Yo: jejeje tardamos bastante
Blasco: aunque no muchas visitas
Luna: esta va por nuestra primera comentarista (o como se diga) KozumiSabaku
Capítulo 2
Búsqueda
-¿Compañero donde estas?- Preguntaba Dimencio volteando para todos lados -¿Me escuchas?- Escuchó una diminuta voz y al ver abajo estaba Vaati gritándole, por ser pequeño no logró escuchar lo que decía –Que diminuto, déjame ayudarte- Con un chasquido de sus dedos hizo al brujo del tamaño de un hyilian normal.
-Te lo agradezco, parece ser que al salir de ese lugar terminé de mi tamaño natural-
-Bueno, no tengo idea de donde estamos pero, si se que nos devolvimos 100 años, tiempo en que fuimos encerrados- Dijo despreocupado el bufón -¿Qué haremos primero?-
-Saber en donde estamos, no conozco este sitio, será mejor empezar a investigar- Comenzó a caminar
-Te acompaño- Dimencio flotaba a su lado
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En una parte clara del bosque, dos personas estaban descansando a la sombra de un árbol, estaban tranquilos escuchando el cantar de las aves, el viento soplando en sus rostros, el sonido de un riachuelo a su lado, si la calma se podía percibir en el ambiente.
-Nuestra última aventura fue emocionante ¿Eh Zelda?- Hablo un chico de cabellos dorados y ojos azules
-Solo espero que Vaati no salga de ahí nunca, ya ah causado demasiados problemas- Respondió la muchacha de ojos celestes y cabellos rubios amarrados en una trenza
-¿Que se siente ser de piedra?- Preguntó curioso pero la chica lo fulminó con una mirada –Lo siento no debí preguntar- Rió nerviosamente, extrañamente un copo de nieve calló en la frente del oji azul –¿Y esto?-
-Que extraño, estamos en plena primavera-
-*Esto si que no es normal*- Los dos se miraron extrañados
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-¿Dónde estamos? Llevamos mas de 2 horas caminando- Se quejaba infantilmente el enmascarado –Creo que nos perdimos-
-No te quejes, estos bosques son muy extensos *no puedo usar mis poderes para ir a donde quiera, me siento como un principiante en la clase del Maestro Ezero*-
-Volaré un poco mas alto- Dimencio se elevó y a lo lejos pudo divisar un pequeño pueblo –¡Hey puedo ver algo!- Gritó desde el cielo
-¿Qué es?-
-Una aldea o algo por el estilo- Bajó a donde su compañero –No está muy lejos-
-Menos mal *de verdad creí que estábamos perdidos* debemos estar cerca del Bosque Minish-
-Osea …-No sabia de que hablaba
-Por haya- Señaló hacia su derecha –Pero antes tenemos que ir por algunas provisiones- Dimencio le hizo caso y ambos partieron rumbo al pueblo
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En el castillo Hyrule, ambos héroes junto a Impa, la maestra de la princesa Zelda, trataban de averiguar que pasaba pues lo que ocurrió hace un rato mantenía muy nerviosa a la princesa. Impa estaba leyendo un libro tratando de buscar algo, mientras Link observaba una pintura de la biblioteca. La peli plata dio un salto al encontrar la posible respuesta.
-Escuchen con atención, esto es lo que encontré “Si un mal es enviado al mundo conocido como el Olvido y éste logra regresar, aparecerán siete señales que anuncien su llegada a este mundo”- Leyó en voz alta el contenido del libro –“El primer indicio podrá parecer insignificante siendo una hoja, una piedra o un copo de nieve; el segundo, será un avistamiento de esa persona o bestia en un espejo; el tercero, la peor de las pesadilla; el cuarto, la muerte de un ser querido”- Este dejó helado a Link pero mas a Zelda, Impa prosiguió –“El quinto, una experiencia cercana a la muerte; el sexto, la rebelión de todo un pueblo y el séptimo, la caída del imperio”- Cerró el libro bruscamente
-¿No dice en que tiempo se darán las siguientes señales?- Cuestionó Link
-Nada de eso- Respondió recargándose en el respaldo de la silla –Solo queda esperar-
-¿Quién habrá vuelto?... ¿Ganondorf?- La princesa caminaba de un lado a otro para poder pensar
-No, el fue nuevamente sellado pero no en el Olvido- Aclaró el chico
-Entonces ¿quien?, no recuerdo a nadie que haya sido enviado ahí a menos que…- Zelda se detuvo en seco –*¿Podrá ser que…?*-
-¿Que sucede?-
-No nada, lo que iba a decir no tiene sentido-
-Si ese es el caso, solo queda esperar la segunda señal, entonces sabremos que hacer- Link y Zelda salieron del lugar dejando a Impa sola, quien volvió a abrir el libro buscando algo mas
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-Este lugar es extraño, nunca había visto lugares como este-
-Para mi es muy cotidiano- Dijo Vaati revisando unos puestos, afortunadamente nadie lo reconocía pues la noticia de que había muerto se había extendido por todo el reino –Listo, ahora volveremos al bosque-
-Espero no tardemos mucho- Comentó fastidiado su alegre acompañante
-¿A ti nada te causa verdadero conflicto verdad?- Dimencio negó con la cabeza con su típica sonrisa –No tardaremos, una hora de camino mas o menos-
-Por fin, a veces es demasiado cansado flotar- Se burlo de si mismo el bufón. Un par de horas mas y se encontraron en la entrada de un claro muy extenso -¿Llegamos?-
-Si, tenemos que hacernos pequeños para entrar- Vaati lo hizo primero y Dimencio con un chasquido se redujo al tamaño del oji rojo –Por aquí- Lo que de grandes parecía ser una piedra, de pequeño era una gran entrada por la que pasaron –Si la noticia de mi muerte llegó, no seré reconocido en este lugar-
-Valla, este mundo es fascinante- Viendo a todos los minish que pasaban a su lado
-Tenemos que buscar a alguien, seguramente él sea el único que se de cuenta de mi presencia-
-¿Y podemos confiar en él?- Dudoso de lo que decía
-Claro, era mi compañero y mejor amigo en la clase de Ezero- Sonrió de medio lado al recordarlo –Usualmente no creo en el compañerismo pero con él es una excepción- Entraron a una casa, que por cierto en su interior era todo un desastre –Igualito desde hace tiempo-
-¿Quién anda ahí?- Se escuchó una voz detrás del par, voltearon y se encontraron con un Minish parecido a Vaati solo que su cabello era mas corto y de color oscuro, sus ropas eran azulinas y sus ojos café claro –Miren si es mi compañero Vaati, creí que Link te había enviado al otro mundo-
-Así parece, pero logre volver gracias a Dimencio- Vaati y el otro chocaron palmas como los viejos amigos que eran –Es bueno saber que puedo confiar en ti de nuevo Di-
-No hay problema, aun tengo que aprender de ti-
-¿Sabes donde puedo buscar un libro en particular?- Preguntó el bufón
-En la gran Biblioteca de Hyrule puedes hallar lo que sea, podemos ir ahora si gustan-
-Primero necesito recuperar el gorro de los deseos, eh perdido gran fuerza sin él- El brujo se sentó en el suelo, parecía fatigado
-Osea darle una visita inesperada al maestro Ezero ¿Cierto?- Vaati asintió –No hay necesidad de hacerlo- Esto extrañó un poco al brujo –Cuando te marchaste Ezero vino y me entregó esto- Sacó de un cajón de su escritorio el mismo gorro de los deseos –Dijo que confiaba que haría lo correcto-
-Eso explica porque eres algo parecido a mi- Di le entregó el gorro y Vaati se lo colocó, sintiendo que el poder volvía a ser suyo –Me gustaría que me ayudaras-
-Lo que sea por un amigo- Subió al segundo piso de su casa bajando con unas mantas –Lamento el desastre pero ya casi va a oscurecer y dudo mucho que tengan lugar donde quedarse-
-Te lo agradezco demasiado, a cambio contaré unos chistes para pasar el rato- Iba a ser una larga noche, contando también las pésimas bromas del bufón de las cuales solo Di se reía
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La noche por fin cubría el cielo, mostrando las brillantes estrellas como zafiros en el firmamento, un escenario muy hermoso y cierta pareja presenciaba todo en el tejado del castillo. Sin embargo la princesa estaba muy pensativa y apenas prestaba atención a su compañero, este la miró preocupado.
-No pasará nada- Esto sacó de sus pensamientos a Zelda –Hemos salido de peores situaciones, lo que sea que venga lo venceremos- Link miraba el cielo con una sonrisa confiada
-Tienes razón- Logró calmarse un poco al observarlo –Si estamos juntos lo haremos- Una estrella fugaz atravesó el cielo nocturno, el rubio miró fascinado como el astro se perdía de vista mientras Zelda acercaba lentamente su mano con la del chico hasta tomarla –Me gusta estar contigo Link- Le dirigió una tierna sonrisa que hizo sonrojarlo, provocándole una dulce risilla
-No hagas eso, alguien nos puede ver- Dijo nervioso aun con la cara roja, para empeorarlo su estomago gruñía –Etto… yo-
-Vamos por un bocadillo- Se levantaron rumbo a la cocina real, en ella buscaron lo necesario para hacerse unos sándwiches aunque Link lo convirtió en un espectáculo al revolver los ingredientes y rebanarlos con un chuchillo, Zelda aplaudió el espectáculo –Eso fue divertido jaja-
Caminaron por los pasillos para volver a contemplar las estrellas, esta vez sin preocupaciones, pero sus planes fueron arruinados por una inesperada tormenta que se desató. Rayos iluminaban parcialmente el castillo espantando un poco a la princesa, Link la abrazó para tranquilizarla; no tuvieron de otra mas que ir a la cama y esperar otro día