Rincón del Artista > Expresión escrita
-THE GALAXY TOUR-
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Capítulo 5
-¡Estas loco Saito! ¡Vamos, salgamos de aquí! ¡No querrás estar para cuando despierte!-Exclamo Ikky empujando a Saito hasta la entrada de la casa para sacarlo de allí a cualquier otro sitio después que fuese lejos. -No vuelvas a hacer eso, Saito. ¡No lo vuelvas hacer!-lo regaño Ikky mientras iban de camino en una especie de vehículo automático que levitaba del suelo hasta la casa de Tsukine.
-¿Porque no? Ella se lo merecía.-replico Saito de manera pacífica.
-Pero aún así ella es tu madre y...y... Tienes que respetarla.-La verdad es que se estaba imaginando lo peor y no sabía como explicarle lo que le sucedería después de lo que el le hizo a Miho.
En eso llegaron a la casa de Tsukine. Ikky toco el timbre de la casa y el muto mayordomo de la casa abrió la puerta.
-Vinimos a ver a Tsukine.-Dijo Ikky amablemente.
El muto sonrió y les cedió el paso al interior de la residencia de la familia Shionore. Saito e Ikky se dirigieron hasta la sala de invitados de la casa y se sentaron en uno de los muebles. En eso apareció Tsukine vestida con un lindo traje amarillo pomposo, el pelo suelto con una rosa amarilla al costado, unas zapatillas del mismo color y las cintas amarradas a sus piernas. En su mano derecha tenía un aparato electrónico.
-¡Hola!-saludo Tsukine. Ella había pensado que había sido sólo Ikky el que había ido, pero al ver que Saito lo acompañaba, corrió directamente hasta donde el y lo abrazo con fuerzas. -¡Saito!-exclamo sin aún dejarlo de abrazar.
-Hola... Prima.-Dijo Saito tratando de separarse del abrazo.
-¡Que sorpresa Ikky, no me los esperaba aquí! -sonrió Tsukine.
-Pues yo tampoco pensaba terminar aquí.-dijo con una gotita de agua en la nuca. -Verás, Saito recordó algunas cosas de su infancia.-dijo ikky mirando a Saito.
-¿lo dices enserio? ¡Eso es genial! -los miro Tsukine a ambos.
-Si, pero esos recuerdos hizo que le dieran rabia y dejo a su madre inconsciente.-terminó de explicar Ikky.
-¿Qué hiciste que, Saito?-dijo Tsukine con cara de horror. -¿pero porqué? -se tapó la boca con ambas manos con asombro.
-Porque se lo merecía. ¿Porqué todos le tienen miedo a mi madre?
-Mejor olvídalo Saito.-dijo Tsukine con una gotita de agua en la cabeza.-Bueno, ya que están aquí les nuestro la canción nueva que escribí.-dijo Tsukine encendiendo el aparato que tenía en la mano que presento de manera 3-D lo que había escrito:
Se q no puedo seguir así
Pero ya mi corazón decidió q te amara
Q es lo primero q debería decir?
Mi cabeza no deja de girar
Mi amor por ti es algo fuera de lo usual
Por favor escúchame,
Duele aquí
Y por pensar en ti mis lágrimas caerán
Quisiera brillar como una estrella
Porq se q a mi me confiarías tus deseos
Quisiera brillar como una estrella
Y así cuidaría cada uno de tus sueños
Te amo solo a ti
Por favor escúchame
Duele aquí
Y Por pensar en ti mis lágrimas caerán
Quisiera brillar como una estrella
Porq se q a mi me confiarías tus deseos
Quisiera brillar como una estrella
Y así cuidaría cada uno de tus sueños
-¡Esta genial Tsukine!-Dijo Ikky al finalizar de leerla.
-Gracias.
-Bueno Saito, sólo falta que tu escribas tu parte para que entonces después Tsukine y yo podamos ponerle la música. -dijo ikky pasándole el aparato a Saito que también tenía un teclado touch 3-D.
-¿Qué?-dijo sorprendido casi bufeando. -Lo siento, yo no escribo. Eso es para niñas.-dijo Saito.
-¡Tienes que hacerlo! Son tus sentimientos no los de ninguno de nosotros. Es así como siempre juntos han funcionado Saito.-trato de convencerlo Ikky.
-¿Mis sentimientos, eh?-dijo Saito levantando una eja y empezó a escribir. En un santiamén ya había terminado y la canción término así gracias a el:
Solo a las estrellas (saito y tsukine)
Tsukine (saito)
Se q no puedo seguir así
Pero ya mi corazón decidió q te amara
Q es lo primero q debería decir?
Mi cabeza no deja de girar
Mi amor por ti...(ya se q es algo fuera de lo usual)
Por favor escúchame... (No me importa lo q dirás)
Duele aquí...(lo siento, las cosas no van a cambiar)
Por pensar en ti mis lágrimas caerán
Quisiera brillar como una estrella
Porq se q a mi me confiarías tus deseos
Quisiera brillar como una estrella
Y así cuidaría cada uno de tus sueños
Saito (tsukine)
Yo solo vine a este mundo a cantar
Los sentimientos no forman parte de mi plan
Si me quieres ayudar
Sólo cállate y déjame a mi continuar
Nuestra voz... (Ya se q a la galaxia estremecerá)
Atiéndeme... (Es lo q siempre he estado haciendo)
Esto es importante... (Esta bn, ya suéltalo)
Yo por ti no siento nada especial
Sólo a las estrellas confiare mis deseos
Por más infantil q parezca, es mi único refugio
Sólo las estrellas son las q cuidan mis sueños
Por más infantil q parezca, es mi único refugio
Tsukine (saito)
Te amo solo a ti... (Lo siento, solo vine a cantar)
Por favor escúchame...(los sentimientos no forman parte de mi plan)
Duele aquí...(por ti no siento nada especial)
Por pensar en ti mis lágrimas caerán
Quisiera brillar como una estrella
Porq se q a mi me confiarías tus deseos
Quisiera brillar como una estrella
Y así cuidaría cada uno de tus sueños
Saito
Sólo a las estrellas confiare mis deseos
Por más infantil q parezca, es mi único refugio
Sólo las estrellas son las q cuidan mis sueños
Por más infantil q parezca, es mi único refugio
Cuando Tsukine leyó lo que Saito escribió no pudo contenerse y empezó a llorar y se fue a su habitación.
-Eh, Saito, ¿no crees que fuiste un poco cruel con lo que escribiste en la canción de Tsukine?-Dijo ikky mirando el camino por el cual Tsukine se fue.
-No, me parece perfecto. Son mis sentimientos, ¿no?-dijo Saito.
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Capítulo seis.
Ikky primero subió hacia la alcoba de Tsukine, la cual lloraba muy desconsoladamente y con cierta exageración. Se podía oír su llanto desde la planta baja, así que al subir las escaleras, el chico ya sabía con que podría encontrarse.
Al principio tocó la puerta con sus nudillos muy suavemente, pretendiendo no alterarla más de lo que estaba. Aunque, de todos modos, no le respondió más que con otra cosa que no fuera gimoteos peor de dramatizados que los que hacía al apenas encerrarse allí dentro.
Suspiró suavemente, inflando el pecho y conteniendo parte de su aire. Se masajeó las sienes y se esperó lo peor: Directamente abrió la puerta hasta cierto punto. Lo único que recibió fue más gritos de una chica evidentemente alterada. Sin embargo, en vez de cerrarla completamente, darse la media vuelta e irse, decidió abrirla por completo y entrar a paso algo inseguro y enfrentarla cara a cara.
Tsukine, en cambio, al notar que la miraba con tranquilidad y a la vez tristeza, se enfureció mucho más por eso que por haber ingresado allí sin permiso de ella. A veces podía ser muy neurótica con ciertas cosas, entre ellas que la miraran con “lástima” (Cosa que Ikky no estaba haciendo, pero ella lo interpretó así en su momento). Instantáneamente, ella comenzó a rebolearle descaradamente cada objeto con el que se encontraba en su camino y a mano.
El pobre Ikky tuvo que cubrirse la cara con un brazo para evitar que las cosas cayeran en medio de su nariz y lo lastimaran.
— ¡Tsukine! No vengo para molestarte, sino para consolarte— Lo dijo en un tono algo ahogado.
— ¡No necesito tu consuelo! ¿Sabes? Estoy cansada de que todo el mundo me vea como algo débil y alguien a quien consolar todo el tiempo — Repentinamente dejó de tirar cuan cosa hubiera por ahí al alcance de su mano y agachó la cabeza, mirando el suelo alfombrado de azul eléctrico.
—Si te interesa saber, yo no te considero como alguien débil a quien deba consolar todo el tiempo. Creo firmemente que eres delicada, lo justo para desempeñarte bien en todo lo que hiciste hasta ahora y en la forma que tratas a los demás…
Alzó la mirada.
— ¿Es cierto lo que dices?
—Claro. Además creo que eres muy especial.
En eso, Tsukine volvió a malinterpretarlo y le arrojó un peluche relleno de material pesado que le dio de lleno en el rostro.
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Shayleigh se estaba preparando para dar otro de sus mega conciertos. Ya había brindado un espectáculo enormemente sorprendente el día anterior y ahora le quedaban programados como cinco conciertos más en la parte sur de América, aunque estaba decidiendo si agregar más fechas en muchos países más de la América sureña o doble fecha en un mismo país.
Agarró el cepillo del pelo y se relamió los labios como si degustara un delicioso dulce. Se sentía mucho más que feliz siendo quien era… Aunque en parte había ciertos cabos sueltos en su historia personal que la llegaban a perturbar.
Sacudió la cabeza bruscamente y puso la mejor sonrisa que podía formar en su bello rostro de ángel. Se paró de su asiento y comenzó a contemplar su figura cubierta por una bata de toalla amarilla frente al espejo. Se estaba preparando psicológicamente. Y esa era una de sus rutinas.
Tomó la malla gris que le permitía cambiar de ropa al instante de una manera que parecía mágica en vivo y en directo , se la colocó y eligió una prenda : Un vestido rojo con un gran moño detrás de su espalda con unos guantes de cuero negro de los que sobresalían encaje del mismo color.
De esa manera, salió al escenario y dio un espectáculo que dejó marcado el corazón de muchas personas en una sola noche.
__
Estaban pasando el recital por la Televisión.
Saito odiaba ver tele, pero esta vez sintió la obligación innecesaria de prender aquel aparato. En el canal estaban dando la cobertura en vivo del show principal. Observó por un segundo las expresiones de la idol del momento y se sintió algo incómodo, incluso hasta enojado.
Se cruzó de brazos y optó por seguir contemplando la misma imagen de la chica que vio en el camino a su casa en los carteles de toda la ciudad.
En ese momento… vino una avalancha de de recuerdos a su mente. Se mareó un poco y se sujetó como pudo del apoya brazos del sillón. Volvió a ver a Shayleigh y sintió un odio espantoso hacia ella. Le parecía odiosa.
Tenía que superarla.
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Capitulo 7: Consejos para mejorar.
-¡Eres imposible Ikky!- Le grito Tsukine después de haberle lanzado el peluche a Ikky; aun seguía llorando. Solo había una razón por la que nunca le creería a Ikky cuando le dijera cosas de que era especial y cosas descendientes: Varios años atrás, cuando Tsukine tenía 12 años, ella estuvo enamorada de Ikky. Antes de declarársele, se la pasaba todo el tiempo con el aparte de que era muy atenta a él. De hecho, por esas atenciones en la escuela los molestaban. Un día ambos habían salido a una pista de patinaje y Tsukine le confesó su inocente amor cual Ikky no le correspondió; Tsukine termino muy lastimada, pero el único que borro las lagrimillas de triste amargura de la mencionada, fue Saito; su primo. Fue cuestión de nada que Tsukine se olvidara del amor que sentía por Ikky y terminara enamorada de su primo Saito.
Mientras la discusión proseguía, Iris se asomo a la entrada de la habitación de Tsukine.
-¡Dios mío, Tsukine! ¡Deja ya el drama; tu llanto se oye por toda la casa y no me permite practicar!-Dijo la chica de ojos esmeralda y cabello negro con pequeñas vueltitas; esta había sido adoptada por los Shionore desde que era bebe. También Iris era hermana biológica de Ikky, pero esa es otra historia.
Tsukine, por el gran respeto que le tenía a Iris después de ciertos hechos que ocurrieron en su infancia, dejo de llorar.
-Gracias.- Dijo Iris con la actitud que la caracterizaba. –Y cabeza de chorlito-dijo refiriéndose a Ikky. -¿Cuándo tendremos el duelo de violín?-Iris se lo había propuesto tiempo atrás.
-No sé, un día de estos.-Le respondió Ikky.
-¿Qué me tienes miedo?-Lo reto.
-Claro que no.
-Entonces que el reto sea aquí y ahora; busca tu violín.-Dijo Iris retirándose para ir a su cuarto a buscar su violín. Ikky suspiro y obedeció; bajo a la sala por su violín. Tsukine solo se miro el espejo para limpiarse la cara y después bajo detrás de Ikky. Si había reto necesitaban jurado; y Saito también ayudaría como jurado.
Cuando bajaron los tres bajaron a la sala de invitados vieron a Saito tirado en el piso como si estuviese defectuoso (por su condición de cyborg). Repetía muchas veces el nombre Shayleigh Maria Stone y se retorcía en el piso. Tsukine alterada, saco una especie de chapas que le permitía ver los circuitos dentro del cuerpo de de Saito y ver donde estaba el problema. Observó detenidamente las partes del cerebro de Saito; casi al instante noto la falla Saito estaba teniendo y fue rápidamente resuelta con unos truquitos que los que compusieron a Saito le dieron a Tsukine en caso de que este empezara a fallar como lo fue en este entonces. Luego cuanto Saito estuvo listo, Tsukine le dio un “restart”.
A lo que Saito se reiniciaba, se percataron de que el televisor estaba prendido y pasaban el concierto de Shayleigh. Tsukine lo observo par de segundos y después apago el monitor algo furiosa. La cantante, la rival de ellos, había alcanzado un nivel mucho más alto en ese mes que estos habían perdido; el objetivo se estaba volviendo insuperable.
Saito ya se había reiniciado y abrió con cierta lentitud los ojos y se llevo la mano a la cabeza.
-Veo que dejaste de llorar.-Dijo Saito mirando a Tsukine al rostro; este se levanto y se acomodo en el sofá, luego observo que Ikky e Iris tenían sus violines. -¿Me perdí de algo?-Alzo la ceja mirándolos a los tres como si de criminales se tratase.
-No, nada importante.-Le dijo Tsukine; Saito había puesto la vista en Iris porque no recordaba ni quien eras. Tsukine se dio cuenta de eso. –Deja de mirarla así Saito, es mi hermana; Iris Shionore.-Dijo suspirando resignada.
-No se parece nada a ti.
-Nadie dijo que éramos de la misma sangre.-Le espeto Iris sarcástica.
-¿Eres adoptada?-Pregunto Saito.
-Si.
-Que familia de mierda.-Mascullo Saito entre dientes.
-Bueno, parece que hemos olvidado el objetivo aquí; vamos hacer el dueto, ¿sí o no?-Dijo Iris tomando el control remoto para encender una pista.
-Sí, si.-Dijo Ikky y coloco su violín en posición para tocar.
Tsukine se acomodo al lado de Saito mientras Iris e Ikky ocupaban el medio de la sala. La pista era el dupstep de la canción [1]Shadows. Iris tomo su violín en posición esperando su turno para tocar.
Ikky movía sus dedos por todo el brazo del violín con una agilidad increíble, y el arco lo movía con elegancia y perfección. Era hermoso. Aunque Iris tenía algo que a Ikky le faltaba que era presencia escénica; moverse al ritmo de la música mientras tocaba el violín; simplemente vivir. Saito y Tsukine solo miraban sin emitir comentario alguno.
Después de tocar otras canciones de diferentes géneros y artistas, Iris hizo que Ikky, Saito y Tsukine la atendieran.
-Se que los tres están frustrados porque su grupo no ha logrado progresar mucho del último tiempo para acá.- Empezó hablando Iris sentándose en frente de estos tres. –Pero si ustedes quieren superar a Shayleigh, van a tener que escucharme: para empezar van a tener que tocar el mismo tipo de música que ella, o algo similar, cuestión que el público pueda comparar porque si notan su grupo y el de ella son totalmente opuestos, aunque el de ella toca música mas popular que hace que la gente le guste más y lo prefiera. Segunda cosa: Ikky, si quieres que la gente te ame, vas a tener que bailar mientras toca. Tercera cosa: Tsukine y Saito, van a necesitar trabajar más como equipo. Antes lo hacían muy bien, ahora no sé, pero deben empezar a poner más de su parte. Y Tsukine, por favor, ¡tienes que dejar el drama ese! Si no te gusta que te arruinen las canciones, entonces escríbelas por ti sola.-Y asi siguió Iris hablándole desde su punto de vista las cosas que tenían que hacer, las cosas que debían mejorar y las que deberían eliminar para que el grupo pudiera llegar a ser tan famoso y reconocido como el de Shayleigh Maria Stone.
Snade:
CAPITULO 8
Ikki no estaba de acuerdo con todo lo que había dicho Iris.
Por empezar, si tocaban la misma música que la idol del momento, iban a recibir críticas muy duras y negativas de parte de los medios. Seguramente los llamarían “copias descaradas” de Stone o incluso hasta plagiadores… como si nadie más pudiera tocar su mismo género musical.
Si bien ellos eran más de la música melódica, también la mezclaban con el género pop. Por eso no entendía la razón de porque fallaban. Tal vez era mala suerte, poca suerte o simplemente, nada de suerte.
Cuando estaban alcanzando a estar en revistas moderadamente importantes e incluso a tener su propia pequeña nota en revistas como la Rolling Stone o la Billiboard, Saito tuvo que tener ese misterioso intento de asesinato. Ellos no tenían enemigos. No se metían en problemas con nadie como para que a un individuo se le ocurriera atacar de forma tan salvaje a Saito, hasta casi matarlo; llegando incluso a tener que convertirlo en un cyborg para salvarle la vida.
Suspiró un poco deprimido.
Sentía que nada de los esfuerzos que hacían servían de algo ara seguir progresando en el mundo de la música.
Segundo… él, Ikky, era malísimo bailando. Pero cuando se dice malísimo, cumple estrictamente todo el sentido de la palabra.
No era exagerado decir que parecía tener dos pies izquierdos, puesto que se enredaba con ellos tan solo al caminar. Imagínense bailando… sería realmente terrorífico. Capaz hasta se podría caer encima del público desde el escenario.
Prefirió callarse antes que discutir con Iris.
—No creo que pueda bailar mientras toco el violín — Comentó solamente eso.
—Claro que vas a poder — Casi se lo come crudo.
—Si no lo haces, te voy a golpear — Agregó Saito.
Ikky tragó duro.
--
Un día de esos, Ikki se propuso a empezar a practicar. No dejó pasar demasiado tiempo, puesto que si no perdería bastante con eso.
Movió un espejo hacia la sala de su casa y allí comenzó a dar unos saltitos mientras tocaba el violín. No podía siquiera pegar una nota estando en continuo movimiento.
Entonces decidió recorrer de una punta a la otra el living, esta vez, trotando levemente. Tampoco.
Y así intentó toda la tarde… Hasta que llegó un punto, en que se enredó con sus propios pies, como solía hacerlo comúnmente y se cayó encima de su preciado violín, destruyéndolo completamente.
Esto lo enojó muchísimo, tanto que se lleno de una rabia incomprensible y comenzó a llorar como si se tratase de un niño pequeño al que le habían robado un dulce.
Ese violín se lo habían regalado en un desdichado día en su cumpleaños en el orfanato. El regalo más lujoso que le habían dado a un niño allí dentro, pues normalmente todos debían conformarse con lo básico: ropa, calzado, útiles escolares y comida.
Ikki había sido adoptado a la edad de cinco años, y ni siquiera sabía el día en que había nacido. Solo estaba consciente de que su fecha de cumpleaños era el día que lo habían abandonado en la puerta de ese lugar y lo recibieron con los brazos abiertos para que las tutoras lo mantuvieran.
Si bien, su madre del corazón, Meianne, le había comprado un violín eléctrico cuando había empezado su carrera en “GALAXY TOUR”, y de lo que estaba profundamente agradecido también, él prefería su violín de madera, pues, “sonaba exquisito y muy melancólico”.
A veces sentía que era el único objeto que lo comprendía completamente y expresaba claramente sus verdaderas emociones. Era como una parte más de su cuerpo.
En eso, se acercó Meianne al escuchar el ruido de algo romperse. Por un solo momento pensó que se había lastimado alguien.
— ¡Ikky! ¿No te pasó nada? — Lo ayudó a levantarse y notó el instrumento hecho pedazos debajo de él — Ikky… — Lo abrazó fuertemente. Sabía perfectamente que eso era su objeto de consuelo — Lo lamento. ¿Qué estabas haciendo, mi amor?
—Intentaba ser mejor. Pero lamentablemente, no puedo serlo.
—Mentira , Ikki — Se acercó amorosamente a su oído — Tú puedes hacerlo — Y se sonrió .
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Capítulo 9:
-¡Eres un menso, Ikky!-le dijo Iris bastante enfadada tras enterarse de la historia de intentar bailar tocando el violín sin siquiera tener una base de lo que danzar es. -¡A ti nada más se te ocurre!-le dio un golpecito en la frente.
Ikky solo bajo la cabeza apenado. Bien no valía la pena discutir con ella, pero si tuviese el valor necesario, le diría algo como que ella tampoco había especificado cuando le sugirió que bailará mientras tocaba el violín.
-Pero pues, ¿que se puede hacer? A pesar de que estamos en el año 3,500 aún no se acaban de inventar la máquina del tiempo.-suspiro Iris diciendo esto último.
Ikky igual mantenía la mirada gacha, y luego salió del cuarto de su hermana. Suspiro tristón porque ya no tenía su preciado violín. Tsukine lo había estado esperando fuera de la habitación y cuando este salió lo abrazo por la espalda.
-No pasa nada Ikky, todo esta bien.-dijo Tsukine tratando de brindarle consuelo.
-No todo esta bien, ya no tengo a mi violín.-estaba triste como si hubiese muerto alguna persona cercana a el.
La atmósfera estaba entre tensa con cierto aire de tristeza.
-Bueno, pero mira, quizás esto si te anime aunque sea un poco.-le sonrió. Luego saco un aparato color azul-transparente. Hundió varios botones y ahí le mostró un e-Mail que le había enviado la compañía YAMAHA. La misma compañía que había contratado a sus padres para cantar cuando estos eran jóvenes. -Quieren contratarnos.-sonrió más ampliamente.
Ikky tomo rápido el aparato y empezó a leer el e-Mail.
-Genial, la oportunidad que estábamos esperando.-dijo con los ojos bien abiertos aunque no mostraba emoción con su voz. -La oportunidad que estábamos esperando y yo tuve que destruir mi violín. -se llevo la mano libre al pelo agarrandose las greñas con rabia. La noticia en vez de contentarlo, lo que hizo fue hacerlo enojar más porque no tenía a su preciado instrumento ahora consigo.
Le devolvió el aparato.
-Yo se que como el violín que rompiste no había ninguno, pero puedes usar el eléctrico para tocar.-trato de animarlo, pero no lo logro.
Se acercaba rápidamente el día en que la compañía los quería ver. Pero Saito parecía no tener interés en el grupo e Ikky estaba verdaderamente destrozado por lo de su violín.
-¡Hermanita por favor, dame tu violín para regalárselo a Ikky! Tu violín es el único violín en el mundo que es igual al de Ikky y que fue un obsequio por parte del orfanato! ¡Además tampoco lo usas porque tienes otros diez! ¡Anda no seas así!-le decía Tsukine yendo detrás de ella.
-Te dije que no.-decía Iris.
-¡Anda hermanita! No acepto "no" por respuesta.-decía Tsukine haciendo puchero.
-¡Esta bien! ¡Dios mío, pero déjame en paz!-grito iris.
Subieron a la habitación de la pelinegra, y entre las cosas Iris saco el violín que le habían dado en el orfanato. No tenía cuerdas y estaba lleno de polvo. Tsukine miro el instrumento con la cara larga pero esperaba que esto resolviera para ver la hermosa sonrisa de Ikky de nuevo.
-Gracias hermanita.-dijo Tsukine sonriendo llevándose consigo el instrumento.
Tenía fe de que el violín haría feliz a ikky a pesar de que tendría que limpiarlo y ponerlo en condiciones para poder tocarlo.
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