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DONDE ESTÉ MI CORAZÓN

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Ushio Uchiha:
Bueno aki estoy con mi segundo fic, os advierto que algunos capitulos serán bastante cortos, y otros no. No habrá lemon. Y por supuesto es un SasuSaku.

Capítulo 1:

Justo cuando tropezó, él apareció a su lado.
Fue algo fortuito e inesperado, casi ridículo, porque primero dio un traspiés y luego dos pasos intentando mantener el equilibrio. Además, se asustó. Eso fue lo que hizo que perdiera la verticalidad y, para no caerse de bruces, apoyó una mano en el suelo y acabó cayéndose de espaldas. O sea, que quedó sentada en el suelo, mitad sorprendida, mitad avergonzada.
Lo segundo, evidentemente, por él.

-¿Te has hecho daño?
-No.
-Dame la mano.

¿Qué podía hacer? Se la dio y él tiró de ella con fuerza, devolviéndola al mundo normal. Una vez de pie, ante todo, comprobó su aspecto. Pero de reojo siguió examinándolo. Era un poco más alto que ella, de complexión bastante atlética; la camiseta permitía ver sus brazos y la extensión de sus hombros. El cabello, muy negro, daba la impresión de ser a la vez muy suave. Pero sin duda lo que más le fascinaba eran sus ojos, la nariz y los labios, que formaban una simetría perfecta. Y esos ojos la miraban de una forma muy directa, especial; se dio cuenta en seguida.
En otras circunstancias le habría parecido atractivo.

-¿Estás bien?
-Sí, sí, no ha sido más que el susto.
-Ibas distraída.
-Pensaba en mis cosas.
-Ya.

Se enfrentó a su mirada, y fue en ese momento cuando se dio cuenta de que él estaba pálido, casi tan asustado como lo había estado ella en el momento de descubrir que iba a caerse. Sus ojos traslucían miedo, y eso confería a su rostro un extraño efecto que la desconcertó aún más.

-No me ha pasado nada, en serio -se vio en la obligación de tranquilizarlo.
-Bueno, pues... -vaciló el, como si no supiese qué hacer.
-Gracias.
-Vale.
-Adiós, hasta luego -se despidió ella, dando por terminado aquel diálogo para besugos presidido por los nervios.

Pero mientras se alejaba de él, dejándolo allí quieto, en mitad de la acera, supo que seguía mirándola, y que en sus ojos permanecía aquella luz curiosa, expectante, tan distinta a todas las miradas, incluso tratándose de lo más natural: un admirador.
Una luz llena de sensaciones.
Logró continuar andando sin girar la cabeza. Le costó, pero lo hizo. con un ejército de hormigas recorriendo su espina dorsal y un frío vacío en la boca del estómago.
Después se metió en la panadería, una docena de metros más allá, y suspiró aliviada al sentirse a salvo, aunque no sabía de qué.

Bueno hasta aqui lo dejo, en este fic, Sasuke no es Sasuke, su personalidad cambia, poco a por lo ireis descubriendo a lo largo de la historia. Espero que os guste. Besitos Chao.

DE SASUKE A SAKURA:
<<TE QUIERO INFINAMENTE,
TE QUERRÉ HASTA LA MUERTE.
HAY UN LUGAR PARA NOSOTROS,
YA SABES LA CANCIÓN.
NO PUEDO HACER NADA
EXCEPTO ESTAR ENAMORADO DE TI.
TODO LO QUE HAGO ES BESARTE
POR MEDIO DE UN POEMA.
TE QUIERO INFINAMENTE,
TE QUERRÉ HASTA LA MUERTE.>>

PennyDraco:
Te dije que estaría pendiente de otro escrito tuyo y pues aquí me tienes.
En primer lugar, no soy tan seguidora del SasuSaku puesto que ya siempre lo ando leyendo y creo que casi todos la odian (creo que por eso no me esta gustando la pelirosa) pero creo que aquí está cambiando algunos detalles, ademas de que depende mucho lo que lea para dar la opinión en parejas.
Para empezar está bien este fic aunque las fallas ortográficas que siempre nos causan algunas molestias pero al menos se deja entender el escrito.
Ahora, pues dices que Sasuke es bipolar, bien, eso si es más interesante y claro que estaré siguiéndote. Espero la continuación.
Nos vemos.
Bye Bye

Ushio Uchiha:
Ola Penny-chan me alegro de que sigas este fic tambien jeje. Buenos las faltas ortograficas queria decirte que yo soy asi de vez en cuando que aunque las escriba bien, luego me olvido y cometo faltas, es muy normal en mi, pero de todas maneras me gusta que me digas que tengo faltas. jejej
Bueno aqui va el segundo capi.

Capitulo 2:

Escuchó la voz de Ino, su mejor, su única amiga verdadera, justo al doblar la esquina que conducía a la calle en la que estaba su casa, oculta desde allí por los árboles del jardín y el pequeño muro.

-¡Sakura!

Se detuvo y, al verla, dejó las dos bolsas en el suelo. Hacía mucho calor, muchísimo, lo que auguraba un verano que se haría insoportable a medida que avanzara más. La urbanización en la que vivían, aunque cercana al pueblo, tenía muchos desniveles y cuestas, así que aprovechó la parada para descansar y agradeció no hacerlo al sol. Las ramas de uno de los frondosos pinos de los señores Hatake la protegieron mientras Ino trotaba en su dirección. Le envidió su top y su minifalda. Ella llevaba una camiseta cerrada desde el cuello y unos vaqueros. Todavía le costaba aceptar que nunca podría llevar un escote, un biquini, ni siquiera un traje de baño escotado.
Nunca más.

-¡Caray, tía! -resopló Ino al llegar junto a ella-. No sabes las ganas que tengo de motorizarme, aunque sólo sea para venir a tu casa.
-¿No dices siempre que esto es mucho más tranquilo que el centro del pueblo?
-Sí, ya, pero...
-¿Vienes a bañarte? -le preguntó Sakura, dudosa, al ver que su amiga no llevaba la bolsa con el bañador.
-No, no puedo. Te he visto de lejos y sólo quería preguntarte qué haremos esta noche.
-Vamos al Casino, ¿no?
-Bueno -accedió Ino.
-Oye -no esperó ni un momento más; quería contárselo-. ¿Recuerdas al chico del sábado?
-¿El que no paraba de mirarte con cara de éxtasis concentrado y el dolor de estómago?
-Sí.
-Claro que lo recuerdo, ya te dije que era muy mono.
-Pues acabo de verlo.
-¿Ah, sí? -se quedó en suspenso Ino-. ¿Y...?
-Hemos hablado.
-¿Qué? -la cara de su amiga cambió-. Cuenta, cuenta.
-Nada, que iba por la calle, he tropezado, me he caído...
-¿Que te has caído? -se alarmó su amiga.
-Una buena culada.
-¡Oh, Dios, qué vergüenza! -y cerró los ojos-. No me digas que él...
-Estaba allí - le confirmó sus sospechas Sakura-. Pero es que además ha aparecido como por arte de magia, ¿entiendes?
-Y te ha ayudado a levantarte.
-Sí.
-¡Lo sabía, lo sabía! -cantó Ino-. Ya te lo dije. ¿Qué tal?
-Nada.
-¿Cómo que nada? -su voz se llenó de reconvenciones-. ¿Cómo se llama? ¿Quién es? ¿Habéis quedado?
-¡Eh, eh, alto! - la detuvo Sakura-. Me he caído, estaba allí, me ha ayudado y eso a sido todo.
-¿Le has dejado escapar?
-¿Qué querías que hiciera? ¡Por Dios! Mira que eres...
-Oye, rica, ¿tú crees en las casualidades?
-No sé.
-Pues yo no. Lo dejaste colgado el sábado y estaba esperando su oportunidad.
-La ha tenido y no me ha dicho nada.
-Porque es tímido, ya se le notaba. ¿A que estaba nervioso?
-Bastante -reconoció Sakura-. Se ha asustado casi más que yo al verme en el suelo.
-Normal. ¿Qué quieres? Si le gustas, montas el número, tú no le das pie, y él es tímido...
-Ino...
-Yo no digo nada -se defendió ella-, pero ya sabes lo que pienso: que necesitas un poco de marcha después de lo de Naruto.
-Bueno, vale ya, ¿no? -se quejó con amargura Sakura.

Ino bajó la cabeza. En su rostro, enmarcado por una abundante melena rubia, apareció una sombra de culpabilidad. Su amiga la vio morderse el labio inferior; se había dado cuenta de que acababa de meter la para, algo por otra parte habitual en ella.

-Vale, lo siento -dijo-. Te juro que no volveré a mentarlo.
-No es eso -manifestó con cansancio Sakura-. Es que... -no encontró palabras para explicar lo que sentía, asó que acabó suspirando antes de agregar-: Bah, déjalo, no me hagas caso. Todavía sigo sensibilizada.
-A veces hablas tan fino -secundó su suspiro Ino levantando la cabeza-. ¿Por qué no dices simplemente que estás cabreada además de dolida?

Logró hacerla reír, algo bastante difícil en las últimas semanas.

-Bueno, ¿te vienes o no?
-Te ayudaré a llegar a casa con esto -se ofreció Ino cogiendo las bolsas del suelo-, pero tengo que largarme a toda prisa.
-Eh, dame una -protestó Sakura.
-Da igual, vamos.

Se resignó. Ino ya le había sacado cinco metros de ventaja calle arriba.

Bueno hasta aqui lo dejo, espero los comentarios eh? Espero que te ha haya gustado Penny-chan. Pronto subiré el tercer capitulo nos vemos.

PennyDraco:
Perdón por la tardanza pero ya puedo al fin postear.
Un capitulo donde deja ver a una gran amiga y dando el sermón de que tal el chico que mira a una con cara de éxtasis ¬¬ eso si que es pesado pero envidiable si el chico es tan sexy...Hmmm...pensé que otro seria el desgraciado pero resulta que Naruto fue que plantó a Sakura, bueno, eso noté por allí.
Con respecto a la ortografía pues yo paso por los mismos detalles querida pero con tal de que el escrito se deje entender es mejor :D
En fin, espero el siguiente capitulo y saber que hará Sakura con ese papacito jajajaja

Ushio Uchiha:
Tranquila Penny-chan no hay problema jeje, si de ahora en adelante mas a ver a un Sasuke muy cambiado la verdad. jeje Aki te dejo la conti, y por ser tu te pongo un par de capis jeje

Capítulo 3:

Le molestaba que todos siguieran tratándola como a una enferma. Ya no lo era.
¿O sí?
A veces tenía la sensación de que los fantasmas del pasado la perseguirían el resto de sus días. Sería una anciana y todavía le preguntarían si se encontraba bien.

-¿Cómo estás, cariño?

Sus pensamientos se materializaron allí mismo, en forma de madre. Si no fuera por lo mucho que la había visto llorar y por lo delgada que estaba, víctima de los nervios, le habría pegado un soberano corte. No lo hizo, pero aun así, no se mordió la lengua.

-Yo diría que estoy un poquito mejor que hace un rato, antes de irme, y también mejor que ayer, sólo un poquito, pero mucho mejor, muchísimo mejor estaré mañana, y no digamos pasado mañana, aunque dentro de un año seguro que estaré mejor que hoy, teniendo en cuenta que estaba fatal hace...
-¡Ay, hija! -suspiró la mujer-. Al final, no voy a poder preguntarte.
-Mamá, si es que lo haces cada cinco minutos.
-No es verdad.
-Pues cada vez que salgo o entro.
-Has sido tú la que se ha empeñado en ir a comprar y regresar cargada -le reprochó su madre.
-Es que, si no hago ejercicio, voy a terminar como el primo Chouji.
-¡Pero si estás en los huesos!
-¿Yo? Las ganas, mamá, no digas tonterías.
-Sí, ya, yo digo tonterías. Eso mismo. Yo siempre digo tonterías.

Se hizo la digna. Empezó a sacar el contenido de las bolsas y a depositar los distintos paquetes sobre el mármol de la cocina mientras fingía ignorar a su hija. Sakura estuvo a punto de irse a su habitación para ponerse el traje de baño. La detuvo el hecho de que, de nuevo, sintiera aquella infinita piedad por su madre.

-Mamá -le dijo condescendiente-, he de hacer ejercicio. No puedo quedarme quieta, muerta de miedo.
-Si ya lo sé -exclamó la mujer mostrándole sus ojos cargados de estrellas luminosas, al borde del llanto-. Pero yo todavía tengo esa sensación que...
-Acabarás enferma tú -le advirtió su hija.

La posible respuesta no llegó a producirse. Por la puerta de la cocina apareció Neji, el hermano  mayo de Sakura, recién levantado pese a la hora que era. Iba en calzoncillos. En otras circunstancias habría ido a la nevera para coger algo sin molestarse en abrir la boca.
Pero eso era antes.
Mucho antes.

-Hola, ¿cómo estás hoy? -se interesó mirándola.
-Será mejor que no le preguntes -le advirtió su madre-. A <<Doña Susceptible>> le molesta.

Sakura tuvo ganas de gritar, pero eso, sin duda, habría sido demasiado.
Un cuarto personaje hizo acto de presencia antes de que respondiera: su hermano pequeño, Konohamaru. Entró en la cocina a la carga como era su costumbre.

-¡Ya he terminado los deberes! -anunció-. ¿Puedo ir a la pisci...?

Entonces vio a su hermana y se detuvo en seco, preocupado. Tanto que preguntó:

-¿Pasa algo?

Por lo general su hermano menor antes la atormentaba y le hacía la vida imposible sin el menor remordimiento de conciencia. Era natural, teniendo en cuenta que ella estaba en medio de sus dos hermanos. Y Konohamaru, al fin y al cabo, era el pequeño, el <<descolgado>>. Ahora le habían leído la cartilla. Caminaba con pies de plomo, no hacía ruido y a veces la miraba como si fuera a caerse muerta en un abrir y cerrar de ojos.
¿Cómo podía llevar una vida normal así?
Sakura salió de la habitación sin decir nada, aceptando los hechos, pero rebelándose silenciosamente contra ellos.


Capítulo 4:

Se sentía rara.
Tan diferente.
Un año antes, el verano había sido como todos. Es decir: un asco por tener que quedarse en Tokio, son ir a ninguna parte de vacaciones, pero maravilloso por poder estar junto a Naruto. De hecho, todo había empezado entonces, pocas semanas antes de...
Un año. Sólo eso. Y en ese tiempo...
Los pensamientos llegaban a embotarla, pero aún más lo hacían las emociones que asaltaban los muros de su espíritu continuamente, a traición, desarmándola, produciéndole aquel vértigo, aquella sensación de irrealidad. A veces no sabía qué era mejor, ni sabía qué cara poner, qué decir, cómo enfrentarse a su nueva vida con la apariencia de normalidad. Para ella misma era alucinante, así que imaginaba lo difícil que debía de ser para los suyos, su familia, sus amistades, el mundo entero.
Pero estaba viva. Eso era lo único que contaba.
Viva.
Aunque no dejaban de recordarle que casi se trataba de un milagro.
Todos, con su actitud.
Por eso cuanto la rodeaba, su visión de las cosas, sus dimensiones, todo había cambiado. Exterior e interiormente. Los demás no se daban cuenta, porque no podían meterse en su cerebro, no bajo su piel, no mucho menos en su corazón, para mecerse con cada latido de esa nueva vida.
Quizás todos deberían ir a un psiquiatra. Todos. Ella, su familia, el pueblo entero.
El silencio de su habitación la confortó. Sólo entre las cuatro paredes de ese espacio propio se sentía bien, a salvo de todo mal. Era lo único que tenía, ese reducto le pertenecía. Más allá de la puerta quedaba el resto del universo: su madre, en la cocina, dándole vueltas a la cabeza; su padre, trabajando y apartado durante unas horas de todo aquello, pero igualmente pendiente del teléfono y de su miedo, superado, no derrotado; su hermano mayor, a punto de ir a la universidad y lleno de planes, recuperándose del impacto de aquellos meses pasados en los que, casi de milagro, no perdió el curso; Konohamaru, convertido en el rey de la pequeña piscina, con lo cual acercarse a ella era una temeridad, que se pasaba, sin embargo, el día mirándola como si fuese un fantasma; Ino, siempre dispuesta a animarla, convertida en su fuerza moral, aunque a veces su energía la llevaba a rozar los extremos
Sakura, de espaldas al espejo de la pared, empezó a desnudarse para ponerse el bañador. Un bañador no muy seductor, el único que había encontrado cerrado por el cuello. Una rareza. Se quitó la camiseta, los pantalones y la ropa interior. Cuando se quedó desnuda, se dio cuenta de que el bañador estaba junto al espejo, así que, al girarse y alargar la mano, se vio reflejada por un momento de refilón.
Cerró los ojos, cogió la prenda y volvió a darle la espalda al espejo.
Entonces se percató de los absurdo que había sido su gesto.
Si ella era la primera en no enfrentarse a la realidad, ¿cómo podía pretender que su familia lo entendiera?
Vaciló, pero fue apenas un instante.
Luego giró sobre sus talones por segunda vez y se enfrentó a su imagen en el espejo.
La cicatriz, que nacía de su garganta, bajaba en una espantosa vertical atravesándole el cuerpo casi hasta el ombligo. Era como una cremallera que no se abría. Una cremallera rosada y salpicada constantemente por breces trazos horizontales. Pasaba entre sus pechos jóvenes y hermosos como un río seco. Y aun siendo espantosa, eterna, sabía que representaba la puerta de su esperanza, la clave de su nueva vida. La cicatriz no era más que la huella visible, el vestigio de los sucedido.
Se llevó la mano derecha hasta ella.
La tocó.
¿Era la primera vez que lo hacía?
No, pero sí de aquella forma. Y lo importante era la forma.
Cerró los ojos y escuchó los latidos de su corazón.
Su corazón.
La vida es muy extraña, pero sólo cuando se está a punto de perderla tomamos conciencia de lo que vale y de que lo es todo, porque no tenemos nada más.
Sakura llenó sus pulmones de aire y se puso el bañador.
Tiempo. Necesitaba tiempo.
A fin de cuentas, estaba aprendiendo a vivir de nuevo.


Bueno hasta aqui lo dejo, espero los comentarios, jeje. nos vemos




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