Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen.Advertencias: Insinuación sexual. Lime.
—Bla bla —Diálogo.
—
Bla bla —Pensamientos.
Querido profesor
Capítulo II/III
Observándolo desde su banco, Ino sonrió inocentemente mientras esperaba que sus compañeros abandonaran la sala de clases.
Sabía que tenía actuar pronto, pues en cualquier momento su profesor se iría rápidamente de dicho lugar. No quería tener que perder tan valiosa oportunidad… Era tiempo de comenzar...
—Kakashi-sensei — lo llamó levantándose de la silla y comenzando a caminar hacia donde estaba él.
—Yamanaka — dijo como si nada, tomando entre sus brazos unos cuantos libros que tenía sobre la mesa.
—No entendí la última parte de la clase, ¿me la podría explicar, por favor? — pidió adorable, sonriendo como una niña ingenua.
—En este momento no puedo, debo asistir a una reunión con la directora — Kakashi respondió tajante, comenzando a caminar.
No obstante, Ino le detuvo el paso, parándose frente a él.
—Es que de verdad no entendí.
Frunciendo los labios ocultos por la bufanda, se recordó a sí mismo que debía mantenerse alejado de ella, pues desde aquel día en que Ino le entregó el libro que había dejado olvidado, los sueños durante la noche se habían transformado en húmedos, teniendo como protagonista a ella, Ino Yamanaka.
No podía permitirlo. ¡Era su alumna!
—No puedo.
—Pero necesito aprender — chilló infantil, haciendo un puchero. —¿Por favor, profesor?
Debatiendo entre la ética pedagógica y las reacciones de su cuerpo, decidió que era más factible seguir la ética. Por tanto, como profesor que era, debía procurar que sus alumnos aprendieran, obviamente, dejando de lado sus deseos subidos de tono.
—Hay clase de reforzamiento a las 18 en esta misma sala.
—¿Quiénes asisten? —estaba curiosa, ya que no quería estar metida en una clase en donde estaría rodeada de alumnos. NO, quería estar sola con él para poder ejecutar su plan de acción.
—Los alumnos de las 3 secciones.
Soltando un respiro de disconformidad, se cruzó de brazos bajo el pecho.
— ¿No pueden ser clases particulares?
Tragando duro, Kakashi comenzó a sudar. ¿Acaso su alumna se le estaba insinuando? No, seguramente era una mala pasada de sus pensamientos pervertidos.
—No.
—Está bien, entonces a las 18 estaré aquí —no contenta, en absoluto, se volteó y caminó hacia su banco para buscar sus cosas.
Si quería que su estrategia saliera a la perfección, debía también soportar algunos obstáculos que salieran en el camino, aunque ello significara que tuviera que asistir a una clase que no tenía ni su más mínimo interés.
—Adiós, Yamanaka.
...
Cuando la clase de reforzamiento comenzó, no prestó atención alguna. De hecho, ni siquiera tomó apuntes. Todo debido a la distracción principal de su objetivo; Kakashi.
Obviamente tenía que hacer algo al respecto y cuanto antes mejor, porque la semana entrante tendría un examen que sería decisivo en su promedio, por lo que debía actuar ya.
—Y eso es todo por hoy, espero que hayan resuelto sus dudas. —Finalizó Kakashi, borrando los garabatos que había anotado en la pizarra.
Ino sonrió cuando la clase por fin terminó. Y gracias a Kami había pocos alumnos que procuraron salir rápidamente del aula.
Retrasándose en recoger sus cosas, se levantó de la silla y miró de soslayo a Kakashi que aún borraba la pizarra.
Era en ese momento o nunca.
—Kakashi-sensei — lo llamó caminando hacia él.
En el momento que él volteó, Ino ya se encontraba a escasos centímetros de su cuerpo.
—¿Si?
—Hay algo que no me quedó claro… — murmuró arrebatándole el borrador a su profesor.
—¿Qué cosa? —aunque estaba sorprendido por el actuar de la rubia, no alegó nada en contra de su conducta por haberle quitado aquel objeto.
—¿Le gusta el Icha Icha Paradise, no? — lo miró a los ojos.
¿Qué? ¿Pero qué clase de pregunta era ésa? ¿Y por qué diablos a ella le interesaba si le gustaba o no?
Aunque sabía que tenía una doble intención, pues la semana pasada su alumna había encontrado aquel libro sobre su escritorio y se lo había entregado ella misma.
—¿Qué?
—Mi tío… creo que lo conoce —avanzó un paso hacia él. —¿Jiraiya? ¿Lo conoce, verdad?
Ampliando los ojos, Kakashi retrocedió un paso cuando sintió la cercanía. No tenía idea que Ino Yamanaka estaba vinculada con el autor de su libro preferido.
—Él me contó que ya tiene el volumen VII terminado. Y estaba pensando en… —avanzó nuevamente un paso hacia él que ya estaba en contacto con el pizarrón. Lo tenía acorralado. —Quizá le gustaría tenerlo primero que nadie.
—¿Qué es esto Yamanaka? ¿Por qué tal ofrecimiento? — conociendo la respuesta de antemano, igual decidió preguntar. Era obvio lo que planeaba su alumna.
Sobornarlo.
—Nada en especial, sólo le decía. —Con audacia, dejó caer el borrador a un lado de Kakashi. —Ups, se me cayó — jugando con fuego, se agachó frente a él que estático la miraba perplejo.
Estaba con taquicardia. Su inocente alumna estaba agachada justo a la altura de su entrepierna. ¡Oh, queridísimo Kami!
Si alguien entraba en ese mismo instante a la sala, quizá qué cosas pensaría.
Debía hacer algo al respecto, debía… Oh, no.
Cuando Ino se levantó, lo hizo muy apegada a él, con la ambigüedad resuelta en su actuar.
Felicitándose a sí misma internamente, se apegó aún más hacia el cuerpo de su profesor.
—¿Pasa algo, sensei? — se friccionó en contra de él, lentamente, sólo para estimularlo.
—Esto… —inspirando con dificultad, logró posar ambas manos sobre los hombros de la rubia. —Detente —con mucha fuerza de voluntad logró pronunciar aquella palabra.
No obstante, no sirvió de mucho, pues casi al instante un bulto se le formó en los pantalones. ¿Pero qué diablos le pasaba a su cuerpo? Oh, sí, lo olvidaba, era un hombre…
—No creo que quiera…—no dejando de lado una sonrisa picarona, Ino miró la entrepierna de Kakashi. —¿Verdad?
Sonrojado –levemente-, casi se ahogó por una repentina tos que lo invadió.
—Yamanaka, ruego que se retire en este mismo instante si es que no quiere problemas.
—¿Es una amenaza? —estableciendo contacto con el único ojo visible de su profesor, enarcó una ceja.
—Sí…
—Está bien.
Lo que pasó a continuación, lo dejó perplejo… ¡Oh, queridísimo Kami y todos los dioses existentes!
Ino, su inocente alumna, se estaba friccionando contra de él de manera tan lenta y tortuosa, que fue capaz de notar cómo crecía el bulto de su pantalón, revelando, obviamente, una gran erección.
Tenía que hacer algo, aquello no estaba permitido. ¡Joder! Se trataba de su alumna.
—Aléjese — y en un rápido movimiento, logró hacerse a un lado y caminar hacia su escritorio.
—¿Por qué tanta negación? Acaso… ¿No quiere? — Ino caminó hacia él, siguiendo cada paso que daba.
—No lo volveré a repetir. — Amenazó una vez más, deteniéndose a un lado de su silla de maestro.
—Pero, Kakashi-sensei… — con habilidad única en ella, se apegó nuevamente a él, logrando que perdiera el equilibrio y quedara sentado en la silla. —Yo sé que usted quiere…
Aún sin saber qué mierda hacer para sacarse a Ino de encima, respiró profundo. Quiso levantarse e irse de ahí cuanto antes, mas ella no se lo permitió.
Definitivamente no sería para nada fácil salir victorioso de las garras de la rubia.
—Enséñeme… —susurró rodeando con ambos brazos el cuello de su profesor, casi inclinándose sobre él.
—Yamanaka…
Justo cuando iba a regañarla porque ya se le estaba acabando la paciencia, Ino se restregó contra él. Pudo sentir los firmes pechos de ella en contacto con su brazo.
—Vamos, yo sé que quiere, no lo niegue más… — en un audaz movimiento, se sentó sobre él, dejando ambas piernas alrededor de las caderas de Kakashi. —¿Ve?... —sonriendo maligna, se meció sobre él al sentir que aún el bulto permanecía como roca.
Se le estaba acabando el aire. ¡Por Kami! ¿Por qué no podía hacer algo al respecto? ¡Mierda! Con el cerebro dictándole que eso no era correcto, comenzó a sudar.
¡Maldita sea, maldita sea! Su cuerpo no reaccionaba a ninguna orden. De hecho lo hacía sólo al instinto.
—Uhm… pero qué tenemos aquí, ¿sensei? — con lascivia se balanceó más rápido para poder sentir la rigidez en contacto con su centro.
No tenía idea de que su profesor la tentaría de tal manera, de hecho ni siquiera se le había pasado por la cabeza que él tuviera tan potente herramienta resguardada.
Era seguro que todo estaba saliendo mucho mejor de lo que esperaba, sobre todo porque Kakashi estaba respondiendo a sus jugarretas. Y lo que es mejor, a ella le estaba comenzando a gustar, y mucho.
—Y-Yamanaka… —apenas podía hablar.
¿Pero qué diablos le había hecho su alumna? Sea lo que sea que tenía planeado hacer con él, debía reconocer que el juego pecaminoso se estaba haciendo muy ardiente.
—Shh… — lo silenció cuando escuchó pasos cerca. —Alguien viene. — Y sin esperar una respuesta de su profesor, se escabulló bajo el escritorio, quedando oculta y con una impresionante visual sólo para ella.
Confundido por lo último dicho por Ino, sacudió la cabeza, percatándose que alguien comenzaba a hacer girar la perilla de la puerta.
Oh, Kami… si ese alguien notaba que su alumna estaba escondida bajo el escritorio sería hombre muerto. Sobre todo por el bulto que tenía entre sus pantalones… y ella ahí. ¡Oh, no! No quería ni pensar lo que imaginarían lo que estaban haciendo.
Claro que lo que no quería pensar, se cumplió, porque en el preciso minuto en que la puerta se abrió, sintió cómo la rubia le bajaba el cierre del pantalón.
No, no, no, no… ¡No!
Oh, sí…
Casi ahogado, se enderezó, a duras penas, en la silla, prestándole atención al recién llegado; Genma.
—¿Aún aquí? — preguntó acercándose a Kakashi.
—S-Sí… — respondió tomando un libro para comenzar a ojearlo y disimular lo que en realidad sucedía.
—Creí que ya te habías ido. Mucho trabajo, ¿no?
—Más o menos, debo terminar de corregir unos exámenes.
—Oh, entiendo… —se detuvo a un lado de la mesa. —Creí que irías al bar, como todos los viernes después de clases.
—E-Eh… — no pudiendo reprimirse de los tartamudeos, se mordió la lengua.
Lo estaba haciendo, Ino lo estaba…
—¿Pasa algo?
—No, nada — logró controlar la voz para que no le sonara vacilante. —Es sólo que tengo mucho que hacer, quizá más tarde me pase por allá. —Habló rápido, casi reteniendo el aliento.
—Ok, entonces nos veremos allá. Suerte con los exámenes — le dijo antes de acercarse a él y golpearle la espalda. —Que la necesitas —agregó echándole un vistazo a la rumba de papeles que tenía sobre el escritorio.
—S-Sí — fue lo único que dijo antes de fijar los ojos en uno de los tantos papeles que tenía encima. Quizá de esa manera lograría pasar desapercibido.
—Adiós, Kakashi.
—Adiós — y en el instante en que Genma salió por la puerta, dejó escapar un suspiro. Por supuesto, el suspiro no era uno de alivio, sino que de placer. —Oh, Ino… —jadeó cerrando los ojos.
Era poco ético lo que estaba sucediendo, lo sabía, no obstante, no podía dejar de lado la revolución hormonal que lo estaba sacudiendo.
¡Maldita sea! Ino tenía un gran talento. Quién hubiera pensado que con esa dulce boca provocaría tanto placer, él no… definitivamente no.
—… —ahogado por las caricias, la respiración se le hizo dificultosa, todo a causa de Ino. —I-Ino…
—Kakashi-sensei —Ino río con inocencia —Procure no gritar… — advirtió antes de hacer perder la cabeza a su maestro.
No podía ser cierto, su alumna lo estaba volviendo demente, mucho más que otras mujeres. Llevaba la ventaja, y eso que aún estaba en las preliminares.
—… — quiso decir algo, pero no pudo, sólo logró abrir la boca que pronto se vio en la obligación de cerrar.
Todo debido al calor que lo estaba sofocando...
En esos minutos, poco le importaba la ética pedagógica, pues era un hecho que había caído rendido en las redes de su alumna que buscaba algo más que un buen rato de placer.
Bueno, no le importaba mucho, ya que lo único que quería en esos momentos era disfrutar...
—Oh, mierda — gruñó entre dientes cuando un impulso eléctrico le recorrió los nervios, haciéndole contraer los músculos sin consentimiento.
Ya no pudo soportarlo más.
—
¡Maldición!—Uhm… — Ino salió debajo del escritorio. —Delicioso… — susurró.
Kami, su alumna era muy pervertida.
—Entonces… — con inocencia, se sentó sobre el regazo de Kakashi. —¿Le gustó?
Sin saber qué responder con exactitud, la miró a los ojos.
—Parece que sí — canturreó comenzando a mecerse una vez más sobre él.
—Yamanaka.
—Sólo Ino, es mejor así, Kakashi. — Le dijo guiñándole un ojo. —Además que con los gemidos, poco de formalidades queda. ¿Verdad?
Tenía toda la razón, mas eso no anulaba el hecho de que lo que acababa de suceder, era indebido.
—Esto no se puede volver a repetir… — Era obvio que quería que se repitiera, sin embargo, el era un profesor y ella su alumna.
—¿Estás seguro? — preguntó con suspicacia, logrando estimular la hombría de su maestro. —Porque estoy casi segura de que esto volverá a pasar…
Iba a corregirla, mas no pudo, ya que ella le besó los labios a través de la bufanda. Aún con aquella tela cubriéndole los labios, fue capaz de sentir el contacto, suave… dulce.
—Cuando guste, querido profesor… — musitó antes de levantarse y hacerse a un lado de él. —Sé que será pronto...
Casi avergonzado por lo que acababa de decir su alumna, no pudo refutar nada en contra.
—Así que tome la decisión correcta, sensei. — Pasó por un lado de él que aún permanecía sentado. No obstante, se detuvo para agregar. — Ambos podríamos salir beneficiados con esto, ¿no le parece?
Dejando la interrogante en el aire, caminó hacia su banco para buscar sus cosas.
—Usted decide, profesor —con lentitud, saboreó el calificativo antes de mirarlo una última vez y salir del salón de clases.
Aún procesando lo que le había dicho Ino, entrecerró los ojos.
Si bien es cierto, era un profesor, no podía obviar que primero era un hombre, y uno con necesidades que satisfacer.
Suspirando, miró su entrepierna que dejaba a la vista sus ganas al descubierto.
—Yo decido… — susurró, pensando que quizá las insinuaciones y lo que quería su alumna a cambio, no era tan mala idea. —
Maldición…Continuará...
Hola a todos... Lo sé, me merezco varios tomatazos por la tardanza, no obstante más vale tarde que nunca. Siento de verdad la demora, si pudiera actualizaría más seguido, pero no puedo... Tengo millones de problemas y miles de cosas por hacer aún. Aunque, bueno... no es una justifiación.
Gracias a quienes hayan comentado, estoy muy agradecida, en serio... Hacen feliz a esta humilde autora... ù.u
nanase, Renesme, Taichi Yagami, Mk Terryus, Maruko, Dakota Dan, Password of the Rainbows.
¡Gracias totales! xD
Aclaro que este fic antes era +18, y que si ahora está en esta sección es porque hay modificaciones, sin embargo acá se acepta el lime, así que supongo que no habrá problemas... Además que mucho de lo que escribí es a imaginación de quien lo lee.
Saludos y gracias una vez más.