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La herencia del Conde. Cap. 5

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DarkHime:
Saludos.

Esta historia la tomé con los dos primeros capítulos comenzados, pero por X circunstancia, su autora ya no la continuó, así que los dejaré así y a partir del capítulo tres, la historia es mía puesto que la continuaré con mis propias ideas a partir del capítulo tres. La autora me ha cedido los derechos de los dos primeros capítulos xDD

Espero que me salga bien y si no... no importa. Nadie la leerá xDDDD

El protagonista original es rubio, pero lo modificaré y lo pondré pelirrojo... me gustan los pelirrojos y los ojos verdes.

Así pues, les dejo el primer capítulo xDD


Capítulo 1



Las sombras en el bosque se extendían lúgubres y la presencia de algo o alguien lo estremecieron, así que buscó con mirada bien abierta observando todos los ángulos del bosque, pero no vio más que árboles y vegetación de diferente especie, aquella propia de los bosques.

¿Por qué estaba en ese bosque si él recordaba haber llegado a su departamento y después de la rutina de todas las noches, irse a la cama?

La confusión se volvió preocupación cuando notó que estaba en un pequeño claro rodeado de árboles que se alzaban metros arriba, bloqueando cualquier rayo de sol…

¿Sol? ¿Cuál sol?

Al levantar la mirada, pudo ver entre las ramas que no había sol. Tampoco luna. Era aquella hora donde no se sabe si es de día o de noche. Esa hora que en ese momento se le antojó tétrica por la sensación de no saber qué estaba haciendo allí y a la vez sentir que aunque se encontraba solo, no lo estaba.

¿Qué lo acompañaba? ¿Qué? ¿O quien?

No había sonido alguno. Como si el bosque fuera un páramo infértil donde no habitaba nada animado. Ni pájaros, ni otro tipo de animal. Sólo él y… Esa extraña presencia que no sabía identificar.

“Vìctor”

El susurro de su nombre lo hizo dar unos pasos hacia donde creyó escucharlo.

“Víctor”

El susurro se escuchó en otro lado. Se volvió y ahora caminó hacia ese lado, pero un nuevo susurro de su nombre seguido de otro se escuchó ahora en todos lados, como si de un eco se tratara.

Giró sobre sus pies sin saber en donde detener su abierta mirada de ojos verdes.

— ¿Quién es?—preguntó en un grito— ¿Quién me llama? ¡Salga de donde esté! ¡Muéstrese!

El silencio volvió y con él, una neblina repentina inundó el lugar.

Con la neblina vino un frío que caló hasta la última cavidad de su ser. Un frío estremecedor que lo hizo titiritar cuando la blancura de ésta lo envolvió y fue inútil huir de ella porque había llegado para quedarse.

Espesa como nunca antes vio una.

Debía salir de allí, de ese extraño bosque que ya le estaba poniendo los cabellos de punta por la zozobra de no entender nada, así que abriéndose paso en medio de la neblina, buscó una ruta de escape.

Lo espeso de la neblina nubló la claridad de su visión, por lo que un fuerte choque lo detuvo y él se vio impulsado hacia atrás cuando golpeó el tronco de un árbol que no logró ver.

— ¡Maldito árbol!—gritó tocándose el rostro adolorido por el golpe concentrado en esa parte de su cuerpo— ¡Quítate de mi camino!

Bien. Quizás estaba demente. El árbol no se le atravesó. Él fue el torpe por no tener cuidado…

¿El árbol no se le atravesó? ¿Entonces por qué de pronto frente a él no hubo árbol? Alargó los brazos hacia adelante para tocar el tronco, pero no había nada frente a él.

Manoteó en la neblina con la intención de apartarla de su alrededor, por supuesto, el manoteo fue en vano, si bien notó que ésta se había puesto más espesa.

— ¡Con un demonio!—gritó con irritación— ¿Qué está pasando? ¿Dónde estoy?

El silencio fue la respuesta. Volvió a moverse vislumbrando levemente un angosto sendero delante de él y hacia allá se dirigió, pero de pronto, otro impacto cobró un nuevo dolor en su rostro.

— ¡Auch!—exclamó llevándose las manos a la nariz— ¡Maldición! ¡Creo que me la rompí!

Con lágrimas en los ojos miró el maldito árbol enfrente de él. ¿De donde había salido? Retiró la mano y el tibio líquido rojo saltó a su vista cuando la miró.

— ¡Genial!—gritó con irónica exageración— ¡Ahora moriré desangrado!

El sonido de un repentino aleteo sobre su cabeza lo hizo alzar la mirada, estremecido no solo por la frialdad de ese frío siniestro, sino porque ese aleteo propició una ráfaga que logró mover sus rubios cabellos, sin embargo no pudo ver nada. Quizás fuera un ave, no obstante, si hubiera un ave, esta tendría que ser enorme, porque el aleteo fue de unas alas enormes. ¿Existían las aves enormes? Tal vez un águila arpía o quizás un buitre. No podía ser un avestruz porque esas no volaban y no creía que hubiera avestruces en este bosque…

Fue interrumpido de sus cavilaciones cuando el sonido del aleteo fue reemplazado por el fuerte crujir de las ramas de los árboles que comenzaron a ser movidas de manera salvaje. Como cuando un fuerte viento las azota, pero no había ni una ligera brisa, mucho menos viento.

Era más bien como si alguien saltara de árbol en árbol con una velocidad asombrosa, causando algunos desprendimientos de las ramas, las que fueron a caer a su alrededor y no lo supo porque las hubiese visto, ya que la neblina seguía cegándolo, sino por el pesado golpeteo al dar contra el suelo.

Ahora estaba bajo la lluvia de gruesas ramas que caían por doquier y junto con eso, un potente temblor de tierra lo hizo tambalearse.

Ahora sí asustado, corrió hacia donde recordó vislumbrar el sendero, pero se detuvo de repente cuando, disipándose delante de él la neblina un poco, le permitió ver el grupo de árboles que parecieron brotar de la tierra, acomodándose uno al lado de otro para formar un alto muro que le impidió la huída.

El miedo sentido se incrementó. Esto era una pesadilla. Se volvió para alejarse del muro, pero otro grupo de árboles brotó acomodándose también en un muro para detener sus pasos.

— ¡Qué rayos!

Sintiendo cómo su corazón latía acelerado por la impresión y el susto, miró boquiabierto como la neblina comenzaba a levantarse para formar una gruesa capa sobre un poco más arriba de su cabeza y las ramas de los otros árboles que seguían cayendo, se detuvieron allí provocando un sonoro estruendo al chocar contra ella. La neblina formó una especie de techo quedando entre las hileras de árboles.

Ahora también admirado, Víctor levantó la mano para tocar la gruesa nube. Como roca plana la sintió.

— ¡Dios!—murmuró— ¿Qué es esto?

La placa nubosa descendió un poco y Víctor se inclinó con temor. Si esa cosa caía sobre él, lo mataría. Era granito puro.

Caminó por el angosto sendero que los árboles habían formado, sin embargo, las ramas de las dos hileras bajaron entrelazándose para fabricar una red imposible de penetrar.

— ¡No!—exclamó él ya con pánico. Un movimiento arriba lo hizo inclinarse más cuando la placa de granito descendió — ¡Moriré!

Estaba encerrado en una fortaleza. Miró el otro extremo del sendero. Continuaba abierto, así que retrocedió sobre sus pasos y lo hizo inclinado porque su cabeza ya topaba con el techo, el que bajó unos centímetros más.

— ¡Moriré aplastado!—se lamentó impotente mientras apresuraba los pies, esperando angustiado que las ramas le impidieran el paso, pero estas continuaron sin moverse.

“Víctor”

El susurro pronunciando su nombre le llegó desde el extremo del sendero, el cual se le estaba antojando distante pues ya había caminado una buena distancia y parecía no llegar a él.

— ¡Aguarda!—gritó con voz angustiada cuando el techo descendió obligándolo a ponerse a gatas— ¡Ya voy! ¡Aguarda! ¡No caigas sobre mí!

Se desplazó apoyado en sus rodillas y las palmas de sus manos tan rápido como pudo. El sonido espantoso que hizo la placa contra los troncos de los árboles al descender más, lo llenó de pánico, pero lejos de quedarse inmóvil, siguió apresurándose sin importarle el dolor de sus rodillas y manos que caían sobre piedras y pedazos de ramas que se clavaban en su carne.

El sudor pronto lo empapó y la respiración se le aceleró, pero no por el ejercicio, sino por la intensa sensación de que sería aplastado.

La placa cayó otro tanto obligándole de nuevo a cambiar de posición al tirarse estómago y pecho contra piso y arrastrarse así, ahora más lento por la posición.

— ¡Voy a morir!—se dijo lastimosamente— ¡Voy a morir!

“Apresúrate, Víctor”.

El aliento del susurro pareció pasarle sobre el rostro. Sin detenerse, miró delante de él. La poca claridad se había esfumado y la penumbra lo invadía todo, así que no pudo ver más que oscuridad delante de él. La placa cayó rozando su espalda.

No había más que hacer salvo pedir perdón por todo lo malo que hubiese hecho. Moriría. La placa pegó contra su espalda y pudo sentir su peso. La sofocación comenzó a ser horrible…

Logró mover un poco la cabeza que ya tenía sobre el suelo y que la placa aplastaba. La piel de la oreja y mejilla se rasgó cuando se talló contra la placa que había tomado un aspecto áspero, arrancándole un gemido. En cualquier momento terminaría de aplastarlo. Con un gran esfuerzo, manteniendo el cuello arqueado de manera dolorosa, ubicó la mirada hacia ese extremo del sendero que inútilmente trató de alcanzar y aunque no veía más que oscuridad, sabía que de haberlo alcanzado, se hubiera salvado…

Abrió todo lo que pudo la mirada cuando vio surgir de la oscuridad dos pequeños y luminosos puntos rojos que parecieron crecer al acercarse veloces a él.

“¿Qué es eso”?, se preguntó en agonía. Ya no pudo abrir más los ojos porque ya estaban abiertos al máximo cuando supo lo que era.

Los brillantes y rojos ojos llegaron a él y la pronunciación de su nombre ya no fue un susurro, sino una gruesa y hueca voz de ultratumba que habló en su oído:

—Víctor… Ha llegado el tiempo.

La voz de ultratumba se carcajeó y la placa cedió…

— ¡No!—gritó Víctor Reyes sentándose en la cama.

Le dolía todo el cuerpo, la cabeza le punzaba y las lágrimas rodaban por sus mejillas. Con la respiración acelerada, así como el corazón, miró a su alrededor. Su habitación. Estaba en su habitación.

— ¡Dios! ¡Fue una horrible pesadilla!

Se sentó en la orilla de la cama bajando los pies descalzos al piso. Se llevó las manos temblorosas a la cabeza y pasó los dedos por su pelirrojo cabello. Su cabeza estaba bien. Él estaba bien.

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Nos vemos xDD


 

Yemibella:
OMG, genial sisisisisal fin estaba esperando esto
es que lo dejaron a medias y como que eso me molestó  >:( >:(
Pero por favor no te retires, haslo hasta el final
Oh, si que Victor esta a punto de vivir una experiencia unica.

En serio, la que escribio esto es una maestra y una perfecta para esto, lo se y tengo mucho que decirle...¡La admiro como mi maestra Ellie! vaya, si que me agardo mucho esto..
Bueno, espero saber mas asi que anda, cuelga los capitulos
Mucha suerte

Lauriis:
Ufff, que impresionante. Al principio como que no sabia si era una historia fictisia y lo uqe estaba pasando era real, o  er solo una pesadilla. Cuando averigue que era lo segundo, quede con mas intriga!
Los sueños, y mas de este tipo, siempre se producen por algo... que le pasará a Victor? De verdad quiero saber!
Felicitaciones a la escritora, espero la continuacion!

EmptyHeart:
Que pesadilla tan genial porque no sabes de que se trata. ¿Qué clase de historia empieza así? Pero al final supe que era una pesadilla, menos mal. La realidad es peor.

Conti.

Saga:
Interesante, una buena idea comenzar con ese tipo de hitoria.
Debo acmitir que jamas la habia leido. Pero me llema la atencion, asi que tendre que pedir que continues por que la historia promete.
Estoy ansioso por saber como continuara, Victor ¿como será tu futuro?
Tienes que continuarlo pronto! ;)

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