Rincón del Artista > Expresión escrita

Su boca sabrá a ajenjo (Capítulo Seis)

<< < (7/11) > >>

Sweet Spring:
Dizz Dizz, hola xD ya me pude registrar xD

Hablando del tema, aunque ya lo había leído lo volví a hacer xD es realmente muy bueno, ya te lo he dicho antes pero igual... Tu ortografía es perfecta, y adoro eso.

La trama me encanta, y cada vez se vuelve más fascinante. Yo sí sé qué es Noah xD lalala (8)

En fin, espero con ansias el próximo capítulo.

Saludos~

Lauriis:
Lo amo lo amo lo amo lo amo!!
Tu historia me tiene totalmente atrapada, ya quiero saber que pasa! Ya quiero saber que es Noah!
Es trampa que Sweet Spring ya lo sepa! xd
Me encanta como narras, como manejas las palabras, como describes lo fisico y las emociones.
Amé la escena en que Zoe se enfrenta a Tyler. Parece que, a pesar de todo, Noah la hizo mas fuerte!
La amiga de Zoe... esto.. -baja a buscar su nombre (tengo mala memoria)-  Rhonda! Me cae bien (: Parece seruna buena amiga.
Cuando Zoe gritó que no estaba enamorada de Tyler..., dios, fue tan cómico!
Pobre Zoe, sentir eso debe sser horrible (aunque yo estoy sintiendo algo parecido) y es realmente triste u.u
De verdad quiero saber que pasa! :3 contii por favor!

TinaK:

Wow!!
comenzé a leer el capi en clases en la Uni... pero decidí dejarlo para cuando llegara a casa, es demasiado bueno como para que lo opaque nada.
Me has dejado con el corazón en la mano gracias a la última parte... juas juas.. si fuera un poco más viejita tu historia equivale a mi novela de las 9 pm, no me la puedo faltar ni una sola vez!!
Realmente me has dejado con tooodas las ganas de saber que demonios es Noah y qué espera obtener de nuestra joven Zoe, más aún, por qué Zoe se ha vuelto adicta?
Esperaré con ansias el próximo capi.
Nos leemos!


@Saga [muy twiter-mente]:
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.

Fluoradolescent.:
Gracias a azulcielo, Saga, Sweet Spring, Lauriis y TinaK por sus comentarios.
Sé que a primera vista, esto puede parecer que sea muy similar a Crepúsculo, pero, créanme. No lo es.
Ahora verán por qué:

Capítulo Cinco

-...Y en otras noticias, una menor fue hallada tendida en el suelo, y en estado de coma, una vez más. Este es el cuarto caso en lo que va del mes, y las autoridades han empezado a preocuparse. Las sospechas apuntan a que alguien ha estado suministrándole a estas jóvenes algún tipo de narcótico, que las llevó al estado en que se encuentran, y dichos actos podrían tratarse de una conducta serial. Todas ellas tenían entre 15 y 18 años, y fueron encontradas en circunstancias similares. Las pruebas que se les han hecho aún no son concluyentes, y aun así…

Steve cambió de canal con el control remoto. Quise asesinarlo, por Dios, yo estaba mirando el noticiero.

-¡Oye! Yo estaba viendo ese programa -dije, furiosa.

Él me ignoró olímpicamente. Siempre era así. Le tenía tanta saña al esposo de mi madre que -realmente debo admitirlo- saltaba por estupideces.

-Deberías aprender respeto -dije y salí de la sala de estar con dos grandes zancadas.

Entré a mi habitación y di un portazo, tratando de ignorar el sonido del regaño de mi madre. Tomé el iPod, que se hallaba tirado sobre la cama, donde lo había dejado, y, cuando me disponía a colocarme los auriculares, mi puerta se abrió de golpe.

-Zoe, ¿qué ha sido eso? -preguntó mamá, su cabello color caramelo enmarcando su rostro con forma de corazón.

-¿Cómo que qué ha sido? Yo estaba viendo televisión sin molestar a nadie y él cambió de canal sin siquiera pedir permiso -expliqué.

-Esa no es excusa para que le hayas hablado de esa manera, señorita. Steve no es tu compañero de instituto, o tu hermano, ¿escuchaste? -dijo furiosa.

-¡Tampoco es mi padre! -exclamé yo.

Mamá suspiró. No había nada que pudiera objetar a eso.

-Eres una egoísta, Zoe -dijo, destilando enojo en su voz.

-¿Egoísta? -respondí, sorprendida, alzando las cejas.

-Sí, lo eres. Soy feliz con él, hija. Lo amo -hizo una ligera pausa- y tú sólo piensas en ti misma y le haces la vida imposible. Ni siquiera puedes explicar por qué no te cae bien.
Fue a mí a quien le tocó callar en ese momento. Tenía razón. Yo era egoísta y no quería compartir a mi madre con él.

-Deberías darle una oportunidad. Él realmente está tratando de convivir contigo, Zoe.

-¿En serio? -dije sarcásticamente, enarcando una ceja.

Mamá dejó escapar otro suspiro cansino.

-Lo hace, Zoe, pero tú siempre estás a la defensiva. Él realmente…

-Fíjate cómo lo defiendes -dije, dolida- Desde que llegó no has hecho otra cosa que defenderlo, y culparme a mí de todo.

-¿Qué estás diciendo, Zoe…?

-Déjame terminar -la interrumpí- Pareciera ser que tu amor por él ha ido destruyendo tu amor por mí.

-¡Eso no es cierto, hija! -exclamó ella- Tú has sido siempre lo primero para mí…

-No quiero hablar de esto -la interrumpí de nuevo, colocándome los auriculares y presionando el botón “Play”.

La canción Complicated, de Avril Lavigne dio la bienvenida a mis oídos, mientras me tiraba en la cama, y veía a mamá mover los labios, negar con la cabeza y salir de mi cuarto, dando un portazo tal y como yo lo había hecho antes.

Cerré mis ojos. Noah… No podía dejar de pensar en él. ¿Qué rayos era? ¿Existía en realidad o había sido sólo producto de mi imaginación? Suspiré. Esas preguntas estaban a punto de volverme loca.

-Noah… -susurré, a penas dándome cuenta de que lo hice en voz alta, sin escuchar realmente mi propia voz, aún con la música sonando en el reproductor- no quiero estar sola, ¿sabes?

Me callé de golpe. Un sabor amargo se extendió por mi boca, y una sensación extraña, como de hormigueo me hizo cosquillas en la nuca, y en los dedos de mis pies. Mis auriculares quedaron en silencio, aunque la pantalla mostraba que seguía reproduciéndose una canción. ¿Se habrían descompuesto?

Un par de pequeños golpecitos que sonaron como “tic, tic, tic” me sacaron de mis pensamientos. Me arranqué los auriculares de un tirón, para oír mejor. De nuevo, otro “tic, tic, tic”. Parecía provenir de la ventana. Quizá un pájaro golpeando con su pico. No obstante, me levanté a mirar. Cuando estaba por alcanzar la cortina, hubo otro trío de golpecitos. Esta vez un “tic, tic, toc”, entonces de un rápido manotazo la descorrí, y, bueno, me quedé petrificada.

Era un chico, sentado en el pequeño saliente de la ventana, de perfil, tocando el vidrio con una uña.

Solté un pequeño grito ahogado. ¿Cómo rayos había subido hasta allí? Estaba en un jodido tercer piso. El chico sonrió. Una sonrisa maliciosa, que me recordó demasiado a Noah. Pero no era Noah. Su pelo era de un tono rubio ambarino, ondulado y despeinado por el viento, le caía por la frente, y sus ojos eran de un increíble verde casi fosforescente que me dejó sin aliento.

“¿Me dejas entrar?”

El chico no movió sus labios, y yo definitivamente no lo oí con mis oídos. Era casi como si hubiese resonado dentro de mi cabeza. Qué digo casi. Lo había hecho. Era un suave pensamiento que se cruzó en mi mente a velocidad de vértigo, pero yo estaba segura de no haberlo pensado.

La ventana se deslizó hacia arriba con un pequeño chirrido, y ni él ni yo estábamos moviéndonos. Para ese momento, ya me hallaba bastante asustada. Pero no lo suficiente como para no empezar a retroceder, casi de manera inconsciente.

Con un ágil movimiento casi felino, el chico se deslizó dentro de mi cuarto, y se paró frente a la ventana, cerrándola. Era alto, pero su físico -aunque no era un palillo- no era musculoso. Se giró hacia mí con deliberada lentitud, me quedé sin aliento.

¿Había dicho que Noah era indescriptiblemente hermoso, inigualable e incomparable? Pues estaba equivocada, porque este chico sí que podía comparársele. Era terriblemente bello, sus facciones eran algo más suaves y delicadas, lucía mayor que Noah, pero también menos rudo. Sus ojos de intenso color verde centellearon ligeramente, y sonrió. Irradiaba un magnetismo enorme, y se movió lentamente cuando se acercaba a mí.

-Así que… -dijo, su voz era ronca, y suave como el viento- tú eres Zoe.

Quise preguntar cómo era que sabía mi nombre, pero sentía la boca seca y la lengua paralizada por ese sabor amargo. Una punzada de fuerte dolor proveniente de mi frente me obligó a entrecerrar los ojos, en lo que el chico me rodeaba.

-He oído hablar mucho de ti…-murmuró, y entonces sentí una suave brisa junto a mi oído cuando continuó- El juguetito de Nejharal.
-¿Juguetito de quién? -pregunté con rabia, en lo que me daba vuelta para quedar frente a él.

-Tiene buen gusto, el muy maldito -me ignoró, siguiendo con su monólogo, mientras seguía sonriendo y yo sentía que la baba estaba por asomar de las comisuras de mis labios- Se nota que eres deliciosa…

Y bajó su mirada hacia mis labios en lo que se mojaba los suyos. Eso había sido un gesto condenadamente sexy, pero me hizo sentir un poco como un objeto.

-¡No hagas eso! -exclamé, quizá con más volumen del que pretendía- ¿Quién rayos eres y qué haces aquí?

-Puedes llamarme Richard -dijo- y estoy aquí porque acabas de decir que no quieres estar sola.

Su sonrisa se expandió en su cara una vez más. De pronto sentí miedo.

-¿Qué eres? -pregunté quedamente, y su reacción de verdad me extrañó.

Alzó las cejas y abrió esos enormes ojos verdes hasta que creí que saldrían de sus órbitas. Luego dio una breve carcajada divertida.

-No me digas que no lo sabes… -dijo Richard, esa sonrisa socarrona parecía grabada en su rostro- ¿No te lo ha dicho Nejharal? -preguntó, con diversión.

-¿Quién es Nejharal? -pregunté a mi vez, luchando por no tartamudear.

-Ese al que conoces como “Noah” -respondió, enfatizando las comillas con los dedos- No me digas que has dejado que te marcara y ni siquiera le has pedido que te dijera qué es. Qué somos… y las consecuencias de lo que te ha hecho…

-¡Relhiezeth! -la voz medio sibilante y empapada en furia atrás de mí me sobresaltó, y al mismo tiempo, otra punzada de dolor quemante asaltó el centro de mi frente, y se expandió por el resto de mi cuerpo.

-Noah… -suspiré, en parte asustada, en parte aliviada de que estuviera allí.

El pasó a mi lado y se colocó frente a mí, sin mirarme. Irradiaba un aura maligna y aterradora de poder y de maldad. Me obligó a retroceder.

-Quédate donde estás, Zoe -me ordenó, y no me sentí capaz de moverme más.

Richard aplaudió, y se rió. Me extrañaba que mi madre no estuviera aquí todavía, preguntando qué era este escándalo.

-Qué romántico -dijo con voz burlona el rubio- protegiendo a su…

-Relhiezeth, cállate -lo interrumpió Noah. Ira en estado puro brotando de su voz y de cada uno de sus poros.

-¿Por qué no le has dicho, Nejharal? Ella ni siquiera sabía tu nombre…

-Dije que te callaras, Relhiezeth -volvió a interrumpirlo Noah. Quería decir algo, moverme… cualquier cosa. Pero no podía.

-¿Y qué te hace pensar que te obedeceré?

-Soy tu superior, niño -espetó Noah, y el rostro de Richard, o Relhiezeth o lo que fuera cambió de expresión violentamente, estaba enojado- Ahora fuera de aquí.

-Me las vas a pagar, Nejharal.

-Sí, ve y cuéntaselo todo a tu amo. Ni siquiera puedes hacer nada solo -casi pude ver su sonrisa burlesca cuando oía su voz.

Richard exclamó algo que no pude comprender, probablemente en algún raro idioma, y, finalizando con un chillido, se esfumó de la habitación.

Pasaron unos cuantos segundos hasta que los fuertes músculos de la espalda de Noah se relajaron, y hasta que dejé de sentir esa opresión que me impedía moverme.

Él se volvió hacia mí tan rápido que ni siquiera lo pude ver moviéndose, y me miró, con sus ojos negros y el entrecejo fruncido.

No sé por qué lo hice, pero me lancé a él, y lo envolví con mis brazos. Lo había echado tanto de menos. Él no correspondió mi abrazo, y se quedó inmóvil.

-Creí que no te volvería a ver… -murmuré contra su pecho. Quería que me abrazara, quería que se aflojara.

No dijo una sola palabra. Y no me abrazó, y no se aflojó. Entonces caí en la cuenta de que tal vez le parecía incómodo que yo lo abrazara, y me solté, sintiéndome herida, desilusionada y triste.

Le di la espalda, sintiendo que tal vez lloraría en cualquier momento. Y no quería que me viera. Había pensado tanto en él, con tanto anhelo, y al parecer, me había hecho ilusiones erróneas. Dolía y me hacía enojar. Me sentía defraudada, y estúpida.

-Así que tu nombre es Nejharal -murmuré, sin estar segura de si aún seguía allí o no- Me parece que me debes una explicación.

-Yo no te debo nada, pequeña humana -dijo su voz sibilante, aunque esta vez no tenía ese tono socarrón de siempre.

-¿Qué demonios eres, Noah? -le pregunté, volteando bruscamente hacia él.

Sus ojos centellearon con pequeños destellos azules por un segundo, entonces, cruzándose de brazos, y cerrando sus orbes negras, respondió simplemente:

-Tú lo has dicho. Soy un demonio.

Bien, aquí está el cap cinco, espero que les haya gustado. Mañana subo el cap 6, y a partir de allí tendrán que esperar más para continuar leyendo, pues todavía no tengo terminado el cap 7... De acuerdo, comenten mucho, nos leemos! ^^

TinaK:

Si!!!
Demonio!!! [de qué tipo, raza, origen, edad, etc... espero saberlos pronto] Una incognita menos.

Dios que Richard me parece guapisimo! No que Noah no lo sea... pero me gustan más los tipos como Richard, al menos en historias.. :D Me ha dejado bastante confundia eso de la superioridad y el amo de Richard, espero una explicación en el capi 6...
Y claro que estoy super dispuesta a esperar por una historia tan buena como esta.

Navegación

[0] Índice de Mensajes

[#] Página Siguiente

[*] Página Anterior

Ir a la versión completa