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CEREZO95:
Capitulo 15
-Vamos sakura, mas rápido… Eres bella tienes que fuerte.-Decía un gran soldado entrenando a su alumna.
En el campo, un grupo de alumnos, incluyendo la una única chica, entrenaban bajo las órdenes del hombre más poderoso de la zona, Kakashi Hatake. Era el primer entrenamiento de sakura con un grupo, y con el maestro que hace poco fue su amante, y aun así, a el no importo, era un hombre de poco sentimientos y escasos vínculos con mujeres, niños, ancianos, entre otras personas que le causen excesos de afecto en su vida, sin embargo sakura estaba llegando a ser un de esas muy pequeñas y diminutas excepciones que un mercenario haría, se estaba ganando a ese hombre rudo con gotas de sudor en su frente y sus melena rosada de un lado a otro.
-Serán 3 semanas de evaluaciones consecutivas, el grupo de personas que apruebe todas, ira conmigo a una serie de misiones de alto nivel, y así sucesivamente…-Gritaba como un líder, un jefe que explotaba a sus sucesores para que conozcan su límite, se planteen metas, objetivos y saquen la cruel a flote.- …Kinay eres más niña que la chica que esta a tu lado, ¡Muévete!... Quiero más rapidez, agilidad, y precisión, ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos!.-El jefe mas rudo y autoritario que había visto en mi larga vida.
En el descanso, kakashi se acerca a mi, y se sienta a mi lado en completo silencio. Observando mis piernas, mi abdomen, mis brazos, mis pechos, mi cuello, luego el rostro doblemente sonrojado por su observación y el cansancio, y luego la cabellera por todo mis hombros y espalda. Su mirada no era fría, sino ardiente.
-No creo que esta belleza hace poco fue mía…-Dijo muy bajito, solo para que yo pueda escucharlas.-Te felicito tu primer entrenamiento y ya vi que resistes a muchas pruebas, hoy cenaremos en mi lugar favorito, hay que ir formal.-Se levanto, sin esperar mi aceptación o alguna cosa que dijera por el piropo, nada, simplemente se fue a su carpa, entro y se sentó en su gran silla y de espalda a la puerta, entre silenciosamente y llegue a el, estando tan cerca que podía escuchar su respiración y el sin abrir los ojos me dijo.-¿Qué se te ofrece sakura?.-Quede estática en el lugar, y solo lo mire, el abrió sus ojos negros y me miro sin parpadear; me senté en sus piernas y sonreí.
-¿Qué harás si no voy a cenar contigo esta noche?.-Lo rete, fue mala idea después de hacerlo, pero resulto de una manera picara y de buscar una conversación fue de contexto.
-Te castigare entonces.-Dijo seriamente.
-¿Ah, si? Explícate.-Dije colocando mis brazos alrededor de su cuello y acercándolo a mi cuerpo. El me abrazo por la cintura, yo aun estaba sudada hasta las mas mínima hebra de cabello, pero a el no le intereso eso.
-Te hace sufrir tanto…-Dijo acercándose a mi oído sensualmente.-…que gritaras mi nombre, y lo escuchara toda la población de la región.-Y mordió mi lóbulo de la oreja, me estremeció con simple gesto.-¿Por qué eres sexy haciendo todo, sakura?.-Me pregunto.
-No lo se, soy bailarina y tengo resistencia…-Me fui a su cuello y respire su perfume, era tan limpio, y varonil, y susurrando casi mordiendo su piel dije.-…Y habilidad…en muchas cosas que...-Subí a su oído y culmine con.-…Te puedo enseñar.-Deposite un beso casi fugaz en su parte trasera de su oreja, me levante y me fui, y antes de salir le dije.-Nos vemos en la noche entonces.
El entrenamiento siguió, y su explotador volvió a gritarlos, humillarlos, ofenderlos, etc. Era alrededor de 40 alumnos de los cuales eran vigilados, corregimos y gritados por los ayudantes de hatake, que ya tenía suficiente experiencia como para enseñar a los demás.
En la noche, me había duchado, peinado, maquillado, y vestido para la ocasión. Tenía un vestido crema con flores rojas de cerezo, semi largo pero tan pegado al cuerpo que la silueta era bien remarcada, unas sandalias negras, la cartera negra, el cabello recogido en una cola de caballo con los flecos en la frente, y un poco de maquillaje, bastante perfume y actitud. Al verme el peliblanco, se asombro mucho, y decidió besarme y tomarme posesivamente en sus manos.
-Ahora comprendo mas porque, el gran señor hyuga te eligió de esposa, sakura… No eres común… Algo muy cruel se debe esconder bajo esa belleza extrema, y yo seré el que se encargue de descubrirte hasta las células madre.-Y otro beso mas agresivo, solo sonreí con astucia, el no sabía de todas las cosas crueles que viví y las que hice vivir a muchos, y sin embargo estoy aquí por otro tipo de acción.
CEREZO95:
Capitulo 16
Cenar fuera de la ciudad, era la idea perfecta para despejarse del duro entrenamiento; había un jardín cálido, vino, comidas simple al estilo sierra leona, gente negra muy limpias y amables, ambiente agradable. Era tarde ya y el agotamiento estaba apoderándose de mi.
-Vamos a casa, me estoy sintiendo cansada.- Dije en un tono bajo. Asintió, pidió la cuenta, pago y salimos de ahí con muchos gestos de agradecimientos. En la vía, hablábamos trivialidades de la tarde, detalles que note en la organización del campamento.
-Me daré otro baño.-Dije entrando a la ducha una vez.
-No lo hagas.-Me pidió, más bien me ordeno, gire y lo mire, acercándose a mí y olfateo mi cuello.-Vamos a la cama.- Sonreí, pero me hice la dura.
-No.-Me voltee sin prestarle atención alguna.
Me tomo de espalda, agarro firmemente mi cintura y pego su cuerpo al mío, acariciando mi cabello con su rostro, subió sus manos por la suave tela hasta llegar a mis senos, masajeándolos tan delicadamente. Fue quitando mi ropa hasta quedar en ropa interior.
-Te castigare por retarme hoy..-Susurraba, estremeciendo mi cuerpo.
-Maestro…Castigarme entonces.-Dije excitada, aun de espaldas a el, quien me acariciaba aun, ambos reíamos; me di la vuelta, y empecé a desabotonar su camisa blanca tan despacio que sentí un eje de desesperación en el , la abrí viendo ese potente pectoral, quite su correa, pero no seguí porque el me detuvo.
-No importa mi ropa… solo quiero besar tu cuerpo, hasta cansarme. -Sentí una pasión desenfrenada en sus palabras, me sentó en el mesón de mármol del baño y nos fundimos a besos. Comenzó a besar mis labios, bajo a mi quijada mordiéndola, continuo besando mi cuello, pecho, hombros, brazos, manos; de vez en cuando me miraba con ojos de cazador, fue a mi abdomen beso con tranquilidad todo su espacio, mi vientre, mi intimidad por encima de la ropa interior, mis muslos, se paró ahí y me dijo arrodillado.
-Te deseo tanto…Que soy capaz de acabar con neji, para tenerte siempre.-Mejor que no hubiera dicho esa última frase; el calor subió tan rápido a mi cabeza y sin pensarlo le di una cachetada dejando mi mano plasmada en su rostro, se acaricio la mejilla y me miro, mi ira era tan grande que lo empuje con el pie en el pecho y cayo sentado al suelo, este del impacto de mis acciones quedo en shock, quizás pensaría que iba a llorar por sus palabras, o reír por el juego; pero si, golpee a un mercenario, y no cualquiera era el peor de la región.
-Eso es para que respetes, y midas tus palabras…-Lo señale con mi mano, y autoritariamente le aclare, algo muy importante.-Me podre acostar contigo porque me siento como en el cielo, pero neji…El es el amor de mi vida, el hombre que me ha dado todo y me ha mantenido de pie en los momentos difíciles…Así que, no se te olvide; Él se respeta, ¿Te quedo claro, kakashi Hatake?.-Había tocado ese punto débil, que mantenía tan oculto como mis lágrimas en ese momento. El pequeño demonio se había apoderado de mí. El peliblanco asintió, y le dije.-Que no vuelva a ocurrir…-Lo mire en el suelo aun, me sentía tan superior como él en el entrenamiento, culmine con.-Buenas noches.
Me acosté en ropa interior y escuche sus pasos y la puerta al cerrarse. Reflexione sobre el hecho de golpearlo, en la cara; pero no tenia mas opción, era mejor eso que pateársela aunque ganas no me faltaron, y bueno el empujón era para apartarlo de mí, me dio tanta rabia, importancia y rencor que haya amenazado de matar a mi marido, por mi, ¡Que locura!. Pensé: “Si le pasa algo malo a neji, el será el primer sospechoso”. Esa noche dormí bien pero no descanse como debía ser, el tema giraba en mi cabeza una y otra vez.
En la mañana siguiente; vi los rayos de luz en el cuarto, todo en tranquilidad, no gritos, no trompetas, nada absoluto silencio, mire el reloj, las 11:49; era tarde para entrenar, kakashi al parecer no llego, y no está entrenando, me levante de golpee y me maree un poco, corrí al baño cepille mis dientes, me duche rápido, recogí mi cabello y cuando Salí no había toalla, Salí pensando estar sola en la habitación y cuando mire la cama un bulto completamente tapado con las sabanas, me acerque y lo destape era kakashi dormido profundo, era tan atractivo, simpático y maduro. Me acorde de mi desnudez y fui al closet, me puse mi ropa interior y una camiseta larga, y me acosté de nuevo, cuando empecé a acariciar el cuerpo del hombre, me di cuenta que estaba completamente desnudo, ¿Qué había pasado?.
CEREZO95:
Capitulo 17
Lo acaricie por unos largos minutos, hasta que se movió, respiro muy hondo y se volteo hacia mi, sin abrir los ojos.
-Buenos días.
-Buenos días. ¿Porque estas desnudo?, ¿Qué paso?
-Nada.
-Mientes.
-¿Tu crees?
-Estoy segura. Abre los ojos y dímelo.
Efectivamente abrió los ojos y me afirmo lo mismo, pero no le creía o solo era cosas mías. Me fui a desayunar, y me escape de la casa, camine hasta el campamento, atravesando el pueblo viendo los comerciantes, niños, ancianos, viejos, mujeres bien vestidas, camine mucho el mercado, pero al salir del lugar, habían muchos hombres, todos me vieron atentos a mí, detallaron cada centímetro de mi ser, y se fueron acercando poco a poco, estaba en shock, no sabía si correr y gritar, retrocedí cuanto pude mientras los miraba fijamente, uno de ellos se lanzo sobre mi y le di un puñetazo en la cara y corrí, al mirar atrás todos corrían en mi dirección, eran más de 7 hombres que me perseguían, me adentr en el mercado y tropecé a niños, ancianos, mercancías, hombres y mujeres, frutas, ropas, me caí y golpee mi rostro contra el suelo, pero me levante por la adrenalina, ellos estaban armados y yo no, me perdí en el mercado hasta llegar a una calle ciega y todos me acorralaron, me miraban intimidantemente, como deseaba estar junto a alguien que me protegiera de aquellos maleantes.
-¿Tienes miedo preciosa?.-Dijo el hombre que parecía ser el capitán de aquel grupo de hombres ladrones.-Dime que hace una mujer tan hermosa en estos lugares tan pobres, no creo que estés aquí por tu voluntad. Tengo muchos proyectos para ti.-Pego su cuerpo contra el mío, era alto, fuerte, blanco, con ropas de muchos colores opacos y sucios, olía a sudor de días, sus ojos eran oscuros, y un gran cuchillo en la mano, con el acaricio mi cuello y mis hombros, sentí el filo frio y a la vez el calor de mi sangre correr. –Te llevare conmigo.
Y así fue me raptaron, me taparon los ojos llevándome a quien sabe qué lugar, cuando tuve los ojos descubiertos mire y era un lugar muy lindo, al estilo de sierra leona. Estaba sola con él, lo vi quitarse la camisa, el sombrero, y sentarse en su silla, espere que hablara.
-Voy a pensar que haré contigo, pagarían mucho dinero por ti, o quizás te dejaría para mi.- Decía mientras, tomaba un vaso de agua.-¿Cómo te llamas?.-No encontró respuesta de mi.- Seré amable contigo, no quiero golpear tu hermoso rostro.- pero ninguna respuesta obtenia de mi, se levanto y se me acerco mucho más de lo normal.-Dime, ¿Cómo te llamas?.-No respondía por el miedo, el susto, el shock. Me beso salvajemente, y cuando se separo le escupí la cara, y lo mire amenazante. Busco una daga de gran grosor y lo coloco en mi cuello.-No me faltes el respeto.
-¿De qué hablas?, ni siquiera sabes el significado de esa maldita palabra.-Lo mire sin ningún terror en mi ser , tenia ira y la subía a mi cabeza. Se levanto y me abofeteo fuerte, tan fuerte que rompió mi labio.
-Tengo mucho poder aquí, te demostrare.-Llamo a un chico delgado, uno de los que trabaja para él, era joven, alto pero débil, entro y el hombre le dio la orden de arrodillarse, y lo apuñaleo muchas veces en el abdomen, su sangre corría por su pálida piel, y esquelética figura, sus ojos se pusieron vacios, blanco, y de agonía, cayó al suelo y su sangre comenzó a correr manchando el espacio, llego a mis rodillas cubriendo la ropa, mis lagrimas bajaban por el dolor de aquel inocente cuerpo que moría agonizando por capricho de su jefe; me estremecí por ese vil acto de poder. El ambiente era oscuro, pesado y agobiante. Cerré mis ojos para no ver a aquel hombre desangrándose ante mis ojos, temblé bajo mi impotencia de matar a ese desgraciado y hacerlo sufrir, quería sacarle las tripas, cocinarlas y ponérselas en la boca, y bañarlo en su propia sangre mientras veía mi rostro con ojos de piedad, cortar cada uno de sus miembros y hacerle saber que el poder no es solo matar por placer.
-Aprenderás a respetarme rosadita.- Y comenzó a abofetearme constantemente, gritaba maldiciones, insultos, mientras todo mi cuerpo estaba paralizado, mis manos atadas, arrodillada, mi visión comenzaba a nublarse, hasta que no aguante mas, ya mi resistencia estaba por el suelo, sentí cuando me empujo con el pie al piso y dijo.- Soy Madara Uchiha.- Y me desmalle.
Como desee que kakashi apareciera...
CEREZO95:
Capitulo 18
Me moví adolorida por todo lo de el día anterior, abrí los ojos pero mi visión estaba nublada y pesada, espere unos segundos y se aclaro, estaba en un cuarto amplio, mi ropa había desaparecido, estaba vestida con un camisón largo color arena, me quede mucho rato ahí acostada hasta que entraron dos mujeres al cuarto, me pidieron que me levantara y fue al baño, me dijeron que había muchas cosas que hacer en el día, lo hice y me llevaron a la habitación de madara el estaba acostado sin camisa en su cama con los largos cabellos esparcidos por todos lados, tan blanco como la leche, y su cara de maldad y codicia natural; me pusieron al frente de él.
-Buenos días rosadita…-Dijo con una cara de fascinación, y de sucia ambición.-Hagan lo que les ordene.
-Si amo.
Las mujeres comenzaron a quitarme toda la ropa prenda por prenda, hasta quedar completamente desnuda ante el, como una oveja indefensa frente al lobo. Su rostro tenía una expresión de satisfacción con solo verme así, humillada. Ellas comenzaron a acariciar mis lagos y rosados cabellos, sedosos y brillantes, una de ellas de cabello negro y ojos de un color muy peculiar color rojizos.
Tomo una daga con un filo que cortaría un hebra de cabello en el aire, y sin pensar corto el primer mechón de cabello, me estremeci de furia y dolor, el sentimiento era enorme.
-Más arriba Kurenai.-Dijo él, señalando el corte de mi melena. Mis lágrimas bajaban por mis mejillas y mis sollozos eran audibles, pero era incapaz de ir en contra de sus ordenes y sus castigos.
Estaba herida y dolida, tanta dedicación a mi cuerpo, mi físico, mi cabello y todo mi ser estaban esfumándose poco a poco, no entendía que había hecho para merecer algo tan cruel. Mientras kurenai cortaba por capas mi cabello rosa, yo veía como caían grandes mechones de cabello al suelo, esparcidos como copos de algodón al aire. La atracción más maravillosa de mi, estaba siendo arruinado por dos idiotas que seguían ordenes de un corrupto, cruel y malvado que no se qué motivo tendría para hacerme todo eso.
Por alguna extraña y deforme razón, mientras pasaba por ese humillante y vergonzoso momento, algo muy interno muy profundo de mi, crecía como si me fortaleciera como si mi naturaleza salvaje estuviera naciendo, la agresividad, la ira y la euforia se acumulaban en mi sangre. Me mire al espejo y mi cabello estaba al borde de mi mandíbula, y le parte delantera del cabello más largo que la parte trasera, no podía negarlo se veía muy bien, me veía como un experimento que estaba saliendo a su capsula y se veía por primera vez en su vida, la falta de ropa y de una melena me hacía sentir liviana, tímida, pero fuerte; Era una sensación indescriptible, las mujeres me dieron ropa de hombre, oscuras, anchas, de colores muy claros, y me dieron instrucciones para ponermelas...
CEREZO95:
Capitulo 19
Fuimos a desayunar y la comida de todos era pulcra, ordenada y apetecibles pero la mía parecían sobras de todas las bellas comidas que habían servido, la mire con asco y repulsión, y no moví un dedo para comerla, todos eran hombre por lo tanto se sentían incomodo que una mujer extraña vestida de hombre pero con hermosos ojos verdes los estuviera observando mientras ellos comían como bestias, uno de ellos se levanto en su puesto dijo:
-No me mires mientras como cucaracha.-Era alto, imponente, quizás unos de los peores rostros que había visto, tenia cicatrices en la cara por cortaduras, los ojos claros como el agua y de piel un poco bronceada.
-Cállate y siéntate.-Dijo madara con suma tranquilidad, sin detenerse a mirarlo, pero me seguía mirando con tanto odio que ya venía mi muerte cerca.
-Esa mujerzuela no debería estar sentada en la mesa de los mayores, debería estar con los sirvientes limpiando y botando nuestros restos…
-¡Te dije que te callaras!.-Dijo el jefe, deteniéndose, pero ya su mirada no era esos ojos oscuros, ahora poseía un color rojo con negro en sus ojos haciéndolo tres veces más intimidante que las veces anteriores, el hombre se cayó y se sentó.
–No vas a comer.-Se dirigió suavemente hacia mí, con la misma mirada, estaba paralizada, de pronto sus ojos ya eran negro otra vez.
-No tengo hambre.-Dije muy bajo.
-No escuche.
-No tengo hambre.-Dije un poco más alto.
-Hacia no habla un hombre, o es que acaso no tienes poder para hablar con determinación.
-No soy un hombre…-Dije con rabia, yo no era un hombre, ¡Por dios!.-Y dije que no quiero comer.
-Pues lo harás.
-No lo hare.-Todos nos miraban, sorprendidos de que yo estuviera retando al jefe.
-¿Qué te hace pensar que no lo haras?.
-No pienso en nada, no quiero y ya.
-¿Ni en la muerte que te puedo causar, tan rápidamente que no te daría tiempo ni de suspirar?.
-No.
-Interesante. Bueno te diré algo, no vas a comer eso, ni nada que pase por esta mesa, y siempre estarás aquí… Para mirar solamente.
-Ok.
Me mandaron a trabajar con los jardines, y en la cocina, todas las personas eran amablemente pero frías de sentimientos. Era tarde y el jefe me mando a buscar, vino uno de los hombre me monto en su hombro cual hoja se lleva el viento, y me llevo a un salón. Me dijo ahí sola con madara.
-Veré que puedo hacer contigo… Quiero ver que tanta maldad ahí en ti, si eres capaz de matar a alguien o eres débil y sensible.
-¿Por qué haces esto?.
-Es muy simple digamos que en toda pandilla hay un tesoro, una villana, una mujer que represente la tentación y cuando te vi, pensé: “ Ella es”.
-No soy capaz de hacer daño a una persona.
-Yo creo que si rosadita. Quítate la ropa que te moleste.
-Si es así, tendría que quedarme desnuda una vez más.
-Si así lo deseas, está bien, yo no abusare de ti… No eres mi tipo de mujer… Mi esposa está en una misión de alto nivel y temo que muera sin embargo es una asesina clase 1 y no me importa lo que se le presente en el camino, confió en su instinto.
-Quiero saber la razón por la que estoy aquí.
- Ya te dije.
-Pero siento que no es todo, hay algo raro e todo esto. Ya me abrías matado ¿Cierto?.
-Sí, es cierto.
-Mátame entonces.-El se me acerco y me dio una bofetada fuerte tumbándome al suelo, y un hilo de sangre rodo por mis labios.
-Levántate de ahí.-Me grito y reaccione rápido, me puse de frente, me iba a dar otra bofetada, y puse mis antebrazos para protegerme, pero me dio por las costillas y caí una vez más. Me levante y continuamos peleado y la sangre subió a mi cabeza, la adrenalina se apodero de mi, de repente ya no era yo la que peleaba contra aquel hombre; patadas, puños, y escudos hice. Al rato ya algo agotaba el me dijo.- Dentro de 3 mes atacaremos un lugar y quiero que vayas, para que dé que eres capaz rosadita.
-Todavía no comprendo todo esto, estoy confundida.
-Tranquila, ya saldrás de dudas.
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