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Autor Tema: [+18]-Exóticos Placeres-[N&H]  (Leído 22176 veces)

KozumiSabaku Desconectado
« Respuesta #20 en: Marzo 19, 2011, 04:35 pm »

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Re: [+18]-Exóticos Placeres-[N&H]
« Respuesta #20 en: Marzo 19, 2011, 04:35 pm »
o.o sorprendente no me gusta el NaruHina

Pero hay que admitir que este fic me iso cambiar de opinion *-*

Matta-ne!
[/color]

~Todo tiene su final~


NyanmaruRulz~

Dresti Desconectado
« Respuesta #21 en: Marzo 20, 2011, 02:46 pm »

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Re: [+18]-Exóticos Placeres-[N&H]
« Respuesta #21 en: Marzo 20, 2011, 02:46 pm »
aki la conti, me voy k teng prisaa! :(

14.

-No la creo subinspectora Hyuga-dijo la mujer rubia con el ceño fruncido mientras apoyaba sus manos fuertemente sobre la mesa.
Hinata permanecía con la mirada fija en el suelo y el pelo cubriéndole toda la cara, prefería mirar al suelo antes que enfrentar la mirada de la jefa de policía Tsunade.
Todavía ahora se recriminaba por el hecho de no haber salido del lugar de los hechos antes de que los guardias llegasen y la encontrasen allí, en medio de todo el desorden, en lugar de eso se había quedado parada en medio de la estancia como una imbécil y con la mirada clavada en aquella ventana rota por la que se había ido Naruto.
Naruto, él siempre estaba allí para complicarle la vida, pero ¿realmente podía culparlo? ella había sido la estúpida que no se había alejado de él.
Y ahora allí estaba, en la sala de interrogatorios, sentada en la silla de sospechosos y soportando las duras palabras de Tsunade-sama y la mirada decepcionada de Kiba. Sintió como si las oscuras paredes de la estancia empezasen a moverse y a querer aplastarla y ella no sentía fuerzas para levantarse de aquella silla de hierro clavada al suelo y escapar de aquel horrible sitio.
Con un suspiro elevó la mirada y la clavó en aquella imponente mujer. Tsunade vestía chaqueta y falda por las rodillas de color verde oscuro, ambas en conjunto con aquellas gafas de pasta negra. El rubio pelo iba recogido en un pulcro moño que le daba un aspecto más severo aún.
-Usted estaba encargada de interrogar al sospechoso que habían capturado sus compañeros de brigada y en lugar de eso va a molestar a un compañero suyo que está ocupado protegiendo la entrada del archivo.
Hinata no supo que contestar, ella había actuado sin pensar en que algo como aquello podría pasar y ahora no sabía que contestarle a aquella mujer.
-Porque usted-continuó Tsunade con un tono incisivo-dejó al sospechoso sabe Dios donde y se fue directa al guardia a decirle que se le había escapado un sospechoso y que necesitaba ayuda.
-Eso fue lo que pasó-dijo ella con voz trémula.
Sintió como las gotas de sudor frío le recorrían toda la nuca, estaba claro que Tsunade no la creería, vamos, ni ella misma se creería con una declaración tan floja como aquella.
-¡No me mienta más! cuando estaban en la sala de interrogatorios, esta sala, de la cual usted dijo que el sospechoso había desaparecido, usted desapareció y el guardia no sospechó porque pensó que estaría en otra zona buscando, pero lo que usted estaba haciendo era ayudar al sospechoso a abrir la sala del archivo.
-En realidad Tsunade-sama-intervino Kiba-la puerta fue abierta mucho antes de que se viese a Hinata adentrándose en el pasillo.
La pelinegra lo miró, a pesar de que sabía que él se sentía decepcionado la defendía, y no pudo más que sentirse agradecida con él.
-¿Intenta disculparla, inspector?-reclamó Tsunade-es cierto que lo que dice es verdad, pero si ella fuese inocente, ¿por qué no detuvo al sospechoso? llevaba un arma y él solo era un hombre, ¿me va a decir que se sintió intimidada, subinspectora?
El intento de Kiba había sido bueno pero Hinata sabía que ya no podría mantener aquello por más tiempo, pero lo que tenía muy claro era que no iba a delatar a ninguno de los chicos, ellos no se lo merecían, ni siquiera podía culparlos por lo que le estaba pasando.
-Me descuidé-empezó-y se me escapó por eso fui a pedir ayuda, después de dejar al guardia aquí yo me fui a buscarlo por otro sitio y lo encontré en la sala del archivo con la carpeta del caso Kyubi en sus manos.
-¿Y bien?
-Él me dijo que si yo no lo delataba me dejaría mirar todo el contenido de la carpeta para ver la foto de Kyubi pero que primero debía dejarle escapar y...yo le creí.
Cuando la última palabra abandonó sus labios se vio obligada a agachar de nuevo la mirada, lo cierto es que la verdad era mucho peor y ella no quería ver las miradas de aquellos dos policías, no quería ver reflejada en sus ojos la humillación a la que voluntariamente se había sometido.
-Es usted una vergüenza Hyuga-murmuró Tsunade-¿sabe que es lo único que la libra de arresto por complicidad? su intachable carrera hasta ahora y los incontables servicios que su familia ha hecho en favor de la ley, de gracias a ellos que no acabe presa.
Ella se mantuvo callada, mientras Tsunade se llevaba una mano a la cara y suspiraba.
Al otro lado de la sala Kiba se mantenía callado, se sentía traicionado, él nunca hubiera pensado que Hinata fuese capaz de algo así, había colaborado con un delincuente, un delincuente que podría ser el mismísimo Kyubi, entonces recordó otra cosa.
-El día del museo-empezó, atrayendo la atención de las dos-la subinspectora Hyuga se encontró con Kyubi pero este escapó, ella tenía su arma.
Hinata tuvo que reprimir las ganas de llorar ante aquel cruel tono de acusación, estaba claro que a partir de ahora nadie la creería nunca más.
Kiba sintió como una especie de rabia maligna le revolvía las entrañas, ya comprendía todo lo que estaba pasando.
-Te ha sobornado ¿verdad?-rugió-te ha prometido que te diría su identidad a cambio de que tú le cubrieses, seguramente tú aceptaste porque eres una de esas fanáticas locas que haría cualquier cosa por saber quién es, ¡¿es eso verdad?!
La pelinegra fue incapaz de contener el llanto, Kiba pensaba que ella era una traidora, y lo era, pero él no conocía las cosas, no sabía lo que pasaba en realidad y ella no podía decírselo, no podía.
Al ver que Hinata no desmentía aquella información Kiba abandonó la sala de un portazo y ella supo que nunca jamás recuperaría su amistad, nunca.
-Queda suspendida de trabajo y sueldo, entrégueme su placa y su pistola-dijo Tsunade-no quiero volver a verla por aquí, señorita Hyuga.
Con todo el dolor de su corazón se levantó de la silla y dejó la placa y pistola sobre la mesa. Se vio incapaz de mirar a Tsunade a la cara y tampoco salían palabras de su boca, lo único que quería era irse de allí, irse lejos.
Alcanzó en dos pasos la puerta y se marchó. Luego hizo el mayor esfuerzo posible por recorrer la distancia hasta la salida lo más rápido posible, todos la miraban acusatoriamente, la miraban como si fuese la peor de las traidoras y delincuentes.
Todos sus sueños se habían ido por la borda, ya nadie querría darle empleo en ninguna comisaría, nunca podría continuar con la tradición familiar y se convertiría en la deshonra de los Hyuga, su padre nunca se lo perdonaría.
Por fin salió a la calle y no dejó de caminar hasta que dio la vuelta y vio de lejos como algunos policías rodeaban el coche estrellado de Ichi.
¿Por qué había hecho ella todo eso? ¿Para evitar que arrestasen a unos ladrones inocentes? ¿Era tan ingenua para buscar escusas tan baratas? la verdad es que ella no había dicho nada porque no quería que lo encontrasen, porque no quería que encerrasen a Naruto.
-Dios mío, yo...-intentó decir, pero nada salió de su boca.
--------------------------------------------------------------------------
-Estoy muerto-jadeó Ichi cuando los tres llegaron a la verja de la casa de Hachi después de una hora de caminata a pie.
-Eso te pasa por ir en coche hasta para comprar el pan-replicó Naruto con una sonrisa.
-Me parece que vosotros dos estáis en problemas-dijo Hachi con un tono indiferente.
Kyu e Ichi clavaron su mirada al frente, allí en medio de la explanada, los esperaba Kakashi, fumándose un cigarro mientras los observaba con cara de póker.
-¿He mencionado que estoy muerto? olvidadlo, ahora sí que lo estoy realmente-murmuró.
-Bueno, que os sea leve la bronca-dijo Hachi con una media sonrisa.
Naruto, que había estado mirando todo el rato a Kakashi pudo ver que al lado de él había otra persona, la cual enfadada daba aún más miedo que el peligris.
-Yo que tú esperaría, a ti también vienen a buscarte-dijo señalando a nana que prácticamente echaba humo por las orejas mientras caminaba a hacia Hachi.
-¡Sois unos inconscientes! ¡¿Quién creéis que sois, superman?! ¡Era una puta comisaría!-gritó mientras agarraba a Hachi por la ropa y empezaba a zarandearlo.
Naruto anotó mentalmente que aunque su hermana fuese bajita si lograba mover a alguien tan alto y fuerte como Hachi había que tener su fuerza en consideración, para ocasiones futuras.
-Vosotros dos-esta vez fue Kakashi quien habló, dirigiéndose a él y a su hermano pelirrojo, su tono era como el de la calma que precede a la tempestad y su mirada demasiado relajada, demasiado bastante-¿os lo pasasteis bien? digo, como habéis entrado a atracar una comisaría y empotrado un coche contra la pared y puesto vuestro pellejo en peligro inútilmente por lo menos habréis sacado provecho de la salida.
-Teníamos que hacerlo-contestó Ichi encogiéndose de hombros, como si nada.
-''Teníamos que hacerlo'' bien, ¿tú tienes algo que decir?-dijo mirando a Naruto.
-No era a Hachi a quién tenías que mandar, era a mí, yo soy el principal causante de todo esto y el que debe solucionarlo.
Kakashi tiró el cigarro al suelo y lo pisoteó.
-Mira chaval, creo que estás crecidito para saber cómo están las cosas, si mandé a tu hermano y no a ti sería por algo, pero es igual ¿no?, aquí todo el mundo hace lo que le sale de las pelotas.
Naruto apretó los puños con fuerza, ya estaba empezando a cansarse de aquella actitud de Kakashi, como él le había dicho estaba lo suficientemente crecidito para saber cuidarse, de hecho llevaba bastantes años cuidándose él solito.
-Hago lo que me sale de las pelotas porque me sale de las pelotas-contestó conteniendo la ira-y tú no eres nadie para decirme a mí como y cuando debo actuar.
Los ojos de Kakashi se convirtieron en dos pequeñas agujas que enfilaron a Naruto.
-Cuidado con lo que dices mocoso, me debes mucho.
-¡Lo sé!-gritó Naruto-¡pero eso no quiere decir nada! ¡No me vas a decir lo que tengo que hacer, joder! ¡Voy a salir de ahí y matar a ese cabrón!
Kakashi dio un paso hacia adelante, no permitiría que ese idiota de Naruto le faltase al respecto.
-Haz eso y no vuelvas a presentarte delante de mí nunca más-contestó el peligris.
Naruto sonrió con desgana, ¿con que así eran las cosas no? al parecer ni siquiera alguien como Kakashi lo veía como a un hijo, solo lo veía como una herramienta de su organización. Pues bien, aquel juego se acababa.
-Tranquilo que no me volverás a ver nunca más-dijo dándose la vuelta y echando a andar a zancadas hacia la salida del recinto.
Nana se acercó a Kakashi y lo fulminó con la mirada.
´-¿Piensas dejar que se marche? ¿A dónde va a ir? si sale ahí a fuera lo atraparán.
-No me importa, él ha dejado de formar parte de esto, cuanto antes lo olvides mejor.
Ichi se quedó mirando a Kakashi y luego siguió a Naruto.
-Oye tío, ¿no lo dices en serio, verdad? no puedes irte.
-Pues me voy-contestó el rubio-me voy y que él sea feliz con su maldita organización.
Porque él no tenía intención de volver.
-Espera, me voy contigo, no puedes tú solo con esto.
Naruto se paró en seco y miró a su hermano, él realmente se preocupaba por él, pero Naruto nunca dejaría que ninguno de ellos se pusiese en peligro para salvarse el culo, eso nunca.
-Tú te quedas aquí, y como me entere de que me sigues acabarás igual que tu amado coche-le amenazó.
Dicho esto echó a andar calle abajo, hacia su casa.
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No sabía qué hacía allí parada, sentada en la escalera de la puerta de entrada en medio de aquel inmenso jardín, delante de aquella enorme casa que se encontraba totalmente vacía.
Al salir de la comisaría pensó en ir a casa de Ino, pero ¿qué explicación le daría a su amiga? es más ni siquiera sentía ganas de hablar con nadie, estaba cansada de dar explicaciones que ni ella misma se creía, ¿qué no los había delatado porque ellos ayudaban a niños desvalidos? Puede que esa fuese una razón, pero no la verdad, porque si fuera la verdad ella no estaría sentada allí, en aquella casa, esperando a algo que sabía que no iba a suceder.
Las lágrimas resbalaban ya sin control por su cara mientras se repetía un y mil veces que era una completa idiota al dejar que todo aquello entrase en su vida, cuanto mejor le hubiese ido si nunca la hubiesen trasladado de la sección de tráfico. Así nunca habría conocido a Kyubi, nunca habría conocido a Naruto, ni a sus hermanos y no estaría así.
-Estúpida.
Estúpida por todo, por ser tan ingenua como para pensar que ella sola sería capaz de mantener un secreto de tal magnitud sin que le perjudicase, por pensar que nada de aquello le afectaría. Se sentía sola y desprotegida, asustada y sin saber a dónde ir, por eso estaba allí, frente a la casa de Naruto, sin importarle ya que el enemigo estuviese cerca, si venían a hacerle algo esta vez ella no pondría resistencia, su vida se había ido al carajo y le daba todo igual.
Oyó unos pasos caminando hacia ella, seguramente ya la habían visto e iban a por ella otra vez, le dio igual, ni siquiera levantó la cabeza del suelo, no hizo nada. Los pasos se detuvieron a su lado.
-¿Qué haces aquí?-escuchó la voz de Naruto-es peligroso.
-No sabía a dónde ir-contestó.
-¿Y pensaste que este era el mejor lugar?-dijo él con tono ácido-como si yo no tuviese suficientes problemas como para hacerme cargo de los tuyos, ¿qué ha pasado esta vez? ¿Se enfadaron porque no arreglamos la ventana rota?
Hinata alzó la cabeza y clavó sus ojos en los de él.
-No seas injusto-recriminó.
Naruto sintió como su pecho se oprimía al ver que ella estaba llorando, llorando como nunca había visto a nadie llorar, salvo a su madre. Pero en ese momento él no estaba dispuesto a aceptar otro rechazo o otra bronca, simplemente no podría soportarlo, estaba cansado de que todos le diesen de lado.
-Injusto ¿no? ¿Quién es la injusta Hinata? tú siempre dices que quieres que me aparte de ti y cuando lo hago vas tú y te presentas delante de mi casa, estoy cansado ya de tus juegos, ¿de qué coño vas?
-No tienes derecho a hablarme así-dijo ella levantándose.
-¿Ah, no? ¿Y cómo quieres que te hable? porque sinceramente a estas alturas ya no sé lo que quieres de mí Hinata.
La pelinegra sentía como si le clavasen una estaca en el medio del pecho con cada palabra de ira y desprecio que salía de la boca de Naruto. Él estaba siendo muy injusto, no tenía ni idea de lo mucho que ella estaba sufriendo con esa situación.
-No me merezco este trato después de todo lo que he hecho.
Naruto casi se echa a reír ante tal acto de hipocresía, quería que se marchase, quería gritarle y ser malo con ella, pero aún así no podía, no podía ni mirarla a la cara por miedo de derrumbarse al verla llorar.
-Aja, ¿y qué has hecho?-preguntó con ironía.
-¡No lo sé!-exclamó ella-¡tal vez cubrirte, dejar que me secuestrasen y ya que estamos, perder mi empleo de por vida y ser expuesta a humillación pública por no delatarte! ¡Deja de pensar que eres el único con problemas porque no es así! ¡Estoy sin casa, sin trabajo y pronto me llamará mi padre para decirme que se avergüenza de mí por ayudar a delincuentes! ¡¿Y aún me preguntas que qué es lo que he hecho?!-se desahogó mientras Naruto la miraba atónito-pero ¿sabes qué? se acabó, mando todo a la mierda, me voy, así no te molesto más, tal con un poco de suerte alguien me pega un tiro al doblar la esquina.
Naruto se quedó helado mientras sus ojos seguían la figura de ella que comenzaba a andar por la acera, ¿la habían despedido por encubrirlo? nunca nadie había hecho tal gesto por él, sabía cuánto significaba ser policía para Hinata y el hecho de renunciar a ello por protegerlo a él...
-¡Espera!-gritó.
Hinata se detuvo en medio de la acera mientras escuchaba como él se acercaba a ella corriendo.
-Déjame en paz Naruto, creo que ya he entendido lo que quieres.
-¿Por qué lo has hecho?-preguntó con la voz grave-¿por qué has jodido tu vida para encubrirme a mí?
Aún dándole las espaldas ella pudo sentir su presencia, quiso gritarle y pegarle y decirle de todo pero sabía que era inútil, nada de eso serviría para nada y de verdad ya apestaba mentirle a todo el mundo, al menos con él se permitiría ser sincera.
-Tú hace unas horas dijiste que ibas en serio-susurró-supongo que después de todo yo también me he dado cuenta de que voy en serio, tan en serio que estoy asustada, yo...lo he perdido todo.
Sintió como dos fuertes brazos la abrazaban por la espalda y como la cabeza de Naruto se apoyaba en su hombro.
-No debiste hacerlo Hinata, he abandonado la organización y Kakashi ya no me ayuda, estoy solo y mi situación ahora es más peligrosa que nunca.
-Como si la mía fuese mejor-ironizó-tal vez esta noche me muera de un resfriado al dormir debajo de un puente, o vuelva a mi casa y uno de esos asesinos me apuñale mientras duermo, tal vez incluso alguien ahora me este apuntando directamente a la cabeza.
Naruto la apretó con más fuerza, si algo de eso llegaba a suceder a ese hijo puta no le quedaría rincón del mundo donde esconderse de él.
-Entonces siento decirte que tendrás que quedarte conmigo.
-Sin duda la peor de las opciones-contestó ella ya más calmada-solo quiero saber una cosa, ¿roncas?
Sintió como Naruto se reía mientras le daba la vuelta. Con esmero le secó las lágrimas de la cara con la yema de los dedos y luego los dejó estar allí, mientras los dos se miraban sin decir nada, hasta que Hinata le rodeó el cuello con los brazos y lo acercó a ella en un profundo beso.
Sus lenguas chocaron esta vez en un compás lento, sin buscar el placer animal el uno en el otro, solamente el cariño y la compañía que les hacía saber que allí estaba el otro, que no estaban solos.
Se separaron para tomar oxígeno pero en seguida Naruto volvió a apresarse de sus labios esta vez en un beso mucho más exigente.
-¿Sigue en pie lo de dormir conmigo?-preguntó.
-Veamos, creo que tengo un hueco en mi agenda-contestó ella con una sonrisa.
Naruto la agarró de la mano, y sacando las llaves del bolsillo abrió la puerta de la casa, la cual seguía exactamente igual a como la había dejado al irse de allí. Encendió las luces de la casa y obligó a la pelinegra a quedarse en la puerta mientras él iba a ver si no había nadie husmeando por allí.
Hinata permaneció quieta en la entrada pero al ver que pasaban los minutos y Naruto no aparecía empezó a preocuparse.
-¿Naruto?-lo llamó mientras atravesaba el comedor y se encaminaba hacia uno de los innumerables pasillos de aquella casa, andando y andando llegó hasta una zona que ella no había visto antes en la cual al fondo de todo había una sala que tenía las luces encendidas.
-¿Naruto?-volvió a preguntar.
-Estoy aquí, pasa-dijo él.
Hinata entró en la estancia y se quedó maravillada, dentro alguien había colocado una réplica de una antigua litera romana cubierta por una tela de terciopelo de color rojo que destacaba con el blanco puro de la litera.
Alrededor de las paredes, también blancas, se encontraba una serie de cuadros que la dejaron impactada de lo bien trabajados que estaba, hasta que llegó a uno que la dejo totalmente helada. En él aparecía una adolescente vestida totalmente de negro, con el pelo rosa recogido en dos lazos de color rojo, era nada más y nada menos que Nana con unos dieciséis años, eso quería decir...
-Todos los he pintado yo-dijo Naruto apareciendo a su lado.
-Son...son geniales-contestó-es como si fuesen fotos, tienes un gran talento.
-Gracias-contestó él.
El resto de cuadros representaban a sus hermanos, había uno especialmente aterrador en el que salía un chico de pelo azul y ojos violeta con una enorme arma automática en la mano, y ella que creía que había conocido a gente rara...la familia de Naruto era digna de comedia americana.
El último de los cuadros era totalmente diferente, en él aparecía una mujer pelirroja vestida con un vestido azul de tela barata, sentada en las escaleras de entrada de un edificio, era muy guapa pero aparecía con expresión triste con los ojos fijos en algún punto inespecífico, como esperando a alguien.
-Es mi madre-dijo él-es curioso que de todos los momentos que he vivido con ella este sea el que más recuerde, cuando mi padre no volvía a casa ella iba a esperarlo sentada en la entrada del banco central, yo siempre me sentaba al lado de ella y los dos pasaban horas allí esperando a que el imbécil de mi padre apareciese, y ahora...ella luchó tanto porque yo no fuese como mi padre y mírame.
-Era muy guapa y el cuadro es precioso-dijo-tú no eres tu padre Naruto, no hay ni punto de comparación.
Él sonrió.
-Tú sí que eres guapa-dijo escaneándola de arriba a abajo con la mirada, provocando, como de costumbre, que todo el cuerpo de la ojigris ardiese de deseo.
-¿Me pintarías a mí?-preguntó de repente-es que no es justo que todos salgan en un cuadro y yo, supuestamente con la que vas en serio, no.
-Es que a ti quería pintarte en vivo y directo-contestó divertido.
-Vale, pues tú vete a preparar el material mientras yo me voy a preparar a mí misma, todavía está la ropa que me mandó Ino aquí, para algo tendrá que servir.
Y como una flecha salió del cuarto.
Naruto empezó a sacar los materiales mientras sonreía, nunca había pensado que podría gustarle tanto una persona, Hinata era magnífica, para él brillaba con luz propia una luz muy especial.
Sacó el caballete y lo colocó justo en frente a la litera, a Hinata quería pintarla de una manera especial.
Mientras acababa de colocar la tela de terciopelo Hinata entró por la puerta.
-¿Todo listo?
A Naruto se le secó la garganta de golpe y el cuerpo se le incendió nada más ver como venía. La pelinegra se había puesto un camisón de color rosa que dejaba transparentar las curvas de su cuerpo.
-¿Tú quieres que te pinte o que te haga otras cosas?-preguntó.
Ella se echó a reír.
-¿Dónde tengo que colocarme, artista?
Naruto señaló la litera, intentando concentrarse en el trabajo. Volvió hacia el caballete mientras ella se tumbaba sobre la suave tela roja.
-¿Estoy bien colocada así?-preguntó con fingida inocencia.
Vaya si estaba bien, sobre todo cuando le ofrecía semejante panorámica de sus piernas.
-No tan tumbada.
-¿Así?
-Un poco más elevada.
Hinata sonrió al ver los esfuerzos que él hacía, bien era hora de ayudarlo un poco.
-¿Y por qué no vienes tú aquí y me dices cual es la postura correcta?
Naruto sintió como se endurecía por completo ante aquel juego de palabras, obedeciendo se acercó a ella y sin darse cuenta acabó tumbado en la litera con Hinata encima de él.
-Te has portado tan mal conmigo, que tendré que castigarte-le susurró al oído mientras empezaba a rozar sus intimidades.
Naruto sintió como todo el mundo se le caía encima ante tan placentera situación. Hinata había metido sus manos por debajo de la camiseta, pellizcando sus pezones mientras mordisqueaba su cuello. Si ella castigaba de esa forma, él prometía portarse mal todos los días de su vida.
Hinata disfrutaba inmensamente sintiendo el sabor y el tacto de aquella exquisita piel, lo tenía ahí completamente a su merced, completamente suyo. Agarró fuertemente la camiseta y la rompió en mil pedazos, venganza por lo del vestido, y arrojó los restos bien lejos. Con la palma de las manos acarició aquel estupendo torso mientras se lo comía con los ojos, como podía haberse estado negando el disfrute de una cosa así.
El cuerpo de Naruto llameaba por toda aquella zona que quedaba bajo el radio visual de la voraz mirada de la pelinegra, la cual rápidamente fue sustituida por aquellos pecaminosos labios suyos haciendo que la presión sanguínea del rubio aumentase hasta niveles insospechados.
Hinata fue bajando por aquel espectacular cuerpo hasta llegar al ombligo donde se detuvo mientras enredaba sus dedos en el cierre del pantalón, el cual acabó en el mismo lugar que los trozos de camiseta.
-¿Me...vas a violar...Hinata?-preguntó él.
Ella sonrió mientras retiraba la única prenda que le quedaba al chico, dejándolo completamente desnudo. La respuesta a aquella pregunta llegó inmediatamente con una húmeda lamida por toda la extensión de su miembro, Naruto tuvo que hacer verdaderos esfuerzos por no desfallecer de placer, la lengua de Hinata trabajaba lenta y tortuosamente sobre su pobre miembro, cada vez más hinchado. Quiso detenerla pero su cuerpo no le funcionaba.
Fue Hinata, quien tras unos minutos de diversión se separó de él y se quitó el camisón, quedando en un conjunto de ropa interior negra. Se sacó las braguitas y posteriormente trepó sobre su cuerpo como si de una gata se tratase y se auto penetró a sí misma.
El gemido de los dos fue instantáneo, Hinata se dejó caer sobre Naruto, el cual se había medio incorporado, mientras mantenía el ritmo de las penetraciones. Naruto le sacó el sujetador y cubrió sus pechos con las dos manos, masajeándolos mientras mordisqueaba aquel blanco cuello.
-Te quiero-susurró la pelinegra en un momento de inconsciencia.
Reavivado por esas palabras, Naruto la agarró por las caderas e incrementó el doble el ritmo del acto hasta que al final los dos culminaron en un potente gemido.
-Que liberación-murmuró la pelinegra mientras se tiraba sobre él-no sabes cuantas ganas tenía de esto.
-Mujer, si eran tantas podías haberme llamado antes al móvil y yo te complacía encantado.
Los dos se echaron a reír.
-Hoy ha sido un día agotador, estoy tan cansada-dijo bostezando.
-Puedes dormir, yo me quedaré contigo-dijo antes de darle un dulce beso.
Contenta y en paz, la pelinegra apoyó su cabeza en el pecho de él y cerró los ojos, pronto la venció el sueño. Mientras, el pasaba los dedos a través de aquel suave pelo negro, era tan guapa mientras dormía, la luz le daba en la cara haciendo que pareciese un ángel.
Y entonces se le ocurrió una idea, la apartó suavemente y él se levantó, recogió su ropa interior y pantalones y se los puso, luego se fue hacia el caballete, cogió el pincel y empezó a pintar.
2 HORAS DESPUÉS
Hinata se despertó sola, tapada por la tela de terciopelo rojo, ya había oscurecido y todo estaba en sombras, Naruto no estaba por ninguna parte.
Se levantó cubierta con la tela y fue a encender la luz, Naruto no estaba por ningún lado pero en lugar de él en medio de la habitación había un cuadro sobre el caballete, se acercó a él y se quedó conmocionada al ver que era ella mientras dormía, era como si alguien le hubiese sacado una foto.
Pero la alegría duró poco, en algún lugar de la casa se oyó un disparó. El corazón se le agitó. ¿Dónde estaba Naruto?

15.

Toda la casa estaba a oscuras y en completo silencio. Lo único que podía sentir era el ruido de sus pisadas en el suelo, andando sin rumbo fijo, con el corazón en un puño y la boca fuertemente cerrada, temiendo que saliese un grito de ella. Se había puesto el camisón pero lo que realmente necesitaba era ropa flexible y su pistola. Dios mío, ¿y si los habían encontrado? ¿Y si habían herido a Naruto? de solo pensarlo el nudo del estómago se le apretó con fuerza mientras las lágrimas golpeaban como martillos en sus ojos.
Continuó andando a tientas, aquel pasillo era tan enorme que no encontraba ni el interruptor de la luz, el sonido del disparo sonaba como eco en su cabeza, una y otra vez, al principio casi se deja llevar por la desesperación y un grito subió por su garganta, pero su mente de policía le dijo que eso solo pondría las cosas peores y alertaría al invasor, acabando con su oportunidad de rescatar a Naruto. Se orientó hacia donde creyó oír el disparo pero aún así creía que estaba andando en círculos, sus piernas temblaban, al igual que el resto de su cuerpo, pero no estaba asustada por ella, estaba asustada por no encontrar nada, por no ver nada.
Entonces, como si de un milagro se tratase, su mano encontró un recuadro saliente en la pared, palpó y bajó el interruptor de modo que todo el espacio quedó completamente iluminado. Estaba a mitad del pasillo, atrás quedaba el cuarto de los cuadros y ahora se encontraba parada en mitad de aquel gigante de paredes doradas, rodeado por miles de puertas. El corazón le dio un vuelco, ¿cómo demonios adivinaría dónde se había producido el disparo?
Dejándose llevar por la desesperación empezó a abrir una a una las puertas sin ningún tipo de cuidado, ahora le daba igual que la encontrasen a ella también, no le importaba nada, solo quería saber si Naruto estaba bien.
-Por favor-rogó mientras seguía abriendo habitaciones-por favor, Dios mío, por favor...
Cada puerta que había daba lugar a una estancia llena de estatuas o cuadros, o habitaciones de invitados decoradas con camas con doseles e inmobiliario que recreaba antiguas épocas, hasta había una habitación con el tradicional tatami japonés, esa asa era un museo de pies a cabeza y eso ahora no la ayudaba.
Miró hacia adelante, tres puertas, quedaban tres puertas, abrió la primera y lo único que encontró fue un montón de urnas llenas de jarrones y vasijas que estaba segura que costaban más que el sueldo de cien vidas suyas, no le importó, armándose de fuerza le dio una patada a uno de los cristales y lo hizo añicos, la alarma no sonó. Por un momento Hinata se quedó de piedra, toda la casa de Naruto estaba rodeada de sistemas de seguridad, toda, ¿cómo es que no sonaban las alarmas? se aterrorizó aún más, cogió el caro jarrón de tonos azules, a pesar de su tamaño, pequeño y rechoncho, Hinata se vio obligada a sujetarlo con ambas manos, llevaba tal cantidad de porcelana que si le caía a alguien en la cabeza lo llevaría de urgencia al hospital, bien, eso era lo que ella pretendía.
Salió del cuarto con su nueva arma y se dirigió a la segunda puerta, estaba arrimada y por la rendija salía un fuerte olor a pólvora, sin duda había sido allí, la mano le tembló en exceso cuando la extendió hacia la manilla, con decisión agarró fuertemente el jarrón y abrió de una la puerta, estaba vacía, las paredes marrones estaban completamente desnudas al igual que el suelo de madera, y entonces lo vio, en una de las esquinas del cuarto, espeso y brillante, un charco de sangre reciente, por la pared la sangre se extendía en línea recta hacia la ventana que daba al exterior, sin duda quien quiera que hubiese estado allí se había ido por la ventana.
Sus ojos volvieron al charco de sangre, Dios era tan grande, las manos se le aflojaron y el jarrón cayó al suelo, rompiéndose en dos. Su cuerpo dejó de responderle, las piernas se doblaron haciéndola caer de rodillas y sus ojos ya no fueran capaces de controlar el inmenso torrente de lágrimas que ahora resbalaban por su cara, quiso gritar, no pudo, quiso levantarse y salir en busca del criminal, no pudo, su cuerpo era un montón de goma.
Una imagen de Naruto sonriéndole le llegó a la cabeza y entonces explotó, su garganta expulsó todo el dolor que tenía guardado en su interior hasta quedarse ronca, ¿por qué ahora que estaban juntos pasaba esto? era totalmente injusto, seguramente las alarmas no habían sonado porque Kakashi había mandado desactivar todos los controles de seguridad, no iba a proteger alguien que lo había abandonado, el dolor de su interior se convirtió en furia, contra todos, contra ella misma por haberlo dejado desprotegido y ahora lo más probable era que estuviese muerto o agonizando. Sacando fuerzas de la nada se levantó y miró al interior del cuarto con una decisión que rayaba en la temeridad. Esto no iba a quedar así.
Salió tambaleándose del cuarto y se dirigió rápidamente hacia el salón, donde continuaba la maleta de ropa que le había mandado Ino tiempo atrás a esa casa, revolvió toda la ropa hasta encontrar lo que quería, unos pantalones y una cazadora de cuero, negros como el carbón, se quitó el camisón y se vistió de inmediato, calzándose unos botines negros que encontró al fondo de la maleta. Se recogió el pelo en una coleta alta y se secó las lágrimas de los ojos, estaba rota por dentro pero tenía que actuar ya.
Sacó una Glock de uno de los cajones de la entrada, puede que necesitase una pistola para lo que iba a hacer, recogió unas gafas de sol que Naruto había dejado allí y se quedó viéndose a uno de los espejos, un fantasma, eso era lo que era, un fantasma, ya no la ingenua policía.
Algo encima de la mesa llamó su atención, era un móvil, el móvil de Naruto, se le removió el interior mientras lo tomaba en la mano. Sabía que ese móvil tenía un localizador GPS que podía conducirla hacia los teléfonos de los otros hermanos, Nana se lo había dicho. Se lo guardó en el bolsillo y cogió también las llaves del deportivo rojo y la casa al igual que la cartera de Naruto, sabía que eso era robar, pero ya no le importaba, ya nada le importaba.
Con todo lo que necesitaba en sus manos se giró y observó la casa, esta noche habían muerto dos personas, ella nunca más volvería a ser Hinata Hyuga, nunca más. Tras ese pensamiento salió del edificio y poco después entraba en la carretera pisando a fondo el acelerador del deportivo rojo.
------------------------------------------
Kiba iba soltando tacos mientras conducía en medio de la solitaria calle, era de noche y estaba en las afueras así que era poco probable que alguien lo viese, pero los nervios le hacían mantener la guardia alta, su mano se mantuvo apretada con fuerza en el volante mientras que con la otra sujetaba el cigarro, por enésima vez miró a través del espejo hacia el asiento de atrás. Tumbado sobre la tapicería del asiento llevaba un bulto tapado por una manta negra, la parte posterior colgando del asiento.
Volvió a maldecir de nuevo, Dios, ¿qué había hecho? él era un policía, no un asesino, ¿cómo había sido capaz de hacerlo? ni siquiera sabía por qué demonios había ido hasta allí, no tenía ni la más remota idea.
Un minuto después las luces de la ciudad lo abandonaron, quedando en su lugar las débiles farolas que iluminaban el campo de alrededor, la carretera metropolitana fue sustituida por la carretera comarcal y pronto el coche quedó oculto entre los inmensos árboles. Volvió a mirar hacia el cuerpo que iba detrás y una inmensa furia lo invadió. No, no había sido culpa de él, él no había querido aquello.
Las lágrimas le cayeron por el rostro, asustado por lo que había hecho, había cruzado la línea, se había convertido en un repulsivo asesino, cuando se dio cuenta ya había disparado y no había nada que hacer.
Tenía que huir, se le reveló con tanta claridad que tembló, no quería hacerlo pero era la única solución, había salido tan rápido que ni siquiera había limpiado la escena del crimen, pronto llegaría la policía y encontrarían sus huellas y el casquillo de la bala. Joder, él conocía tan bien el procedimiento del tiempo que había estado en homicidios que verse en el otro lado del meollo le hacía darse cuenta de cuantas probabilidades tendría de librarse de la cárcel si se quedaba, cero.
Se había perdido, completamente.
A lo lejos vislumbró lo que andaba buscando, el terreno se hundía dando lugar a un terreno desprovisto de cualquier tipo de vegetación debido a la contaminación, había ido tantas veces allí que recorrer el camino para aquel propósito le hacía sentirse aún más enfermo.
Aparcó el coche en el mismo borde del vertedero, al abrir la puerta el fétido olor le golpeó de lleno en la nariz, dándole arcadas. Se repuso y abrió la puerta de atrás, sacó el bulto con dificultad ya que pesaba lo suyo y lo arrastró hacia el montón de basura, quitándole la manta. Inmediatamente un grito abandonó su boca, Naruto tenía los ojos abiertos y lo miraba fijamente mientras respiraba con dificultad y se tapaba con una mano la herida del estómago.
-¿Creías...que me...habías matado hijo de puta?-jadeó.
-No puedes estar vivo, no tenías pulso.
Naruto sonrió con desgana.
-Tienes razón soy un puto fantasma que viene a atormentarte cabrón, ¿y tú defendías tanto al bien? ¿No perseguías tanto a Kyubi? mírate, das pena.
-¡Cállate! no me compares con ese ladrón, nunca, puede que me vaya de la policía pero acabaré encontrándolo.
El rubio se echó a reír.
-Te deseo toda la suerte del mundo, nunca lo encontrarás.
Kiba se apartó de él, tenía que irse ya. Se giró y caminó hacia el coche cuando volvió a escuchar a Naruto.
-Puede que yo muera-dijo más débil-pero si te acercas a Hinata te perseguiré hasta matarte, te lo juro.
Kiba se metió en el coche y abandonó el vertedero, dejando a Naruto agonizando en la basura.

16.

-¿Por qué todo esto me resulta tan familiar?-preguntó Ni mientras él e Ichi salían de entre las sombras de uno de los edificios de la calle.
-Tal vez porque tres veces a la semana vives una situación como esta-contestó su hermano con una sonrisa-¿no eras tú el traficante de armas?
-Sí y como no acabemos esto rápido usaré mi Tokarev para hacerte un precioso agujero en los huevos-contestó mientras echaba a andar detrás de Ichi.
Como cada vez que salían a hacer alguna ''travesura'' Ichi llevaba puesta una gorra, esta vez roja, que dejaba casi cubierto por completo su extraño cabello rojizo, nadie sabía por qué hacía eso y no querías forzar a Ichi a ponerse de mal humor, antes preferías enfrentarte a una manada de rotwailers.
-No sé ni por qué nos escondemos-prosiguió el peli azul-vas vestido que pareces el repartidor de Telepizza, nadie sospechará si te ve por la calle.
Ichi se giró lo suficiente para hacerle el corte de manga. La verdad que todo ese despliegue de sarcasmo y humor solo era para aliviar un poco la tensión del momento, si Kakashi descubría que habían ido hasta allí les arrancaría la cabeza y utilizaría sus pelos de mondadientes, aunque ni a Ichi ni a él les importaba mucho, así te ahorrabas sufrir por el dolor craneano.
Cruzaron la solitaria carretera y se dirigieron hacia el bloque de pisos de mediana clase que tenían ante sus narices, no eran del todo malos pero la chorreante humedad y el desvaído color gris no ayudaban a imaginarse un interior mucho mejor, al menos esperaba que el portal estuviese más limpio. Si bueno, sin duda si aquel intento de puerta era un portal con mucho prefería las vistas de la fachada, comparada con aquello era el Palacio de Buckingham. La puerta, o lo que quedaba de ella, había sido hecha de bronce pero ahora parecía como si la hubiesen rociado de gasolina y montado allí la hoguera de San Juan.
-Hemos encontrado la casa de Shaggy-bromeó Ichi.
-Prefiero no ver la caseta de Scooby entonces-respondió al ver que el portal por dentro tenía los mismos chorretones de humedad que la fachada-¿de verdad que un policía puede vivir en un cuchitril como este? ya has visto que mi casa no es lo más pero al lado de esto...
Desde ese momento ambos se quedaron callados, cuando uno quería entrar de incógnito lo que menos quería era despertar a todo el bloque de vecinos. Al fondo había un ascensor que debía ser de dos metros cuadrados.
-Alguien tendrá que subir las escaleras y no voy a ser yo-dijo el ojivioleta entrando raudo en el ascensor-arrivederci.
Ichi lo fulminó con la mirada mientras la puerta se cerraba y ocultaba la figura de su hermano. Resignado se dirigió a las estrechas escaleras, que sin duda servían de vivienda a los ratones, Ni tenía razón, aquello era asqueroso incluso para un policía soltero, y para joderse tenía que subir a pie hasta el séptimo, me cago en Ni y todos sus descendientes.
Poco más de cinco minutos después llegó al rellano del séptimo piso, donde Ni lo esperaba recargado en la pared y haciendo girar su dedo índice dentro del gatillo de la Tokarev rusa, que más que su pistola parecía su amante.
-Deja de jugar con eso hombre, acabarás matando a alguien-dijo mientras sacaba una ganzúa y se dirigía a la puerta en la que rezaba ''7D''.
-Si no se han muerto ya del asco...-murmuró el otro mientras guardaba la pistola.
La vieja puerta de madera se abrió con un ligero clic, al abrirse los dejó en la sala. Las paredes estaban pintadas de color salmón, menos mal ya pensaba que todo era humedad, pero como lo bueno no dura para siempre el suelo estaba para contrastarlo, el parqué, la moqueta o lo que fuera que ese hombre tenía en el suelo estaba cubierta por una preciosa alfombra de ropa sucia, algo que parecían latas de cerveza y cartones de pizza y a partir de ahí no se atrevió a comprobar que más.
Ni recogió una camisa del suelo y apartó la nariz asqueado.
-Eau de toilette Sobaqué pour home-gruñó devolviéndola al suelo.
Avanzaron entre la marea de suciedad, solo había dos estancias más, un cuarto con un baño, más ordenado que el salón, y un sótano.
-¡Joder!-exclamó Ichi cuando abrió la puerta.
Aquello era lo más parecido a un santuario dedicado a Kyubi, todas las paredes estaban cubiertas de fotos de su hermano, en todos lados y desde todos los ángulos.
-Virgen Santísima-segundó Ni al entrar tras él-¿esto qué es? ¿El club de fans de Kyubi? joder, Kyu tenía razón al decir que el tipo este era un maníaco obseso, ¿y si el acosador es él y no otra persona?
-¿Kiba? lo dudo, tú mismo lo has dicho, es un obseso de la ley.
Ni se paseó por el cubículo y arrancó una de las fotos en las que Kyu aparecía sonriendo a cámara mientras desaparecía entre el humo vestido con su traje negro.
-Lo que he dicho es que es un obseso de Kyubi, sabiendo esto el acosador pudo haberse puesto en contacto con Kiba y conociendo su obsesión ofrecerle información sobre él a cambio de que Kiba le sirviese de medio para capturar a Kyubi-dijo mientras seguía revolviendo entre las cosas que había por allí.
-Oye, ¿tú eres delincuente o poli? me parece que te has equivocado de bando Sherlock y desde luego vuelto un loco total, eso es imposible.
-Ya claro, y esta carpeta está aquí porque el hada buena la trajo volando-dijo señalando una carpeta abierta igual a la que se habían llevado de la comisaría y llena de información de todos los miembros de la organización-debemos darle gracias de paso porque solo hay fotos y supuestas direcciones en las que han visto a los ''sospechosos'' y no nuestros datos personales, y bien Watson, ¿algo que decir al respecto?
-Pudo haber fotocopiado la carpeta de la comisaría y traerlo para casa, eso no significa nada.
-No, claro que no, salvo porque esta carpeta tiene su mayor parte del contenido dedicado a ''Hatake Kakashi, presunto líder de la banda'', que la otra carpeta no tiene.
-Joder-dijo llevándose una mano a la cara-estamos hasta arriba de mierda.
-Yo sugiero ir a hacerle una amistosa visita a nuestro amigo el inspector-dijo mientras acariciaba la culata de la pistola.
-Ya, por si no te has dado cuenta a estas horas de la noche uno suele estar en su casa y no en el trabajo y yo aquí no lo veo.
-Déjame hacer una llamada y lo localizo en dos segundos-aseguró Ni.
-Tenemos que volver e informar, si lo sé, me apetece enfrentarme a Kakashi como una patada en los huevos, pero me apetece menos que nos encuentre un poli, así que arreando.
-------------------------------------------
Hinata se bajó del coche de Naruto delante del bloque de edificios donde vivía Kiba, nunca había estado allí antes y, sinceramente, no se había perdido nada, aquello hubiera pasado tranquilamente por la vivienda de Jack el Destripador. La puerta del portal estaba abierta pero por educación tocó al timbre, nadie contestó.
Genial, necesitaba a Kiba para que le informase sobre todo lo que supiera de Kyubi, por donde se movía o si tenía manías a la hora de robar, cualquier cosa para poder llegar a descubrir quién le había atacado, pero al parecer nada esa noche estaba a su favor, probando a llamar una vez más por si acaso, decidió acabar marchándose.
Subió al coche y se quedó sentada mirando al reflejo de aquella mujer desconocida del parabrisas que le devolvía la mirada detrás de unas gafas de sol oscuras.
-¿Quién te ha hecho esto, Naruto?-susurró.
Interrumpiendo sus pensamientos se oyó un pitido, era el móvil de Naruto, acababa de recibir un mensaje nuevo.
''Hemos encontrado algo importante, pasa de Kakashi y reúnete con nosotros en casa de Hachi y Nana. Ichi''
Hinata se quedó clavada en el asiento con el móvil en la mano, al parecer ellos aún no sabían nada de lo sucedido, ¿Pero cómo? Hachi tenía toda la casa controlada con cámaras y radares de movimiento, tenían que haberse enterado de una forma u otra. Luego recordó que Naruto había sido expulsado de la organización y que probablemente Kakashi en persona se había encargado de desvincular todo lo referente al rubio.
Entonces una idea peregrina pasó por su cabeza, vale, realmente era muy tonta y poco probable pero por intentarlo no pasaba nada. Abrió la carpeta del móvil que decía GPS y enseguida se abrió el mapa de toda la ciudad de Konoha, señalando con un puntito verde el lugar donde ella se encontraba, Naruto bien podía tener la dirección guardada en favoritos, era poco probable porque sería peligroso si alguien le robaba el móvil pero por intentarlo no pasaba nada. Abrió la carpeta de favoritos y se encontró con que esta le pedía una contraseña.
-Vamos mejorando por momentos ¿eh?-se preguntó a sí misma mientras volvía a guardar el móvil.
En fin, si Naruto había guardado sus direcciones de favoritos con una contraseña por algo sería ¿no?, al menos creía haber encontrado un hecho positivo en todo aquello, la única pieza del puzle que le faltaba era encontrar la bendita contraseña y como no era adivina, o bien se desgañitaba de la desesperación o buscaba uno de esos súper ordenadores de la comisaría que tanto le gustaban a Ino.
Resignada marcó el número de su amiga en el móvil de Naruto y esperó a que ella contestase.
-¿Diga?-contestó la rubia de mal humor y la voz adormilada.
-Necesito que vayas a la comisaría ahora-se limitó a decir.
-Hinata, ¿sabes qué hora es? ¡De madrugada!-se quejó.
-Es importante Ino-contestó seria-te necesito, nos vemos allí en media hora.
-------------------------------
Colgó el teléfono y maldijo, ¿es que ese idiota de Kiba no iba a contestar al teléfono? apenas se había marchado de allí hacía unas pocas horas y aún no había regresado. Con furia tiró el teléfono sobre el sofá y él mismo lo imitó segundos más tarde.
El inspector había llegado al punto de encuentro de ese noche hecho una furia, por supuesto no había asistido él en persona sino que uno de sus subordinados fue a tratar con él, al parecer su compañera de equipo, la tal Hinata que él ya conocía, había ayudado a unos delincuentes, seguramente hermanos de Kyubi, a robar toda la información que él le había proporcionado del caso porque era una fan del ladrón y por eso su furia contra Kyubi había aumentado hasta límites insospechados.
Su subordinado había aprovechado un momento de ida al baño para informarlo de todo y él le había dicho como actuar, ya era hora de atrapar a ese ladrón de poca monta y obligarle a que le dijese donde estaba el cetro.
Así que su subordinado le había dicho a Kiba que habían estado investigando a un tal Naruto Uzumaki que al parecer se encargaba de ayudar a Kyubi para encubrirlo y ayudarlo con sus asuntos y como prueba le mostró una foto ''retocada'' donde Naruto salía hablando de noche con un tipo vestido de traje de cuero negro, luego le habían dado la dirección de la casa de Naruto y lo había dejado marchar con la condición de que antes de llevarlo a la comisaría lo trajese aquí para resolver con él un asunto que tenían pendiente, el policía había aceptado de inmediato, cegado por la ira, y luego se había esfumado.
Pero algo debía haber pasado en la casa porque el policía aún no había regresado, tal vez había incumplido su promesa, pero lo dudaba.
El móvil sonó y lo recogió rápidamente.
-¿Y bien?-preguntó.
-Señor...-la voz de su subalterno sonó cargada de miedo.
-Habla-gruñó.
-El inspector...acaba de llegar pero no trae al ladrón con él-contestó-al parecer cuando...cuando llegó a la casa...vio al tal Naruto semidesnudo pintando a la mujer esa, Hinata, desnuda también, ella estaba durmiendo y él...él atrajo al ladrón hacia una habitación haciendo saltar la alarma, discutieron y...
-¡¿Y?!
-Le pegó un tiro en el estómago.
La maldición y los tacos se oyeron por toda la estancia.
-¿Lo mató?
-Dice que cuando lo abandonó aún estaba vivo.
-¿Y dónde está?
-En el vertedero municipal.
-Bien, quiero que acabes con ese estúpido, déjalo irreconocible y luego vete al vertedero.
-Sí, señor.
------------------------------------------
-Lo he intentado mil veces Hinata pero este móvil tiene todas las contraseñas fuertemente protegidas-dijo Ino tras haber acabado la décima operación con el ordenador.
Apretó los puños, debió haberlo pensado, alguien como Hachi no dejaría desprotegido a ninguno de sus hermanos.
-Aún no me has explicado por qué estás vestida como Lara Croft y llevas el coche de Naruto, ¿qué está pasando, Hinata?
-Absolutamente nada, gracias por tu ayuda Ino, tengo que irme, ya hablaremos-dijo saliendo por la puerta.
-¡Oye, no puedes levantarme de la cama alas tantas y luego dejarme así!-se quejó la rubia.
Pero Hinata no hizo caso, salió de la comisaría, subió al coche, arrancó y volvió a aparcar a dos manzanas de distancia. Miró el móvil, en la pantalla brillaba en letras verdes la palabra ''Password''.
-Vamos a ver-empezó tecleando el nombre de Kakashi y al fallar probó con el de sus hermanos, direcciones, números al azar, pero al parecer nada funcionaba-veamos este-gruñó tras media hora de intentos fallidos-Kushina.
La pantalla parpadeó y mostró la señal de error. Vale, no era el nombre de la madre, de ninguno de sus hermanos, ni el de Kakashi, entonces, ¿su verdadero padre? ella no sabía cómo se llamaba, pero no podía ser, Naruto lo odiaba.
Naruto, se quedó helada. ¡Claro! un informático tan bueno como Hachi no necesitaba saber las contraseñas para acceder al móvil. Sonrió, ¿cómo no se le había ocurrido antes? nadie sabía que Naruto y Kyubi eran la misma persona, era una contraseña perfecta.
Introdujo ''Naruto'' en el casillero y como por arte de magia la página de favoritos se abrió, había muchas direcciones japonesas pero solo una de ellas se encontraba en Konoha, a las afueras, tenía que ser esa. Esperanzada y decidida guardó el móvil y arrancó, iría a hacerle una visita a Kakashi.
---------------------------------
-Esto es muy problemático-dijo Go mientras colgaba el teléfono-nadie de las altas esferas conoce a nuestro amigo el acosador, tanto trabajo para nada.
-Deja de quejarte-replicó Roku mientras paseaba de un lado a otro de la habitación con sus muletas.
-He tenido que llamar a media mafia napolitana, uno de los narcos me colgó mandándome a la mierda...si eso no es problemático...
-Creo que tengo algo-San entró por la puerta con el móvil en la mano-conozco a un importante tratante de arte, controla bastantes de las transacciones entre los museos de Europa y Japón y ha realizado alguna que otra transacción ilegal, le dije que alguien quería jugarle una mala pasada a Kyubi y él prometió averiguar algo al respeto.
-¿Le has dicho lo de Kyu?-exclamó Roku-¿y cómo sabe ese hombre que conoces a Kyu?
-Porque quise estafarlo una vez y pedí la cooperación de Kyu, es un experto en arte y yo no, como era un tipo que nos podía ser útil por su poder adquisitivo le dijimos que nadie sabría de sus pequeños trapicheos si prometía ayudarnos cada vez que lo necesitásemos y esta es una ocasión de emergencia.
-¿Y cuanto podría tardar en contestarte?-preguntó Kakashi, entrando en el salón oliendo a loción de afeitar y con el pelo mojado, eso sí, como siempre, la máscara puesta.
-No lo sé, supongo que hay bastante gente descontenta con Kyu, tú lo sabes mejor que yo.
Kakashi asintió mientras encendía un cigarro.
-Yo también me he puesto en contacto con viejos amigos pero no ha habido éxito y Hachi y Nana tampoco están haciendo grandes progresos, ¿dónde están los demás?-preguntó mirando a todas partes.
-Yon está en su cuarto, comprobando los expedientes de la policía otra vez por si encuentra algo que se le haya escapado antes, Ichi y Ni, ni idea-contestó la rubia.
-Perfecto-contestó Kakashi-esto es una puta anarquía.
-Sí, es bastante problemático.
-¿Podéis callaros?-recriminó Roku-alguien ha llegado.
-Serán Ichi y Ni-respondió San.
-No-dijo Roku-ese de ahí es el coche de Kyu.
Kakashi apretó los puños, tenía aprecio por su hijo, pero creía que había dejado las cosas bien claras.
-Pues el que baja no es Kyu, a no ser que se haya reasignado el género-murmuró Go-más bien parece una heroína de peli de acción.
Hachi apareció en la habitación y Nana detrás de él, con una sonrisa de oreja a oreja. Sonó el timbre de la puerta.
-¡Abro yo!-exclamó la peli rosa abalanzándose sobre la puerta-¡Hinata!
Encerró a la pelinegra en tan fuerte abrazo que Hinata por un momento pensó que se quedaría sin aire pero luego sonrió y correspondió al abrazo, esa noche le hacían falta. Detrás de Nana vio como Kakashi, Hachi y otros dos hombres y una mujer más la miraban estupefactos.
-¿Quién ha llegado?-otra mujer de pelo color café apareció en el cuarto con un portátil en la mano.
Sin duda esa era la familia de Naruto, aunque sino le fallaban las cuentas faltaban otros dos.
-Chicos esta es Hinata, la amiga mía y de Kyu, la policía que nos ayuda-informó Nana sin soltar a la ojiperla.
-Bueno, eso explica lo del coche-dijo la mujer rubia de cuatro coletas acercándose, vaya era bastante alta y voluptuosa-soy San, y ellos dos Go y Roku, al resto creo que lo conoces.
-Encantada-dijo Hinata.
La otra mujer, la del pelo color café, también se acercó a ella y le tendió la mano.
-Soy Yon, hablamos por teléfono una vez-dijo con voz dulce.
Hinata le tomó de la mano.
-Y ahora que nos conocemos todos empiezan las preguntas-dijo Kakashi.
Hinata enfocó su mirada en él mientras cerraba la puerta a sus espaldas.
-¿Cómo nos has encontrado? ¿Por qué has venido? ¿Te ha mandado venir Kyu? y ¿por qué te has vestido así?
Ahora que nana se había apartado un poco de ella Hinata pudo ver el lugar donde se encontraba, era un salón grande pintado de color gris y lleno de ordenadores por todas partes, vale, podía imaginarse de quién era la casa. Kakashi carraspeó.
-La historia empieza cuando me echan de la policía por ayudar a ladrones-empezó con una voz fría y dura sin separar la mirada del peligris que parecía sorprendido-no puedo volver a mi casa porque está vigilada por el enemigo, voy a casa de Kyu y me enteró de que a él también lo han echado, hacemos el amor, me despierto sola y a lo lejos oigo un disparo, en una habitación encuentro un gran charco de sangre y ni rastro de Kyu, os encontré adivinando la contraseña de su GPS, así que tengo material suficiente para una película pero lo único que quiero es encontrarlo y acabar con esta puta mierda de una vez.
Todo el cuarto se había quedado en un sepulcral silencio, Hinata se permitió ir observando las caras de una a una. Roku se había apoyado contra la pared y tenía la cabeza gacha, Go agarraba a San fuertemente por la cintura mientras ella mantenía una expresión incrédula en su cara, Yon estaba pálida, Hachi se encerró en el cuarto de al lado de un portazo, Nana empezó a llorar en silencio y Kakashi...juraría que había visto como el alma abandonaba su cuerpo y lo dejaba vacío.
-¡Puta mierda!-exclamó Go.
Escuchó unos sollozos pero Nana ya se había recompuesto y todos los demás estaban demasiado afectados como para tan siquiera llorar, y entonces se dio cuenta de que era ella la que lloraba. La peli rosa la apretó en un fuerte abrazo y Hinata se desahogó hasta agotar la última de las lágrimas.
-Sé cómo te sientes-le susurró al oído-tú le querías Hinata y él te quería a ti.
No fue una pregunta sino una afirmación.
En el cuarto de al lado se oyeron cosas romperse y un fuerte golpe en la pared, Nana de deparó de ella y miró hacia la puerta.
-Kyu es muy importante para él-susurró-siempre han sido inseparables ¿sabes? Hachi siempre mantiene una barrera de indiferencia pero esto es difícil de asimilar para cualquiera.
-Vamos a salir Kakashi-gruñó Roku con voz grave-esto no va a quedar así.
-Tiene razón-corroboró Yon-es de nuestra familia.
El peligris no respondió.
La puerta del otro cuarto se abrió de repente y por ella apareció Hachi, todo vestido de negro y cargado hasta arriba de armas.
-¿A dónde vas?-preguntó Kakashi, aunque todos sabían la respuesta.
Hachi pasó por su lado sin contestar y abrió la puerta de la calle volviéndola a cerrar de un portazo.
-Me voy con él, no puedo dejarle solo, además Kyu...-dijo Nana-cuídate Hinata.
Acto seguido ella también abandonó la casa.
-Yo tampoco me quedó-dijo Yon.
-Ni yo, no me importa que lo hayas echado Kakashi, sigue siendo nuestro hermano-afirmó San.
San, Yon y Go abandonaron la casa también.
-Esta pierna de mierda-se quejó el peli marrón-joder Kakashi, hay que hacer algo.
Pero Kakashi seguía sin contestar, mirando fijamente a Hinata. Ella vio esa mirada rota, la del padre que acababa de perder a uno de sus hijos, toda la agonía y la culpa mezcladas en aquellos iris negros y de repente todo el rencor y el enfado hacia él se esfumó, él se hubiera matado antes de echarlo si supiese que algo como eso pasaría.
-Yo...-quiso decir-joder...
La vos se le trabó y una solitaria lágrima cruzó su rostro, pero no hubo más, solo una lágrima por su hijo, una lágrima que contenía todos los millones que se retenían en su corazón. Hinata quiso llorar otra vez pero así no ayudarían a nadie.
-Puede que aún esté vivo-dijo-tiene que estar vivo y voy a buscarlo con o sin tu ayuda Kakashi.
-Lo sé y yo te ayudaré, nadie le hace daño a uno de los míos y vive para contarlo.
-Ichi y Ni acaban de llegar-dijo Roku-están hablando con Yon e Ichi casi tira un árbol de una patada.
Un minuto después tanto el pelirrojo como el peli azul entraron hechos dos furias.
-El policía está ayudando Kakashi-dijo Ichi mientras le tiraba la carpeta negra en las manos-hemos ido a casa de Kiba y encontramos eso, él es el topo de la poli, estaba obsesionado con Kyu, tenía una habitación entera llena de fotos, no está ni en la comisaría ni en casa, tuvo que ser él.
-Y yo ahora mismo voy a joderle a balazos-gruñó Ni mientras agarraba su Tokarev como si se le fuese el alma en ello.
-Y eso vamos a hacer-dijo Kakashi-Roku quiero que vayas con Hinata en su coche y que te armes hasta los dientes y te advierto que tengas cuidado o yo mismo te joderé la otra pierna, Ichi, coge el coche más rápido que tengas quiero recorrer todos los rincones de Konoha en menos que canta un gallo.
Los tres asintieron, Ichi salió de inmediato al garaje y Hinata fue a ayudar a Roku a armarse.
-¿Y yo, qué?-preguntó Ni, temblando de ira.
-Eres el mejor tirador junto conmigo, quiero que me des la mejor arma que tengas, esta noche tiramos a matar.
--------------------------------
Frío. El frío amenazaba con devorar su cuerpo, apretándole los pulmones, robándole el oxígeno que se escapaba de su cuerpo mientras la herida no paraba de sangrar. Pensaba en Hinata, en lo caliente que se había encontrado entre sus brazos, en ese amor que no había recibido desde la muerte de su madre y en las ganas que tenía de estar todo el rato con ella.
Pero el frío, el frío tiraba fuertemente de él hacia la inconsciencia, negándose a mantener el hálito de vida que lo mantenía atado al mundo, él no quería irse, no era el momento, no quería perder la felicidad ganada.
Pensó en todos esos genios del arte que él admiraba, todos muertos jóvenes, quedando como única huella de su paso aquellas preciosas obras que habían emocionado a miles de personas a lo largo del tiempo, él también dejaba una obra de arte a temprana edad.
Hinata...
Fue imposible mantener la conciencia y se fue abandonando al sueño.
Un coche iluminó el cuerpo inerte con los faros y se paró junto al vertedero.
Los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta y luchar contra el miedo. El valiente nunca se rinde.

Si Justin Bieber amenaza con saltar de un edificio:
El 85% de personas entran en depresión
El 10% le dicen que salte
Copia y pega esto en tu firma si eres del 5% de las personas que suben y le da una ayudita (lo empujan) (^w^)

Sabaku no Marina Desconectado
« Respuesta #22 en: Marzo 23, 2011, 06:57 pm »

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« Respuesta #22 en: Marzo 23, 2011, 06:57 pm »
esto es en lo q yo me quede!!!!!  :o
no puedo esperar la conti!!!!!!!!!!
esta genial!!!!!!!  ;D

conti!!!!  :P

como siempre, estuvo genial
sayo :P
Antes sufría de amnesia, ahora no me acuerdo XP

Dresti Desconectado
« Respuesta #23 en: Marzo 24, 2011, 03:24 pm »

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« Respuesta #23 en: Marzo 24, 2011, 03:24 pm »
aki traigo el ultimo capi k hice, asi k aora os toka sperar km en los otros foros 8)

17.

El coche, que había estacionado a solo unos metros delante de él, apagó las luces, volviendo a sumirlo todo en la más profunda de las oscuridades. La puerta del copiloto se abrió y por salió un hombre alto, de unos cuarenta y tantos años de edad, vestido con traje y gorro negros. Se quedó quieto, junto a la puerta abierta del Golf negro y clavó su vista en aquel cuerpo desmadejado que había sido arrojado sin ningún tipo de cuidado sobre aquel pestilente montón de basura.

Lo miró por largo tiempo, impasible, sin siquiera alterarse al ver aquella sangrante herida que cada vez formaba un charco más grande sobre la tierra marrón podrida. Siguió mirando, más por probarse a sí mismo y a sus sentimientos al ver que por fin había conseguido lo que buscaba, pero lo único que sentía era el inmenso vacío al que estaba acostumbrado y furia hacia Kiba, si Naruto estaba muerto él nunca lograría lo que estaba buscando, lo necesitaba vivo y, después, podría morirse si quería.

Con un gesto de la mano le indicó a su subalterno que bajase del coche.

-Ayúdame a meterlo en el asiento de atrás-ordenó-y con cuidado, este hijo de puta no es imprescindible.

-Si, señor.

Entre los dos subieron el cuerpo inerte de Naruto al coche y lo tumbaron en el asiento.

-Señor, acaba de abrir los ojos.

Nervioso, dirigió su vista hacia la cara del rubio pero Naruto seguía inconsciente.

-Imbécil, está moribundo, deja de decir sandeces y llévame a la base de una puta vez-exclamó-y haber si localizas al bastardo de Kiba, lo quiero muerto y a mis pies.

-------------------------

Hinata nunca creyó que un cuerpo tan frágil como el suyo fuese capaz de soportar semejante dolor, nunca en su vida hubiese podido imaginarlo, ni siquiera por un mínimo instante. Sus ojos perla seguían con detalle los borrones de las luces de otros coches en la autovía, quizás con la ínfima esperanza de encontrar a alguno que llevase un bulto sospechoso en el asiento trasero, cualquier cosa que pudiese decirle que Naruto estaba bien, que ella estaba siendo una tonta al creer que le había pasado algo.

Dolía, dolía horrores y sentía que en alguno de esos minutos su cuerpo acabaría por estallar en mil pedacitos. Aún así no había vuelto a derramar una lágrima en toda la noche, ¿de qué le servía llorar? llorando no iba a conseguir nada, tenía que estar serena y calmada para poder actuar pero era tan difícil cuando tu corazón sufría de tal manera que casi no podías ni respirar.

-No te preocupes-la voz de Roku llegó amortiguada hacia ella.

Hinata se giró y se quedó mirando al hermano número seis. No había dicho nada durante el viaje, se había mantenido callado con la vista al frente, en aquella carretera de autovía por la que circulaban a toda velocidad, lo cual era extraño considerando el estado de su pierna, Hinata había insistido en conducir ella pero Roku dijo que en su estado de ánimo no era conveniente y ella fue incapaz de negárselo.

-Kyu siempre ha sabido apañárselas solo-continuó-te aseguro que en estos momentos debe estar dando por culo al secuestrador.

Hinata esbozó una pequeña sonrisa, ojalá fuese cierto.

Los ojos de Roku se desviaron un momento hacia ella, aquellos ojos perla eran fríos pero debajo de aquella frialdad fingida ella pudo distinguir preocupación y cierto grado de cariño al mirarla.

''Volveré'' dijo una voz en su cabeza, su piel se puso de gallina y apartó la mirada de aquellos ojos. ¿Qué había sido aquello? ¿Estaba tan trastornada que ahora empezaba a oír voces? pero no, su mente le decía que ella había oído eso pero no lograba recordar ni donde ni cuándo ni quién se lo había dicho.

-Joder-murmuró.

-¿Pasa algo?

-Mmm...No, es solo que... mi cerebro me está jugando malas pasadas.

Roku asintió.

-Eso es una jodida mierda, el mío suele hacérmelo la mayor parte de las veces-dijo susurrando para sí mismo lo último.

-¿A dónde vamos?-preguntó la pelinegra.

-Kakashi tiene un pálpito y vamos hacia Suna, acaban de comunicármelo-dijo señalando a su oreja, donde seguramente llevaba un intercomunicador.

-¿Un pálpito?

-Suele tener bastantes por eso es el jodido rey, nadie conoce mejor toda esta mierda.

-Debió pasarlo muy mal.

-Nadie lo sabe-contestó-ninguno de nosotros sabemos quién era Kakashi antes de adoptarnos, solo que su familia estaba forrada de pasta y él lo heredó todo cuando cumplió los dieciocho y nos adoptó, no somos el mejor grupo de amigos, nuestras vidas fueron, son y serán difíciles y jodidas hasta que muramos debes tenerlo presente.

Ella solo esperaba que la de Naruto no hubiese acabado aquella noche. Estaba decidida a preguntar más cosas pero el sonido del teléfono de Naruto la sobresaltó, ¿sería alguno de los otros?

-¿Diga?-contestó.

La línea se quedó momentáneamente en silencio.

-Vaya, yo que me esperaba que fuese Kakashi-dijo una voz grave al otro lado.

El corazón de Hinata se paró, ella no conocía a esa persona.

-¿Quién eres?

-Pon el manos libres-le ordenó Roku mientras se volvía a tocar la oreja. Hinata obedeció.

-Eso no importa, llamaba para decirle a Kakashi que tengo algo en mi poder que él quiere y sería una pena que le pasase algo malo, no se ve muy bien.

-¿Dónde lo tienes, hijo de puta?-preguntó furiosa al darse cuenta de que muy probablemente, no, ciertamente, ese era el acosador y ahora tenía a Naruto con él.

-Pronto lo sabrás, dile a Kakashi que me entregue lo que quiero, ¿Me oyes Kakashi? si, sé que estás escuchando esto que digo, ahora ya sabes quién soy ¿verdad? mi voz es difícil de olvidar por muchos años que hayan pasado, tráeme lo que quiero y te daré a esta mierda, apúrate, no creo que dure mucho más, adiós.

-¡Espera! ¡Joder!-exclamó al ver que había colgado-joder, joder, joder...

Las lágrimas volvieron a escapar como torrentes de sus ojos, incapaz de resistir más. Kakashi sabía algo, el secuestrador mismo lo acababa de reconocer, por eso tenía un pálpito.

-Dile a Kakashi que pare el coche-ordenó.

-Estamos en una....

-¡Me importa una mierda! ¡Quiero verlo ya!-exclamó.

Roku cerró los ojos y comunicó el mensaje por el intercomunicador, luego tomó el primer desvío que encontró hacia una arboleda, allí, los esperaban los demás, rodeando la Harley de Go y el Jaguar de Ichi, todos menos Kakashi que estaba apartado de los demás.

Hinata bajó del coche como un bólido y se lanzó hacia él.

-¡Cabrón! ¡Desgraciado! ¡Tú sabes lo que quiere y no has hecho una puta mierda!-gritó mientras le daba puñetazos-¡por tu culpa, esto es por tu culpa!

El peli gris no hizo nada por defenderse, ni siquiera pronunció una palabra, solo dejó que la pelinegra se descargase.

-Cabrón, cabrón...

Cansada, Hinata se dejó caer de rodillas al suelo, llorando a mares, incapaz de sostenerse por sí misma.

Nana, se acercó a ella y la abrazó, apartándola de Kakashi.

-Habla-gruñó Ni mirando hacia el peli gris y sacando su Tokarev-habla o juro que te meto un tiro entre ceja y ceja, ¡joder Kakashi, habla de una puta vez!

Todos se quedaron mirando hacia el peli gris.

-Tú lo conoces Kakashi-dijo Yon-pero no nos lo dices, Kyu va a morir, Ni abaja la pistola, lo que menos necesitamos ahora es que cometas un asesinato del que luego te vas a arrepentir.

Dos segundos después, esta la obedeció a regañadientes.

-Kyu no va a morir-contestó-él lo necesita.

-Para qué-exigió saber Hachi.

El peli gris no contestó.

Nana se separó de Hinata al ver que Hachi iba a por Kakashi.

-Déjalo-dijo mientras agarraba a su novio del brazo con fuerza-sino quiere ayudarnos que no lo haga, hemos registrado el número de llamada y podemos rastrearlo.

-Solo estamos perdiendo el tiempo-masculló San- larguémonos de aquí.

Uno a uno todo se fueron marchando dejando a Kakashi, poco después se escuchó el ruido de los vehículos alejándose.

-¿Por qué no te has ido con ellos?-preguntó Kakashi.

-Porque sé que lo vas a llamar-contestó Hinata señalando el móvil que este tenía en la mano-y quiero saber dónde está Naruto y por qué estás haciendo esto.

Kakashi suspiró.

-Porque tengo gente a la que proteger.

Hinata asintió.

-¿Sabías quién era desde el principio?

-No, solo ahora cuando escuché su voz, no voy a dejar que Naruto muera-dijo al ver como lo miraba-pero no puedo hacer esto solo.

-Acabas de dejar que se marchasen todos porque no quieres hablar.

-No puedo hablar-enfatizó él-ya ves lo que pasó cuando le confié una de mis secretos a Naruto, no quiero que esto pase con nadie más, es mejor que ellos vivan en la ignorancia y tú también.

El estómago de Hinata se encogió, no quería ni imaginar qué tipo de secretos guardaba Kakashi.

-Yo te ayudaré-dijo-no te preguntaré nada, pero por favor, no dejes que Naruto muera.

-Tranquila, eso no pasará, y ahora escúchame bien, tengo un plan.
---------------------
Sus pisadas hacían eco entre las lúgubres paredes del pasillo mientras corría con todas sus fuerzas, expulsando el aire por la boca, soltando vaharadas que formaban nubes en el aire helado y cargado de humedad. Había estado buscando a su madre, pero esta no aparecía por ningún lado, y eso solo quería decir que aquel que ahora le perseguía ya la había capturado.
Avistó la esquina a lo lejos, aquella que le permitiría poder escapar de aquellas pisadas que le seguían y que cada vez estaban más cerca, quiso correr más pero sus pequeñas piernas no se lo permitieron, sus pulmones ardían y sus ojos expulsaban las lágrimas que ya le eran difíciles de controlar, su madre, ¿qué le había pasado a su madre?
Por fin llegó a la esquina, ese pasillo estaba muy oscuro pero era la única manera de poder escapar de aquel que le seguía, corrió y corrió hasta que se percató de que no había salida, golpeó con todas sus fuerzas la pared, gritó pidiendo ayuda pero nadie le contestó, lloró, gritó más pero las pisadas cada vez se oían más cerca, hasta que apareció la sombra.
Era un hombre, lo sabía por la luz que le daba por detrás y enmarcaba su figura, llevaba algo que goteaba en una de las manos. La luz se hizo mucho más intensa y vio aquella horrible escena macabra.
Aquel que lo seguía no era otro que su padre y lo que llevaba en la mano...era la cabeza de su madre agarrada por los pelos y goteando sangre.
-Tú serás el siguiente-dijo su padre.
Naruto se despertó con un grito desgarrador, su corazón latía a mil por hora, su respiración era dificultosa y el sudor bañaba por completo su cuerpo. ¿Es qué nunca se acabaría? ¿Nunca dejaría de tener esa pesadilla? Se llevó las manos a la cara y se retiró el largo pelo hacia atrás, no llevaba la coleta, sonrió, solo lo hacía porque aunque ella no se lo hubiese dicho sabía que a Hinata no le gustaba, hoy mismo iría a cortarse el pelo.
Un dolor punzante le atravesó la barriga en el mismo instante en que quiso incorporarse y solo entonces comprendió que allí algo no iba bien. En primer lugar, aquella habitación no era la suya, en contraste con el dorado de sus paredes aquellas eran totalmente blancas y estaban desnudas, sin una triste ventana. Segundo, la cama, ni de lejos se parecía a una cama, más bien era como una camilla. Tercero, y lo mejor de todo, aquello era como un mini hospital, había un gotero conectado a su vena, un medidor de sus constantes vitales y un bolsa llena de sangre que entraba a su organismo por su otro brazo.
-Bien, esto es muy raro-murmuró-recapitulemos.
Lo último que recordaba es que había pasado la mejor tarde y noche de su vida con Hinata...
FLASH BACK
Ya era noche cerrada y hacía bastante tiempo que Hinata se había quedado dormida, pero él no podía, sentía la necesidad por primera vez en su vida de quedarse despierto para velar por la seguridad de ella, si estuviese él solo le hubiese dado igual estar sin la protección de Kakashi, no es que le tuviese mucho apego a su existencia, pero con Hinata el cuento cambiaba de narrador.
Ella parecía estar soñando porque se removió y acabó recostada sobre él, donde ya pareció sentirse más tranquila. Aquello se sentía extraño para él porque era la primera vez que pasaba una noche así, que dormía con alguien a quién quería y que era correspondido. Cerró los ojos mientras pasaba su mano por aquel sedoso y largo pelo, le gustaría quedarse así toda la vida.
Apenas hacía un rato había terminado de hacer aquel retrato, que ni en sueños reflejaba lo bonita que era ella para él, pero que si le permitiría demostrarle lo importante que era en su vida, la colocaría en el centro de todo, junto al cuadro de su madre.
A lo mejor si la hubiese conocido antes...a lo mejor él podría haber salido de aquel agujero negro y darle la vida que se merecía, pero eso era lo que había, él era un jodido ladrón, que además le perseguía la policía de medio mundo y un desquiciado acosador, y no nos olvidemos, papá oso lo había mandado de una patada a la calle. Se sacudió la cabeza, aquel no era momento de pensar en el idiota de Kakashi, ahora tenía que disfrutar de la compañía de Hinata y pensar en cómo se las arreglaría para salir del hoyo de mierda en el que estaba metido.
No podría dormir hasta pasadas unas horas, eso estaba claro, así que decidió levantarse, hacía algo de frío así que volvió a vestirse(al volverse a la cama s había desvestid) y comenzó a dar vueltas por toda la habitación mirando de vez en cuando las cámaras que se giraban a cada movimiento que él hacía, suspiró, tal vez nunca más volvería a ver a sus hermanos.
-Menuda jodida peli porno acabas de pillar ¿eh, Hachi?-dijo con desgana a la cámara-aunque seguro que monster father te ha mandado que desconectes mis cámaras de tu ordenador.
En ese momento odió estar en ese cuarto, todos los retratos que había hecho de su familia lo miraban, unos con miradas alegres, otros distantes y otros serios, salvo el de su madre, el único que no le miraba.
-Tenías razón mamá, hasta un desgraciado como yo puede ganarse el cielo-susurró-solo espero que tú hayas podido alcanzar el tuyo.
Sintió algo húmedo bajar por sus mejillas, ¿lágrimas? ¿Él llorando? ¿Por qué? hacía tanto tiempo que no lloraba... la última vez fue cuando su madre murió, había llorado tanto de niño que después no volvió a llorar nunca más, su pena no era algo que las lágrimas curasen, entonces ¿por qué lloraba? cada vez lloraba más y se le hacía difícil contener los sollozos, su cuerpo temblaba y fue cuando reconoció aquella sensación, aquel vejo amigo que había desterrado al fondo de su alma, el miedo. Estaba aterrorizado.
Le habían enseñado a no temer al mal, a desterrar la tristeza y a superar cualquier emoción negativa pero nadie le había enseñado a superar el miedo a la felicidad. Era la primera vez que sentía ese tipo de miedo, miedo de perder otra vez el amor que le habían arrebatado cuando era un niño. Inconscientemente regresó junto a Hinata y la abrazó suavemente, esta vez él ya no era un niño, era un ladrón con varios ases sobre la manga, la vida le había enseñado y antes destruiría el mundo que dejar que alguien tocase a la ojiperla.
Como eco de sus inquietudes la alarma de uno de los cuartos empezó a sonar como loca, ¿tan rápido? bien, si tenían ganas de jugar, jugarían. Tapó con mucho cuidado a Hinata y se la quedó mirando, tal vez no volvería a verla nunca más, así que intentó gravarse su rostro a fuego en la mente y luego le dio un beso en la frente. Era hora de trabajar.
Caminó con decisión hacia el cuarto de donde salía la alarma, en ese momento hubiese agradecido tener su pistola a mano pero bien, cuando había entrado en casa estaba ocupado con otras cosas, así que con solo sus puños como arma, abrió la puerta de un tirón.
El cuarto era aquel que había vaciado hacía unos días para hacer sitio a la nueva colección de peplos griegos que iba a ''adquirir'' del British de Londres así que estaba completamente vacía, ¿por qué elegir ese cuarto? abrió la puerta y al principio solo pudo ver las paredes marrones y el suelo de madera desnudos y la ventana del centro abierta de par en par.
-Te ha costado llegar-dijo una voz bien conocida.
Al girarse descubrió la figura del inspector Inuzuka, Kiba se había ocultado tras la puerta y ahora lo apuntaba con una pistola. Se quedó de piedra, él se esperaba a la mafia napolitana o la Jakuza japonesa pero verlo a él... ¿a caso el plan del secuestrador era meterlo en la cárcel? Jesús, le entraron ganas de llorar otra vez pero esta de lo absurdo que resultaba aquello, todos sabían que si lo arrestaban saldría en cinco minutos de la trena (cárcel).
-Inspector, usted siempre tan educado-dijo sin inmutarse ante la presencia de la pistola-¿siempre entra por las ventanas o de vez en cuanto usa la puerta? ¿Quiere un té o prefiere hacerse café exprimiendo la cafetera? no se lo aconsejo pero...
-¡Déjate de bromas!-gritó apretando con fuerza el arma-sé que eres cómplice de Kyubi.
¿Cómplice? ¿Qué mierda de chiste era ese? no pudo evitar echarse a reír y él que pensaba que estaba en verdadero peligro, ese idiota no sabía nada de nada.
-No necesita buscarse ese tipo de excusas para venir de visita-contestó-aunque le agradecería que tuviese más cuidado con los sensores de movimiento, algunos activan lanzallamas.
-Eres cómplice de Kyubi y encima...-prosiguió Kiba lleno de cólera-y encima estás con ella.
Uy, estaba empezando a perderse en el camino.
-¿Hemos cambiado de canal? me temo que esta película no la conozco, en serio inspector, puedo entender su frustración de no poder atrapar a Kyubi pero usted realmente necesita un cambiado de aceite, ya sabe soy mecánico.
El clic del seguro de la pistola hizo que Naruto enmudeciese, de acuerdo, se acabaron las bromas, el tipo iba muy en serio.
-No tenías derecho-empezó a murmurar el policía-tú no podías...yo la vi primero...ella...ella iba a ser mía, ¡Hinata iba a ser mía!
Naruto se quedó de piedra, ¿qué coño estaba diciendo? ¿Se había vuelto desquiciado o qué?
-¡La vi! ¡Vi como follabas con ella en la otra habitación!
-¿Qué?-preguntó atónito mientras la furia empezaba a anidar en su interior.
¿Ese imbécil había estado viéndolos? ¡¿Había visto a Hinata desnuda?!
-¡Ella iba a ser mía! ¡Lo supe desde que entró en comisaría! ¡Pero solo es una perra! ¡Una espía de Kyubi igual que tú! ¡Una puta que os folla a los dos!
Perdió por completo la razón, ni le importó la pistola, ni le importó nada, ese hijo de puta se iba a tragar todo lo que había dicho. Se abalanzó sobre él y de un golpe le tiró la pistola y la emprendió a puñetazos y patadas contra él.
-¡Ni se te ocurra hablar así de ella cabrón! ¡Para eso necesitas lavarte la boca! ¡Deja de decir que es tuya porque no es un puto objeto ¿me oyes?!-Kiba empezó a defenderse pero Naruto no le daba tregua-¡vuelves a dirigirte así a ella y te corto los huevos gilipollas!
Los dos se separaron y se quedaron mirando.
-Te mataré, desgraciado-juró el rubio-te mataré.
El castaño sonrió y se sacó una pistola de la parte de atrás del pantalón, llevaba dos el desgraciado.
-Eso te digo yo a ti-dijo antes de disparar.
FIN DEL FLASH BACK
Luego se había encontrado en el vertedero donde ese desgraciado lo había tirado y lo último que recordaba era aquel coche negro.
Podría tratarse de uno de sus hermanos, pero él no conocía ese coche y dudaba que Ichi se hubiese comprado uno nuevo en tan poco tiempo, aquello olía a gato encerrado. Dirigió la mirada a todos lados, sin duda alguna aquello era la habitación de un hospital o al menos algo parecido, armarios llenos de medicinas, paredes blancas como la cal y una puerta de esas que tienen un cuadradito de cristal en la parte superior que te permite ver la cara de los visitantes. Naruto estaba mirándolo cuando una sombra lo opacó, allí había alguien, se quedó completamente quieto, sabía que si lo atacaban no tendría ninguna oportunidad pero él no era alguien que se dejase vencer así como así, apretó los puños con fuerza y esperó.
La perilla de la puerta giró lentamente y la puerta se fue abriendo poco a poco, dando paso a una figura alta y vestida con un traje negro muy elegante, conforme la puerta se iba abriendo más la cara de Naruto se ponía más pálida.
-No...-su voz sonó extraña al hablar, confundido-no...No es...no puede ser...
En frente a él se encontraba su réplica, un hombre rubio de ojos azules y facciones muy parecidas a las de él. Sonrió mientras Naruto era presa del pánico.
No...Aquel hombre no podía estar vivo, ¡no! su mente estalló en pánico, las palizas, los insultos, las pesadillas, todo lo que había creído olvidado volvió a su mente y él volvió a ser aquel niño asustadizo que se meaba cada vez que lo veía aparecer.
-Tanto tiempo sin vernos...hijo-su sonrisa era tan aterradora como siempre.
Los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta y luchar contra el miedo. El valiente nunca se rinde.

Si Justin Bieber amenaza con saltar de un edificio:
El 85% de personas entran en depresión
El 10% le dicen que salte
Copia y pega esto en tu firma si eres del 5% de las personas que suben y le da una ayudita (lo empujan) (^w^)

Sabaku no Marina Desconectado
« Respuesta #24 en: Marzo 26, 2011, 07:37 pm »

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Re: [+18]-Exóticos Placeres-[N&H]
« Respuesta #24 en: Marzo 26, 2011, 07:37 pm »
waaaaaaaaaaaa!!!!!!! Genial!!! *-* simplemente GENIAL!!!
tu fic me sigue dejando con ganas de leerlo a cada capitulo!!! :3
no me imagino a Minato asi de malo jaja pero asi es en tu historia parece ser q
el es el mero mero villano de esta historia jeje :D pero en serio no me lo imagino

conti!!!!!!!
sayo  ;)
Antes sufría de amnesia, ahora no me acuerdo XP

ann91 Desconectado
« Respuesta #25 en: Abril 26, 2011, 07:48 pm »

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Re: [+18]-Exóticos Placeres-[N&H]
« Respuesta #25 en: Abril 26, 2011, 07:48 pm »
Hola, soy tu nueva lectora :D, y déjame decirte que me ha encantado tu FF...
¡¡¡...Espero continuación pronto...!!!

 :)¡¡¡Saludos!!! :)


Dresti Desconectado
« Respuesta #26 en: Mayo 16, 2011, 09:06 am »

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Re: [+18]-Exóticos Placeres-[N&H]
« Respuesta #26 en: Mayo 16, 2011, 09:06 am »
Hola gentee!! antes de k me mateis x semejante tardanza dir en mi defensa k stuve hasta arriba de examenes y no tuve un respiro hasta ahora y otra vez volver a estar liada hasta el dia 10 de junio, asi k si tardo ya sabeis xk, weno km recompensa traigo capi largo y ya os digo, kedan 1 o dos capis para el final y kizas un epilogo, asi k ste fic sta llegando a su fin T-T

18.Maltrato

No podía moverse, su cuerpo no reaccionaba, aquello no...Aquello no podía ser, ¡no podía ser! era imposible, ese hombre estaba muerto, era imposible que estuviese allí, sonriendo de aquella manera, en frente de él sin inmutarse de nada. El sudor le bajó a chorros por la espalda, la boca se le secó, los ojos se le agrandaron de miedo y el cerebro se le paralizó, volvía otra vez, otra vez el pequeño Naruto salía a la superficie después de tantos años desaparecido, otra vez el miedo, el odio, la impotencia, pero sobre todo el miedo, y entonces como si de una película de cine se tratase volvió a recordar aquel día, aquel horroroso día que había descubierto lo que le hacía a su madre y que ese hombre le había pegado por primera vez.

FLASH BACK

-Corre, corre, corre-murmuraba el niño una y otra vez para sí mismo.

Hacía un calor terrible y ya sentía como la fina camiseta de manga corta roja se le pegaba al cuerpo y como los pulmones le ardían a causa de tan intensa carrera, pero aún así no frenó, su mamá lo necesitaba y él tenía que ir a atenderla.

Apretó fuertemente la caja de medicinas que acababa de robar de una farmacia y aceleró el ritmo. Ella se empeñaba en decirle que estaba bien y siempre le sonreía, se pensaba que era un niño pequeño, pero él ya tenía cuatro años y sabía que ella estaba enferma pero no sabía lo que tenía, le salían unas manchas verdes y moradas por el cuerpo y a veces tenía fiebre, al principio pensó que era catarro pero su mamá no tenía mocos, un amigo del parque le había dicho que su hermano mayor también tenía manchas en el cuerpo y que era una enfermedad llamada leucemia, un cáncer, él no sabía que era el cáncer pero si sabía que muchas personas morían a causa de él y él no quería que su madre se muriese, no lo permitiría.

Había pensado decírselo a su padre, pero él siempre estaba enfadado y cada vez que él quería acercarse a él le gritaba y le insultaba y luego gritaba a su mamá y le decía que lo tenía malcriado y a ella también la insultaba así que él procuraba no acercarse a él nunca, por eso y porque cada vez que lo hacía su madre aparecía al día siguiente con más manchas, ella se ponía enferma por culpa de él, porque iba a molestar a su padre, pero es que lo único que quería era que le hiciese caso igual que los otros papás, pero él siempre actuaba igual.

Se sacudió la cabeza, ahora no debía pensar en su padre sino correr a casa a donde su madre, en la farmacia le habían dicho que esa medicina se llamaba ''aspirina'' y que curaba todos los dolores, él no tenía dinero, eran muy pobres a pesar de que su padre traía muchos billetes a casa todos los días, así que tuvo que aprovechar un descuido del farmacéutico para robar aquella caja.

Aceleró aún más hasta que por fin vio el bloque de edificios donde vivía, un edificio ennegrecido y sucio y que según decía su madre no tardaría en derrumbarse. Entró en el portal sin puerta y subió las destartaladas escaleras hasta llegar al entresuelo, donde vivían. La puerta de su casa no tenía cerradura y muchas veces habían robado cuando no había nadie en casa pero por suerte a ellos nunca les había pasado nada. El apartamento era pequeño, una cocina, un pequeño salón, una habitación y un baño.

Entró sin miramientos en la habitación, donde dormían su padre y su madre, él lo hacía la sala, y vio que su madre seguía tirada en la cama, como a la mañana cuando él había ido a la escuela del barrio, se acercó a ella, tenía los ojos abiertos pero no miraba a ningún lado, como casi siempre, por lo menos ahora no lloraba.

-Ya estoy aquí mamá-dijo acercándose-mira te he traído una medicina para que te cures.

Ella giró la cara y lo miró mientras sonreía levemente, ella solo sonreía cuando estaba con él, con nadie más, y extendió su mano amoratada y le revolvió suavemente la rubia cabellera.

-Sabes que no quiero que robes, y menos por mí, yo estoy bien, no necesito ninguna medicina, solo necesito que me prometas que no vas a robar otra vez, un buen chico no debe hacer esas cosas, ¿entendido?-lo reprendió.

Él agachó la cabeza y dejó que la caja cayese al suelo.

-Yo solo quería ayudarte mamá, no quiero que te pongas enferma de leucemia.

Ella volvió a sonreírle.

-No sé de dónde has sacado eso, pero yo no me voy a morir, así que olvídalo, solo... solo estoy un poco cansada nada más.

Él asintió.

En ese momento se escuchó el crujido de la puerta abriéndose, al parecer ese día papá regresaba antes. La cara de su madre palideció y se puso tan blanca como la cera.

-¡Kushina!-se oyó un grito-¡Kushina! ¿Dónde estás maldita zorra? ¡Puta!

El cuerpo de la mujer empezó a temblar de arriba a abajo.

-Naruto...-susurró ella aterrada-vete al supermercado a por algo de comida, lo que tú quieras, pero vete ya.

-No quiero mamá.

Ella estaba asustada y su cuerpo temblaba, sabía que le tenía miedo a su padre y no quería dejarla sola.

-Muévete Naruto, ¡haz lo que te digo!

En ese momento la puerta de la habitación se abrió y por ella apareció Minato, con la ropa toda desastrada y la cara deformada por la ira.

-¡Has ido a la policía, puta!-vociferó.

Kushina agarró a su hijo del brazo y lo empujó hacia la puerta del cuarto, el niño no tenía porque ver aquello.

-Delante de Naruto no, por favor...-rogó.

-¡¿Ahora ruegas?! ¡Tenía que mataros a los dos, puta! ¡Fuiste a la policía!

-No... Yo no fui, lo juro yo no fui, nunca haría eso...

Él la agarró del pelo y le empotró la cabeza contra la pared.

-¡Mamá! ¡Suéltala!

Y así lo hizo, Minato la soltó pero lo agarró a él, Naruto no había sentido tanto dolor en su vida como ahora que su padre le apretaba el cuello con fuerza.

-¡No!-gritó Kushina-¡a él no, por favor! ¡Házmelo a mi pero al niño no, es tu hijo!

-¡Mentira! ¡Eres una puta mentirosa y lo pagarás! ¡Lo pagarás en tu hijo!

-¡No!

Kushina intentó levantarse pero no podía, en la paliza del anterior día él le había roto una pierna y ella no podía moverse, no podía ir a defender a su hijo.

Naruto observaba aterrado a su padre, sabía que era malo pero nunca imaginó que llegase a eso, pronto dejó de pensar. Aquella fue la primera vez que su padre le pegó y casi lo mata y a esa vez habían seguido otras muchas veces.

FIN DEL FLASH BACK

El miedo do paso a otro sentimiento mucho más fuerte, la ira, la furia contra aquel ser asqueroso que le había destrozado la vida a su madre, ese ser desgraciado.

-¿No te alegras de verme? han sido muchos años alejados, hijo...

Naruto apretó con fuerza las sabanas entre sus manos y apretó los dientes.

-No vuelvas a llamarme así, tú y yo hace tiempo que no tenemos nada que ver-gruñó.

Minato cogió una silla de uno de los rincones del cuarto y se sentó, sin apartar la vista de él y sin dejar de sonreír.

-Si la zorra de tu madre viera en lo que te has convertido...

-¡A ella ni la nombres, hijo de puta!-gritó intentando levantarse pero la herida del abdomen le dio una horrible punzada que lo tumbó de nuevo en la camilla.

-Mira cómo has acabado, robando obras de arte y liándote a tiros con la gente, al final sí que vas a ser mi hijo y todo-continuó-tú no eres diferente a mí, ambicionas dinero y te has convertido en un delincuente, has matado a muchas personas con una bomba para poder escapar con tu botín, lo único que quieres es llenarte de dinero a costa de los demás, eres como yo.

-Yo... ¡yo nunca haría lo que tú has hecho!-vociferó-¡no sabes nada de mí! ¡Nunca, nunca seré como tú! ¡Yo nunca pegaría a mi mujer ni a mi hijo!

Minato frunció el ceño, no se había esperado esa reacción ni mucho menos pero en fin, que se podía esperar de un cobarde y blando como su hijo.

-Tú no lo harías, claro que no-respondió-tú los prostituirías como dejaste que lo hiciera tu madre.

La cara de Naruto palideció, no, eso era diferente, él...él nunca hubiese dejado a su madre hacer eso si se hubiese enterado desde el principio, no...Él no lo haría.

-Era un niño, no sabía...

Minato se echó a reír.

-Haznos un favor y deja de ser tan patético, con cinco o seis años eras capaz de darte cuenta que los hombres que traía tu madre a su habitación no solo iban de visita, debiste pasarlo muy bien mientras oías sus gritos de placer mientras la follaban y luego ver cómo le daban dinero, lo sabías pero preferías ignorarlo porque no te importaba lo que le hiciesen a tu madre, solo querías salvarte de la miseria.

No..., eso no era cierto, no era cierto, ¡no era cierto!, él nunca supo que eran aquellos ruidos que salían del cuarto de su madre, él...oh dios.

-Reconócelo, si tu madre te importase hubieras entrado a ayudarla, pero tú eres igual que yo, solo buscas tu propia protección, sino fuese así habrías impedido aquello, eres tan mala persona como yo, has acabado igual que yo.

-¡Cállate!-gritó el rubio llevándose las manos a los oídos y cerrando los ojos con fuerza.

No quería escucha, no quería oír aquellas palabras, él...él tendría que haberlo impedido desde el primer momento, no tenía que haber sido ingenuo y ayudar a su pobre madre, él la escuchaba llorar cada vez que un señor de esos se marchaba, tenía que haberse dado cuenta, tenía que haber reaccionado y salvar a su madre, ahora ella estaba muerta, muerta por su culpa.

Minato observaba con satisfacción como su hijo se atormentaba a sí mismo.

-Eres patético, tu vida no merece la pena, solo traes desgracias, lo mejor que podrías hacer es morirte porque solo traes sufrimiento a todos los que quieres.

Tenía razón, seguramente Kakashi y sus hermanos lo estarían buscando ahora, siempre los preocupaba siempre acababan metidos en líos por su culpa, casi los habían matado a todos en un tiroteo y todo por defender su patética existencia, y Hinata...¿de verdad era tan egoísta para obligarla a quedarse con él en una vida donde siempre tendría que escapar de sus enemigos y de la justicia? no, él no podría hacerlo eso a ninguno de ellos, su padre tenía razón, lo mejor que podía hacer era dejarse morir.

-¿Te das cuenta verdad? sí, claro que sí-continuó su padre-por eso yo como buen padre estoy dispuesto a borrarte del mapa.

Naruto continuó sin reaccionar, las imágenes le invadían la cabeza, su madre muerta, Roku en urgencias con un disparo en la pierna, Hinata secuestrada...todo, todo culpa de él.

-Lo único que tienes que hacer es decirme donde está el cetro de Zeus y yo mismo te haré el favor de matarte, piénsalo porque si no lo haces tú vivirás, pero toda tu familia y tu noviecita morirán, no lo dudes, ya me conoces y sabes de lo que soy capaz.

Naruto pareció reaccionar en ese momento, ¿cetro e Zeus? ¿Qué demonios era eso? ¿Para qué quería su padre un cetro?

-No sé de qué me hablas.

-Respuesta incorrecta, más te vale decirme lo que quiero o sino los mataré a todos y tú lo presenciarás.

-¿Sabes? en casos como estos me echaría a llorar, no se ven reencuentros como estos todos los días, pero como soy alguien que la mayor parte del tiempo utiliza los sentimientos para limpiarse el culo lo único que tengo son ganas de vomitar.

Los ojos de Naruto se abrieron de par en par mientras que Minato miraba hacia la puerta echando ira por cada poro de su piel.

-Kakashi, ¿cómo has llegado hasta aquí?

El peligris estaba apoyado en el marco de la puerta, mirándose las uñas.

-Naruto, espabila joder, ¿a caso te he enseñado yo a comportarte como una nenaza?-le recriminó ignorando por completo a Minato-levántate de esa puta cama y reacciona, ya me toca los cojones tener que venir a salvarte el culo y por encima me encuentro con que te estás dejando lavar el cerebro.

Naruto no contestó, la verdad no sabía que decirle a Kakashi, estaba claro que era una decepción para todos.

-¿No me oyes mocoso? o mueves tu culo de ahí o te saco yo a golpes, quiero que me escuches imbécil a ver si así reaccionas, tu madre hizo lo que hizo para protegerte porque te quería, fue decisión de ella, tal vez no la mejor, pero era lo único que podía hacer para sacarte adelante y lograr que fuese un buen hombre-dijo-yo en tu lugar en vez de sentir pena de ella estaría orgulloso porque se necesita mucho valor y amor para hacer lo que tu madre hizo por ti ¿y así se lo pagas? así sí que serás culpable pero culpable porque entonces ninguno de sus sacrificios valdría para nada, tu madre se hubiera quitado la vida si no te hubiese tenido a ti, tú eras su razón para vivir, el culpable de que ella siguiese viviendo y no el culpable de su muerte ¡métetelo en la puta cabeza!

Una lágrimas escapó del rostro del rubio al darse cuenta de que lo que Kakashi había dicho era verdad, su madre...ella...ella siempre sonreía cuando estaba con él, solo cuando estaba con él, él era la única persona que la había hecho sonreír, su único motivo para no acabar con su vida.

-Qué bonito-dijo Minato-pero es un poco tarde Kakashi, nadie se creerá esa sarta de bobadas.

-No son bobadas-dijo Naruto secándose las lágrimas-tiene razón, toda la razón del mundo, eres tú el patético, mírate, das pena, estás loco y no dejaré que me vuelvas igual que tú, ya no te tengo miedo, nunca más...nunca más dejaré que le hagas daño a nadie y menos a mi familia.

-¿Y qué harás?-se burló-¿me matarás? estás medio muerto, acabaría contigo en un suspiro.

-Tal vez con él sí-dijo Kakashi-pero conmigo no durarás ni un segundo.

-Esto es asunto mío Kakashi-interrumpió Naruto-no dejaré...

Kakashi cerró los ojos y murmuró una serie de rezos.

-¡Harás lo que te digo! ¡Ya la has cagado suficiente y no pienso dejar que te mates a ti mismo! ¡Así que levanta el culo de una vez y me haces el favor de salir afuera!

-No pienso...-empezó lleno de ira.

-Hinata está sola vagando por el edificio-le cortó-tú decides, puedes quedarte de espectador o ser más útil yendo a buscarla porque yo no pienso moverme de aquí.

Hinata, Hinata estaba sola en el edificio, no sabía si ellos cuatro eran los únicos que andaban por allí, ni siquiera sabía si era una mentira de Kakashi para sacarlo del mapa, pero si era verdad y le pasaba algo él no se lo perdonaría en la vida, así que aguantando el dolor se levantó de la cama.

-Puedes hacer lo que te salga del nabo-dijo mirando a Kakashi-pero me lo traes porque solo yo puedo acabar con él, ¿vale?

Kakashi clavó su mirada en la de su discípulo, comprendía el rencor que sentía Naruto, lo comprendía tan bien que era incapaz de negarle esa petición a pesar de sus propios deseos de mandar a la tumba a ese hijo de puta.

-De acuerdo, y ahora lárgate, antes de que pierda mi paciencia.

Naruto salió cojeando de la habitación, sin mirar atrás, confiaba en Kakashi y él ahora tenía algo más importante que hacer, encontrar a Hinata antes de que le pasase algo.

--------------------------

Todo estaba oscuro como la boca del lobo, ni una triste luz, ni una ranura por donde el sol pudiese colarse. No sabía hacia donde se dirigía y le daba la sensación de que estaba andando en círculos. Con una mano sujetaba la pistola y apuntaba al frente mientras que con otra iba tanteando el espacio para evitar chocarse contra algo.

Estaba nerviosa y asustada, sobre todo asustada, el corazón le latía a una velocidad que creía imposible para un cuerpo tan pequeño como el de ella, pero su mente estaba clara y era capaz de pensar con frialdad, gracias a su entrenamiento como policía. No oía nada, solo el latido de su corazón, y tampoco notaba ningún cambio en el aire que le pudiese decir donde estaba, ni una sola pista, era como estar dentro de un laberinto.

Esperaba que Kakashi hubiese tenido más suerte a la hora de encontrar el camino porque presentía que ella al único sitio que llegaría era a quedarse allí encerrada por toda la eternidad.

-Si al menos hubiese traído una linterna-se maldijo.

Pero claro ella no tenía ni idea de cómo iba a ser aquello, Kakashi era el único que conocía aquel lugar y no le había advertido de lo que allí podría pasar. Por lo que pudo ver desde el coche se trataba de un viejo hospital abandonado cerca de un pueblo que se encontraba a unos 30 Km de distancia de Konoha, el edificio había sido abandonado hacía veinte años y ahora estaba completamente en ruinas.

Al principio se preguntó por qué Kakashi estaba seguro de que allí estaba la base de operaciones del secuestrador pero al ver las situaciones condicionales y geográficas del lugar no costaba mucho imaginarse por qué, además aquella zona estaba cerca de una central eléctrica por lo que para alguien entendido no sería difícil desviar algo para el hospital, además si solo lo destinaban para dos o tres habitaciones era más fácil proteger el robo y más difícil para la central o la misma policía darse cuenta de que ese desvío de luz se dirigía hacia el hospital y no hacia una casa.

Pero aquello era inmenso, no por nada había sido uno de los hospitales más grandes de Japón, y si seguía así nunca encontraría a Naruto.

Desesperada siguió andando durante diez minutos más, al fondo se veía como una especie de luz, esperanzada echó a correr hacia para darse cuenta de que había regresado a la enorme entrada del edificio. Derrotada se dejó caer al suelo, no valía para nada, era más un estorbo que una ayuda para encontrar a Naruto pero era tan tonta que seguía haciendo estupideces.

A lo lejos, sintió como pasos lentos acercándose a la entrada, tal vez sería Kakashi y le diría que tampoco había tenido éxito, pero un escalofrío le recorrió la espina dorsal, como un presagio de que no era Kakashi sino otra persona la que se acercaba. Poniéndose de pie caminó lentamente con la pistola alzada hacia donde escuchaba los pasos, podría ser el secuestrador o algunos de sus secuaces, seguramente aquel lugar estaba lleno de ellos.

Se apoyó contra una esquina, preparada para sorprender al intruso y reducirlo en un momento. Los pasos cada vez se oían más cerca, estaban a punto de llegar a donde ella estaba, ya podía sentir la respiración del otro. En un segundo se giró y encañonó al extraño.
Los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta y luchar contra el miedo. El valiente nunca se rinde.

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ann91 Desconectado
« Respuesta #27 en: Mayo 17, 2011, 08:26 am »

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« Respuesta #27 en: Mayo 17, 2011, 08:26 am »
Waoooo me encantooo!!!
Hay que malvado Minato jum!!
Que bueno que llego kakashi y lo hizo reaccionar...bueno ojala que sea Naruto con el que se va a encontrar Hinata jejeje :)

Espero continuación, Saludos...hasta pronto!!!

Sabaku no Marina Desconectado
« Respuesta #28 en: Mayo 19, 2011, 07:38 pm »

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Re: [+18]-Exóticos Placeres-[N&H]
« Respuesta #28 en: Mayo 19, 2011, 07:38 pm »
Hola!!!!!!! buena continuacion!!!! la verdad q no me imagino a Minato asi de malo jaja nunca espere leer un fic en donde el fuera el villano principal y ademas asi de malo jeje ^_^ no lo imagino, pero es interesante, me encanta tu historia y espero la conti como siempre con muchisimas ansias!!!

sayo :3
Antes sufría de amnesia, ahora no me acuerdo XP

Dresti Desconectado
« Respuesta #29 en: Junio 21, 2011, 08:37 am »

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Re: [+18]-Exóticos Placeres-[N&H]
« Respuesta #29 en: Junio 21, 2011, 08:37 am »
Holaaa!! aki traigo la contii, el final me kedo un poko mal peo es x la falta de inspiracion k me costo mucho haer la conti, km una semana! lo k nunca me habia pasado xD, weno solo spero k os guste, nos vemos^^


La pistola cayó de las manos de la pelinegra como si esta la quemase, el sonido fue lo suficientemente fuerte como para alertar a la persona que había parecido doblando la esquina, de espaldas a ella, de que allí había alguien más. Hinata se sintió morir, sus brazos y sus manos empezaron a temblar fuertemente, su corazón emprendió la carrera más rápida de toda su vida y sus labios y sus ojos quedaron completamente abiertos, inmóviles, sin saber exactamente qué hacer ante aquello que estaba en frente, tenía el cabello todo revuelto, le llegaba casi hasta los hombros por la ausencia de la coleta, una camiseta floja de manga corta de color verde con un agujero a la altura de la barriga y un pantalón vaquero en no mejores condiciones, pero era él.
Por su parte él sintió lo mismo, al verla allí, sorprendida, petrificada ante su inesperada aparición, inutilizado sin saber cómo reaccionar, los nervios y ese cúmulo de emociones que hacían que aquellas escasas horas, tal vez un día, que habían estado separados se mostrasen ante ellos como largos años de incertidumbre y dolor y que ahora que volvían a encontrarse les impedían formular ni tan siquiera una sola palabra o un gesto.
La primera que mostró signos de reaccionar fue ella, de sus ojos perla empezaron a caer lágrimas y de su boca empezaron a salir sollozos, ¿era aquello real? ¿No era un sueño? ¿De verdad estaba él allí, en frente de ella, vivo? Tenía miedo de extender su mano y que al rozarle él desapareciese, porque él siempre hacía lo mismo, siempre desaparecía dejándola sola. En cambio él si fue capaz de reunir el suficiente coraje para los dos, su mano viajó hacia aquella hermosa cara y empezó a secar aquellas lágrimas.
-Estos ojos-murmuró-no están hechos para llorar y mucho menos por mí.
Sin esperar respuesta ninguna la abrazó, la abrazó con fuerza, temiendo que ella pudiese escaparse. Ella al ver que él era real se abandonó al abrazo y ancló sus brazos en aquella espalda que tantas veces había abrazado y que no dejaría de abrazar.
-Pues si no quieres que mis ojos lloren ya sabes lo que te queda-dijo-no volver a hacer estupideces como estas, me niego a seguir con el corazón en vilo por un idiota como tú, ¿me oyes? me niego, me niego...
Sus palabras fueron ahogándose en nuevos sollozos.
-Lo siento.
-Todo el mundo lo siente y no es suficiente-contestó con rudeza-sangre, había sangre en aquel cuarto y tú no estabas por ningún lado, ¿cómo crees que me sentí? ¡Pensé que habías muerto! así que no me digas lo siento, no... porque no es suficiente...
Dejó que se enfadase con él, porque ¿qué podía esperar? se lo merecía por haberla asustado, por haberla preocupado, por haberla puesto tantas veces en peligro, ella tenía razón, él era un completo idiota.
-Esto no volverá a pasar, me encargaré de que mi padre no vuelva a entrometerse en nuestras vidas, nunca más tendrás que llorar por culpa de él.
Hinata se separó de él.
-¿Tu padre? pero él está...
-Muerto-completó Naruto-yo también pensaba eso pero no, él es el acosador y ahora Kakashi se está encargando de él, yo vine a buscarte para ponerte a salvo y luego...-no terminó, acababa de prometerle que aquello se había terminado y sabía cómo se iba a tomar aquello que pensaba decir a continuación, y no se lo tomaría bien.
-¿Luego qué?-preguntó ella.
-Volveré con Kakashi para acabar con esta pesadilla.
Hinata asintió mientras sonreía con ironía.
-Perfecto-contestó, sorprendiéndolo, ¿le parecía bien?
Entonces Hinata alzó la cabeza y lo taladró con la mirada.
-Es un plan perfecto, ¿qué podría salir mal?-continuó-no es como si estuviésemos en un hospital en ruinas en medio de la nada con vete tú a saber cuánta gente escondida en otros pasillos y habitaciones esperando a asesinarnos y que en estos momentos pueden estar espiándonos, tampoco hay que preocuparse por las matemáticas porque seguro que tres personas pueden acabar con un ejército entero, tú no tienes un agujero de bala en el vientre y Kakashi tiene todo controlado, ¿cómo no va a ser un plan perfecto?
El tono de Hinata había ascendido desde la más ínfima ironía hasta el más alto nivel de enfado.
-¡Perfecto si quieres suicidarte! ¿Y esperas que yo me vaya afuera a limarme las uñas mientras tú te estás matando? ¿Me conoces? porque estoy empezando a pensar que el tiró no te lo han dado en el vientre sino en la cabeza, pero todo está bien, cogeré una paquete de palomitas y me pondré a ver Como matan a mi novio 2º parte...
No pudo terminar su larga lista de reproches ya que el rubio la había atraído hacia sí y la besaba con fuerza y ternura al mismo tiempo, al principio se negó, no quería caer ante él pero sin duda su corazón y los labios de Naruto moviéndose sobre los de ella no estaban por la labor de cooperar con su pobre mente. Sus manos se enterraron en la rubia cabellera y su boca se abrió cediéndole el paso a la lengua de él, que acarició la suya con infinita ternura.
-Ejem-carraspeó alguien desde el otro lado de la estancia.
Los dos se separaron, asustados y Hinata recuperó con rapidez su pistola, apuntando a quienquiera que fuese el que estaba allí.
-No pretendo desilusionarte muñeca, pero tu arma no duraría ni medio segundo contra mi Tokarev.
Ni estaba apoyado contra la una de las paredes y al lado de él estaban Roku e Ichi, cubierto con su característica gorra.
-Pero vosotros os marchasteis...-empezó Hinata-¿desde cuándo estáis aquí?
-Bueno desde ese momento fatal en que empezaste tu discurso-dijo Ni-hubo un momento en el que pensamos que acabarías tú misma de matarlo pero luego llegó este momento romántico que acabó de estropear, ¿cómo dijiste que se llamaba? ah, si, Como matan a mi novio 2º parte.
Naruto sonrió al ver a sus tres hermanos, se alegraba de ver que estaban bien pero luego frunció el ceño.
-No debíais haber venido-dijo.
-Sí bueno, Kakashi fue más original negándose a darnos cualquier tipo de información, fue una gran interpretación, la verdad no nos costó engañarlo-prosiguió el pelirrojo.
-Le apuntasteis con una pistola-dijo Hinata, incrédula.
-Sí, una persona que la utiliza para hacer agujeros en las paredes porque le da pereza comprarse un taladro-intervino Roku, rodando los ojos-Ni está loco pero nunca mataría a Kakashi.
-Ya sabes, volvería de entre los muertos para matarme y muchas chicas sufrirían por ello-contestó él.
-No fue difícil encontraros-prosiguió Roku, recuperando el tema-Hachi se encargó de todo y aquí estamos, no íbamos a dejaros solos, los demás están buscándoos por otras alas del edificio.
Naruto se sintió agradecido, pero él no podía permitir que ellos se metiesen en semejante situación peligrosa, ya había hecho suficiente permitiéndoselo a Kakashi.
-Gracias chicos, pero de esto me encargo yo solo, es mejor que os llevéis a Hinata y os pongáis a salvo.
Los tres se miraron entre sí y luego se echaron a reír, dejando a Naruto totalmente contrariado, que él supiese no había dicho nada gracioso.
-Que nos pongamos a salvo ha dicho-dijo Ichi entre carcajadas-está más mal de lo que pensaba.
-Hablo completamente en serio.
-Ya, nosotros también-esta vez el pelirrojo dejó de reírse y se puso totalmente serio-no me obligues a darte otro discursito como el de tu novia porque no te va a gustar.
-No os dejaré pasar-dijo Naruto.
-Muy bien, intenta pararnos, te deseo suerte.
Los tres se echaron a andar ignorando por completo las advertencias de Naruto, que se estaba poniendo realmente furioso, ¿es que nadie entendía que él solo quería ocuparse de ese asunto? ¿Qué no quería que nadie más saliese perjudicado por su culpa? Apretando los dientes e ignorando el dolor que le atravesaba las entrañas se lanzó sobre Ichi cuando este pasó por su lado. Ante la inusitada fuerza empleada por el rubio ambos cayeron al suelo como fardos pesados, Naruto sobre su hermano.
-Deberías hacerme caso cuando te hablo-gruñó el rubio-pero si no quieres entender haré yo que comprendas a golpes.
-Adelante-contestó Ichi en el mismo tono-¡pégame! ¡Porque me da igual! ¡No me pienso ir de aquí!
Naruto alzó el puño, dispuesto a descargar toda su ira en él pero una pequeña mano lo detuvo.
-Ya basta-susurró Hinata-esto no te ayudará en nada, en nada. Estas herido y aunque no quieras aceptarlo y admitirlo necesitas ayuda, no tienes por qué pasar esto tú solo, no debes pasar esto tú solo, nadie te está diciendo que no tomes tu venganza, nadie te lo va a impedir pero...pero si lo haces tú solo lo único que conseguirás es morir inútilmente y eso no ayudará a nadie.
Todos se habían quedado en absoluto silencio mientras Hinata hablaba. Naruto continuaba con la mano alzada pero ya no hacía fuerza, estaba tan mal que había estado a punto de pegar a su hermano, a su propio hermano, si Hinata no lo hubiese detenido.
-Tu padre no dudará en mandar contra ti a todos sus subordinados si se ve incapaz de vencerte él solo-dijo Roku-Hinata tiene razón, nadie te va a impedir que acabes con tu padre pero necesitas nuestra ayuda para mantener a sus compinches alejados, de otra manera sería un auténtico suicidio.
Ellos tenían razón, él sabía que tenían razón pero aún así no podía aceptarlo.
-Os matarán.
-Mira tío llevo diez años enteros de mi vida en el tráfico de armas con la mafia napolitana, la rusa y demás parentela en medio mundo y a todos los estafo y sigo vivo, ¿te parece que unos mierdas van a matarme?-apuntó Ni.
-Yo soy traficante de drogas, odio con toda mi alma mi trabajo, arriesgo mi vida todos los putos días pasando información a la policía sobre los narcos y también sigo vivito y coleando-añadió Roku.
-Yo soy traficante de coches, organizo carreras ilegales en los sitios más peligrosos, tengo que vérmelas todos los días con lo peor de la sociedad, con gente que está realmente pirada, he estrellado coches de personas ricas, incluso de la policía y están detrás de mí para meterme en la cárcel o aniquilarme-Ichi se sacudió a su hermano de encima y volvió a ponerse de pie.
Hinata, que seguía sujetando la mano de Naruto, lo miró con decisión a los ojos.
-Yo soy policía, mi deber es salvar vidas, me han secuestrado y tú mismo has comprobado que soy perfectamente capaz de librarme yo solita de esos tipos.
Naruto los miró a los cuatro y sonrió, tal vez se había olvidado por un momento de quiénes eran esas personas, ellos no eran su madre, no señor, estaban acostumbrados a aquella vida, sobrevivir por sus propios medios, a plantarle cara al miedo y vender cara su vida, como él llevaba haciendo desde que había nacido. Los necesitaba, necesitaba su ayuda y su apoyo, tenían razón, él no podía luchar solo, no quería luchar solo.
-Estáis locos-dijo.
Los tres se echaron a reír, mientras que Hinata solo sonrió y le apretó la mano.
-Loco es mi segundo nombre-dijo Ni con un brillo letal en la cara mientras giraba su Tokarev en la mano-estos no saben con quién se han metido.


-----------------------------------------------------------------


Kakashi no apartó sus ojos de aquel sujeto ni un solo segundo. A pesar de todos los años que habían pasado sin verse, sobre unos veinte, ninguno de los dos había cambiado a ojos del otro. Minato continuaba siendo aquel ser cruel que durante los dos primeros años en los que se habían conocido había sido su amigo mientras él había vivido en la pobreza de Konoha con su familia antes de que hubiera ocurrido aquel horrible suceso que había cambiado su vida para siempre y lo había alejado de lo que había sido en un pasado.
-No has cambiado nada Kakashi-dijo Minato-sigues siendo el mismo arrogante de siempre.
-Tú tampoco has cambiado-contestó fingiendo indiferencia-continúas siendo la misma rata que antes, sigues dándome ganas de vomitar.
-El sentimiento es mutuo.
Durante varios minutos ambos continuaron midiéndose el uno al otro con sus respectivas miradas, la de Minato cargada de diversión y la de Kakashi de odio y rencor.
-¿Por qué no dejas a Naruto en paz?-le espetó el peli gris.
Minato sonrió torvamente.
-Un padre debe estar pendiente de sus hijos, además vosotros dos tenéis algo que me pertenece.
-El cetro.
-El cetro-afirmó el rubio-y ahora que estáis aquí me diréis donde está, solo es cuestión de tiempo que Naruto regrese y así ambos podéis rebelarme vuestro preciado secreto.
-Estás más loco de lo que yo pensaba-continuó Kakashi acercándose a Minato-pareces un niño que se cree todas las historias que le cuentan, tal vez la sobrecarga de películas de Indiana Jones te haya freído el cerebro, te daremos el cetro si es lo que quieres pero no lograrás nada de lo que buscas.
-¡Eso es mentira!-exclamó-¡el cetro es una fuente inagotable de poder! ¡Lo blandió el mismísimo Zeus!-El cetro, como bien dices, se modeló hace miles de años para acompañar a la estatua de Zeus en el templo de Olimpia, sin duda es un objeto de incalculable valor y que mucha gente desea encontrar o...adquirir-prosiguió-es cierto que se encuentra en mi poder desde hace muchos años, tantos que ni yo mismo recuerdo donde lo he guardado...
-Vuelves a mentirme, quieres quedarte con él, siempre has querido tener todo, Kakashi el niño superdotado hijo de una de las familias más pobres de toda Konoha, el niño que a los diez años entró en la universidad y a los quince ya tenía diez carreras mientras toda su familia se moría de hambre, consumado arqueólogo, astrónomo, médico y químico a los dieciséis, pero como era tan altruista abandonó todas sus posibilidades para regresar a su vida pobre y miserable, traficó con drogas y se metió en tantos problemas que acabó provocando que...
-¡Cállate!-gritó Kakashi impidiendo que aquel monstruo continuase.
-¿A caso no es cierto? tú mismo me lo contaste cuando a tu hermana y a ti os metieron en el reformatorio, yo era tu mejor amigo y me lo contaste todo-continuó Minato con una sonrisa sádica-como te carcomía la culpa porque sabías que aquello que había sucedido había sido tu culpa y lo sigues pensando, que mala suerte la de Kakashi huérfano a los dieciséis con una hermana pequeña que lo culpaba de todo, ni siquiera esa familia rica que te adoptó duró mucho porque aquellos que te buscaban los mataron a penas dos años después, ¡otra vez por tu culpa!
El peli gris se lanzó sobre él y apretó el cuello del rubio con sus manos.
-¡Cállate escoria!
Minato continuó sonriendo.
-¿Qué se siente al saber que tu hermana murió como una vulgar puta aún pensando que tú eras el culpable de todas sus desgracias?-respiró con dificultad.
Kakashi apretó con más fuerza, hacía tiempo que había borrado todo aquel dolor y había convertido su corazón en un puño de piedra, ahora solo actuaba su mente pero sentía tanto rencor hacia esa persona que a veces sentía que se le nublaba la razón.
-Te confié toda mi vida y me lo pagaste de la forma más vil y rastrera, me entere seis años después de lo que había sucedido y juré que acabaría con tu vida bastardo pero antes quiero saber por qué lo hiciste, ¿fue todo por el cetro?
-Tú siempre me hablabas de ese cetro que habías logrado conseguir en Grecia en una de las excavaciones que habías hecho con la Universidad, incluso me contaste como lo habías robado y te lo habías quedado en tu poder, pero nunca quisiste decirme donde lo tenías, decías que tú no tenías la parte completa que la parte que te faltaba se la habías entregado a otra persona pero tampoco me dijiste a quién y luego esa familia te llevó con ellos por eso, solo por eso al cumplir la mayoría de edad decidí casarme con tu hermana, que estaba enamorada de mí, por qué pensé que ella sabía algo o que tenía ella la otra parte pero esa puta no sabía nada, ¡nada!
Kakashi había dejado de apretar y le asestó un fuerte puñetazo que le rompió la nariz, después la emprendió a puñetazos con el resto de la cara pero aún así Minato no dejó de sonreír, después empezó a darle patadas por todo el cuerpo, preso de la ira y así continuó durante largos minutos hasta que se percató de que si seguía así lo mataría y ese gusano no merecía una muerte tan rápida, además, muy a su pesar, le había prometido a Naruto que se lo dejaría a él y así lo haría aunque le ardiesen las entrañas.
-Le destrozaste la vida a mi hermana-gruñó-y no dejaré que hagas lo mismo con Naruto, tienes razón, mi hermana tenía la parte que me faltaba a mí, yo se había regalado antes de que sucediese aquella cosa horrible sin decirle lo que era, sé que ella lo conservó porque no hace mucho tiempo que vi el objeto en la casa de Naruto, él desconoce de qué se trata, solo sabe que es un objeto que encontró entre las pocas pertenencias de su madre pero...¡ese cetro no tiene ningún poder! ¡Ese poder que yo te mencioné era puro valor histórico! ¡Les arruinaste la vida a mi hermana y a su hijo por una simple estupidez!
-¡Mientes!
-¡No!
-Kakashi...
La voz de Naruto sonaba sorprendida desde la puerta, no lograba creer lo que acaba de oír. Kakashi era su tío.
Los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta y luchar contra el miedo. El valiente nunca se rinde.

Si Justin Bieber amenaza con saltar de un edificio:
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Dresti Desconectado
« Respuesta #30 en: Julio 19, 2011, 09:45 am »

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Re: [+18]-Exóticos Placeres-[N&H]
« Respuesta #30 en: Julio 19, 2011, 09:45 am »
Hola genteee!! siento la tardanza pero es que me costo muxo hacer ste capi y la razon es xk es el ultimo!! se ke me kedo garrafla pero puse mi mejor voluntad para acabarlo, solo spero k os guste, muxas gracias a todos los k me han apoyado con mi proyecto desde k lo empece y gracias x los animos, son lo mejor de todo, dentro de unos dias tal ves dos semanas o asi, subire un epilogo para k sepais k fue lo k paso con nuestra parejita al final, un saludo y de nuevo mil gracias por vuestro apoyo.

19. Desenlace

Naruto continuaba mirando Kakashi de hito en hito, su mente era incapaz de procesar aquello que acababa de oír. Poco antes Hinata y él se habían separado del resto para regresar en busca de Kakashi, mientras sus tres hermanos iban a ayudar al resto, que andaban perdidos por el viejo hospital, justo cuando había llegado escuchaba como ese ser horrible decía que se había casado con la hermana de Kakashi para conseguir un cetro, el resto casi ni lo había escuchado de lo conmocionado que se quedó. Hinata, detrás de él, se mostraba igual de sorprendida ante la nueva noticia que acababa de descubrir.

-Ahora ya estamos la familia completa-dijo Minato, interrumpiendo aquel fulminante silencio.

El resto lo miraron, Kakashi con rencor, Hinata con interés, pues era la primera vez que veía al padre de Naruto, y Naruto como un autómata. Minato lo miró, sin perder la sonrisa, a pesar de su magullado cuerpo. Empujo a Kakashi, que no opuso resistencia, y se lo quitó de encima, volviendo a ponerse de pie.

-¿Qué se siente al saber que el hombre que te crio te ha mentido toda tu vida?-preguntó-él sabía lo que le pasaba a tu madre y nunca fue a ayudarla.

-¿Es eso cierto?-le preguntó Naruto a Kakashi-¿es cierto que sabías lo que este miserable nos hacía y no viniste a ayudarnos?

El peligris sentía como la ira iba creciendo en Naruto.

-Tu madre sufrió mientras él vivía entre algodones en una mansión de ricos, no hizo nada por ayudarla.

Naruto se negaba a creerlo, no era posible Kakashi no era así.

-¿Es cierto?-preguntó intentando retener la rabia.

Kakashi agachó la mirada y asintió.

-¡Bastardo!-gritó Naruto, lanzándose a por él-¡te has reído de mí todos estos años! ¡Y de la memoria de mi madre!

-Yo intenté ayudar...-empezó Kakashi-pero no pude...

-Mi madre murió y tú no hiciste nada-gruñó-me das asco.

Hinata, observaba todo, horrorizada, si no hacía nada Naruto le daría una paliza a Kakashi. Su cuerpo se estremeció al darse cuenta de que Minato había desparecido.

-Naruto...-quiso advertir, pero una mano le tapó la boca.

Hinata sintió como le arrancaban con fuerza la pistola de la mano y se la ponían en la cabeza.

-Ahora nos vamos a ir y tú estarás calladita-susurró-o sino os mato a todos.

Hinata obedeció.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hacía un frío inmenso y la oscuridad que inundaba los pasillos de aquel hospital abandonado lograrían asustar a cualquiera, aunque Jachi, acostumbrado a ese tipo de situaciones, se movía de un lado a otro como si el lugar estuviese iluminado por mil focos. Estaba concentrado, hasta ahora solo había encontrado habitaciones vacías llenas de objetos quirúrgicos y demás material médico. Resopló, estaba ansioso, quería encontrar a Naruto lo antes posible y matar a todos esos desgraciados que sabía que pululaban por allí.

-El detector térmico no funciona-dijo Nana, que iba tras él-no hay señal de ningún tipo.

-Hmp.

Estaban bloqueándolos, y con una tecnología de alta definición, sino sería completamente imposible inutilizar sus aparatos electrónicos.

-¿Y el radar?-preguntó.

-Lo mismo, tampoco funcionan los móviles, estamos aislados.

La voz de su novia en vez de sonar asustada brillaba de emoción, como gótica, Sakura sentía especial interés por todo lo relacionado con el terror. Él sin embargo solo estaba irritado y cuando eso pasaba la única manera de desquitarse era descargándose a golpes contra alguien, pero allí no había nadie, al menos no en ese lado del edificio, salvo ellos dos. Intentó oír algo, pero todo se mantenía en un silencio sepulcral.

-¿Sabes? esta situación me recuerda a algo-dijo ella-hay algo raro en el ambiente pero ahora mismo no sabría decirte el qué.

-Hmp.

Era cierto, algo raro pasaba pero él tampoco lograba identificarlo.

-Me pregunto si...-empezó la peli rosa.

ÉL se giró, ella se había parado en mitad del pasillo mirando al techo.

-¿Qué pasa?-le preguntó.

Sus ojos jades se clavaron en él, tenía el ceño fruncido.

-¿No has oído ese ruido?

Se quedaron en silencio, pero lo único que lograron oír fueron sus propias respiraciones. La peli rosa volvió a fruncir el ceño.

-Es extraño...juraría que había oído algo.

-Hmp.

Hachi se dio la vuelta y empezó a andar de nuevo, entonces fue él quien lo oyó, era como una especie de susurro mecánico, algo que él conocía bastante bien. Hizo memoria, su oído había registrado ese sonido hacía a penas cinco minutos, lo que quería decir que habían activado de alguna manera una especie de sensor que había puesto en funcionamiento unas pequeñas máquinas situadas seguramente en el techo oscuro que emitían rayos infrarrojos los cuales a su vez activarían una alarma cuando rozasen con un objeto solido y que alertaría a todo el edificio de su posición.

-Me cago en la puta-susurró-quédate quieta, hemos activado un sensor de rayos infrarrojos.

La chica obedeció de inmediato, aunque ambos sabían que sin tener un modo de vislumbrar los pequeños hilos rojos era cuestión de tiempo que los encontrasen. Hachi sacó un arma del bolsillo, una Glock 18 de Tokyo Marui, una pistola automática obsequio de Ni en su último cumpleaños, en realidad era la pistola que tenían todos los miembros de la organización, salvo, claro esta, Ni que no se separaba de su amada Tokarev. Se quedó quieto, con la pistola en la mano, mientras escuchó como su novia hacía exactamente lo mismo que él.

-Estamos jodidos-dijo con sarcasmo la peli rosa.

El sonrió de medio lado, le gustaban las personas valientes, por eso ella estaba con él. Aunque él más que nadie sabía que no siempre había sido así.

En ese momento, cortando sus pensamientos, uno de los sensores volvió a moverse, una luz roja se detuvo justo en medio de su frente y en cuestión de segundos aquellos se convirtió en un maremoto de luces rojas y sonidos de alarma. No se echaron a correr, estaba claro que era imposible salir de allí, así que pegaron sus espaldas el uno contra el otro, apuntando cada uno con su pistola a ambos lados del pasillo y se prepararon para abrir fuego contra todo aquel que se presentase por allí.

Claro esta, ninguno de los dos se imaginó que los adversarios llegasen por decenas.

----------------------------------------------------------------

Kakashi forcejeaba con Naruto, intentando soltarse del firme agarre al que lo mantenía sometido el rubio.

-Yo... quise ayudarla...dijo con dificultad-pero no podía...tienes que escucharme Naruto, joder, tienes que escucharme.

Naruto aflojó un poco, solo un poco, su agarre, después de todo el conocía a Kakashi y en el fondo quería creer que su falta de acción se debía a algo importante.

-Te escucho-gruñó.

Kakashi tomó una gran bocanada de aire al verse libre del apretón de las manos de su sobrino, clavó los ojos con seriedad en él y se dispuso a hablar. No lo contaría toda la historia porque no tenían tiempo pero al menos si lo mínimo, él se merecía saber porque su tío no había ido en rescate de su hermana.

-Cuando mis padres adoptivos me acogieron-comenzó-yo ya era un delincuente bastante conocido, digamos que un día enfadé a uno de los grandes y juró que no descansaría hasta matarme.

Naruto asintió, empezando a comprender hasta donde quería llegar el peligris.

-No podía acercarme a mi hermana porque sabía que si lo hacía ese hombre se vengaría en ella y en ti pero te prometo que intenté de todos los modos posibles liberaros de vuestro infierno, aunque al final no pude.

El rubio se llevó una mano a la cara, re cobrando el control sobre su cuerpo y su mente.

-Lo siento Kakashi, debía haberte escuchado desde un principio y no a este gusano-dijo girándose hacia donde estaba Minato-¡ahora te vas a...!

Enmudeció al ver que el hombre no estaba allí y un sudor frío le recorrió el cuerpo al ver que Hinata tampoco.

-Se ha llevado a Hinata-susurró para luego volver a encenderse de ira-ya se llevó una vez a mi madre y no permitiré que esto se vuelva a repetir.

-------------------------------------------------------------------------------------------

Hacía ya tiempo que el lugar donde se encontraban Hachi y Nana se había vuelto un hervidero de disparos, patadas y puñetazos. Al principio todo había transcurrido de una forma muy confusa. Ellos dos se habían visto rodeados por un grupo de hombres que superaban los treinta, un combate técnicamente imposible para ellos dos solos, pero por una especie de designio divino poco después fueron llegando el resto de sus hermanos.

Ahora todos se encontraban sumidos en una especia de combate siniestro en el medio del cual estaba Ni sacudiendo disparos a diestra y siniestra, sin fallar ni un solo tiro.

-Todo el que se atreve a tocar a mis hermanos-le escucharon decir-le decoraré el culo con otro agujero.

A pesar de todo parecía que la marea de hombres nunca llegaría a su fin. Allí, según pudo ver Hachi, había gente de todo tipo, desde científicos hasta matones adiestrados para romper huesos. Noqueó al que tenía delante y agarró su pistola disparando a uno que se le acercaba a Nana por detrás. Mataría a todo cabrón que intentase ponerle un solo dedo en cima.

Ichi se chocó con él mientras le lanzaba una patada lateral al pescuezo a su rival.

-Kyu está vivo, él y Hinata han ido a buscar a Kakashi, así que no hay de que preocuparse.

-Claro que no-dijo San apareciendo a su lado, esta llevaba las cuatro coletas desechas y la ropa rota en algunos ángulos, lo que le hizo preguntarse a Hachi como se vería él mismo-solo nos estamos dejando matar por estos imbéciles, no hay nada que temer.

-Si tuviese aquí a Christine-murmuró Ichi, rememorando a su Jaguar negro estampado contra una de las paredes de la comisaría-solo por eso debería dejar que el inútil de Kyu, muriese pero así no podría comprarme uno nuevo así que habrá que seguir ayudando.

Ichi vio desesperanzado como un grupo de veinte acorralaban a Go, Yon y Roku contra una de las paredes del pasillo. Si eso continuaba así ninguno de ellos saldría de allí con vida. Ni hacía todo lo posible por no dejar ni un segundo entre disparo y disparo, pero estaba apunto de terminársele la munición frente a la decena de armas que le apuntaban en todo momento. Entonces cuando todo parecía que iba a acabar llegó una señal muy conocida para todos ellos desde el fondo del pasillo.

-¡Alto el fuego, somos la policía!-gritó alguien desde un altavoz.

Como por arte de magia de un de los lados del pasillo aparecieron una treintena de hombres vestidos con el uniforme de la policía y apuntando con sus armas.

-Juro que nunca me alegré tanto de ver a los maderos-aseguró Ni, bajando su pistola.

Nadie se había esperado la llegada de la policía pero los malos reaccionaron pronto, como después contaría Nana, se lanzaron como perros sobre los policía olvidándose por completo de ellos.

-Chicos-dijo Go-es hora de una retirada estratégica.

Todos estuvieron de acuerdo.

----------------------------------------------------------------------------------------

Naruto hacía todo lo posible por aguantar el dolor que le atravesaba el vientre y correr tanto como sus piernas daban de sí. Kakashi unos metros por delante de él, hacía unos diez minutos que corrían en busca de Hinata y de su padre. Si ese desgraciado le había hecho algo, no iba a encontrar rincón en el mundo donde poder esconderse de su furia. Aceleró más el paso pero Kakashi lo obligó a detenerse.

-Así no llegaremos a ninguna parte-dijo-esto es enorme y será mejor que nos dividamos.

El rubio estuvo de acuerdo.

-Solo prométeme que no harás una locura, Naruto-dijo.

-Eso es difícil de saber siendo sobrino de quién soy-contestó.

Kakashi sonrió y luego después echó a correr en la dirección contraria.

Naruto tomó una bocanada de aire y se llevó una mano a la herida, esta se había abierto y empezaba a sangrar de nuevo, pero él sabía que no podía detenerse, no mientras la vida de Hinata dependiese de él así que reunió fuerzas de nuevo y se puso en marcha. Algo en aquel pasillo le resultaba familia y lo confirmó cuando sus piernas lo dejaron en la entrada principal del hospital, donde se había encontrado con Hinata. Escupió toda una serie de blasfemias y estaba a punto de volver por donde había venido cuando al girarse vio que detrás de él había aparecido su padre apuntando a Hinata con una pistola, la pistola que había llevado Hinata, en la cabeza. La chica lo miró con ojos aterrados y eso no hizo más que enfurecerlo.

-Suéltala ahora mismo-exigió.

Minato sonrió.

-No veo por qué debería hacerlo, tienes una novia muy simpática, aunque poco habladora, me preguntaba cuanto te importaría si le metiera un tiro en el cerebro.

Naruto dio una zancada al frente, pero el caño apoyado en la sien de la chica logró disuadirlo, dios sabía de lo que era capaz aquel hombre y él no estaba dispuesto a arriesgar la vida de Hinata.

-Es muy bonita, tal vez después de que te mate pase un agradable rato con ella.

-Como la toques te mato.

-¡No me vengas con amenazas que sabes que no cumplirás! ¡Estás moribundo, mira tu herida! ¡Me basta con pegarte otro tiro! ¡En cambio tú no puedes hacerme nada!

Hinata vio como la sangre empezaba a brotar del cuerpo de Naruto y se horrorizó, si aquello seguía así Naruto no aguantaría mucho más y moriría desangrado, ella debía hacer algo. Con decisión y aprovechando un momento de distracción de su captor, le mordió en la muñeca. Minato dio un alarido y apartó la pistola de su cabeza, momento el cual ella aprovechó para intentar huir. Pero Minato se dio cuenta y le dio con la culata de la pistola en la nuca, dejándola inconsciente.

-¡Hinata!-gritó el rubio-¡Miserable!

Se lanzó sobre su padre y agarró la pistola, entrando los dos en una fiera pugna por el control del objeto. Naruto sabía que con la perdida de sangre también había perdido bastante fuerza por lo que debía de sacarle la pistola a aquel sujeto como fuese. Le dio un fuerte puñetazo en el brazo, Minato se encogió de dolor y la pistola salió disparada a varios metros de distancia. Sin perder un minuto Naruto cargó contra su padre, dándole puñetazos lo más fuerte posible.

-Te mataré, hijo de puta, acabaré contigo, vengaré todo el daño que nos has hecho a mi madre y a mí.

Su cuerpo empezó a entumecerse, la cantidad de sangre que manchaba su ropa y ahora la de su padre, era inmensa y él estaba sintiendo como su cuerpo se iba enfriando poco a poco y las fuerzas lo abandonaban. Minato también pareció darse cuenta y apartó a su hijo de un empujón. Naruto a penas pudo hacer nada cuando vio que su padre cogía de nuevo la pistola y le apuntaba con ella. Su vista empezó a fallar, cada vez sentía más frío, sabía que era el fin. Había fallado a su madre y había fallado a Hinata, en un último momento giró la cabeza hacia ella y la vio tumbada inconsciente, seguramente era mejor así, ese hombre la mataría y su muerte sería menos dolorosa si estaba inconsciente. Una lágrima resbaló por su cara al saberse fracasado.

-Lo siento Hinata-murmuró-lo intenté todo pero no pude...

-¿Despidiéndote de tu novia? haces bien, pronto no podrás hacerlo.

-Solo...dime...una cosa-farfulló-¿qué clase de alimaña...eres para...matar a tu propio...hijo? me...me das...asco.

La cara de Minato se contrajo llena de ira.

-¡Te voy a cerrar la puta boca!-exclamó.

Había llegado el momento y él lo sabía, no cerró los ojos, moriría así, mirando a Hinata, dormida, con su cara dulce y tranquila, guardándose cada detalle de ella para no olvidar nunca su rostro. Tal vez la vería dentro de unos minutos en el otro lado pero por si acaso quiso guardarse aquella imagen junto con las demás que guardaba en su corazón, después de todo, vivir si que había merecido la pena.

Se oyó un disparo y él contuvo la respiración esperando el impacto que pondría fin a su vida, pero este nunca llegó.

Haciendo acopio de sus últimas fuerzas se giró y vio a Minato tirado boca arriba en el suelo con los ojos muy abiertos y un charco de sangre apareciendo bajo su espalda. Estaba muerto, pero... ¿cómo? Miró a su alrededor, Hinata seguía muerta y allí no había nadie más, ¿quién había sido? Pronto dejó de importarle, su cuerpo no aguantaba más y poco a poco fue abandonándose a la inconsciencia.

Diez minutos después llegaron Kakashi y los demás, este se había encontrado con ellos mientras buscaba a Hinata y habían ido juntos a por Naruto y la chica, la policía estaba allí y debían marcharse lo antes posible. Los encontraron a los tres tirados en el suelo, Hinata inconsciente pero bien, Minato muerto y Naruto con a penas un hilo de vida. Kakashi se preguntó quien había matado al padre del rubio puesto que el único de los tres que tenía una pistola era el mismísimo Minato. Decidió no darle importancia, Naruto se estaba muriendo y la policía andaba por allí. Debían largarse.

Por fin, todo había terminado.
Los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta y luchar contra el miedo. El valiente nunca se rinde.

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Dalia Desconectado
« Respuesta #31 en: Julio 29, 2011, 05:00 pm »

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Re: [+18]-Exóticos Placeres-[N&H]
« Respuesta #31 en: Julio 29, 2011, 05:00 pm »
Me encanta  :lol: :lol: cconti conti conti  :ohnoes: :ohnoes: cuidate  :=D: :=D:
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Maruko Desconectado
« Respuesta #32 en: Agosto 04, 2011, 02:11 am »

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Re: [+18]-Exóticos Placeres-[N&H]
« Respuesta #32 en: Agosto 04, 2011, 02:11 am »
waaaaaaaa al fin despues de tantos meses pude ponerme al día con el FF, espero que no hayas olvidado que aca tienes un fan más.



Dalia Desconectado
« Respuesta #33 en: Agosto 04, 2011, 09:56 am »

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Re: [+18]-Exóticos Placeres-[N&H]
« Respuesta #33 en: Agosto 04, 2011, 09:56 am »
Hey y la conti????  >:( >:(
jeje es muy bueno el fic y no te olvides que algunos lo leemos  :grin_open: :grin_open:
Bueno cuando puedas siguela  :ohnoes: :ohnoes:
cuidate  :aww: :neko: :=D:
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Dresti Desconectado
« Respuesta #34 en: Agosto 12, 2011, 09:54 am »

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Re: [+18]-Exóticos Placeres-[N&H]
« Respuesta #34 en: Agosto 12, 2011, 09:54 am »
Holaa, aki traigo el epílogo, muchas gracias por haber leido mi fic, se k es cortito, pero me apetecia hacerlo asi, breve pero conciso, nos vemos^^

Epílogo

Hinata Hyuuga permanecía sentada con los ojos cerrados y la espalda recostada en la silla que quedaba en frente de su escritorio en la comisaría de Konoha.

El pelo largo y negro caía en cascada por el respaldo de la silla hasta casi rozar el suelo.
Sus delgadas y torneadas piernas permanecían descansando sobre la desgastada mesa del escritorio y entre montañas de papeles apiñados por toda la extensión exceptuando donde el viejo ordenador estaba instalado.

A esas horas de la mañana el departamento de tráfico de la policía de Konoha estaba totalmente vacío, salvo por ella y su compañera Ino que holgazaneaban en sus mesas, salvo que esta vez ninguna de ellas discutía sobre si era más guapo Jude Law o Brad Pit.
La razón de que ella hubiese vuelto a la policía, en concreto a la sección de tráfico, era que se había demostrado que ella no tenía nada que ver con el asunto de Kyubi, todo por cortesía de Kakashi, que nadie sabía cómo había logrado su readmisión. Por supuesto no la habían repuesto en su cargo en la sección de robos sino que la habían degradado a su antiguo puesto, pero no le importaba, ella era feliz así como estaba.
Naruto se había recuperado de la herida en el vientre y todo había vuelto a la normalidad, ahora vivían juntos y cada uno había retomado su vida, él como ladrón y ella como policía.
En cuanto al cetro tan ansiado por Minato, la parte que guardaba Naruto era el mango de una especie de bastón que él conservaba como un recuerdo de su madre en una de las estanterías de la casa, él sabía que era una pieza muy antigua pero nunca había sospechado lo que era realmente. Los cargos de asesinato se habían retirado de él y ahora seguía perseguido por lo de siempre, el famoso ladrón de arte que era.
Tocante al tema de quién había sido su salvador misterioso ella acababa de descubrirlo, Kiba le había mandado un correo electrónico explicándole todo lo que había pasado aquella noche en casa de Naruto y como había huido. Él sabía que el rubio era Kyubi, lo había averiguado mientras se había mantenido escondido, la culpa y el enterarse a que se destinaban las actividades de Naruto y que esos objetos que robaba regresaban a su fuente fue suficiente para hacerlo recapacitar, él sabía lo de la base en el hospital y había llegado justo a tiempo para acabar con Minato. Él decía que se iba a entregar a la policía, como así fue días después, siendo condenado a cuatro años de prisión.
Todo volvía a estar en el mismo orden caótico que siempre, pero la sonrisa no abandonó su rostro en todo el tiempo.
-Vaya-dijo Ino subiendo el volumen a la televisión del despacho-parece que Kyubi ha regresado y pisando fuerte.
Hinata se obligó a ocultar una sonrisa.
-¿Y qué se ha llevado esta vez?
-Un cuadro llamado ''Venus y Marte'' de un tal Carlo Saraceni, estaba de exposición en el museo de Konoha.
Esta vez Hinata sonrió abiertamente, aquel era el cuadro que ella había estado observando en el museo después de hacer el amor con él y antes de discutir.
-Hasta dejó un mensaje-dijo Ino extrañada.
-¿Ah, sí?-preguntó sorprendida-¿y que decía ese mensaje?
-Hablaba sobre una belleza morena que lo había inspirado para robar ese cuadro y que le dedicaba el robo a ella.
La sonrisa de la pelinegra era tan deslumbrante que Ino al final la miró.
-Vaya, vaya, ¿qué pensaría Naruto si te ve sonriendo por otro hombre?
La sonrisa no despareció de su cara.
-Yo no sonrío por otro hombre-no lo hacía-además Naruto está muy ocupado trabajando.
Ino alzó las manos a modo de disculpa.
-De todas formas me pregunto quién será esa ''belleza morena'' sin duda ha sido muy romántico-suspiró-algunas nacen con una suerte... ¿no crees?
Ella repasó su vida con Naruto, con el ladrón y hombre que amaba. Desde luego que tenía suerte.
-Sí, claro que lo creo.
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ann91 Desconectado
« Respuesta #35 en: Agosto 12, 2011, 09:06 pm »

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Re: [+18]-Exóticos Placeres-[N&H]
« Respuesta #35 en: Agosto 12, 2011, 09:06 pm »
Hola Dresti me ha gustado mucho el epílogo...Uff tan romantico dedicandole un robo jajajjaajj aunque no se si deberia sentirse alagada, jajjajaj no me pares...De verdad me ha encantado, y sinceramente espero que escribas otro FanFic...Te aseguro qe alli estare...Hasta pronto!!  :grin_open:

Maruko Desconectado
« Respuesta #36 en: Agosto 12, 2011, 09:45 pm »

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Re: [+18]-Exóticos Placeres-[N&H]
« Respuesta #36 en: Agosto 12, 2011, 09:45 pm »
siiiiii al fin se como termina el FF luego de años de espera....jajajajajajaja


como siempre un gran FF aunque si quieres mi opinión el epílogo se sintió algo forzada la trama, aún asi no te pierdas que me gustaría leer mas sobre tus ff



Dalia Desconectado
« Respuesta #37 en: Agosto 18, 2011, 02:24 am »

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Re: [+18]-Exóticos Placeres-[N&H]
« Respuesta #37 en: Agosto 18, 2011, 02:24 am »
Me encanto es fic es el primero que termino de leer y creo que lo voy a leer una segunda vez y es que no me canso de este fic...... bueno si subes un fic nuevo me dejas saber que con mucho gusto lo voy a leer  :ohnoes: :ohnoes: bueno me despido
SAYO CUÍDATE MUCHO  :=3: :neko: :=D: :lol: 
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sakuritha_haruno Desconectado
« Respuesta #38 en: Agosto 19, 2011, 09:42 pm »

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Re: [+18]-Exóticos Placeres-[N&H]
« Respuesta #38 en: Agosto 19, 2011, 09:42 pm »
esto sinceramente me encanto aunke no me gusta muxo el naruhina jejeje estubo muy bonito :=D:

Dresti Desconectado
« Respuesta #39 en: Enero 15, 2012, 06:59 am »

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Re:[+18]-Exóticos Placeres-[N&H]
« Respuesta #39 en: Enero 15, 2012, 06:59 am »
Hola, a quien le interese agregarme me he creado una cuenta en twitter donde procurare ir subiendo nuevas noticias y novedades sobre mis fanfics y responder a todas las dudas que pueda, así que aquí la dejo para los interesados.

Cuenta en twitter: DrestiChan
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