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NejiTen: El Sol Retorcido [Lemon]
Argentina:
Ohhhh por dios, esta muy bien narrado!!!
me ha encantado, sobre todo por ser mi pareja ideal jajaja
creeme que quiero saber más, y ansio contiii
definitivamente me hare fan de tu ff.
saludos y no tardes en colgar la conti sayooo :P
EvaRS:
Capítulo 4: Reflejos
Siempre me deja instrucciones escritas. Algunas veces justo antes de irse, otras, solitarias en el habitáculo escogido. Hoy no era distinto.
Me dirigí hacia el sobre gris pulcramente colocado en el centro del cuarto, sobre la negra alfombra de piel de oso. La abrí. La caligráfica letra de Tenten se presentaba limpia, ordenada, sin tachaduras ni borrones, rayando lo meticuloso
No tenía ni idea de lo que esta vez me podría ordenar. En una ocasión me obligó a llevar (durante toda la semana) su ropa interior femenina; no es que me gustase ser humillado, ese no es mi royo. Y ese no era su propósito. Pero aquella petición era algo que podía realizar, que estaba dentro del margen de mis posibilidades, a fin de cuentas nadie más con excepción de ella y yo sabíamos que la llevaba puesta.
Cada día me enviaba las que había utilizado la noche anterior, resultó ser una experiencia excitante: entre el peligro de ser pillado, el saber que me acompañaba algo suyo y el conocimiento del lugar al que había pertenecido; junto con todos los recuerdos de días previos en el Minimal, consiguieron que me empalmase más veces en esa semana que en toda mi vida.
En otra ocasión, en la sala “Tenedor”, me ató a una silla, con una mano en cada brazo del asiento. Cuerdas rojas formando nudos de serpiente a lo largo de mis brazos y hombros, mordiendo mi piel. Ella colocó frente a mí una pequeña mesa de cocina, manteniéndose de pie en la orilla opuesta. De su bolso de Chanel extrajo un fuet. El extraño paralelismo estimuló mi risa. Ella no sonrió.
Dispuso varios instrumentos de cortar sobre la encimera, con el fuet en vertical mirando hacia mí. Tenten sujetó el enorme machete de acero inoxidable que cayó con sentencia perpetua sobre el fiambre. Lo troceó hasta hacerlo picadillo.
Yo me excité, no obviando la comparación del fuet con mi pene, y lo que ella me podría hacer, pues, por mucho que gritase, en esa cueva de dolor y pecado, nadie vendría a salvarme. Podría castrarme, torturarme, mutilarme,…,y a nadie le importaría una mierda.
Ese era el mensaje que ella me quería transmitir, y no le gustó que a la primera insinuación me lo tomase a broma. Con aquella demostración posterior me decía: Esto no es un juego. Conmigo no es un juego. Ve enterándote, chaval.
Después la vi sacar un tenedor del bolso, la observé mientras ella engullía, masticaba, tragaba…cada trocito. No apartó su vista de mí y eso me excitó, ¡joder si no!
Tenten era un Dómina muy peculiar, y original, pero eso ya lo había dicho, ¿no?
Nunca lo hacíamos con la luz apagada o en cuartos de pintura que fuesen excesivamente oscuros. Le gustaba la luz, los colores, lo brillante.
Releí de nuevo el contenido de la nota, la devolví al sobre y me dispuse a acatar, una vez más, sus órdenes.
La picada de la luz irritó mis ojos un instante antes de entrar en el Minimal. No me paré a charlar con nadie y nadie se paró a hablar conmigo.
Sería hipócrita pretender interés por los asuntos ajenos. El egoísmo era la ley, la norma básica de aquel lugar. Si alguien se me acercaba sería para ofrecerme sus…servicios; o con la intención de que yo le ofreciese los míos.
Mujeres dominantes había bastantes, pero que encima fuesen sádicas, no tantas. La novedad, las ganas de probar las cosas nuevas, aunque fuese tan solo una vez, atraía a los rezagados como polillas a la luz.
Ya había perdido la cuenta de todas las ofertas, masculinas y también femeninas, que me insinuaron los allí presentes. Me gustaba aprenderlo todo, estudiarlo, investigarlo y si mi compañero de cama fuese cambiando más deprisa que yo de bragas, perdería toda lógica, y ganas. No podría trazar patrones ni planes, y me aburriría.
La gracia se encontraba precisamente en el factor sorpresa, en el estímulo. Cada vez que averiguaba algo nuevo que le diese placer, sus fantasías, sus miedos,…. ¡ese era el momento cumbre!, el más excitante después del orgasmo, por supuesto. ¡Pero que delicia! Por eso no reemplazaba a Neji, en ese sentido, lo necesitaba tanto como él a mí, puede que más. El tiempo lo diría.
Me lo encontré tal y como dejé constancia. Desnudo, abierto en forma de X sobre la alfombra, con mi carta ocultando su polla (o al menos intentándolo). No estaba atado. Todavía. Y su cabello azabache, lustroso y brillante aun sobre un fondo negro, estaba suelto, formando un abanico de finas hebras. Tenía los ojos cerrados, tal y como le indiqué que hiciera, era un toro tranquilo reposando. Su nerviosismo solo quedaba patente ante el tembleque traicionero de sus párpados. Párpados que culminaban en espesas y hermosas pestañas negras.
A medida que me fui acercando, con el eco de mis tacones contra las baldosas, su respiración fue en aumento, a la par que las contracciones de su estómago.
La orilla de mi vestido de gala, rematado en flecos de plumas, le rozó un tobillo. Él curvó los dedos de los pies. Yo sonreí.
La insolencia de su cuerpo me cautivó. Emitía un aura poco común. Era como si me hablase y dijese: ¿No tienes curiosidad, Tenten? Puedes corromperme….vamos… ¿por qué no? ¿Por qué no?
Deslicé la punta del zapato por el interior de sus muslos, aumentando la presión cuanto más cerca estaba de la meta. Su erección desplazó la carta hacia su abdomen, la seguí con la mirada y después la pisoteé.
Neji abrió la boca, lanzando un alarido silencioso. Su polla llorando, goteando perlas de gusto y de desconsuelo. Rocé con el tacón de aguja la punta roma de su pene, fui sutil, pero la amenaza estaba implícita: pórtate mal y lo lamentarás.
Le hice darse la vuelta, manteniendo la forma de X. Alcé sus caderas con mis manos, obligándolo a permanecer en esa posición. Después me erguí y perforé el ano con el tacón.
Antes de la sesión le advertí que se lo lubricase, no me había hecho caso y ahora estaba sufriendo. Que se joda, así aprendería…
No fui fina, ni dulce, lo follé con mis zapatos nuevos. Primero uno, después el otro. No había mejor forma de estrenarlos.
En algún punto del camino Neji comenzó a gemir y a mover las caderas para encontrarse con mis envestidas. Cada vez que eso sucedía, le golpeaba el trasero con el cinturón de sus propios vaqueros, olvidados y escondidos bajo algún punto de la alfombra.
Cuando estaba a punto de alcanzar el clímax, retiré mi zapato, negándole la satisfacción. Los verdugones, que pasaban del rojo al ciruela más profundo, decoraban su bello culo. No cabía duda de que no podría sentarse durante días.
Me arrodillé tras él, acaricié su esfínter con la punta de mis dedos, solo un sutil roce con la yema, Neji jadeó. Me incliné y le besé su ojo oscuro, ascendiendo después, y muy lentamente, a lo largo de la espalda.
Volví a las mejillas de sus glúteos, pellizcándoselos, manoseándolos, besándolos…Le ordené que subiese más las caderas, e inclinando la cabeza, lamí su polla desde la punta hasta la base, sorbiendo sus pelotas como si fuesen un helado, y no cesé hasta que se corrió. Solo entonces le permití gritar, girando su rostro hacia el mío, permitiéndole abrir los ojos, para poder ver la luz de la pasión. El reflejo de la satisfacción. Y cuando más tarde yo misma me corriese, estaría esperándolo en el otro lado, ese lugar que me era prohibido.
Pero hasta entonces quería jugar un poco más con su cuerpo, dañarlo más salvajemente. Y la noche aún es joven.
Continuará.....
Sugarbabe:
:O Wooow, es fuerte pero genial!
Impresionante la forma en ke lo escribes, sera un gusto continuar leyendo ;)
EvaRS:
Capítulo 5: Chispas (primera parte)
A menudo, investigando en internet sobre el sadismo, me he dado cuenta de que la gente lo llega a ver como una personalidad más, como una esquizofrenia. Para mí no es una polaridad, sino otra parte de mí mismo ser, de la misma Tenten que hace tortitas o sale de compras, la que juega, canta y cuenta chistes, parte de mi misma persona, de mí día a día.
No es algo que aflore solo en determinados momentos, que se controle a placer, simplemente está allí, acompañándote incluso cuando te olvidas de él. Y no hay más.
Ahora mismo, observando a Neji de cuerpo desnudo, y colgando del techo, podía apreciarlo mejor. Sus formas eran la perfección masculina y el juego de luces realzaban sus músculos, definiéndolos con carácter.
Del gancho de latón sobresaliente de la pared, un nido de cuerdas apresaban las muñecas de pelinegro, uniendo la presa al artilugio. Igual que un anzuelo y su sedal.
A pesar de la altura del hombre, sus pies apenas rozaban el suelo, obligándolo a permanecer de puntillas para mantener el equilibrio.
-Ábrelas- maticé, con un simple roce en las rodillas.
Sus ojos brillantes destilaban deseo. Me separé un poco, sin apartar la mirada de su cuerpo. Su polla agitada, me secundaba con buen ánimo en mi obra de destrucción.
Permanecí callada en el retumbar del silencio, solo alterado por nuestras respiraciones, en lo que dura un momento, una fantasía, un recuerdo. Callada durante mucho tiempo, con la sabiduría de que una vez satisfechos sus sentidos, la belleza de aquella mujer que los había saciado perdía todo su atractivo. Triste pero cierto.
Neji, pese a no estar amordazado, no emitía una súplica, ni queja o reproche. Sabía que me gustaba tomarme mi tiempo y que se retorciese inquieto como un colegial. Le sonreí y con lentitud premeditada deslicé ambas manos bajo mi vestido de gala, mostrándole en los destellos que la apertura lateral permitía, la cima de mis muslos.
Me acaricié los flancos, después más arriba, metiendo una mano dentro de mis diminutas braguitas de encaje, mientras que con la otra acariciaba mis labios, apetitosos y traviesos, forjando una demostración de lo que podría permitirle hacerme.
Neji contuvo el aliento con un jadeo que jamás deja de excitarme. El sonido de un hombre al que has dejado sin aliento en increíble.
Di otro paso atrás y deslicé las bragas cintura abajo, a la altura de las rodillas me incliné hacia el suelo, haciendo que la abertura del vestido rotara unos 90 grados, exponiendo mi trasero y mi coño ya cremoso.
Neji estaba púrpura, ruborizado a más no poder.
-Termina de bajármelas con el pie. –decidí. Y así lo hizo. Las pateé con uno de mis recién estrenados tacones y lo recoloqué de nuevo a mis gusto, con las piernas bien abiertas.
Me levanté con lentitud, rozando la mejilla contra su polla. Mi aliento por su vientre, la punta de mi lengua en el pezón. Mis labios sobre la clavícula, nuez, orejas, nariz, hasta quedar de frente. Ventajas de ser una jirafa con tacones.
Ahuequé una de sus mejillas con la mano, besándolo sin cerrar los ojos, enseñándole exactamente cuánto lo deseaba. Tiró de las cuerdas. Era inútil. Se encontraba a mi merced. Sonreí. Pobrecillo. Me encantaba tener el control, tocar, jugar, hacer mi voluntad. Por eso no puedo imaginarme lo que debe de ser no solo no hacerlo, sino que además, tampoco poder.
Volví a inclinarme, con el torso hacia el suelo y de espaldas a él, hasta que mi culo desnudo rozó su virilidad. Con una mano lo guié hasta mi interior, con la otra me sostenía a uno de sus tobillos.
-Muévete. –ordené. Y no me defraudó, como siempre.
Conti………….
Anhell:
Como ya es costumbre esta pareja me deleita con buenos fics. Se hará mi favorita.
Me atrapó tu manera de narrar el primer capítulo, y el que diga "lemon" entre corchetes hizo que continuara leyendo los siguientes LOL.
Confieso que me costó imaginármelos en roles distintos a los que generalmente tienen. Sobre todo a Neji siendo dominado, él se me hace tan reacio a ello. Pero bueno. Me gustó así y todo. Espero contii ; ).
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