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Fugitiva en Morning Beach [AMOR] [AVENTURA]

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Sugarbabe:
Agradecimientos a una chica tan cool como yo.

CAPÍTULO 3
AVENTURAS DE VERANO

      Un par de semanas después, Nicole encontró trabajo de mesera en una fuente de sodas-cafetería cercana a la playa, por la Avenida principal. El Morning Deli era muy amplio y limpio por dentro. El trabajo consistía en turnos de 8 horas que variaban todos los días, abría a las 7 a.m. y cerraba a las 23 p.m. El uniforme consistía en una remera manga corta blanca ajustada con cuello piqué abotonado y mangas tipo princesa, la que iba dentro de una falda a la cintura roja, la que caía libremente hasta la mitad de sus muslos. Encima de la falda, iba un delantal en rosa, en los pies ballerinas sin taco y punta redonda en rosa, y el cabello en el peinado que fuera, pero siempre amarrado en su totalidad.
    
      Poco a poco, Nicole comenzó a disfrutar su trabajo, pues iba a ganar dinero por las suyas por primera vez en su vida. Además, estaba cerca del lugar donde los chicos trabajaban, así que era aún mejor.

      Un día en la mañana a eso de las 10 am, Morning Beach le dió otra sorpresa. Estaba limpiando un par de mesas, cuando la mandaron a atender a los clientes que recién habían llegado. Éstos eran 2 muchachos de cabellos rubios ondulados y de ojos celestes. El mayor, llevaba el cabello casi cayendo sobre sus hombros y aparentaba 19 años. El menor parecía de 16 años y llevaba el cabello muy corto. Nicole quedó de inmediato encantada con el mayor de los dos, y él, embelesado con ella. Tomó la orden de los dos como normalmente, apesar de que casi no dejaban de mirarse y sonreírse sonrojados.
-¿Te puedo hacer una pregunta?- le dijo, cuando ella terminó de tomar su orden. Nicole asintió -Tu nombre, ¿cuál es?
-Nicole. Nicky.
-Lindo nombre. Yo soy Travis, y mi hermano es Joseph- se presentó -¿Vives cerca de aquí?
-Algo así, ¿y tú?- le preguntó Nicole, pero por su apariencia, creía que pertenecía a la clase alta.
-No muy cerca de aquí, nosotros vivimos en el barrio alto- alardeó un poco Travis.
-Aaahh, ya veo.
-Hubiera pensado que eras del barrio alto también- le dijo, pero Nicole no podía quedarse conversando más, pues estaba trabajando.
-Tengo que trabajar, si me permites- dijo, apenada.
-Claro. ¿A qué hora sales?- preguntó él, interesado.
-A las 3 pm.
-Te invito a almorzar- se atrevió Travis, sonrojándose aún más. Nicole rió, también el doble de sonrojada y asintió para retomar su trabajo.

      Mientras Travis y Joseph comían y conversaban, Travis y Nicole intercambiaban miradas y sonrisas de lejos. Cuando terminaron de comer, le pidieron la cuenta y pagaron.
-Vendré por tí a las 3 pm, espérame- le pidió Travis, cuando se iban.
-Te espero- afirmó Nicole, con seguridad.

      La mañana pasó con Nicole entre nerviosa y emocionada, pero cuando faltaban 5 minutos para las 3 pm, se acordó de Daniel. Los dos mantenían un romance muy apacible y romántico, apesar de que no era un noviazgo oficial. Andaban siempre tomados de la mano; se demostraban su cariño mediante besos, abrazos, caricias y juegos pero también se daban su espacio; y Daniel iba a dejarla y recogerla todos los días al trabajo. Y ése día no iba a ser la excepción.

      Daniel apareció por la puerta del Morning Deli con su singular sonrisa. Nicole sonrió de vuelta inevitablemente, aunque preocupada y apenada.
-Hola, princesa de cuentos- dijo Daniel acercándose, ésa era la forma que tenía de llamarla.
-Hola- dijo ella, y recibió el pequeño beso de Daniel.
-¿Cómo va el trabajo?
-Bien, terminando- contestó ella, mirando a todos lados, algo que nunca hacía pues siempre lo miraba cuando hablaban.
-¿Pasó algo?- preguntó Daniel, algo extrañado.
-Sí- contestó ella sin saber cómo decir que ése día no iba a almorzar con ellos, como era la costumbre. Se miraba las uñas sin esmalte y medianamente largas en punta redondeada, en las manos delgadas y delicadas.
-Dime- dijo Daniel frunciendo el ceño y tomando su mentón para obligarla a mirarlo.
-Conocí a un chico, y almorzaré hoy con él- fue directo al grano Nicole. Daniel quitó la mano de su mentón y su rostro se transformó a la molestia.
-No almorzarás con nosotros hoy- concluyó, con tono apagado. Nicole negó con la cabeza, en verdad lo sentía mucho -Está bien, Nicky. Cuídate y que la pasen bien, nos vemos en casa- terminó, volteó y salió del lugar velozmente.

      Nicole lo vió salir tristemente, pero tenía que dejarlo ir si quería conocer a Travis. A la hora de salida, se cambió de ropa y Travis la esperaba afuera. El chico tenía su propia moto y la llevó al barrio alto, donde él vivía. Era muy parecido al sector donde ella vivía en King Town, y en verdad no le agradaba mucho pero era bonito.

     Travis tenía los mismos lujos que ella tenía. Una gran mansión con piscina, cocinero y mozo personal. Almorzaron alegremente, conversando y riendo sin parar. Travis parecía un chico que apesar de vivir en la frivolidad del dinero, era muy similar a ella. Se mostraba alegre, cariñoso y cálido, algo que de inmediato le robó el corazón. Travis pensaba que era muy bonita y adorable, pero a decir verdad no le agradaban mucho las chicas de realidades adineradas que se rebajaban a vivir entre gente pobre. No obstante, no le dijo nada de eso pues quería impresionarla lo más posible.

      La primavera pasó tan rápido como iba y venía la brisa marina en Morning Beach. Nicole se hizo novia de Travis en un par de meses, por supuesto, luego de romper su relación con Daniel. El chico no dijo palabra alguna de ello cuando Nicole le confesó que le gustaba mucho Travis, pero era obvio lo afectado que estaba. Ni con sus hermanos se sinceró, ni nadie lo escuchó llorar en soledad, sobre todo a la noche. Claro, estaba igual de prendado de Nicole, sin embargo tenía que dejar las cosas así. A Nicole le rompía el corazón dejar así a Daniel. Sentía muchas cosas por él, pero en ése momento de verdad quería ser la novia de Travis. Alice y Jacob se limitaron a entender y a apoyarlos a ambos, aunque soñaban con que Nicole y Daniel fueran novios para siempre.

      Cuando el verano comenzó, los chicos decidieron tomarse unas vacaciones. Nicole renunció temporalmente al Morning Deli para salir en tranquilidad con sus amigos. Tenían planeado un tour por las playas cercanas del borde costero: Talmine, Kermode Recife, Bahía Arkeense y la isla Copelia. Iban a llevar los ahorros que guardaron y el mínimo de ropa, pues no iban a tomar buses ni nada de eso.
 
      El primer destino era Talmine. Una mañana, se levantaron temprano, tomaron un buen desayuno y partieron con sus cosas. Caminaron hasta la carretera camino a Talmine, conversando, cantando y riendo, hasta que encontraron a un buen chofer de camión que los dejó al paso de Talmine. No era una playa tan bonita como Morning Beach, estaba más descuidada. Y ésto era porque vivía gente de medio pelo, desorganizada y desordenada, apesar de que nada les hacía falta.

      Las arenas de la playa eran grises y las aguas más bien azules profundo, y el clima era calurosamente húmedo... durante el día. No tenían idea de que las noches allí eran frías. Dormían a escondidas en la playa y entre rocas, y luego de unos días de estancia allí, decidieron que debían irse.

      ¿Tan aburridas iban a ser sus vacaciones, sin aventuras? Los 4 esperaban que todo se pusiera mejor en Kermode Recife. Camino allí, se subieron a escondidas a un bus local con segundo piso y sin pagar. Demoraron un par de horas, y dieron con el lugar. Éste parecía una playa extraída del Caribe. De arenas blancas y finas, mucha vegetación y tranquilas y cristalinas aguas celestes. Era mucho más turístico que Talmine, más distinguido, bello y limpio.

      El clima era caluroso y seco todo el día, por lo que era menos problema aún dormir en la playa a escondidas. Disfrutaron de los paisajes, y de la buena comida en los buenos restaurantes,... haciendo perro muerto. ¡Qué bien se la estaban pasando! Jugaban, conversaban, cantaban, reían y planeaban un sin fin de travesuras para llevar a cabo.
   
      La relación entre Nicole y Daniel se hizo más cercana, puesto que en Morning Beach, tendía a separarlos la presencia de Travis. El trato entre los dos había cambiado de cierta forma, excepto el amor que se tenían. Ambos robaron un par de chucherías, dulces y girasoles de manera especial. En verdad, se habían extrañado mucho desde de la llegada de Travis y ésa era su forma de estar juntos.

      Un crucero más bien mediano y modesto llamado El Subercaseux hizo su llegada al quinto día de la estancia de los chicos en Kermode Recife. Iba a parar por un par de días y según lo que investigaron los chicos, tenía como siguiente destino Bahía Arkeense. La oportunidad para llegar gratis.
-¿Están pensando lo mismo que yo?- les preguntó Nicole, entusiasmada.
-¡Sí, sí, sí!- exclamó y brincó al mismo tiempo Jacob, en señal de apoyo. Daniel rió y miró a Nicole, embelesado por la locura que se le estaba pasando por la mente.
-¿Nos subimos al crucero?- preguntó impresionada y emocionada Alice. Nicole le guiñó un ojo, y miró a Daniel. Él acentuó su sonrisa aprobándola y le besó la frente. Nicole rió y le devolvió el beso en la mejilla.

      Al siguiente amanecer, encontraron la forma de subirse a la mala al crucero. Nadie de los pasajeros los notó pues iban ocupados disfrutando del paisaje y de sus vacaciones, pero sí debían tener cuidado con el personal del crucero. Lograron encontrar una habitación doble vacía hacia la noche, y durmieron apaciblemente hasta la hora de almuerzo.

      Se presentaron en el comedor, pero durante el almuerzo, los pasajeros y el personal del crucero comenzaron a notarlos.
-Plan escape- murmuró Daniel, disimuladamente.
-¿Qué? ¿A dónde vamos a escapar?- preguntó Jacob, asustado.
-El crucero está cerca de Bahía Arkeense y las aguas son más bien tibias, podemos nadar allá- sugirió Nicole, seria.
-Llegaremos hechos polvo- comentó Alice.
-Pero llegaremos- aseguró Daniel, y les guiñó el ojo.

      En eso, notaron que un par de guardias se les acercaban.
-Hay que irse ahora- dijo Alice, poniéndose de pié y arrastrando de la mano a Nicole. Jacob se agarró de la mano de Daniel y las siguieron.
-¡Oigan, ustedes! ¡Chicos!- les gritó uno de los guardias, y apresuraron paso al igual que ellos -¡Alto ahí, polizones!- gritaron y corrieron tras de ellos, lo que hizo a los chicos correr aún más.

      Asustados pero riendo, los chicos alcanzaron la popa del barco. Desde allí, se podía notar que Bahía Arkeense estaba efectivamente cerca. Nicole no la pensó dos veces, soltó a Alice, se encaramó en una de las barandas y saltó al mar. Los chicos se asomaron asustados y sorprendidos a verla, y Nicole salió a flote para saludarlos con su mano.
-Está buena, ya verán- les dijo, con una risotada. Los chicos rieron, y Daniel procedió a ayudar a Alice, mientras los guardias amenazaban con atraparlos. Jacob se encaramó en la espalda de Daniel, el se subió a la baranda y saltó finalmente.

      En el mar, los chicos se miraron y se rieron, para luego darse un abrazo y besos. Era verdad, el agua estaba buena y no había mucho que nadar hacia las orillas de Bahía Arkeense.

      Luego de un par de horas nadando, se subieron a un roquerío seguro y allí tomaron el sol para secar su ropa. Posterior a eso, era tiempo de buscar comida.

      Fueron una fuente de soda para hacer perro muerto como solían. Pidieron buena y abundante comida y bebida, pues estaban hambrientos y sedientos luego de nadar tanto. Terminando de comer, Nicole y Alice fueron al baño. Afortunadamente, había una ventana por la cual podían escapar perfectamente. Mientras, Daniel y Jacob observaban el lugar para idear alguna forma de arrancar.
-No se me ocurre nada, hermano- le dijo Jacob.
-A mí tampoco, tendremos que correr solamente- dijo Daniel, tomándolo fuerte de la mano. Estaban apunto de correr, cuando se les aproximó la mesera.
-¿Y sus hermanas?- les preguntó, curiosa.
-Fueron al baño- contestó Jacob.
-¿Nos trae la cuenta?- preguntó Daniel, tratando de distraerla. La mujer asintió y volteó. Daniel revisó que no hubieran moros en la costa, se puso de pié y tiró a Daniel para correr.
-¡Perros muertos!- exclamó la mesera que los había atendido, para que fueran detenidos. Un hombre que iba recién entrando les bloqueó la salida, pero Jacob pasó por entre sus piernas, mientras que Daniel aprovechó su distracción y lo siguió por el lado.

      Daniel y Jacob corrieron a la parte de atrás de la fuente de sodas, pero antes de éso se encontraron con Nicole y Alice, por lo que continuaron corriendo muertos de risa.

      Llegaron a la playa. Atardecía, y ya era hora de buscar un lugar donde ubicarse para dormir. Bahía Arkeense era una bella mezcla entre Kermode Recife y Talmine, bastante agradable. Caminaban por la Avenida Principal, distraídos con la puesta de sol, cuando Daniel chocó sin querer con una mujer madura y la hizo botar su bola de helado.
-¡Cielos, lo siento!- se disculpó de inmediato.
-¡Vas a tener que pagar el helado de mi esposa, chiquillo!- amenazó el hombre que la acompañaba.
-¡Oiga, él es mi hermano!- le advirtió Jacob, graciosamente enfadado. Ambos se conmovieron extrañamente al verlo.
-Olvídenlo, ya no importa- dijo la mujer sonriendo ampliamente, e hizo el ademán para dejarlos pasar. Los chicos apresuraron el paso, sí que eran extrañas las expresiones de aquella pareja.

      Habiendo encontrado un lugar donde dormir, los chicos se acomodaron. Alice y Jacob decidieron aprovechar juntos los últimos rayos de sol que quedaban para mojarse los pies, mientras que Daniel y Nicole se quedaron a solas.
-Me has sorprendido mucho últimamente- reconoció Daniel, mirándola embobado y sonrojado, sonriendo levemente. Nicole sonrió de la misma forma, sonrojándose.
-¿Por qué?
-Las ideas que tienes- resumió, y Nicole rió, a lo que Daniel se puso serio -Extrañaba mucho que estuviéramos así... solos los dos- confesó, lo que borró toda sonrisa del rostro de Nicole.
-Sé que me he alejado de tí por Travis, y lo siento.
-No lo sientas, es normal porque es tu novio.
-Pero yo también te quiero a tí- confesó sin pensar, lo que la hizo sonrojarse el doble, y a Daniel también -Es decir, no quiero que olvides... que te quiero mucho.

      Daniel sonrió ampliamente, de ésa forma que Nicole adoraba. Ella sonrió también.
-Y yo te quiero muchísimo a tí, recuérdalo siempre- dijo él, y la abrazó.

      Los dos continuaban sintiendo lo mismo el uno por el otro, era obvio. Sin embargo, por ahora, igualmente era obvio que no era el momento de que ellos tuvieran un romance,... porque de seguro lo tendrían más adelante... Ambos lo sentían y lo sabían en el fondo de sus corazones.   

Mística:
¡Oh wao! Este capítulo tuvo varias cosas emocionantes. Primero, ese Travis. ¿Cómo así que Nicole se hizo su novia? Jajaja, eso sí que me sorprendió mucho, y me entristecí por Daniel. Quiere tanto a Nicky que hasta lloró por ella... Aaah, algún día alguien llorará por mí, seguro, hahaha ¡Nah! qué mal hacer llorar a otros xDDD
 
Luego me gustaron esas aventuras, jaja, haciéndose el perro muerto, vaya, esa expresión la he aprendido hoy xDDD. Uuu, esa lanzada al agua fue emocionante, menos mal que la bahía no estaba lejos y pudieron llegar... aunque después de dos horas haha.
 
Ah, y ese matrimonio que se encontraron. Por lo que leí de su comportamiento, deduzco que volverán a encontrárselo xDDD.
 
Y finalmente, la confersión entre Nicky y Daniel. Ellos se aman, no sé que anda haciendo Nicole con Travis.
 
fue un capítulo muy interesante. Espero ya para leer el que sigue xDD
 
¡Continuación!
 
Abrazos xD

Sugarbabe:
XD Jajajajajajaja
Adoro tus comentarios, amiga!
Y me alegro ke hayas disfrutado el capitulo :)
En realidad yo tampoco se ke anda haciendo Nicole con Travis, pero es para darle algo de emocion y complicarles un poco la vida XD
Espero pronto subir continuacion ;)
Beso y abrazo! <3

Sugarbabe:
CAPÍTULO 4
TE AMO

      Los días siguientes en Bahía Arkeense fueron bastante apacibles y agradables. Todo iba muy bien, excepto por el matrimonio maduro aquél que se encontraban muy a menudo. La mujer empezó a saludarlos cada vez que lo veía y todos se mostraron algo reticentes, excepto Jacob. Luego, también los saludaba el hombre y los chicos cedieron, pero en sus miradas continuaba un dejo extraño y misterioso.

      Un día al atardecer, la pareja invitó a los chicos a comer hamburguesas, papas fritas y beber bebidas en una fuente de sodas. Los chicos aceptaron, pero no tenían idea de lo que iba a suceder. A la salida de la fuente de sodas, ambos los invitaron a dormir a su casa por cortesía.
-¡Sííí!- exclamó Jacob entusiasmado y emocionado. La pareja sonrió, pero ni Daniel, ni Nicole ni Alice, estaban contentos.
-No creo que sea buena idea- le dijo Nicole a Daniel en voz baja. Daniel miró a Alice, y ella negó con la cabeza.
-Lo sentimos y muchas gracias, pero no iremos- dijo él.
-Pero Daniel, yo quiero ir- reclamó Jacob, molesto.
-No, Jacob- le dijo Alice. Los rostros de la pareja se transformaron, como si se hubieran llenado de maldad y oscuridad.
-Tranquilos, su hermano estará mejor con nosotros- dijo la mujer y en un rápido movimiento, se llevó a Jacob corriendo consigo.
-¡No!- gritó Nicole horrorizada apunto de correr tras la mujer, pero el hombre la detuvo de inmediato.
-Ustedes no pueden cuidar bien de Jacob, él necesita unos padres como nosotros- les explicó, y salió corriendo tras su esposa. Jacob gritaba enajenado llorando y pidiendo que lo rescataran mientras se subían al auto y los chicos trataban de alcanzarlo. Sin embargo, los adultos eran tan veloces que hicieron partir de inmediato el auto. Para su mala suerte, un camión los sorprendió a la vuelta de la esquina, causando un accidente enorme.
-Oh mi Dios, ¡Jacob!- gritó Nicole apunto de llorar, y los 3 corrieron a verlo. La parte de adelante del auto estaba destrozada al igual que la parte inferior del camión.
-¡Sus padres destruyeron mi camión!- reclamó el conductor desde arriba. Daniel abrió la puerta trasera del auto y por suerte, Jacob había sabido esconderse a la perfección detrás del asiento del copiloto. Al verlos, continuó llorando y se lanzó a los brazos de su hermano. Alice se dió cuenta de que el par de adultos permanecían inconscientes y sangraban, por lo que creyó que lo mejor era que se fueran de inmediato.
-Hay que irse de aquí, ahora- dijo Alice, con los ojos llenos de lágrimas.

      Los chicos se apresuraron hacia la playa, pero de un momento a otro, Daniel los desvió al puerto.
-¿Para qué vamos al puerto?- le preguntó Nicole.
-La isla Copelia está a horas de aquí. Si nos robamos un bote, llegaremos allí por la mañana- contestó Daniel. Nicole y Alice se miraron, pero asintieron a modo de apoyo para la idea de Daniel.

      El puerto estaba ya desierto y se subieron al primer bote varado que encontraron. Daniel lo desató lo más rápido posible, se subió y al rato la marea los llevó mar adentro. En unos momentos pudieron sentirse más tranquilos, rodeados por el viento y la oscuridad que llenó la noche, y sólo rogaron porque la mañana llegara lo antes posible.

      Los rayos de la mañana los vieron varar en un seguro roquerío de la paradisíaca isla Copelia. Era realmente un lugar de ensueño, parecía sacada del Caribe o una copia de Hawai. Sus días fueron los más relajados y en paz de todas sus vacaciones.

      No obstante, un día, se robaron una bolsa de ostras de un pescador. Los chicos nunca habían comido mariscos tan distinguidos y caros, excepto Nicole. Se fueron a una parte segura del roquerío y allí se instalaron a comerlos sólo con limón. Nicole nunca se había enfermado por comerlos así y de hecho a ninguno le cayó mal tampoco. El único que comenzó a sentirse extrañamente mal fue Daniel.

      Posterior a un par de horas de la comilona, Daniel comenzó a sentir fuertes cólicos abdominales, se encerró en un baño por diarrea y tuvo vómitos también, acompañados de insistentes náuseas. Por el momento, los chicos optaron por quedarse cuidándolo en la playa, pero cierto era que Daniel estaba muy mal de salud por culpa de las ostras con limón. La más preocupada era Nicole, quién no se despegaba ni un momento de su lado y no le soltaba la mano. Daniel, por su parte, se refugiaba entre sus brazos.

      Poco después, los síntomas fueron peores. Daniel sintió como si sus dientes estuvieran flojos y a punto de caerse, un intenso dolor de cabeza, un sabor a metal en la boca y lo peor de todo, su frecuencia cardíaca y su presión arterial bajaron. Además, empezó a tener dificultad al respirar y en su piel aparecieron extrañar ronchas acompañadas de picazón.

      Los chicos corrieron de inmediato hacia el hospital más cercano en un taxi que obviamente no pagaron. Allí, fue recibido en la sala de urgencias, a la que lamentablemente tuvo que entrar a solas. El diagnóstico: intoxicación por mariscos relativamente grave. Los chicos morían por verlo, sobre todo Nicole, pero el doctor a cargo de Daniel se los negó hasta que Daniel estuviera en mejor estado.

      Adentro, a Daniel le fueron administrados una serie de métodos para mejorarlo: medicamentos para detener el vómito, líquidos por vía intravenosa para reemplazar los líquidos perdidos por el vómito y la diarrea, un medicamento antihistamínico, medicamentos para detener el vómito, medicamentos para tratar las reacciones alérgicas y un tubo de respiración.

      Un par de horas después, el doctor les permitió entrar a los chicos. La primera en acercarse velozmente a tomar su mano fue Nicole, quién estaba muriendo de angustia por él. Volvió a llorar al verlo profundamente dormido, con el tubo de respiración y la vía intravenosa. Jacob se puso a llorar también, refugiándose en los brazos de Alice.
-Lo siento, chicos... Lo de las ostras fue mi idea- se disculpó Nicole, entre lágrimas. Alice negó con la cabeza.
-No te preocupes, verás que pronto Daniel estará mejor- le dijo, y se abrazaron los tres juntos llorando.
 
      Alice y Jacob se quedaron a dormir en la sala de espera y sólo Nicole se pudo quedar al lado de Daniel, pues compartía habitación con más gente. Aunque en verdad, no durmió casi nada. No soltaba la mano de Daniel, lo observaba dormir y rogaba porque pronto estuviera mejor. No tenía idea qué hubiera hecho si a Daniel le hubiera pasado algo peor. Se daba cuenta de que lo quería más de lo que pensaba, y que sentía más cosas por él de las que hubiera previsto cuando lo conoció.

      En un momento de la madrugada, el sueño la sorprendió con su cabeza a las orillas del colchón, estando sentada en una silla.
-Yo te amo, Daniel- murmuró, unos segundos antes de quedarse profundamente dormida. Daniel movió su rostro hacia ella y abrió un poco los ojos, sonriendo levemente y con un sonrojo en sus mejillas. Había despertado un poco antes habiendo reconocido que ella era la persona que lo tomaba de la mano y había logrado escuchar su murmullo antes de dormirse.
-Y yo te amo a tí- murmuró él, volvió a cerrar sus ojos en paz y se quedó dormido unos momentos después.

      A la mañana siguiente, Daniel ya estaba mejor de salud y muy contento de que Nicole y sus hermanos no se separaran de él. Había cierta vibra romántica especial entre él y Nicole, tal vez porque ayer se habían confesado su amor, apesar de que Nicole no supiera que él lo había escuchado.
 
      Permaneció un par de días más en el hospital y luego lo dieron de alta. Se quedaron un par de días más en isla Copelia y luego emprendieron su viaje de vuelta a Morning Beach. En el puerto de la isla, se robaron otro bote y en Talmine, robaron unas bicicletas para seguir su viaje al hogar.
 
      Al llegar a Morning Beach, lo primero que hizo Nicole fue ir a buscar a Travis. Se presentó en su lujosa casa y la hicieron pasar, pero nunca se había imaginado que se encontraría a su novio tan acaramelado con otra chica. Para más remate, justo llegó en el momento del romántico beso.
-¡Travis!- exclamó, horrorizada y con los ojos llenos de lágrimas. Él soltó a la muchacha y la quedó mirando sorprendidísimo.
-¡Nicky!- exclamó, sin saber qué decirle. Ella se tapó la boca con la mano y comenzó a llorar negando con la cabeza, sin poder creer que él la engañaba -Ésto no significa nada, te lo prometo- se le acercó. Nicole lo empujó con todas sus fuerzas.
-No tienes que explicarme nada, claro está que nunca debí ser tu novia- le dijo entre sollozos, y salió corriendo sin parar, a toda velocidad.

      Llegó a casa secándose las lágrimas y respirando hondo para calmarse y que nadie la descubriera. Sin embargo, Daniel y Alice estaban cocinando para el almuerzo mientras Jacob coloreaba, y todos se dieron cuenta de que algo le pasaba al verla llegar.
-Ve, yo me ocupo- lo mandó Alice a Daniel. Él le guiñó un ojo, se limpió las manos y dejó a Alice y a Jacob en la cocina.

      Daniel subió al segundo piso y se dirigió a la habitación de Nicole. La puerta estaba cerrada, pero se podía escuchar sus suaves sollozos. Entró sigilosamente sin pedir permiso y la encontró en la cama, con la cara hundida en su almohada.
-Nicky- le dijo y se sentía horrible por verla así, sabiendo el por qué. Ella se asustó y preocupó, dejando ver su rostro y mirándolo entre sollozos. Daniel estiró su mano hacia ella, ella lo tomó, se levantó y se lanzó a sus brazos. Daniel le acarició el pelo y le besó las mejillas, para hacerla sentirse mejor.
-Travis...- intentó explicar, con la voz quebrada.
-Ssshh, ya lo sé... Te ha roto el corazón- dijo Daniel, y ella sólo asintió. Suspiró de angustia por ella -La gente que no te quiere bien no merece una lágrima tuya. Así que no debes llorar, eres demasiado hermosa para ello- le dijo, tomando sus rostro para secarle las lágrimas. Ella suspiró calmándose y mirándolo a los ojos.
-Supongo que tienes razón- dijo, sintiéndose algo mejor.
-Odio verte así, prométeme que lo olvidarás y estarás mejor- pidió él, sonriéndole amorosamente. Ella dejó escapar una leve risa, pues su sonrisa continuaba encantándola y sonrió levemente, aún un poco apenada. Asintió y en un arranque de amor, Daniel depositó un pequeño beso en sus labios. Nicole quedó mirándolo sorprendida y nerviosa, y él la dejó a solas sin más.

      ¿Estaba enamorada? Aquél beso había liberado las mariposas que solía sentir en su estómago por él, aunque ahora se sentía más que nunca. Sonrió levemente, era increíble lo rápido que había podido sentirse mejor por causa de Daniel.

      Los días que siguieron de vuelta al trabajo, Nicole se sintió mejor de su desilusión amorosa, pero sentía la necesidad de visitar por unos días a su tió Ernest en King Town. Daniel le estaba haciendo sentir cosas mucho más que antes y necesitaba poner su cabeza y sentimientos en orden. Por su parte, Daniel intentaba controlar su amor por ella, apesar de que ahora tenía el camino libre para conquistarla. Tenía que darle algo de tiempo para recuperarse y olvidar por completo a Travis.

      La chica se comunicó con su tío y por suerte él andaba de vacaciones sin salir de King Town, por lo que era su oportunidad para viajar a verlo a su ex-casa. Él fue a buscarla personalmente a su casa, pudiendo conocer a Daniel y a los chicos, alegrándose enormemente de que no estuviera viviendo sola allí.

      Disfrutó mucho el camino a King Town, pues extrañaba tanto a su tío como él a ella y volver a verlo era lo mejor que podía pasarle en ése momento.

      Sólo estuvo un par de días en King Town saludando a Kiara y Maci, y luego su tío la invitó a un pequeño viaje a Miami, Estados Unidos. Habían estado en varios lugares de ése país, pero su ciudad favorita en común era ésta. Para la suerte de Nicole, Rihanna daba un concierto por ésos días allí. Ella era su cantante favorita, por lo que Ernest la invitó sin dudar a verla por segunda vez en uno de los mejores lugares.

      Estar lejos de Morning Beach y junto a su tío compartiendo miles de cosas y divirtiéndose por millones, le hizo a la perfección. Cuando viajó para volver donde Daniel y los chicos, pudo darse cuenta de lo bien que estaba y de lo bien que se sentía. Travis no significaba más para ella que un feo recuerdo del pasado en comparación con Daniel. Para ella, él era el único chico que le importaba, así que no podía esperar para ver lo que le deparaba el destino a su lado. Por ahora, ansiaba volver a verlo, volver a ver los chicos, entregarle todos los regalos y recuerdos de Miami que les tenía y reanudar su feliz vida junto a ellos.

Mística:
Oh, Dios!!
 
Este capítulo sí que estuvo lleno de aventara. Ah, ese matrimonio ya me daba mala espina desde que se lo encontraron en el otro capítulo xD. Además, qué malvado plan de invitarlos a comer hamburguesas y papitas fritas para conquistarlos. Menos mal que tanto Nicole como Daniel y Alice estuvieron siempre con esa artera desconfianza.
 
y aún así, por poco secuestran a Jacob uuu. Y ese del camión se me hizo gracioso. Supongo que el que recibió mayor daño fue el choche, haha. Qué bueno que no hubo muertos, aunque ese matrimonio lo merecía por partarse de esa manera tan... de secuestradores xDDD.
 
Oh, y entonces viene lo del hospital, haha. Excelente narración con lo de los líquidos y todo eso para que Daniel pudiera recuperar su buena salud xDD. Ah, me encantó cuando Nicky le dijo que lo amaba y más que Daniel lo hubiera podido escuchar xDDD. Ya me imagino la vibra romántica entro ellos, jajaja.
 
¿Un concierto de Rihanna? Wow!! final perfecto para este capítulo, aparte claro el término de la relación de Nicole con Travis ewe.
 
¿Qué va a suceder ahora? Necesito la continuación para saberlo, así que:
 
¡Continuación! xDD
 
Gracias que te gustan mis comentarios ewe. Abrazos y besos.

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