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[+18]-Seducción ¿el día o la noche?-[SasuSaku]

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Sakuramin20:
waaaaaaaaa.... simplemente magnifico, cada vez que leo la ultima parte me duele el corazon, al imaginarme que la quiere olvidar...
waaaaaaaaaaa!!!!

Nos vemos

Sakuramin20 :P

Dresti:
tengo prisaaaa! :(

21.

Su cuerpo tembló con solamente ver donde estaba.

Los recuerdos volvieron a asaltarla y golpearle con fuerza el corazón.

Sasuke gritándole, llamándola zorra y luego marchándose.

De eso habían pasado tres días en los cuales ella no había tenido el valor de asistir a clase.

Pero no podía huir eternamente y allí estaba, de pie, junto a Ino, en frente del enorme edificio de la Universidad.

Ni siquiera sabía de dónde había sacado las fuerzas necesarias para ir allí.

En ese poquísimo tiempo habían pasado tantas cosas...

Gaara estaba ingresado y él y Neji serían juzgados cuando saliese del hospital.

Sasuke le había dado una golpiza brutal, descargando en él todo lo malo que en esos momentos debía sentir hacia ella, de eso estaba segura.

Yoko estaba muy mal, descubrir de la noche a la mañana quién es realmente la persona con la que llevas tanto tiempo saliendo no es fácil y la pelinegra era incapaz de asimilarlo.

Solo había hablado con Sasuke una vez, el día anterior, por teléfono.

Su voz había sido muy fría.

FLASH BACK

Estaba tirada en su cama, lamentándose de sí misma, cuando Ino abrió la puerta con el teléfono en la mano y una mirada seria.

-Es Sasuke-dijo.

El ceño de la pelirosa se contrajo y volvió a enterrar la cara en su almohada.

-No quiero hablar con él-murmuró-no quiero que me siga insultando, aunque me lo merezca.

Ino retiró la almohada de su cara y la miró severamente.

-Solo quiere hablar de las clases y de un trabajo que teníais que hacer juntos-dijo-espabila Sakura no puedes seguir así eternamente.

La pelirosa cogió con desgana el teléfono y contestó, intentando que su voz sonase lo más normal posible.

-¿Si?

-Tenemos que hablar.

La voz de Sasuke sonaba monótona y fría, sin ningún tipo de emoción.

Un sollozo amenazó con escapársele de la boca.

-Tú dirás-contestó.

La línea se quedó un buen rato en silencio y hubiese jurado que Sasuke había colgado de no haberlo oído respirar.

-Tenemos que vernos para hacer el trabajo porque la profesora se ha negado a cambiarme de pareja y si no lo entregamos suspendemos y si suspendo me mandan con los monjes.

-Ya veo, ¿cuándo quieres qué...?

-Mañana en la Universidad ya te diré.

La línea volvió a quedarse en silencio hasta que Sasuke volvió a hablar.

-Esta será la última vez que hablemos aunque por mí ya no volveríamos a vernos nunca.

Tras eso colgó.

FIN DEL FLASH BACK

Y allí estaba ella.

Ino la agarró de un brazo y la zarandeó.

-Sakura, Hinata te está hablando.

Cuando la pelirosa volvió en sí, se dio cuenta de que volvía a estar llorando y que las dos chicas la miraban con desconcierto.

-¿Te encuentras bien, Sakura?-preguntó la ojiperla.

Sakura enfocó su vista en la ojiperla y tras varios segundos asintió.

-Yo solo quería pedir disculpas por lo que os hizo mi primo a ti y a tu...prima...

Hinata lo sabía, estaba claro, Naruto pasaba mucho rato con ella y era obvio que Sasuke se lo había dicho a su amigo y este a la peliazul.

Pero Hinata era demasiado buena como para lastimarla.

-Da igual Hinata, las circunstancias nos ponen a cada uno en su sitio-contestó-me enteré que tu padre sigue sin querer anular el compromiso, lo siento.

-Ya no importa-dijo la ojiperla con una sonrisa-yo también me he dado cuenta de muchas cosas, entre otras, que Sasuke te quiere a ti y que a mí nunca me querrá.

Sakura no contestó.

-Dudo que Sasuke sienta algo por Sakura-dijo Ino.

-Naruto lo conoce, Sasuke está defraudado por el engaño de Sakura, no por el engaño de Kristen, creó que dejó de gustarle Kristen en el momento que ella-dijo señalando a Sakura-dio la cara por él y casi muere y es violada por ayudarle, él creía que Sakura era una buena persona y no se esperaba esto.

-¿Y eso lo dijo Sasuke?-preguntó Ino sorprendida.

-Él no dijo nada, todo esto lo sabe Naruto porque lo conoce tan bien que hasta sabe lo que piensa.

Sakura tenía la cabeza gacha, no quería seguir hablando de ese tema.

-¿Y tú sigues enamorada de él?

-Creo que empiezo a sentir algo por Naruto-susurró sonrojada-pero aún es pronto para saberlo.

-Me alegro por ti.

Y realmente lo hacía, Hinata era buena persona.

-¡Hinata-chan!

La voz del rubio atravesó toda la calle.

Se acercaba a ellas corriendo hasta que vio la escena que tenía delante.

Era obvio que se encontraba incómodo con ella adelante pero lejos de lo que pensaba en la mirada de Naruto no había ni rastro del más mínimo rencor.

-Siento lo que ha pasado Sakura-chan, no está bien lo que hiciste pero yo creo que no lo has hecho por mal-dijo al ver la cara de la ojijade.

No tuvo tiempo de contestar porque en ese momento apareció ante ellos un deportivo azul eléctrico del cual bajaron Sasuke e Itachi.

El pelinegro se quedó parado al verla allí, con la cara ojerosa, mojada y los ojos hinchados.

Otra vez era Sakura, otra vez demostrándole que la confianza era algo efímero.

No lo miró a la cara ni un solo instante, es más él prefería que no lo hiciese, a pesar de todo no le gustaba verla llorar.

Por su lado pasó Itachi que se dirigió directamente a la pelirosa.

-Siento mucho todo lo que ha pasado con mi hermano, es carente de tacto-dijo mientras que con galantería le besaba la mano.

Sakura se quedó descolocada.

El pelinegro lo fulminó con la mirada, ¿era posible que su hermano lo estuviese vendiendo? sucio traidor, en mal momento se le pasó por la cabeza contárselo todo.

-No...Él no...-intentó decir ella.

En el momento que fue hablar levantó los ojos hacia Sasuke pero en seguida los bajó, dándose cuenta de que aquello solo sería un error.

-Siento no haber podido llegar antes cuando pasó lo de Gaara, espero que el castigo que le impongan sea gordo-continuó Itachi con su sesión de galantería-cuando tengas que ir a declarar puedo acompañarte para que no te sientas sola.

Le irritaba, su hermano le irritaba, seguía con la mano de la pelirosa agarrada con la suya.

¿Por qué Sakura no decía nada? claro, porque ella era así, le gustaba engatusar a los hombres, ¿pero eso a él que le importaba? había vuelto a ser el mismo Sasuke de siempre, el de antes de que llegase Kristen Drave y Sakura Haruno a su vida, ella ya no significaba nada.

-----------

-Señor Uchiha, Señorita Haruno, espero que tengan una excusa convincente para decirme por qué no tienen hecho el trabajo-dijo la profesora.

Los dos chicos se encontraban en frente al escritorio de esta.

Sasuke sin prestar mucha atención y Sakura avergonzada y con la cabeza gacha.

-¿Y bien? ¿No dicen nada?

-Pasaron muchas cosas profesora, no tuvimos tiempo-se disculpó ella.

-Bien, les doy una oportunidad, solo una, ¿me oyen? quiero el trabajo mañana encima de mi mesa, ¿entendido?

-Si.

-¿Uchiha?

-Hmp.

-Entonces, ya pueden volver a sus sitios.

Antes de llegar a sus sitios Sasuke le tendió una nota sin siquiera mirarla ni decirle nada.

''A las cuatro en mi casa, sin disfraces''

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Cuatro en punto, ni un minuto más ni un minuto menos.

La puerta se abrió y por ella apareció Mair, que la miró extrañada.

-¿Quién es usted?

Sakura iba vestida como Kristen.

-Soy Sakura, Mair.

La sirvienta la miró de arriba a abajo sorprendida y luego le cedió el paso.

-El señorito Sasuke está...

-Arriba, lo sé.

Estaba nerviosísima y sentía que en cualquier momento se desmayaría pero aún así subió las escaleras con decisión.

Ni siquiera llamó antes de abrir la puerta.

Sasuke la esperaba sentado en su escritorio.

La escrutó con la mirada.

-Dijiste que viniera sin disfraces.

-Creí que Kristen era el disfraz-contestó él.

Ella también lo creía, pero no solo las circunstancias habían cambiado, ella también lo había hecho.

Y se dio cuenta que era así como realmente era ella, tuvo que pasar aquello con Sasuke para darse cuenta.

-Será mejor que acabemos cuanto antes-dijo.

No quería estar demasiado tiempo con él, no, porque si no se derrumbaría y volvería a llorar rogándole que la perdonase y él volvería a rechazarla.

Se pusieron manos a la obra.

Durante dos horas intercambiaron parcas palabras con relación al trabajo y evitaron cualquier tipo de contacto.

Aún así los ojos de cada uno volaban hacia el otro cuando este no miraba.

Sasuke apretó los dientes con fuerza al descubrirse por quinta vez mirándola.

Sakura llevaba unos pitillos beige con una camiseta de tirantes blanca y ceñida al cuerpo, el largo pelo rosa le caía liso y en cascada por toda la espalda.

Las gafas enormes habían sido sustituidas, no por las lentillas que llevaba siendo Kristen, sino por unas gafas modernas de diseño con las patillas negras.

Su respiración se aceleró, ansiaba tocarla, besarla y hacer la suya allí, en el piso de su cuarto.

Pero aquello no era más que otra treta de ella, quería seducirlo y volverlo a atrapar en sus redes, pero eso no pasaría.

Ahora comprendía mejor aquella extraña ambigüedad de sentimientos, quererlas o desearlas, o lo que fuese, a ambas, todo era porque se trataba de una misma persona.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la melodía de un móvil, el de la pelirosa.

-Lo siento-se disculpó.

Se levantó de la silla y contestó.

No sabía quién la llamaba pero en ese momento le montaría una estatua, no soportaba tan incómoda situación con el pelinegro.

Pero su sorpresa fue grande al escuchar la voz de su madre al otro lado del aparato.

Sus padres no eran de los que la llamaban, es más casi nunca tenían tiempo de hacerlo.

-¡Sakura!-gritó-¿estás bien cariño? Ino me acaba de contar todo, he llamado lo antes posible, ¿quién es ese desgraciado que te ha hecho daño?

Sakura se puso roja como un tomate, era plenamente consciente de que con los gritos de su madre el pelinegro lo había escuchado todo.

Si, mataría a Ino, pero eso quedaba para después.

-Tranquilízate mamá y dime que es lo que quieres.

-Si, verás cariño, oh pobrecita, tu padre y yo hemos decidido que debes irte de la ciudad por unos meses hasta que te olvides de ese chico, es lo mejor.

-¿Decidir? soy mayor de edad.

-Vendrás con nosotros a Hawái, queremos estar contigo hija, solo serán unos meses, te hará bien.

¿Estar con ella? nunca tuvieron tiempo para estar con ella, no era que no la quisiesen, pero cuando era pequeña casi nunca habían estado con ella.

Aún así...

Ella lo sabía, su madre tenía razón.

-¿Y cuánto tiempo me quedaré con vosotros? en vuestro calendario la expresión ''unos meses'' no se ajusta muy exactamente a la realidad.

El pelinegro observaba silencioso.

¿De qué hablaba la pelirosa? ¿A caso se iba a ir? y en tal caso, ¿a él que le importaba?

Pero si, le importaba, la parte de él que quería mantener enterrada gritaba porque ella se quedase, pero otra vez esa parte fue enterrada.

Sus ojos volvieron a bajar por toda ella.

Una diosa, un ángel, con alma de demonio, ¿cómo había logrado engatusarlo desde el primer minuto en que la vio? la respuesta era simple, ella era una diosa, una diosa hermosa e inalcanzable y al mismo tiempo traicionera y mentirosa.

Quería levantarse y deslizar sus manos por todo su cuerpo, acariciarla, besarla, rozarla, escucharla gemir su nombre como tantas otras veces, pero esta vez como Sakura, ansiaba a aquella que lo había defendido incluso con más fuerza que a su otra personalidad, pero claro, haberle defendido también había sido una mentira, pero aún así la deseaba más que a nada.

Pero aquello solo significaría volver a caer en el juego.

-Está bien, saldré en el vuelo de mañana noche-dijo ella devolviéndolo a la realidad-si mamá, nos vemos, yo también te quiero.

Colgó el teléfono y Sasuke tuvo el tiempo justo para girarse.

-Así que te vas-dijo secamente cuando ella volvió a su sitio.

-Si, medio año con mis padres a Hawái-contesté ella en el mismo tono.

-Genial.

-Si, así ya no te molestaré ¿verdad?-dijo dolida.

Le irritaba, le irritaba que ella se hiciese la víctima cuando no lo era.

-Pues no, de hecho nunca deberías haber venido.

La pelirosa se levantó de golpe, con los ojos vidriosos.

-¡Lo siento! ¿Vale? ¡Sé que soy una falsa pero tú tampoco eres mejor!

Esta vez fue él el que se levantó, furioso.

-¿Y según tú qué cosa mala hice yo para ser falso?

-¡No entender nada! ¡No entender a nadie porque solo te preocupas de ti mismo!-gritó-¿alguna vez te has parado a pensar cómo me sentía yo cada vez que me llamabas fea? ¡Solo tenía miedo, no te dije nada porque tú odiabas a Sakura! ¡Si me callaba al menos tendría la esperanza de que Kristen si pudiese estar contigo porque yo te quiero! ¡Porque nunca creí que te enamorarías de mí hasta que lo hiciste! ¡Y entonces me di cuenta de que no podía seguir mintiendo!

Sasuke fue incapaz de articular palabra.

-Siempre he andado de una ciudad para otra por el trabajo de mis padres, nunca he tenido amigos, mis padres siempre estaban fuera de casa, en partidos y yo rodaba de una casa a otra, siempre estuve sola y nadie preguntaba por mí, porque ¿a quién le importaba cómo se sintiese una niña rica? ¡Siempre he tenido que estar sola y nunca, nunca podía quejarme! ¿Y sabes por qué? porque cuando volvía del colegio me encontraba con una casa vacía, ¡sé que fui egoísta! ¡Lo sé! pero no me puedes culpar que quisiera aferrarme a ti, porque te quiero.

La cara de la pelirosa estaba surcada de lágrimas y lo miraba directamente a los ojos, con unos jades que helaban el corazón de lo tristes que eran.

Sakura recogió sus cosas.

-Pero ya no te molestaré, me iré medio año y cuando vuelva ya me habré olvidado de ti, adiós Sasuke, suerte en tu casamiento.

Y se fue, cerrando de un portazo la puerta del cuarto y la del corazón del pelinegro.

Ahora al fin había encontrado el motivo de por qué ella era diferente a las demás pero ya era demasiado tarde, para él y para ella.

Se habían hecho daño mutuamente y aquello era irreparable porque él no podía creerla, aunque quisiera no podía.

Y ahora ella tampoco se fiaba de él.

Los dos eran igual de tontos, igual de imperfectos.

Esa era la realidad, se había enamorado de ella porque cada vez que, sobretodo antes, la había mirado a los ojos fue como verse a sí mismo reflejado en un espejo.

22.

-¿De verdad piensas qué es lo mejor?-preguntó Yoko mirando a la pelirosa.

Ambas estaban sentadas en una de las mesas vip de la discoteca de Ino y que esta les había guardado.

Las luces eran escasas en el local pero bastaba para ver lo destrozadas que estaban anímicamente cualquiera de las dos.

Sakura bebió un sorbo de su bebida y se colocó las gafas, que habían resbalado hasta la punta de su nariz a causa de las lágrimas que habían bañado su cara.

-No puedo mirarlo a la cara-dijo-es todo culpa mía, y sin embargo, cada vez que lo veo e intento pedirle disculpas se alza un muro entre los dos, ¿cómo puedo ni siquiera tener la cara de pedirle que me perdone después de todo lo que he hecho?

-Porque le quieres-contestó la pelinegra-aunque créeme que a él también lo comprendo, aunque claro, tú estás lejos de ser como Gaara.

Sakura la miró con comprensión, era la primera vez que Yoko salía de casa después de lo sucedido.

Vio como la pelinegra enterraba la cara en sus manos y empezaba a temblar de nuevo, signo de que estaba llorando.

Estiró una mano hacia ella y la apoyó en su hombro en señal de apoyo.

-Tú podrás seguir adelante porque nada de esto es culpa tuya, aprovecha-dijo la pelirosa-yo nunca más volveré a tener el valor de mirar a Sasuke, me he comportado incluso peor que Gaara.

-No lo entiendes-murmuró Yoko-no sé si seré que capaz de confiar en otro chico, además mañana tendré que irme de casa de Sasuke.

-¿Y eso?-preguntó la pelirosa con los ojos abiertos de par en par.

-Sasuke no tardó nada en averiguar que yo conocía tu secreto y que te ayudé, me gritó cosas horribles y si no llega a ser por Itachi en ese momento me hecha de casa, nunca lo había visto tan mal.

FLASH BACK

Estaba revisando unos diseños de moda que había estado dibujando cuando la puerta del cuarto se abrió de un fuerte portazo.

Al mirar se quedó estática al ver a Sasuke parado en la puerta.

Estaba furioso y la miraba lleno de ira.

-¡¿Hasta cuando iba a durar el juego, Yoko?!

-¿De qué me hablas?

En verdad ella ni siquiera llegaba a adivinar lo que había pasado.

-Sakura y tú os divertisteis mucho riéndoos de mí, ¿te resultó divertido hacerte amiga mía para después joderme?

¿Amiga? ¿Había dicho amiga? Sasuke nunca diría eso con referente a una mujer que le había dado calabazas anteriormente, realmente tendría que estar furioso para decir aquello, pero lo que ahora importaba es que el pelinegro lo sabía todo.

-¿Quién te lo ha dicho?-preguntó.

-Te vieron en la discoteca hablando con ella Yoko-dijo él-y Mair me ha dicho que has llamado a casa de Sakura, hasta Yonehara me contó que te habías hecho amiga de Kristen.

Yoko apretó los puños, le había hecho prometer a su hermana que no dijese nada pero la muy traidora la había vendido, debía acostumbrarse, aquello pasaba a menudo.

-Sasuke, déjame que te explique...

-¡Te vas ahora mismo de esta casa!-gritó él mientras empezaba a tirar las cosas de su armario en el suelo-¡no te quiero ver!

La pelinegra se acercó hacia él y lo agarró del hombro.

-Sasuke, escúchame...

-¡No voy a hacerlo! ¡Las mujeres solo sabéis mentir! ¡No quiero escucharte! ¡Quiero que te largues ya!

La cogió por el brazo y la sacó del cuarto.

-¿Qué pasa aquí?-preguntó Itachi saliendo del cuarto-¿qué significa esto Sasuke?

El pelinegro taladró con la mirada a su hermano mayor.

Otro sucio traidor.

-No te metas Itachi, Yoko se va fuera de casa y punto.

-Me meto porque estás agrediendo a una mujer, ¿quieres controlarte por favor?

Sasuke suspiró varias veces y luego la soltó.

-Yoko, vete al cuarto de tu hermana yo tengo que hablar con Sasuke.

La pelinegra solo miró una vez más a Sasuke antes de irse, aquellos ojos estaban llenos de decepción.

FIN DEL FLASH BACK

Sakura agachó la cabeza, todo aquello era su culpa, era su maldita culpa, había hecho tan daño a los demás...

-Sino te importa me iré hoy contigo a coger un vuelo hacia Estados Unidos, no es que quiera volver con mi padre pero necesito un cambio de aires.

La pelirosa se la quedó mirando y una idea cruzó por su cabeza.

-¿Y qué tal si te vienes conmigo a Hawái?

Yoko abrió los ojos de sorpresa.

En verdad que le costaba creer que Sakura le estuviese ofreciendo aquello, nunca nadie lo había hecho, de hecho la pelirosa y su hermana Yonehara eran lo más cercano a una verdadera amiga que había tenido, ya que todas las demás se arrimaban a ella por la conveniencia.

-Mis padres estarán ocupados y yo estaré sola casi todo el tiempo, puedes venir, claro solo si tú quieres...

-¡Por supuesto! gracias Sakura-dijo abrazando a la ojijade.

El vuelo de Sakura salía a las 12 de la noche, era un vuelo de última hora, por lo que aún tenían dos horas hasta que saliese el avión.

-Espero no interrumpir-dijo una voz detrás de ellas.

Ambas se separaron quedando en frente a Itachi, que las miraba con una sonrisa.

El Uchiha mayor hacía tanto honor a la faceta de seductores que se habían ganado los Uchiha como su hermano menor.

A sus casi 23 años Itachi era un hombre que hacía suspirar y girarse a todas las mujeres cada vez que él pasaba.

Llevaba puestos unos vaqueros, una camiseta blanca ceñida, tal vez de manga corta, que le marcaba los músculos y una americana negra.

-Itachi, ¿cómo tú por aquí?-preguntó Yoko sorprendida.

Según le había contado la pelinegra, Itachi solía frecuentar los locales de alto estandin, era el típico galán de guante blanco que se dedicaba a conquistar a las mujeres haciéndoles regalos caros y cumplidos, muy diferente a la manera directa y simple de Sasuke.

Aunque viéndolo así no hacían falta muchos regalos para quedar prendada de él.

El Uchiha tomó asiento con ellas y encargó a una de las camareras un Martini.

-¿Cómo te fue con Sasuke?-preguntó Yoko.

Sakura clavó de inmediato la mirada en él, Itachi también la miraba, muy intensamente.

-Cuesta creer que seas tú Sakura-dijo-no me extraña que mi hermano se haya prendado de ti, eres una mujer muy linda.

La cara de la ojijade alcanzó el más intenso de los carmesís, ante la mirada pícara del Uchiha mayor.

Itachi sonrió, sabía que lo que aquella chica había hecho con su hermano no estaba bien, pero él, que sabía el trato horrible que solía tener Sasuke con las mujeres no le dio importancia, Sasuke también engañaba y con fines peores así que un poco de su medicina no le venía mal para espabilar.

Y de todos modos, no hay mal que por bien no venga, si Sasuke ya no la quería él pasaría a la acción, si le atraía Sakura con su forma reservada de antes ver a la mujer que tenía ante sus ojos le hacía desear más conquistarla y tenerla para él.

-Itachi-insistió Yoko.

Volvió a la realidad fijando su vista en un punto entre las dos chicas.

-Más o menos, ya conocéis a mi hermano, se dedicó a llamarme traidor y cosas que no repetiré, después se calmó más y empezó a decir no sé que de que todas eran como Mikoto-su tono se tensó al pronunciar ese nombre-y después me echó de su cuarto sin darme opción a decir nada.

Itachi suspiró.

-Lo peor está sucediendo ahora-continuó el pelinegro-no me preguntes como pero mi padre se ha enterado y los he dejado tirándose los trastos, si siguen así, Sasuke acabará fuera de casa.

Sakura se levantó del asiento con los ojos llorosos.

-No permitiré que eso pase, es culpa mía y debo...

Itachi también se levantó y la agarró del brazo.

-No vayas, no sabes lo misógino que llega a ser mi padre, si te ve allí en este momento...hasta Yonehara y yo preferimos marcharnos hasta que las cosas se calmen.

-Pero...-insistió ella.

Itachi sonrió de medio lado.

-Mejor hagamos una cosa, nos quedamos aquí y os invito a tomar algo, a diferencia de Sasuke yo si sé como tratar a las mujeres.

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-¡¿Cómo has podido ser tan imbécil y ser engañado por una mujer?!-exclamó Fugaku fuera de si-¡no aprendes Sasuke, así no somos los Uchiha!

Sasuke estaba delante de él, bufando de la rabia, le daba igual que el que tenía delante fuese su padre, nadie le hablaba de esa manera.

-Te lo dije Sasuke-dijo su padre con una sonrisa arrogante-si te dejas engañar por las mujeres acabarás mal, y además, por una fea que...

La furia invadió a Sasuke, el tono despectivo que usó su padre y la forma en que se reía lo encendió.

-¡No hables así de ella!-exclamó.

Su padre lo miró sorprendido.

Para cuando él se dio cuenta de lo que había dicho ya era demasiado tarde, mierda, ¿es qué ya no podía caer más bajo?

-¿Qué has dicho Sasuke? no te habrás enamorado de esa, ¿verdad?

-Hmp.

-Eres patético Sasuke, patético.

Sasuke no podía más y estalló.

-¡Y lo dices tú! ¡A ti que tu mujer te ha estafado y se ha largado con su amante y con mitad de tu dinero! ¡Tú si que eres un fracaso de Uchiha!

Fugaku le cruzó la cara de un tortazo.

-¡A mí me respetas que soy tu padre!

Sasuke no se disculpó, solo se limitó a fulminarlo con la mirada.

-¡Y ahora te vas a tu cuarto que no quiero verte delante! ¡Largo!

Pero en vez de ir a su cuarto el pelinegro cogió una cazadora y salió a la calle.

-¡Y que sepas que te casarás con Yonehara quieras o no!-escuchó que le gritaba Fugaku desde dentro.

Que dijese lo que le diese la gana, pero a él nadie le decía como tenía que vivir su vida.

Realmente aquella semana estaba siendo la más horrible de su vida y ese día no resultaba mucho mejor.

Sabía por Naruto que Sakura se iría en avión hacia Hawái a las doce de la noche.

No debía importarle, pero aún así todo el día de hoy lo había pasado pensando en ella, torturándose una y otra vez al saberla lejos por tanto tiempo.

-¡Mierda!-masculló.

Su padre tenía razón, era un imbécil por seguir pensando en ella, pero no podía evitarlo.

Ella...lo que le había dicho, así se sentía él la mayoría de las veces al llegar a su hogar y encontrarse con una casa vacía.

Y entonces apareció, con su melena rosada y sonriéndole, y luego con su gorra y su forma de entenderlo en silencio.

¿Por qué las cosas habían sido así?

La odiaba por hacerle sentirse así, la odiaba porque se había reído de él y la odiaba por haber roto el único lazo de confianza que había establecido en tanto tiempo.

Más aún así deseaba sentirla entre sus brazos, rozar sus labios, besar su cuello, oler el aroma de su pelo, contemplarse en esos ojos verdes mientras la hacía suya.

El deseo era tan fuerte que lo estaba volviendo loco, necesitaba verla.

Entonces lo decidió, iría al aeropuerto.

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-Te echaré de menos Sakura-dijo Ino abrazándose a su amiga.

Sakura correspondió al abrazo con igual intensidad, echaría mucho de menos a su amiga.

-Bueno, ya nos veremos feíta, aunque ya no sé si llamarte así-dijo Sai con una sonrisa y abrazándola-eres injusta, me dejas solo con Ino sabiendo como es.

-Sai, cariño, te he oído-murmuró la pelirubia.

Sakura sonrió.

Yoko se encontraba a su lado despidiéndose de Itachi, el único que había aparecido, pues Yonehara no se había dignado a despedirse de su hermana y, como suponía, no había ni rastro de Sasuke.

Pero solo ella podía ser tan ilusa al esperar que él apareciese por allí.

Itachi acabó de despedirse de Yoko y se aceró a ella.

-Un placer conocerte Itachi-dijo ella extendiendo su mano.

Pero lejos de estrechársela, lo que hizo el pelinegro fue abrazarla y darle un beso en la frente, dejando a todos descolocados, y a la que más, la pobre Sakura.

-Em...Hinata y Naruto llamaron para desearos buen viaje-dijo Ino intentando volver a la normalidad-no pudieron venir por eso dejaron recado por teléfono.

-E-está bien...-murmuró la pelirosa, aún colorada.

En ese momento se escuchó el mensaje que indicaba que su vuelo estaba a punto de salir, Yoko y ella volvieron a despedirse y luego se dirigieron hacia su terminal.

-Cuando volvamos, seremos completamente diferentes-dijo la pelinegra.

Sakura no estaba tan segura, cada paso que la acercaba más al avión le decía que por mucho tiempo que pasase y por muy lejos que estuviese nada cambiaría lo que ella sentía.

Antes de entrar en el avión se giró por última vez para contemplar lo que dejaba atrás y justo cuando la azafata la mandó entrar creyó ver en la distancia a alguien de pelo negro que la miraba desde el cristal.

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Después de dos horas de intensa caminata había llegado al aeropuerto pero no podía permitirse ni un leve respiro pues dentro de cinco minutos salía el vuelo de Sakura y no sabía por que terminal.

Corrió de un lado a otro, desesperado, hasta que a lo lejos le pareció ver a Ino.

Se acercó un poco, sin dejarse ver, y, efectivamente, allí estaban.

Ino, su novio, Yoko, Sakura e Itachi.

-¿Qué coño hace él aquí?-preguntó fastidiado.

En ese momento Sakura dijo algo y le tendió la mano a su hermano mayor.

Sasuke se quedó observando y casi ruge de rabia al ver que Itachi la abrazaba y le daba un beso en la frente y ella por encima no le decía nada, incluso parecía estar agradecida.

El odio empezó a crecer, imbécil, era un imbécil por haber ido a buscarla, un auténtico estúpido.

Anunciaron la salida del vuelo de las chicas, porque por lo que veía, al parecer Yoko también se iba, y las dos se volvieron a despedir antes de marcharse.

Las siguió de lejos, hasta quedarse parado frente al cristal de la terminal, viendo como ella se alejaba, con el pelo flotando al viento y justo antes de entrar al avión se giró y sus ojos se encontraron por última vez.

Un adiós que solo sería un hasta pronto pero que para él significaba el adiós definitivo.

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Llevaban ya media hora de vuelo y Yoko se había quedado dormida.

Pero ella era incapaz, eran tantas cosas que le venían a la cabeza...

Cogió su MP4 del equipaje de mano y lo encendió, necesitaba música para relajarse.

(Desde cuando - Alejandro Sanz)



Ya no duele porque al fin ya te encontré,
Hoy te miro y siento mil cosas a la vez,
Mira si busqué, mira si busqué,
Tengo tanto que aprender,
Todo lo que tengo es tu mirar.


Una lágrima recorrió su rostro, desde hacía mucho había soñado con conocerlo, con conocer a la persona con la que pudiese ser feliz, él le hacía sentir tantas cosas...pero lo había estropeado todo, como siempre, ella acababa por estropear todas las cosas y lo poco que se había ido ganando de él lo había perdido, por el miedo a decir la verdad y perderlo, ahora lo había perdido por mentir, ya no podía aspirar a estar con él, porque el perdón era muy caro y ella sabía que nunca podría alcanzar el precio del de Sasuke.


De mis recuerdos, salen brisas a bordar,
Las locuras que tú me quieras regalar,
Y mira si busqué, mira si busqué,
Tengo tanto para dar,
Reconozco puertas que yo sé,
Se abren solamente una vez,
Así de poco.



Cerró los ojos y dejó que su mente vagase por los recuerdos, los recuerdos bonitos que guardaba de él y que los unían en un pasado, había querido recibir tanto que no se había parado a pensar que también debería haber entregado parte de su alma, darle todo el amor que quería darle al pelinegro y que él supiese que ella no lo abandonaría, pero solo había tenido una oportunidad y no la había aprovechado, la había dejado pasar.



Desde cuando te estaré esperando,
Desde cuando estoy buscando,
Tu mirada en el firmamento, estás temblando,
Te he buscado en un millón de auroras,
Y ninguna me enamora como tú sabes.
Y me he dado cuenta ahora,
Puede parecer atrevimiento,
Pero es puro sentimiento.
Dime por favor tu nombre.



Las lágrimas cayeron pesadamente y con ellas llevándose el dolor, ella que siempre había buscado el cariño y la atención de una persona, que había querido encontrar a alguien que la comprendiese y que estuviese a su lado, ella se había comportado igual que aquellos a los que tachaba de injustos, es más, ella había sido peor, ahora se daba cuenta, ahora cuando el daño estaba hecho.

-Sasuke...-susurró.



Yo te llevo por las calles a correr,
Vamos lejos más allá de lo que crees.
Y si pregunto bien, si pregunto mal,
Tengo tanto que ofrecer,
Abro puertas que alguien me cerró,
Y no busco más sentido a mi dolor.
Mira no me vuelvas loco.



Sasuke caminaba de regreso a casa, ya nada peor podía suceder ese día, Sakura e Itachi, la partida de la pelirosa, su padre...

Quería entender, entender porque ella significaba tanto, entender de verdad y así lograr comprender porque había sido incapaz de darse cuenta de lo que pasaba.

Había caído en su propio tabú, engancharse a una mujer, darle más de lo que ella se merecía obtener de él, porque luego así le pagaba, con su hermano.

Estaba cansado, ya no buscaría más razones, haría lo propio, intentar no volverse loco pensando en ella.



Desde cuando te estaré esperando,
Desde cuando estoy buscando,
Tu mirada en el firmamento, va temblando.
Te he buscado en un millón de auroras,
Y ninguna me enamora como tú sabes.
Y me he dado cuenta ahora,
Puede parecer atrevimiento,
Pero es puro sentimiento,
Dime por favor tu nombre.



Sakura, Sakura, Sakura.

Pero una y mil veces ese maldito nombre volvía a atrapar su mente.

La primera impresión que se llevó al verla, como se habían conocido, sus besos, sus caricias, las clases juntos, cuando ella lo salvó y él también a ella...

Todo volvía a atormentarlo en un lento flash back.



No me vuelvas loco.
Desde cuando te estaré esperando,
Desde cuando estoy buscando,
Tu mirada en el firmamento, va temblando.
Te he buscado en un millón de auroras,
Y ninguna me enamora como tú sabes.
Y al final cuando te encuentro,
Estabas sola.



Por encima de su cabeza escuchó el sonido de los aviones que llegaban y salían de aeropuerto.

Era un hecho, Sakura se había ido.

23.

-¡Que calor hace aquí!-exclamó Yoko mientras se bajaban del avión.

La pelinegra había sacado su abanico del bolso y lo agitaba fuertemente delante de su cara.

Sakura solo se limitó a hacer visera con su mano, en un intento de encontrar a sus padres en medio de semejante multitud; era como si todo Japón hubiese escogido Hawái como destino de vacaciones.

Se obligó a si misma a entrar en las frescas sombras de la terminal, seguida de cerca por Yoko.

Un termómetro a su izquierda marcaba la insoportable cifre de 35º

El calor abrasador pegaba su pelo a la frente y hacía que las gafas se le cubriesen de un molesto vaho que apenas si la dejaba ver.

-¿Y tus padres son capaces de soportar esto todos los días del año?

Sakura ignoró el comentario de su amiga y se sentó en uno de los bancos a esperar a que sus padres apareciesen.

Comprobó el móvil por si tenía alguna llamada de ellos pero la única llamada perdida registrada era la de Ino.

Iba a llamarla pero en ese instante recordó que estaría en clase.

''No otra vez no'' pensó mientras se llevaba una mano a la cabeza.

Cada vez que su mente recordaba algo de Konoha sus pensamientos solo volaban en una dirección, Sasuke.

Yoko se sentó a su lado, también con el móvil en la mano.

-Mi hermana se ha dejado el oído en el teléfono de tanto llamar-dijo.

Sakura lo sabía, antes de quedarse dormida había escuchado sonar el móvil de Yoko y la había despertado para avisarle, pero esta al ver que era su hermana la que llamaba lo dejó sonar, diciendo que pasaría bastante tiempo antes de que ella y Yonehara volviesen a tener una relación de hermanas normal.

-Joder, espero que estos meses lejos de Japón sirvan para algo-susurró la pelinegra.

Sakura sonrió con desgana, antes de subirse al avión aún había albergado esperanzas de que el calor y la distancia la ayudasen a superar las cosas, pero ahora esa determinación se había esfumado de un plumazo.

Chasqueó la lengua ante el rumbo incorregible en que sus pensamientos se empeñaban a llevarla.

El objetivo de ese viaje era disfrutar y olvidar todo lo demás y así debía ser.

-¡Sakura!

El grito de su madre lo inundó todo.

Giró la cabeza y la encontró corriendo hacia ella con su padre detrás.

Como era costumbre ambos iban vestidos con sus ropas de tenis, llamando la atención de todo el mundo.

-¿Esos son tus padres?-preguntó Yoko con una gotita al estilo anime-no te ofendas pero creo que alguien te cambió al nacer.

Los dos adultos realmente se comportaban como si nadie estuviese observando sus extravagancias.

Incluso daba la sensación de que el hecho de saludar a su hija a lo lejos a pleno grito y alzando una raqueta con la mano fuese el tradicional saludo que hace todo el mundo cuando se ve por la calle.

-Eso mismo pienso yo desde que llegué al mundo-murmuró la pelirosa.

Los padres de Sakura no tardaron en abrirse paso entre la multitud y llegar hasta ella.

-¡Oh cariño! realmente estás cambiada-dijo su madre abrazándola y luego echándole un completo visual-me gustas más así.

Sakura le sonrió a su madre, seguía tal cual como la había visto el año anterior.

El pelo castaño ondulado le cubría los hombros y sus ojos verdes jade seguían siendo tan risueños como siempre. Unos centímetros más bajita que ella su madre podía pasar perfectamente por su hermana mayor, parecía como si el tiempo no pasase por ella.

Un segundo después se encontró envuelta en los brazos de su padre, quien la alzó del suelo para vergüenza de ella.

-Papá, no puedo respirar-jadeó.

El hombre la soltó y la contempló con una sonrisa.

El padre de Sakura era alto y de constitución fuerte, de modo que ella y su madre parecían muñecas al lado de él, tenía el pelo de un extraño rubio pajizo y que dejaba largo hasta la oreja.

Sakura se giró para mirar a Yoko, la pobre estaba aterrorizada, aunque no se extrañó, sus padres solían producir ese efecto.

-Papá, mamá, ella es mi amiga Yoko, la chica de la que os hablé.

-Encantada, soy Stella Haruno y él es mi marido, Izumo Haruno.

-Un...gusto-dijo ella.

-Y bien, cuando queráis os llevamos a ver nuestro humilde hogar.

-¿Humilde?-rezongó la pelirosa-mamá, cada vez que utilizas la palabra humilde para referirte a alguna de tus casas me encuentro como mínimo con una mansión que hace por cinco campos de golf juntos.

Yoko la miró incrédula mientras Stella sonreía.

-Que más da, sé que te gustará.

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-¡Abre la puerta Sasuke!-gritó Fugaku desde el interior.

El pelinegro cerró los ojos, por él como si quería tirar la casa a gritos, no pensaba abrir y menos para atender asuntos relacionados con su futuro compromiso con Yonehara.

Él solo quería a una persona, aunque se tratase de la mayor mentirosa del mundo, estaba convencido de que en la vida se dejaría llevar por su rencor como para cometer la estupidez de casarse con la mujer más imbécil del mundo.

Antes prefería casarse con la insoportable de Yoko, ella por lo menos sabía hilar una palabra con otra y hacer una frase con sentido, aunque solo fuese para insultarlo.

Pero bueno, ella también era otra mentirosa.

Se llevó una mano a la cara, ¿qué pasaba con el mundo? todas las mujeres que alguna vez había sido importantes para él lo traicionaban.

-Venga Sasuke, haz caso a papá.

Su cara se encendió de cólera al escuchar la voz de Itachi fuera.

-¡Lárgate de aquí Itachi! ¡No quiero ver tu jodida cara nunca más!

El hecho de haber visto ayer a su hermano con Sakura en el aeropuerto lo había hundido aún más y estaba plenamente convencido de que si Itachi ponía un pie en su cuarto en ese momento no saldría de allí vivo.

-¡Basta de tanta tontería Sasuke! ¡La familia Olsson está aquí y después de que echarás a Yoko no pienso tolerar ni una falta de respeto más hacia ellos en mi casa!

El pelinegro abrió la puerta de su cuarto y fulminó a los dos con la mirada.

Si no quería que lo humillase en su casa entonces sabía lo que tenía que hacer.

Bajó las escaleras como una centella y entró en el vestíbulo donde Yonehara y su padre lo esperaban.

El hombre alto y rubio desprendía nacionalidad americana mirase por donde lo mirase y lo miraba por encima del hombro, gesto que enfureció más al pelinegro.

-Sígame-farfulló Sasuke.

El pelinegro se dirigió hacia la puerta de la calle y la abrió, Yonehara y su padre salieron al exterior sin comprender.

-No tengo intención de casarme con una estúpida que no sabe que dos más dos son cuatro y mucho menos emparentarme con una familia de viles mentirosos y arrastrados-dijo cerrándoles la puerta en las narices.

Al girarse quedó frente a frente con su padre e Itachi.

Su hermano sonreía divertido, su padre estaba rojo de furia.

Fugaku se adelantó un paso y le cruzó la cara de un tortazo.

-Te vas inmediatamente de esta casa, estoy cansado de ti, no quiero verte nunca más.

Sasuke lo fulminó con la mirada.

-Cualquier ratonera es mejor que este nido de víboras-rezongó mientras subía a su cuarto a recoger sus cosas.

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Ya era de noche y Sakura estaba sentada en la cama de su nueva habitación.

Como había adivinado la definición de humilde en su madre quedaba tan lejos de la realidad como las pirámides de Egipto de la Torre de Tokio.

La casa era inmensa y habían necesitado dos horas para verla toda y más aún para que ella consiguiese memorizar donde estaba cada uno de los cuartos, el baño y la cocina.

Su habitación también era grande y espaciosa, tenía dos escritorios, un ordenador fijo y otra portátil, una televisión de plasma y todos los lujos que se pudiese imaginar.

También había una puerta grande de cristal que daba a una amplia terraza descubierta.

Pero lo que realmente le gustaba era la cama, era grande, caliente y suave.

Después de ponerse un ligero camisón beige se acostó y quedó acurrucada entre las finas sábanas.

Su mirada inmediatamente se posó en la pulsera que tenía en la muñeca. La pulsera de Sasuke.

Una punzada le atravesó el corazón y una fina lágrima escapó de sus ojos.

¿Pensaría él en ella? ¿O ya la habría olvidado en esas pocas horas?

Se rio de si misma interiormente, viajaba para olvidar a Sasuke y había sido incapaz de tirar aquella pulsera que le recordaba tanto a él.

Cerró los ojos y la apretó fuerte contra su corazón, dolía tan allí que solamente algo que tuviese relación con el pelinegro lograría calmarla.

-Estúpida-se dijo sin poder evitar que las lágrimas apareciesen.

¿A quién pretendía engañar? no podría hacerlo, era demasiado débil.

Poco a poco, fue quedándose dormida.

24.

Sasuke se despertó cuando el despertador sonó por tercera vez, se giró lentamente para apagarlo cuando su brazo topó con algo blando bajo las sábanas.
El bulto se movió y bajo él apareció una mujer peliroja.
-Buenos días Sasukito-lo saludó con un beso en la boca.
El pelinegro estaba desconcertado, ¿qué hacía ella metida en su cama?
Entonces fue consciente del dolor de cabeza que tenía y lo sucedido la noche anterior lo traspasó con fuerza.
Su padre lo había echado de casa hacía seis meses y él se vio obligado a pedirle a Ino que le dejase trabajar en su discoteca como portero, con eso se pagaba el alquiler de un apartamento más o menos decente en el centro de la ciudad.
La noche anterior, después de salir del trabajo, se había tomado unas copas y después se había liado con Karin, por eso ella estaba en su cama.
Suspiró irritado mientras se llevaba una mano a la frente y escuchaba a Karin hablar sin parar, haciendo que la cabeza le doliese más aún.
-Lárgate Karin-murmuró.
-Pero Sasukito...-dijo ella pasándole una mano por los hombros.
-¡Que te largues ya!-exclamó furioso.
La peliroja no dudó en obedecer, se vistió y poco después Sasuke oyó como se cerraba la puerta de la calle.
Entonces él se levantó y se metió a la ducha dejando que el agua lo tranquilizase.
Esos seis meses habían sido los peores de su vida, adiós al niño rico y hola a la vida real.
Antes con un solo chasquido de dedos tenía todo lo que quería, ahora apenas llegaba a fin de mes.
Continuaba en la Universidad porque había conseguido una beca ya que su sueldo apenas le alcanzaba para pagar el alquiles y sus necesidades personales.
Pero lo peor de todo era el hecho de sentirse anulado sentimentalmente, antes se liaba con chicas todos los días, ahora lo hacía pocas veces y bajo los efectos del alcohol.
Dio un puñetazo en la pared. Todo aquello solo era culpa de ella, por entrar en su vida y negarse a salir de ella.
Seis meses sin verla y aún así era incapaz de arrancársela de la cabeza, esa maldita mujer se aferraba a su mente con uñas y dientes, atormentándolo día y noche.
Aquello, y el hecho de haberlo engañado con su hermano, debía ser suficiente para odiarla, pero no, él era un idiota que seguía suspirando por ella.
-Maldita Sakura-susurró entre dientes.
Seguro que ella estaba tan tranquila tomando el sol en Hawái sin siquiera acordarse de él.
Acabó de ducharse y secarse. Se vistió y fue a la pequeña cocina a prepararse un desayuno. Debía dar gracias a Ino y a Hinata por enseñarle las tareas de la casa.
La rubia se había sentido mal por él y lo había ayudado al igual que Naruto y Hinata.
Ahora por lo menos tenía alguna idea de cocina y de cómo poner una lavadora.
Dejó la taza en el fregadero y luego cogió la mochila y salió a la calle.
Aunque tenía una resaca del quince se negaba a quedarse en casa lamentándose de sí mismo.
Por lo menos en la Universidad encontraba algo de paz.
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-¡Vamos a llegar tarde!-exclamó la pelirosa.
-¡Es culpa de tu madre, fue ella la que dijo que empezaríamos hoy!
La madre de la pelirosa se había equivocado y había avisado a la Universidad de que empezarían las clases hoy en vez de mañana.
-¿Y qué hacemos con el equipaje?-preguntó Yoko.
-Lo mandaremos directo al hotel, ahora no tenemos tiempo para más-contestó la pelirosa.
Se veían obligadas a ir a un hotel porque Ino ya no vivía en el apartamento de antes ya que se había ido a vivir con Sai y no tenían sitio libre para ellas y Yonehara había regresado a su casa después de romper su compromiso con Sasuke.
Suspiró cuando el pelinegro volvió a ocupar su mente. El viaje resultó un fracaso, lejos de olvidarse de él cada vez sentía más necesidad de verlo.
Hasta en un intento de arrancárselo de la cabeza le había prohibido a Ino hablarle de él, solo sabía lo del compromiso porque Yoko se lo había dicho.
Dejaron las maletas en el aeropuerto que se encargaría de mandarlas al hotel y ellas cogieron un taxi.
-¿Y qué vas a hacer?-preguntó Yoko.
-¿A qué te refieres?-preguntó inocentemente.
La pelinegra rodó los ojos.
-Vamos Sakura, tú sabes a quién verás en la Universidad.
Sakura suspiró y cerró los ojos.
-Ya no soy la antigua Sakura, si él quiere hablarme bien, sino tendré que vivir con ella, no me voy a arrastrar ni perder la dignidad-contestó.
Pero aquello solo lo sentía de boca para afuera ya que ella misma sabía que cuando lo tuviese delante toda su seguridad se vendría abajo, siempre pasaba lo mismo.
-¿Y tú que vas a hacer?-cambió de tema.
-Oh, buscarme a un chico guapo, basta ya de lamentarse por el estúpido de Gaara, necesito recuperar mi vida.
-Creí que habías recuperado tu vida con ese rollito de verano que te echaste en Hawái.
-Michael solo era un amigo y aunque fuese algo más lo nuestro no habría funcionado en la distancia, además a él le gustabas tú, no sé cómo te negaste a intimar con él.
Sakura le lanzó una mirada significativa.
Yoko alzó las manos.
-Está bien, es tu vida pero así nunca olvidarás a Sasuke.
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Sasuke llegó a la Universidad en el mismo instante que Karin bajaba de un coche y se le tiraba encima.
-¿Sigues enfadado amor?-preguntó mientras intentaba besarlo.
El pelinegro se la sacudió de encima de un manotazo.
-No molestes Karin, no estoy de humor.
Ella sonrió.
-Bueno yo podía hacer algo para animarte, tú ya sabes...
Sasuke la miró de arriba a abajo, Karin era hermosa pero de esa manera grosera que distaba mucho de la belleza angelical de...
-¡Largo ya Karin, no te lo vuelvo a repetir!
Ella le lanzó una mirada ofendida y luego se marchó al interior de la Universidad.
Desde que la peliroja se había apuntado a la Universidad no le dejaba en paz, era insoportable.
Caminó por el patio en busca de Naruto y Hinata y los encontró besuqueándose en uno de los rincones.
Desde que se habían confesado su amor mutuo no se separaban nunca, Sasuke se ponía enfermo cada vez que estaba delante de ellos.
Como último recurso buscó a Ino.
La encontró sentada en una de las escaleras con un libro enorme abierto en su regazo, se sentó al lado de ella en silencio.
Era curioso que se acabase haciendo amigo de ella dado su relación anterior pero ella lo había ayudado y él apreciaba ese gesto.
Sasuke miró lo que estaba leyendo cuando ella frunció el ceño.
Era el libro de cuentas de la discoteca.
-¿Pasa algo?-le preguntó.
-Técnicamente no, la clientela ha aumentado-contestó.
-¿Entonces cual es el problema?
Ino alzó la vista del libro y lo miró.
-El problema es eso mismo, ganamos mucho dinero pero no como para montar dos salas VIP más, Dios mío, esto de ser empresario es la mar de complicado.
Sasuke sonrió de medio lado.
-¿Y bien?-preguntó Ino-¿debe preocuparme el hecho de que ayer te largases con Karin?
Sasuke volvió a ponerse serio.
-Hmp, eso es problema mío no te metas.
Ella se encogió de hombros.
-Entrando en ese tema, no es problema mío, pero tu hermano Itachi acaba de llegar ahora mismo.
Sasuke se dio inmediatamente la vuelta para ver como su hermano mayor se bajaba de su coche y lo miraba directamente.
El cuerpo se le llenó de ira de golpe, desde el día que se había ido de casa no había vuelto a saber nada de su familia y le iba muy bien así.
Se puso de pie en el mismo instante que Itachi estaba a dos pasos de él.
Ambos se midieron durante un buen rato con la mirada mientras Ino se despedía para dejarlos solos.
-¿A qué has venido?-preguntó Sasuke con un tono envenenado.
-Tiempo sin verte hermanito, ahora ya no te pasas por casa, ¿ya te has olvidado de tu familia? deben ser costumbres que se heredan ya que Mikoto hizo lo mismo.
Sasuke estalló en furia pero se controló, no le daría el placer de descontrolarse a ese imbécil.
-Hace tiempo que deje de tener familia y si, las costumbres se heredan, saliste igual de traidor que ella.
Itachi sonrió de medio lado.
-¿Solo porque yo si tengo el valor de coger lo que quiero?
Sasuke no comprendió a que se refería con aquellas palabras.
-Di lo que quieres y lárgate.
-En realidad no vine a verte a ti, sino a Sakura.
El pelinegro alzó una ceja.
-Entonces te equivocas de sitio, esto no es un aeropuerto.
Itachi volvió a sonreír ante el carácter de su hermano pequeño.
-No me he equivocado, Sakura llega hoy a Konoha y empieza la Universidad.
La cara de Sasuke se quedó congelada, ¿qué estaba diciendo?
-Vaya, parece que tu amiga Ino no te ha dicho nada, bueno date por enterado-continuó-ya nos veremos ototo, ahora tengo cosas importantes que atender.
Sasuke ni siquiera se inmutó cuando su hermano lo dejó solo, solamente un minuto después reaccionó y fue a buscar a Ino.
-¿Es verdad que Sakura vuelve hoy?-dijo agarrándola por el brazo cuando la encontró.
Ino tragó grueso cuando vio lo enfadado que estaba.
-¿No te lo dije? se me debió olvidar, pero si es cierto.
Sasuke maldijo por lo bajo y empezó a alejarse de la chica.
-¿A dónde vas Sasuke? la clase empieza ahora.
Al diablo la clase, él no estaba de humor para aguantar a nadie.
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La pelirosa iba mirando el paisaje por la ventanilla mientras que cada vez que estaban más cerca de la Universidad los nervios aumentaban la angustia que sentía en la boca del estómago.
No se sentía capaz, a pesar de seis meses fuera de Konoha estaba segura de que aún era muy pronto para volver y encontrarse con todo lo que había dejado.
Pero ella era una persona nueva tanto físicamente como espiritualmente y se debía a sí misma el derecho de recuperar su vida aunque Sasuke no estuviese incluido en ella.
-¿No te alegra el volver después de tanto tiempo?-preguntó Yoko-sé que es difícil pero yo extrañaba esto.
-Yo también-contestó.
Yoko guardó silencio mientras observaba a su amiga, Sakura miraba abstraída por la ventana con ojos tristes.
Sabía que no había olvidado a Sasuke ni un poquito y que iba a ser muy duro volver a verlo para ella.
Muchas noches habían llorado juntas en su cuarto, ya que a ella también le había costado lo suyo superar lo de Gaara.
Es imbécil se había reído de ella de la peor manera, cruel y dañina.
Cuando el edificio de la Universidad se veía a lo lejos el cuerpo de la pelirosa se encogió y sus ojos verdes la miraron con angustia.
-No puedo hacerlo Yoko-murmuró.
La pelinegra le agarró la mano y le sonrió.
-Sé que puedes, eres una persona fuerte Sakura y yo estaré a tu lado, ¿vale?
La pelirosa tomó aire y asintió.
El taxi las dejó delante de la Universidad.
-¡Sakura!
Ino se abalanzó sobre ella llamando la atención de todos-
-Qué guapa estás, oh Dios te cortaste el pelo, te queda genial amiga-empezó a hablar en un batiburrillo-no sabes cuánto te eché de menos.
Sakura sonrió y la abrazó fuerte, había extrañado mucho a su amiga y sus locuras.
Luego Ino saludó cariñosamente a Yoko.
-Tengo tantas cosas que contaros-dijo emocionada-en estos seis meses esto ha cambiado mucho.
Antes de que Ino continuase apareció Itachi, quién primera saludó a Yoko y luego abrazó a Sakura inesperadamente.
-Hola florecilla-le dijo-has cambiado.
-Ho-hola-saludó ella.
-Hmp.
Aquella expresión...el corazón de Sakura se congeló mientras se mantenía abrazada a Itachi al no atreverse a dar la cara a la persona que acababa de llegar.
Sasuke observaba la escena, furioso.
Tal y como la última vez los veía a los dos abrazados.
Itachi se separó de la pelirosa con una media sonrisa mientras ella se giraba hacia él lentamente.
Se quedó impactado, el cambio era sorprendente, no quedaba ni rastro de aquella Sakura que vestía la ropa de su abuela.
Delante de él había una mujer vestida con unos shorts vaqueros y una camiseta de tirantes verde caqui que se ceñía a su voluptuoso cuerpo, parecía más alta pero solo se debía a las sandalias negras de tacón que llevaba calzadas y que hacían juego con la gorra negra que llevaba y con sus gafas de montura fina.
El pelo que antes le llegaba hasta media espalda ahora apenas si le rozaba los hombros mientras lo llevaba recogido en dos pequeñas coletas.
Después de esa revisión sus ojos se clavaron en los verdes de ella con frialdad.
Sakura tragó grueso, al igual que ella todo era diferente en él.
Lejos de lo que acostumbraba Sasuke había cambiado su ropa de marca por unos vaqueros desgastados, una camiseta blanca de manga corta con motivos negros y unas bambas.
Él también se había cortado un poco el pelo y en el brazo derecho, dejándose entrever bajo la camiseta, pudo ver un tatuaje de forma indescifrable.
La miraba fríamente y su cara estaba contorsionada por el enfado, se notaba a leguas que su llegada no le era grata.
Todos estaban en absoluto silencio hasta que ella se adelantó y le dio dos besos al pelinegro, dejándolo estupefacto.
-Hola Sasuke-susurró.
-Hmp-contestó él desviando la mirada.
Todavía seguía siendo un imbécil por comportarse así.
Se apartó de ella y entró en clase, dejándola con la cabeza gacha.
-Hay cosas que no han cambiado-susurró la pelirosa.
-Bueno no te desanimes Sakura-dijo Ino-cuando acaben las clases os llevaré a comer por ahí y cuando llegue la noche iremos de fiesta a la discoteca, cambió bastante desde que os fuisteis.
-No es mala idea-dijo Yoko.
Sakura asintió.
En ese momento sonó la campana y las chicas se despidieron de Itachi y entraron en la Universidad.
Más tarde Yoko se separó de ellas dos ya que no daba las mismas clases.
Ino sonrió mientras Sakura caminaba delante de ella.
No sabía si aquello estaba bien, pero las cosas debían ser como estaba destinado.
No por algo había ''olvidado'' decirle a Sasuke que Sakura llegaba hoy y a esta decirle quién era el nuevo portero de su discoteca.

Greenie:
Hola!
Dresti-chan!
te quedo espectacularsisimo!
espero con muchisimas ansias!
me encanto la llegada de Sakura, todo, todito, todo!
un Beso y me has dejado muy intrigada como siempre!
Muaa!! :)

Greenie:
QUIEROOO CONTIII :S

Dresti:
hii!! aki traigo la contii, spero k os guste, nos vemos^^

25.

-Realmente te eché de menos-dijo Ino mientras entraban al McDonalls que había cerca de la Universidad.
-Yo también Ino-dijo la pelirosa con una sonrisa.
Sakura estaba realmente feliz de haber vuelto a ver a su amiga, las dos hablaron mucho por teléfono, al menos una vez cada dos días, pero eso no era suficiente ya que siempre habían sido inseparables.
-Qué pena que Yoko no haya podido venir-continuó su amiga-se lo habría pasado bien.
-Bueno la llamó su padre, es comprensible que quiera verla después de medio año fuera aunque no creo que a Yoko le haga mucha gracia encontrarse con Yonehara todavía.
Ino sonrió al ver la cara que puso Sakura mientras nombraba a la gemela de su amiga.
-Es mejor que cojamos mesa mientras esperamos-sugirió la rubia.
Sakura se paró en seco.
-¿Esperar a quién?
Conociendo a Ino su amiga era muy capaz de invitar a quién menos deseaba ver en ese momento.
-Tranquila, solo vendrán Sai, Naruto y Hinata.
La pelirosa suspiró aliviada y luego sonrió, le apetecía mucho ver al resto de sus amigos.
-¿Y cómo has conseguido traer a Naruto a un McDonalls?-preguntó-él solo rinde culto al ramen.
Recordaba cuando Naruto iba a la discoteca y le decía a Ino que tenía que poner tapas de ramen.
Ino se limitaba a ponerle mala cara y decirle que entonces aquello sería una taberna y no una discoteca.
-¿Y cómo te van las cosas con la disco? ¿Al final harás las ampliaciones en la zona VIP?
La rubia se sentó mientras suspiraba.
-No sé que voy a hacer, nos va bien económicamente pero el precio de los albañiles y del nuevo mobiliario es realmente de escándalo, pero si no hacemos ampliaciones no cogerán los tantos clientes que vienen ahora.
Sakura se echó a reír al descubrir la nueva faceta de Ino, su amiga siempre había sido alocada y despreocupada, verla así era realmente chocante.
-Sí, ríete lo que quieras porque es realmente agobiante, ya te dije que poco después de que te marchases intentaron robarnos y ahora he tenido que contratar dos guardias de seguridad y dos porteros, uno para cada puerta del local.
Sakura se puso seria al recordar el incidente que le contó Ino dos semanas después de haberse ido.
-Lo importante es que no os pasó nada malo.
-¡Hola chicas!
Sakura se giró al escuchar la voz de Sai para luego lanzarse a los brazos de su amigo.
-Hei, hei, todavía es mi novio-reclamó la rubia divertida.
-Hola feíta-la saludó él con el mote cariñoso que le había puesto desde que la había conocido-realmente has cambiado, ¿ya te encuentras mejor?
-Si-contestó separándose de él-veo que tú sigues igual.
-Si bueno, Ino aún no ha acabado conmigo.
La rubia lo fulminó con la mirada.
Justo cuando Sai estaba sentándose apareció Hinata y ella y la pelirosa se fundieron en un gran abrazo.
-Cuantas ganas de verte amiga-dijo la ojijade-¿y dónde está Naruto?
-Aparcando el coche, vendrá ahora.
Ni bien lo dijo, el rubio entró en el local con una enorme sonrisa.
Sakura se vio envuelta en los brazos de su amigo y alzada por los aires.
-Aish Sakura-chan no debías haberte marchado la nueva camarera no es tan buena como tú-le dijo volviéndola al suelo.
-Lleva todos estos meses quejándose de ella-dijo Ino.
-Como si tú no lo hicieses, ¿a caso no la ibas a despedir esta semana por quejas de los clientes?-refunfuñó el rubio.
-Ah sí, de eso tengo que hablar con Sakura, chicos, ¿por qué no sois caballeros y vais a comprar la comida? ensalada para mí.
-Para nosostras lo mismo-dijeron Sakura y Hinata.
Sai y Naruto se fueron refunfuñando cosas sobre la tiranía de Ino mientras Hinata y Sakura se sentaban junto a la rubia.
-Y bien Sakura, ¿quieres recuperar tu trabajo? realmente la chica nueva es un desastre y ahora que volviste pensé que podría interesante.
Los ojos de Sakura se iluminaron de emoción, a ese trabajo le debía tantas cosas...solo podía decirle que sí a su amiga.
Una sonrisa sospechosa apareció en la cara de Ino cuando aceptó sin reservas.
-Bien, entonces entrarás pasado mañana-se limitó a comentar y luego cambió de tema-¿y cómo van los preparativos de la boda, Hinata?
-Perfectamente-contestó la ojiperla-ahora que ya ha pasado todo lo de mi primo todo va súper rápido y creo que para dentro de un mes estará todo listo.
-Aún no me puedo creer que Naruto y tú os hayáis enamorado y os vayáis a casar, sois tan jóvenes...
-Eso mismo pienso yo, pero mi padre y Minato-san están decididos a que sea lo más pronto posible y a ver quién le quita la ilusión a mi madre y a Kushina-san, parece que son ellas las que se casan.
-Pero bueno al menos nosotros nos casamos con amor-dijo el rubio mientras él y Sai dejaban la comida en la mesa-sino mira a...
Ino le dio semejante codazo que el rubio se inclinó hacia delante y se manchó la camiseta con el kétchup de su hamburguesa.
-¡Ino, eres una bruta!-exclamó.
-Y tú un estúpido bocazas-reclamó la rubia-¿nadie te dio lecciones de tacto? lo siento por ti Hinata, te vas a casar con un tremendo bobo.
Sakura apreció el gesto de su amiga pero no podía pasarse toda la vida ignorando el hecho de que Sasuke estaba muy presente y más aún cuando lo vería todos los días.
-Déjalo estar Ino, no me molesta.
Todos se quedaron callados mientras la miraban, ella se limitó a ignorar las miradas de pena y empezó a comer su hamburguesa.
-¿Y al final cómo va lo de tu primo Hinata?-preguntó Sai.
La rubia bufó, ¿es qué nadie pensaba tener un poco de tacto con Sakura al menos el día en que llegaba de vuelta?
-Em...pues lo encerrarán un año por acoso e intento de violación.
Sakura dejó su hamburguesa y la miró.
-¿Violación?
-Verás Sakura-chan...cuando le tomaron declaración al teme, él contó lo que te sucedió a ti con ellos y que Gaara había intentado violarte otra vez.
El corazón de Sakura se encogió, ella no le había pedido eso, es más ella ni siquiera había mencionado en su declaración lo del primer intento de violación, en cambio él... ¿por qué había hecho eso por ella?
-Sois un auténtico fracaso cuando intentáis cambiar de tema-murmuró Ino-espero que esta noche vayáis a la discoteca en otro plan sino juro que os hecho.
Se echaron a reír, todos menos Sakura.
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Sasuke salió lo más rápido posible de la Universidad, no quería encontrarse con nadie y mucho menos con Sakura, ¿por qué demonios había regresado ya? le haría las cosas más fáciles si se hubiese quedado para siempre en Hawái, pero no, tenía que regresar como si nada hubiese pasado y darle dos besos como si nunca se hubiesen enfadado.
Inconscientemente se llevó una mano a la mejilla recordando el suave tacto de los labios de ella.
Pero lo más frustrante era que la desgraciada de ella todavía lo desestabilizaba y lo había dejado sin defensas cuando le había hablado con esa cantarina voz.
Eso solo le pasaba a él por involucrarse con una mujer, ¿es qué a caso no había aprendido la lección? él más que nadie sabía que las mujeres solo actuaban por interés propio, cosa que siempre pasaba a su alrededor, ahora que no tenía donde caerse muerto por lo menos tenía la esperanza de que dejasen de arrimarse a él por su dinero.
Evitó regresar por el camino de las piscinas ya que cabía la posibilidad de que ella fuese por allí y no sabía hasta que límites podía llegar su paciencia.
Realmente se había levantado con el pie izquierdo, ojalá toda esa mierda de día se acabase ya.
Empezó a caminar por las transitadas calles de la ciudad hacia su apartamento que no quedaba lejos. Iba tan ensimismado en sí mismo que no se dio cuenta de la persona que lo esperaba en el portal.
Se quedó parado en mitad de la calle cuando vio a su madre esperando en el portal de donde él vivía. La furia lo dominó cuando vio con que mirada extraña observaba ella su casa desde fuera, ¿qué hacía ella allí? ¿Es qué no tendría ni un descanso ese maldito día?
-¿Qué haces tú aquí?-le espetó cuando estuvo al lado de ella-creo que te dije que no te acercaras a mi nunca más.
Mikoto dio un respingo cuando escuchó la voz de su hijo.
Sasuke realmente se veía irreconocible fuera de sus ropas de chico rico más aún así un aura de responsabilidad y madurez lo rodeaba, eso la tranquilizó.
-Acabo de enterarme que te echaron de casa, tu padre no debió hacer eso Sasuke no sin antes garantizar tu seguridad.
El pelinegro apretó los dientes.
-Sé cuidar de mí mismo y además tú no eres la más indicada para hablar de que mi padre me ha dejado, él por lo menos esperó hasta la mayoría de edad.
Eso hirió profundamente a Mikoto, sus hijos la detestaban por haberse ido con el hombre que ella amaba, pero que podía hacer, ¿decirles lo que Fugaku le había hecho? ella no podía hacer esas cosas, ya era doloroso para ellos saber cuan egoísta había sido ella como para enterarse también de que su padre no era lo que parecía, al menos a ellos los había criado.
-Yo... quise hablar contigo cuando sucedió lo de las fotos, lo siento tanto, yo no quería que tú e Itachi...
Sasuke rió con ganas.
-Vamos, a ti te importa muy poco lo que nos pase, así que ahórrate el royito de madre buena porque no te queda, mejor vete con tu noviecito que ya te estará echando de menos.
Mikoto siguió aguantando todo el desprecio de Sasuke, era lógico que él pensase eso y no lo iba a detener mientras se estaba desahogando.
-Los policías me dijeron que habías salvado a una chica cuando quisieron violarla, eso me puso feliz, estoy orgullosa de ti Sasuke, esa chica te lo agradecerá por el resto de su vida.
Sasuke alzó las cejas, esa chica lo único que había hecho fue engañarlo, igual que ella.
-No tengo tiempo para ti, ni siquiera sé a qué has venido.
Mikoto asintió agachando la cabeza.
-Debes estar ocupado, solo quería que supieras que si necesitas algo esta es mi dirección.
La pelinegra le tendió una tarjeta que él estuvo a punto de negar más aún así la cogió.
-Claro Mikoto, seguro que tú me ayudarás-dijo sarcásticamente mientras le retiraba la cara y se concentraba en abrir la puerta de su casa.
Mikoto lo miró mientras una lágrima salió de sus ojos, su pobre niño tenía que estar solo ya tan joven, si al menos ella pudiese sanar un poco de ese dolor que él tenía, pero Sasuke no le dejaría, la echaría y la despreciaría.
-Te quiero mucho cariño, no lo olvides.
Sasuke no se dio la vuelta mientras escuchaba aquellas palabras, tal vez antes se las hubiese creído, pero ahora no.
Se giró levemente solo para ver como aquella hermosa mujer de vaqueros y camiseta de tirantes se alejaba de él, dejándolo solo, tal y como había hecho cuando era pequeño. Sin saber por qué aquello lo llenó de tristeza.
--------
Sakura bajó del taxi cuando este la dejó en frente de la discoteca Daikiri. La puerta de entrada estaba abarrotada de gente, el público había aumentado con creces desde la última vez que había estado allí.
Pagó al taxista y cruzó la acera poniéndose a la cola.
-Ay, merece la pena venir aquí aunque solo sea por el portero, ¿has visto lo lindo que es?-dijo la chica que estaba delante.
La pelirosa suspiró y sonrió, adolescentes que se emocionaban con solo ver un poco de músculo, había un montón de esas en la discoteca, seguro que el portero solamente era un chico normal con buena ropa, esa zona no destacaba precisamente por sus habitantes modelo.
La cola siguió avanzando y cada vez las chicas se emocionaban más. Sakura iba a hacer un comentario sobre las hormonas descontroladas cuando ella misma vio quién era el portero que tanto alababan.
En ese momento hubiese necesitado un mecanismo de aguante para volver su mandíbula inferior a su sitio, aquello era absolutamente impresionante. Se obligó a sí misma a pellizcarse para asegurarse de que lo que veía no era un sueño.
Sasuke era el portero.
Y no mentían cuando decían que era lindo, vamos ella lo sabía de sobra, pero es que en ese momento Sasuke lo estaba más que nunca.
Llevaba unos pantalones grises de tiro bajo con una cadenita de plata y unos deportivos del mismo color. Su perfecto torso quedaba cubierto por una camiseta negra de tirantes anchos y una calavera blanca en el centro, que dejaba al descubierto el tatuaje del brazo que ahora identificó con un extraño símbolo celta.
El pelo, que normalmente estaba desordenado, estaba ordenadamente desordenado con gomina, y ahora que no le tapaba las orejas pudo ver un arete de plata en una de ellas, y a pesar de que aún era noche llevaba puestas unas gafas de sol.
Su pulso se aceleró sobre manera mientras el pelinegro recogía las entradas y revisaba los DNI de la gente antes de dejarlos entrar, estaba apoyado contra la pared en una actitud indiferente que lo hacía ver realmente sexy.
Oh Dios mío, como no apartase la mirada de él la tomarían por una loca babeante.
Con paso decidido se acercó a la entrada sin mirarle y fue a entrar al pensar que él no la detendría cuando el brazo del pelinegro se interpuso en su camino.
-Entrada y DNI-dijo en tono monótono y sin siquiera mirarla.
Sakura lo miró estupefacta.
-Sabes quién soy y que tengo diecinueve años así que déjame entrar.
-¿Ah sí? ¿Y cómo puedo estar yo seguro de eso?-preguntó-no sé nada de ti.
¿Qué demonios pasaba con Sasuke? ¿Qué pretendía haciendo aquello?
-No digas tonterías Sasuke, Dios dime que esto no es idea de Ino-suplicó-claro seguro que todo esto lo ha planeado ella, es imposible que tú trabajes aquí.
Sasuke la miró confundido.
-¿Ino?
-¡Ya basta de juegos Sasuke déjame entrar para que la mate!-dijo abalanzándose hacia la entrada.
Los brazos de él la rodearon y la echaron hacia atrás chocando contra él.
¿Qué se supone que hacía? ¿Por qué no la dejaba entra y ya? la respuesta era clara, quería fastidiarla pero aquello que decía lo dejaba desconcertado.
Un calambre los recorrió a ambos ante el contacto y estuvieron quietos hasta que ella reaccionó.
-Suéltame, Ino me las pagará, ella sabe lo mal que me fue-empezó a gritar y forcejear-seguro que planeaba hacerme una broma, por eso insistió tanto en que viniera esta noche.
Sasuke se quedó de piedra, claro, por eso la rubia había insistido en que hoy llegase antes de lo acostumbrado.
Dominado por su propio enfado soltó a la pelirosa y entró antes que ella en la discoteca.
Iba a tener unas cuantas palabras con la rubia.

26.

Sakura entró detrás de Sasuke en la discoteca.

¿Cómo Ino había sido capaz de hacerle algo semejante? ella sabía perfectamente cuanto había sufrido intentando olvidar a Sasuke y ahora le salía con esto, no sabía si sería capaz de perdonárselo.

Clavó los ojos en la espalda de Sasuke, quién se movía como una fiera salvaje entre la marea de gente. Seguía sin entender que hacía allí el pelinegro.

Cuando llegaron al despacho de Ino, Sai salía de él.

-¿Qué hacéis aquí?-preguntó extrañado.

-Hmp, ¿dónde está Ino?-preguntó Sasuke.

-No esta, hace como quince minutos que se fue a buscar a Sakura al hotel-contestó.

-¿A mí?-preguntó la pelirosa-¿por qué?

-Dijo que había hecho una cosa horrible y que debía ir a buscarte antes de que vinieses aquí-continuó-¿ahora me puedes explicar qué haces aquí en vez de estar atendiendo la puerta, Sasuke?

Sakura sabía que debía intervenir, el pelinegro no era del tipo que daba explicaciones a la gente y no era justo que se llevase una bronca por algo de lo que él no tenía culpa.

-Fue culpa mía Sai, como Ino dijo que esto estaba muy cambiado no estaba segura de si el despacho seguía en el mismo sitio-dijo.

Sasuke la miró sorprendido, ¿por qué mentía por él? una extraña sensación de calidez lo invadió.

Sai se encogió de hombros.

-De todas formas iba a buscarte Sasuke, Ino dijo que sería mejor que esta noche no aparecieses por la discoteca, que te daba el día libro, porque no has tenido ninguno desde que entraste a trabajar aquí-contestó Sai-pienso igual que ella así que puedes irte para casa, pero la próxima vez avisa cuando vayas a dejar la puerta sola.

Dicho esto se fue dejándolos solos.

Una sensación de incomodad los invadió.

-Nadie te mando defenderme-dijo medio enfadado empezando a marcharse hacia la puerta de servicio.

Sakura se quedó estupefacta mientras lo veía alejarse, ¿estaba enfadado por qué lo había defendido?

Echó a andar detrás de él y lo alcanzó cuando Sasuke salía a la calle por la puerta de servicio.

-Te ayudé porque me parecía injusto que te regañaran por algo que en parte es culpa mía-dijo mientras caminaba tras él por la acera.

Sasuke se giró hacia ella.

-No quiero nada de ti-escupió-ni siquiera sé a que has vuelto, ¿a joderme la vida? pues no lo conseguirás.

A Sakura le dolieron aquellas palabras, así que él aún no la había perdonado.

-¿Qué debo hacer para que me perdones?-preguntó con los ojos a punto de estallar en llamas.

-Hmp-dijo él reanudando su camino.

Sakura no pudo más y fue corriendo hasta él para plantarse delante del pelinegro.

-¡Eres muy injusto, Sasuke!

Él estalló en ira.

-¿Injusto? ¿Tú crees que yo soy injusto? no tienes ni idea de hasta que punto me has jodido la vida, ¿debió ser muy gracioso cuando te enteraste, no?

La pelirosa se quedó confundida.

-¿De qué me hablas?

Sasuke sonrió irónicamente.

-Gracias a ti mi padre me ha echado de casa y no quiere saber nada de mí, estarás contenta, ya has conseguido lo que querías.

La ojijade se quedó en blanco.

-Yo... yo no lo sabía...

Él la apartó del camino con un manotazo.

-No mientas, sé que Ino te dijo que mi padre me hecho de casa por lo de Yonehara y por eso estoy trabajando en la discoteca.

-¡Pues estás muy equivocado! ¡Ino no me dijo nada! ¿Sabes por qué? ¡Porque yo le pedí que nunca me hablase de ti!

El pelinegro no dijo nada.

-¡Todos estos seis meses he estado haciendo el esfuerzo de olvidarme de ti, pero era completamente imposible!-continuó-¡daba igual cuantos chicos hubiese conocido, porque ninguno ha logrado que me olvidase de ti!

Sakura lloraba a mares mientras mantenía su mirada fija en la de él, ella mentía, tenía que estar mintiéndole.

-Daba igual lo que hiciese-continuó en un susurró-fue muy duro porque sabía que nunca me perdonaría, ¿qué podía hacer yo? nada, nada, ¡nada!

Sasuke era in capaz de reaccionar al ver como ella lloraba y se desahogaba con él, así mismo se había sentido él en todo ese tiempo, daba igual lo que hiciese o lo que intentase hacer porque no se la daba arrancado de la mente.

-Te vi, en el aeropuerto con mi hermano-dijo fríamente-os abrazasteis.

-¿Fuiste al aeropuerto?-preguntó sorprendida.

Genial, la había cagado, ¿pero qué necesidad tenía de quedarse allí hablando con ella?

Sakura lo agarró de la camiseta cuando él intento marcharse.

-Yo no sé lo que has visto Sasuke, pero yo me despedí de tu hermano igual que lo hice con el resto de mis amigos, yo no tengo nada con Itachi.

No supo por qué, pero en ese momento la creyó, tal vez era que ya no aguantaba más, que todo se le venía encima, que ya estaba cansado de tanta mierda que la creyó.

Sakura apoyó la frente contra la espalda de él y lloró, lloró hasta que le picaron los ojos.

Él por su parte no hizo nada, ¿por qué Sakura le hacía sentirse así? hasta que ella no había regresado ese mismo día él no se había dado cuenta de cuan solo estaba, de cuanto la había echado de menos, ni siquiera le había importado el que ella le hubiese engañado, ni siquiera el hecho de verla con Itachi había importado para que él se sintiese feliz de volver a verla, y ella ahora le decía aquello.

Se resistió, no quería perdonarla, no, pero era realmente difícil cuando ella estaba llorando por culpa de él, ¿qué necesidad había tenido Sakura de seguirle y contarle todo aquello? ella podía haberse ido, podía no haberlo defendido delante de Sai, podía reírse de él. Pero todo lo que hacía ella era llorar por él, algo que nadie había hecho nunca.

-Si dices la verdad-murmuró-¿por qué me mentiste con lo de Kristen?

-Ya te lo dije-contestó ella sin soltarlo-¿hubieras querido a una empollona fea como Sakura? tú solo estabas con Kristen porque era guapa.

Él apretó los puños al saber que ella tenía razón, él habría hecho eso al principio pero no después.

-Por favor Sasuke, por favor perdona-rogó-si me quieres como dijiste aquel día que lo hacía dame una oportunidad, yo... prometo no mentirte nunca más, ya no habrá secretos, te diré todo, pero por favor déjame quedarme contigo, yo te quiero.

Sasuke suspiró, vencido por la situación y dio un paso adelante para librarse del agarre de ella.

Sakura lo miró atentamente pues él no le había contestado aún y no lo hizo en los dos minutos siguientes. Asintió, sabiendo que allí no tenía nada que hacer y echó a andar en sentido contrario.

-Hoy...hoy he vuelto a ver a mi madre...-dijo él.

La pelirosa se quedó quieta y escuchó. La voz de Sasuke ya no era fría.

-Me dijo algo parecido a lo que tú me estás diciendo ahora-prosiguió-pero...yo no sé que pensar.

-Tal vez deberías hablar con ella-respondió.

Él se giró y volvió a mirarla.

-¿Por qué crees que mi madre me abandonó?-preguntó en un susurro mientras se sentaba en el suelo apoyando la espalda contra la pared.

El corazón de la pelirosa se encogió, allí ya no estaba el Sasuke frío y arrogante, allí solo había un chico de 18 años que se sentía solo. Una lágrima cayó por su cara y se la secó mientras se sentó junto a él.

-A veces la gente se ve obligada a hacer cosas pero eso no significa que dejen de quererte-contestó-mis padres casi nunca estaban conmigo, ni siquiera me llamaban, pero yo sé que ellos me quieren mucho.

Buscó la mano del pelinegro y se la agarró con indecisión, pero lejos de apartarla Sasuke se la estrechó fuerte.

-Yo creo que tu madre te quiere Sasuke, pero tiene miedo.

-¿A qué podría tener miedo?

-A que nunca la perdones.

Tal vez lo que Sakura decía era cierto y había algún motivo por el que su madre los había dejado.

-No es bueno que nos quedemos fuera-dijo ella-tal vez deberías volver a casa.

Sí, tal vez, pero esta noche el no quería volver solo.

---------

Itachi se asombró cuando vio a Ino en la entrada del hotel donde se quedaba Sakura.

La rubia estaba presa de los nervios y tenía los ojos hinchados de aguantar las ganas de llorar.

-Ino, ¿pasó algo?

La rubia lo miró y negó.

-¿Qué haces aquí?

-Venía a buscar a Sakura-contestó él.

-No está, seguro que ya ha ido a la Daikiri.

Él alzó las cejas.

-Bueno parece que se me ha adelantado

Esta vez fue el turno de Ino de interrogarlo con la mirada.

-Tenía intención de llevarla allí.

-Allí está Sasuke.

-Lo sé, por eso la iba a llevar.

Ino se enfadó con él solo por eso, Itachi sabía muy bien lo que pasaba con Sasuke y Sakura y aún así él no le importaba lastimar a su hermano.

-¿Por qué no dejas ya en paz a Sasuke? creo que fue suficiente con echarlo de casa, ¿no crees?

Itachi se encogió de hombros.

-Sasuke todavía es un crío que necesita darse cuenta de algunas cosas.

-¿Y de qué cosas se va a enterar cuando te vea aparecer con Sakura? ¿De que eres un bastardo?

-No, de que debe dejarse de tonterías y perdonarla de una vez.

Vale, aquello si que la dejó sorprendida.

-¿Qué quieres decir con eso? ¿Tú quieres que Sasuke y Sakura vuelvan a estar juntos?

Itachi sonrió.

-Puede que Sasuke no me caiga bien del todo, pero es mi hermano pequeño y necesita espabilarse, tal vez no pude hacer nada cuando lo echaron de casa pero eso no significa que yo no quiera que él sea feliz.

Ino seguía estupefacta.

-¿Quieres decir que pretendías a Sakura solo para que él tuviera celos y la perdonase?

-Eso quiero decir.

-¿Qué clase de hermano eres tú? ¿Sabes que Sasuke ahora te odia, no?

-Si eso sirve para abrirle los ojos.

Ino se llevó una mano a la cara.

-Supongo que yo no soy la más indicada para juzgarte, yo misma tenía planeada una forma de hacer que se perdonasen-dijo-iba a ponerlos a trabajar juntos y he mandado a Sakura a la discoteca sin decirle que Sasuke trabaja ahí, pero luego me he arrepentido, sé cuanto daño les hace a los dos el verse de nuevo e intenté detener a Sakura y mandar a Sasuke a casa, ya ves he fracasado y ellos deben estar odiándome.

Itachi suspiró.

-Bienvenida al club de los odiados.

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Sasuke y Sakura se besaban con apremio mientras el ascensor los conducía hasta el piso del pelinegro.

El pelinegro rodeó la cintura de ella con sus brazos apegándola más a él. Había echado tanto de menos el calor de su cuerpo y sus labios encajándose tan perfectamente a los de él, que no supo como había logrado sobrevivir sin ello.

Él ascensor se paró y ellos salieron a trompicones, sin separarse ni un milímetro.

Ambos se obligaron a separarse mientras Sasuke abría la puerta.

La pelirosa lo miró de arriba a abajo mientras su corazón latía a mil por hora, le parecía tan increíble volver a estar con él que casi temía que aquello fuese un sueño. Sasuke abrió pronto la puerta pero ninguno de los dos estaba preparado para lo que vieron dentro.

Karin estaba en medio de la entrada vestida únicamente con su ropa interior.

-¿Quién es esa Sasukito?

El corazón de Sakura se congeló al ver a aquella mujer desconocida y en ese estado en la entrada del apartamento de Sasuke.

-¿Qué haces aquí Karin?-preguntó él furioso.

La noche estaba yendo tan bien...

-Te estaba esperando Sasukito.

-¿Qué significa esto, Sasuke? ¿Quién es ella?-preguntó la pelirosa, temiéndose lo peor.

-Soy Karin, su novia.

Mil estacas se clavaron en el corazón de la pelirosa al oír lo que aquella mujer estaba diciendo.

-Tú no eres mi novia Karin, métetelo en la cabeza-gruñó él mientras miraba a Sakura, quién estaba pálida-Sakura no le hagas caso.

-¿Ella es la loca que te acosaba por teléfono?-preguntó en voz baja-¿esta es Karin?

Él asintió.

Bien, entonces ella ya sabía lo que tenía que hacer.

27.

La pelirosa la miró de arriba a abajo.
-Así que tú eres la novia de Sasuke, ¿eh?-preguntó.
Karin sonrió malvadamente.
-Exacto, Sasukito es solo mío.
Sakura alzó una ceja mientras la miraba de arriba a abajo. Karin no era fea, pero lucía ese tipo de belleza vulgar que las mujeres solo utilizaban con el fin de engatusar a los hombres.
-Por curiosidad, ¿cada vez que vienes a ver a Sasuke lo haces prácticamente desnuda?-dijo señalándola.
La peliroja se vio a sí misma e inmediatamente enrojeció, de vergüenza y de rabia. ¿Cómo se atrevía esa extraña a tratarla así, como si no fuera nada? ella era la novia de Sasukito.
-¡Claro que no voy así por la calle! ¿Y tú quien eres, eh? mírate no más pareces una perdida vagabunda.
Sakura sonrió y dio dos pasos al frente.
-La novia de tu novio, ¿curioso, verdad? algo debe fallar en ti para que prefiera a una vagabunda.
Sasuke se quedó tan sorprendido como Karin, vamos, él se esperaba que Sakura le saltase encima y le dijese que era un mentiroso y cosas más fuertes, pero algo como esto no se le había pasado por la cabeza.
Karin miró a Sasuke y a Sakura alternativamente.
-¿Qué dices perra? Sasukito es solo mío, ¿verdad, Sasukito? dile a esta perra cuantas veces hemos estado juntos estos seis meses.
Sakura se quedó callada. No podía ser cierto lo que esa mujer le decía, no, no podía ser verdad. Pero por otro lado tenía sentido si ella estaba en ropa interior en el apartamento de Sasuke. La cabeza empezó a darle vueltas.
-Sakura lo que ella dice...
-Cállate-le cortó la pelirosa-¿qué quieres decir?
Karin sonrió y se enrolló un mechón de pelo en el dedo índice.
-Quiero decir que casi vengo todas las noches a esta casa, Sasukito me necesita constantemente.
-¿Qué dices? Sakura no le hagas caso ella...
-Entonces, ¿cómo explicas que ella haya entrado en tu casa semidesnuda? tiene copia de las llaves-dijo ella muy seria.
Sasuke se calló, joder, ahora que todo estaba yendo bien pasaba algo como esto, fulminó a Karin con la mirada y la maldijo una y otra vez, ¿cómo se atrevía a decir algo como eso? es más, ¿cómo había entrado ella en su casa?
-Yo no le di las llaves de mi casa-dijo.
La peliroja se acercó a él contoneándose mientras le mostraba un juego de llaves que tenía en su mano. Sasuke reconoció las llaves de casa, ¿pero cómo? el único que tenía las llaves de ese apartamento era él, nadie más.
-Hice una copia así podía venir a visitarte todos los días, ¿no te parece genial?
Sasuke se llevó una mano a la cara. ¿Cómo podía existir una persona como esa?
-¿Cogiste mis llaves sin permiso? ¡Ahora mismo me das eso!-y de un tirón le arrancó la copia de las llaves de la mano-¡te largas ya!
-Pero Sasukito, yo te quiero...-dijo rodeándole el cuello con los brazos.
Sakura los miraba impresionada y furibunda, ¿se ponían a discutir como si ella no estuviese? ¿Nadie pensaba explicarle por qué razón estaba esa mujer casi desnuda en el recibidor de Sasuke? ¿Él en realidad no pensaba explicarle aquello?
Furiosa como estaba enganchó a Karin por los pelos y la separó de él.
-¡Quítale las manos de encima zorra asquerosa! ¿Es qué nadie te enseñó educación? ¡Bueno que pregunta, el hecho de que estés desnuda aquí demuestra que no!
-¡Suéltame perra! Sasukito dile algo.
Lo único que él podría decirle a Sakura sería ''Tira más fuerte'' pero presentía que lo único que ganaría con eso sería acabar también agarrado de los pelos.
-Lárgate ya Karin y tú tranquilízate Sakura, esto tiene una explicación.
-¡Acabo de enterarme que estuvisteis juntos y os ponéis a hablar como si yo no estuviese aquí! claro que me darás una explicación ¿Qué es esto Sasuke?
Oh si, él le daría una explicación pero antes se encargaría de esa idiota. Recogió las ropas que ella había dejado en el suelo sin soltarle los pelos y luego abrió la puerta de la calle, cerrándole la puerta en las narices.
Sakura se giró hacia Sasuke mientras Karin daba golpes en la puerta.
-¿Querías vengarte de mí, verdad? estaba todo planeado, tú me engañabas y me traías hasta aquí, ella estaría esperando y luego los dos os reiríais de mí, y luego os pasaríais la noche juntos celebrando que la estúpida de Sakura ya recibió su merecido ¿qué bien, verdad?
Ella debería haberse dado cuenta de todo, que estúpida había sido.
-Eso no es cierto-dijo él-es cierto que me acosté varias veces con ella pero... ¡joder, se suponía que tú y yo no volveríamos a hablarnos! no iba a pasarme el resto de mi vida en celibato.
-No me hables, Sasuke-dijo-no has cambiado nada, solo fui una más para ti y yo sintiéndome mal por haberte mentido, ¡pero tú también lo has hecho!
-Sakura, esto no...
-¿No es lo que parece? ¿Me estás diciendo que estoy ciega y no acabo de ver a una tía casi desnuda en tu recibidor? no me tomes el pelo.
-Hmp-odiaba dar explicaciones, pero quería que Sakura reaccionase-Karin... lo que ella dice no es cierto.
-¿Qué, mientras te revolcabas conmigo también lo hacías con ella? a saber cuántas veces estabas conmigo y luego te ibas con ella, pues felicitaciones machote, te has marcado un tanto.
Sasuke estaba empezando a perder la paciencia, sino se callaba y lo dejaba hablar él terminaría haciendo algo no muy ortodoxo.
-Pero nada, ahora mismo me voy y te dejo que celebres con tu zorra que la tonta de Sakura ha recibido su propia medicina, pásala bien.
Antes de que llegase a la puerta él la agarró y la volteó pegándola a él.
-¿Es qué no puedes escucharme ni por una vez?-le preguntó al borde del enfado.
-¿Y qué tengo que escuchar? todo ha quedado clarísimo-contestó ella revolviéndose-pero estás muy equivocado si piensas que cualquier tontería que pienses decirme yo te haré caso, no más mentiras, te lo dije una vez, nadie me falta al respeto y en ese grupo tú vas incluido.
El pelinegro agachó la cabeza, frustrado, sin soltarla, ahora que iba tan bien, ¿por qué ella no quería escucharle? él también le estaba dando una segunda oportunidad a ella.
-Tú también me engañaste.
Ella se echó a reír aunque se notaba a leguas que su alma lloraba por dentro.
-Yo nunca lo haría para herirte o humillarte, ¿pero qué es esto? ¡Tú me engañabas con otra y a saber con cuantas más!
-No tienes derecho a decir eso-dijo fríamente-no cuando tú te andabas revolcando con un tal Michael en Hawái.
Sakura tuvo que hacer esfuerzos por no derrumbarse delante de él, ¿la estaba llamando ramera? ¿Cómo se atrevía a enamorarla y hacerle algo como eso? sin duda Dios la castigaría eternamente por lo que había hecho. Pero Sasuke...ella realmente había pensado...
-¡Eres un gilipollas!-dijo dándole un cachete-piensa lo que quieras porque yo nunca seré como tú.
-Hmp.
Estaba enfadado, ella no tenía derecho de llegar y empezar a reclamarle, no cuando no quería escucharle ni creerle. Su orgullo volvió a hacerse presente y la soltó, fulminándola con la mirada.
-¡No quiero volver a verte!-gritó la pelirosa.
Él perdió totalmente la paciencia.
-¡Pues lárgate, para lo que me importa!
Aquellas palabras y la mirada fría del pelinegro le partieron el corazón, ¿de verdad todo había sido mentira? ¿Cuándo encontraría a ella alguien que realmente quisiera estar a su lado? no sabía si después de esto sería capaz de volver a amar a alguien.
-Te deseo toda la suerte del mundo con Karin y tus otras amantes-dijo antes de salir y cerrarle la puerta en las narices.
--------
Yoko dejó las maletas en el suelo mientras clavaba la vista en la casa donde vivían su padre y Yonehara.
Realmente tenía poquísimas ganas de estar allí, su padre se portaba bien con ella, le daba de todo pero pasaban muy poco tiempo juntos y Yonehara... Yonehara era Yonehara.
Sabía que pasaba algo, no era su padre el que la había llamado, sino la sirvienta que llevaba trabajando allí toda la vida. Yoko escondía un gran secreto que nadie sabía, aunque oficialmente todo el mundo creía que su madre era la última esposa de su padre, de la cual se estaba divorciando, ella sabía perfectamente que no era su verdadera madre, lo había descubierto el año pasado y aunque no se había llevado un gran disgusto si supuso un gran vacío y enfado hacia su padre.
Naomi era la única que sabía la verdad, ya que no creía capaz a Yonehara de ayudarla a encontrar a escondidas a su madre, y parece que había encontrado una pista sobre ella, bien, eso la había hecho reaccionar de inmediato.
Recogió las maletas y entró en la enorme casa, la habían reformado, el enorme edificio ya no estaba pintado de blanco sino de gris pálido y la disposición de los jardines era diferente, seguramente otra rabieta más de Yonehara.
Suspiró, antes le haría ilusión volverse a encontrar con su hermana, pero Yonehara había caído demasiado bajo y no sabía si sería capaz de perdonarla.
-¡Niña, volviste que alegría!
Una anciana bajita de pelo cano y corto salió a recibirla con un abrazo, acababa de salir de la cocina y tenía las manos sucias así que se las limpió en el delantal del uniforme antes d abrazarla.
Yoko sonrió cuando sintió los brazos de la anciana sirvienta envolviéndola, ella no tenía abuela pero quería a Naomi como si lo fuese, ella era la única que la apoyaba cuando estaba mal.
-Naomi, yo también te eché de menos-dijo contestando al abrazo-no han sido fáciles estos meses, ya echaba de menos todo esto, ¿no hay nadie en la casa?
-¡Por supuesto! qué bueno que regresaste futago-chan (gemelita)-dijo Yonehara bajando por las escaleras y lanzándose a ella en un abrazo que Yoko no correspondió.
En ese momento se sentía repulsiva de solo imaginar que físicamente eran iguales.
-¿Dónde está oto-san?-se limitó a preguntar.
-No está, se fue de negocios, ¿qué te parece si vamos de compras para celebrar tu llegada? me han invitado a una fiesta y necesito estar genial, ya sé que soy genial, pero...
Yonehara seguía igual, solo se preocupaba por sí misma. Era comprensible que Sasuke prefiriese la muerte antes de casarse con ella.
-Naomi, ¿qué tal si vienes conmigo y te cuento como me han ido las cosas?-dijo pasando de su hermana.
-Claro, niña, me encantaría.
Yonehara se quedó con la palabra en la boca mientras las dos la dejaban sola.
-Dime Naomi, ¿ya sabes quién es mi madre?-preguntó impaciente cuando estuvieron fuera en el jardín.
La anciana le dirigió una mirada alentadora.
-No descubrí mucho, pero algo es algo tras un año de búsqueda-contestó-ella vive en Konoha, aunque aún no sé ni su nombre ni en qué lugar en concreto.
Los ojos de Yonehara se iluminaron ante la noticia, su madre vivía en la misma ciudad que ella, le quedaba muy poco para saber quién era, ¿cómo sería? ¿Sería buena? ¿Se parecería a ella? ¿Qué le diría cuando supiese que ella era su hija? ¿La querría o no?
-Niña, ¿por qué lloras?
Las lágrimas habían escapado de su cara sin que ella se diese cuenta.
-Puede que mi madre no me quiera Naomi, yo...
-No pienses eso, ella te querrá seguro, tú eres muy buena.
Yoko asintió, no era momento de ponerse triste y preocuparse, ya se enfrentaría a eso cuando estuviese delante de su madre.
-¿Sabes algo más de ella?
-Estuvo casado pero se separó, no se sabe si ahora está con alguien, lo que sí puedo decirte es su apellido de soltera, Tanaka.
Yoko maldijo, ese apellido era muy común en Japón, habría miles de mujeres con ese apellido en Konoha. Pero no había que desanimarse, si insistía podría encontrarla pronto.
-¿Y cómo va el asunto de Sabaku?-preguntó endureciendo el tono de voz.
De vez en cuando le llegaban noticias sobre el proceso judicial, ya que ella había presentado su testimonio a través de un video y no había asistido al tribunal.
-Tardó un mes en salir del hospital pero luego inmediatamente fue para la cárcel y allí sigue, parece que sus abogados quieren que le bajen la pena por buena conducta.
Yoko apretó los puños.
-Que rece por quedarse allí más tiempo, porque si sale y me lo encuentro por la calle no seré tan compasiva como Sasuke, no lo mandaré al hospital sino que a la morgue.
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Sakura agradeció que Karin ya se hubiese ido del edificio, no sabía de que sería capaz si la llega a ver.
Quería llorar pero se forzó a sí misma a aguantarse, Sasuke no se merecía ni una sola lágrima.
Se sentía tan estúpida, usada, sucia...se sentía como una vulgar ramera.
No valía de nada cambiar, seguirían tratándola como siempre, siempre sería la empollona de turno de la que todos se reían.
Sasuke debió de pasarlo muy bien jugando con ella. Quería odiarlo pero era imposible, imposible. Había parecido tan sincero... ¿a caso todo lo que le había dicho esa noche fue para engañarla? ¿Desde cuándo le mentía? toda clase de arrepentimiento había desaparecido, ella lo había hecho por miedo a perderlo pero él...luchó con fuerza otra vez contra las lágrimas. Dolía tanto...
Suspiró cuando avistó el hotel en el que se quedaba a lo lejos, llegaría y se tiraría a la cama dejando que el mundo se le cayese encima. No se sentía capaz de hacer nada para rechazar el dolor que la azotaba, mañana sería un nuevo día. Hoy todo le daba igual.
-¿Sakura?-preguntó Ino al verla llegar en ese estado.
Itachi y su amiga estaban en la entrada del hotel, sentados en las escaleras.
Apretó los puños al ver a Itachi, aunque Sasuke era un cerdo no estaba bien que echases a tu propio hermano de casa, además no estaba de humor para ver a ningún otro Uchiha, ya no se fiaba de ellos.
Ino se acercó a ella y la abrazo, Sakura no estaba bien y era culpa de ella.
-Perdóname Sakura, siento haberte hecho pasar este mal momento, yo no quería...
-Es igual Ino, no importa-dijo-ahora quiero estar sola.
-¿Qué pasó?-le preguntó preocupada.
Itachi se adelantó un paso pero ella lo detuvo con un gesto mientras se desprendía de Ino.
-Por favor, necesito estar sola, mañana nos vemos.
Entró en el hotel dejándolos en la puerta de entrada.
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Sasuke tuvo que hacer un gran esfuerzo por no destrozar los muebles del apartamento, mataría a Karin, lo haría por arruinarle el momento y la existencia.
Pero ahora debía pensar que hacer, por primera vez en su vida se sentía sumamente indefenso y vacío, no se había sentido tan mal desde lo sucedido con su madre.
Las mujeres eran tan complicadas...
Tendría que haber salido tras ella y detenerla y si hacía falta le gritaría la verdad, pero no, se había quedado allí quieto, como un imbécil, enfadado y prepotente.
Le dio un puñetazo a la mesilla provocando que un papelito cayese al suelo.
La tarjeta de su madre. La recogió y leyó de nuevo.
''Mikoto Tanaka, (número móvil) ‘‘
Estuvo tentado de llamarla, pero ¿para qué? ¿Qué le diría? a ella le daría igual, como todo, nunca lo ayudó con nada y esta vez no tendría por qué ser diferente.
Luego volvió a dejarla en la mesilla, necesitaba descansar y pensar.

28.

No se lo podía creer, desde luego que no se lo podía creer.

El mundo entero estaba dispuesto a joderla por todos los lados, ¿y por qué? basta que ella haya hecho una sola petición para que todo vaya en contra. Si, realmente estaba gafada.

Sabía perfectamente que la persona que tenía a su lado la miraba de reojo y que no apartaría su vista de encima de ella aunque fuese con el único propósito de enfadarla. Y a ella se le estaba agotando la paciencia, no podía ser que cuando alguien pide que no quiere estar cerca de otra persona se la impongan a la fuerza, pues así de fantástico era el destino con ella porque Sasuke Uchiha estaba sentado a su lado.

El profesor seguía dando clase y ella se esforzaba en atender, vaya si lo hacía, pero con ese sujeto mirándola todo el rato era imposible concentrarse en otra cosa.

¿Y cuando había empezado aquella tortura? justamente el día anterior, cuando ella, tras una semana entera de inmensa llorera empezaba a recuperarse de lo sucedido con el Uchiha, pero que le íbamos a hacer, parecía que Kakashi tenía un sexto sentido para detectar los problemas y le divertía ponerlos juntos.

También sentía de vez en cuando las miradas del resto de sus compañeros sobre ella, porque a esas alturas la muy zorra de Karin lo había largado todo y ahora eran conocidos como ''El triángulo amoroso de Konoha'', cosa que no existía porque no pensaba prestarse a los juegos del idiota de Sasuke.

Los primeros días la había llamado mil y una veces al móvil, había intentado pararla en la Universidad pero ella lo ignoraba sin dirigirle ni la más mínima palabra, se le habían quitado las ganas de todo tipo de contacto con él.

Cada vez estaba más nerviosa, el maldito Uchiha no dejaba de mirarla. Cogió el lápiz en la mano y con él empezó a golpear la mesa de madera.

Por su parte Sasuke seguía mirándola, sabía que el culpable de que ella estuviese tan nerviosa era él, Sakura no quería ningún tipo de contacto, daba igual en que momento o a que hora fuese a hablar con ella que lo ignoraba como si en su lugar solo hubiese aire. Por eso vio el que Kakashi los cambiara de sitio como una gran oportunidad para hablar con ella.

Pero era imposible, las palabras se negaban a salir de su boca.

Tomándolo por sorpresa Sakura se giró con el ceño fruncido, mirándolo directamente a los ojos, estaba enfadada.

-¿Tienes tortícolis o algo por el estilo Uchiha?-preguntó-¿o simplemente eres imbécil?

Vale, basta que él fuese de buenas intenciones para que ella lo estropease.

-¿Y tú qué? ¿Tienes un tic en el dedo o solamente eres idiota?

El ceño de Sakura se frunció aún más.

-¿Te molesta?-le preguntó-pues deja de mirarme.

-Yo no te miro.

-Si que me miras.

-No.

-Si.

-Hmp, molesta-dijo con una media sonrisa.

-¡Arg, eres un estúpido, te odio!-dijo levantándose.

Desde las primeras filas del aula se oyó un único aplauso.

Solo entonces ambos se dieron cuenta de que la clase estaba en completo silencio y que todos los miraban atentamente, incluido Kakashi, que fue quién los aplaudió.

-¿Debemos llamar a alguien para que os prepare un ring o preferís la lucha cuerpo a cuerpo?-preguntó el profesor, muy serio.

La cara de Sakura se había puesto roja como un tomate, mientras que Sasuke se dedicaba a seguir con su actitud indiferente.

-Esto es la clase de ciencias políticas no de boxeo así que por favor abandonad el aula, ambos tenéis un parte.

Sakura recogió sus cosas, furibunda, mientras que Sasuke lo hacía con total tranquilidad, la clase continuó en silencio mientras ellos abandonaban el aula.

-¿Contento? ahora me llevo un parte por tu culpa-gruñó cuando estuvieron fuera.

Él se encogió de hombros.

-No fui yo el que se puso a gritar como un loco-respondió-hazte mirar la cabeza, te faltan algunos tornillos.

-Al que le faltan es a ti, ¿disfrutas haciéndome sufrir verdad?

Sasuke se aró en seco, ya estaba cansado de la actitud victimiza de Sakura y de que ella se negase a escuchar lo que él quería decirle, pero bien, ahora que estaban en ese plan se dirían todo lo que hiciese falta.

-Lo mismo podría decir yo de ti, farsante-contestó-¿o caso tú nunca has mentido, Kristen? deja ya de hacerte la víctima.

Sakura apretó los puños con fuerza.

-¡¿Qué no me haga la víctima?! ¿Y que hiciste tú cuando supiste que yo era Kristen? ¡Ni si quiera tuviste el valor de decirme que me engañabas con otras! ¡Eso no te hace mejor que yo!

El pelinegro ya no aguantaba más, eso era el colmo, pues ahora ella le escucharía quisiera o no.

-¡¿Qué sabes tú, eh?! ¡No tienes ni idea de lo que ha pasado! ¡Me negué a casarme con Yonehara enfrentándome a mi familia por ti! ¡Me quedé en la calle y tuve que empezar de cero! ¡No me puedes culpar de que intentase rehacer mi vida! ¡No tienes derecho ninguno! ¿Y tú que hacías mientras tanto, eh? ¡Pasártelo de puta madre en Hawái! ¡No vengas a recriminar cosas porque no sabes de lo que hablas!-dijo sin poder ocultar su dolor.

Sakura se quedó muda, nunca había visto a Sasuke así, una lágrima solitaria escapó de los ojos del pelinegro haciendo que se le rompiese el corazón y que ella misma empezase a llorar también, ¿qué se estaban haciendo? ¿Estaban destinados a lastimarse el uno al otro? sabía cuan difícil era para Sasuke decirle aquello y es por eso que supo que no le mentía.

El pelinegro se giró para que ella no viera sus lágrimas, odiaba sentirse tan débil e indefenso ante una persona, sobre todo ante una que lo había lastimado más que nadie.

-Siempre será lo mismo, ¿verdad?-preguntó ella con una sonrisa triste.

Observó a Sasuke, quién seguía manteniendo su cara oculta, y extendió una mano hacia su espalda, dejándola allí quieta. Sintió como él agradecía silenciosamente ese toque más siguió en silencio.

-No importa cuanto te quiero yo a ti o cuanto me quieras tú a mí-continuó ella sintiendo como se le rompía el corazón-porque el amor no es suficiente.

Sasuke la escuchaba en silencio mientras sentía como la mano de ella se tensaba en su espalda.

-Siempre nos haremos daño porque no confiamos el uno en el otro, lo nuestro está castigado a ser un error-dijo con la voz quebrada-da igual lo que luchemos o lo mucho que nos queramos, siempre habrá un malentendido que nos separe.

-Yo nunca te engañé Sakura-susurró él.

Ella medio sonrió.

-Lo sé Sasuke, ahora lo sé, Ino me ha estado hablando de todo lo que sucedió en mi ausencia pero mis oídos se negaron a escuchar nada, y es a eso a lo que me refiero, ¿si seguimos adelante donde va a parar todo esto? no hay confianza Sasuke, no la hay.

Suspiró, ella tenía razón, lo suyo estaba castigado a ser solamente un juego de seducción pero nada más, solo había sido un castillo construido sobre unos cimientos de papel y que era hermoso mientras duraba pero que en poco tiempo se derrumbaría.

-Debemos acabar ya con esto, lo único que conseguimos es lastimarnos, y...-tuvo que ahogar un sollozo-yo te quiero, pero voy a decirte adiós.

Él sonrió de medio lado.

-Siempre serás una molestia.

Ella correspondió la sonrisa.

-Y tú un niñato estirado.

Se quedaron unos minutos mirándose, él había dejado de llorar, pero las silenciosas lágrimas de la pelirosa seguían arrastrándose por su cara y en ese momento él la quiso más que nunca, por ser valiente al ver la realidad y darle la cara por muy dolorosa que fuese, no siempre había un final feliz para todo y ellos ya habían llegado al suyo propio, lo único que quedaba era dar la espalda al pasado y seguir hacia adelante.

Estiró la mano para secarle las lágrimas pero ella se apartó, con una mirada triste.

-Gracias por enseñarme la persona que realmente soy-dijo ella.

Sasuke no tuvo tiempo de reaccionar ya que ella se echó a correr, alejándose de él, alejándose para siempre.

Se dejó caer en el suelo, con las manos tapándole la cara, los últimos meses de su vida pasaron en un lento flash back por su cabeza, toda su vida había dado un giro total desde que la había conocido, antes solo pensaba en fiestas y en acostarse con mujeres, pero ahora todo era diferente, todo había cambiado, ella lo había cambiado.

(Canción: Gracias de Despistaos)

Gracias por escribirme esa canción,
Por arañarme el corazón,
Por ser así como tú eres.

-Quiero que sepas que yo no soy como Karin-dijo-sé muy bien lo que significa esto y no voy a reclamar nada, los dos teníamos...ganas de...pasarlo bien y nada más, pero también quiero que sepas que esto no volverá a suceder, no quiero enamorarme de ti porque sé que tú nunca te atarías nadie y por eso es mejor que solo seamos amigos.

Sonrió al recordar lo que ella le había dicho la mañana siguiente a la primera noche que pasaron juntos.

Gracias por aguantar ese dolor,
Por inventar ese sabor,
Por hacer siempre lo que quieres.

-Creo que tendré que hacer una lista de las cosas que le molestan al señor-dijo-¿cuál será la peor de todas? ¿Tal vez que soy fea? ¿Tal vez que soy llorona? ¿Tal vez que soy mujer?

Se había portado tan mal con ella que le costaba entender como Sakura podía haberle querido.

Gracias, por los consejos que me das,
Por olvidarme si te vas,
Por no quererme un poco más.
Gracias, por esas cosas que no se deben contar.

-Siempre nos haremos daño porque no confiamos el uno en el otro, lo nuestro está castigado a ser un error-dijo con la voz quebrada-da igual lo que luchemos o lo mucho que nos queramos, siempre habrá un malentendido que nos separe.

Sino hubiesen sido tan estúpidos, nada de esto habría pasado.

Aprendí a sufrir,
Aprendí a reírme de mí,
Me reconstruí,
Tuve que decir que si, que si.

Ahora cada uno caminaba lejos del otro.

Gracias, por caminar siempre al revés,
Por derretirte si me ves,
Por alargar ese momento.

-¿Qué te pongo?-se decidió a preguntar.

Él apartó la vista del cuerpo de la chica y la clavó en sus ojos.

Sakura casi se siente estallar cuando el pelinegro le susurró su pedido al oído, rozando los labios con el lóbulo de su oreja.

La pelirosa seguía corriendo mientras las lágrimas escapaban de sus ojos.

Gracias por asumir ese papel,
Ya no sabíamos que hacer,
Pero te fuiste justo a tiempo.

Sakura tirada en el suelo llorando y él de pie, furioso y desesperado.
Sasuke no esperó más y se largó del cuarto haciendo que Sakura llorase aún más fuerte.
Si ella hubiese tenido el valor de decir la verdad desde el principio...

Gracias por ayudarme a que se duerma
Por el cariño, la paciencia cuando todo iba mal
Gracias por esas cosas que no se deben contar.

-Sasuke...-susurró la chica.
Fue una voz tan rota que lo impactó y apenas si se dio cuenta cuando ella se refugió en sus brazos.
-Gaara, fue Gaara el de las fotos...-continuó atropelladamente-y...el que quiso...violarme.
Los ojos de Sasuke se abrieron de par en par mientras inconscientemente la abrazaba.
Se paró en medio de la calle con la cabeza gacha, él le había enseñado muchas cosas que ella jamás olvidaría.

Aprendí a sufrir
Aprendí a reírme de mí
Me reconstruí
Tuve que decir que sí, que sí.

Sakura no estaba tan segura, cada paso que la acercaba más al avión le decía que por mucho tiempo que pasase y por muy lejos que estuviese nada cambiaría lo que ella sentía.

Antes de entrar en el avión se giró por última vez para contemplar lo que dejaba atrás y justo cuando la azafata la mandó entrar creyó ver en la distancia a alguien de pelo negro que la miraba desde el cristal.
Gracias a él, ella era una persona distinta, una persona mejor.

Ya no seré lo que fui para ti una vez
Pero puedes contar conmigo.
Aprendí a sufrir
Aprendí a reírme de mí
Me reconstruí
Tuve que decir que sí, que sí.

Sasuke escuchó el timbre de la campana indicando el comienzo de una nueva clase, debía volver y continuar con su vida, hoy sería un día nuevo.

Aprendí a sentir
También a pasarlo bien sin ti
Y me levante
Cada vez que tropecé y caí.
Tuve que alejarme de ti
Tuve que aprender a ser sin ti.

Sakura sonrió, puede que hubiese muchos momentos de dolor, pero ella solo guardaría los buenos y los malos los tomaría como ejemplo, así la próxima vez, dejaría atrás el miedo y no cometería más errores.
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El avión que la noche anterior había salido de las islas Hawái se detuvo en el aeropuerto de Konoha.
Un chico rubio y de ojos verdes bajó del transporte y se quedó mirando el paisaje con una sonrisa.
Michael nunca había viajado a Japón y está vez solo lo hacía por una razón en concreto.
Sakura Haruno.

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