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Autor Tema: DONDE ESTÉ MI CORAZÓN  (Leído 4535 veces)

Ushio Uchiha
« en: Abril 12, 2012, 06:06 am »

DONDE ESTÉ MI CORAZÓN
« en: Abril 12, 2012, 06:06 am »
Bueno aki estoy con mi segundo fic, os advierto que algunos capitulos serán bastante cortos, y otros no. No habrá lemon. Y por supuesto es un SasuSaku.

Capítulo 1:

Justo cuando tropezó, él apareció a su lado.
Fue algo fortuito e inesperado, casi ridículo, porque primero dio un traspiés y luego dos pasos intentando mantener el equilibrio. Además, se asustó. Eso fue lo que hizo que perdiera la verticalidad y, para no caerse de bruces, apoyó una mano en el suelo y acabó cayéndose de espaldas. O sea, que quedó sentada en el suelo, mitad sorprendida, mitad avergonzada.
Lo segundo, evidentemente, por él.

-¿Te has hecho daño?
-No.
-Dame la mano.

¿Qué podía hacer? Se la dio y él tiró de ella con fuerza, devolviéndola al mundo normal. Una vez de pie, ante todo, comprobó su aspecto. Pero de reojo siguió examinándolo. Era un poco más alto que ella, de complexión bastante atlética; la camiseta permitía ver sus brazos y la extensión de sus hombros. El cabello, muy negro, daba la impresión de ser a la vez muy suave. Pero sin duda lo que más le fascinaba eran sus ojos, la nariz y los labios, que formaban una simetría perfecta. Y esos ojos la miraban de una forma muy directa, especial; se dio cuenta en seguida.
En otras circunstancias le habría parecido atractivo.

-¿Estás bien?
-Sí, sí, no ha sido más que el susto.
-Ibas distraída.
-Pensaba en mis cosas.
-Ya.

Se enfrentó a su mirada, y fue en ese momento cuando se dio cuenta de que él estaba pálido, casi tan asustado como lo había estado ella en el momento de descubrir que iba a caerse. Sus ojos traslucían miedo, y eso confería a su rostro un extraño efecto que la desconcertó aún más.

-No me ha pasado nada, en serio -se vio en la obligación de tranquilizarlo.
-Bueno, pues... -vaciló el, como si no supiese qué hacer.
-Gracias.
-Vale.
-Adiós, hasta luego -se despidió ella, dando por terminado aquel diálogo para besugos presidido por los nervios.

Pero mientras se alejaba de él, dejándolo allí quieto, en mitad de la acera, supo que seguía mirándola, y que en sus ojos permanecía aquella luz curiosa, expectante, tan distinta a todas las miradas, incluso tratándose de lo más natural: un admirador.
Una luz llena de sensaciones.
Logró continuar andando sin girar la cabeza. Le costó, pero lo hizo. con un ejército de hormigas recorriendo su espina dorsal y un frío vacío en la boca del estómago.
Después se metió en la panadería, una docena de metros más allá, y suspiró aliviada al sentirse a salvo, aunque no sabía de qué.

Bueno hasta aqui lo dejo, en este fic, Sasuke no es Sasuke, su personalidad cambia, poco a por lo ireis descubriendo a lo largo de la historia. Espero que os guste. Besitos Chao.

DE SASUKE A SAKURA:
<<TE QUIERO INFINAMENTE,
TE QUERRÉ HASTA LA MUERTE.
HAY UN LUGAR PARA NOSOTROS,
YA SABES LA CANCIÓN.
NO PUEDO HACER NADA
EXCEPTO ESTAR ENAMORADO DE TI.
TODO LO QUE HAGO ES BESARTE
POR MEDIO DE UN POEMA.
TE QUIERO INFINAMENTE,
TE QUERRÉ HASTA LA MUERTE.>>

PennyDraco
« Respuesta #1 en: Abril 13, 2012, 04:37 am »

Re:DONDE ESTÉ MI CORAZÓN
« Respuesta #1 en: Abril 13, 2012, 04:37 am »
Te dije que estaría pendiente de otro escrito tuyo y pues aquí me tienes.
En primer lugar, no soy tan seguidora del SasuSaku puesto que ya siempre lo ando leyendo y creo que casi todos la odian (creo que por eso no me esta gustando la pelirosa) pero creo que aquí está cambiando algunos detalles, ademas de que depende mucho lo que lea para dar la opinión en parejas.
Para empezar está bien este fic aunque las fallas ortográficas que siempre nos causan algunas molestias pero al menos se deja entender el escrito.
Ahora, pues dices que Sasuke es bipolar, bien, eso si es más interesante y claro que estaré siguiéndote. Espero la continuación.
Nos vemos.
Bye Bye

Ushio Uchiha
« Respuesta #2 en: Abril 14, 2012, 01:22 pm »

Re:DONDE ESTÉ MI CORAZÓN
« Respuesta #2 en: Abril 14, 2012, 01:22 pm »
Ola Penny-chan me alegro de que sigas este fic tambien jeje. Buenos las faltas ortograficas queria decirte que yo soy asi de vez en cuando que aunque las escriba bien, luego me olvido y cometo faltas, es muy normal en mi, pero de todas maneras me gusta que me digas que tengo faltas. jejej
Bueno aqui va el segundo capi.

Capitulo 2:

Escuchó la voz de Ino, su mejor, su única amiga verdadera, justo al doblar la esquina que conducía a la calle en la que estaba su casa, oculta desde allí por los árboles del jardín y el pequeño muro.

-¡Sakura!

Se detuvo y, al verla, dejó las dos bolsas en el suelo. Hacía mucho calor, muchísimo, lo que auguraba un verano que se haría insoportable a medida que avanzara más. La urbanización en la que vivían, aunque cercana al pueblo, tenía muchos desniveles y cuestas, así que aprovechó la parada para descansar y agradeció no hacerlo al sol. Las ramas de uno de los frondosos pinos de los señores Hatake la protegieron mientras Ino trotaba en su dirección. Le envidió su top y su minifalda. Ella llevaba una camiseta cerrada desde el cuello y unos vaqueros. Todavía le costaba aceptar que nunca podría llevar un escote, un biquini, ni siquiera un traje de baño escotado.
Nunca más.

-¡Caray, tía! -resopló Ino al llegar junto a ella-. No sabes las ganas que tengo de motorizarme, aunque sólo sea para venir a tu casa.
-¿No dices siempre que esto es mucho más tranquilo que el centro del pueblo?
-Sí, ya, pero...
-¿Vienes a bañarte? -le preguntó Sakura, dudosa, al ver que su amiga no llevaba la bolsa con el bañador.
-No, no puedo. Te he visto de lejos y sólo quería preguntarte qué haremos esta noche.
-Vamos al Casino, ¿no?
-Bueno -accedió Ino.
-Oye -no esperó ni un momento más; quería contárselo-. ¿Recuerdas al chico del sábado?
-¿El que no paraba de mirarte con cara de éxtasis concentrado y el dolor de estómago?
-Sí.
-Claro que lo recuerdo, ya te dije que era muy mono.
-Pues acabo de verlo.
-¿Ah, sí? -se quedó en suspenso Ino-. ¿Y...?
-Hemos hablado.
-¿Qué? -la cara de su amiga cambió-. Cuenta, cuenta.
-Nada, que iba por la calle, he tropezado, me he caído...
-¿Que te has caído? -se alarmó su amiga.
-Una buena culada.
-¡Oh, Dios, qué vergüenza! -y cerró los ojos-. No me digas que él...
-Estaba allí - le confirmó sus sospechas Sakura-. Pero es que además ha aparecido como por arte de magia, ¿entiendes?
-Y te ha ayudado a levantarte.
-Sí.
-¡Lo sabía, lo sabía! -cantó Ino-. Ya te lo dije. ¿Qué tal?
-Nada.
-¿Cómo que nada? -su voz se llenó de reconvenciones-. ¿Cómo se llama? ¿Quién es? ¿Habéis quedado?
-¡Eh, eh, alto! - la detuvo Sakura-. Me he caído, estaba allí, me ha ayudado y eso a sido todo.
-¿Le has dejado escapar?
-¿Qué querías que hiciera? ¡Por Dios! Mira que eres...
-Oye, rica, ¿tú crees en las casualidades?
-No sé.
-Pues yo no. Lo dejaste colgado el sábado y estaba esperando su oportunidad.
-La ha tenido y no me ha dicho nada.
-Porque es tímido, ya se le notaba. ¿A que estaba nervioso?
-Bastante -reconoció Sakura-. Se ha asustado casi más que yo al verme en el suelo.
-Normal. ¿Qué quieres? Si le gustas, montas el número, tú no le das pie, y él es tímido...
-Ino...
-Yo no digo nada -se defendió ella-, pero ya sabes lo que pienso: que necesitas un poco de marcha después de lo de Naruto.
-Bueno, vale ya, ¿no? -se quejó con amargura Sakura.

Ino bajó la cabeza. En su rostro, enmarcado por una abundante melena rubia, apareció una sombra de culpabilidad. Su amiga la vio morderse el labio inferior; se había dado cuenta de que acababa de meter la para, algo por otra parte habitual en ella.

-Vale, lo siento -dijo-. Te juro que no volveré a mentarlo.
-No es eso -manifestó con cansancio Sakura-. Es que... -no encontró palabras para explicar lo que sentía, asó que acabó suspirando antes de agregar-: Bah, déjalo, no me hagas caso. Todavía sigo sensibilizada.
-A veces hablas tan fino -secundó su suspiro Ino levantando la cabeza-. ¿Por qué no dices simplemente que estás cabreada además de dolida?

Logró hacerla reír, algo bastante difícil en las últimas semanas.

-Bueno, ¿te vienes o no?
-Te ayudaré a llegar a casa con esto -se ofreció Ino cogiendo las bolsas del suelo-, pero tengo que largarme a toda prisa.
-Eh, dame una -protestó Sakura.
-Da igual, vamos.

Se resignó. Ino ya le había sacado cinco metros de ventaja calle arriba.

Bueno hasta aqui lo dejo, espero los comentarios eh? Espero que te ha haya gustado Penny-chan. Pronto subiré el tercer capitulo nos vemos.

PennyDraco
« Respuesta #3 en: Abril 17, 2012, 04:56 am »

Re:DONDE ESTÉ MI CORAZÓN
« Respuesta #3 en: Abril 17, 2012, 04:56 am »
Perdón por la tardanza pero ya puedo al fin postear.
Un capitulo donde deja ver a una gran amiga y dando el sermón de que tal el chico que mira a una con cara de éxtasis ¬¬ eso si que es pesado pero envidiable si el chico es tan sexy...Hmmm...pensé que otro seria el desgraciado pero resulta que Naruto fue que plantó a Sakura, bueno, eso noté por allí.
Con respecto a la ortografía pues yo paso por los mismos detalles querida pero con tal de que el escrito se deje entender es mejor :D
En fin, espero el siguiente capitulo y saber que hará Sakura con ese papacito jajajaja

Ushio Uchiha
« Respuesta #4 en: Abril 17, 2012, 04:12 pm »

Re:DONDE ESTÉ MI CORAZÓN
« Respuesta #4 en: Abril 17, 2012, 04:12 pm »
Tranquila Penny-chan no hay problema jeje, si de ahora en adelante mas a ver a un Sasuke muy cambiado la verdad. jeje Aki te dejo la conti, y por ser tu te pongo un par de capis jeje

Capítulo 3:

Le molestaba que todos siguieran tratándola como a una enferma. Ya no lo era.
¿O sí?
A veces tenía la sensación de que los fantasmas del pasado la perseguirían el resto de sus días. Sería una anciana y todavía le preguntarían si se encontraba bien.

-¿Cómo estás, cariño?

Sus pensamientos se materializaron allí mismo, en forma de madre. Si no fuera por lo mucho que la había visto llorar y por lo delgada que estaba, víctima de los nervios, le habría pegado un soberano corte. No lo hizo, pero aun así, no se mordió la lengua.

-Yo diría que estoy un poquito mejor que hace un rato, antes de irme, y también mejor que ayer, sólo un poquito, pero mucho mejor, muchísimo mejor estaré mañana, y no digamos pasado mañana, aunque dentro de un año seguro que estaré mejor que hoy, teniendo en cuenta que estaba fatal hace...
-¡Ay, hija! -suspiró la mujer-. Al final, no voy a poder preguntarte.
-Mamá, si es que lo haces cada cinco minutos.
-No es verdad.
-Pues cada vez que salgo o entro.
-Has sido tú la que se ha empeñado en ir a comprar y regresar cargada -le reprochó su madre.
-Es que, si no hago ejercicio, voy a terminar como el primo Chouji.
-¡Pero si estás en los huesos!
-¿Yo? Las ganas, mamá, no digas tonterías.
-Sí, ya, yo digo tonterías. Eso mismo. Yo siempre digo tonterías.

Se hizo la digna. Empezó a sacar el contenido de las bolsas y a depositar los distintos paquetes sobre el mármol de la cocina mientras fingía ignorar a su hija. Sakura estuvo a punto de irse a su habitación para ponerse el traje de baño. La detuvo el hecho de que, de nuevo, sintiera aquella infinita piedad por su madre.

-Mamá -le dijo condescendiente-, he de hacer ejercicio. No puedo quedarme quieta, muerta de miedo.
-Si ya lo sé -exclamó la mujer mostrándole sus ojos cargados de estrellas luminosas, al borde del llanto-. Pero yo todavía tengo esa sensación que...
-Acabarás enferma tú -le advirtió su hija.

La posible respuesta no llegó a producirse. Por la puerta de la cocina apareció Neji, el hermano  mayo de Sakura, recién levantado pese a la hora que era. Iba en calzoncillos. En otras circunstancias habría ido a la nevera para coger algo sin molestarse en abrir la boca.
Pero eso era antes.
Mucho antes.

-Hola, ¿cómo estás hoy? -se interesó mirándola.
-Será mejor que no le preguntes -le advirtió su madre-. A <<Doña Susceptible>> le molesta.

Sakura tuvo ganas de gritar, pero eso, sin duda, habría sido demasiado.
Un cuarto personaje hizo acto de presencia antes de que respondiera: su hermano pequeño, Konohamaru. Entró en la cocina a la carga como era su costumbre.

-¡Ya he terminado los deberes! -anunció-. ¿Puedo ir a la pisci...?

Entonces vio a su hermana y se detuvo en seco, preocupado. Tanto que preguntó:

-¿Pasa algo?

Por lo general su hermano menor antes la atormentaba y le hacía la vida imposible sin el menor remordimiento de conciencia. Era natural, teniendo en cuenta que ella estaba en medio de sus dos hermanos. Y Konohamaru, al fin y al cabo, era el pequeño, el <<descolgado>>. Ahora le habían leído la cartilla. Caminaba con pies de plomo, no hacía ruido y a veces la miraba como si fuera a caerse muerta en un abrir y cerrar de ojos.
¿Cómo podía llevar una vida normal así?
Sakura salió de la habitación sin decir nada, aceptando los hechos, pero rebelándose silenciosamente contra ellos.


Capítulo 4:

Se sentía rara.
Tan diferente.
Un año antes, el verano había sido como todos. Es decir: un asco por tener que quedarse en Tokio, son ir a ninguna parte de vacaciones, pero maravilloso por poder estar junto a Naruto. De hecho, todo había empezado entonces, pocas semanas antes de...
Un año. Sólo eso. Y en ese tiempo...
Los pensamientos llegaban a embotarla, pero aún más lo hacían las emociones que asaltaban los muros de su espíritu continuamente, a traición, desarmándola, produciéndole aquel vértigo, aquella sensación de irrealidad. A veces no sabía qué era mejor, ni sabía qué cara poner, qué decir, cómo enfrentarse a su nueva vida con la apariencia de normalidad. Para ella misma era alucinante, así que imaginaba lo difícil que debía de ser para los suyos, su familia, sus amistades, el mundo entero.
Pero estaba viva. Eso era lo único que contaba.
Viva.
Aunque no dejaban de recordarle que casi se trataba de un milagro.
Todos, con su actitud.
Por eso cuanto la rodeaba, su visión de las cosas, sus dimensiones, todo había cambiado. Exterior e interiormente. Los demás no se daban cuenta, porque no podían meterse en su cerebro, no bajo su piel, no mucho menos en su corazón, para mecerse con cada latido de esa nueva vida.
Quizás todos deberían ir a un psiquiatra. Todos. Ella, su familia, el pueblo entero.
El silencio de su habitación la confortó. Sólo entre las cuatro paredes de ese espacio propio se sentía bien, a salvo de todo mal. Era lo único que tenía, ese reducto le pertenecía. Más allá de la puerta quedaba el resto del universo: su madre, en la cocina, dándole vueltas a la cabeza; su padre, trabajando y apartado durante unas horas de todo aquello, pero igualmente pendiente del teléfono y de su miedo, superado, no derrotado; su hermano mayor, a punto de ir a la universidad y lleno de planes, recuperándose del impacto de aquellos meses pasados en los que, casi de milagro, no perdió el curso; Konohamaru, convertido en el rey de la pequeña piscina, con lo cual acercarse a ella era una temeridad, que se pasaba, sin embargo, el día mirándola como si fuese un fantasma; Ino, siempre dispuesta a animarla, convertida en su fuerza moral, aunque a veces su energía la llevaba a rozar los extremos
Sakura, de espaldas al espejo de la pared, empezó a desnudarse para ponerse el bañador. Un bañador no muy seductor, el único que había encontrado cerrado por el cuello. Una rareza. Se quitó la camiseta, los pantalones y la ropa interior. Cuando se quedó desnuda, se dio cuenta de que el bañador estaba junto al espejo, así que, al girarse y alargar la mano, se vio reflejada por un momento de refilón.
Cerró los ojos, cogió la prenda y volvió a darle la espalda al espejo.
Entonces se percató de los absurdo que había sido su gesto.
Si ella era la primera en no enfrentarse a la realidad, ¿cómo podía pretender que su familia lo entendiera?
Vaciló, pero fue apenas un instante.
Luego giró sobre sus talones por segunda vez y se enfrentó a su imagen en el espejo.
La cicatriz, que nacía de su garganta, bajaba en una espantosa vertical atravesándole el cuerpo casi hasta el ombligo. Era como una cremallera que no se abría. Una cremallera rosada y salpicada constantemente por breces trazos horizontales. Pasaba entre sus pechos jóvenes y hermosos como un río seco. Y aun siendo espantosa, eterna, sabía que representaba la puerta de su esperanza, la clave de su nueva vida. La cicatriz no era más que la huella visible, el vestigio de los sucedido.
Se llevó la mano derecha hasta ella.
La tocó.
¿Era la primera vez que lo hacía?
No, pero sí de aquella forma. Y lo importante era la forma.
Cerró los ojos y escuchó los latidos de su corazón.
Su corazón.
La vida es muy extraña, pero sólo cuando se está a punto de perderla tomamos conciencia de lo que vale y de que lo es todo, porque no tenemos nada más.
Sakura llenó sus pulmones de aire y se puso el bañador.
Tiempo. Necesitaba tiempo.
A fin de cuentas, estaba aprendiendo a vivir de nuevo.


Bueno hasta aqui lo dejo, espero los comentarios, jeje. nos vemos





PennyDraco
« Respuesta #5 en: Abril 19, 2012, 03:40 pm »

Re:DONDE ESTÉ MI CORAZÓN
« Respuesta #5 en: Abril 19, 2012, 03:40 pm »
Kami!, dos capítulos que bueno.
Caramba, si que el rubio la dejó bien marcada a Sakura pero al menos ha podido levantar el animo, no del todo, pero al menos algo es algo.
Lo que si hay cosas por allí son detalles que me dejan pensando...¿como así acabó con Naruto? bueno, es que me gusta mucho ese ojiazul hiperactivo, me entenderás amiga....
Agradezco por los dos capítulos, así no me quedo con las ganas y espero recibir el 5 con muchas mas novedades (Vamos, que salga ya Sasuke jajaaja)
En fin, te cuidas :D

Ushio Uchiha
« Respuesta #6 en: Abril 19, 2012, 05:04 pm »

Re:DONDE ESTÉ MI CORAZÓN
« Respuesta #6 en: Abril 19, 2012, 05:04 pm »
Ola de nuevo. Jajajaja ya se que te gusta mucho ese rubio tan buenote jejejeje kien lo pillara eh? Lo digo por ti jeje, yo prefiero a Itachi-kun O¬O simplemente lo adoro jaja. Bueno aki dejo la conti no se si poner dos capis tambien bueno tu lee e iras descubriendo jeje.

Capítulo 5:

Ino fue la que le dio el codazo, nada disimulado, según su más puro estilo.

-¡Está ahí! -cuchicheó, aunque fue como si lo gritara.
-¡Ay! -protestó Sakura por el golpe-. ¿Quién está ahí?
-¡Él!
-¿Pero...?
-¡No, no te gires! ¿Estás loca?
-¡Tía, vale ya!
-¿Desde cuándo has olvidado las normas?

No girarse. Ésa era una.

-¿Quién está ahí?
-¡El tímido! ¿Quién va a ser?

No se lo dijo, pero creyó que se refería a Naruto.

-Bueno, ¿y qué?
-Es que nos ha visto, ¡y viene hacia aquí!

Eso si la desconcertó.

-¿Cómo que viene hacia aquí?
-Pues eso, que viene.

Se lo dijo sin abrir apenas la boca, con los labios distendidos en una sonrisa, fingiendo mirar a todas partes. Eso obligó a Sakura a mantener la calma y guardar silencio. Ino ya no volvió a hablar.
Contuvo en aliento menos de tres segundos.

-Hola -escuchó su voz por detrás.

Fue el momento de liberar tensiones. Esta vez sí giró la cabeza y le vio aparecer por la izquierda. Llevaba una camisa muy bonita y unos vaqueros que se ajustaban perfectamente a su figura. No era un modelo, pero realmente parecía recién salido de un anuncio de la televisión. Un anuncio de gente sana.

-Hola -contestó con una cándida sonrisa Ino.

El chico miró a Sakura.

-¿Qué tal?
-Bien.
-Me alegro.
-Bueno, caí sobre una parte blanda -sonrió ella.

Ino metió baza a la primera oportunidad.

-¿No quieres sentarte? -le invitó.

Recibió la patada de Sakura por debajo de la mesa, pero logró mantenerse estoica, como si nada, con la misma sonrisa cincelada por el fuego de la experiencia sobre su rostro.

-Bueno, no quiero molestaros, sólo...
-Tú no eres de por aquí, ¿no? -continuó Ino viendo que se le escapaba.
-No, soy forastero. Acabo de llegar a la ciudad y no conozco a nadie, la verdad.
-Pues entonces ya nos conoces a nosotras. Va, siéntate y no te hagas el interesante.

Esta vez la nueva patada de Sakura no la alcanzó, porque Ino se apartó antes de que llegara a su pierna. La silla hizo un ruido curioso, similar a un gemido, al desplazarse por el suelo. Entre la marea de voces de los que llenaban el Casino, sonó con hiriente estrépito. Media docena de miradas convergieron en ellos.

-¿De verdad que no os importa? -vaciló él mirando a Sakura.
-¡Que no, hombre, que no! -le contestó Ino.
-Bueno, pues... gracias -dijo el recién llegado.

Y se sentó entre las dos.

Bueno hasta aki......... ¡QUE NO QUE SIGOOO JAJAA!

Capítulo 6:

-¿De dónde eres? -preguntó Ino.
-De Nagoya.
-¿Y qué haces aquí?
-Busco trabajo.
-¿Aquí?
-Sí.
-Anda éste -rezongó Ino-. Todo el mundo se va a buscar trabajo a Osaka y tú vienes aquí. ¡Pero si esto es una pequeña ciudad!
-Ya, pero me gusta.
-¿Que te gusta? ¿por qué?
-Ino, no seas plasta -la reprendió Sakura por primera vez.
-Vaya, no me digas que lo encuentras normal -le espetó su amiga-. Estamos a veinte kilómetros de Osaka, pero << es-to-es-una-pe-que-ña-ciu-dad>> -se reafirmó remarcando cada sílaba-. Y para el caso, como si estuviéramos en la Luna-
-Que tú te aburras no significa que sea un mal sitio -defendió su hogar Sakura.
-A mí me gusta -insistió él-. Estos bosques, las montañas... y Osaka ahí al lado, claro.
-¿Dónde vives?
-¿Quieres decir aquí o en Nagoya?
-Aquí, hombre, aquí. Para qué quiero saber yo tus señas en Nagoya.
-En la pensión La Rosa, hasta que encuentre algo mejor. Tengo alquilada una habitación.

Seguía mirando a Sakura. Las preguntas las hacía Ino, pero él miraba a Sakura. De pronto se dieron cuenta, los dos, él y ella, así que miraron fijamente a Ino, que ese instante parecía haber terminado el interrogatorio. La chica se encontró con sus miradas ansiosas.

-Esto... -buscó algo más que decir-. Pues lo tienes crudo, chaval, muy crudo. Y además con el verano ya empezado... ¿Sabes la de árabes que hay por aquí haciendo los trabajos que nadie quiere hacer? Como no hagas lo mismo que ellos...
-Si no hay más remedio...
-Ah, bueno -dijo Ino.
-¿Cómo te llamas? -preguntó Sakura de pronto.

La miró de nuevo. En sus ojos titiló una luz cargada de expectativas.

-Sasuke -respondió.
-Ella es Ino, y yo soy Sakura.
-Hola Ino. Hola Sakura.
-Hola Sasuke -dijeron ellas dos al unísono.
-¿Puedo invitaros a algo para celebrarlo?
-¡Sí, hombre! -protestó Ino-. Estás buscando un curro y te vas a poner a gastar.
-Tengo ahorros para aguantar un par de meses -se justificó él.
-Ya, pero no -insistió Ino-. Por cierto... -miró la hora y enarcó las cejas como si acabase de recordar algo imprevisto-. ¡Vaya por Dios! -exclamó-. He de irme.

Sakura se puso tensa.

-Pero si...
-¡Lo siento, cielo! -Ino ya estaba de pie, agitando las manos con natural efervescencia-. ¿No te he dicho que tenía que ver a Sai? ¡Qué cabeza! -la detuvo al ver que la también pretendía levantarse-. Oye, tranquila, que es algo privado.

La presión de sus manos fue terminante. Sakura no pudo luchar contra ella, a no ser que al final traicionase la comedia que su amiga estaba montando para dejarlos solos.
Aunque se le notaba demasiado que ésa era su intención.

-Volverás, ¿no? -quiso saber Sakura.
-No lo sé; pero por si acaso, no me esperes -se dirigió a Sasuke y el envolvió con una sonrisa de confianza-. Me alegro de conocerte, de verdad. Nos vemos, ¿eh? Vale, chao.

Y sin darles tiempo a más, se alejó de su lado.

-Vaya -comentó él cuando Ino ya había desaparecido por la puerta desde hacía no menos de cinco segundo-. ¿Quien es ese Sai?

Sakura no le dijo que ella se estaba preguntando lo mismo.

Bueno ahora si hasta aki lo dejo jejej dejen comentarios eh?? bueno dew chao bye bye nos vemos. :P

PennyDraco
« Respuesta #7 en: Abril 25, 2012, 05:38 pm »

Re:DONDE ESTÉ MI CORAZÓN
« Respuesta #7 en: Abril 25, 2012, 05:38 pm »
Por partida doble amiga.
Ahora con las presentaciones frente a Sasuke, jujuju, las cosas suenan mejor.
Jajajaja , Ino debe  de estar alli para dar el empujoncito porque Sakura ni nada que habla
jajjaja pero al menos Sasuke aparece y yo estaría de nerviosa :D
Oh amiga, gracias por el doble capitulo y espero lo que sigue.
Te cuidas. Bye bye/color]

Ushio Uchiha
« Respuesta #8 en: Abril 26, 2012, 05:36 am »

Re:DONDE ESTÉ MI CORAZÓN
« Respuesta #8 en: Abril 26, 2012, 05:36 am »
Ola Penny-chan jeje me alegra de que te haya gustado el doble capitulo a ver si puedo subir el proximo capii si no ahora uno y luego mas tarde otro, es que con el trabajo no puedo abarcar mucho jeje aki te dejo el proximo capitulo.

Capítulo 7:

El paseo, construido sobre la riera y asfaltado para ser el centro popular de la ciudad, estaba lleno de gente, así que instintivamente se alejaron de él, caminando sin aparente rumbo, aunque Sakura se dirigiese a su casa sin decírselo. No era por incomodidad, ni tampoco por la hora. Se sentía bien, a gusto, por extraño que le pareciera, teniendo en cuenta que él era su primera compañía masculina en muchos meses, pero aún no tenía la suficiente paz como para disfrutarlo. No estaba preparada.
Ino le habría dicho que una siempre ha de estar preparada para una aventura, o un rollo, o para todo lo que tuviera marcha o cambiara el color de la monotonía. Pero ella no era Ino.
Sasuke notó que se estaban alejando del centro.

-Siento haberme presentado de aquella forma antes -dijo de pronto.
-¿De qué forma?
-Bueno, estabais tu amiga y tú, y he aparecido yo...
-Si no conoces a nadie, salvo a las chicas a las que vas ayudando por la calle, el lógico -trató de ser amable Sakura, comprendiendo lo que le sucedía a su nuevo amigo.
-Pero puede que os haya molestado.
-¿Por qué habrías de haberlo hecho?
-Estabas muy seria.

Sakura se detuvo y le miró.

-Es que yo soy así -dijo con la mayor naturalidad.
-No lo creo -repuso él-. Es como si te controlaras todo el tiempo.
-¿Yo?
-Casi no te conozco, claro, pero diría que no estás en el mejor de tus momentos. ¿Has suspendido?
-No- le dijo la verdad, porque no había hecho ni un solo examen.
-Entonces perdona, debo de ser yo, que soy muy susceptible.

Sakura iba a decirle que él también parecía muy nervioso, muy tenso, pero optó por no hacerlo. Ino tenía razón: era tímido, y además probablemente se sentía muy solo, extraño. A lo largo de aquellos treinta o cuarenta minutos de intimidad, desde que su amiga se marchó, habían estado hablando de un montón de cosas neutras, dispares música, deportes como si los trataran de rehuir otros asuntos más conflictivos o personales. Y era absurdo. Acababan de conocerse.
Aunque a Sasuke se le notaba que ella le gustaba.
La mayoría de los chicos solían ser bastantes transparentes en eso.

-No era mi intención parecer un palo de chica -confesó Sakura reanudando la marcha-. De todas formas tienes razón, he tenido un mal año- Entre otras muchas cosas, he perdido el curso.
-¿Ah, sí?
-Ya no importa -se cruzó de brazos con su característico gesto de determinación y miró a lo lejos, hacia las montañas cuyas siluetas se recortaban sobre el cielo estrellado.

Sasuke no volvió a preguntar.
Y cuando lo hizo, fue para cambiar de tema.

-¿Vives aquí todo el año?
-Sí.
-¿Y qué tal?

Sakura se encogió de hombros.

-Siempre he vivido aquí, no sé -confesó.
-A mí me encanta viajar, moverme -dijo él-. En cuanto pueda me gustaría recorrer el mundo, ver las pirámides de Egipto, Palenque en México, las cataratas de Iguazú, Petra, Katmandu, y bañarme en las Maldicas y en la Polinesia.
-Pues de momento has ido a parar a Tokio -se burló ella-. No está mal. ¿cómo decidiste quedarte aquí?
-Pues... -Sasuke desvió la mirada por un instante-, fue casual. Me gusta esta zoa, y a veces venía con mi moto por la carretera general hasta Nagano, o hasta Kofu. Un día vi esto y me dije que era perfecto, aunque no me preguntes por qué. Me gusta fiarme de mi instinto.
-Y estás aquí.
-Y estoy aquí.
-Pues aquélla es mi casa -señaló Sakura con un suspiro de resignación-. Yo sí que estoy aquí.

A Sasuke se le notó la desilusión, el corto. Miró la hora de manera que pareciera que no lo había, aunque ella se percató. No era tarde.
La mayoría de los jóvenes comenzaba a vivir la noche en ese momento.
Sasuke tuvo la delicadeza de no preguntar.

-Gracias por dejarme acompañarte -dijo.
-No seas tonto.

Él se detuvo a menos de veinte pasos de la puerta.

-Vale, pues... adiós -se despidió.
-Adiós -sonrió ella.

Eso fue todo.

Bueno hasta aqui lo dejo luego cuando pueda subire la continuación besos nos vemos.

Ushio Uchiha
« Respuesta #9 en: Abril 27, 2012, 06:08 am »

Re:DONDE ESTÉ MI CORAZÓN
« Respuesta #9 en: Abril 27, 2012, 06:08 am »
Aki esta la conti.

Capítulo 8:

La despertó su madre, llamando a la puerta de la habitación con insistencia poco habitual.

-Sakura, que te llama Ino.

Abrió un ojo y miró la hora en el reloj luminoso. Se había pasado. Era tardísimo, aunque de todas formas no tuviera nada que hacer aquella mañana. Pero por la tarde sí. Por la tarde tocaba médico. Pero por la mañana...

-¿Sakura? -insistió ella.
-Ya va, ya va -protestó.

Saltó de la cama y salió con los ojos cerrados, igual que un fantasma. Odiaba tener que hablar antes de lavarse los dientes, pero si le pedía a su madre que le dijera a Ino que llamase más tarde, su amiga era capaz de aparecer con un enfado de padre y muy señor mío. Se derrumbó sobre el sofá, como si estuviese agotada por el esfuerzo de haber dado aquellos diez pasos, y cogió el auricular de la mesa. ¿Porqué no tenían un inalámbrico como todo el mundo?

-¿Qué? -farfulló.
-Eso, ¿qué? -saltó Ino con energía, demostrando que ella sí llevaba un buen rato despierta.
-Eres una cerda -la insultó a conciencia Sakura.
-Bah, tía, que le vas.
-¿Y qué?
-El día que me flipe un chico y no te busques una excusa para dejarnos solos, vas a ver tú.
-¡Pero es que te largaste a los dos segundos!
-¡Es tímido, hay que darle más oportunidades que a los demás! -gritó Ino-. ¿Y se puede saber porqué estamos discutiendo? A ver, ¿no te gusta?
-Si es que no es eso. ¿Por qué todo ha de ser blanco o negro?
-Mira, no te enrolles. En esto es blanco o negro, ¿vale? Así que, si no te gusta, me lo quedo yo. No tengo más que desplegar mis buenas artes de seducción.
-¡Hala, así de fácil!
-¡Jo, tía, para algo nuevo que hay! -exclamó Ino, y como si quisiera convencerla de ello, insistió-: ¡Pero si es monísimo!
-No está mal -concedió Sakura.
-¡Cómprate una lágrima y ahógate! Va, cuenta, ¿cómo es? ¿Resulta encantador como parece?
-Es bastante dulce, sí.
-¿Dulce? ¿No me digas que le has probado y ya os habéis bes...?
-¡No seas bestia, no pasó nada! Te digo que es dulce porque lo es. No sé, ha sido la primera palabra que me ha venido a la cabeza.
-O sea, como los psiquiatras, que enseñan manchas y tú dices la primera bobada que se te ocurre -demostró su rapidez mental Ino-. Pues tú has dicho <<dulce>>, y eso es lago. Vamos, digo yo.
-Ino, descansa -suspiró Sakura.
-¿Y además de <<dulce>>...? -lo dijo de forma muy especial.
-Estaba bastante cortado, nervioso, algo así.
-Le gustas -sentenció Ino-. ¡Huy, cómo le gustas! ¡Ése está en el bote! ¡Amor a primera vista, flechazo! ¡Podrías pasarte un verano de perlas!
-Yo no quiero pasarme un verano de perlas.
-Pues estamos en verano, ¿sabes? Lo quieras o no. Estamos en verano, y los veranos o se pasan de perlas o se pasan fatal, porque sólo hay uno cada año, mejor dicho, sólo cuando se tiene diecisiete años. Y aunque te moleste, te lo diré: tú estás viva y Naruto se ha ido de tu vida. Adiós. Así que despierta y enfréntate a la verdad. Tienes a un tío encantador a tiro de piedra, ¿qué pasa?
-Nada -manifestó Sakura.
-No te hagas la enfadada porque conmigo no puedes, y más en casos así. ¡No he pegado ojo en toda la noche! Va, suéltalo, que para eso soy tu amiga: ¿qué te pasa?
-Ya te lo he dicho: nada.
-Tienes miedo.
-¡No!
-¡Jo, mira que eres cerrada cuando quieres! ¿Es por...?
-¡No! -volvió a gritar Sakura antes de que formulara la pregunta-. ¡Estoy bien!
-¿Seguro?
-Seguro. Son los demás los que no paran de recordármelo.
-Bueno, la verdad es que eso sí puedo entenderlo -el tono de Ino cambió de golpe-. Tú eres más fuerte que yo, ¿sabes? Yo si tendría miedo, tanto que...
-Ino -impidió de nuevo que siguiera su amiga dando un giro la conversación-, ¿te has fijado en su manera de vestir?
-Sí, ¿lo has notado? Viste demasiado bien para estar buscando trabajo por aquí de lo que sea, ¿verdad? Y sus modales... ¡Ufff!
-Hay algo en él que..., no sé.
-Oye déjate de chorradas. Tú espera a ver qué pasa y ya está, pero tampoco pienses que él lo va a hacer todo. ¡Fíjate, hace dos días parecía que éste iba a ser un verano de lo más amuermado, y ahora...!
-Si no fuera por lo que me ha pasado, ¿irías por él? Quiero decir que... si me lo cedes por cortesía.
-¡No seas burra! Te miraba a ti.
-Has dicho que, si no lo quiero, te lo quedas.
-¡Era un comentario, mujer!
-Hace tres años nos fijamos en el mismo chico y bien que tratamos de ver cuál de las dos...
-¡Éramos unas crías! -protestó Ino.

Siempre decía la última palabra. Y siempre tenía algo que agregar. No podía con ella. Pero no sólo era su mejor amiga. Era su único nexo con el mundo real.
Y a veces, no siempre, pero a veces, incluso tenía razón.
Aquélla era una de esas veces.

-¿Cuándo volverás a verlo? -insistió incasable e incombustible Ino.

Bueno hasta aki pronto subire un par mas nos vemos:P

PennyDraco
« Respuesta #10 en: Mayo 11, 2012, 07:08 am »

Re:DONDE ESTÉ MI CORAZÓN
« Respuesta #10 en: Mayo 11, 2012, 07:08 am »
Perdon amiga por pasarme tan tarde pero ya me desocupé de largos trabajos.
A ver, los capítulos agradables, en especial porque Sasuke resulta ser el timido y eso como que le hace lucir más atractivo aunque sus manías de ser un nómada es grandioso, ah, si yo tuviera su suerte y viajar por todo el mundo ya lo hubiera hecho :D
Lo que si da más risa en todo esto es que Ino actua de la exigente amiga y comica  a la vez y eso es lo que Sakura necesita de vez en cuando: Oir a Ino....jajajaa
Ok, bueno, espero seguir leyendo lo que sigue y haber como le va a este tipo de Sasuke jajaja.
Te cuidas

Ushio Uchiha
« Respuesta #11 en: Mayo 15, 2012, 07:10 am »

Re:DONDE ESTÉ MI CORAZÓN
« Respuesta #11 en: Mayo 15, 2012, 07:10 am »
Ola Penny-chan, no te preocupes yo tampoco he podido subir mas capis pues estaba ocupada tambien.


Capítulo 9:

El médico examinó el trazo de la línea que iba dejando el electrocardiograma en la larga hoja de papel. Un trazo continuo, de subidas y bajadas estables, siguiendo los impulsos marcados por el corazón con cada uno de sus latidos. Sakura, tendida horizontalmente y conectada por medio de los electrodos al sistema de aparatos, lo observaba de reojo, pero también con confianza. Los días en que la angustia y el miedo dominaban cada una de aquellas escenas habían pasado. Por si no fuera bastante, el hombre la tranquilizó aún más, sin esperar a que la prueba hubiera finalizado.

-Bien, muy bien -comentó-. Perfecto.
-Me alegro -reconoció ella-
-Si no fuera por lo que sabemos tú y yo, nadie diría que has pasado por todo lo que has pasado.

Sakura cerró los ojos y respiró con fuerza. De hecho era uno más de sus exámenes rutinarios, pero no podía impedir que, cada vez que entraba en la consulta, una fuerte agitación se disparaba en su interior. Un año antes estaba perfectamente, y luego...
La vida podía cambiar en un segundo.

-Muy bien -dijo por terminada la última prueba el médico-. Vamos a quitarte esto.

Lo hizo un enfermero, con cuidado, mientras él esperaba examinando la larga ficha médica de Sakura. Cuando ella estuvo libre de cables y conexiones, comenzó a vestirse. Para entonces el doctor ya había regresado a su despacho y se había quedado abierta y su paciente se reunió con él.

-Siéntate -le pidió.

Sakura le obedeció mientras él terminaba de efectuar unas anotaciones. La tira de papel con el electrocardiograma fue lo último que añadió a su expediente. Luego lo dejó sobre la mesa y se enfrentó a ella con una sonrisa cálida en los labios.
A Sakura le gustaba, y no sólo porque le había salvado la vida. Era un buen hombre, lleno de ternura, sensibilidad y comprensión.

-Cuéntame -le pidió.
-¿Qué quiere que le cuente? -le preguntó Sakura.
-Pues qué haces y todo eso. Estamos en verano. ¿Ya nadas, caminas, haces ejercicio?
-Sí, sí.
-¿De verdad?
-Bueno, en casa tenemos una piscina, pero no es olímpica, claro.
-Tú ya me entiendes- manifestó el médico-. Se trata de actuar con normalidad.
-Lo hago.
-¿Del todo?

Sakura se mordió el labio inferior. Bajó la vistra al suelo un momento.

-Lo intento -reconoció.
-Es lógico -aceptó el hombre-. Crees que cualquier esfuerzo puede provocarte algo irreparable, pero se trata de que vayas cogiendo confianza. Por eso es tan importante llevar una vida normal. Estás bien, Sakura. Tu corazón debe asimilar esa normalidad, pero es básico que también lo haga tu mente. En tu cuerpo todo trabaja el unísono. ¿Te dije que túe eres tu mejor ayuda?
-Sí.
-¿Cuántas veces?
-¡Uf, cantidad! -bromeó Sakura.
-Pues te lo digo una vez más: eres tu mejor ayuda. Que tu mente esté serena y tu ánimo hará el resto. ¿Qué tal en casa?
-Ése es el problema -asintió con pesar Sakura-. Me miman como si fuera una inválida y están tan pendientes de mí que...
-Es comprensible.
-Ya, y lo entiendo, pero a veces me ahogan. Aunque yo no piense en nada, me basta con mirarlos para que todo vuelva a mi memoria. Me hacen sentir mal. Un estornudo es suficiente para que me pregunten qué me pasa, si me duele algo. Es como si fuera a caerme de un momento a otro. Yo creo, cuando estoy delante, ni respiran.
-He hablado con ellos, pero es difícil hacerles entender cuál es su papel en nuestra estrategia. Por eso quería verte a solas.
-Y yo se lo agradeco, doctor Nara. Me siento mucho más cómoda sin ellos.
-Bueno, únicamente piensa que en unos meses, puede que menos, en unas semanas, todo esto habrá pasado y la normalidad será absoluta. Ten paciendia, ¿de acuerdo?
-La tengo.
-¿Y de amores?

Le sorprendió la pregunta. Era la primera vez que abordaba el tema. Ni siquiera supo qué decir.

-Normal -se econgió de hombros.
-Entonces recuerda tan sólo que, pese a lo que se diga en las novelas y en las películas, el amor nunca ha roto realmente un corazón, ¿de acuerdo?
-De acuerdo -se echó a reir Sakura.
-Perfecto -el doctor Nara se puso en pie-. Pues vamos a ver a tus padres y a tranquilizarlos un poco.

Ella tambien se levantó. El médico le pasó un brazo por encima de los hombros, amigable y distendido.
Salieron por la puerta del despacho riéndose, lo que dejó no pco sorprendidos a los padres de Sakura.


Bueno asta aki lo dejo jeje nos vemos :P

PennyDraco
« Respuesta #12 en: Junio 04, 2012, 09:29 am »

Re:DONDE ESTÉ MI CORAZÓN
« Respuesta #12 en: Junio 04, 2012, 09:29 am »
Perdon por la tardanza amiga, vaya lo de Sakura me causó inquietud, comprendo que es pasar por eso y bueno a mi no me miman tanto porque actuo como un ser despiadado (solo algo sin romper a alguien)
Bueno, ahora hay que ver como esto tornara en la vida de ella, me refiero a enamorarse...Hay un Sasuke de excepcion jajajajaa.
Espero el proximo capitulo.
Suerte y bendiciones

Ushio Uchiha
« Respuesta #13 en: Junio 12, 2012, 05:51 am »

DONDE ESTE MI CORAZON
« Respuesta #13 en: Junio 12, 2012, 05:51 am »
No te preocupes Penny-chan yo tambien he estado muy ocupada con mis asuntillos jeje bueno aqui te dejo la conti.


Capítulo 10:

Normalidad.
Una palabra sencilla, fácil de pronunciar, difícil de poner en práctica.

-¿Qué te ha dicho el doctor Nara?

Su madre había tardado exactamente siete minutros en preguntárselo. Un récord. Circulaban ya por Osaka, en busca de la Diagonal, para enfilar primero por la autopista y después por la N-340 en dirección a casa.
Sakura, sentada en solitario en el asiento posterior, se resignó.

-Nada que no te haya dicho a ti.
-Me refiero a cuando estabais solos -insistió la mujer.
-Mamá, ya te lo he dicho: nada.
-Pero si habéis estado un montón de tiempo solos.
-Me hacía pruebas. ¿Tú crees que, cuando un médico te examina, se pone a hablar por los codos?
-No, pero...
-Además, si me pasara algo, te lo diría a ti o papá, no a mí.
-Mira, yo es que no entiendo porqué no podemos estar delante cuando...
-Tsunade -dijo en un tono de reproche muy claro su marido.
-Mamá, si estás tú no paras -dijo Sakura.
-Ya está -se enfadó ella-. Es normal que quiera saber cómo estás, ¿no?
-¡Pero si es que estoy bien!
-No grites, ¿eh? -se lo dijo con prevención, no con autoridad-. A ver si te va a dar algo.
-¿Lo ves? -Sakura miró a su padre por el retrovisor interior-. ¡Estoy bien, así que puedo gritar, enfadarme, hacer lo que quiera! ¡Deja de darle vueltas, por Dios!
-Vaya cualquiera diría.

Demasiado tarde. Su madre empezó a llorar.

-¡Oh, no, vamos! -se lamentó Montse.
-Vale ya, Tsunade -le dijo molesto su marido Jiraya-. ¿No ves que así no la ayudas? Bueno, ni a ella ni a nadie.
-Sí, ya -balbuceó la mujer-. Con lo que he pasado y encima...

Sakura iba a decirle que era ella quien había estado a las piertas de la muerte, pero logró contenerse. Por mucho que la irritara la actitud de su madre, y esto no podía evitarlo, debía acostumbrarse. Para eso formaban una familia, para compartir lo bueno y lo malo, y más cuando lo malo era muy malo. De hecho, la que estaba ahora enferma, de los nervios, era su madre, y no mejoraba. Vivía al límite, pero lo peor era que parecía esperar una fatalidad a cada momento. Unos días antes su padre había hablado de llevarla a un psiquiatra.
Se negó en redondo. Dijo que la enferma no era ella, sino su hija.

-¿Estás bien? -le preguntó el padre de Sakura a su mujer.
-Pse -exclamó ella con desidia.
-¿Por qué eres tan fatalista? -quiso saber su hija.
-No puedo evitarlo, ¿qué quieres que te diga?
-Ya, pero es que te vas siempre al extremo. Cuando papá llega cinco minutos tarde, no piensas en el tráfico o que se ha podido quedar hablanco con un amigo, o simplemente que tenía más trabajo que de costumbre; tú en seguida piensas en un accidente. Y cuando Konohamaru se perdió en la montaña y lo encontraron, no dijistes <<gracias a Dios>> o algo así. No, tú preguntaste: <<¿está vivo?>>. ¿Por qué eres tan pesimista?
-Déjalo, Sakura -le recriminó su padre.
-Es más fuerte que yo -se justificó Tsunade.
-Pues a los demás nos haces la vida imposible, ¿sabes? Cuando uno está en un atasco y no puede lamar por teléfono, y encima sufre porque sabe que tú estás sufriendo...
-¿Y yo qué...?
-¡Eh, eh! -las acalló Jiraya-. ¿Vais a estar todo el trayecto así?

Se callaron. La mujer, que hasta aquel momento había estado girada hacia atrás, mirando a su hija, se puso recta en su asiento delantero y, tras exteriorizar su enfado respirando con fuerza, fingió interesarse por el tráfico. Sakura agradeció la determinación de su padre. No quería discutir. Nunca quería discutir. Pero su madre no la dejaba en paz, sobre todo desde lo sucedido.
Probablemente jamás la dejaría en paz después de eso.
Y tenía que vivir con ello.
Ya no volvieron a discutir durante el resto del viaje hasta Tokio, adonde llegaron en menos de veinte minutos.



Capítulo 11:

Acababa de llegar y se había sentado sola cuando apareció él, tan misteriosamente como siempre, igual que si saliera de la nada, como si se materializara a su lado, o... como si la esperase.

-Hola.
-Hola -correspondió a su saludo.

Sasuke se quedó de pie, aguardando algo, tal vez una invitación por su parte. Sakura no se la sirvió en bandeja. Prefirió ver sus nervios, aquella contenida tensión que lo dominaba cuando estaba con ella, la sensación de inquietud, aunque al menos ya no se motrara tan tímido como para no acercarse a hablar con ella.
Fueron apenas unos segundos. Decidió no ser una sádica.

-¿No te sientas? -le sugirió.
-Bueno... -lo hizo bien, fingiendo despreocupación, pero no la engañó-. sí, gracias -luego buscó una excusa para iniciar una conversación trivial-. ¿Y Carolina?
-En Osaka, con sus padres.

El escaso público del polideportivo saludó en ese momento un gol de su equipo. Las gradas cobraron una inusitada vigorosidad y colorido, con dos docenas de chicos y chicas en pie dando saltos. En el centro de la pista, protegida por su cubierta de color amarillo, los jugadores del equipo de balonmano se abrazaban entre sí.

-¿Quién gana? -preguntó Sasuke.
-Ni idea, acabo de llegar y me he sentado aquí como podía haberlo hecho en la piscina. No soy muy amante de los deportes que digamos -le tendió la bolsa de ganchitos que estaba disfutando-. ¿Quieres?
-Gracias -metió la mano en su interior y sacó uno-. ¿Te gustan estas cosas?
-Es para tener algo en las manos -se justificó Sakura.
-Ah.

Ella se echó a reír.

-¿Qué pasa, qué he dicho? -abrió mucho los ojos Sasuke.
-A veces eres tan serio...
-Defecto de fabricación, supongo -se resignó el otro.
-Bueno, no me hagas caso. To también tengo fama de seria. ¿Has encontrado ya trabajo?
-No.
-Pues lo vas a tener crudo -insistió una vez más al respecto-. Mira, aquí hay unas cinco mil personas, me refiero al censo de la ciudad, pero nos rodean nada menos que diecisiete urbanizaciones. En ellas vive mucha gente de manera habitual, aunque la mayoría son segundas residencias de los de Osaka. Y no todos los que viven todo el año están empadronados en la ciudad. Eso quiere decir que no es una ciudad con industrias ni nada de eso, salvo la fábrica de chocolates o, un poco más arriba, la fábrica de cemento. Aquí abundan los pequeños comercios, eso sí, pero casi todos son negocios familiares. Quizás te iría mejor en Nagano.
-Tampoco tengo prisa -reconoció Sasuke.
-¿Que hacías antes de venir aquí?
-Estudiar.
-¿Y tu familia?

Sasuke dejó de mirarla como solía hacerlo, de forma fija y absorbente. Dirigió sus ojos a la pista, donde de nuevo atacaba el equipo favorito de la mayoría de los asistentes, a juzgar por los gritos de ánimo que les dirigían desde las pequeñas gradas de cemento. Sakura percibió que su observación había sido inoportuna.
-Perdona -dijo-. A veces olvido que a mí también me joroba bastante hablar de según qué.
-No, no, qué va, es sólo que... -fingió indiferencia- no hay mucho que decir, salvo que necesitaba estar solo y por eso me he ido.
-Ojalá también pudiera marcharme yo -reflexionó Sakura.
-¿Por qué?

Ahora la que no respondió al momento fue ella.

-Vale, uno a uno -se disculpó él.
-¿Qué harás si no encuentras trabajo? -cambió de tema Sakura.
-No lo sé. Ya te dije que tenía dinero para aguantar un par de meses.
-Te acabarás marchando -aseguró ella.
-No tiene por qué ser así.

Se sintió obervada el milímetro, así que mantuvo los ojs en la pista, dejando que él la mirara. Se dio cuenta de que, por primera vez en mucho tiempo, no se sentía incómoda. No era el tipo de mirada que le dirigían los vecinos del pueblo después de la operación, aunque cada vez se encontraba menos con ello; ni la mirada de los chicos que se le acercaban con ánimo de ligar antes de sus problemas de salud. Era como si Sasuke la acariciase con los ojos, la mimase y le hablara con ternura a través de ello. Percibía que le gustaba y sentirse así le producía una tranquilidad, una sensación de normalidad mayor que todo cuanto pudiera decirle el doctor Nara. Había llegado a creer que nunca más volverían a mirarla como lo hacía Sasuke, si es que alguien lo había hecho alguna vez de aquella forma.
Más aún, había creído que jamás sentiría otra vez lo que estaba sintiendo ahora.
Aunque sólo fuese un juego: chico, chica, verano...
Pero si era así, ¿por qué se sentía como se sentía?

-Yo antes hacía muchos planes -se oyó decir a sí mísma, sin saber en qué momento había decidido volver a hablar-. Ahora sé que lo importante es vivir al día.
-Yo pienso los mismo -reconoció Sasuke-, aunque sé que no es justo.
-¿Por qué ha de ser justo?
-Porque no puede vivirse tan sólo el momento, y porque siempre hay algo más, comenzando po run después un más tarde, un mañana.
-Eres un filósofo -dijo Sakura sin ánimo de burla.
-He aprendido algunas cosas, nada más.

Esperaba que ella le preguntase cuáles y, al ver que no lo hacía, que se había quedado súbitamente pálida, siguió la dirección de su mirada. No le costó encontrar el motivo de aquel silencio. Al otro lado de la pista un muchacho joven, de dieciocho o diecinueve años, también miraba hacia ella. Iba acompañado por otro chico y dos chicas.
Fueron apenas unos segundos.
Luego él apartó su mirada y Sakura apretó las mandíbulas con tanta fuerza que sus sienes palpitaron levemente.
A continuación se puso en pie.

-Vámonos -le pidió.

Sasuke no tuvo tiempo de nada más: se levantó para seguirla porque ella ya le llevaba un par de metros de ventaja.


Bueno hasta aki lo dejo a ver k te parece Penny chan nos vemos:P

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