Rincón del Artista > Fanfics

[+18]-Exóticos Placeres-[N&H]

<< < (7/9) > >>

Dresti:
Hola genteee!! siento la tardanza pero es que me costo muxo hacer ste capi y la razon es xk es el ultimo!! se ke me kedo garrafla pero puse mi mejor voluntad para acabarlo, solo spero k os guste, muxas gracias a todos los k me han apoyado con mi proyecto desde k lo empece y gracias x los animos, son lo mejor de todo, dentro de unos dias tal ves dos semanas o asi, subire un epilogo para k sepais k fue lo k paso con nuestra parejita al final, un saludo y de nuevo mil gracias por vuestro apoyo.

19. Desenlace

Naruto continuaba mirando Kakashi de hito en hito, su mente era incapaz de procesar aquello que acababa de oír. Poco antes Hinata y él se habían separado del resto para regresar en busca de Kakashi, mientras sus tres hermanos iban a ayudar al resto, que andaban perdidos por el viejo hospital, justo cuando había llegado escuchaba como ese ser horrible decía que se había casado con la hermana de Kakashi para conseguir un cetro, el resto casi ni lo había escuchado de lo conmocionado que se quedó. Hinata, detrás de él, se mostraba igual de sorprendida ante la nueva noticia que acababa de descubrir.

-Ahora ya estamos la familia completa-dijo Minato, interrumpiendo aquel fulminante silencio.

El resto lo miraron, Kakashi con rencor, Hinata con interés, pues era la primera vez que veía al padre de Naruto, y Naruto como un autómata. Minato lo miró, sin perder la sonrisa, a pesar de su magullado cuerpo. Empujo a Kakashi, que no opuso resistencia, y se lo quitó de encima, volviendo a ponerse de pie.

-¿Qué se siente al saber que el hombre que te crio te ha mentido toda tu vida?-preguntó-él sabía lo que le pasaba a tu madre y nunca fue a ayudarla.

-¿Es eso cierto?-le preguntó Naruto a Kakashi-¿es cierto que sabías lo que este miserable nos hacía y no viniste a ayudarnos?

El peligris sentía como la ira iba creciendo en Naruto.

-Tu madre sufrió mientras él vivía entre algodones en una mansión de ricos, no hizo nada por ayudarla.

Naruto se negaba a creerlo, no era posible Kakashi no era así.

-¿Es cierto?-preguntó intentando retener la rabia.

Kakashi agachó la mirada y asintió.

-¡Bastardo!-gritó Naruto, lanzándose a por él-¡te has reído de mí todos estos años! ¡Y de la memoria de mi madre!

-Yo intenté ayudar...-empezó Kakashi-pero no pude...

-Mi madre murió y tú no hiciste nada-gruñó-me das asco.

Hinata, observaba todo, horrorizada, si no hacía nada Naruto le daría una paliza a Kakashi. Su cuerpo se estremeció al darse cuenta de que Minato había desparecido.

-Naruto...-quiso advertir, pero una mano le tapó la boca.

Hinata sintió como le arrancaban con fuerza la pistola de la mano y se la ponían en la cabeza.

-Ahora nos vamos a ir y tú estarás calladita-susurró-o sino os mato a todos.

Hinata obedeció.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hacía un frío inmenso y la oscuridad que inundaba los pasillos de aquel hospital abandonado lograrían asustar a cualquiera, aunque Jachi, acostumbrado a ese tipo de situaciones, se movía de un lado a otro como si el lugar estuviese iluminado por mil focos. Estaba concentrado, hasta ahora solo había encontrado habitaciones vacías llenas de objetos quirúrgicos y demás material médico. Resopló, estaba ansioso, quería encontrar a Naruto lo antes posible y matar a todos esos desgraciados que sabía que pululaban por allí.

-El detector térmico no funciona-dijo Nana, que iba tras él-no hay señal de ningún tipo.

-Hmp.

Estaban bloqueándolos, y con una tecnología de alta definición, sino sería completamente imposible inutilizar sus aparatos electrónicos.

-¿Y el radar?-preguntó.

-Lo mismo, tampoco funcionan los móviles, estamos aislados.

La voz de su novia en vez de sonar asustada brillaba de emoción, como gótica, Sakura sentía especial interés por todo lo relacionado con el terror. Él sin embargo solo estaba irritado y cuando eso pasaba la única manera de desquitarse era descargándose a golpes contra alguien, pero allí no había nadie, al menos no en ese lado del edificio, salvo ellos dos. Intentó oír algo, pero todo se mantenía en un silencio sepulcral.

-¿Sabes? esta situación me recuerda a algo-dijo ella-hay algo raro en el ambiente pero ahora mismo no sabría decirte el qué.

-Hmp.

Era cierto, algo raro pasaba pero él tampoco lograba identificarlo.

-Me pregunto si...-empezó la peli rosa.

ÉL se giró, ella se había parado en mitad del pasillo mirando al techo.

-¿Qué pasa?-le preguntó.

Sus ojos jades se clavaron en él, tenía el ceño fruncido.

-¿No has oído ese ruido?

Se quedaron en silencio, pero lo único que lograron oír fueron sus propias respiraciones. La peli rosa volvió a fruncir el ceño.

-Es extraño...juraría que había oído algo.

-Hmp.

Hachi se dio la vuelta y empezó a andar de nuevo, entonces fue él quien lo oyó, era como una especie de susurro mecánico, algo que él conocía bastante bien. Hizo memoria, su oído había registrado ese sonido hacía a penas cinco minutos, lo que quería decir que habían activado de alguna manera una especie de sensor que había puesto en funcionamiento unas pequeñas máquinas situadas seguramente en el techo oscuro que emitían rayos infrarrojos los cuales a su vez activarían una alarma cuando rozasen con un objeto solido y que alertaría a todo el edificio de su posición.

-Me cago en la puta-susurró-quédate quieta, hemos activado un sensor de rayos infrarrojos.

La chica obedeció de inmediato, aunque ambos sabían que sin tener un modo de vislumbrar los pequeños hilos rojos era cuestión de tiempo que los encontrasen. Hachi sacó un arma del bolsillo, una Glock 18 de Tokyo Marui, una pistola automática obsequio de Ni en su último cumpleaños, en realidad era la pistola que tenían todos los miembros de la organización, salvo, claro esta, Ni que no se separaba de su amada Tokarev. Se quedó quieto, con la pistola en la mano, mientras escuchó como su novia hacía exactamente lo mismo que él.

-Estamos jodidos-dijo con sarcasmo la peli rosa.

El sonrió de medio lado, le gustaban las personas valientes, por eso ella estaba con él. Aunque él más que nadie sabía que no siempre había sido así.

En ese momento, cortando sus pensamientos, uno de los sensores volvió a moverse, una luz roja se detuvo justo en medio de su frente y en cuestión de segundos aquellos se convirtió en un maremoto de luces rojas y sonidos de alarma. No se echaron a correr, estaba claro que era imposible salir de allí, así que pegaron sus espaldas el uno contra el otro, apuntando cada uno con su pistola a ambos lados del pasillo y se prepararon para abrir fuego contra todo aquel que se presentase por allí.

Claro esta, ninguno de los dos se imaginó que los adversarios llegasen por decenas.

----------------------------------------------------------------

Kakashi forcejeaba con Naruto, intentando soltarse del firme agarre al que lo mantenía sometido el rubio.

-Yo... quise ayudarla...dijo con dificultad-pero no podía...tienes que escucharme Naruto, joder, tienes que escucharme.

Naruto aflojó un poco, solo un poco, su agarre, después de todo el conocía a Kakashi y en el fondo quería creer que su falta de acción se debía a algo importante.

-Te escucho-gruñó.

Kakashi tomó una gran bocanada de aire al verse libre del apretón de las manos de su sobrino, clavó los ojos con seriedad en él y se dispuso a hablar. No lo contaría toda la historia porque no tenían tiempo pero al menos si lo mínimo, él se merecía saber porque su tío no había ido en rescate de su hermana.

-Cuando mis padres adoptivos me acogieron-comenzó-yo ya era un delincuente bastante conocido, digamos que un día enfadé a uno de los grandes y juró que no descansaría hasta matarme.

Naruto asintió, empezando a comprender hasta donde quería llegar el peligris.

-No podía acercarme a mi hermana porque sabía que si lo hacía ese hombre se vengaría en ella y en ti pero te prometo que intenté de todos los modos posibles liberaros de vuestro infierno, aunque al final no pude.

El rubio se llevó una mano a la cara, re cobrando el control sobre su cuerpo y su mente.

-Lo siento Kakashi, debía haberte escuchado desde un principio y no a este gusano-dijo girándose hacia donde estaba Minato-¡ahora te vas a...!

Enmudeció al ver que el hombre no estaba allí y un sudor frío le recorrió el cuerpo al ver que Hinata tampoco.

-Se ha llevado a Hinata-susurró para luego volver a encenderse de ira-ya se llevó una vez a mi madre y no permitiré que esto se vuelva a repetir.

-------------------------------------------------------------------------------------------

Hacía ya tiempo que el lugar donde se encontraban Hachi y Nana se había vuelto un hervidero de disparos, patadas y puñetazos. Al principio todo había transcurrido de una forma muy confusa. Ellos dos se habían visto rodeados por un grupo de hombres que superaban los treinta, un combate técnicamente imposible para ellos dos solos, pero por una especie de designio divino poco después fueron llegando el resto de sus hermanos.

Ahora todos se encontraban sumidos en una especia de combate siniestro en el medio del cual estaba Ni sacudiendo disparos a diestra y siniestra, sin fallar ni un solo tiro.

-Todo el que se atreve a tocar a mis hermanos-le escucharon decir-le decoraré el culo con otro agujero.

A pesar de todo parecía que la marea de hombres nunca llegaría a su fin. Allí, según pudo ver Hachi, había gente de todo tipo, desde científicos hasta matones adiestrados para romper huesos. Noqueó al que tenía delante y agarró su pistola disparando a uno que se le acercaba a Nana por detrás. Mataría a todo cabrón que intentase ponerle un solo dedo en cima.

Ichi se chocó con él mientras le lanzaba una patada lateral al pescuezo a su rival.

-Kyu está vivo, él y Hinata han ido a buscar a Kakashi, así que no hay de que preocuparse.

-Claro que no-dijo San apareciendo a su lado, esta llevaba las cuatro coletas desechas y la ropa rota en algunos ángulos, lo que le hizo preguntarse a Hachi como se vería él mismo-solo nos estamos dejando matar por estos imbéciles, no hay nada que temer.

-Si tuviese aquí a Christine-murmuró Ichi, rememorando a su Jaguar negro estampado contra una de las paredes de la comisaría-solo por eso debería dejar que el inútil de Kyu, muriese pero así no podría comprarme uno nuevo así que habrá que seguir ayudando.

Ichi vio desesperanzado como un grupo de veinte acorralaban a Go, Yon y Roku contra una de las paredes del pasillo. Si eso continuaba así ninguno de ellos saldría de allí con vida. Ni hacía todo lo posible por no dejar ni un segundo entre disparo y disparo, pero estaba apunto de terminársele la munición frente a la decena de armas que le apuntaban en todo momento. Entonces cuando todo parecía que iba a acabar llegó una señal muy conocida para todos ellos desde el fondo del pasillo.

-¡Alto el fuego, somos la policía!-gritó alguien desde un altavoz.

Como por arte de magia de un de los lados del pasillo aparecieron una treintena de hombres vestidos con el uniforme de la policía y apuntando con sus armas.

-Juro que nunca me alegré tanto de ver a los maderos-aseguró Ni, bajando su pistola.

Nadie se había esperado la llegada de la policía pero los malos reaccionaron pronto, como después contaría Nana, se lanzaron como perros sobre los policía olvidándose por completo de ellos.

-Chicos-dijo Go-es hora de una retirada estratégica.

Todos estuvieron de acuerdo.

----------------------------------------------------------------------------------------

Naruto hacía todo lo posible por aguantar el dolor que le atravesaba el vientre y correr tanto como sus piernas daban de sí. Kakashi unos metros por delante de él, hacía unos diez minutos que corrían en busca de Hinata y de su padre. Si ese desgraciado le había hecho algo, no iba a encontrar rincón en el mundo donde poder esconderse de su furia. Aceleró más el paso pero Kakashi lo obligó a detenerse.

-Así no llegaremos a ninguna parte-dijo-esto es enorme y será mejor que nos dividamos.

El rubio estuvo de acuerdo.

-Solo prométeme que no harás una locura, Naruto-dijo.

-Eso es difícil de saber siendo sobrino de quién soy-contestó.

Kakashi sonrió y luego después echó a correr en la dirección contraria.

Naruto tomó una bocanada de aire y se llevó una mano a la herida, esta se había abierto y empezaba a sangrar de nuevo, pero él sabía que no podía detenerse, no mientras la vida de Hinata dependiese de él así que reunió fuerzas de nuevo y se puso en marcha. Algo en aquel pasillo le resultaba familia y lo confirmó cuando sus piernas lo dejaron en la entrada principal del hospital, donde se había encontrado con Hinata. Escupió toda una serie de blasfemias y estaba a punto de volver por donde había venido cuando al girarse vio que detrás de él había aparecido su padre apuntando a Hinata con una pistola, la pistola que había llevado Hinata, en la cabeza. La chica lo miró con ojos aterrados y eso no hizo más que enfurecerlo.

-Suéltala ahora mismo-exigió.

Minato sonrió.

-No veo por qué debería hacerlo, tienes una novia muy simpática, aunque poco habladora, me preguntaba cuanto te importaría si le metiera un tiro en el cerebro.

Naruto dio una zancada al frente, pero el caño apoyado en la sien de la chica logró disuadirlo, dios sabía de lo que era capaz aquel hombre y él no estaba dispuesto a arriesgar la vida de Hinata.

-Es muy bonita, tal vez después de que te mate pase un agradable rato con ella.

-Como la toques te mato.

-¡No me vengas con amenazas que sabes que no cumplirás! ¡Estás moribundo, mira tu herida! ¡Me basta con pegarte otro tiro! ¡En cambio tú no puedes hacerme nada!

Hinata vio como la sangre empezaba a brotar del cuerpo de Naruto y se horrorizó, si aquello seguía así Naruto no aguantaría mucho más y moriría desangrado, ella debía hacer algo. Con decisión y aprovechando un momento de distracción de su captor, le mordió en la muñeca. Minato dio un alarido y apartó la pistola de su cabeza, momento el cual ella aprovechó para intentar huir. Pero Minato se dio cuenta y le dio con la culata de la pistola en la nuca, dejándola inconsciente.

-¡Hinata!-gritó el rubio-¡Miserable!

Se lanzó sobre su padre y agarró la pistola, entrando los dos en una fiera pugna por el control del objeto. Naruto sabía que con la perdida de sangre también había perdido bastante fuerza por lo que debía de sacarle la pistola a aquel sujeto como fuese. Le dio un fuerte puñetazo en el brazo, Minato se encogió de dolor y la pistola salió disparada a varios metros de distancia. Sin perder un minuto Naruto cargó contra su padre, dándole puñetazos lo más fuerte posible.

-Te mataré, hijo de puta, acabaré contigo, vengaré todo el daño que nos has hecho a mi madre y a mí.

Su cuerpo empezó a entumecerse, la cantidad de sangre que manchaba su ropa y ahora la de su padre, era inmensa y él estaba sintiendo como su cuerpo se iba enfriando poco a poco y las fuerzas lo abandonaban. Minato también pareció darse cuenta y apartó a su hijo de un empujón. Naruto a penas pudo hacer nada cuando vio que su padre cogía de nuevo la pistola y le apuntaba con ella. Su vista empezó a fallar, cada vez sentía más frío, sabía que era el fin. Había fallado a su madre y había fallado a Hinata, en un último momento giró la cabeza hacia ella y la vio tumbada inconsciente, seguramente era mejor así, ese hombre la mataría y su muerte sería menos dolorosa si estaba inconsciente. Una lágrima resbaló por su cara al saberse fracasado.

-Lo siento Hinata-murmuró-lo intenté todo pero no pude...

-¿Despidiéndote de tu novia? haces bien, pronto no podrás hacerlo.

-Solo...dime...una cosa-farfulló-¿qué clase de alimaña...eres para...matar a tu propio...hijo? me...me das...asco.

La cara de Minato se contrajo llena de ira.

-¡Te voy a cerrar la puta boca!-exclamó.

Había llegado el momento y él lo sabía, no cerró los ojos, moriría así, mirando a Hinata, dormida, con su cara dulce y tranquila, guardándose cada detalle de ella para no olvidar nunca su rostro. Tal vez la vería dentro de unos minutos en el otro lado pero por si acaso quiso guardarse aquella imagen junto con las demás que guardaba en su corazón, después de todo, vivir si que había merecido la pena.

Se oyó un disparo y él contuvo la respiración esperando el impacto que pondría fin a su vida, pero este nunca llegó.

Haciendo acopio de sus últimas fuerzas se giró y vio a Minato tirado boca arriba en el suelo con los ojos muy abiertos y un charco de sangre apareciendo bajo su espalda. Estaba muerto, pero... ¿cómo? Miró a su alrededor, Hinata seguía muerta y allí no había nadie más, ¿quién había sido? Pronto dejó de importarle, su cuerpo no aguantaba más y poco a poco fue abandonándose a la inconsciencia.

Diez minutos después llegaron Kakashi y los demás, este se había encontrado con ellos mientras buscaba a Hinata y habían ido juntos a por Naruto y la chica, la policía estaba allí y debían marcharse lo antes posible. Los encontraron a los tres tirados en el suelo, Hinata inconsciente pero bien, Minato muerto y Naruto con a penas un hilo de vida. Kakashi se preguntó quien había matado al padre del rubio puesto que el único de los tres que tenía una pistola era el mismísimo Minato. Decidió no darle importancia, Naruto se estaba muriendo y la policía andaba por allí. Debían largarse.

Por fin, todo había terminado.

Dalia:
Me encanta  :lol: :lol: cconti conti conti  :ohnoes: :ohnoes: cuidate  :=D: :=D:

Maruko:
waaaaaaaa al fin despues de tantos meses pude ponerme al día con el FF, espero que no hayas olvidado que aca tienes un fan más.

Dalia:
Hey y la conti????  >:( >:(
jeje es muy bueno el fic y no te olvides que algunos lo leemos  :grin_open: :grin_open:
Bueno cuando puedas siguela  :ohnoes: :ohnoes:
cuidate  :aww: :neko: :=D:

Dresti:
Holaa, aki traigo el epílogo, muchas gracias por haber leido mi fic, se k es cortito, pero me apetecia hacerlo asi, breve pero conciso, nos vemos^^

Epílogo

Hinata Hyuuga permanecía sentada con los ojos cerrados y la espalda recostada en la silla que quedaba en frente de su escritorio en la comisaría de Konoha.

El pelo largo y negro caía en cascada por el respaldo de la silla hasta casi rozar el suelo.
Sus delgadas y torneadas piernas permanecían descansando sobre la desgastada mesa del escritorio y entre montañas de papeles apiñados por toda la extensión exceptuando donde el viejo ordenador estaba instalado.

A esas horas de la mañana el departamento de tráfico de la policía de Konoha estaba totalmente vacío, salvo por ella y su compañera Ino que holgazaneaban en sus mesas, salvo que esta vez ninguna de ellas discutía sobre si era más guapo Jude Law o Brad Pit.
La razón de que ella hubiese vuelto a la policía, en concreto a la sección de tráfico, era que se había demostrado que ella no tenía nada que ver con el asunto de Kyubi, todo por cortesía de Kakashi, que nadie sabía cómo había logrado su readmisión. Por supuesto no la habían repuesto en su cargo en la sección de robos sino que la habían degradado a su antiguo puesto, pero no le importaba, ella era feliz así como estaba.
Naruto se había recuperado de la herida en el vientre y todo había vuelto a la normalidad, ahora vivían juntos y cada uno había retomado su vida, él como ladrón y ella como policía.
En cuanto al cetro tan ansiado por Minato, la parte que guardaba Naruto era el mango de una especie de bastón que él conservaba como un recuerdo de su madre en una de las estanterías de la casa, él sabía que era una pieza muy antigua pero nunca había sospechado lo que era realmente. Los cargos de asesinato se habían retirado de él y ahora seguía perseguido por lo de siempre, el famoso ladrón de arte que era.
Tocante al tema de quién había sido su salvador misterioso ella acababa de descubrirlo, Kiba le había mandado un correo electrónico explicándole todo lo que había pasado aquella noche en casa de Naruto y como había huido. Él sabía que el rubio era Kyubi, lo había averiguado mientras se había mantenido escondido, la culpa y el enterarse a que se destinaban las actividades de Naruto y que esos objetos que robaba regresaban a su fuente fue suficiente para hacerlo recapacitar, él sabía lo de la base en el hospital y había llegado justo a tiempo para acabar con Minato. Él decía que se iba a entregar a la policía, como así fue días después, siendo condenado a cuatro años de prisión.
Todo volvía a estar en el mismo orden caótico que siempre, pero la sonrisa no abandonó su rostro en todo el tiempo.
-Vaya-dijo Ino subiendo el volumen a la televisión del despacho-parece que Kyubi ha regresado y pisando fuerte.
Hinata se obligó a ocultar una sonrisa.
-¿Y qué se ha llevado esta vez?
-Un cuadro llamado ''Venus y Marte'' de un tal Carlo Saraceni, estaba de exposición en el museo de Konoha.
Esta vez Hinata sonrió abiertamente, aquel era el cuadro que ella había estado observando en el museo después de hacer el amor con él y antes de discutir.
-Hasta dejó un mensaje-dijo Ino extrañada.
-¿Ah, sí?-preguntó sorprendida-¿y que decía ese mensaje?
-Hablaba sobre una belleza morena que lo había inspirado para robar ese cuadro y que le dedicaba el robo a ella.
La sonrisa de la pelinegra era tan deslumbrante que Ino al final la miró.
-Vaya, vaya, ¿qué pensaría Naruto si te ve sonriendo por otro hombre?
La sonrisa no despareció de su cara.
-Yo no sonrío por otro hombre-no lo hacía-además Naruto está muy ocupado trabajando.
Ino alzó las manos a modo de disculpa.
-De todas formas me pregunto quién será esa ''belleza morena'' sin duda ha sido muy romántico-suspiró-algunas nacen con una suerte... ¿no crees?
Ella repasó su vida con Naruto, con el ladrón y hombre que amaba. Desde luego que tenía suerte.
-Sí, claro que lo creo.

Navegación

[0] Índice de Mensajes

[#] Página Siguiente

[*] Página Anterior

Ir a la versión completa