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[+18]-Exóticos Placeres-[N&H]

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ann91:
Hola, soy tu nueva lectora :D, y déjame decirte que me ha encantado tu FF...
¡¡¡...Espero continuación pronto...!!!

 :)¡¡¡Saludos!!! :)

Dresti:
Hola gentee!! antes de k me mateis x semejante tardanza dir en mi defensa k stuve hasta arriba de examenes y no tuve un respiro hasta ahora y otra vez volver a estar liada hasta el dia 10 de junio, asi k si tardo ya sabeis xk, weno km recompensa traigo capi largo y ya os digo, kedan 1 o dos capis para el final y kizas un epilogo, asi k ste fic sta llegando a su fin T-T

18.Maltrato

No podía moverse, su cuerpo no reaccionaba, aquello no...Aquello no podía ser, ¡no podía ser! era imposible, ese hombre estaba muerto, era imposible que estuviese allí, sonriendo de aquella manera, en frente de él sin inmutarse de nada. El sudor le bajó a chorros por la espalda, la boca se le secó, los ojos se le agrandaron de miedo y el cerebro se le paralizó, volvía otra vez, otra vez el pequeño Naruto salía a la superficie después de tantos años desaparecido, otra vez el miedo, el odio, la impotencia, pero sobre todo el miedo, y entonces como si de una película de cine se tratase volvió a recordar aquel día, aquel horroroso día que había descubierto lo que le hacía a su madre y que ese hombre le había pegado por primera vez.

FLASH BACK

-Corre, corre, corre-murmuraba el niño una y otra vez para sí mismo.

Hacía un calor terrible y ya sentía como la fina camiseta de manga corta roja se le pegaba al cuerpo y como los pulmones le ardían a causa de tan intensa carrera, pero aún así no frenó, su mamá lo necesitaba y él tenía que ir a atenderla.

Apretó fuertemente la caja de medicinas que acababa de robar de una farmacia y aceleró el ritmo. Ella se empeñaba en decirle que estaba bien y siempre le sonreía, se pensaba que era un niño pequeño, pero él ya tenía cuatro años y sabía que ella estaba enferma pero no sabía lo que tenía, le salían unas manchas verdes y moradas por el cuerpo y a veces tenía fiebre, al principio pensó que era catarro pero su mamá no tenía mocos, un amigo del parque le había dicho que su hermano mayor también tenía manchas en el cuerpo y que era una enfermedad llamada leucemia, un cáncer, él no sabía que era el cáncer pero si sabía que muchas personas morían a causa de él y él no quería que su madre se muriese, no lo permitiría.

Había pensado decírselo a su padre, pero él siempre estaba enfadado y cada vez que él quería acercarse a él le gritaba y le insultaba y luego gritaba a su mamá y le decía que lo tenía malcriado y a ella también la insultaba así que él procuraba no acercarse a él nunca, por eso y porque cada vez que lo hacía su madre aparecía al día siguiente con más manchas, ella se ponía enferma por culpa de él, porque iba a molestar a su padre, pero es que lo único que quería era que le hiciese caso igual que los otros papás, pero él siempre actuaba igual.

Se sacudió la cabeza, ahora no debía pensar en su padre sino correr a casa a donde su madre, en la farmacia le habían dicho que esa medicina se llamaba ''aspirina'' y que curaba todos los dolores, él no tenía dinero, eran muy pobres a pesar de que su padre traía muchos billetes a casa todos los días, así que tuvo que aprovechar un descuido del farmacéutico para robar aquella caja.

Aceleró aún más hasta que por fin vio el bloque de edificios donde vivía, un edificio ennegrecido y sucio y que según decía su madre no tardaría en derrumbarse. Entró en el portal sin puerta y subió las destartaladas escaleras hasta llegar al entresuelo, donde vivían. La puerta de su casa no tenía cerradura y muchas veces habían robado cuando no había nadie en casa pero por suerte a ellos nunca les había pasado nada. El apartamento era pequeño, una cocina, un pequeño salón, una habitación y un baño.

Entró sin miramientos en la habitación, donde dormían su padre y su madre, él lo hacía la sala, y vio que su madre seguía tirada en la cama, como a la mañana cuando él había ido a la escuela del barrio, se acercó a ella, tenía los ojos abiertos pero no miraba a ningún lado, como casi siempre, por lo menos ahora no lloraba.

-Ya estoy aquí mamá-dijo acercándose-mira te he traído una medicina para que te cures.

Ella giró la cara y lo miró mientras sonreía levemente, ella solo sonreía cuando estaba con él, con nadie más, y extendió su mano amoratada y le revolvió suavemente la rubia cabellera.

-Sabes que no quiero que robes, y menos por mí, yo estoy bien, no necesito ninguna medicina, solo necesito que me prometas que no vas a robar otra vez, un buen chico no debe hacer esas cosas, ¿entendido?-lo reprendió.

Él agachó la cabeza y dejó que la caja cayese al suelo.

-Yo solo quería ayudarte mamá, no quiero que te pongas enferma de leucemia.

Ella volvió a sonreírle.

-No sé de dónde has sacado eso, pero yo no me voy a morir, así que olvídalo, solo... solo estoy un poco cansada nada más.

Él asintió.

En ese momento se escuchó el crujido de la puerta abriéndose, al parecer ese día papá regresaba antes. La cara de su madre palideció y se puso tan blanca como la cera.

-¡Kushina!-se oyó un grito-¡Kushina! ¿Dónde estás maldita zorra? ¡Puta!

El cuerpo de la mujer empezó a temblar de arriba a abajo.

-Naruto...-susurró ella aterrada-vete al supermercado a por algo de comida, lo que tú quieras, pero vete ya.

-No quiero mamá.

Ella estaba asustada y su cuerpo temblaba, sabía que le tenía miedo a su padre y no quería dejarla sola.

-Muévete Naruto, ¡haz lo que te digo!

En ese momento la puerta de la habitación se abrió y por ella apareció Minato, con la ropa toda desastrada y la cara deformada por la ira.

-¡Has ido a la policía, puta!-vociferó.

Kushina agarró a su hijo del brazo y lo empujó hacia la puerta del cuarto, el niño no tenía porque ver aquello.

-Delante de Naruto no, por favor...-rogó.

-¡¿Ahora ruegas?! ¡Tenía que mataros a los dos, puta! ¡Fuiste a la policía!

-No... Yo no fui, lo juro yo no fui, nunca haría eso...

Él la agarró del pelo y le empotró la cabeza contra la pared.

-¡Mamá! ¡Suéltala!

Y así lo hizo, Minato la soltó pero lo agarró a él, Naruto no había sentido tanto dolor en su vida como ahora que su padre le apretaba el cuello con fuerza.

-¡No!-gritó Kushina-¡a él no, por favor! ¡Házmelo a mi pero al niño no, es tu hijo!

-¡Mentira! ¡Eres una puta mentirosa y lo pagarás! ¡Lo pagarás en tu hijo!

-¡No!

Kushina intentó levantarse pero no podía, en la paliza del anterior día él le había roto una pierna y ella no podía moverse, no podía ir a defender a su hijo.

Naruto observaba aterrado a su padre, sabía que era malo pero nunca imaginó que llegase a eso, pronto dejó de pensar. Aquella fue la primera vez que su padre le pegó y casi lo mata y a esa vez habían seguido otras muchas veces.

FIN DEL FLASH BACK

El miedo do paso a otro sentimiento mucho más fuerte, la ira, la furia contra aquel ser asqueroso que le había destrozado la vida a su madre, ese ser desgraciado.

-¿No te alegras de verme? han sido muchos años alejados, hijo...

Naruto apretó con fuerza las sabanas entre sus manos y apretó los dientes.

-No vuelvas a llamarme así, tú y yo hace tiempo que no tenemos nada que ver-gruñó.

Minato cogió una silla de uno de los rincones del cuarto y se sentó, sin apartar la vista de él y sin dejar de sonreír.

-Si la zorra de tu madre viera en lo que te has convertido...

-¡A ella ni la nombres, hijo de puta!-gritó intentando levantarse pero la herida del abdomen le dio una horrible punzada que lo tumbó de nuevo en la camilla.

-Mira cómo has acabado, robando obras de arte y liándote a tiros con la gente, al final sí que vas a ser mi hijo y todo-continuó-tú no eres diferente a mí, ambicionas dinero y te has convertido en un delincuente, has matado a muchas personas con una bomba para poder escapar con tu botín, lo único que quieres es llenarte de dinero a costa de los demás, eres como yo.

-Yo... ¡yo nunca haría lo que tú has hecho!-vociferó-¡no sabes nada de mí! ¡Nunca, nunca seré como tú! ¡Yo nunca pegaría a mi mujer ni a mi hijo!

Minato frunció el ceño, no se había esperado esa reacción ni mucho menos pero en fin, que se podía esperar de un cobarde y blando como su hijo.

-Tú no lo harías, claro que no-respondió-tú los prostituirías como dejaste que lo hiciera tu madre.

La cara de Naruto palideció, no, eso era diferente, él...él nunca hubiese dejado a su madre hacer eso si se hubiese enterado desde el principio, no...Él no lo haría.

-Era un niño, no sabía...

Minato se echó a reír.

-Haznos un favor y deja de ser tan patético, con cinco o seis años eras capaz de darte cuenta que los hombres que traía tu madre a su habitación no solo iban de visita, debiste pasarlo muy bien mientras oías sus gritos de placer mientras la follaban y luego ver cómo le daban dinero, lo sabías pero preferías ignorarlo porque no te importaba lo que le hiciesen a tu madre, solo querías salvarte de la miseria.

No..., eso no era cierto, no era cierto, ¡no era cierto!, él nunca supo que eran aquellos ruidos que salían del cuarto de su madre, él...oh dios.

-Reconócelo, si tu madre te importase hubieras entrado a ayudarla, pero tú eres igual que yo, solo buscas tu propia protección, sino fuese así habrías impedido aquello, eres tan mala persona como yo, has acabado igual que yo.

-¡Cállate!-gritó el rubio llevándose las manos a los oídos y cerrando los ojos con fuerza.

No quería escucha, no quería oír aquellas palabras, él...él tendría que haberlo impedido desde el primer momento, no tenía que haber sido ingenuo y ayudar a su pobre madre, él la escuchaba llorar cada vez que un señor de esos se marchaba, tenía que haberse dado cuenta, tenía que haber reaccionado y salvar a su madre, ahora ella estaba muerta, muerta por su culpa.

Minato observaba con satisfacción como su hijo se atormentaba a sí mismo.

-Eres patético, tu vida no merece la pena, solo traes desgracias, lo mejor que podrías hacer es morirte porque solo traes sufrimiento a todos los que quieres.

Tenía razón, seguramente Kakashi y sus hermanos lo estarían buscando ahora, siempre los preocupaba siempre acababan metidos en líos por su culpa, casi los habían matado a todos en un tiroteo y todo por defender su patética existencia, y Hinata...¿de verdad era tan egoísta para obligarla a quedarse con él en una vida donde siempre tendría que escapar de sus enemigos y de la justicia? no, él no podría hacerlo eso a ninguno de ellos, su padre tenía razón, lo mejor que podía hacer era dejarse morir.

-¿Te das cuenta verdad? sí, claro que sí-continuó su padre-por eso yo como buen padre estoy dispuesto a borrarte del mapa.

Naruto continuó sin reaccionar, las imágenes le invadían la cabeza, su madre muerta, Roku en urgencias con un disparo en la pierna, Hinata secuestrada...todo, todo culpa de él.

-Lo único que tienes que hacer es decirme donde está el cetro de Zeus y yo mismo te haré el favor de matarte, piénsalo porque si no lo haces tú vivirás, pero toda tu familia y tu noviecita morirán, no lo dudes, ya me conoces y sabes de lo que soy capaz.

Naruto pareció reaccionar en ese momento, ¿cetro e Zeus? ¿Qué demonios era eso? ¿Para qué quería su padre un cetro?

-No sé de qué me hablas.

-Respuesta incorrecta, más te vale decirme lo que quiero o sino los mataré a todos y tú lo presenciarás.

-¿Sabes? en casos como estos me echaría a llorar, no se ven reencuentros como estos todos los días, pero como soy alguien que la mayor parte del tiempo utiliza los sentimientos para limpiarse el culo lo único que tengo son ganas de vomitar.

Los ojos de Naruto se abrieron de par en par mientras que Minato miraba hacia la puerta echando ira por cada poro de su piel.

-Kakashi, ¿cómo has llegado hasta aquí?

El peligris estaba apoyado en el marco de la puerta, mirándose las uñas.

-Naruto, espabila joder, ¿a caso te he enseñado yo a comportarte como una nenaza?-le recriminó ignorando por completo a Minato-levántate de esa puta cama y reacciona, ya me toca los cojones tener que venir a salvarte el culo y por encima me encuentro con que te estás dejando lavar el cerebro.

Naruto no contestó, la verdad no sabía que decirle a Kakashi, estaba claro que era una decepción para todos.

-¿No me oyes mocoso? o mueves tu culo de ahí o te saco yo a golpes, quiero que me escuches imbécil a ver si así reaccionas, tu madre hizo lo que hizo para protegerte porque te quería, fue decisión de ella, tal vez no la mejor, pero era lo único que podía hacer para sacarte adelante y lograr que fuese un buen hombre-dijo-yo en tu lugar en vez de sentir pena de ella estaría orgulloso porque se necesita mucho valor y amor para hacer lo que tu madre hizo por ti ¿y así se lo pagas? así sí que serás culpable pero culpable porque entonces ninguno de sus sacrificios valdría para nada, tu madre se hubiera quitado la vida si no te hubiese tenido a ti, tú eras su razón para vivir, el culpable de que ella siguiese viviendo y no el culpable de su muerte ¡métetelo en la puta cabeza!

Una lágrimas escapó del rostro del rubio al darse cuenta de que lo que Kakashi había dicho era verdad, su madre...ella...ella siempre sonreía cuando estaba con él, solo cuando estaba con él, él era la única persona que la había hecho sonreír, su único motivo para no acabar con su vida.

-Qué bonito-dijo Minato-pero es un poco tarde Kakashi, nadie se creerá esa sarta de bobadas.

-No son bobadas-dijo Naruto secándose las lágrimas-tiene razón, toda la razón del mundo, eres tú el patético, mírate, das pena, estás loco y no dejaré que me vuelvas igual que tú, ya no te tengo miedo, nunca más...nunca más dejaré que le hagas daño a nadie y menos a mi familia.

-¿Y qué harás?-se burló-¿me matarás? estás medio muerto, acabaría contigo en un suspiro.

-Tal vez con él sí-dijo Kakashi-pero conmigo no durarás ni un segundo.

-Esto es asunto mío Kakashi-interrumpió Naruto-no dejaré...

Kakashi cerró los ojos y murmuró una serie de rezos.

-¡Harás lo que te digo! ¡Ya la has cagado suficiente y no pienso dejar que te mates a ti mismo! ¡Así que levanta el culo de una vez y me haces el favor de salir afuera!

-No pienso...-empezó lleno de ira.

-Hinata está sola vagando por el edificio-le cortó-tú decides, puedes quedarte de espectador o ser más útil yendo a buscarla porque yo no pienso moverme de aquí.

Hinata, Hinata estaba sola en el edificio, no sabía si ellos cuatro eran los únicos que andaban por allí, ni siquiera sabía si era una mentira de Kakashi para sacarlo del mapa, pero si era verdad y le pasaba algo él no se lo perdonaría en la vida, así que aguantando el dolor se levantó de la cama.

-Puedes hacer lo que te salga del nabo-dijo mirando a Kakashi-pero me lo traes porque solo yo puedo acabar con él, ¿vale?

Kakashi clavó su mirada en la de su discípulo, comprendía el rencor que sentía Naruto, lo comprendía tan bien que era incapaz de negarle esa petición a pesar de sus propios deseos de mandar a la tumba a ese hijo de puta.

-De acuerdo, y ahora lárgate, antes de que pierda mi paciencia.

Naruto salió cojeando de la habitación, sin mirar atrás, confiaba en Kakashi y él ahora tenía algo más importante que hacer, encontrar a Hinata antes de que le pasase algo.

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Todo estaba oscuro como la boca del lobo, ni una triste luz, ni una ranura por donde el sol pudiese colarse. No sabía hacia donde se dirigía y le daba la sensación de que estaba andando en círculos. Con una mano sujetaba la pistola y apuntaba al frente mientras que con otra iba tanteando el espacio para evitar chocarse contra algo.

Estaba nerviosa y asustada, sobre todo asustada, el corazón le latía a una velocidad que creía imposible para un cuerpo tan pequeño como el de ella, pero su mente estaba clara y era capaz de pensar con frialdad, gracias a su entrenamiento como policía. No oía nada, solo el latido de su corazón, y tampoco notaba ningún cambio en el aire que le pudiese decir donde estaba, ni una sola pista, era como estar dentro de un laberinto.

Esperaba que Kakashi hubiese tenido más suerte a la hora de encontrar el camino porque presentía que ella al único sitio que llegaría era a quedarse allí encerrada por toda la eternidad.

-Si al menos hubiese traído una linterna-se maldijo.

Pero claro ella no tenía ni idea de cómo iba a ser aquello, Kakashi era el único que conocía aquel lugar y no le había advertido de lo que allí podría pasar. Por lo que pudo ver desde el coche se trataba de un viejo hospital abandonado cerca de un pueblo que se encontraba a unos 30 Km de distancia de Konoha, el edificio había sido abandonado hacía veinte años y ahora estaba completamente en ruinas.

Al principio se preguntó por qué Kakashi estaba seguro de que allí estaba la base de operaciones del secuestrador pero al ver las situaciones condicionales y geográficas del lugar no costaba mucho imaginarse por qué, además aquella zona estaba cerca de una central eléctrica por lo que para alguien entendido no sería difícil desviar algo para el hospital, además si solo lo destinaban para dos o tres habitaciones era más fácil proteger el robo y más difícil para la central o la misma policía darse cuenta de que ese desvío de luz se dirigía hacia el hospital y no hacia una casa.

Pero aquello era inmenso, no por nada había sido uno de los hospitales más grandes de Japón, y si seguía así nunca encontraría a Naruto.

Desesperada siguió andando durante diez minutos más, al fondo se veía como una especie de luz, esperanzada echó a correr hacia para darse cuenta de que había regresado a la enorme entrada del edificio. Derrotada se dejó caer al suelo, no valía para nada, era más un estorbo que una ayuda para encontrar a Naruto pero era tan tonta que seguía haciendo estupideces.

A lo lejos, sintió como pasos lentos acercándose a la entrada, tal vez sería Kakashi y le diría que tampoco había tenido éxito, pero un escalofrío le recorrió la espina dorsal, como un presagio de que no era Kakashi sino otra persona la que se acercaba. Poniéndose de pie caminó lentamente con la pistola alzada hacia donde escuchaba los pasos, podría ser el secuestrador o algunos de sus secuaces, seguramente aquel lugar estaba lleno de ellos.

Se apoyó contra una esquina, preparada para sorprender al intruso y reducirlo en un momento. Los pasos cada vez se oían más cerca, estaban a punto de llegar a donde ella estaba, ya podía sentir la respiración del otro. En un segundo se giró y encañonó al extraño.

ann91:
Waoooo me encantooo!!!
Hay que malvado Minato jum!!
Que bueno que llego kakashi y lo hizo reaccionar...bueno ojala que sea Naruto con el que se va a encontrar Hinata jejeje :)

Espero continuación, Saludos...hasta pronto!!!

Sabaku no Marina:
Hola!!!!!!! buena continuacion!!!! la verdad q no me imagino a Minato asi de malo jaja nunca espere leer un fic en donde el fuera el villano principal y ademas asi de malo jeje ^_^ no lo imagino, pero es interesante, me encanta tu historia y espero la conti como siempre con muchisimas ansias!!!

sayo :3

Dresti:
Holaaa!! aki traigo la contii, el final me kedo un poko mal peo es x la falta de inspiracion k me costo mucho haer la conti, km una semana! lo k nunca me habia pasado xD, weno solo spero k os guste, nos vemos^^


La pistola cayó de las manos de la pelinegra como si esta la quemase, el sonido fue lo suficientemente fuerte como para alertar a la persona que había parecido doblando la esquina, de espaldas a ella, de que allí había alguien más. Hinata se sintió morir, sus brazos y sus manos empezaron a temblar fuertemente, su corazón emprendió la carrera más rápida de toda su vida y sus labios y sus ojos quedaron completamente abiertos, inmóviles, sin saber exactamente qué hacer ante aquello que estaba en frente, tenía el cabello todo revuelto, le llegaba casi hasta los hombros por la ausencia de la coleta, una camiseta floja de manga corta de color verde con un agujero a la altura de la barriga y un pantalón vaquero en no mejores condiciones, pero era él.
Por su parte él sintió lo mismo, al verla allí, sorprendida, petrificada ante su inesperada aparición, inutilizado sin saber cómo reaccionar, los nervios y ese cúmulo de emociones que hacían que aquellas escasas horas, tal vez un día, que habían estado separados se mostrasen ante ellos como largos años de incertidumbre y dolor y que ahora que volvían a encontrarse les impedían formular ni tan siquiera una sola palabra o un gesto.
La primera que mostró signos de reaccionar fue ella, de sus ojos perla empezaron a caer lágrimas y de su boca empezaron a salir sollozos, ¿era aquello real? ¿No era un sueño? ¿De verdad estaba él allí, en frente de ella, vivo? Tenía miedo de extender su mano y que al rozarle él desapareciese, porque él siempre hacía lo mismo, siempre desaparecía dejándola sola. En cambio él si fue capaz de reunir el suficiente coraje para los dos, su mano viajó hacia aquella hermosa cara y empezó a secar aquellas lágrimas.
-Estos ojos-murmuró-no están hechos para llorar y mucho menos por mí.
Sin esperar respuesta ninguna la abrazó, la abrazó con fuerza, temiendo que ella pudiese escaparse. Ella al ver que él era real se abandonó al abrazo y ancló sus brazos en aquella espalda que tantas veces había abrazado y que no dejaría de abrazar.
-Pues si no quieres que mis ojos lloren ya sabes lo que te queda-dijo-no volver a hacer estupideces como estas, me niego a seguir con el corazón en vilo por un idiota como tú, ¿me oyes? me niego, me niego...
Sus palabras fueron ahogándose en nuevos sollozos.
-Lo siento.
-Todo el mundo lo siente y no es suficiente-contestó con rudeza-sangre, había sangre en aquel cuarto y tú no estabas por ningún lado, ¿cómo crees que me sentí? ¡Pensé que habías muerto! así que no me digas lo siento, no... porque no es suficiente...
Dejó que se enfadase con él, porque ¿qué podía esperar? se lo merecía por haberla asustado, por haberla preocupado, por haberla puesto tantas veces en peligro, ella tenía razón, él era un completo idiota.
-Esto no volverá a pasar, me encargaré de que mi padre no vuelva a entrometerse en nuestras vidas, nunca más tendrás que llorar por culpa de él.
Hinata se separó de él.
-¿Tu padre? pero él está...
-Muerto-completó Naruto-yo también pensaba eso pero no, él es el acosador y ahora Kakashi se está encargando de él, yo vine a buscarte para ponerte a salvo y luego...-no terminó, acababa de prometerle que aquello se había terminado y sabía cómo se iba a tomar aquello que pensaba decir a continuación, y no se lo tomaría bien.
-¿Luego qué?-preguntó ella.
-Volveré con Kakashi para acabar con esta pesadilla.
Hinata asintió mientras sonreía con ironía.
-Perfecto-contestó, sorprendiéndolo, ¿le parecía bien?
Entonces Hinata alzó la cabeza y lo taladró con la mirada.
-Es un plan perfecto, ¿qué podría salir mal?-continuó-no es como si estuviésemos en un hospital en ruinas en medio de la nada con vete tú a saber cuánta gente escondida en otros pasillos y habitaciones esperando a asesinarnos y que en estos momentos pueden estar espiándonos, tampoco hay que preocuparse por las matemáticas porque seguro que tres personas pueden acabar con un ejército entero, tú no tienes un agujero de bala en el vientre y Kakashi tiene todo controlado, ¿cómo no va a ser un plan perfecto?
El tono de Hinata había ascendido desde la más ínfima ironía hasta el más alto nivel de enfado.
-¡Perfecto si quieres suicidarte! ¿Y esperas que yo me vaya afuera a limarme las uñas mientras tú te estás matando? ¿Me conoces? porque estoy empezando a pensar que el tiró no te lo han dado en el vientre sino en la cabeza, pero todo está bien, cogeré una paquete de palomitas y me pondré a ver Como matan a mi novio 2º parte...
No pudo terminar su larga lista de reproches ya que el rubio la había atraído hacia sí y la besaba con fuerza y ternura al mismo tiempo, al principio se negó, no quería caer ante él pero sin duda su corazón y los labios de Naruto moviéndose sobre los de ella no estaban por la labor de cooperar con su pobre mente. Sus manos se enterraron en la rubia cabellera y su boca se abrió cediéndole el paso a la lengua de él, que acarició la suya con infinita ternura.
-Ejem-carraspeó alguien desde el otro lado de la estancia.
Los dos se separaron, asustados y Hinata recuperó con rapidez su pistola, apuntando a quienquiera que fuese el que estaba allí.
-No pretendo desilusionarte muñeca, pero tu arma no duraría ni medio segundo contra mi Tokarev.
Ni estaba apoyado contra la una de las paredes y al lado de él estaban Roku e Ichi, cubierto con su característica gorra.
-Pero vosotros os marchasteis...-empezó Hinata-¿desde cuándo estáis aquí?
-Bueno desde ese momento fatal en que empezaste tu discurso-dijo Ni-hubo un momento en el que pensamos que acabarías tú misma de matarlo pero luego llegó este momento romántico que acabó de estropear, ¿cómo dijiste que se llamaba? ah, si, Como matan a mi novio 2º parte.
Naruto sonrió al ver a sus tres hermanos, se alegraba de ver que estaban bien pero luego frunció el ceño.
-No debíais haber venido-dijo.
-Sí bueno, Kakashi fue más original negándose a darnos cualquier tipo de información, fue una gran interpretación, la verdad no nos costó engañarlo-prosiguió el pelirrojo.
-Le apuntasteis con una pistola-dijo Hinata, incrédula.
-Sí, una persona que la utiliza para hacer agujeros en las paredes porque le da pereza comprarse un taladro-intervino Roku, rodando los ojos-Ni está loco pero nunca mataría a Kakashi.
-Ya sabes, volvería de entre los muertos para matarme y muchas chicas sufrirían por ello-contestó él.
-No fue difícil encontraros-prosiguió Roku, recuperando el tema-Hachi se encargó de todo y aquí estamos, no íbamos a dejaros solos, los demás están buscándoos por otras alas del edificio.
Naruto se sintió agradecido, pero él no podía permitir que ellos se metiesen en semejante situación peligrosa, ya había hecho suficiente permitiéndoselo a Kakashi.
-Gracias chicos, pero de esto me encargo yo solo, es mejor que os llevéis a Hinata y os pongáis a salvo.
Los tres se miraron entre sí y luego se echaron a reír, dejando a Naruto totalmente contrariado, que él supiese no había dicho nada gracioso.
-Que nos pongamos a salvo ha dicho-dijo Ichi entre carcajadas-está más mal de lo que pensaba.
-Hablo completamente en serio.
-Ya, nosotros también-esta vez el pelirrojo dejó de reírse y se puso totalmente serio-no me obligues a darte otro discursito como el de tu novia porque no te va a gustar.
-No os dejaré pasar-dijo Naruto.
-Muy bien, intenta pararnos, te deseo suerte.
Los tres se echaron a andar ignorando por completo las advertencias de Naruto, que se estaba poniendo realmente furioso, ¿es que nadie entendía que él solo quería ocuparse de ese asunto? ¿Qué no quería que nadie más saliese perjudicado por su culpa? Apretando los dientes e ignorando el dolor que le atravesaba las entrañas se lanzó sobre Ichi cuando este pasó por su lado. Ante la inusitada fuerza empleada por el rubio ambos cayeron al suelo como fardos pesados, Naruto sobre su hermano.
-Deberías hacerme caso cuando te hablo-gruñó el rubio-pero si no quieres entender haré yo que comprendas a golpes.
-Adelante-contestó Ichi en el mismo tono-¡pégame! ¡Porque me da igual! ¡No me pienso ir de aquí!
Naruto alzó el puño, dispuesto a descargar toda su ira en él pero una pequeña mano lo detuvo.
-Ya basta-susurró Hinata-esto no te ayudará en nada, en nada. Estas herido y aunque no quieras aceptarlo y admitirlo necesitas ayuda, no tienes por qué pasar esto tú solo, no debes pasar esto tú solo, nadie te está diciendo que no tomes tu venganza, nadie te lo va a impedir pero...pero si lo haces tú solo lo único que conseguirás es morir inútilmente y eso no ayudará a nadie.
Todos se habían quedado en absoluto silencio mientras Hinata hablaba. Naruto continuaba con la mano alzada pero ya no hacía fuerza, estaba tan mal que había estado a punto de pegar a su hermano, a su propio hermano, si Hinata no lo hubiese detenido.
-Tu padre no dudará en mandar contra ti a todos sus subordinados si se ve incapaz de vencerte él solo-dijo Roku-Hinata tiene razón, nadie te va a impedir que acabes con tu padre pero necesitas nuestra ayuda para mantener a sus compinches alejados, de otra manera sería un auténtico suicidio.
Ellos tenían razón, él sabía que tenían razón pero aún así no podía aceptarlo.
-Os matarán.
-Mira tío llevo diez años enteros de mi vida en el tráfico de armas con la mafia napolitana, la rusa y demás parentela en medio mundo y a todos los estafo y sigo vivo, ¿te parece que unos mierdas van a matarme?-apuntó Ni.
-Yo soy traficante de drogas, odio con toda mi alma mi trabajo, arriesgo mi vida todos los putos días pasando información a la policía sobre los narcos y también sigo vivito y coleando-añadió Roku.
-Yo soy traficante de coches, organizo carreras ilegales en los sitios más peligrosos, tengo que vérmelas todos los días con lo peor de la sociedad, con gente que está realmente pirada, he estrellado coches de personas ricas, incluso de la policía y están detrás de mí para meterme en la cárcel o aniquilarme-Ichi se sacudió a su hermano de encima y volvió a ponerse de pie.
Hinata, que seguía sujetando la mano de Naruto, lo miró con decisión a los ojos.
-Yo soy policía, mi deber es salvar vidas, me han secuestrado y tú mismo has comprobado que soy perfectamente capaz de librarme yo solita de esos tipos.
Naruto los miró a los cuatro y sonrió, tal vez se había olvidado por un momento de quiénes eran esas personas, ellos no eran su madre, no señor, estaban acostumbrados a aquella vida, sobrevivir por sus propios medios, a plantarle cara al miedo y vender cara su vida, como él llevaba haciendo desde que había nacido. Los necesitaba, necesitaba su ayuda y su apoyo, tenían razón, él no podía luchar solo, no quería luchar solo.
-Estáis locos-dijo.
Los tres se echaron a reír, mientras que Hinata solo sonrió y le apretó la mano.
-Loco es mi segundo nombre-dijo Ni con un brillo letal en la cara mientras giraba su Tokarev en la mano-estos no saben con quién se han metido.


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Kakashi no apartó sus ojos de aquel sujeto ni un solo segundo. A pesar de todos los años que habían pasado sin verse, sobre unos veinte, ninguno de los dos había cambiado a ojos del otro. Minato continuaba siendo aquel ser cruel que durante los dos primeros años en los que se habían conocido había sido su amigo mientras él había vivido en la pobreza de Konoha con su familia antes de que hubiera ocurrido aquel horrible suceso que había cambiado su vida para siempre y lo había alejado de lo que había sido en un pasado.
-No has cambiado nada Kakashi-dijo Minato-sigues siendo el mismo arrogante de siempre.
-Tú tampoco has cambiado-contestó fingiendo indiferencia-continúas siendo la misma rata que antes, sigues dándome ganas de vomitar.
-El sentimiento es mutuo.
Durante varios minutos ambos continuaron midiéndose el uno al otro con sus respectivas miradas, la de Minato cargada de diversión y la de Kakashi de odio y rencor.
-¿Por qué no dejas a Naruto en paz?-le espetó el peli gris.
Minato sonrió torvamente.
-Un padre debe estar pendiente de sus hijos, además vosotros dos tenéis algo que me pertenece.
-El cetro.
-El cetro-afirmó el rubio-y ahora que estáis aquí me diréis donde está, solo es cuestión de tiempo que Naruto regrese y así ambos podéis rebelarme vuestro preciado secreto.
-Estás más loco de lo que yo pensaba-continuó Kakashi acercándose a Minato-pareces un niño que se cree todas las historias que le cuentan, tal vez la sobrecarga de películas de Indiana Jones te haya freído el cerebro, te daremos el cetro si es lo que quieres pero no lograrás nada de lo que buscas.
-¡Eso es mentira!-exclamó-¡el cetro es una fuente inagotable de poder! ¡Lo blandió el mismísimo Zeus!-El cetro, como bien dices, se modeló hace miles de años para acompañar a la estatua de Zeus en el templo de Olimpia, sin duda es un objeto de incalculable valor y que mucha gente desea encontrar o...adquirir-prosiguió-es cierto que se encuentra en mi poder desde hace muchos años, tantos que ni yo mismo recuerdo donde lo he guardado...
-Vuelves a mentirme, quieres quedarte con él, siempre has querido tener todo, Kakashi el niño superdotado hijo de una de las familias más pobres de toda Konoha, el niño que a los diez años entró en la universidad y a los quince ya tenía diez carreras mientras toda su familia se moría de hambre, consumado arqueólogo, astrónomo, médico y químico a los dieciséis, pero como era tan altruista abandonó todas sus posibilidades para regresar a su vida pobre y miserable, traficó con drogas y se metió en tantos problemas que acabó provocando que...
-¡Cállate!-gritó Kakashi impidiendo que aquel monstruo continuase.
-¿A caso no es cierto? tú mismo me lo contaste cuando a tu hermana y a ti os metieron en el reformatorio, yo era tu mejor amigo y me lo contaste todo-continuó Minato con una sonrisa sádica-como te carcomía la culpa porque sabías que aquello que había sucedido había sido tu culpa y lo sigues pensando, que mala suerte la de Kakashi huérfano a los dieciséis con una hermana pequeña que lo culpaba de todo, ni siquiera esa familia rica que te adoptó duró mucho porque aquellos que te buscaban los mataron a penas dos años después, ¡otra vez por tu culpa!
El peli gris se lanzó sobre él y apretó el cuello del rubio con sus manos.
-¡Cállate escoria!
Minato continuó sonriendo.
-¿Qué se siente al saber que tu hermana murió como una vulgar puta aún pensando que tú eras el culpable de todas sus desgracias?-respiró con dificultad.
Kakashi apretó con más fuerza, hacía tiempo que había borrado todo aquel dolor y había convertido su corazón en un puño de piedra, ahora solo actuaba su mente pero sentía tanto rencor hacia esa persona que a veces sentía que se le nublaba la razón.
-Te confié toda mi vida y me lo pagaste de la forma más vil y rastrera, me entere seis años después de lo que había sucedido y juré que acabaría con tu vida bastardo pero antes quiero saber por qué lo hiciste, ¿fue todo por el cetro?
-Tú siempre me hablabas de ese cetro que habías logrado conseguir en Grecia en una de las excavaciones que habías hecho con la Universidad, incluso me contaste como lo habías robado y te lo habías quedado en tu poder, pero nunca quisiste decirme donde lo tenías, decías que tú no tenías la parte completa que la parte que te faltaba se la habías entregado a otra persona pero tampoco me dijiste a quién y luego esa familia te llevó con ellos por eso, solo por eso al cumplir la mayoría de edad decidí casarme con tu hermana, que estaba enamorada de mí, por qué pensé que ella sabía algo o que tenía ella la otra parte pero esa puta no sabía nada, ¡nada!
Kakashi había dejado de apretar y le asestó un fuerte puñetazo que le rompió la nariz, después la emprendió a puñetazos con el resto de la cara pero aún así Minato no dejó de sonreír, después empezó a darle patadas por todo el cuerpo, preso de la ira y así continuó durante largos minutos hasta que se percató de que si seguía así lo mataría y ese gusano no merecía una muerte tan rápida, además, muy a su pesar, le había prometido a Naruto que se lo dejaría a él y así lo haría aunque le ardiesen las entrañas.
-Le destrozaste la vida a mi hermana-gruñó-y no dejaré que hagas lo mismo con Naruto, tienes razón, mi hermana tenía la parte que me faltaba a mí, yo se había regalado antes de que sucediese aquella cosa horrible sin decirle lo que era, sé que ella lo conservó porque no hace mucho tiempo que vi el objeto en la casa de Naruto, él desconoce de qué se trata, solo sabe que es un objeto que encontró entre las pocas pertenencias de su madre pero...¡ese cetro no tiene ningún poder! ¡Ese poder que yo te mencioné era puro valor histórico! ¡Les arruinaste la vida a mi hermana y a su hijo por una simple estupidez!
-¡Mientes!
-¡No!
-Kakashi...
La voz de Naruto sonaba sorprendida desde la puerta, no lograba creer lo que acaba de oír. Kakashi era su tío.

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