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Rojo Eterno [Terminado]

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Estanison:
esa es mi hija, la maestra del lemon, bueno lo que bueno que sigas con tus escritos no dudes de  que te seguire de cerca, no tengo mas que decir, no soy muy comentador como sabes, suerte con esto.

Nos Leemos

Osaki Ivii:
Buenas....
 :o La imaginación corroe mi mente, quiero saber como continuará la historia, quiero un próximo capitulo por favor T^T.... hehe
Sayonara  ;D

Ellie:

Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen.
Advertencias: Lime. Lenguaje soez.
—Bla bla— Diálogos.
—Bla bla— Pensamientos.

ROJO ETERNO
Capítulo I/III
Lo primero que hizo, fue fijar sus ojos esmeraldas en las pupilas contraídas frente a ella que no demostraban expresión alguna. Es más, aquellos ojos parecían vacíos, vulnerables, y más fríos de lo habitual… incluso absortos de realidad, mas todo aquello era resguardado por la resistente coraza de hierro que él interponía entre la existencia cargada de aflicción y crueldad que marcaba su vida.

Se trataba de aquel método de compensación que utilizaba para no vulnerar sus objetivos, y eso Sakura lo tenía muy claro. Tal vez se trataba de lo único que tenía claro acerca de él. Y eso lo sabía porque era como su propio método para alcanzar sus metas, el todo por todo sin importar qué. La diferencia estaba en que sus metas eran interpuestas por otros para cumplir con lo ordenado por su fiel pacto de lealtad a la aldea.

Quizás fue absurdo de su parte creer que al elegir su vida como una shinobi podría optar a otras cosas... Agria equivocación, ¿y por qué? Porque ella eligió ser parte de una herramienta de defensa a su pueblo, aún así, a pesar de todo, estaba orgullosa de ser un objeto de defensa. Así que, ¿para qué no asumir lo obvio?

Además su código de honor, su fidelidad y la seguridad de su nación recaía en sus hombros, y la afrontaba con la cabeza fría como buena kunoichi que era, no tenía otra opción. Y esta vez lo juraba por su vida; cumpliría lo ordenado costara lo que costara, pues ya había pasado mucho tiempo tratando de evitar y aplazar la misión encomendada por su superior.

De una buena vez acabaría con él, estaba decidida, porque no sólo ella lo sabía, sino que toda la aldea era consciente de que ella, Sakura Haruno, era la única capaz de derrotar al bastardo traidor… Posiblemente a causa de la debilidad que le provocaba al vengador, era lo más factible, aunque no era posiblemente, sino que era así en realidad.

Ella era la única que lograba doblegar el escudo del Uchiha. Independiente de las circunstancias, la oscilación fría e inmiscuida de parte de él, se veía fracturada a causa de ella, en efecto, sólo ella podía vencerlo.

Suspiró.

Con el dolor de su alma y con todas las fuerzas de su orgullo ninja debía, de una buena vez, desafiar la verdad. Ser partícipe de aquello… matar a Sasuke Uchiha.

No debía importarle el pasado, no debía importarle los estúpidos sentimientos de temor que brotaban a cada segundo que pasaba. Tenía, por su bien, por el bien de su país, de su familia, de sus amigos, precaver absolutamente cualquier emoción dirigida hacia él. Obviar los besos impregnados en bajo su piel, obviar las caricias lujuriosas, los gemidos y sensaciones que más de una vez se encargaron de frustrar su objetivo.

Esta vez se encargaría de cumplir con lo impuesto. No se dejaría llevar por la lujuria que, aunque quisiera, sabía que en ese mismo momento comenzaba a rodear a ambos cuerpos.

La atmósfera que envolvía el deseo se podía sentir casi tangible, asimismo la tensión sexual que estaba quebrajando su prudencia, sensatez y honradez. Quizás pronto volvería a caerse por culpa de la misma piedra…

—Supongo que viniste a matarme...—hizo una pausa, luego continuo.— Eso es imposible, ¿no lo crees?

Arrogante como siempre. No cambiaba el bastardo.

Redujo el entrecejo, mas se guardó cualquier tipo de replica. No quería que por culpa de su impulsividad contestara alguna idiotez y el traidor se burlara de ella.

—Mi flor de cerezo, honestamente, ¿crees que lograrás hacerlo?

Deglutió con suavidad la obstrucción en la garganta, no modificando en ningún momento la posición de combate, pese a que él se estaba acercando peligrosamente a ella.

—La última vez gemías mi nombre  con lujuria, olvidando por completo asesinarme… Nunca serías capaz de hacerlo, eres débil.

—No estés tan seguro —lo interrumpió sonriendo de medio lado. —No por buen sexo caeré de nuevo. No seas tan engreído, que no tienes nada de qué juzgarte tanto, las miserias las poseen cualquiera.

Vislumbró la expresión y sonrisa de satisfacción que esbozó el pelinegro; sarcástica, ésa era la palabra para describir aquel gesto arrogante.

—Estoy muy seguro, soy el único que ha estado contigo.

¡Ouch! Eso había dolido, sí, porque era cierto. Lo que justificaba que la necesidad hacia él era real y lastimosamente absoluta...

Era patética, ella era patética.

—Uchiha, no eres más que un idiota.

—Eso no decías ese día. Si mal no recuerdo, me pediste a gritos que — no alcanzó a terminar porque ella se lo impidió.

—¡Cállate! — lo volvió a interrumpir mientras apretaba con fuerza los puños. —¿Qué mierda te crees? ¿El dios del mundo?... Estás equivocado, pues no eres más que un idiota resentido que ni siquiera es capaz de aceptar lo que pasa, porque te escondes bajo esa facha de “a mí nada me afecta” Eres un débil y fracasado Uchiha. Y no puedes negarlo porque sabes que es cierto.

Grave error. Sus palabras hirieron el ego del pelinegro, pues éste en un parpadeó le rodeó el cuello con una mano.

Sakura cerró los ojos al sentir la fuerza alrededor de sus músculos y tráquea.

¡Maldición! Ni siquiera había alcanzado a defenderse.

—Repítelo —le susurró al oído.

Abriendo con determinación los párpados, clavó las pupilas en él.

—Eres un maldito fracasado, Uchiha… —contestó con acidez al momento que dibujaba una sonrisa triunfal en el rostro, no importándole la reacción del vengador.

—Te arrepentirás por eso.

Antes de que pudiera procesar la amenaza del traidor, ya estaba apoyada en la corteza de un árbol siendo besada con desesperación por él.

—…

¡Joder! No pudo replicar. De hecho, no fue consciente cuando correspondió con la misma intensidad a sus labios que por más que quiso, no pudo dejar de saborearlos.

Bueno, esa había sido su respuesta. Una sumisa afirmación sin articular.

El Uchiha la azotó con fuerza al árbol, y ella aprovechó aquella acción para rodearle las caderas con ambos muslos. Eso fue suficiente para que todo su autocontrol se fuera a la mierda…

Ahogó un gemido en la garganta cuando la intrépida lengua de Sasuke exploró como nunca antes su boca.

¡Kami! Estaba perdiendo la cordura…

Se dejó llevar por las fogosidades y sólo se dedicó a sentir. A embriagarse de las caricias que le erizaban la piel, y que sólo él era capaz de provocarlas.

Tal vez era una imbécil por hacerlo, sin embargo su cuerpo no tenía reacción de oposición.

—Sasuke… —jadeó cuando él dejó su boca de lado y en un arrebato  le subió la playera, junto con el sujetador, dejando al descubierto su torso.

El la acarició.

La respiración se le hizo más pesada, acelerando el bombeo de su corazón que parecía que en cualquier momento iba a salir despedido de su pecho.

De pronto abrió sus orbes esmeraldas cuando él detuvo toda acción. Lo miró fijamente a los ojos, perdiéndose en ese cielo ónix que la estaba enloqueciendo.

—¿Quieres que siga?

Pestañó un par de veces seguidas antes de analizar lo escuchado.

Pese a que debería decir que no, por alguna razón que desconoce no pudo hacerlo. Asintió con un leve movimiento de cabeza en espera de la reanudación de aquellas acciones deseosas.

Él sonrió con semblante malicioso.

—Gritarás mi nombre.

Enarcó una ceja, y por iniciativa de él, a través de aquella chispa en los ojos, desligó sus piernas de las caderas de éste.

Lo que siguió a continuación la hizo perder el juicio. Cada mordisco, caricia, beso y cada bombeo constante le arrebató la razón.   

Si alguna vez creyó que su capacidad de raciocinio era lo suficientemente fuerte como para detenerlo, estaba equivocada. Muy errónea acerca de sus creencias, pues la dominación de su cuerpo era absoluta y controlada en un 100% por él.

¿Cómo era posible que un bastardo traidor fuera capaz de provocar tal magnitud de subyugamiento con sólo una caricia?

—Mierda…

Era una idiota, sin embargo no había consciencia, no había juicio, no había cordura… sólo vagaba en las sensaciones de éxtasis que viajaban en su sangre, almacenando la euforia de poder sumergir por sus poros cuando ya no aguantara más el letargo de las embestidas.

—¡Ah! — se quejó extasiada cuando las sensaciones amenazaban por acabar con su paciencia.

El placer era insoportable.

El tiempo desapareció para Sakura, junto con el espacio. Se sintió en las nubes, sublime de goce carnal al momento que imploraba compasión por tan asombroso hormigueo candente en su vientre que le derretía las entrañas.

Su respiración se hizo más pesada y condensada, opacándole los sentidos a cada segundo glorioso que pasaba tortuoso.

Sí, se estaba intoxicando en gozo. Envenenándose de placer, probablemente disolviendo a través del sexo, la traición, lo que carcomía su alma. Porque bien sabía, Sasuke sufría de manera paralela a ella y lo adormecían a través de sus debilidades. Todo era, sin duda, un acto recíproco sin determinante ni claridad.

Después de todo, nunca fue y sabía que jamás sería capaz de ver más allá en torno a él.

No fue capaz de controlar un intenso grito cuando la lujuria acumulada en su interior, brotó incesante por su piel, de tal manera que sentía sus poros arder por tan satisfactoria labor.

—¡Sasuke! —con la exclamación involuntaria del nombre de él, a través de sus labios hinchados, descargó la obnubilación de su alma esclavizada por el traidor.

Sasuke la embistió una vez más, logrando con éxito otro grito estrepitoso de placer.

—¡Sasuke!

Había llegado a tierra de golpe luego de haber gozado en el paraíso.

La reacción en cadena del éxtasis abarcó todo su cuerpo, estremeciéndolo en cada frecuencia de expansión, como una onda de despolarización, provocándole el erizado de su piel perlada en sudor.

Y era tal la reacción sin consentimiento, que la impregnación del néctar en su interior no fue rechazada ni percibida por su razón aún somnolienta.

No había existencia ni resistencia a la negación.

Suspiró cansina, tratando de recuperar el aliento.

Delicioso, placentero… ésas eran las palabras para calificar tan prohibido acto de su ser dominado.

Con el hálito entrecortado, logró estabilizar el temblor en sus piernas agotadas para poder hacerle frente al Uchiha. Entreabrió sus ojos esmeraldas surcados en sudoración y se separó de él. Fue ahí cuando pudo sentir la humedad viscosa en su centro.

Alzo el rostro, pudo vislumbrar aquellas hermosas facciones bañadas en diminutas gotitas de excitación. La sonrisa de satisfacción que esbozaba Sasuke era preciosa y arrogante, tal cual a como la recordaba. Idéntica, no había ni un sólo cambio.

La complacencia fue, aunque no quisiera que fuera así, mayor de lo que jamás creyó.

—Gritaste mi nombre…

No dijo absolutamente nada por esas engreídas palabras victoriosas que llegaron a sus tímpanos, que claramente eran ciertas. Sólo pudo desviar la mirada, casi avergonzada.

Enseguida retrocedió unos pasos para poder recargarse en la corteza del árbol tras de ella, de inmediato deambuló en la cruda realidad que esperaba ser considerada una vez que un click le encendió el razonamiento y orgullo en juego.

—Soy una idiota… —se reprochó a sí misma, en su propio criterio, cuando vio su dignidad pisoteada una vez más por no frenar el descontrol que marcó su debilidad obvia…

¿Cómo lanzar la primera piedra? ¿Cómo juzgar?... Si se estaba escudando en su propia fragilidad, en el reflejo de él, de ella, de ambos.

Puede ser, que todo lo hecho, todo lo que quiso darse por ocultar, por engañarse a sí misma, era para victimizarse en aquel secreto de alma o para escapar de su ineptitud inestable.

¿Cómo pudo permitir qué volviera a pasar?

Conocía la respuesta, volver a caer era el amar de olvidar… Un intento de ahogar aquel sentimiento que avergonzaba su orgullo.

Era tan tonta... ¿Cómo pudo ser tan ridícula? ¿Acaso no se tenía amor propio?

—¡Te odio, Sasuke!

Sí, odiaba a esa maldito hijo de puta, y en ese momento más que nunca.

Continuará...

Muchas, pero muchas gracias por sus comentarios, especialmente a Nico, Dizz, Renesme, Greenie, Estanison, Osaki Ivii. ¡Muchas gracias!  Espero que el capítulo les haya gustado tanto como a mí.

Saludos a todos lo que se pasen por acá.




nanase:
omg!!! me pregunto xq no habia seguido este fic antes D: soy mala lectora D:, pero fabuloso ¬¬ aunq ese Sasuke xD a veces lo detesto Lol... pero en fin *0* Grandioso x3....

Saludos!!!!

Greenie:
:O
:O
:O


Mee Fascinoooo!!!
Waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahh, estuvo genial el capitulo!
pero estoy de acuerdo con Sakura, se dejo pisotear por Sasuke, es debil!!
¿que pasara mas adelante?, ¿Sakura podra contra sus sentimientos?
es un fic muy emocionante, me encanta!
espero ansiosa la continuacion!
un Beso...

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