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[+18]*Poisonous Blood: 2.Sobrevivir[S&S]*

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Dalia:
 :ohnoes: :ohnoes: jejje me encanta espero la parte por la q me quede pero la leo de nuevo no importa espero conti  :lol: :lol:
cuidate  :aww: :aww:

Dalia:
Y la conti???  :=s: :=s: :(
espero la conti  :blank:
cuidate  :( :blank: :neko:

Dresti:
La conti^^

3.

Su cabeza no paraba de dar vueltas y dolerle, se volvería loco y lo sabía. A su lado escuchaba los intentos furiosos de Hinata por soltarse desesperada por conseguir aunque fuese un poco de sangre.
Llevaban cerca de diez días encerrados, abandonados a su suerte, en los sótanos de la ciudad subterránea de las hadas.
-¿Por qué hacen esto?-preguntó Hinata-¿qué ganan con matarnos de sed?
Se quedó callado, por una vez en la vida él era incapaz de adivinar lo que se fraguaba en la mente del enemigo. Frustrado, volvió a tirar de las cadenas que lo sujetaban pero el material estaba fabricado por elfos así que era imposible romperlo a no ser que utilizasen la mandíbula de un lobo, cosa totalmente imposible allí encerrados.
-Naruto ha tenido que darse cuenta de que algo va mal-dijo la peliazul.
-Pero pensará que fue cosa de la Reina o de los Sombra, nunca pensará que las hadas nos han traicionado, ¡joder! ni yo lo hubiese creído.
La traición de las hadas era algo que nunca se hubiese imaginado, ellas les debían la vida a los Luminati, la Reina muy en concreto a causa de que la madre de Sakura había salvado a su hijo del ataque de los duendes, pero algo debía haber pasado, en todo ese tiempo no había visto a ningún hada del sol por allí, solo duendes y hadas de la noche.
-Esto es muy extraño-murmuró al recordar un pequeño detalle-los duendes no trabajan con las hadas.
Hinata asintió, sin comprender.
-Aunque vivan en el mundo subterráneo las hadas y los duendes nunca se han llevado bien, ellas nunca dejarían que entrasen en su territorio y mucho menos un mestizo como Orochimaru.
¿Pero qué demonios estaba pasando? el mundo estaba cambiando y él no lograba comprender nada, absolutamente nada.
-Viene alguien-susurró Hinata.
Los pasos se oían desde el fondo del pasillo, eran cuatro personas, tres de su tamaño y la última más pequeña, seguramente un hada o un duende acompañando a algún humano.
Sus bocas se hicieron agua al pensar que por fin podrían alimentarse pero el olor que les inundó la nariz fue suficiente para poner furioso a Sasuke y nerviosa a la ojiperla. Eran tres sombra y un hada.
Se quedaron quietos mientras escuchaban como chirriaba el cerrojo del cuarto oscuro mientras era abierto.
La luz les dio de lleno en la cara por lo que al principio solo pudieron distinguir cuatro figuras recortadas contra la luz del sol. La más alta de ellas se echó a reír, una risa grave y atronadora que hizo que todos los pelos de la nuca de Sasuke se erizasen. Él conocía esa risa.
-Demetrio-rugió echándose hacia adelante para golpearlo, pero los grilletes se lo impidieron.
El imponente vampiro de dos metros de alto se acercó a él sonriendo y mostrándole toda la extensión de sus colmillos.
-Buon pomeriggo Sasuke, come stai?-saludó el líder Sombra en italiano ya que por algún motivo nunca quería hablar en japonés-ti piace la tua camera?
(Buenas tardes Sasuke, ¿cómo estás? ¿Te gustan tus aposentos?)
-Púdrete bastardo, acércate y te arrancaré tu jodida vida.
Demetrio volvió a echarse a reír.
-Tu non capisci, vero? tu fara quello che dico-luego se giró hacia sus lugartenientes y les impartió una orden en griego que Sasuke no logró comprender.
(Tú no entiendes, ¿verdad? harás lo que yo te digo).
Los dos sombra se acercaron a ellos, uno delante de Hinata y otro delante de él, Demetrio se echó hacia atrás mientras no dejaba de reír.
-¿Qué mierda...?-empezó a preguntar el pelinegro pero su voz se ahogó al ver que ambos vampiros se cortaban las venas y la sangre empezaba a fluir por sus muñecas.
Su garganta ardió a causa del deseo de la sangre.
-Hijo de la gran...-murmuró al comprender lo que pretendía ese desgraciado.
Quería convertirlos en sombra y así hacerlos sus sirvientes y utilizar toda la información que ellos le diesen.
Vio como Hinata era incapaz de soportarlo, la sed era superior y había empezado a beber la sangre de aquel asqueroso sombra.
-Tu sarà un membro del mio esercito-alegó el líder sombra.
Sasuke le enseñó los colmillos y rugió.
-Fuck you-contestó.
(Que te jodan)
La cara de Demetrio se volvió totalmente iracunda, agarró la cabeza de Sasuke y le empotró los labios contra la herida abierta del sombra.
Los ojos del pelinegro se abrieron de par en par, quiso resistirse, pero la sed fue más fuerte y empezó a beber con fruición.
Entonces en su mente apareció la imagen de Sakura sonriendo, estirando los brazos y abrazándolo. No, él no podía hacerle eso, no podía traicionarla a pesar de que ella se hubiese marchado. Con toda su fuerza de voluntad empujó al vampiro que tenía delante con tanta fuerza que lo mandó contra la pared.
-¡Hinata, para de beber o te convertirás en sombra!
La pelinegra pareció reaccionar y ella también empujó al sombra que tenía delante.
-Bastardo, stai per morire-rugió Demetrio.
(Bastardo, vas a morir)
Sasuke estaba preparado para recibir el golpe final pero lo que sucedió no se lo esperaba para nada.
Un lobo gris surgió de la nada y se abalanzó sobre Demetrio arrinconándolo contra la pared.
-Desde luego ya te vale Sasuke, te voy a partir la cara por poner a mi novia en peligro-dijo Naruto entrando a la estancia.
El pelinegro sonrió de medio lado, Hinata tenía razón el rubio acabaría encontrándolos, no debía haber olvidado que era un experimentado comandante romano.
-No podrás ponerme ni un dedo encima-contestó.
Naruto le pegó un puñetazo.
-Ya estamos en paz, pero para la próxima juro que te mato-dijo mientras iba a abrazar a Hinata-pensé que habíais muerto.
-Pero estamos bien-dijo ella-sino llegáis a aparecer él nos convertiría en sombra-dijo la chica.
Naruto se levantó y se dirigió hacia Demetrio, frunció el ceño y le escupió en la cara. Conocía a ese asqueroso desde su existencia humana bajo el mando de César, el eterno odio entre romanos y griegos.
-Ave Demetrio-dijo utilizando el saludo romano.
El sombra escupió a los pies de Naruto.
-Stulus(estúpido).
Naruto lo miró iracundo y le sacudió un puñetazo.
-
-Hac vice patrem ulciscero, is a tibi occidus est-dijo con odio mientras le apretaba el cuello.
(Esta vez vengaré la muerte de mi padre, tú lo mataste.)
Demetrio sonrió.
-Me placuit mortuum videre.
(Me gustó verlo muerto).
Naruto apretó el cuello de Demetrio mientras el lobo gris continuaba sujetando al sombra con fuerza pero de un momento a otro Demetrio se volvió arena en sus manos.
-¡Ha vuelto a hacerlo!-rugió el rubio-¡puto poder de sangre pura!
Sasuke ya no prestaba atención a su amigo, el hombre lobo se había acercado a él y de un mordisco lo había liberado de sus cadenas. Ahora él se alejaba pero Sasuke seguía mirándolo, había algo que le resultaba familiar en aquel lobo.
Hinata fue liberada y se arrojó a los labios de Naruto quién la recibió gustoso.
-¿Quién eres?-le preguntó el pelinegro al lobo.
Naruto desvío la mirada hacia ellos dos.
-Será mejor que os mostréis Oji-sama.
El lobo se separó de ellos y su cuerpo se transformó en el príncipe real que tanto conocía Sasuke, Sai Serim, el gemelo del traidor Akatsuki y también hermano mayor de Sakura. No tenía ni idea de que ahora era también un licántropo y menos de que estaba vivo.
-Mucho tiempo sin vernos Sasuke-san-saludó-he venido a devolverte el favor que me has hecho al cuidar a mi hermana.
-Hmp, ¿y los otros sombra?-preguntó para desviar el tema.
-Yo me he encargado de ellos-contestó Ino entrando también a la estancia-pienso ayudar en todo lo que pueda a mi amiga y dos vampiros imbéciles no me lo impedirán, por cierto el hada que estaba afuera es capó.
-Tenemos que salir de aquí cagando leches-dijo el rubio.
Todos asintieron.
-¿Cómo supiste que estábamos aquí?-le preguntó Sasuke a Naruto.
-Eishel apareció en mi casa diciendo que las hadas de la noche habían matado a la Reina hada del sol y que ahora estaban a favor de los sombra, ella estaba aquí cuando sucedió todo y escapó por muy poco de la muerte, Hinata no regresaba y empecé a ponerme nervioso, fui a buscarte a tu casa y luego al Poisonous Blood, Nefiri me dijo a donde habíais ido, Oji-sama e Ino también estaban en el bar y quisieron ayudar, ¿qué pretendías haciendo esta estupidez?
Sasuke no contestó, estaba furioso por todo lo sucedido, lo único que quería era salir de allí y encontrar a Sakura de una maldita vez.
---------
El pequeño Renault avanzaba por la angosta carretera abriéndose paso por el chaparrón de agua que caía a esas horas de la tarde noche en la zona norte de Escocia.
-¿No puedes ir más despacio?-se quejó.
La carretera estaba llena de baches y el coche no hacía más que bambolearse de un lado a otro, sin contar que Alecto conducía peor que un borracho. Llevaban diez días de viaje por Escocia y todo el viaje fue agarrándose la barriga por miedo a llevarse un golpe que le hiciese daño al bebé.
-Hago lo que puedo, esto no es precisamente la quinta avenida-se quejó la peliverde-si al menos me acordase de donde vive ese maníaco todo iría mejor y no habríamos estado diez días de vueltas por la carretera-murmuró.
-¿Al menos me puedes decir a dónde demonios vamos? esto parece llevar al fin del mundo.
Alecto se echó a reír.
-Querida, es que vamos al fin del mundo-contestó-si este es el camino correcto.
Sakura volvió a acomodarse y fijó la vista en el paisaje, estaban en la costa y el mar se veía a justo al lado del barranco por donde estaba la carretera, vamos una vista de lo más tranquilizadora. Al frente, no muy lejos, se veía como el acantilado acababa en un enorme cabo y la carretera descendía casi en picado hasta la entrada de una enorme cueva en la cual había un yate o lancha amarrado en la entrada.
-¿Vamos a esa cueva?-preguntó.
-Sí, por fin la encuentro, vamos a visitar a un pariente así que quítate la peluca, no te hará falta.
-¿Estás segura Alecto? ¿Y si está de parte de la Reina o tu padre?
-¿Neville? no creo que nuestro tío esté de parte de ellos.
La cara de Sakura cambió por completo.
-¿Tenemos un tío vivo?
-Vivo le queda un poco grande pero bueno, sí.
-¿Y para qué vamos a verlo?
Alecto se puso seria.
-Nuestro tío tiene un don muy especial y en este momento no es beneficioso-dijo Alecto.
-¿Y eso don es...?-preguntó llena de curiosidad.
-Tú todavía no has descubierto tu poder especial-empezó a explicar-si él te toca ese poder despertará, hay vampiros sangre pura que en toda su existencia de miles de años aún no han conseguido descubrir cuál es su poder, no podemos arriesgarnos a que seas uno de esos y por eso nuestro tío es tan necesario.
Sakura asintió, la verdad es que ahora estaba algo asustada, ¿y si su tío se negaba a recibirla? ¿Y si el poder que se le había concedido era una birria? luego aparte existían todo un elenco de preguntas que quería hacerle sobre su familia, ella quería saber más cosas de sus padres o de alguno de sus hermanos, pero algo.
-¿Y cual es tu poder Alecto?-preguntó, su prima también era una sangre pura.
-Una mestiza de Sombra y Luminati como yo nunca tendrá un poder especial, estoy deformada genéticamente-contestó en tono frío-preferiría no hablar de eso.
Sakura no dijo nada más, n quería atormentar a su prima, bastante tenía con ser la hija del mayor criminal del mundo.
Los cinco minutos restantes de camino se le pasaron volando, después de una tremenda bajada por el acantilado ahora se encontraban delante de la entrada de la inmensa cueva.
Sakura dejó la peluca en el asiento del coche, se puso sus gafas de sol y se bajó asombrada, aquella vista era maravillosa, nunca había visto algo igual.
-Él vive dentro de la cueva-dijo Alecto, poniéndose las suyas también-es un poco rarito así que no te asustes.
Sakura echó a andar detrás de Alecto mientras miraba a todas partes, si por fuera aquello parecía una inmensa cueva, por dentro era una preciosa mansión moderna, llena de ordenadores y sistemas de vigilancia por todos lados y decorada en tonos azules y blancos.
-Es un poco paranoico ¿no?-dijo mirando la inmensa cantidad de cámaras.
-Ya te dije que es algo rarito.
-¿Quién es?-se escuchó la voz de un hombre.
-Soy yo Suigetsu.
-¿Suigetsu? ¿No se llama Neville?-preguntó Sakura.
-Se llama de las dos maneras, al parecer la abuela gustaba de mezclar nombres de diferentes países.
-Mi madre era una señor muy aburrida incluso para haber nacido en Tiros-un hombre de pelo azul y ojos violeta salió de detrás de una puerta.
Sakura lo miró asombrada, ¿aquel adolescente de verdad era su tío? el chico debía haber sufrido la conversión a los 16 o 17 años, era alto y guapo, con unos dientes extrañamente aserrados y unos rasgos totalmente occidentales.
Suigetsu apartó la vista de Alecto y la clavó en ella e inmediatamente palideció.
-Akari-susurró.
Sakura dio un paso hacia adelante, él la estaba confundiendo con su madre y en parte eso la agradaba.
-Soy Sakura, su hija pequeña.
Suigetsu seguía boquiabierto mirándola de arriba a abajo.
-Sakura...-susurró-entonces, es cierto que estás viva y...embarazada.
La pelirosa sonrió.
El chico se acercó a ella emocionado.
-Te pareces tanto a mi hermana, a mi pobre hermana-susurró-me dejas que... ¿te abrace?
Aquella humilde petición hizo que a Sakura se le rompiese el corazón.
-Claro tío.
Él sonrió y la estrechó entre sus brazos, esa chiquilla se parecía tanto a su querida Akari que abrazarla a ella era como volver a abrazar a su más querida hermana.
Después de un rato ambos se separaron.
-Pero, ¿qué hacéis aquí?-preguntó confundido.
Esta vez fue Alecto quién tomó la palabra.
-La Reina y mi padre quieren matar a Sakura-dijo-y necesitamos que tú la ayudes para que pueda defenderse ella y a su futuro hijo.
Él asintió.
-Entonces yo os dejo-dijo Alecto.
-¿Cómo, te vas?-preguntó la pelirosa.
-Suigetsu hace su trabajo en privado-contestó la peliverde-si te hace algo muérdele.
Suigetsu sonrió de medio lado.
-¿No te enseñaron a respetar a tu tío?
-Será cosa de mi mitad sombra-respondió.
-Tal vez, bueno, vamos Sakura-dijo-por cierto Alecto, ten cuidado con las cámaras algunas arrojan fuego.
La peliverde se apartó de ellas de inmediato.
-¿Quién crees que va a venir aquí? ¿Drácula?
Alecto se arrepintió de inmediato de lo que dijo, la cara de Sakura se puso triste.
-Creo que Sasuke está en Japón y nunca fue muy amigo de Esocia-dijo Suigetsu sin enterarse-vamos Sakura, dejemos a esta loca aquí.
Sakura siguió a su tío en silencio mientras su mente intentaba apartar la tristeza, subieron por unas estrechas escaleras que daban a una puerta blindada. Suigetsu apoyó la mano en el dispositivo digital de apertura. La puerta se abrió y ambos entraron en una habitación sin ventanas, iluminada con velas y donde solo había una silla de madera en el centro.
-Es para evitar interferencias-explicó él mientras la puerta de atrás se cerraba-bien, pues siéntate y en cinco minutos conocerás tu poder.
-Espera-dijo Sakura-antes de eso yo...quisiera...que me hablaras de mis padres, ¿te importaría?
Suigetsu sonrió.
-Claro que no, siéntate y dime qué quieres saber.
Sakura obedeció, había tantas cosas que quería saber que no sabía por cual empezar, él pareció intuirlo.
-Supongo que nadie te ha hablado nunca de nuestra familia ¿verdad?
Sakura negó.
-Bueno, la verdad es que el orígen la familia se remonta a tiempos bastante lejanos, no sé si conoces Génova, bueno en aquel entonces los romanos no la llamaban así y si te digo la verdad ni me molesté en aprender su nombre de entonces-Sakura sonrió ante el comentario que había hecho su tío-pero se sabe que un sangre pura romano se instaló allí con su mujer, ambos se habían desvinculado de su familia e iniciaron una nueva estirpe, los Serino, con el paso de los años se convirtieron en el clan más poderoso de occidente y su único rival en cuanto a poder eran los Uchiha de Japón-Suigetsu no vio el gesto compungido de la cara de Sakura y siguió hablando-pos motivos de negocios supongo, una parte de la familia Serino se trasladó a Japón y allí el apellido mutó a Serim, tu apellido.
-¿Mi apellido, entonces cual es el tuyo? ¿no eras hermano de mi madre?
El peliazul sonrió.
-El padre de Akari era japonés, un Serim, murió en la guerra, y nuestra madre quedó viuda, de aquellas una mujer no podía reinar sola por lo que si mi madre quería seguir manteniendo el trono vampírico debía casarse o se quedaría sin él así que se caso en segundas nupcias con mi padre, un sangre pura escocés de ascendencia italiana, un Serino.
-¿Y qué fue de ellos? ¿también murieron con el golpe de Estado?
-No, mi madre murió mucho antes, ten en cuenta que era fenicia, nació en Tiros varios siglos antes de...bueno, ya sabes de quién y murió en una batalla junto a mi padre mucho antes de lo que pasó hace dieciocho años, pero esa es una historia muy larga, no tenemos tiempo y creo que tú de quién más quieres saber es de tu madre.
La cara de Sakura se iluminó.
-Si, claro que si.
-Akari Milana Serim nació en la actual Génova en el año 828, era mi hermana número veintiséis pero con la única que tuve real contacto-empezó-ella tenía 112 años cuando yo nací y vino desde Italia hasta Escocia expresamente para cuidarme porque mi madre y mi padre estaban muy ocupados, era la persona más buena y alegre que nunca he conocido, recuerdo que cuando era apenas un niño me llevaba a los acantilados, estos mismos, a ver como el mar chocaba contra las rocas y me contaba historias de su padre, del mío y de mamá y también cuentos de humanos.
Sakura escuchaba sobrecogida el amor con que el peliazul hablaba de su madre, tal cual como lo había hecho Tenten.
-Recuerdo que cuando cumplí doce años llegó una carta de mamá-continuó-Akari tenía que irse a Japón para casarse con otro sangre pura, un miembro de nuestra familia de Japón, un Serim, lloré mucho cuando se fue, al igual que ella, se marchó a España dos días después para encontrarse con mi madre, que estaba allí por cuestiones de negocios.
-Fue cuando conoció a Tenten-susurró.
-Sí, se la llevó con ella a Génova y meses después a Japón cuando se casó con Mitsuhito-respondió-al principio lo odié por separarme de mi hermana, pero todos los años venían a visitarme y comprendí que era alguien de gran corazón, no era tan vivaz como mi hermana pero supongo que eso se debía a que tenía que portarse como lo que era al casarse con mi hermana, y si ningún otro sangre pura lo impedía, el príncipe heredero.
Ambos se quedaron en silencio, un ruido se escuchó fuera del cuarto, como de algo cayéndose.
-Alecto ha encontrado el lanzallamas-dijo-me parece que está nerviosa y nosotros estamos gastando más tiempo del debido.
-Por favor, solo una cosa más, yo...tenía hermanos...
-Si, mi hermana tuvo treinta hijos, tristemente la Reina los mató a todos, hasta pensé que te había matado a ti.
La pelirosa no pudo evitar gruñir, era tanto odio el que sentía hacia esa estúpida Reina que era incapaz de esconderlo.
-Pero no debes estar triste-dijo Suigetsu-debes ser fuerte como lo fueron ellos que murieron defendiendo lo suyo, ahora es tu turno.
Ella asintió.
-Entonces haz ya lo que tienes que hacer-pidió-quiero acabar con esta guerra cuanto antes.
El ojivioleta se quedó de pie delante de ella y la agarró de las manos.
-Debes dejar la mente en blanco, así será mucho más fácil, sentirás que invado tu presencia pero no debes resistirte, es algo necesario, ¿de acuerdo?
Sakura tragó grueso y asintió.
Cerró los ojos e intentó apartar cualquier pensamiento de su mente, notó como la energía de su tío empezaba a penetrar por sus dedos y a avanzar por su cuerpo, no era doloroso pero su mente reaccionó por puro instinto y empezó a luchar contra él.
-Relájate-dijo él.
Sakura obligó a su mente a relajarse, la energía la invadió por completo y justo cuando sentía que iba a explotar todo se calmó y regresó a la normalidad.
-¿Y bien?-preguntó Suigetsu-¿sientes algún cambio?
La verdad es que se sentía exactamente igual que antes de que él la tocase.
-Pues no.
El peliazul frunció el ceño.
-A ver, vuelve a concentrarte y piensa en algo material, eso siempre ayuda.
Sakura cerró los ojos e intentó enfocarse en algo pero su mente enseguida la acosaba con cosas como ''no tienes ningún poder'', ''eres una vergüenza'' y eso hacía imposible que se concentrase.
-No puedo.
-Eso es porque no te concentras, vamos piensa en esta silla, concéntrate en ella, si tu don es el fuego se quemará, si es el agua se mojará, o yo que sé, si es el destino verás que pasará con la silla en el futuro, tú solo concéntrate.
Sakura tomó aire y enfocó su vista y su mente en la silla, intentó dejar la mente en blanco pero le resultó imposible, no podía hacerlo.
-No puedo.
-Venga Sakura, todos podemos, tienes que hacerlo, eres la futura Reina-intentó animarla.
-¿Sabes? no es que así me ayudes mucho-se quejó.
-Lo siento, pero tienes que hacerlo.
Él tenía razón, de alguna forma u otra debía lograrlo así que debía relajarse y dejar la mente en blanco. Poco a poco consiguió relajarse y su mente únicamente se enfocó en la silla la cual un segundo después desapareció.
-¡Wow! ¿Invisibilidad? ¿Teletransportación?-empezó a farfullar Suigetsu emocionado, Sakura por su parte se había quedado helada-hazla volver.
-¿Cómo?
-Pues, piensa que la vuelves a ver aquí.
Sakura obedeció y minutos después la silla volvió a aparecer en el mismo sitio.
-Esto es genial, mi sobrina es genial-dijo él-pero todavía no sabemos si es invisibilidad o teletransportación.
Teletransportación. A Sakura se le pasó una idea por la cabeza, era una locura, si definitivamente se estaba volviendo loca pero..., sino funcionaba no pasaba nada pero si funcionaba... Le echó un vistazo a Suigetsu que seguía dándole vueltas al asunto y decidió hacerlo. Cerró los ojos y se concentró en aquel lugar con tanta fuerza que pronto sintió como unos entes invisibles tiraban por ella y cuando abrió los ojos casi se echa a llorar de alegría.
Lo había conseguido, estaba en la habitación del cuadro de su madre de la casa de Sasuke pero pronto sintió como su cuerpo tiraba de ella para volver a Escocia, al parecer tendría que practicar más pero por ahora tenía poco tiempo para lo que quería hacer, verle a él.
Iba a salir por la puerta cuando esta misma se abrió, dando paso a su tan amado pelinegro.
Sasuke se quedó de piedra, mirándola asombrado y confundido.
-Sakura...-susurró él estirando la mano para tocarla y quitándole aquellas gafas de sol que él conocá tan bien.
Su corazón dio un vuelco cuando vio que ella era de verdad y no una ilusión, ¿pero cómo había llegado hasta allí? ¿Cuándo?
-Tengo poco tiempo antes de irme, me he teletransportado por primera vez y no lo controlo muy bien-dijo.
Sasuke procesó toda la información tan rápido como pudo. Realmente era ella, tenía el mismo larguísimo cabello rosa los mismo hermosos ojos jade, la misma cara fina y...estaba embarazada.
Ella sonrió y se llevó una mano a su barriga.
-Son casi seis meses-dijo-te lo hubiese dicho antes pero...
-Voy...voy a ser padre-murmuró.
Sakura asintió y luego sin previo aviso los dos se fundieron en un dulce y largo beso. Habían sido tantos meses separados que aquello era como un sueño, un sueño de cuentos de hadas.
-Te he echado tanto de menos-le susurró ella en el oído-todos los días me arrepentí de haberme ido pero no quiero que te pase nada malo por eso estoy lejos, para que tú puedas vivir tranquilo.
Él se quedó callado, si ella supiese de donde venía en esos momentos, pero no era momento para esas cosas.
-Tienes que decirme dónde estás Sakura.
-Por ahora basta con que estoy aquí, no voy a decirte más.
La abrazó más fuerte.
-Pensé que te habían encontrado, me estaba volviendo loco, no sabes la de rumores que se oyen por aquí, creí que...
Solo en ese momento ella se permitió un minuto de debilidad y se echó a llorar con toda la fuerza de su corazón.
-Quiero ser una humana otra vez-sollozó-no soporto esto Sasuke, todos esperan tanto de mí y yo no sé qué hacer, no conozco nada de esto, tengo miedo, ¿y sino logro huír? ¿qué harán cuando vean a mi bebé?, prométeme una cosa Sasuke, si a mí me llegase a pasar algo, huye con él, se enterarán de todo y querrán...
-Hmp, como si yo fuese a huir o mucho menos dejar que te pasase algo-dijo.
Con todo el dolor de su corazón Sakura se dio cuenta de que no aguantaba más, las partículas de su cuerpo que había quedado en Escocia ahora tiraban cada vez con más fuerza de ella, tenía que volver y dejar a Sasuke, pero ahora podía estar tranquila al saber que él estaba bien y con la tranquilidad de que podría verlo de vez en cuando.
-Tengo que irme Sasuke, no aguanto más-dijo.
Sasuke la abrazó más fuerte.
-Quédate.
-No puedo tengo que volver, no sé qué pasará si no lo hago, no quiero que le pase nada al bebé.
Él asintió y unió sus labios con los de ella.
-¿Volverás?
-Claro-contestó-te quiero Sasuke.
-Yo también.
Al momento siguiente ella desapareció, volviendo a dejar vacía aquella enorme casa.
En Escocia, Sakura se encontró con un Suigetsu aterrado al ver que ella no aparecía, lo tranquilizó y juntos bajaron donde Alecto que casi se había calcinado con el lanzallamas.
En ese mismo momento un demonio se bajaba de un avión en el aeropuerto de Edimburgo. Zedrik ya sabía dónde encontrar a la princesa Serim.
-Bueno días amigo-dijo alguien tras él.
El demonio se giró en el instante exacto n el que alguien le rebanó el pescuezo.

Dalia:
 :ohnoes: :ohnoes: me encanta quiero conti conti conti  :lol: cuidate  :aww:  no tardes con la conti  :-_-:

Dresti:
Buenas aki traigo la conti, spero k os guste^^

4.

-¿Entonces qué piensas hacer?-preguntó Naruto mientras se llevaba el vaso de Bloody Mery a los labios-demonios esto no es nada normal, para nada normal.
Sasuke continuó con su mirada fija en el tablero de la barra, apretando su vaso de vodka con tanta fuerza que el cristal llegaría a partirse en cualquier minuto y aún así no se detuvo. Después de que Sakura se apareciese en su casa el día anterior todo se había convertido en una perfecta mierda y la situación no tenía pintas de mejorar. Aunque, siendo sinceros, sin ella allí, cualquiera que fuesen las circunstancias, su vida sería una mierda.
-Lo único que quiero hacer es matar a esa maldita zorra-rugió.
Para su bendita suerte, la última noticia les había llegado a primera hora de esa noche, su adorada Reina había convocado una reunión de emergencia para hablar de sabe quién qué cosa, seguramente nada bueno, cuando esa mujer convocaba a la cámara de los Lores y a los Sangre Pura no era para merendar. La ''invitación'' había llegado de manos de uno de los soldados de su hermano.
-Digo, es bastante extraño ¿no?-continuó su amigo mientras observaba las luces del local a través del cristal del vaso-ni tú ni yo somos miembros de la Cámara de los Lores, yo ya no soy guardián y tú..., bueno es obvio que saben lo de Sakura.
A ese punto de la conversación el vaso se rompió en las manos del pelinegro. Naruto suspiró, ya ninguna de esas actuaciones furiosas de su amigo lo ponía nervioso, sería mucho peor si Sasuke se tragase toda su ira, Naruto sabía perfectamente qué sucedería si las cosas fuesen de ese modo.
-¿De verdad no te dijo dónde estaba?-preguntó.
Sasuke estalló como una llama, barriendo todo lo que se localizaba sobre la barra, incluido el vaso del rubio, que acabó regando el suelo. Los ojos de Sasuke estaban abiertos de par en par mostrando la inmensa agonía y su respiración era entrecortada.
-No.
Recobrando el control sobre sí mismo, volvió a sentarse, si seguía perdiendo el control de ese modo acabaría mal.
-Bien, si ella no te dijo nada es porque está segura, conociendo la trayectoria de nuestras mujeres, ellas no volverían a un lugar donde alguien le pudiese hacer daño a sus hijos.
Lo sabía, sabía perfectamente que Sakura nunca pondría en peligro al bebé, ¿pero cómo iba a saber ella si el lugar donde se establecía era seguro? apenas era una niña en su mundo, y el embarazo la dejaría débil, si alguien la encontraba... Se obligó a refrenarse cuando una nueva oleada de ira lo invadió. Para distraerse miró el reloj, eran las tres de la madrugada, dentro de una hora se reunirían en el claro del bosque con la Reina.
-Vámonos-dijo dejando un billete sobre la barra, el nuevo camarero era un desastre pero tras la desaparición misteriosa de Nefiri había que contentarse con ese muchacho humano que nunca estaba donde tenía que estar.
Naruto también miró el reloj y se levantó.
-Voy a buscar a Hinata-dijo-después de lo que paso la otra noche está asustada y no quiero dejarla sola en casa.
Sasuke recordó lo mal que lo había pasado la chica la noche anterior, casi la habían convertido en sombra por su culpa, no entendía como Naruto seguía hablándole y no lo mataba, él de estar en su lugar seguramente lo hubiese hecho.
-Hmp.
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Los labios de Neji arrasaron como fuego por el cuello de Tenten. La peli café se pegaba a su cuerpo con fuerza, sintiendo la urgencia de hacer que su piel estuviese pegada por completo al cuerpo de aquel hombre. Las manos de Neji descendieron hasta su trasero, apretándolo con fuerza contra su reciente erección, el gemido de la ojimiel se escuchó por todo el cuarto y sus uñas arañaron con fuerza aquella musculosa espalda, estremeciendo al lobo de pies a cabeza.
Su nariz se quedó enterrada en aquel exquisito cuello y olisqueó su aroma, aquel aroma a vampiro que en cualquier otro era asqueroso pero que en ella era pura delicia para sus sentidos. Escuchó como ella se echaba a reír, haciendo que su interior se calentase. No sabía cómo ni por qué, pero desde aquella primera escapada nocturna era incapaz de separarse de ella y siempre que podía iba a visitarla.
-¿Qué te hace tanta gracia?-preguntó mirándola, ardió de inmediato, allí estaba, pegada a él, ambos en ropa interior, de pie, al lado de la cama.
-Hace unos meses, me rechazaste aquí mismo y mírate ahora-dijo mientras comenzaba a andar en círculos alrededor de él y a tocarlo con sus suaves manos, primero por los pectorales y luego descendiendo hasta llegar a...
-Traviesa-gruñó en medio de un gemido.
Ella sonrió contra su oreja.
-Tenías que haber venido antes-dijo rozándole la yugular con los colmillos y la punta de la lengua-dentro de poco Shikamaru vendrá a buscarme, la Reina nos ha convocado a los Sangre pura y a la Cámara de Lores y debó arreglarme.
-Entonces seré rápido.
La agarró y la tumbó bruscamente en la cama, aplastándola bajo su peso, haciendo que ambos siseasen de placer. Sin poder esperar más, arrancó la ropa interior de ambos y la penetró de una fuerte estocada.
-¡Señor!-exclamó la peli café, extasiada-Neji...
Al tiempo que la penetraba rápidamente atendía sus pechos con las manos, haciendo que el cuerpo de Tenten se arquease por completo, pidiendo más y más de lo que él le daba, exigiéndolo todo. El ritmo aumentó hasta tal punto que ninguno de los dos pudo contenerse más y acabaron explotando en el más puro y delicioso placer.
-Iré contigo-soltó el ojiperla.
A pesar de estar aún medio desconectada del cuerpo, Tenten se puso inmediatamente rígida. Si Neji pretendía acompañarla ella se lo impediría, era una completa locura.
-Ni hablar.
Se oyó un pequeño gruñido por parte del peli marrón, quien se giró y la miró, completamente serio. No permitiría que ella fuese sola, sabía que su guardián, Shikamaru, estaría en la reunión y confiaba en él, pero el vampiro era un miembro de la Cámara de los Lores y no podría estar prestando atención al cien por cien a Tenten.
Sin hacerle caso fue a coger sus pantalones vaqueros y su camiseta de manga corta color arena, tal vez no era la indumentaria correcta para una reunión como aquella pero a él le importaba una mierda. Tenten lo observaba mientras se vestía, sabía que no había prestado atención a lo que le había dicho, ella también recogió su ropa interior, el vestido que había llevado antes de que él llegase estaba destrozado, como muchos otros.
-Si me acompañas nunca más entrarás en esta casa-lo amenazó.
Neji se giró tan rápidamente que ni siquiera sus mejorados ojos de vampiro se percataron, solo soltó un leve grito cuando la agarró fuertemente de las muñecas y la estampó contra la pared. Estaba enfadado y le enseñaba los dientes, igual que un lobo. Entonces Tenten recordó quién era él y una de las reglas de su manada que él le había contado, ''nadie da órdenes al macho dominante''.
-Puedes amenazarme con lo que quieras-siseó-pero ni pienses que te dejaré ir sola, no me fío de esa Reina, no me fío de casi nadie de tu especie.
-Shikamaru...
-¡A la mierda Shikamaru! ¿O es que acaso te avergüenza que te vean con un lobo? ¿Es eso? ¡¿Es eso?!-gritó zarandeándola.
El rostro de la ojimiel se convirtió en un mar de lágrimas mientras él la seguía zarandeando y gritándole cosas. Ella no se avergonzaba de él, por el Señor, ella le amaba, ¿pero cómo hacerle saber a él que no podía acompañarla? Se sentía incapaz de decírselo, sabía que lo destruiría y perdería el control de sí mismo. Derrotada lo único que fue capaz de hacer fue abrazarse a él.
-Por favor, por favor...-suplicó.
Neji dejó su verborrea y se quedó completamente quieto, aún furioso, pero más controlado. Era un animal, seguro que la había asustado o hecho daño. Sin saber que decir correspondió su abrazo y le acarició el pelo que caía en cascada por su espalda, y entonces tuvo una corazonada. Tenten no tenía miedo porque supiesen lo de ellos, pasaba otra cosa.
-Tenten, tú...-susurró-¿qué has visto, Tenten?
Aunque ella no contestó inmediatamente la forma en que se tensó su cuerpo le dijo que había acertado de pleno. Suspiró, ni quería imaginarse lo que había visto para estar así de asustada, ella veía cosas continuamente pero nunca se había puesto así, nunca.
-Contéstame-pidió mientras la mecía en sus brazos.
Ella cerró los ojos con fuerza y sacudió la cabeza. No quería ni recordarlo, solo volver a ver esas imágenes la volvían loca.
-Entonces no me lo digas, pero yo voy contigo esta noche.
-¡No!-gritó apretándolo con fuerza-si vas morirás.
La noticia le cayó como un jarrón de agua fría. Tenten se cayó de rodillas delante de él, encogiéndose sobre sí misma mientras escondía sus lágrimas detrás de las manos. Neji también se sentó en el suelo, aturdido, sin saber cómo tomarse esa información.
-Joder, mierda santa, ¡mierda santa!-gritó-escúchame Tenten, tus visiones no son del todo verídicas, eso no tiene por qué cumplirse ¿vale? así que olvídalo.
-No quiero que vayas-contestó.
Dejó salir todo el aire de sus pulmones. Sabía que no la convencería, pero de una manera u otra él iba a ir, si iba probablemente moriría pero si no iba, joder, si no iba podía ser ella la que se muriese y eso era igual que matarlo a él.
-Llevaré a la manada-soltó.
Tenten lo miró horrorizada.
-Estás loco, en cuanto la Guardia Real capte vuestro olor pensará que iréis a atacar a la Reina y os matarán.
-No somos tan débiles como te crees-replicó-me da igual lo que hayas visto, prefiero morir llevándome a alguno de esos desgraciados por delante a que te pase algo, tú eres mi mujer, mía, y si alguien te toca lo mato, no me importa si yo muero también, pero a ti nunca te tocará nadie más.
Tal sentimiento de protección hizo que Tenten se derritiese, nunca nadie la había querido de esa manera, nunca, como casi todos los Sangre pura era odiada por unos pocos y temida por toda la mayoría y el hecho de que tuviese visiones constantes hacía que nadie quisiese estar con ella, una vez la Reina, tal vez Shikamaru o Sakura-sama, pero nunca nadie la había querido así. Nunca se había sentido amada por nadie y menos que ese alguien estuviese dispuesto a dar su vida gustosamente por ella.
-No vayas-insistió, aún sabiendo que no conseguiría nada.
Neji se levantó y la levantó a ella.
-Vístete y no te preocupes por nada-dijo dándole un corto beso en la cabeza.
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Itachi continuaba sentado en el sillón en medio de la inmensa sala de su casa. El antiguo templo japonés ahora se había convertido en una oscura vivienda, desprovista de casi todos los muebles y vacío en casi todas las habitaciones. Solamente tenía amueblado aquel salón y una habitación que utilizaba para uso personal cada vez que estaba en Japón.
Giró en la mano el vaso de vodka que se había servido mientras miraba fijamente al suelo. Sabía que no estaba solo, ella ya se había despertado y lo miraba fijamente desde el marco de la puerta. Los recuerdos llegaron tan fuertes a su cabeza que casi jadeó, él abandonando su casa con Sasuke, a punto de morir los dos.
-Deberías amueblar la casa-dijo acercándose.
Él se encogió de hombros.
-La mayor parte del tiempo vivo en Alemania y cuando vengo aquí estoy yo solo, ¿por qué debería hacerlo?
-Porque debes reclamar tu poder-respondió ella parándose delante de él.
Parecía imposible que aquella mujer tan hermosa tuviese más de seiscientos años. El pelo largo y negro como la noche le caía hasta debajo del pecho, marcando su fina y delgada figura cubierta por un vestido corto de seda azul oscuro. Sus ojos negros lo miraban con cariño desde su altura de 1,70 m.
-No hay poder que reclamar-dijo apartando la mirada, no se sentía merecedor de tanto amor, ni siquiera de ella, no después de haberla abandonado de aquella manera.
-Debes ir a esa reunión y revelar tu identidad, solo así podrás alcanzar tu objetivo, solo así yo podré volver a salir y dejar de ocultarme, tantos siglos haciéndolo casi me vuelven loca.
Itachi atrapó su mano y la acarició.
-¿Qué hemos hecho mal?-susurró-huyendo toda la vida...
-Es la maldición, nosotros no somos como los demás vampiros-recitó-por nuestras venas circula la sangre más pura de nuestra especie, la que nos garantiza la supervivencia, nosotros tenemos más fuerza que el resto y grandes poderes, ese es nuestro regalo, pero todo tiene su precio, no nacimos para ser felices Itachi, ¿necesitas mirarme para recordarlo? hazlo-él la miró y vio como temblaba de ira-mi vida de humana no fue fácil, una campesina más bajo las órdenes de un noble tirano.
Repentinamente cansada se sentó en uno de los sillones de enfrente de Itachi.
-El día que cumplí veinte años, un hombre rico, un noble pensé yo, llegó preguntando por mí-susurró-me dijo que mis padres no eran mis padres, que yo era especial, que era una sangre pura que había sido abandonada como otros muchos tras la muerte de sus padres, me dijo que mi transformación estaba cerca y que él estaría conmigo, que era mi primo y no me abandonaría, y así fue-continuó-mi nueva naturaleza me dio esperanzas, nunca más estaría sometida a nadie, podría vivir eternamente y ser feliz, mírame Itachi, viví una sombra de felicidad pero se acabó.
-Nos tienes a nosotros, a tus hijos-siseó.
Ella le sonrió.
-Y soy feliz, es lo único que me mantuvo viva durante estos siglos en que tuve que huir constantemente, sois mis dos tesoros y yo...solo me maldigo por ser lo que soy, desearía que fueseis chicos normales o humanos, pero nunca sangre pura, nunca-gruñó-pero esto es lo que hay y nunca dejaré que os quiten lo que os pertenece, nunca perdonaré esta humillación a mi familia y si no lo haces tú, seré yo la que vaya a esa reunión y ponga en su lugar a Crimilda, son muchas las cosas que tengo que decirle a esa asesina.
La furia centelleaba en los ojos de Mikoto, e Itachi no pudo más que admirar a su madre, a pesar de estar destruida por dentro, de estar desprovista de cualquier esperanza de ser feliz, ella seguía luchando, buscando un futuro mejor para él y su hermano.
Itachi se levantó y abrazó a su madre.
-Mi niño grande-lo arrulló-cuando naciste te veías tan pequeño en mis brazos y mírate ahora, soy como una muñeca en tus brazos.
-Nunca nos dijiste que eras una sangre pura, ¿por qué?-cuestionó.
-Intenté creer que si hacíamos pensar a los demás que simplemente era la amante convertida de tu padre os salvaría de esta porquería, él estuvo de acuerdo, pero como siempre todo queda al final en manos del destino-suspiró-prométeme que irás, al menos para comprobar que tu hermano sigue bien.
Sasuke, él no sabía nada, seguía creyendo que su hermano era un sucio traidor, y sinceramente no le culpaba, su actitud dejaba mucho que desear, y ahora sucedía esto con Sakura. Conocía tan bien a su hermano que no hacía falta cuanto disimulase, se moría por ella y su desaparición lo había vuelto loco. Apretó los dientes al imaginarse a esa pobre chica, solo esperaba por el bien de ella y el de su pueblo que siguiese viva, pero sobre todo por Sasuke, si ella moría sabía lo que pasaría con su hermano, perdería el control de sí mismo.
-Deberías ir a visitarlo mamá.
-Lo haré, me muero por ver cómo ha crecido mi pequeño pero ya tiene suficientes problemas, no quiero agobiarlo, a lo mejor no se toma bien mi presencia y... yo no sé si podré soportar su desprecio...
-Sasuke será un bastardo, pero te quiere, sino me intenta matar a mí después de todo lo que he hecho a ti no te hará nada.
Ella sonrió mientras le acariciaba la cara, como cuando era pequeño.
-Estoy muy orgullosa de ti, de los dos.
Él asintió.
-Está bien mamá, iré, pero no te prometo nada, las cosas están muy difíciles.

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