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La herencia del Conde. Cap. 5

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Yemibella:
Hay una miniatura de fallas pero todo me ha parecido muy bueno---Elena fue salaavdo en el acto y gracias a Kami que nada malo ocurrio con ella pero esa chica loca y misteriosa ha lastimado muy "bien" a Victor y lo peor que ¡ha quedado inconciente!¡¿por qué? ¿que hizo esa mujer asesina?!

No entiendo pero debo esperar la continaucion
¡Quiero ahora!
¡saludos!

EmptyHeart:
Hn, ya veo. Me parece que te salió bien el cap. Y te creo cuando dices que te costó mucho trabajo hacer este cap. Espero que no dejes la historia a medias, porque me imagino lo difícil que ha de ser seguir el mismo estilo conque se comenzó la historia. Yo no podría hacerlo.

 Esa chica misteriosa quiere matar a Víctor, ¿por qué? Y algo más, ¿qué o quien es Víctor? Yo también espero que no sea una de esas historias de vampiros, las cuales no me gusta mucho leer y opino como Lauriis, si es de vampiros, debe ser algo diferente a lo que hasta hora se ha escrito.

Es que eso de los vampiros ya está súper choteado, así que espero me sorprendas.

Nostalgie:
Aaah, sí que me he quedado sin palabras xD

Estoy... sorprendida. Confieso que mi idea era que sería una historia de vampiros, pero noto que no la quieren de vampiros. Me pregunto que harás. ¿Cómo nos darás una historia que lleve la misma secuencia, pero sin ser de vampiros? Porque le has dejado el mismo título, lo que da la idea de la temática... bueno, lo hice pensando que así sería.

Estoy muy interesada en lo que sigue. Y como siempre, no me dices nada. Está bien, lo leeré aquí xD

Conti.

MaxitoBlack:
Vaya!, me ha gustado un monton, en especial el tercer capítulo.

Me recuerda en algo el capítulo de South Patk donde Cartman odiaba a todos los pelirrojos, de pecas y ojos verdes.

La pelea estuvo AWESOME!!!

Saludos! ojalá la inspiración para el cuerto te llege del cielo y sin problemas ^^

DarkHime:
xD la conti. Pero les advierto que no esperen mucho ewe


Capítulo 4


Sintió frío mientras miraba a su alrededor sorprendido, percatándose que se encontraba de nuevo en el bosque de su pesadilla, en el mismo lugar que la vez anterior, teniendo conocimiento de lo que sucedería con cada paso que diera, porque se trataba de la misma pesadilla.

“Víctor”

No obstante lo supo. Al llamado de su nombre supo que no era la misma pesadilla. El susurro le llegó por detrás, hasta pudo sentir el aliento de quien lo nombró en su oreja, así que se volvió con rapidez esperando encontrarse con esa molesta persona que lo llamaba y al volverse, miró caer sobre él aquel ligero cuerpo femenino, portando en sus manos una estaca de madera cuyas incrustaciones de plata, relumbraron aún en las penumbras del frondoso bosque.

La estaca fue clavada sobre su pecho, penetrando directamente en su corazón y el dolor, la sorpresa y la incertidumbre abrieron sus ojos verdes de manera desorbitada mientras los fijaba en el bello rostro de la chica que sonrió de manera triunfal al momento de musitar:

—Muere.

Mientras con un último golpe, terminaba de hundir por completo la estaca en su corazón…


Se llevó las manos al pecho mientras abría los ojos para mirar sobre él un rostro desconocido. Sin poderlo evitar, levantó el puño y le dio a la mujer que lo examinaba, un gran golpe en plena mandíbula que la hizo caer hacia atrás en medio de un alarmarte grito de dolor.

— ¡Víctor!—gritó Jorge incorporándose de la silla, en donde había permanecido toda la noche cuidando a su mejor amigo— ¿Qué haz hecho?

Víctor se sentó en la cama y miró en el suelo a la enfermera que, mareada por el golpe de él, no atinaba a levantarse. Se miró la mano que la había golpeado y con voz temblorosa, dijo:

—Lo siento, yo…

Jorge fue a ayudar a la enfermera, quien logró levantarse apoyándose en los brazos del hombre. Una mirada de color café se clavó en Víctor y éste sintió que los colores subían a su rostro y más al darse cuenta que había golpeado a una mujer que era mucho mayor que su propia madre.

—Jovencito—habló la enfermera dándose masaje en la parte golpeada—le pasaré por alto esto porque fue inconscientemente que lo hizo—sin embargo, su mirada lo fulminó—Mandaré a otra enfermera.

Salió del cuarto visiblemente furiosa. En cuanto desapareció, Víctor miró el cuarto de hospital y la pregunta no se hizo esperar:

— ¿Qué hago aquí?

—Te desmayaste—le informó Jorge en medio de un gran bostezo—Desmayo que duró toda la noche. ¿Qué recuerdas?

A la mente de Víctor volvió el recuerdo de la última pesadilla. Se miró el pecho y lo palpó con una mano.

—Recuerdo a la chica—respondió en voz baja. Su mirada se centró en Jorge— ¿Cómo está Elena?

—Ella está bien, pero eres tú el que me preocupa. ¿Sabías que sufres de desnutrición? ¿Cuánto hace que no te alimentas como debe ser?

—Eso no es importante, Jorge—fue su respuesta. Retiró las mantas que cubrían sus piernas—Lo importante ahora es buscar a esa chica. Ya sabemos que es la asesina. Debemos ir a buscar sus huellas a la casa de Elena. ¿Por qué estás aquí perdiendo el tiempo?

— ¡Hey, tranquilo!—Jorge se apresuró para detenerlo y evitar que se levantara— ¡No saldrás de aquí hasta que estés bien recuperado! ¡Mírate! ¡No te ves nada bien!

Y Víctor podía sentirlo. Se sentía muy débil, sin embargo ansiaba ir a la caza de la asesina, pero Jorge lo tomó por los hombros y lo obligó a recostarse ante su airada protesta.

— ¡No debemos permitir que siga asesinando!

—Ya la están buscando—le informó Jorge con tranquilidad—Y no te preocupes. Ya están trabajando en la casa de Elena. Además…

Jorge dejó las siguientes palabras en el aire. Se retiró de la cama y comenzó a caminar por la habitación con actitud pensativa, más sus pensamientos permanecieron mudos.

— ¿Además qué?—preguntó Víctor volviendo a sentarse y su mirada disgustada se fijó en el amigo que parecía haberse olvidado de todo. Lo único que pudo sacarlo de su concentración, fue la joven enfermera que entró en ese instante para continuar con la revisión del paciente, quien muy molesto, le dijo a la joven—: ¿Puede volver más tarde?

—Lo siento—se disculpó ella con una pequeña sonrisa—Necesito llenar esto con datos recientes.


Esto era el expediente médico de él. Con un suspiro de derrota, Víctor permitió que la enfermera concluyera con su examen físico y muy impaciente, la miró anotar lo encontrado en el examen.

— ¿También quiere golpearme?—le preguntó la enfermera algo burlona al notar su impaciencia, por lo que ella optó por poner una buena distancia entre ambos—Mi compañera me dijo que tuviera cuidado con usted. ¿Acostumbra golpear mujeres?

Jorge sonrió y Víctor habló con desdén:

—Fue un accidente.

—Sí, claro—Musitó ella tomándose todo el tiempo del mundo para hacer sus anotaciones. Lanzándole a Víctor una mirada de censura, dijo—: Todos dicen lo mismo. Pero golpear a una mujer mayor, eso sí que es imperdonable.

— ¡Fue un accidente!— exclamó Víctor en tono culpable, pero su rostro adquirió una expresión por completo diferente al tono.

Incluso él pudo sentir el completo abandono de cualquier emoción que pudiera reflejarse en sus facciones. La frialdad adquirida  en su rostro fue extendiéndose por todo su cuerpo hasta enfriar sus propias emociones, lo que le permitió actuar   ajeno a su propia voluntad y sin que pudiera ejercer control sobre los deseos de su cuerpo, levantó el brazo derecho en dirección a la enfermera y abriendo su mano, robó energía de la enfermera.

Al abrir su mano, él pudo ver una especie de resplandor que salió de la enfermera para dirigirse directamente a él. Pudo sentir como penetraba en su carne ese resplandor, extendiéndose a lo largo del brazo para ir llenando el resto de su cuerpo en un doloroso golpe que lo hizo sacudirse mientras la enfermera caía desmayada al suelo, visiblemente demacrada y pálida.

— ¿Qué pasa?—Jorge miró a la enfermera en el suelo con incredulidad. A su vista no había ocurrido nada extraño, por lo que la confusión lo impactó por breves instantes— ¡Víctor!

Miró a su amigo, quien con el rostro caído sobre el pecho, parecía haber perdido también el conocimiento, sin embargo, él levantó el rostro y lo miró con ojos brillantes. Antes de ir en auxilio de la enfermera, Jorge pudo notar algo extraño en medio de la brillantez de la mirada verde.

Maldad. La más pura maldad que había visto en su vida.

— ¡Señorita!—Jorge se acuclilló a un lado de la enfermera y tomándola con delicadeza en sus brazos, la levantó sin dificultad. Al volver su mirada a Víctor, descubrió que los miraba muy sorprendido. Su mirada malvada había desaparecido y al igual que él, parecía no saber qué había sucedido con la enfermera—Hazte a un lado—dijo Jorge acercándose a la reducida cama. Víctor se movió y Jorge colocó a su lado a la joven. Como la cama era muy estrecha, Víctor optó por levantarse, aunque al ponerse de pie sufrió un mareo, pero no tan fuerte como lo esperaba.

— ¿Qué le pasó?—preguntó mirando de cerca a la chica. Unas grietas… como arrugas,  surcaban su rostro y las ojeras alrededor de sus ojos abarcaban gran parte de la piel—Yo creí que era más joven.

Ambos estaban frente a frente, uno a cada lado de la cama, así que la chica estaba en medio de ellos. Jorge examinó con mirada aguda el rostro de la chica y dijo con acritud:

— ¡Es muy joven, pero algo la chupó!

Víctor sonrió al escucharlo. Sin saber por qué, se comenzó a sentir bastante bien. Con más fuerza.

—Y sigues con lo mismo, ¿no?— le lanzó una rápida mirada a su compañero— Vampiros y hombres lobos— Ahora miró a su alrededor con fingida preocupación y cuando continuó hablando, lo hizo en un tono lleno de mofa—: De seguro por ahí está el vampiro que la chupó. Nos hipnotizó y por eso no nos dimos cuenta… ¡Oh! ¡Y es un vampiro que no le teme al sol! ¡Busquémosle marcas en el cuello!

Jorge ni siquiera se molestó en responder a la burla. Se limitó a pulsar el botón para solicitar la presencia de otra enfermera, la que no tardó en llegar.

— ¡Dios, mío!—exclamó la enfermera en cuanto miró a su compañera— ¿Qué le hicieron a Leticia? ¡Llamaré a la policía!

—Tranquila—ordenó Víctor con frialdad—nosotros somos policías y no le hicimos nada a Lety. Ella simplemente se desmayó.

—Es verdad—afirmó Jorge—Será mejor que llame al médico para que la examine. Ella parecía estar bien, pero…

— ¿Qué le pasó a mi amiga?—lo interrumpió la joven mientras le tomaba el pulso—Sus síntomas vitales parecen estar bien… ¡Pero miren la apariencia que tiene!—los miró con más desconfianza— ¿Qué le hicieron?

— ¡Deja de preguntar idioteces y ve por el médico!—ordenó Víctor poco amable. El tono de su voz se escuchó grueso, hiriente.

Jorge concentró su completa atención en Víctor, pero ignorándolo, él se dirigió al clóset para buscar sus prendas de vestir para poder cambiarlas por la bata que apenas sí cubría su alta fisonomía.

— ¿Qué haces?—preguntó Jorge mientras la enfermera salía del cuarto en busca del médico— No puedes irte aún.

—No me quedaré, Jorge—respondió el pelirrojo dirigiéndose ahora al cuarto de baño para cambiarse. Azotó la puerta cuando se encerró en el reducido espacio.

En lo que Víctor se cambiaba, regresó la enfermera acompañada del médico, un hombre de baja estatura que no pudo dejar de exclamar por la sorpresa cuando miró a la desmayada enfermera:

— ¡Cielos! ¿Qué le sucedió a Leticia?—Jorge suspiró al escucharlo. Evitó responder. Tampoco miró como el médico examinaba a la joven, pero prestó mucha atención con su oído cuando el hombre de bata blanca habló al terminar el examen— ¡Qué diantres! ¡Está seca! ¡Sigue con vida, pero está seca! Es como si alguien la hubiera exprimido. ¡Qué extraña enfermedad!—a continuación le dio órdenes médicas a la enfermera, quien volvió a salir del cuarto para cumplirlas.

—Listo, vámonos—se escuchó a Víctor cuando éste salió del baño.

— ¡Un momento! ¡Usted no puede irse todavía!—El médico se puso delante de Víctor con la intención de detenerlo.

Víctor lo miró directamente a los ojos. El médico se perdió por un momento en la verde mirada. Jorge, de frente al médico, pudo ver como la mirada del médico se abría desorbitadamente y el terror se reflejó en sus ojos, los que fueron opacándose visiblemente hasta perder el brillo característico de la misma vida y sin una palabra por parte de Víctor, el hombrecito se movió dejándole libre el paso.

Víctor, desplegando una ligera sonrisa, pasó a su lado sin esperar a Jorge, quien se acercó al médico. El hombre había apretado la mandíbula y su expresión era de gran espanto mientras su mirada seguía siendo opaca… casi muerta, a la vez que su actitud era de lejanía total, como si el hombre no estuviera presente.

—Doctor—le susurró Jorge con suavidad— ¿Está usted bien?

El médico parpadeó varias veces, como si estuviera haciendo un enorme esfuerzo por regresar de algún lugar que solamente existía dentro de su mente, pero al parecer, fue difícil para él volver en sí, por lo que Jorge lo tomó del brazo y lo dirigió a la silla que él mismo había ocupado toda la noche.

— ¡Oh, Dios, mío!—casi gritó la misma enfermera que acudió para ayudar a Leticia al momento de ingresar al cuarto empujando un carrito con medicamentos— ¿Qué le hizo ahora al doctor?

—Es mejor que llame a otro médico—respondió Jorge dirigiéndose a la puerta— Éste también parece haber enfermado.

Jorge salió de la habitación y casi corrió por el pasillo. No paró su apresurado andar sino hasta que llegó al estacionamiento, en donde todavía lo esperaba su auto. Por un momento pensó que Víctor se había marchado sin él, pero lo encontró recargado en el auto, esperándolo con impaciencia.

—Creí que te quedarías a vivir en el hospital—fue todo lo que dijo el pelirrojo antes de ir a pararse frente a la puerta del copiloto y esperar ahora con más impaciencia que Jorge abriera la puerta. Una vez ambos adentro del auto, Víctor dijo—: Vamos a la casa de Elena. Quiero estar seguro que han recopilado todas las pistas posibles de esa mujer.

Jorge encendió el motor sin decir nada. Salió del estacionamiento y de reojo miró a Víctor. Su compañero parecía encontrarse bien. El semblante de su rostro había cambiado. Para comenzar, se veía bastante… sano.

Su aspecto enfermizo había desaparecido.

—No deberías preocuparte por esa chica—le dijo entonces— Ella volverá por ti. Solamente tenemos que esperar su regreso…


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0.0 Ni a mí me gustó ,D

Gracias a Renesme, EmptyHeart, Maricruz y MaxitoBlack por leer y dejarme sus comentarios, los que sin duda me animan a seguir con esta historia que... ¿Quieren saber la verdad? ¡No sé a donde se dirige! o.0
jaja, sí, es una historia que no tiene... oportunidad ^^
Lo siento, ma. Creo que la estoy hechando a perder *u*
Y muero de sueño, me voy a dormir xD

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