de esta tormenta, no hay nadie más que ustedes… y cualquiera que intervenga.

Y como se veía terriblemente amenazadora, con su mirada destilando locura, nadie intervino, esperanzados quizás, a que la demente chica que ya conocían y sabían que era tranquila, dulce y buena, recapacitara.

— ¡Vamos! —Gritó la conocida como buena chica — ¡Salgan del templo!

Y para dejarles ver que no estaba jugando y que en verdad había enloquecido, disparó el arma y la bala dio en el brazo del novio. Todos gritaron adentro del templo y miraron horrorizados como el novio era sacudido hacia atrás por el impacto. La novia lloró y se miró su propio brazo salpicado de la sangre de su novio.

El novio no llegó a caer. Horrorizado se miró el brazo y luego miró a la demente.

— ¡Por favor! — Pidió con voz entrecortada — ¿Por qué haces esto?

— ¿Por qué? — preguntó la desquiciada entre dientes, preparándose de nuevo a disparar.

— ¡Está bien! — Gritó pálido el novio, bastante asustado — Delante de todos reconozco que te hice mucho daño. Jugué con tus sentimientos. Me burlé de ti delante de muchos e incluso dije delante de otros, cosas desagradables de ti… ¡Pero ya te pedí perdón por enamorarte de esa manera vil!

— ¡Ja! ¿Me pediste perdón pero has vuelto a burlarte de mí? ¿Dónde quedó ese “te esperaré toda la vida porque te amaré para siempre”? ¡Hipócrita! ¡Fuera de aquí los dos! ¡No se preocupen, ya los casaré yo!

Y comprobado ya que sí les dispararía, ellos se movieron con rapidez bajo las impotentes miradas de los presentes que pudiendo intervenir, no lo hicieron por temor a arriesgar sus vidas.

No fue sino hasta que la demente hizo subir a su auto a los novios y alejarse a velocidad del lugar, que alguien llamó a las autoridades, pero como si todo estuviera de parte de la desquiciada… o más bien porque las autoridades siempre eran lentas en lugares como esa pequeña ciudad en donde nada novedoso pasaba y mucho menos esta clase de cosas, el vehículo de la desquiciada, con el pálido novio tras el volante, la novia a su lado y la dueña del auto en la parte de atrás, llegó al destino que la demente había preparado para los tres.

Una pequeña casita fabricada con pura madera y apartada de toda civilización que contaba con una cochera cerrada. Así que al ingresar a la cochera, el auto de la demente quedó oculto y los tres quedaron por completo incomunicados de todo el mundo.

La desquiciada condujo a los novios a la pequeña salita de la casa y éstos pudieron observar que por todo el lugar había diferentes tipos de flores, además de eso, había un pequeño altar en medio de la sala y unos peluches… osos, perros, gatos, muñecas, muñecos, elefantes y otros animalitos, ocupaban cada uno, una silla formadas en dos filas y de frente al altar.

— ¿No les gusta el escenario de su boda? — Les preguntó ella a los asustados novios que, sin poder hacer nada para escapar, por sentirse amenazados por el arma que en todo momento les apuntó, negaron enérgicamente con movimientos de cabeza — ¡Aaah! ¿Cómo que no les gusta? ¡Duré todo un día para arreglar esto, mal agradecidos! ¡Hasta les conseguí invitados! Volveré a preguntarles, ¿les gusta el escenario de su boda?

Ahora ellos afirmaron con la cabeza y ese sí enérgico logró que la demente riera muy… feliz.

—Muy bien. Ahora vayan frente al altar.

Ellos obedecieron sin réplicas. Tenían la esperanza de que los dejara en libertad cuando se cansara de jugar con ellos… cuando ella decidiera que su venganza estaba cumplida. Y lo peor que hicieron, fue pensar que esto era un juego.

La desquiciada tomó del respaldo de unas de las sillas, un tipo de hábito religioso y se lo puso bajo la sorprendida mirada de los novios, quienes solamente se miraron comunicándose con la mirada lo que pensaban de la demente.

Ella estaba más que loca.

—Muy bien —murmuró ella colocándose enfrente de ellos del otro lado del altar —han de disculpar. Invité a muchos y no alcanzaron las sillas, así que no les importa que el servicio se oficie con ustedes de pie, ¿verdad? Prometo no alargar mucho esto.

—No nos importa — dijo por fin él con voz apagada — pero ¿puedes darte prisa? Necesito ir al hospital. Sigo perdiendo sangre…

—Ah, sí. Esa herida —sonrió mirando el brazo del novio — No te preocupes, esto será rápido y dentro de poco, ya no te dolerá y dejarás de perder sangre. Bien, comencemos…

Así, comenzó ella a recitar una larga letanía que había escuchado oficiar en algunas bodas a las que había asistido. Entonces, después del larguísimo monólogo…

—Ahora, vienen los votos entre ustedes. Aquí escrito está lo que se deben decir — les mostró una hoja donde estaban escritos los votos que cada uno diría — El novio empieza.

—Yo, Fulano de Tal, te acepto a ti, Mangana de Tal, como mi legítima esposa…

Un balazo lo interrumpió. La bala dio en el otro brazo. Ambos gritaron por la sorpresa y el novio también por el dolor y la novia por el susto. El novio se miró el brazo que había sido herido casi a quemarropa. La novia lloró, sino a gritos, sí fuertemente.

— ¡Maldita! — dijo el novio entre dientes mirando ya con odio a la demente.

— ¡Continúa! — Ordenó ella sin compasión — ¡Hazlo si no quieres que la mate!

El llanto de la novia se incrementó y él no tuvo más remedio que continuar con voz muy dolida.

—… Estar juntos en lo bueno y lo malo, en la salud y la enfermedad, en la carencia y la prosperidad…

Otro balazo, ahora en un costado, también casi a quemarropa por la corta distancia entre ellos y la desquiciada, volvió a interrumpirlo. La novia gritó con fuerza, visiblemente histérica. En esta ocasión el novio se dobló y la novia tuvo que sostenerlo para que no cayera por completo.

— ¡Por favor! —Pidió la novia con voz ahogada por el llanto y la histeria, mirando a la demente con súplica— ¡Déjanos ir! ¡Prometemos no levantar cargos!

—Debes continuar —ordenó ella inclemente — ¡Qué lo haga o ya mismo los mato a los dos!

Haciendo un supremo esfuerzo, él se enderezó lo que pudo y con voz aún más apagada y temblorosa, siguió leyendo:

—… Amarte y respetarte todos los días de mi vida, hasta que la muerte nos separe…

Un balazo más, en el otro costado lo silenció. Esta vez, la novia no pudo evitar que el novio cayera al suelo, pero éste no llegó a perder el sentido.

—pongámoslo en una silla —ordenó la desquiciada arrimando una silla que quitó a uno de los invitados, al que arrojó con marcada violencia sobre un florero, mientras la novia lloraba sobre el novio caído, sobresaltándose nerviosa cuando el florero fue a caer al suelo haciéndose añicos — ¡Vamos! ¡Levantémoslo! ¡Todavía faltas tú de dar tus votos!

— ¡no, no! —negó la novia aterrada.

— ¿Cómo que no? — Preguntó la demente fingiendo sorpresa — ¿No estabas ansiando casarte con él? ¡No puedes dejarlo plantado el día de su boda! Además, mira, todavía no muere, puedes salvarlo si das tus votos.

— ¿Si doy mis votos nos dejarás ir?

—Prometo que serán libres. Ya no sufrirán más — aseguró con exagerada dulzura.

Con esta promesa, la novia colaboró y entre ambas sentaron al novio en la silla, así, la novia de pie a su lado, comenzó a leer sus votos, aunque lo hizo en voz muy baja que apenas sí podía escuchársele. El pánico en la voz podía distinguirse.

—Yo, Mangana de Tal, te acepto a ti, Fulano de Tal, como mi legítimo…

Allí hizo una pausa, con miedo a continuar.

—Sigue, sigue — pidió ella moviendo impaciente la mano que portaba el arma. La novia miró con terror esa mano y con voz temblorosa, continuó:

—… esposo — cerró los ojos esperando el balazo, pero cuando no lo sintió, los abrió y mirando las frases escritas, las que parecían moverse ante su vista, no sólo por el agudo nerviosismo, sino porque de pronto había comenzado a sudar y el sudor que bajaba de su frente penetraba a sus orbes que se encontraban muy abiertos, continuó: —… Estar contigo en lo bueno y en lo malo, en la salud y la enfermedad, en la carencia y prosperidad…

De nuevo se detuvo y cerró los ojos, en espera del balazo que no llegó, entonces al abrirlos, ya confiada de que no llegaría, el balazo llegó, así, limpiamente, a quemarropa.

Ni siquiera tuvo tiempo de lanzar una queja. Simplemente se miró el costado izquierdo y horrorizada vio como el blanco de su vestido se teñía de rojo. Levantó su mirada y la centró en la demente, quien con una pequeña sonrisa, le ordenó:

—Tienes que continuar… si no te das prisa, ambos morirán. Todavía pueden salvarse.

—No —musitó con voz débil el novio, tratando de levantar su cabeza que había mantenido inclinada sobre su pecho. Fue cuando un agónico gemido salió de la garganta de la novia al mirarse las propias manos manchadas de su propia sangre cuando se tocó la herida de su costado tratando de presionar y así evitar el sangrado, pero no logró detenerlo — No, maldita…

—Que lindo cumplido — dijo la demente - pero esto ya me está cansando. Vamos, novia. Te falta algo aún. Terminaré por matarlo si no cooperas — apunto sobre la cabeza del novio.

Con mano temblorosa, luchando por mantenerse en pie, tomó con una de las manos ensangrentadas la hoja de los votos y continuó bastante débil de voz, mientras la voz del novio, más débil aún, se dejaba oír:

—No lo… hagas. Moriremos… de todos modos…

Pero ya la novia estaba terminando de citar los votos matrimoniales:

—… Para amarte y respetarte todos los días de mi vida, hasta que la muerte nos separe…

En esta ocasión no cerró los ojos, antes bien, antes de terminar la última palabra, levantó la mirada y la fijó en la demente, mientras esta última jalaba el gatillo y la bala fue a impactar en el vientre de la novia mientras la voz de la demente exclamaba:

— ¡no eres buena esposa! ¡No sabes escuchar a tu esposo! ¡Él dijo que no!

La novia se dobló por el dolor y cayó de rodillas a un lado de su… esposo quedando su cabeza apoyada sobre una de las piernas de él. Alcanzó a cerrar los ojos antes de sentir como un líquido tibio salpicaba sobre ella. Sangre de su esposo. Su último pensamiento antes de que una bala impactara también sobre su cabeza, fue:

“Hasta que la muerte nos separe”

Allí quedaron los novios. El último balazo dado sobre sus cabezas, había cumplido con la promesa de aquella demente.

“Prometo que serán libres. Ya no sufrirán más”

Y en verdad, ya descansaban en paz.

Después de eso, con toda la calma del mundo, la demente fue a la cochera y tomando unos galones de gasolina roció toda la casa, incluyendo el auto, y antes de prenderle fuego, dijo a los invitados:

—Aaah, lo siento por ustedes. Sé que no les advertí en que terminaría esta boda, pero no importa, se divertirán mientras los miran arder… y arden, hahahaha.

Su risa demente continuó durante buen rato, mientras miraba arder la casa a muy buena distancia, ya que cuando el fuego penetró el tanque de la gasolina del auto, la explosión no se hizo esperar.

—Bien, bien. Y ahora, a desaparecer…

Aunque sabía, porque no estaba del todo demente, que algún día la atraparían, pero mientras eso sucediera, ella se mantendría anónima.


F I N .

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Nada.

Dorentyna Desconectado
« Respuesta #1 en: Mayo 21, 2011, 09:13 am »

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Re: La boda
« Respuesta #1 en: Mayo 21, 2011, 09:13 am »
Hola querida, el porque caí aquí es por el titulo: “La Boda”, claro, ya me tocará y como que estos temas se están volviendo en mi prioridad.
Una mujer que ha sufrido por manos de un hombre es lo peor que nos pueda suceder, pero a de tener en cuenta que una mujer llena de ira es peor que el mismo demonio. Es que es muy estúpido (perdón por el termino) que un hombre provoque a una mujer, sé que la chica no estaba demente, obvio, yo hubiera hecho lo mismo aunque estoy más cuerda XD, la cuestión es que un alivio fue para ella calmar los recuerdos de algo tan desagradable, el hecho de que ese hombre le hizo no resuelva nada pero con la muerte un porcentaje.

Es claro que la buscarán pero para eso ella sabrá vivir y desaparecerse, como se dice, la mujer es la maestra del camuflaje.
Hermosa historia, aunque me hubiera gustado con más capítulos, ya sabes, más acción, suspenso y esas clases de cosas que suceden en una historia.

Me gustó
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DarkHime
« Respuesta #2 en: Mayo 21, 2011, 10:01 am »

Re: La boda (One-shot)
« Respuesta #2 en: Mayo 21, 2011, 10:01 am »
Gracias por tu comentario, Dorentyna. Perdona, por lo que entiendo pronto estarás contrayendo nupcias xD

Sé que tu boda será grandiosa. Seguramente serás una hermosa novia merecedora del galán que ha sabido conquistarte. Te deseo lo mejor desde este momento en adelante xD

Este relato salió de manera repentina, sin planeación de proyecto, anoche mismo. Simplemente mis dedos se movieron sobre el teclado expresando pensamientos... sentimientos, sí, de locura.


Saludos.

Enigma
« Respuesta #3 en: Mayo 22, 2011, 09:03 am »

Re: La boda (One-shot)
« Respuesta #3 en: Mayo 22, 2011, 09:03 am »
Bastante... mmm, de locura.

Es un buen relato. Creo que muchas chicas desearíamos hacer lo expresado aquí, pero siempre está esa barrera de lo llamado moral en la mayoría de nosotras que nos detiene, o simplemente el miedo de  hacer lo que tanto deseamos, el miedo a las consecuencias, no obstante también pienso que muchas veces en la mente, sí hemos fabricado no uno, sino varios crímenes, ¿no es así?

La mente lo puede todo y en fracción de segundos podemos cometer locuras allí, torturar, asesinar, destruir.

Ella, la chica... tendrá que ocultarse muy bien para que conserve su libertad. Aunque me pregunto si esos crímenes no estarán presentes en su mente para juzgarla de contínuo xD

jxmxn Desconectado
« Respuesta #4 en: Junio 29, 2011, 12:38 am »

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Re: La boda (One-shot)
« Respuesta #4 en: Junio 29, 2011, 12:38 am »
 :oooooh: ...  :O_o:
*tratando de salir de un shock emocional*
Hoola~
Tengo tiempo que no pasaba a comentar otras historias que no fueran sólo las de Marcruz, así que decidí pasar por una tuya porque se que tienes buena táctica con la letra. Y no me equivoqué, me ha dejado impactada este one shot. No todos pueden hacer que los lectores se conmuevan o agonicen mientras leen xD yo casi muero... en serio ._. Tengo la invitación a una boda para este próximo 2 y quedé asustada con tu historia jajaja pero de que voy, ¡voy!
Aquí pasó lo que no se puede ver todos los días -"yo me opongo a esta boda"- quedé impresionada, de verdad.

Tengo mucho sueño, mañana seguiré comentando por acá. ¿Tienes otros relatos o historias? me gustaría seguirte leyendo  :=3:
Bueno, nos vemos.
Cuidate mucho, ja nee~

Revelación Desconectado
« Respuesta #5 en: Junio 29, 2011, 11:37 pm »

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Re: La boda (One-shot)
« Respuesta #5 en: Junio 29, 2011, 11:37 pm »
Esta otra historia, sin duda también está genial. Esa chica sí que perdió la razón por tanto dolor que le causó la traición del que decía amarla. No es la primera vez que leo algo parecido, es decir, donde él o ella, por causa de los celos o lo que sea lo que sienten, sean llevados a cometer semejante locura, la de asesinar al ser que aman, así, con esa sangre fría, sin tocarse el corazón.

Esa chica perdió la razón, pero a su conveniencia xDDD Creo que si nos dejáramos llevar por la ira que sentimos cuando se nos traiciona o engaña, seríamos capaces de obrar de igual modo, pero afortunadamente, la mayoría aún tenemos dominio sobre esas emociones negativas. ¿No?

fró·ni·mos Desconectado
« Respuesta #6 en: Julio 02, 2011, 12:07 am »

  • Hay "cosas" que no son para uno
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  • Aprovecho las que sí lo son.
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Re: La boda (One-shot)
« Respuesta #6 en: Julio 02, 2011, 12:07 am »
La ira descontrolada lleva a cometer acciones detestables, pero en su momento, sin embargo en esta ocasión, pude notar la sangre fría de la chica. Es apariencia su pérdida de razón. Desde el momento en que planeo todo lo que haría con antelación, manifiesta que estaba bastante cuerda y que lo que hizo, lo hizo, como dicen por ahí, con ventaja. Nadie la esperaba.

Un crimen en la mente... bastante interesante.

Buena narración y ortografía.

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