Capítulo 7
Tres días habían pasado desde que Lee le había mostrado el símbolo circular de la plaza. Ahora sabía que los demás jounnin eran distantes con ella por esa dichosa marca.
Furiosa, se preguntaba por qué Tsunade o Kakashi no se lo habían dicho, o alguno de sus amigos o su madre. Mantenerla ignorante de lo que acontecía era estúpido. Además no hallaba que significaba eso, sospechaba que era una maldita confusión. Estaba furiosa, sobre todo con Naruto; éste jamás le había dicho nada de sus misiones y el muy macho le exigía que ella le contara todo sobre las suyas… -¡Ja! ¡Qué chistoso el muy baka! –gruñía.
Durante los primeros dos días en su casa, su madre no la dejaba salir, y se quedaba en su cuarto leyendo o escapaba a los campos para entrenar y destruir todo aquello que se le presentara a su paso con su super fuerza. Jamás llegó a sentir tal angustia o furia al mismo tiempo, y ninguna de esas sensaciones se apaciguaban cuando llegaba escuchar en la calle rumores venenosos sobre ella y su madre. Al regresar a su casa la frustración crecía y se dió cuenta que tendría que resolver aquel misterio de una vez sino quería amargarse más la existencia. En las noches siguientes escapó de su casa para infiltrarse en el registro civil e indagar sus archivos… ¡Nada!... En el templo… ¡Nada!... Esto la asustaba más… No le quedaba más que ir a la Academia ninja, al despacho de la Hokaghe y si era necesario al archivo del Recinto.
Su padre había fallecido el año pasado por un ataque al corazón, si viviera él no le hubiese guardado nada. Si existiera una vinculación entre el atentado y su familia, su padre le hubiese confesado algo antes. Pero no fue así. Sus últimas palabras fueron las de un patriarca que amaba mucho a su criatura. Aunque, llegó a recordar que entre ellas había al final algo ilógico. El recuerdo llegó:
-“Mi querida Sakura. Todo lo que hecho ha sido por tu bien. Si en algún momento llegaras a pensar que no te dejé elegir tu camino, quiero que sepas que lo lamento. No lo creí conveniente ni para ti, ni para nadie…Tu seguridad y felicidad eran primero y por ello te ruego que me perdones de todo el daño que te he hecho…
-¿De qué hablas? Por ti pude cumplir mi sueño de ser lo que soy. No te debo reproches… Siempre serás el mejor padre del mundo. Ningún daño salió de tu mano, mirada o boca… aunque te oponías al principio. Mas, tu aceptación y dejar que hiciera esto fue el regalo más bello que tuve… -al decir esto su padre lloró…
-¡No, este no era tu camino! Fui un capón y yo no tenía derecho a cortarte las alas… ¡Tú no deberías estar aquí, ni ser para nada un ninja de esta aldea! -Sakura se sorprendió ante estas palabras. - Eres más que eso… sólo que… tenía miedo de… que lo supieras… Miedo no sólo por ti… también… por mí… Aquí nadie te va ayudar Sakura… nadie… Tienes que seguir sola… y volver a la raíz… Es en mi presidio… dónde… está… la… res… res…puesta, más… que… mi refugio… en mi… está la respuesta… Tú la conoces… te… he… enseñado a… ordenarla… a… clasi… fi…car…la…el… perga…mi…no… busca… allí… Él tenía razón… viví… y moriré… como un cobarde… Siempre… ocultándome… y ahora… tú no sabes… nada… - Después de la última frase murió.
La gentil pelirrosa aún sostenía su mano con fuerza. Cuando tuvo que aceptar que el último respiro había terminado, una lagrima clara resbaló sobre su mejilla. El dolor de su partida no le permitió reflexionar su lastimera crítica. Lo quería demasiado…
(Inner – ¡Sí que eres una tonta! ¿Hasta ahora te has dado cuenta?...
-¡Huy! ¡Basta ya! Ni siquiera sé de qué hablaba. Siempre creí que me reprochaba por no ser doctora, ama de casa o algo más sencillo en el mundo ninja, como encargarme de la biblioteca… Un momento… ¿La biblioteca?...
Inner.- Sí, pero ya te estás enterando…Chiquita… ¡Ningún padre por moribundo que esté dice algo así!
-En eso tienes razón…)
Sakura fue a investigar en la academia ninja qué documentos habían sido los robados. Tuvo problemas al entrar, pero con un permiso que le había dado Shizue a escondidas, al fin la había dejado en paz. Sólo esperaba que Tsunade no se enterara. Shizue y Sakura habían entablado una gran amistad, incluso, le pelirrosa le ayudó durante sus primeros días a instalarse en Konoha y a algunas tareas que Tsunade le encargaba de sobremanera. Por esa razón, la joven aprendiz no dudó en hacerle ese pequeño favor a Haruno.
Su sorpresa fue total al saber que se trataban de historiales académicas gennin. Se habían robado aquellas correspondientes a su generación hasta la fecha. -¿Pero qué rayos harían con algo así?- se preguntó. Todos los datos sobre los alumnos como edades, fechas de nacimiento, clanes, técnicas y progresos durante su educación estaban en ellos. Supuso que Kenji lo había hecho para saber a quienes integrar en su rebelión. Pero recordó a los renegados de la aldea, algunos de ellos eran muy fuertes y no todos los gennin abrigaban cierta esperanza. Quizás, con los datos de los alumnos, planeaba conocer a sus enemigos y tener información sobre sus habilidades. La información enemiga era esencial para enfrentar cualquier tipo de batalla. Aterrada presentía que se avecinaba un enfrentamiento feroz, eran demasiados alumnos para tomar en cuenta. ¿Pero, por qué robar documentos de su generación y no de la totalidad de los demás ninjas cómo lo llegó a hacer Orochimaru? Tal vez buscaban a ciertas personas y era obvio que no las conocían. Sólo suponían que se encontraban aquí o, por medio de los expedientes, saber quiénes eran aptos para secuestrarlos o liquidarlos. Un escalofrío le quemó la espina dorsal al pensar que podían estar buscando a Naruto o a Sasuke. Era muy posible, teniendo ambos la fama de ser de los shinobis más jóvenes y fuertes de la aldea. Además, sus habilidades eran únicas, sobre todo las de Naruto. Podría tratarse también de los Hyuga, de Shikamaru y los otros.
Algo faltaba para completar la imagen del rompecabezas, ¿Pero qué?
El espacio de la sala de archivos era reducido gracias a la gran cantidad de alumnos que habían cursado allí. Sakura se sorprendió al imaginar cuantos ninjas habían cursado esa escuela y cuanta historia no guardaban esos papeles amarillentos. Por curiosidad comenzó a ver los datos contenidos en las cajas y pensó, con cierta complicidad, que sería buena idea buscar qué antecesor suyo había sido un shinoubi, además de sus padres. Después de todo, su familia era nativa de Konoha. Sin remordimiento comenzó a buscar en los documentos con una gran sonrisa. Distraerse un poco no le haría daño…
(Inner -¡Eres una tonta! ¡No hay tiempo para esto! ¡Tenemos que encontrar una pista para patearle el trasero al bastardo de Kenji! ¡Cha! ¡Cha! ¡Cha!...
-¡Ush! ¡Ya lo sé!... A lo mejor encontramos algunos datos sobre él de la academia. Conocer su historia podría ayudarnos. Total, él también se apellida con H…)
Para evitar el cargo de conciencia se prometió buscar algo del anbu Kenji. Sin embargo, el saber de algún antecesor, era más tentador que lo otro, y buscó su apellido entre los papeles. Se sorprendió y lo halló extraño al no encontrar a nadie con el apellido Haruno, y según su madre, ella y su familia tenían años cuidando la biblioteca ninja.
Con tristeza pensó que su padre pudo haber tenido razón. A diferencia de sus amigos, de Ino, Sasuke y del mismo Naruto, quien no tenía mucho de haber descubiertos sus orígenes; ella no tenía razón por la cual estar en ese ambiente. Nadie en su familia había sido un shinobi de oficio, por ello tampoco eran un clan de combatientes. En parte se sentía fuera de lugar; por otra, estaba orgullosa de ser la primera entre sus consanguíneos. Hasta que recordaba, con más pesar, que ella no tenía primos por parte de ninguno. Bueno, por alguien se tenía que empezar. Su padre era un bibliotecario y éste le había dicho que era de tradición. Por ello insistía que había errado la carrera…
(Inner con impaciencia –Ya, hiciste lo que querías. Ahora busquemos lo otro…)
Sakura tuvo que resignarse y consoladora pensaba averiguarlo después en el registro civil, hasta que tuvo la temible idea de que ella podría ser una extranjera. Sus papeles de inscripción e historial académica tampoco estaban.
Sin problemas y con ansiedad encontró los papeles de Kenji Hadachi y se enteró que había sido un chico promedio, con excelentes calificaciones y con amplias recomendaciones por parte de sus profesores, aunque con una historia triste, ya que era hijo bastardo de un capitán jounnin del muy renombrado clan Akon y una enemiga de nada más y nada menos que del País de la Luz; por eso sólo conservaba el apellido de la madre. Ésta se dejó morir de tristeza al no poder volver a su tierra natal y el pequeño Kenji, aunque vivía bajo el techo del clan de su progenitor, fue aislado y despreciado por su mismo padre. Al convertirse en ninja abandonó el hogar de los Akon y se independizo por completo…
-Entonces, sí era un extranjero y Sasuke tenía razón al sospechar de él. Sin duda investigó muy bien, con razón estaba tan ocupado –se dijo Haruno. Le sorprendió que fuese un año menor que Kakashi. Sakura no se imaginaba salir con un hombre mayor, sólo de recordarlo enrojecía apenada. Al estar concentrada de cómo le patearía el trasero, si se lo volvía a encontrar para hecrlo cobrar el beso, se le cayeron unas fotografías en blanco y negro. - ¡Genial! Mira lo que hiciste tonta…
Al recogerlas, una le llamó la atención. Era en la entrada del edificio donde se habían realizado los exámenes chunnin. En la fotografía estaban un sensei jounnin, el cual no reconoció, pero tenía una expresión muy familiar, su cara era lobezna y alegre; luego había tres alumnos muy jóvenes, una chica curiosa y coqueta con rasgos gatunos, un chico muy fornido con la cara pintada y con gesto de “pocos amigos” y al lado estaba el apuesto Kenji, con una atractiva y altiva expresión en sus claros ojos. Todos llevando la cinta de la aldea de la hoja oculta. Después seguía un hombre más grande, macizo y alto; era muy apuesto a pesar de tener algunas marcas en el rostro, llevaba el cabello largo y rubio, y sus ojos eran grandes y expresivos, supuso que eran claros; éste llevaba al cuello la mascada pero con el símbolo de Akahaki, una estrella o lo que sería la representación del brillo de una, rodeado su centro por un círculo. Sonreía con orgullo mientras abrazaba, por la derecha al jounnin lobezno, y por la izquierda a una esbelta mujer que vestía un kimono floreado hecho para combate.
A Sakura les gustaban esas vestimentas ninjas, reconocía que era vanidosa y que si pudiese llevaría uno puesto. Pero eso sólo era dado para las mujeres de la aldea de Akahaki. La elegante vestimenta no fue lo único que delató el origen de la mujer; también llevaba en su brazo la cinta con la insignia de su aldea, Akahaki. Tal placa era una estrella de ocho picos, en el centro había una espiral que similaba una pequeña estrella, rodeada por un círculo, ese símbolo era la luz que despedía la llama o el sol. Se veía hermosa y joven, con una gran sonrisa en sus carnosos labios y el cabello claro sujetado con una elegante peineta. Sus ojos se veían oscuros, pero reflejaban una gran satisfacción -¡Vaya! ¡Si crezco más me gustaría parecerme a ella! -se dijo. En ese momento, sufrió un dolor en su nuca y una imagen llegó a su cabeza…
“- Cuando crezca quiero ser como tú… ¿Qué tengo que hacer? -Sakura era una niña muy pequeña con el cabello muy corto. Tendría cuatro años y llevaba puesto un kimono rojo con florecillas. Estaba recargada sobre las piernas de una mujer y sonreía tiernamente.
-Mi pequeña precoz. No comas ansias. Tarde o temprano te transmitiré todo lo que sé y cuando eso pase serás una gran luchadora. Tendrás mucho trabajo que hacer y cumplir. Dentro de algunos años lo verás, pero tienes que ser muy valiente y fuerte porque, así como yo, tendrás que derramar lágrimas y sangre… -la mujer llevaba también puesto un elegante kimono y sus blancos cabellos estaban sujetados por una peineta de jade que contenían una blanca flor. La mujer acariciaba a Sakura y luego esta vio la cinta que llevaba en el brazo.
- Abuela Kanone ¿Por qué llevas eso en el brazo? ¿Qué es?... -preguntó la niña. La mujer se lo quitó y lo amarró a la frente de Sakura. –Esto, lo portaras algún día. Es el emblema de tu hogar. Cuando pelees, esto te hará recordar de dónde vienes y quien eres, así como a tus enemigos. Donde quiera que la lleves, estará contigo la esencia de tus raíces y no estarás sola… -La placa que tenía la cinta era muy pesada, por lo que se le cayó y le tapó los ojos. La mujer rió con dulzura…
-Eres muy joven aún. Pronto crecerás y estoy segura que serás digna de portar este emblema. Poco a poco irás descubriendo porque es tan importante, mas esa lección es una que tú sola deberás aprender... -Sakura afirmó y ella y la mujer se levantaron del suelo. Las dos se encontraban en un pasillo amplió que señalaba el exterior, cerca de un exquisito jardín. Kanone la llevaba de la mano juguetonamente. A algún lugar iban hasta que escuchó que alguien la llamaba…
-¡Kanone-sama! ¡Kanone-sama! -un joven rubio de casi diesiseis años, de ojos castaños claros y con un uniforme de yukata colorido y extraño llegó a ella.
-¿Qué pasa? -preguntó la dama y el joven, al ver a la pequeña su lado, bajó la voz hacia la señora.
-Uchiha está aquí… Dice que es importante hablarle y que esta vez no se irá sin haberla visto… Parece… muy… molesto…
- Ese hombre está acabando con mi poca paciencia. Si continúa fastidiando tendré que tomar medidas drásticas. -Kanone expresó molestia, casi fastidio. Luego miró a la niña y en la entrada de la casa mandó llamar a alguien. -¡Yoko! -una mujer más o menos mayor se acercó.
–Llévate a la pequeña, es hora de su baño… -La mujer hizo una inclinación y se llevó a Sakura. Ella no dijo nada, sólo permaneció con la mirada fija en Kanone.
La dama se alejaba con el joven siguiéndole los pasos y luego alcanzó a oír. – Sé que Uchiha tiene familia en Konoha, una mujer y dos hijos. Averigua dónde viven y vigílalos. Que no te vean. Necesito que me informes si decide mover algún alfil. Y si algún miembro de su fastidioso clan te descubre, mátalo… Servirá también de advertencia… Nadie se mete con esta familia sin traer consigo sus fatales consecuencias…
-Sí, Kanone-sama -y el joven desapareció como un relámpago.
Sakura no le quitaba la mirada de encima a la soberana dama…”
La pelirrosa volvió al presente dudosa y asombrada ¿Era otro disque recuerdo? Miró la fotografía de nuevo y comprobó que aquella mujer era la misma de sus remembranzas dudosas. Sólo que allí estaba más joven y no tenía ningún gesto de maldad. Se veía feliz y noble. Hasta saludaba jovialmente con la mano a la cámara. Sakura giró la fotografía, decía una fecha y en la esquina estaba su nombre, Haruno. ¿Qué significaba? ¿Acaso Kenji y ella estaban emparentados? (Inner -¡Qué horror! ¡Qué horror! ¿¡Y aún así quería algo conmigo!? ¡Qué vergüenza!). Junto con la foto cayó otro documento, una copia de acta de nacimiento del mismo Hadachi. Al pricipio no le sorprendió, hasta que vio el segundo apellido de la madre de Kenji, Abukara. Sakura sorprendida observó con más detenimiento las fotos y se enfocó en los tres chunnin y en el sensei. El hombre lobezno le inquietaba, sabía que lo había visto en alguna parte; en cuanto a los chicos, no tenía idea si seguían en Konoha. El hombre más alto y con las cicatrices le despertaba otra sensación, no lo conocía y sin embargo sentía que sí… Un nombre estaba en la punta de su lengua.
–Ino...Ina…Ineo… -Le molestaba esta nueva situación. Pronto, sin más que perder tomó los papeles de Kenji y buscó los nombres de los integrantes de su equipo.
-Son Kazuyo Fuchida y Minako Hira. Integrantes del equipo seis junto con Kenji Hadachi. Su sensei era Toju Arato, un jounnin especialista en estrategia. Mmm, tal vez si busco sus expedientes pueda hallar algo sobre ella.- Pensó la muchacha reconociendo que estaba alejándose del motivo de su visita. (Inner -¡Ya! ¡Nos queda poco tiempo! ¡Tenemos que irnos antes de que ese metiche secretario le pregunte a Tsunade sí es verdad lo del permiso!).
Sakura no se había dado cuenta, ¿Cuándo fue que Inner se hizo tan precavida? Aun así, continuó con la investigación. Halló los archivos de Fuchida, su historia era similar a la de Kenji, su madre fue sometida por un anbu, origen: País de la Luz, causa de la muerte: suicidio, el padre tampoco lo reconoció como tal y por ello tenía el apellido de la madre, pero lo más aterrador es que no sólo era un extranjero, sino que el segundo apellido de su madre era Haruno. Leyó sus habilidades y técnicas, era otro alumno tan brillante como Kenji, algo problemático, le gustaba provocar a la gente y tenía muchas bajas debido a ello. Después, recordó que ese chico era el difunto sobrino de su vecino; se lamentó por aquel muchacho, este había sufrido una infancia dolorosa y un destino fatal; sintió más pena por él al saberlo su único pariente en la aldea, pero, si estaba relacionado con Akahaki ¿Eso explicaría su relación con aquellos dos que llevaban el escudo de la aldea de la Luz? ¿En consecuencia, ella era de Akahaki por parte de madre?...
Más tarde encontró los archivos de Hira; estos la alegraron un poco más; la madre de ella era pariente de la familia de Kenji y una descendiente del finito clan Abukara, pero el apellido de la madre de Hira era Haruno. (Inner -¡Ja! ¡Ni tan finito!)… Sus técnicas eran similares a las de su primo, parálisis con la visión, velocidad máxima en gennjutsu, taijuitsu, ninjutsu y conocimiento de pócimas y venenos para afectar el chakra. Le dio escalofríos la idea. Siguió en su búsqueda y encontró otra foto. Estaba Minako con su traje de ninja anbu, a un lado una mujer con el mismo uniforme; supuso que era su madre porque tenían los mismos rasgos; y cerca de ellas, con un kimono de combate se encontraba Kanone sonriendo y tomando del hombro a una feliz Minako. Atrás de la fotografía tenía una fecha posterior a la primera y una leyenda: A mi sensei Haruno, gracias…
Sakura vio que Kanone era Haruno. -¿Qué significa esto? No entiendo nada. Menos sé de qué se trata todo esto… -Decía cansada y cayendo de rodillas. -¿Acaso significa que nunca fui de aquí?
Observó las manecillas de su reloj de pulsera, eran ya cuarto para las ocho. Había perdido completamente la noción del tiempo y rápidamente dejó todo como estaba. Sin pena, decidió llevarse las dos fotografías y salir rápido para que nadie se diera cuenta.
Cuando se dirigía a la puerta, vio que dos ninjas se acercaban para revisar el lugar de los hechos. Entonces, antes de que pensaran que algo había sucedido en la habitación, salió por la ventana sigilosamente. El mismo lugar por donde entraron y salieron los primeros ladrones.
A Sakura le pareció irónico y pensó con burla que ya comprendía cómo Kenji había conseguido robar tales documentos. No obstante, no era suficiente. Tenía que averiguar más y por ello decidió dirigirse de inmediato al registro general de la torres roja para observar los archivos que guardaban todo sobre los habitantes de Konoha. Temerosa esperaba que nadie notara su presencia en ese lugar y menos Tsunade.
*************************************************
***********************************************
-¿¡Qué!? ¡Tarado! ¡Baka! ¿Cómo pudiste enseñársela? ¡Peor! ¡Hacer algo así! -Ino estaba furiosa y golpeó a Lee en la cabeza.
- ¡Auch! Pues yo considero que es mejor que lo sepa antes. De ese modo no será sorpresivo que lleguen los anbus y pretendan llevársela para interrogarla. Se ahorrará el susto y tendrá la mente más clara cuando tenga que enfrentarlos… Ella es inocente y no es justo que le ocultemos algo así... Además... no pude... no pude... no pude resistirme, ya sabes que ella es muy buena en genjuitsu -reprochó Lee aún sobándose la cabeza y, sonrojado, recordando como lo había seducido con aquellos celestiales ojos jade que tanto le encantaban.
- ¡Baka! ¡Baka! ¡Baka!... -Ino lo sujetó del cuello y lo sacudió con furia. -¡No pueden llegar a hacer eso sin ordenes de Tsunade! Además, no hay ¡Pruebas! -gritó como fiera.
-Es cierto Lee -intervino Ten ten. –Sakura es su discípula y la conoce de años. ¿Tú crees que le haría eso?
-Mmmp… Por mucho que trató de imaginarme a Sakura como una vil bruja, sólo llegó a verla disfrazada con un pésimo atuendo de tal, o con la nariz grande y llena de verrugas. Pero jamás como alguien capaz de asesinar… Si no es capaz de matar a una mosca, menos a una nación entera. Es muy buena gente. Lo reconozco. –decía Satín pensativa. – ¿O no mi Shino? -decía remilgada al encapuchado chico que se sentaba a su lado.
–Hmp… Yo opino que es inevitable sospechar de ella o de su familia. El símbolo es muy claro. -concluyó secamente.
-¿¡Tú también!? -rugió Ino. –Sakura no tiene clan. El único pariente que le queda es su madre. Su padre murió hace un año y toda su familia falleció en la tercera guerra ninja en el ataque de Konoha, no en combate. ¿Cómo serían capaces de hacer algo así? Además, no son de linaje ninja como la mayoría de nosostros.
- Etto… Quizás sea un malentendido. Con la explosión y la gente corriendo hacia todos lados se pudo haber deformado el símbolo. -dijo Hinata. –O tal vez, la hicieron para culparla…
Ino seguía -¿Pero culparla de qué? Además, ella me platicó que el símbolo es de restauradores de documentos antiguos ninja, pero no eran belicosos. Su padre era bibliotecario, más que combatiente. Estoy de acuerdo por primera vez con Satín. Sakura no sería capaz de matar a una mosca a menos que ésta intente hacer un jiutsu mortal o robarle la virginidad… Esto está más raro y tengo un mal presentimiento.
Las jóvenes ninja, al cumplir la mayoría de edad, habían decidido mudarse juntas a un viejo y pequeño edificio rentable. Ansiaban independencia y con lo que ganaban de sus misiones, se ayudaban juntas para la renta, la comida y otros gastos del lugar. Cada una tenía su alcoba y como punto de reunión estaba la sala que se conectaba a la cocina y este al comedor. El edificio no era moderno para gusto de Satín o Ino; pero lo decoraron tan bien que parecía bello, juvenil y cómodo. Ten ten y Aiko tenían pocos días de haberse mudado con ellas y Sakura trataba de convencer a Hinata para que se les uniera. La joven Hyuga aún no se decidía; pero le agradaba la idea de comenzar a independizarse, aunque su padre y Neji no veían eso con buenos ojos.
Las chicas estaban reunidas en la sala, incluso Hinata estaba allí esperando a Neji para ir pronto a casa. Shino y Lee le hacían compañía a Satín, juntos habían terminado de inspeccionar la zona muerta. Chouji se encontraba con ellos cenando tranquilamente, pensando en lo que había visto en la tarea. Desde lo sucedido, todos los shinobies estaban en movimiento y mañana eso no cambiaría.
Tsunade les había informado que tenían una misión relacionado con este asunto y por ello estaban, desde esa noche, en espera. No tenían idea de que podría tratarse. Los siete muchachos ya sabían que Naruto y Sasuke habían atrapado a uno de los protervos responsables. Y todos estaban inquietos. Habían acordado reunirse en la casa de las chicas para que Naruto les contase lo que había ocurrido. Sakura, debido a que aún no se encontraba bien, permanecía en casa de su madre. Tsunade se lo había ordenado. Ino sospechó que era para mantenerla al margen de las cosas.
En unos minutos llegaron Temari y Shikamaru, después de atrapar y perseguir delincuentes, se habían quedado en casa de éste para descansar unas horas. Ahora, como todos, estaban esperando noticias sobre la próxima misión y del trío más fuerte de la aldea: Uzumaki, Uchiha y Hyuga.
Shikamaru, con su típica actitud, no dejaba de expresar malos augurios sobre la llegada de los faltantes. – Aunque hayan logrado capturar al responsable de los atentados. De todas formas los otros cinco siguen allá afuera. Me da mala espina. ¿Y si volvieran sólo por su líder? Eso sería un problema -La idea le daba escalofríos. Realmente se había espantado de la fuerza de esos extraños personajes. Entonces, Temari le tomó de la mano y con una mirada coqueta y burlona…-Entonces, estaré para cuidar de ti y de ese lindo trasero… No dejaría que nada malo les pasase, miedoso. -Nara sonrío divertido y le sujetó más fuerte la mano. En medio de la incertidumbre, sentía consuelo en hallar la confianza en alguien.
-¡Sí! ¡No dejaremos que nos pateen el trasero otra vez! ¡Joooooo…! -decía Lee animando el ambiente y dando sus versátiles patadas al aire. Ten ten lo golpeó… -
¡Bien dicho hombre! ¡Pero guarda energías y no las gastes en bufonadas!...
-No eran bufonadas, eran… ¡Auch!... ánimos… -dijo Lee cayendo por el golpe.
Todos se relajaron un poco. Hinata, quien estaba sentada en un sofá al lado de la ventana, vio con tristeza como la lluvia comenzaba a cobrar más fuerza. -Espero que Naruto y los otros traigan respuestas -pensaba y vio a unas figuras llegar al edificio.
-¡Creo que allí vienen! -gritó Hinata y todos miraron expectantes a la puerta.
Chouji dejó de comer y Shino se alzó. El grupo contuvo la respiración al observar que la perilla giraba con gran lentitud. Hinata se levantó… -¿Naruto?...
-¡Hola a todos! ¡Llegamos!...
Todos cayeron de espaldas y Hinata seguía de pie con la cara muy roja. Sai, Kiba, Akamaru y Aiko la miraban interrogantes…-¡Hola Hinata! -dijo al fin Sai rompiendo con los largos minutos de silencio. Ella reía con nerviosismo…- Etto…jejeje…etto… Hola… -dijo al fin.
-Me alegra que te alegre vernos… -dijo Sai sonriendo e Ino fue a sacudirle por el cuello enojada. -¡Baka! ¿Dónde están los otros? Dijiste que vendrías con ellos…
Sai sonriendo – Y no miento, vienen para acá. -señaló a tres muchachos cubiertos por unos impermeables ninja en el marco de la entrada.
Ino abrazó a Sai. –Mi Sai, siempre tan confiable… ¡Maldición Akamaru y Kiba! ¡No se sacudan en la alfombra! ¡Es muy costosa!... ¡AHHH! ¡No salpiquen!... ¡Rayos! Esto olerá a perro mojado… -Ino comenzaba a pelearse con el ninja y su perruno compañero.
Naruto, Sasuke y Neji se quitaban los impermeables y los colgaban en un armario. Hinata se les acercó con las manos unidas. Había notado sus daños en cara y atuendos. Los muchachos se veían agotados. -¿Qué les ha pasado? ¿Quién era ese hombre que atraparon? ¿Qué…qué… qué averiguaron? -Todos guardaron silencio. Neji miró a su prima y luego al resto. Sasuke hizo lo mismo y después se dirigió hacia Naruto. Éste estaba muy callado y pensativo. Era muy extraño para aquellos que lo conocían y, por esa razón, se estaban poniendo más nerviosos.
-¡Naruto! ¡Naruto! ¡Baka! -grita Kiba y consigue llamarle la atención. Akamaru ladró.
-¡JE! Sólo así respondes -dijo tratando de adoptar un acento burlón. -¡Habla! ¿Qué ha pasado?- insistió Kiba y su perro ladró afirmando.
Todos lo miraban expectantes. Esperaban cualquier cosa, comentario bobo y característico de él, o algún dicho que los hiciese caer de espaldas. El silencio los mataba, no era normal en él hiperactivo rubio tanta ecuanimidad. Neji y Sasuke se veían más severos y supusieron que la situación no había mejorado; había empeorado…
-Ino -dijo de repente Naruto.
-¿Sí? ¿Qué pasa Uzumaki? (espero que salga con una absurda chistosada, por favor) -pensaba la rubia.
-¿Está Sakura en su cuarto? -a todos le sorprendió la pregunta.
-¿Eh?... No… Eh, por órdenes de Tsunade se quedó en casa de su mamá.
Hubo más silencio. Naruto estaba cabizbajo. –Ino… ¿Puedo dormir un rato en la recámara de Sakura? Te prometo que no haré desorden como la otra vez… -Más inquietos estuvieron.
-Claro… Eh, déjame llevarte. -Ella y Sai acompañaron a Naruto a subir escaleras. Habían observado que se encontraba débil y que le costaba mantenerse en pie. Los jóvenes lo miraban con espanto y sorpresa. Una vez que se aseguraron de que estaban lejos de ser escuchados. Las preguntas se abalanzaron contra Sasuke y Neji. Aiko fue la primera en animarse.
-Neji, Sasuke… ¿Qué ha pasado con Naruto? Esa no es una actitud usual en él…
Sasuke no dijo nada, fue Neji quien rompió el silencio y comenzó a narrar lo que había ocurrido… -Salimos de Konoha. Duramos días marchando, hasta que Sai y el resto tuvo que regresar a la aldea para devolver a los pillos que se escaparon de la cárcel. Los atrapamos por casualidad…
-Sí ¿Y? -dijo Kiba impaciente.
Neji continúo sin prestarle atención. – Kakashi y Gai estaban con nosotros. Al llegar cerca de Suna los malditos nos interceptaron. Habíamos caído en una trampa. Los siete… Apenas creí que teníamos oportunidad. Eran muy fuertes, invencibles. Conocían cada habilidad, técnica y punto débil nuestro. No sé cómo alguien puede llegar a conocer todo eso… Ni siquiera teniendo espías a cada momento…
-Significa que nos mantuvieron vigilados mucho tiempo atrás, tal como en el País del Viento… -agregó Lee.
-Tal vez, desde el inicio de nuestras carreras. Es lo único que puede explicarlo. -agrega Shino.
- Entonces, el atentado estuvo planeado desde que éramos unos gennin -insinuó tragando saliva Chouji.
Neji continuó. –Yo creo que planeaban algo más que un atentado y siguen en ello. Algo más grande y terrorífico. Sin duda, si es así como lo proponen ustedes, el fin es más cuantioso que cualquier competencia entre naciones. Ya estaríamos hablando de una guerra fríamente calculada. Los Abukara planean vengarse de lo que llegamos a hacerles hace mucho tiempo. Tal vez hasta destruirnos…
-¡No pueden hacer eso! ¡Es imposible! ¡Nadie puede destruir a nueves países! -dijo Temari enojada.
-Sí pueden… con tiempo, determinación y ese poder, sí pueden… -habló inesperadamente Sasuke. -Nosotros hicimos lo mismo hace más de ciento cincuenta años. Es imposible suponer que no se llegase a repetir lo mismo otra vez ¿Acaso no recuerdan lo que pasó con Madara?…
- Sí es así, ¡Adelante! ¡Ataquemos su patosa aldea y que todo termine de una vez!... -Kiba expone y Akamaru lo apoya con sus graves aullidos…
-¡No es suficiente! ¿Es que no viste lo que pasó en el festival? ¡Partieron la tierra a la mitad con tan sólo una suave embestida!...Y eso fue sólo una mínima parte de su poder… -Neji apretaba los puños con furia. Era la primera vez que lo veían asustado. Hinata se acercó a él para reconfortarlo.
-¿Qué otros poderes tenían? -preguntó con temor Ten ten.
Una vez sereno. -Sí pensamos que eran seis ahora, se equivocaron. Seguían siendo siete. Uno de ellos tenía la capacidad de hacerse explotar y luego regenerarse rápidamente, y no sólo hacía estallar su cuerpo, también cualquier cosa que llegase a apuntar sus ojos, los cuales brillaban de un encendido verde. Podía localizar los puntos exactos de chakra con ese kekein genkai, tocarlos y activar una bomba dentro de tu cuerpo o hacer explotar cada uno de tus miembros. Vimos usarlo en unos pobres prisioneros que huyeron con ellos. Otro, era una mujer, la cual poseía una gran velocidad, leía tus movimientos con otra especie de kekein genkai. No era como el Sharingan o el Byakugen; sólo percibían los movimientos del chakra y eso bastaba para partirte en gajos, y si llegabas a mirarle a los ojos, quedabas paralizado. En sus uñas tenía veneno que afectaban tus energías… Existía también, un niño, fue al único que le vimos la cara. Kakashi fue quien le rompió la máscara, este pequeño creaba criaturas espeluznantes con la energía que emanaba de la naturaleza y las controlaba, también parecía poseer un don visual para ver el chakra y capturarlo.
-¡Claro! ¡Las bestias que atacaron esa noche! -rugió Lee.
Había un hombre muy larguirucho y flaco, todo un esqueleto, pero con una gran fuerza; esta era por robar el chakra de sus oponentes. Bastaba con tocarlos con sus entubados y gelatinosos dedos. Era una…sabandija, parecía estirarse como una… liga, algo así… -Neji enfurecía tocándose el brazo izquierdo y Ten ten conjeturó que había peleado con él.
-¿Qué más? -preguntó Aiko pasmada y asustada.
- Los tres no eran menos fuertes. Una joven, veía y sentía el chakra de los demás y conocía no sólo las técnicas que ese oponente conocía, también penetraba su esencia al hacer, su energía, contacto con la otra y tu cuerpo y lo aprendía; una vez logrado aquello sabía cómo atacarlo, una función mimética. Ella usaba la misma técnica visual; al parecer era permanente. El siguiente contrincante era sumamente extraño. Por más que traté de localizar sus puntos clave de chakra me confundía y cuando creía que había golpeado alguno de sus puntos, era error. Otra corriente la siustituía y la regeneraba, mientras las otras trabajaban. Tenía más de lo normal. Tenía como cuatrupe o quíntuple de corriente que corría por todo su cuerpo y eran casi imposibles de cortar. ¡Una telaraña muy confusa!... Su poder parecía un chiste. Como Naruto, usaba clones de sombra, pero jamás pude localizar al original. Su misma energía me cegaba. Podía diferirlo de otras cosas, pero de sus clones no… ¡Y luego esa maldita risa! ¡Te hacía perder la concentración! ¡Se movía como un maldito bufón y se burlaba de todo!... -Neji rabiaba…
-Eh… ¿Y el último? -preguntó tímidamente Hinata.
-El último… Sólo Sasuke y Naruto pelearon con él. Era el jefe, al que capturaron. No vi que poderes tenía. Pero tengo un mal presentimiento; tengo la opinión que se dejó capturar con algún fin. A comparación de los otros, su cuerpo era un caparazón. No pude ver con mi Byakugen a través de él. No era como los demás… -concluyó Neji.
Hubo un silencio oscuro. Las gotas de lluvia y la tormenta eran las únicas que aclamaban. Satín, tímidamente, preguntó. – ¿Por ese individuo Naruto ha estado así? -Neji bajó la mirada y asintió… -¿Qué le hizo?... ¿Sasuke? -la chica giró a donde se encontraba el joven, pero este había desaparecido. –Bonita forma de apoyar a tus compañeros… ¿Qué tal si llegásemos a pelear con él o con ellos? -expresó la chica tensa…
-Es lo más posible -Shino la miró. –Como también que no sean los únicos con extrañas habilidades… Pero sabemos ahora que su fuerza radica en su facilidad de tener contacto directo con el chakra…
-¿Sí? -rezongó Kiba sarcástico. -¿Y de que nos servirá entonar eso sí nos van a matar? Nosotros, a diferencia de los Hyuga y de Uchiha, no podemos ver chakra. Y luego Naruto con el Kyubi que tiene… ¡Nos matarán! Si ustedes no pudieron con ellos, menos nosotros que nos valemos del contacto físico…
-Tiene razón, me parece sensato lo que dice el pulgoso. -interviene Shikamaru. – Además, los otros escaparon ¿Verdad?... Si no vienen por su jefe, será porque son muy viles los miserables o porque planean algo más tétrico. En su maldito juego nos están manteniendo en la expectativa y eso no me gusta…
Al terminar de comentar, los demás se dieron cuenta que Ino y Sai habían llegado a tiempo para escuchar todo. Estaban recargados en la entrada de las escaleras. Ino se veía muy inquieta y su amado la abrazaba. Hinata los miró preocupada. –Naruto ¿Cómo está?
-Cansado. No quiso decir nada -dijo Ino.
-Estará bien Hinata. La batalla, como a los demás, también le impactó. Pero pronto será el mismo… -agregó Sai para apaciguar a la ojiblanca.
-¡Yo diría que más! -expresó Satín levantándose con las manos en la cintura. –Significa que esto es un cambio masivo. Si Naruto se pone así frente a un contrincante, ahora sí hay que preocuparnos… ¿Qué le habrá hecho ese terrible hombre a nuestro Naruto?... Sin duda esto no se ve nada bien…-luego Aiko miró al grupo con sus grandes ojos azules.
-Alterarnos no servirá de nada… No nos queda de otra que esperar hasta mañana y ver qué piensa hacer la Hokaghe. Claro, tenemos que estar prevenidos y dispuestos a actuar en cualquier momento… De todas formas, si nos educan para morir en misiones… No deberíamos estar asustados si moriremos por defendernos, es algo más personal y por lo tanto más poderoso y noble… Creo que debemos tener fe en nuestras propias habilidades. Naruto siempre la ha tenido -Aiko se dio a escuchar con serenidad.
Necesitaban de una voz sensata. Extrañaban el optimismo de Naruto o de Sakura, cuya fe en el pelirrubio inspiraba más confianza y fortaleza. Pero Aiko tenía razón. Aunque no habló con inspiración belicosa se veía decidida y dispuesta a todo por defenderse.
Después de todo, ella sufría más al perder recientemente a su hermana por culpa de esos futuros invasores.
-Tienes razón Aiko -dijo Kiba con aprobación y Akamaru ladró. –Debemos luchar…
- Debemos intentar. –dijo Chouji.
Los jóvenes se miraron y asintieron. Neji –Entonces, esperemos a lo que diga la Hokaghe. Cualquier cosa que venga, estoy preparado. Ya sé a qué me enfrento…
El grupo adquirió una gran determinación. Fuese lo que fuese, estaban juntos para enfrentarlo…
Capítulo 8
En el templo de la estancia Uchiha se escuchaban el eco de las frágiles gotas de lluvia y de la ofuscación de los relámpagos como ecos muy ljanos e irreales, como si el oscuro cielo llorará la tristeza y furia de toda Konoha.
Sasuke estaba empapado, con los mechones oscuros sobre sus ojos y sosteniendo la fina katana sobre su hombro. El joven estaba sentado en el piso, contemplando el altar exterior de su Clan. Las luces de unos cuantos relámpagos los iluminaban y luego las sombras se volvían a apoderar del lugar. La soledad era una agraciada compañera, cuya voz familiar le permitía cavilar con serenidad y cuidado. Ninguna voz humana lo alteraba, hasta que recordaba los rostros de aquellos que le dirigieron la palabra por últimas vez en su encuentro. Abría los sentidos con sorpresa, no pensaba que fueran tantas. Su hogar era tan silencioso mientras que en su cabeza las voces chocaban y algunas lo confundían. Tenía que meditar con cuidado cada palabra, cada gesto, cada demostración de odio, repudio o muerte que quisieron marcarlo por completo en los pasados y últimos instantes.
Unos bellos y serenos ojos verdes capturaban su rostro con indulgencia y piedad. Eran más profundos y su brillo más cálido y alegre de lo que pudiese recordar años atrás; lo habían capturado, estaba bajo se encanto y aquel místico iris jade purificaba su alma con su limpia luz. Sus manos eran suaves y protectoras, sólo el recordar como de ellas emanaba una abrasadora energía sobre su pecho lo estremecía. Y los delicados labios eran un deleite que ambicionaba con más apego. No se arrepentía de probar aquel fruto prohibido y su sabor seguía fresco con el recuerdo de su dulce aroma. Remembrarlo le traía paz y gozo, aunque la conciencia le recriminaba en susurros su vileza. Después de todo era una vulgar distracción más y una chocante traición hacía Naruto…
-Debo quitármelos de la cabeza -se decía el joven y dejaba que recuerdos más importantes ocuparan su lugar.
Las palabras de Inao iban y venían con insistencia. El precio del siguiente nivel del Mangekyou Sharingan no podría estar tan lejos de lo que imaginaba; el suyo era otra derivación nueva, debido al resultado de sus descisiones y recientes emociones. Podrían desviarse las técnicas oculares, mas no cambiaba la posibilidad de que su trayecto fuese el mismo que el del original, Inao se lo dijo. El hombre estaba jugando con él para turbarlo y desesperarlo. Conocía sus deseos y ambiciones y las estaba restregando en su cara para acabar con Naruto. Eichiro Inao, recientemente, había descubierto que Naruto Uzumaki era un oponente digno de temer. Si lo provocaba o lo dejaba por más tiempo en la jugada, no tardaría en pagar las consecuencias. Uchiha se sentía orgulloso ante tal descubrimiento y sonreía con malicia; no dejaría que Inao lo usase a él para quitarle de encima al hiperactivo ninja bruto cabeza hueca.
–Que se las arregle como pueda. –decía.
Él ya comenzaba a formar planes. Sí eran verdaderos sus conocimientos sobre los clanes y las habilidades de estos, podría sacar ventaja del complicado akahaki. Naruto podría ser cualquier cosa, menos insignificante para esta guerra, si fuese así ¿Por qué tanto insistir en acabar con él? A Inao tampoco le convendría que él obtuviera todas las habilidades del Mangekyou Sharingan; si los obtuviera, Eichiro sería al primero a quien buscase. Madara se lo había dicho e incluso, alegó que el no pudo obtenerlo para acabar con el mismo sujeto. Una vez con esa última fase de su habilidad, podría ver todas sus técnicas y trucos, y lo más importante, conocer el secreto de su extraña fuerza. Sasuke planeaba, tal vez, manipular la información que Eichiro tenía sobre él y Naruto, con el fin de hacerlo confesar cómo obtener el siguiente nivel del Mangekyou, el más fuerte de todos. De la misma forma que éste pretendía operar sobre ellos dos para conseguir lo ambicionantemente “deseado”. ¿Qué será lo que desea? La pregunta seguía sin respuestas.
Eichiro Inao decía que aún se encontraba en Konoha. ¿Por qué Kenji no se lo llevó antes o durante el atentado? Si supiera antes a qué se refería, entonces albergarían una ventaja muy importante sobre Akahaki.
Eichiro Inao era muy astuto; seguramente, durante los momentos de interrogatorio Tsunade y Kakashi estaban realizando una fuerte batalla mental. Sasuke no veía mucho optimismo, sin duda el muy ladino llevaba más ases bajo la manga. Por ello tenía que hallar aquello antes de que volviesen a atacar.
Era ilógico pensar que se dejara atrapar el líder para volver a la escena del crimen, a menos que el plan haya fallado y urgiera obtener ese objeto tan valorado. Los documentos robados, la liberación de los prisioneros, el fallido hurto de la biblioteca y la matanza en la plaza mayor no podrían ser sólo distracciones; faltaba un elemento que los conectara a los tres. La cabeza le dolía, una de los Siete les atestó un golpe que casi lo dejaba inconciente.
Las gotas de lluvia aceleraron su caída y los relámpagos ya dejaban de retumbar las paredes. Sin intención Sasuke se quedó dormido, no había descansado desde que partiera de Konoha por los terroristas.
Un sueño invadió sus reflexiones…
En la vivienda Uchiha el cielo acababa de oscurecer y sus luces estaban recientemente encendidas. El pequeño Sasuke había terminado de cenar y se dirigía al jardín a jugar con un trompo de madera. Corría lejos de su mamá porque ya comenzaba a preparar el baño y él quería divertirse un rato más. Se adentró en los jardines y llegó al lado opuesto de la casa, cerca del despacho de su padre. Allí vio que las puertas estaban casi abiertas y pudo ver a su padre conversando con un jounnin de la aldea…
-No deberías continuar con esto Fukagu, es peligroso. La aldea te descubrirá y yo no haré nada para defenderlos. Piénsalo, un golpe de estado no ayudará en este momento. Desde que ocurrió lo del Kyubi, todos creen que ustedes son los responsables. Involucrar a las antiguas casas empeorará las cosas y ellos ya se están fastidiando… -Un hombre lobezno, moreno y de ojos dorados miraba severamente al padre de Sasuke con los brazos cruzados.
-Te preocupas demasiado por Haruno, Toju… Abukara tendrá que aceptar. Cometieron un error al subestimarnos con el Kyubi. Si no nos apoyan en despertar a sus dichosos lideres, se verán en la extinción total. ¿Crees que los dejaré libres en una oportunidad así? Es un gran momento para hacerlos pagar por todo su despotismo… Deben acceder, su gran Era terminó y les toca a los Uchiha saldar con el subordina miento de ambas aldeas. Haruno debe despertar al miembro de su casa -Fukagu miraba fieramente al hombre, mientras destruía una frágil hoja de otoño roja que posaba en su escritorio.
Toju no le quitaba los dorados ojos de encima y un gesto de desagrado se formó al ver la hoja hecha trizas.,,
–Conozco al clan mejor que tú y también conozco a Saburo y a Sachi. Ellos no permitirán que los involucres en esto. Kanone fue mi compañera de batalla, y conoce todo con respecto al clan Uchiha. Si Abukara los dejó vivir a ustedes, fue para mantenerse lejos de Konoha y proteger a sus casas, después de todo ese fue el acuerdo tras el Sello de AkiHi cuando derrotaron al kuraikousen. -permaneció en silencio sólo unos momentos.
–Si deseas planear el golpe, hazlo… Yo, a partir de este momento, los dejo solos. -le entregó a Fukagu algo que Sasuke no pudo ver. –No te deseo suerte, no voy a pedir la desgracia de dos nobles casas por esa sed enfermiza de poder y desquite, ni tampoco la destrucción del único lugar al que he llegado llamar mi hogar. Ya no puedo interferir más en esto…
Fukagu miró la placa que le dio Toju y sonrío con malicia. –Hmp… Así de fácil. Te irás con los perjuros. Te salvamos la vida por nada… Bien, entonces tu secreto ya no estará más a salvo con nosotros. ¡Vete! ¡Te doy tiempo para que huyas antes de que te persigamos y hagamos contigo lo que no hicimos hace diez años!… -Toju amplió sus ojos dorados y una expresión seria cambio la tensión en el ambiente…
-Alguien está afuera… -dijo. Fukagu miró a las puertas semi abiertas con el sharingan invocado.
Sasuke se asustó y corrió al interior del jardín cuando se topó con un hombre vestido de negro que portaba una yukata de seda hecha para el combate y una máscara blanca y pintada. Los ojos del hombre brillaban en la oscuridad, eran verdes. Sasuke quedó paralizado; no pudo mover ningún centímetro al instante que percibió como una larga espada iba hacia su pequeño cráneo…
-¡Sasuke! -gritó una voz muy joven y fue empujado con violencia lejos de la filosa arma.
Itachi recibió el golpe con su protector del brazo. Llevaba su uniforme oscuro ninja y pronto sacó un kunai para enfrentar al espía. Se dio una lucha audaz entre ambos.
Itachi despertó el sharingan de sus ojos y comenzó a esquivar los gráciles y mortales movimientos de su contrincante. Los dos eran muy fuertes y ya comenzaban a impacientarse. El chico no podía hacer otra cosa que observar y esperar a que su hermano no saliera dañado. Toju llegó sin darse cuenta y lo colocó atrás de él con el afán de protegerlo. Sus dorados ojos agudizaron su pupila para percibir cada movimiento de los luchadores. Sasuke vio con horror que el hombre había multiplicado sus brazos y que a Itachi le costaba más trabajo atacar y protegerse de ellos…
-¡Itachi, la derecha! -gritó Toju.
El Uchiha mayor esquivó la espada y con el kunai lastimó el brazo original de su contrincante, cortándole una arteria. Cuando le iba a acertar otro golpe, Toju se interpuso y con sus fuertes manos sujetó el ataque. Itachi quedó sorprendido mientras imponía fuerza. Toju y el espía se quedaron mirando por instantes y luego, rápidamente, el último huyó y saltó la barda para escapar. El lobezno hombre soltó al joven. –Déjalo ir. No te conviene seguirlo… Descuida. No volverá a atacar a tu hermano. -Itachi no reclamó ni se quejó, permaneció con la mirada fija en Toju.
-Sensei… ¿Eso iba a ser la advertencia?
Su maestro lo observó y asintió. –Protege a Sasuke… Esto, apenas, está comenzando. No te dejes influenciar por Él. -Dijo entonando lo último y le sonrió con cierta tristeza a su discípulo. Su marcha continuó y se detuvo por unos momentos en el pequeño. Con su gran mano le sacudió los cabellos con ternura y lo tranquilizó...
–Serás muy fuerte… Se digno de portar tu nombre… -se le acercó más. –No juzgues a la primera, cuestiona y observa antes… Me hubiera gustado verlos crecer -y se largo con una amable sonrisa, perdiéndose entre las sombras. En su espalda llevaba un símbolo; un circulo blanco plasmado sobre una seda roja.
Sasuke no le perdió la vista, hasta que despertó del sueño…
-¿Qué? -El joven sudaba frío y se incorporó de inmediato. La cabeza le dolía, por el fuerte golpe. Una sensación extraña lo embargó y se dio cuenta que no estaba solo. Miró hacia el altar y estaba una fina silueta contemplándolo, llevaba una capa y una máscara idéntica al del espía del sueño, sólo que la máscara era totalmente blanca, a ecepción de los ojos que estaban delineados en dorado y púrpura y una gema verde brillaba en su frente. Se preparó para desenvainar la espada y fue cuando la figura sacó una mano con gesto de tranquilizarlo…
-¡No! ¡Espera!... Eres el líder de Taka ¿Verdad? Hacia mucho tiempo que no sabía nada de usted, Maestro Uchiha… -a Sasuke le sorprendió. Después de la derrota de Akatsuki, no esperaba que lo volvieran a llamar así alguna vez.
-¿Qué quieres? -dijo severo.
-Espero que el recuerdo que desperté en usted, le sirva de algo… Ha cometido muchos errores; es momento de qué pague y que otros le paguen. -Sasuke sacó la espada. Se dio cuenta que le hablaba una voz femenina y un miembro de los siete terroristas.
-Adelante… ven a liquidar… -Ya pensaba que habían tardado mucho.
-No se cobrará así… Sé que regresó para enmendar los daños a Konoha y sé también que por eso engañó a Kenji. -se acercó inesperadamente, antes de que pudiera activar su sharingan. Estaban cara a cara…
-Mmm… Ya veo por qué le gustabas tanto. Sí que eres muy guapo… En fin. Yo le conozco, pero usted no a mí; las leyendas se esparcen rápido… El recuerdo debe usarlo con cuidado, todo tiene una causa y ésta se conecta con otras… piense en lo qué queremos, antes de que cambie de parecer y decida complicarle más tu patética existencia y la de sus amigos.
La mujer desapareció al cubrirse con su capa y fundirse con la sombras.
Sasuke sintió escalofríos. Tenía que reconocer que las batallas dadas con el grupo de los Siete lo habían dejado atónito. Ellos rompieron con muchas de las creencias que tenía acerca del chakra y el combate. Tenía sus dudas con respecto a aquella visita… -¿Qué rayos pretende?- rumió.
Una vez tranquilo pensó en lo que le había dicho la extraña mujer y se concentró en el recuerdo. Al principio, pensó que quizás se trataba de una ilusión para engañarlo. Pero comenzó a visualizarlo mejor y a sentirlo parte de sí. Era muy pequeño en ese entonces, no iría a la escuela. –Antiguas casas… Una hoja roja, Abukara, Akahaki, El círculo blanco, lo he visto, no sólo en la plaza, también en… la biblioteca y… ¿Haruno? -recordó el símbolo que portaba el encargado del acervo en sus ropas, Sachi Haruno, y de inmediato una imagen femenina…
-¡Sakura!...
******************************************
**********************************************
Una mujer rubia y de ojos azul claro llegaba tarde a casa, cargaba algunas bolsas del supermercado y las depositó en la mesa de la cocina. El gato blanco de la familia maulló y saltó hacia ella crispando las uñas, Naoko lo miró extraño y trató de tranquilizarlo para bajarlo. Luego encendió las luces de la estancia, y se percató que alguien la observaba desde las escaleras. La mujer gritó…
-¡AHHH! ¡Sakura!... Siempre te he dicho que no hagas eso ¿Quieres que me dé un infarto? -le replicó su madre hasta que vio la grave expresión de la joven. Sakura le arrojó las dos fotografías a la mesa y se sentó.
-Explícamelo… ¿Quién es ella? -dijo la pelirrosa señalando a la mujer del kimono.
Su madre observó las fotos, muy serena pensaba que contestar. –Hija, ya no recuerdo a ningún gennin o jounnin de mi infancia. Y los que conozco, tú ya los conoces. ¿Por qué debería saber quiénes son ellos?...
-¡Sí sabes!... Tú jamás estudiaste en la academia ninja. Ni tú, ni mi padre. -La rubia se sorprendió y Sakura le acercó más las fotos. -¿Quién es ella? -exigió y un escándaloso pleito entre madre e hija se dio…
-¿Te das cuenta de lo que puede significar?
-Sakura, tranquila no sé de qué hablas…
-¡Claro que sí! ¡Siempre los supiste!... –Sakura respiró profundo. –Kakashi, Sasuke, Naruto y Sai fueron a una misión de más de tres meses, sin mí. Por órdenes de Tsunade se fueron sin mí… Para que no me sintiera mal, por así decirlo, me envió a una misión muy sencilla mientras mi equipo partía sin mí… Yo creí que no debió haber sido peligroso ya que no presindía de un ninja médico, pero no fue así…. ¿Sabes qué averiguaron?... Que una organización supuestamente muerta, regresó a la vida y que tiene un fin vengativo contra el País del Fuego y sus aliados… Pensaron que se organizaban por medio de ciertos enemigos, pero, recientemente, encontraron que no era así, ¿Sabes cómo? Por gente de su mismo lugar… Clanes, familias y personas se introducen en las villas y manipulan en las entrañas del País para debilitar a la nación, como si se tratara de un virus dentro de un cuerpo…
-¿Qué… qué… qué… quieres decir?
-Esta gente tenía años viviendo en un lugar para estudiarlo, debilitarlo y atacarlo, tal como los Hira, Fuchida, Hadachi,… entre otras… Haruno… ¡Por eso no quisieron llevarme, para que no descubriera que yo soy…!
-¡Qué rayos dices?
-Ahora por ello nos van a creer sospechosas… Investigué en los archivos del registro civil, las actas de la Hokaghe, el archivo histórico y deducí que no es la segunda vez que Konoha a permitido que gente de otras aldeas vivan aquí… ¿Sabias algo? ¿Sabías algo? ¡Maldición contesta!...
-¿¡Qué… qué… quieres que te diga!? ¡No lo sé!...
-No mientas. Vi los registros de la Academia, tú y papá no están, sus registros datan de hace trece años, no tenemos árbol genealógico, no tenemos parientes en la aldea...
-¡Ya te dije que en el ataque…
-Mamá, revicé los expedientes del Templo detrás del monte de los Hokaghes… y mi acta de nacimiento no está en la academia ninja ni allí, no hay copia y tampoco en el registro civil… En el hospital de Konoha, no hay un acta de mi nacimiento original, ninguna matrona te recuerda… y me tienen… en un libro llamado el acta roja, de un tratado llamado del forje de Aki.Hi. Por cierto, prohibido sólo para mí, Kenji, nuestro difunto vecino Fuchida, la difunta hija de Hira y casualmente para aquellos que huyeron con Kenji desde antes de que esto pasara, aunque cuenten con el permiso de la Hokaghe para revisarlo, no podemos acceder a él… En los papeles de Kenji tienen a mi padre en una carta del libro bingo… Mamá ¿Mi padre estuvo cautivo, preso, fue perseguido? ¿Qué pasa?...
-Eres una tonta… ¿No te das cuenta que entre menos sepas más segura estarás?...
-¡Precisamente, por eso quiero que me des una explicación! ¿Segura de qué?...
-¡Es muy tarde Sakura! ¡Ya no tengo voz para enfrentar esta situación y tú jamás la tuviste!
-¡Maldición, madre! ¡No seas aprensiva! ¡No seas una cobarde como lo fue mi padre!...
Sakura calló, la mujer rubia la abofeteó. Naoko no pareció lamentarlo, pero su mano se crispó con mucha tensión… -Perdón, pero no eres nadie para hablar mal así de Sachi. Tú no lo conociste. No tienes idea de la saña de tus palabras y tampoco de lo que él tuvo que hacer para mantenernos seguras a las dos… -la mujer se sentó cubriéndose la cara avergonzada. Sakura quedó pasmada. Después de tanto grito, por parte de ambas, no sabía que decir. Únicamente la primera pregunta salía por sus labios y su madre suspiraba más…
-¿Mamá, quién es? -exigía con un toque de ruego… -De quiénes sospecharían ya no están. Sólo quedamos tú y yo. La aldea quiere justicia, a un culpable y aunque seamos inocentes, el mundo va a querer que alguien sea castigado… Tú y yo somos las únicas y sólo nos tenemos… Por favor…
La mujer una vez tranquila se limpió los humores, Sakura jamás la había visto así. –Su nombre es Kanone Haruno. Es tu abuela. Líder del clan Haruno. El círculo blanco es la insignia de nuestra familia; una muy antigua y muy poderosa. - expresó con triste alivio. A pesar de que esperaba una respuesta semejante e increíble, no pudo evitar impactarle. Sakura tenía los ojos muy abiertos, tenía muchas preguntas y temores de respuestas.
-¿Por qué no sabía nada de ellos?... ¿Qué pasó? -preguntó y su madre se preparaba para responder, exhalando aire y pensando.
- Es una historia larga… La verdad, es que no sabría como explicártela. Yo… yo… yo no soy tu madre originariamente. Me casé con tu tío Sachi… él tampoco era tu padre. Tu padre era su hermano mayor, Saburo y tu madre era Hikari Mari. Ella murió al darte a luz y te traspasó el secreto de la familia Haruno… Sachi y yo somos ninjas de la aldea de la Luz y nuestra última misión fue protegerte de todo mal, hasta del secreto de nuestro origen. -dijo tristemente.
-¿Cómo? ¿Cómo?...Es decir, es extraño todo esto… ¿Secreto? ¿Cómo que yo tengo un secreto?... Mamá, por favor, empieza desde cero. No entiendo nada y si no sé qué rayos pasa en mi familia, tendré el presentimiento de que me expondrán a algo muy peligroso… Mamá, el símbolo de la plaza… Es el de nuestra familia; si no aclaro el asunto, el consejo vendrá por mí y me juzgarán… - rogaba hincada la joven y su madre le acarició el rostro.
-De ese peligro es del que no deseaba exponerte. Por eso tu padre y yo nos hemos quedado callados… Mas, veo que no tengo opción… -respiró la rubia y tomó las fotos. – Supongo que ya has de saber que nosotros no somos de Konoha. Pertenecemos a Akahaki; del país de la Luz. Durante mucho tiempo hemos luchado por nuestra subsistencia después de los grandes rebatos que trajó el crisol de guerra. Ocultándonos y fingiendo que nuestras habilidades se perdían con el tiempo. Pero, hicimos un trato con Konoha y las otras aldeas tras la derrota de los kourakousen. Nos dejarían subsistir en paz a cambio de no revelarnos. Abukara, quien es el tronco de nuestra familia, fue la única sobreviviente y que permaneció en pie de todos los demás clanes, a escondidas de los vencedores. El clan Haruno lo acompañó y estuvo en paz. Pero, jamás reveló que congeniaba con Abukara, ni reveló que nuevamente comenzábamos a recuperar nuestras tradiciones bélicas y espirituales…
-¿No cumplimos con el trato?
-No cumplíamos porque no podíamos. Ellos nos arrebataron nuestra identidad y ocultaron nuestro origen, pero no podíamos renunciar a lo único que nos dio el motivo de ser quien eramos… Era nuestra obligación mantener la seguridad de este malagradecido continente. El Kyubi y los otros demonios no hubiesen despertado si no hubiesen atacado a nuestra familia. Pero, nos obligaron a mantenernos al margen…
Sakura se sentía más confundida. -¿Demonios? ¿Qué tenemos que ver con ellos? -su madre la miró.
-Abukara era el clan más poderoso de los aliados del estandarte blanco del sol, y por lo tanto, era la líder de todas las demás familias. Su fin era proteger a nuestro mundo de las otras dimensiones que nos rodean, de sus criaturas y sus demonios que deseaban someternos o… hacernos mal para subsistir; y también de que no se perturbara la paz de ambos, Haruno fue su hija. Si los seres del otro mundo interferían con las leyes de este, Abukara intervenía, del mismo modo sí los de aquí afectaban a las de ellos. Por ello nuestras habilidades podían ver, sentir, tocar, absorber, manipular, crear y destruir chakra. Con nuestra derrota, las leyes que nos protegían fueron desgastándose y ya cualquiera pudo romper e interferir con las fronteras de estos mundos… Los hombres decían estar agotados de ser controlados por fuerzas que no entendían y nos maldijeron en sus palabras. Manipular las energías de nuestro universo de forma tan arbitraria sólo permitió que demonios como el clan Uchiha abrieran las puertas del infierno cuantas veces lo deseaban… No me cabe duda que el Madara Uchiha fue quien invocó al Kyubi para destruir Konoha y como el maldito Hikai... Así como ellos, hoy, muchos otros abusan del poder y afectan a los demás sin importarles nada… Lo sabes bien, ese tal Sasuke lo intentó. No me sorprendió sabiendo que era un Uchiha, tiene la misma sangre contaminada que toda su prole…
-¡Sasuke ya no es así!... -dijo decidida Sakura. –Él ha cambiado y ahora, para enmendar los daños que hizo hace tres años, ha jurado proteger la aldea. No todos los Uchiha estuvieron de acuerdo en levantar un golpe de Estado. Su hermano Itachi… Si queremos juzgar, Konoha tampoco fue muy piadosa al creer culpable a todo el clan de esa criatura… La aldea también los traicionó… -dice Sakura.
-¡No defiendas a esos monstruos!... Tener que vivir con ellos en la misma aldea era un sacrificio que tu padre y yo tuvimos que aguantar para protegerte a ti… Saber que era tu compañero de equipo gennin nos traía con el temor a todas horas. Y aguantar decir la verdad era más doloroso y frustrante cuando te dio ese odioso encaprichamiento tuyo hacia él, tal como sucedió con Tomoe, tu abuela… ¡No lo defiendas, Sakura! ¡Tú más que nadie deberías odiarlo! -afirmó la madre con ira y reproche.
-¿Por qué debería odiarlo? -Sakura recordó al hombre fuerte y barbudo que enfrentaba a un enmascarado. -¡Aléjate de mi familia, Uchiha! -Cuando el nombre de Sasuke llegaba a sus oídos, un extraño rencor la embargaba, muy fuerte y doloroso.
La mujer la miró determinante. – ¡Debes volver a la raíz! ¡Debes saber la verdad! Hemos sido sometidos de forma injusta por mucho tiempo y eso debe de acabar. Tienes que irte de aquí antes de que la aldea se ponga en contra tuya. Uchiha y ellos son los responsables de que estemos aquí. Por ellos nosotros… -un cristal de la ventana se rompió y una piedra redonda, llegó hasta ellas.
La madre de Sakura la vio y abrió los ojos como si reconociera el signo que estaba escrito en él, un círculo blanco con otro círculo rojo adentro. Más piedras comenzaron a romper las ventanas, los cristales, las lámparas y todo aquello que estaba en el interior de la casa. Risas en el exterior las trataban de controlar…
-¡Están aquí! ¡Inao, está aquí! ¡Maldito Eichiro! ¡Eichiro Inao! -gimió la mujer y más rocas de cristal comenzaron a adentrarse.
La luz fue cortada de pronto, había desaparecido. Sakura iba a concentrar chakra para defender a su madre, pero se sintió débil y adolorida, el sello no le permitía trabajar con libertad, sin más que perder sacó un kunai para resguardarse de sus golpes mientras escudaba a su madre de los impactos. Conforme aumentaba la velocidad de Sakura, también lo hacía la de los proyectiles. Se vio obligada a huir con su madre hacia la planta alta al recibir uno en la frente (Inner: ¡Ahhhh….! ¡Malditos bastardos! ¡Ya verán…! ¡Cha! ¡Cha! ¡Cha!...)
Las piedras también entraban por las ventanas del segundo piso. No eran piedras ordinarias, para terror de la ojiperlada, descubrió que era chakra solido y que absorbía sus energías, por ello tampoco ninguna podía valerse de sus técnicas por entero. Sakura llevó a su madre a su habitación, mientras esta trataba de decirle algo… -¡Sakura! ¡Sé defenderme!... -rogaba.
La joven sin hacer caso de su madre la encerró en el amplio armario de la habitación principal de tal forma que no pudiera salir. Las piedras seguían entrando por su ventana y la pelirrosa las esquivaba, angustiada sabía que mientras estuviera cerca de aquellos artefactos no podría usar jutsus con efectividad, las golpeaba y como si jugara tenis también arremetía contra su desubicado enemigo. Estaba lastimada, con rasguños, moretones y un hilillo de sangre corría por la orilla de su boca. Sakura no podía ver, pero trató de sentir la presencia de su enemigo.
Se concentró y fingió ser derrotada con la siguiente ola de ataques para que al fin el enemigo se descubriera. Cayó supuestamente inconciente al suelo de madera, haciendolo sonar con pesadez. Se detuvieron las descargas y ella esperó atenta a cualquier movimiento. Pasaron unos pocos minutos que le parecieron largos, pero después oyó como las ventanas fueron rotas y entraron dos sujetos. Estos inspeccionaron el lugar y lentamente se fueron acercando a ella…
-Esta… ¿esta es?... –preguntó una voz algo sonsa.
-¡Claro que es! ¿No ves el parecido?... –le contestó otra con molestia.
-¡Ah! ¡Sí es cierto! ¡Se parecen mucho! Jejeje… Pero fue bien fácil, pensé que sería más difícil…
-Sssshhh!!! ¡Cállate zopenco! ¡Ahora llevémosla con Minako!...
-Jejejeje… Al fin se pondrá contenta con lo que hacemos y no nos llamará más inútiles descerebrados jijiji…
En eso Sakura aprovechó para darle una fuerte patada a cada uno y echar a correr. A los sujetos les dolió el golpe, pero no fue tan poderoso como Sakura hubiese deseado para noquearlos. Las rocas aminoraban sus fuerzas, el sello también, se sentía cada vez más débil y sus piernas comenzaban a cansarse. La pelirrosa aprovechó su angustia y llegó a la habitación de huéspedes para sitiarlos.
Los akahakis se recuperaron rápido y la siguieron corriendo. Uno era un hombre alto y flaquísimo, tenía una yukata de combate con una espada corta de ninja y su equipo, y su máscara era la de una largatija; su compañero era más bajito y muy robusto, vestía una yukata ninja y dos espadas, una corta y una larga, y su máscara era la de un jabalí. Al llegar el más bajito a la habitación, Sakura le embistió la cara con un termo para calentar los pies e hizo que se desmayara. Pero el más flaquillo usó una gran velocidad y la atrapó sujetándola de las manos y tratando de quitarle el termo.
Sakura forcejeaba, cada vez se sentía más endeble, el extraño estaba complacido y burlón le hacía ruidos burlescos detrás de su máscara. Sakura se sintió aterrada, el sujeto debía ser muy feo como para provocar esos grotescos sonidos y más al ver sus ojos. Estos la debilitaban, pero uno era verde brillante y el otro brillaba de rosa, pronto descubrió que era un cristal que giraba de un lugar a otro sin control. Sakura supo que no podría pelear contra ellos en ese estado, así que apretó el botón del termo y salió vapor incadecente hasta el akahaki.
El enemigo gritó de dolor y la soltó al instante mientras se cubría los ojos irritados por el calor excesivo. Sakura corrió a su habitación, se encerró y agotada se recargó en la puerta, con la frente en ella trataba de pensar qué hacer. Entonces, la hebilla se movió y la ojijade la forcejeó, al asomarse por el orificio, pudo ver el ojo verde brillante del Akahaki que la miraba… -Hola, preciosa. Sé que estás allí… -Sakura se asustó, aquel ojo le estremecía y no tardó en descubrir que cada vez que lo miraba, se sentía más debilitada… -¡Habre la puerta, preciosa! ¡No te haremos daño! ¡Sólo queremos charlar como gente civilizada!...
-¿En serio? Pero tú dijiste que la moliéramos a golpes si se resistí… ¡Auch!!!...
-¡Cállate imbécil!... ¡No le hagas caso preciosa, él… él… él… tiene hecha chichos la choya!
Sakura estaba en aprietos, ya no tenía chakra, o eso sentía, pero decidió dar lo más estremecedor de ella para acabarlos. Sacó un kunai para prepararse a un combate cuerpo a cuerpo. Los dos sujetos seguían forcejeando la puerta. Sakura, con sus pocas energías, la había sellado con un genjutsu muy fuerte. La pelirrosa tenía miedo pero no tanto como debía llegar a considerar.
De pronto, los dos tipos dejaron de forcejear y salieron corriendo de allí. Cuando el silencio se hizo más largo, gritó… -¡Bien! ¡Ya basta!... ¡Si pretenden algo con la familia Haruno, aquí estoy!… ¡Vengan a enfrentarme! -decía decidida y se sorprendió…
-Jejeje… Desearás no haber dicho eso nunca, niña. -Una mujer, vestida de negro, con mascadas de seda, puestas como un ágil kimono de combate, y que llevaba una máscara blanca con coloridas marcas en forma de un felino, apareció atrás de ella y la golpeó.
Sakura azotó la pared, más se recuperó y se limpio la sangre…
-Vaya, sí que eres fuerte… Pensé que eras más frágil de lo que aparentabas. Veamos cómo respondes a esto… -la mujer desapareció. Sakura se confundió y sin darse cuenta fue golpeada en el estómago y luego en la cara. Nuevamente fue lanzada al otro lado de la habitación haciendo añicos una mesita de decoración. –
¡Es increíble! ¡Casi no pude verla! -se dijo enfurecida. Luego comenzaba a incorporarse y la mujer con la fina máscara la observaba con una mano en la cintura.
-Hmp… Todavía persistes. Bueno, me estás obligando a sacar lo peor de mí, eso es bueno. -se acercó a ella y la pateó, casi rompiéndole dos costillas y lanzándola más lejos. Antes de que pudiera levantarse, la ninja la golpeó más, la pateó y la arrojó a la ventana para estrellarse contra un edificio y caer.
Sakura concentró su chakra y saltó para aterrizar en un balcón. Con las costillas heridas sentía que no podía incorporarse. La desconocida aterrizó en un árbol continuo para mirarla frente a frente.
La gente que percibió la batalla desde sus casas se asomó por las ventanas y al ver que se trataba de una Akahaki se aterraron. Sakura sabía que era peligroso un confronte allí. No quería que hubiera heridos, así que reunió fuerzas y salió huyendo de allí para acercarse a la periferia y pelear contra la Akahaki.
La extraña mujer comenzó a perseguirla y a gran velocidad ambas se perdieron de la vista de los otros. Un hombre llamó a la policía de Konoha para reportar el suceso, toda la gente estaba muy asustada.
- Hmp… ya comienzas a sorprenderme. Ordinariamente, con mi primer golpe bastaría para dejarte gravemente inconsciente o sencillamente muerta… -dijo esto con un tono inocente la ninja, una vez que ambas se alejaron de las residencias.
-¿Qué quieres? ¿Por qué haces esto? -pregunta la muchacha para distraerla y concentrar energía. Ya la había conducido a un parque cerca de la periferia de la aldea.
-Eso es algo que quiero y no puedo decir. Pero te aseguro que esta sutil tortura no durará toda la noche, Sakura. -la mujer desapareció otra vez.
La ojijade agudizó más sus sentidos en un pequeño instante y trató de percibirla velozmente. Nuevamente le comenzaba a doler la extraña marca. Un terrible ardor comenzó a invadirle el cuerpo, pero concentró sus energías y se enfocó en cómo atacar. Kenji le había enseñado como sentir la energía de su enemigo a través del suyo y como esconderlo en casos extremos para atacarlo. Su chakra sintió un raro calor a su espalda, por lo que Sakura se giró rápido y lanzó el Kunai a la máscara. Ambas peleadoras saltaron y llegaron al húmedo suelo. El kunai de Sakura no atravesó el rostro de su contrincante y ésta rió. La pelirrosa quedó sorprendida de poder contestar así, mas el dolor de la marca la estaba perturbando.
-Jajaja… Excelente, aprendiste que por medio del chakra uno puede sentir otros y moverse a la velocidad de este y del contrincante. Para ello, necesitaste comprender el funcionamiento del flujo y rápidamente ver cómo marcha el tuyo y el de tu oponente. La energía lo es todo… El saber sentirla te dará las claves. Pero… ¿Qué tan sensible eres? - desapareció y volvió a atacar en un parpadear.
Pero Sakura se defendió. En esos momentos le agradecía a Kenji sus valiosas enseñanzas. Con un compás raudo pudo mantener la velocidad de la ninja. Cada golpe, esquivamiento, o despertar de su chakra la hacían más hábil y fuerte, y con ello el dolor iba en aumento. (Inner -¡Resiste! ¡Resiste! ¡Dale una lección a esa bruja! ¡Cha! ¡Cha! ¡Shanarooooo!) Sakura usó el dolor para darse coraje y seguir en la pelea. No sabía si le dolían más los golpes que le atestaba la desconocida o la expansión del sello maldito.
Conforme aumentaba la intensidad del combate creía que sus energías cobraban una voluntad ajena a la suya; sentía emociones que no creyó haber tenido jamás y un gran deseo de destrucción iba conquistándola paulatinamente. Hasta que la enmáscarada la golpeó en las costillas y sintió que penetraban sus órganos internos. Fue lanzada y se estrelló contra los árboles. Sakura intentó levantarse, mas al estirarse, el dolor del costado la desgarraba y no pudo evitar soltar unas cuantas lágrimas…
-Cuando me refería a “¿Qué tan sensible eras?” No me refería a esta patraña… -Sakura se protegió y comenzó a llorar. La ninja oscura bufó con fastidio. –De acuerdo… Mi palabra es ley. La tortura sutil ha terminado… -dijo al momento de sacar una daga roja y dirigirse veloz hacia Sakura, desapareciendo ante sus ojos.
La ojijade levantó la mirada y sintió a su contrincante, sentía en las venas un infrecuente ardor que le quemaba su interior y sus ojos querían estallar ya que la encarnación verde azulenca se expandía, hasta que al fin habían cubierto el iris y los abrasaban poco a poco en una luz verde incandecente. Muchas emociones cruzaron por su mente y tenía la angustiosa necesidad de sacar a flote el infierno que la invadía.
Entonces sus ojos verdes brillaron con intensidad y emanó una ráfaga de su concentrada energía contra su oponente. Sus verdes iris destellaban, eran claros, flemáticos, con ciertos tonos dorados corriendo alrededor de la pupila como si fuesen un mar turbio y brillante. Golpeó a su atacante y la estrelló contra un árbol. La mujer quedó aturdida y Sakura comenzó a levantarse. La shinobi enemiga la observó y comprendió que la pelirrosa se estaba curando con su chakra para continuar el encuentro. Sakura vio entre los orificios de la máscara que los ojos de ella brillaban como unas llamas encendidas, verdes y frías, no había visto nada igual.
-¡Ush!... Eso estuvo mejor. Estás progresando, pero quiero más. –dijo sobándose la cabeza. –Ahora, ya no seré nada amable. A partir de este momento, me mostrarás las charadas que tienes por habilidades, niñita… O si no, usaré a tu mamacita como saco de box para mostrarte las mías y, créeme, no he explotado nada… -La mujer volvió a desaparecer con la espada corta desenvainada y Sakura se concentró para ubicar su chakra; ya sabía cómo era y lo sentía.
Sus ojos seguían brillando en la oscuridad con fiereza y sed de lucha. Poco a poco se fue dando cuenta que veía la luminosa aura de su oponente y de otros seres. Sentía su chakra y como corría este a través de su cuerpo y se esparcía por cada embestida hasta el exterior. Nunca había podido hacer eso; mas no había tiempo para asombrarse porque la shinobi aumentaba sus ataques y eran más peligrosos y vertiginosos.
Estuvo deteniendo y contestando sus porrazos. Arremetía contra ella y cuando la sentía segura volvía a desvanecerse para darle otro ataque sorprendido. Su cuerpo ya no sentía dolor, únicamente la nueva energía que la devoraba y su sed de pelea aumentaba.
Esparció su chakra y a la energía invasora en proporciones correctas a su cuerpo para darse mayor velocidad y fuerza. Dio un fuerte puñetazo al estómago de su enemiga y se separaron las dos a cierta distancia. Sakura percibió que le había sacado el aire, pero rápidamente se estaba recuperando. Su cuerpo estaba sanando por dentro y mientras se daban un respiro, la ojijade volvió a preguntar…
-¿Qué quieres? ¿Por qué haces esto? ¿Quién eres? -la pelirrosa necesitaba ganar tiempo para concentrar un poco de energía y curarse.
La mujer se levantó respirando mejor. -Soy… Soy… tu futura sombra, Haruno… y lo que quiero… es… a ti… De ti depende que lo consiga… Sino… ¡Date por muerta! -y se desvaneció.
Al profesar que la atacaría por su lado izquierdo, el lastimado, giró inmediatamente y se detuvo con el puño preparado. Una espalda ancha, lúcida y con un escudo rojo y blanco de un abanico había recibido el golpe. –Sasuke -dijo sorprendida.
Sasuke Uchiha tenía despierto al sharingan en su tercera fase y miraba a la integrante de los siete terroristas. Su espada se oponía a la daga de ella y en un debatir de fuerzas ella lo golpeó en la cara y saltó para escapar. Ella se cubrió con una capa oscura que pareció salir de la nada y desapareció al instante. Los dos jóvenes quedaron asombrados, mirando entre las sombras de los árboles. Sasuke no dejaba de usar el sharingan hasta que recorrió el lugar con sus ojos rojos.
-Se ha ido -dijo el joven y Sakura cayó de rodillas suspirando con alivio. El brillo de sus ojos se desvaneció al momento y su combatiente cuerpo pareció marchitarse.
continuará...