—Ya que me lo pides —sonrió de medio lado y le dio la bebita a Gakupo — Cariño mío, toma a nuestra princesita, que tengo unos asuntos que arreglar… — le sonrió cariñosamente y de nuevo se acercó, pero esta vez con un aire sumamente intimidatorio. Quedó frente a frente con ellos dos, y sin dudarlo, se lanzó encima de Luka como toda una histérica y empezó a romperle la cara a puñetazos.
—¿Ya nos vamos a casa? Nosotras nos queremos quedar un ratito más — rogó Oyuky.