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ARPEGIO: EL RETORNO DEL OJO MÍSTICO, CLAN HARUNO
kittycat:
Hola!! Hace mucho tiempo que no nos leíamos jejeje... Perdón por abandonarlos, tuve algunos problemas laborales y también técnicos que me impidieron hacer contacto lo antes posible. Pero ya arreglado el asunto estoy de nuevo aquí :P
Por supuesto que pasaré mis fics a esta pagina. No la abandonaría, pero como estoy algo nerviosa, creo que publicaré desde el principio todas mis historias para no romper con la trama original ni el sentido, los mejoraré y los prepararé para nuevos lectores. Espero no impacientarlos, así que publicaré muy seguido, ojalá no haya inconvenientes, lo haré rápido para alcanzar hasta dónde nos habíamos quedado, será como las series televisivas, cuando se termina una temporada se repite la última o la serie jejeje :o, pero no significa que tarde en publicar. En este fic ya están adelantados algunos capitulos, aun no los he publicado, pero me dará tiempo para mejorarlos y avanzar con el gaiden que les había prometido que será un Naru Hina ;D. :-* :D
Gracias por seguir mis fics y por darme animos de no abandonarlos, muchas, muchas, muchas gracias. Bien, los dejó con la introducción. :-*
Sayonara!!
LIBRO I: ARPEGIO, EL RETORNO DEL OJO MÍSTICO
Clasificación: (H/C), (OTP), (OOC), (OC), Angst, Lemon (+18).
Parejas: Principales: SasuSaku
Todos miraron asombrados la terrible escena.
La sangre cayó al suelo en gruesas gotas, al mismo tiempo que unas cristalinas lágrimas las cubrían. Bairai se hizo para atrás asustado. Sakura sonrió con la sangre saliendo de su boca…
-No soy la misma de antes… Ahora… puedo… con… cualquier cosa… con… cualquiera… -dijo en un agonizante susurro. Sus manos estaban cubiertas de su tibia sangre, ambas sujetaron la empuñadura del arma y fue deslizándola fuera de su cuerpo.
…Sasuke estaba aterrado, el perfume de los cerezos se hizo presente con suavidad y después se combinó vertiginosamente con el aroma metálico de la sangre. Tras no ver más que la luz del rayo que lo atacaba, se dejó cegar por la furia. Sacó la espada de su desahuciada vaina. Sakura ya no tenía fuerza ni energía y se dejó caer rendida a los brazos de la muerte. Su cinta roja, con la insignia de la hoja fue cayendo de su frente y fue revelando una cicatriz. El impacto del rayo había dejado grietas en el centro del símbolo.
Sasuke sostuvo a Sakura en sus brazos. Estaba aterrado, pálido y temblaba exhalando frío. -¡Sakura! ¡Sakura! ¡Maldición! ¡Despierta!
Sakura abrió sus ojosjades y contempló el aterrado y suplicante rostro del joven shinobi. Haruno sonrió y su mano acarició el rostro del moreno. –Dijiste mi nombre… Nunca lo haces… No así… -La suave y nívea mano de Sakura perdió su calidez y cayó helada. Su sonrisa quedó marcando su bello rostro. Ya no había marcas de maldad.
Sasuke no lo creía, no podía… -¡¡¡AHHHHH…!!!
…tembló, perdió todo control de su temple de acero y abrazó a Sakura con fuerza. La aferraba a su cuerpo y la estrechaba más como si su calor pudiese traerla de regreso… Estaba perdido y aspiraba con dolor y rabia su dulce esencia. No deseaba dejarla ir y la tormenta estalló en su pecho.
-¡¡¡SAKURA!!!
Eichiro Inao se incorporó. Todos estaban paralizados ante lo sucedido, pero al ver al poderoso líder de Akahaki andar, un escalofrío los hizo respirar de nuevo. El hombre se acercó a Sasuke Uchiha…
-Déjala ir… Deberías estar agradecido, ya no volverá a ser una molestia más para ti; al fin te ha dejado solo…
Inao hablaba fríamente. Sasuke dejó suavemente a Sakura, mantenía la mirada baja, con el cabello oscuro cubriendo su dolor, hasta que fue moviendo el rostro y el ojo del halcón brilló en fuego. Con una peligrosa vertiginosidad y un feroz grito de combate tomó su espada y atacó a Eichiro.
Inao la detuvo con su poderosa mano. La chokuto emanaba una azulada energía eléctrica y las pupilas de Sasuke estaban rodeadas por los aros circulares de su técnica como partículas atómicas anunciando la locura de su portador. Uchiha estaba enfurecido e incrementaba su chakra. Todos miraban estupefactos, Sasuke se había vuelto loco.
-¡Todo! ¡Todo esto es tú culpa! -rugió poseído Sasuke.
Inao fríamente le sonrió…
Kakashi estaba petrificado, sentía que se sofocaba por la energía que se escacapaba de aquellos dos peleadores mortales y como el resto, ansiaba escapar. Sasuke arremetía con todo su poder y Eichiro se movía con aterradora agilidad. Le contestaba sus golpes con la misma intensidad y juntos hicieron temblar a la tierra y hacerla pedazos a su alrededor.
El último aullido del lobo de hielo amedrentó a la noche. La luna llena palideció y el viento arrasó con el pasado. Eichiro Inao encendió sus ojos y su dorado fulminante invocó el postrero y gran trueno de su jutsu determinado. Cayó del cielo y se derramó sobre sus enemigos, arrasando con las fuerzas del grupo y debilitándolos por completo.
Sasuke no respondió más, el dolor se había impuesto y su derrota le envenenó el alma y el cuerpo… Sus fuerzas lo habían traicionado y la conciencia fue la última en serle fiel.
-Así tenía que terminar. -dijo Inao al momento de recoger entre sus brazos el cuerpo inerte de Sakura. –No había nada qué pudieras hacer.
Caminó con sus tres sectarios, quienes aún permanecían de pie, y en la salida del puente de Konoha se desvanecieron, rodeándoles hojas secasy encarnadas de un mortecino otoño para cubrir su escape.
Fue lo último que llegaron a ver.
PARTE I, LA DESPEDIDA: El secreto guardado de Sachi Haruno y el rapto de Sakura de Konoha por miembros de Akahaki.
Capítulo 1
El sonido de cristal de unos cascabeles de plata acompañaban los cantos mortuorios de la destrucción, apertura a la entrada al infierno…
Una pequeña niña de cortos cabellos rosados iba corriendo desesperada por los pasillos de una gran casa feudal, los ventanales de madera y fino papel tenían unas insignias pintadas, una flor de cerezo y un círculo con el contorno en blanco, casi todos manchados de carmesí. Estaba asustada y las lágrimas resbalaban por sus mejillas…
-¡Abuelita! ¡Papi! ¿Dónde están?... –la niña dio más velocidad a sus pasitos mientras aumentaba el volumen de su voz. El kimono floreado de seda rosa que traía puesto le entorpecía su camino. Sin embargo, en su mirada jade no había resignación hasta no hallar a sus seres queridos. La niña llegó a una gran habitación, las puertas deslizadoras estaban entre abiertas y sin meditar el riesgo la pequeña las jaló y sus ojos se abrieron con terror…
-¿Dónde? ¿Dónde?... ¿¡Dónde están!? –ordenó la pequeña temblando y tratando de fortalecer su voz ante el hombre en armadura samurái que la miraba. Su rostro alargado habitaba oculto entre las sombras de la estancia, pero sus ojos brillaban en un estremecedor y turbio dorado.
-Lo lamento tanto sensei Haruno, pero me temo que vuestro padre y vuestra abuela no lograron pasar la prueba. -El hombre era enorme y estaba de pie cínicamente dándole la espalda a un altar de rezo donde se hallaba un símbolo, un aro blanco. Los ojos de aquel sujeto no eran algo jamás vistos por Sakura, eran como un sol quemante y cruel, no se le podía mirar de frente, mas Sakura resistía.
-¿Dónde?... ¿¡Dónde están mi papi y… y… y mi abuelita!?... -siguió luchando la niña.
-¡Ellos ya no importan! Somos los únicos sobrevivientes del clan y juntos tenemos un destino que cumplir, tú y yo… Así que tienes que venir conmigo. -El hombre avanzó sin que las sombras lo descubrieran, la pequeña retrocedió, sabía que aquel semejante era peligroso. Tenía miedo, pero valientemente respiró fuerte y…
-¡No! ¡No quiero! ¡Quiero a mi papá! ¡Quiero a mi abuela! ¡Ya!...
El ser extraño llegó más cerca de la niña… - ¡Es tiempo de despertar!…
-¡No! ¡No iré contigo y con nadieee!!!...
Sakura abrió los ojos, estos le ardieron como si se hubiesen fundido en sus pupilas agujas de fuego. Sus parpados parecieron quemarse como papiro indefenso y de ellos cayeron lágrimas ardientes. El hombre gritó y alzó un brazo para expandir llamas verdes alrededor de ellos. Sakura salió corriendo, veía sus pasos como espejismos, los recovecos se desvanecían y los ruidos les oía confusos.
-¡Sakura!
La niña llegó a una habitación cerrada, reconoció la voz y al abrir las puertas el horror la invadió. Sus ojos lastimados se abrieron desorbitados y su jade iris brilló ante lo que veía, una lágrima tibia unida con sangre comenzó a resbalar por su raspada mejilla y gritó al unísono destrozando su garganta…
El fuego invadió a su alrededor, hasta que la luz la remplazó y se vio en la cima de un gran paisaje. En la colina había un gran árbol de flor de cerezo trepidando resplandor y bajo su rosada copa una mujer mirando al horizonte. Tenía el cabello blanco sujetado con una hermosa peineta de jade, cuyo arco portaba una flor de cerezo inmaculado rodeado de otras tantas que anunciaban más su belleza, su kimono, del mismo color, simulaba otro brillo entre el sol y la tierra, y cuando giró a mirarla su sonrisa le sosegó el alma.
-Sakura… Mi Sakura. Algún día ocuparás mi lugar en la tierra y honrarás a tu familia a los ojos del sol y el cielo… Mi pequeña Sakura.
Sus dedos tocaron su frente y un dolor agudo la invadió. No resistía, creía que sus venas ardían por dentro hasta llegar a su cerebro y casi hacerlo estallar. Sakura gritó de dolor…
Al poder al fin abrir sus ojos, contempló con horror que ya no estaba en la luz, sino en una espesa oscuridad. Un calor abrazador la sometió, una mano se paseó por su pierna, ella iba a gritar pero unas garras la callaron. Sintió como alguien rompía sus prendas, se apretaba sobre su cuerpo y al mirarle se resistió a unos amarillos y sanguinolentos ojos…
-Serás mía…
-¡Noooooooo!!!...
…Sakura despertaba de su sueño y al fin un grito había escapado en un hipado. Su delicada mano limpió el sudor de su frente y después abrió sus ojos verde jade con dificultad. Lo primero en contemplar fue el techo blanco de su habitación, los ojos le punzaban al hacerlo. Ese difuminar blanco era brilloso y molesto, lo odiaba, en cuanto pudiera lo pintaría de negro. Cuando se levantó, tardó en ordenar sus ideas, la cabeza le dolía como cien golpes. Fue al baño para refrescarse y despejarse de todos ellos. Jamás dijo nada sobre sus sueños a nadie, además, no eran tan frecuentes como hasta ese momento. Todos eran extraños e incómodos, algunos hasta espeluznantes, cada vez que trataba de recordarlos se difuminaban, incluso pensó no prestarles tanta atención por ello, aunque ahora tenía el presentimiento de que ya no sólo afectaban sus noches bajo cualquier fase lunar, sino también su vida a la luz del sol cuando se acordaba de ellos. Con pena se confesó que ya no necesitaría de un buen somnífero para descansar, sino de un buen psiquiatra.
Se miró al espejo, el iris jade que rodeaba a su pupila tenía una extraña excrecencia, era muy verde, verde azulenca, aquello era un extraño recuerdito tras defender a una aldea de un ataque, el ninja que se lo hizo no la asesinó para que pudiera vivir con aquella marca…
-¿Por qué no me mataste? –le llegó a preguntar Sakura antes de qué huyera.
-Eres como yo. Tú no lo sabes, pero ambos compartimos algo muy oscuro en nuestra sangre… No mataría a un igual, el destino se encargará de unirnos para ello, algún día… -le había respondido el ninja que se decía provenir de las tierras apagadas por la oscuridad del fuego, Akahaki.
Sakura no entendió ninguna palabra, aun le intrigaba, no obstante evitaba que aquellas sensaciones la dominaran por completo. Se revisó con el viejo Akiba, el director del hospital, y le dijo que no era de temer, la cicatriz era sólo un rastro de un jutsu que ya se desvanecía, pero pasados los meses aquello no dejaba de crecer y fue cuando Tsunade le hizo unas nuevas pruebas, esa jornada tenía que ir con ella para saber los resultados.
Al mirarse al espejo su rostro lució pálido y hermoso, sus suaves labios ahora eran más carnosos y rojos, sus rasgos entre finos y redondos ya estaban definidos con la marcación blanda de sus redondos pómulos, su nariz era mediana y la frente, todavía muy amplia, resaltaba más aun su natural carisma; su armonía resultaba mágicamente femenina al unir las fronteras de la dulce infancia ya eclipsada con la sensualidad que deslumbraba la ya reciente mujer; sus ojos verde jade seguían siendo grandes y expresivos, no dejaban de relumbrar aun esa pureza que cautivaba a cualquiera y las largas y oscuras pestañas que las definían solapaban un encanto dulcemente pueril. Sakura cepilló sus cabellos rosados, seguían siendo delicados, sedosos y lúcidos, aunque más largos porque caían en gráciles capas sobre sus hombros, sonriente pensó que esa misma semana se los cortaría otra vez por debajo de la oreja, estos crecían más rápido de lo que pensaba.
Haruno se enorgullecía de su aspecto, no era ni muy flaca, ni muy gorda, y aunque tampoco era una Miss ninja Konoha, se sentía satisfecha con saber que gozaba de buena salud y de huesos fuertes para mantenerse en combate. La niña de antes se había esmerado por lucir bien para resultarles atractiva a los chicos, mas la Sakura adulta se conformaba con poder gozar de todas sus facultades físicas y mentales para sí misma. Su fisionomía era esbelta, flexible y, si bien ella no lo notase, sus formas tenían una belleza suave y mística que llamaba la atención de sus compañeros, esas miradas inciertas la incomodaban mucho, pero cínicamente vestía con uniformes flexibles para hacerlos so pesar su hipocresía. Sólo se limitaba el presumirle a todos que se consideraba bella porque pensaba que no tenía sentido, a no ser que fuera para molestar a Ino.
Se colocó su bata de dormir antes de ir a la cocina para prepararse un té. Después fue a sentarse al balcón de su ventana para ver, como de costumbre, el esperado amanecer que anunciaba al verano.
Konoha relucía con los primeros rayos del sol como si nunca hubiese sufrido las adversidades del pasado: el ataque de Orochimaru, de Pain, de Madara… Eran ya tres años desde que todo eso había terminado. Para recuperarse, la aldea de la hoja contaba con más trabajo, incluso aceptó Tsunade que vivieran ninjas de otras aldeas para ayudarles con la reconstrucción de la villa. La pelirrosa contempló en ello una nueva etapa para el porvenir de Konoha, algo con lo que no se había contado desde la fundación de la misma población. Su villa se veía especialmente hermosa ese día, le consolaba esa paz tan única, pero cuando la percibía, tenía la extraña sensación de que no la contemplaba fielmente.
Sakura estaba cerca de ser feliz con su nueva vida, poco a poco sus esfuerzos ya comenzaban a dar los primeros frutos gracias a sus inventos clínicos para controlar y estabilizar el chakra, aunque tenía todavía problemas con los jefes del hospital debido a que dudaban de sus métodos y ni siquiera deseaban verlos para opinar algo al respecto. Eso la hacía enfurecer, pero no se rendiría, estaba segura de que terminarían haciéndole caso.
Había cumplido diecinueve años de edad, era independiente y había perfeccionado muchas técnicas suyas de combate; se sabía más fuerte y ágil, y ya empezaba a ser reconocida por algunos miembros de su villa por sus técnicas clínicas y habilidades en combate, incluso, se rumoraba que era una de las mejores kunoichis médico de Konoha para ser tan joven. Nada la desplomaría, sin embargo, aunque no creía por completo en esos exagerados comentarios que la hacían sentir orgullosa, consideraba que algo le faltaba y que aún existía aquella sensación frustrante de no alcanzar lo que deseaba; sus sueños se lo decían y sus ojos se abrían con culpa ante su reflejo en el espejo. Temía no estar satisfecha consigo misma…
Aterrada ante esta idea, negaba con la cabeza, se lavaba el rostro y volvía a repetirse que pronto no sería así, por algo se entrenaba casi todos los días sin descanso, por algo seguía lastimándose con el fin de despertar su ingenio para inventar nuevos métodos de resistencia y medicina. Tenía que ser así porque deseaba ser feliz y no le convenía concebir cierta perturbación aun cuando observaba que los resultados eran los mismos para ella…
¿Acaso sólo a eso podría llegar?
No, eran sólo esos tontos e incomprensibles sueños los que la hacían indigestar mucho. Trató de hablar con alguien al respecto, pero dedujo que no valdría la pena si producía preocupación a su madre y a sus amigos. Al terminar su bebida, se preparó para el baño, estaba segura de que tendría un buen día, no tenía ninguna misión importante en ese momento por lo que planeaba, después de terminar sus horas en el hospital, entrenar y aprovechar el tiempo para estar con su persona favorita, una vez que esta llegara de su importantísima misión en el País del Viento.
La pelirrosa no sólo había cambiado su físico, casi sus vestimentas también, aun vestía una blusa oriental sin mangas color roja muy ajustada con la insignia de su familia a su espalda, una falda oriental del mismo color con mallones negros, pero con un delgadísimo obi rosa cubriendo toda su cintura, botines negros, mitones rosas y su equipo guardado en una bolsa blanca que colgaba de su cadera, aunque esa vez no lo llevaría.
Sakura se enlistó para salir, se miró al espejo y se arregló su rosado cabello apretando su cinta ninja en su cabeza como una coqueta diadema, eso era algo que la ensoberbecía cada mañana y un motivo más para contemplarse al espejo. Mas, en ese instante, no fue por vanidad, sino por recordar su espeluznante sueño. No se reconocía en ninguna de esas extrañas ilusiones.
Abrió el cajón de su tocador y sacó una cajita pequeña forrada de seda roja con grabados dorados de flores y el escudo Haruno en su superficie: un aro blanco. La abrió y contempló con tristeza la peineta jade con las flores de cerezo blanco. Esa pieza era una verdadera obra de arte, los detalles eran únicos y hechos con gran belleza. Sakura se la colocó y al hacerlo sintió como si aquel tesoro jamás hubiese sido quitado de su cabello. Era un hermoso tesoro familiar, recién a la muerte de su padre, su madre se lo había dado como legado de su cuna. Nunca se lo había visto puesto a su madre y desde niña siempre lo había contemplado enamorada en su preciosa cajita oriental, resguardado con celos y mucho cuidado como si todo el tiempo se hubiese visto amenazado por intenciones malandrinas. Una vez de niña, Sakura, lo encontró e intentó ponérselo cuando comenzó a inquietarse por su futura feminidad gracias a cierto pelinegro que la cautivaba, pero su madre al pillarla la regañó y se lo arrebató para que su padre no la viera. Nunca entendió esa reacción, le tuvo miedo al tesoro y jamás volvió a tocarlo hasta el día de su cumpleaños reciente. La peineta era un tesoro antiquísimo y tras la crisis de Konoha, por la batalla con Akatsuki, Naoko se negó a venderla por temor a que alguien la descubriera. Ahora, le resultaba extraño que pudiese ser portado y presumido al mundo, su madre le había dicho que había pertenecido a su abuela cuando tenía su edad, tal vez era con ella con quien soñaba aunque jamás la había visto ni siquiera en fotos porque los Haruno habían perdido sus papeles tras un ataque durante la tercera guerra ninja. Le daba tristeza que no llegase nadie a lucirlo, realmente hubiera sido un desperdicio y se alegró de ser ella la custodia de aquella bella pieza. Alegre pensaba que si llegaba a tener una hija, se la heredaría gustosa cuando ésta cumpliera su misma edad.
Pronto, al escuchar los pasos apresurados de sus compañeras de cuarto para partir a sus trabajos, guardó la peineta delicadamente, la envolvió en sus papeles finos de algodón y salió preparada. Antes de partir, dirigió sus ojos a otro tesoro que adoraba en secreto, un cascabel de plata y cristal que se encontraba en otra cajita rosa con figuras de flores de cerezo junto a la de la peineta; esa reliquia tenía otra historia, la apreciaba porque era un recuerdo de la primera aventura en la que tuvo una participación relevante. Se la dio el líder de la aldea de Las Cascadas Ocultas y, aunque pareciera un cascabel descompuesto porque no tintineaba como cualquier otro, ella sospechaba que sus secretos eran más valiosos de lo que ella misma podría llegar a imaginar.
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Pasando las horas…
En Konoha la vida había recuperado su ritmo de vida en tres años como si nada hubiese ocurrido. Sin embargo, en los altos cargos de la aldea oculta entre las hojas, se daba por enterado de las recientes hostilidades que no sólo crecían en el País del Fuego, sino alrededor de todo el continente de los cinco elementos. El Señor Feudal del País del Fuego había muerto inesperadamente el año pasado nombrando como sucesor a su primogénito de dieciocho años, el príncipe Hiroshi Fukuyama. Sin embargo hubo quienes se opusieron al deseo del anterior líder y provocaron un golpe de estado liderados por el medio hermano del nuevo señor feudal. Para controlar las cosas, el gobierno no sólo recurrió a los shinobis de Konoha, también contó con la organización militar de Soun, una orden que había organizado un nuevo código para combatir a las amenazas reinantes del mundo, y no sólo a los males en el País del Fuego sino de la tierra entera. Con ayuda de esta organización, Fukuyama consiguió deshacerse de sus enemigos internos y estabilizar a la nación con el degollamiento cruel y público de sus líderes renegados. Veloz, comenzó a imponer cambios en las costumbres de la sociedad y a explotar sus recursos militares y económicos para deshacerse de todos aquellos que no entraran al nuevo sistema.
Los de la Hoja no veían en Soun peligro alguno. Mas, Tsunade al enterarse que ahora ocupaban un lugar privilegiado, al nivel de la fuerza militar junto al Señor Feudal, tuvo un mal presentimiento. Mandó espías a comprobar que tan poderoso se había vuelto Soun y a corroborar sí los siseos eran de verdad. Los resultados de sus espías no fueron consoladores. No bastó con Akatsuki, ahora estaban estos hombres tratando de globalizar al continente en una misma capa de restricciones que justificaran la armonía y la “paz mundial”. Eso no le agradaba por sus métodos elitistas y arbitrarios.
Soun tenía un origen incierto, mítico, imposible de rastrear, pero años atrás, más cerca de una década, había ido creciendo gracias a la participación de ronins, ninjas desterrados y exitosos comerciantes… –Que combinación tan extraña. – pensó Tsunade sin sorpresa. Mandó entre sus más excepcionales anbus para investigar con mayor profundidad esa organización, aún seguían en la tarea y cada vez se complicaba más ocultar el interés de los ninjas de la hoja hacia esa nueva organización de seguridad nacional. El trabajo de los espías tenía ya tres años de transcurso, Tsunade pensó que hubieran podido estar mejor enterados de haber comenzado a investigar desde que supieron que ellos iban tras Sasuke Uchiha y su equipo hebi, mas no existía marcha atrás. A Uchiha pudieron protegerlo una vez que Tsunade mostró pruebas contundentes de que el último portador del sharingan había trabajado al final para ayudarles a vencer la organización de Akatsuki. Soun no pudo hacerles nada por aquel entonces, pero las cosas no dejaban de enfriarse y eso lo sabían muy bien Tsunade y el consejo al verificar que el continente entero se debatía en una próxima guerra entre naciones. El País de la Luz, El País de las Sombras, El País de la Vida, El País de la Muerte y El País del Relámpago no cedían ante las peticiones del País del Fuego, del Viento y la Lluvia para que dejaran de usar en su milicia técnicas y tecnologías prohibidas que habían sido empleadas en el mundo antiguo. Si no se arreglaba esto entre naciones, las aldeas shinobis tendrían que intervenir para evitar una catástrofe. Esa era la tarea eterna del shinobi, sacrificar la individualidad para evitar conflictos mayores que perturbaran a la colectividad.
Siglos atrás, estos países habían fundado su propia organización, una que causó terror en tiempos de conquista y que no eran una élite de refugiados como Soun suponía ser, era más antigua y con cierto prestigio al ser fundada por los clanes más poderosos de su tiempo, Abukara. Tsunade no estaba segura de cómo iban a desencadenarse los sucesos para prevenir la seguridad de Konoha, lo que sí presentía, y apostando y ganando para desgracia suya, era que si llegaba a bajar la guardia, la Aldea oculta entre las Hojas, podría comenzar con su decadencia inmediata al dejarles a Soun terreno para combatir a Abukara. Tenían que prepararse e investigar en cuanto se pudiese de aquellas dos instituciones de sospechosa procedencia. Nada les garantizaría la seguridad de su proceder si no hallaban algo comprometedor en Soun y sus aliados para prevenir al País del Fuego y no ser borrados del mapa por el Señor Feudal.
-¡Shizue! –llamó Tsunade mirando desde su gran ventanal.
Shizue, la nueva asistente de Tsunade, era una chica alegre y tenaz que recién aprendía jutsu médico. Tenía el cabello castaño oscuro encrespado y amarrado en dos coquetas colitas, sus ojos eran castaños claro y era un poco más bajita que Sakura. Había sido ahijada de Jiraya y en cuanto éste no regresó más a su aldea, ella viajó al País del Fuego para saber qué le había ocurrido, la noticia la desconsoló. Al no hallar lugar a dónde ir tras la muerte de su padrino, Tsunade le ofreció el trabajo de asistente. Shizune necesitaba tiempo de reposo para los últimos meses de su primer embarazo, por lo que Shizue tenía ya trabajando cinco meses con ella y con otras dos asistentes que aspiraban a ser discípulas de la gran kunoichi. La Godaima, tras tratar más con aquella chiquilla, sospechaba sonrojada que la chica era algo más que la ahijada de Jiraiya porque tenía ciertos rasgos y gestos que eran únicos de él…
-¿Síp?... es decir… ¡Mande Tsunade-sama! –expresó recuperándose del cansancio ya que había sido despertada desde la madrugada para entregar toda esa gigantesca pila de documentos al escritorio de la Hokage.
-¿Ya llegaron Kakashi y los otros al País del Fuego? –preguntó.
Shizue guardó su bostezo y enérgica… -¡Síp! Recibimos una nota de Kakashi-sensei, vienen para acá en un par de minutos.
-Bien, envíale un mensaje a Kakashi. Es urgente. Tengo que hablar con él. -Ordena la Godaime.
-¡Síp! Iré ¡Lo haré de inmediato!...
-¡Shizue!... –la chiquilla se detuvo a su llamado. –No es sip. Es SÍ ¿Entendido?...
La chiquilla tembló… -Etto… ¡Sip! ¡No! Es decir… ¡SÍ!... –y salió veloz.
Tsunade miraba el horizonte, parecía leer algo distinto en él. El sol ya se estaba situando detrás de las colinas, ese día el tiempo corría muy rápido y…
-¿Me mandó llamar Tsunade-sama? –preguntó Sakura al momento de entrar. Tan sólo habían pasado unos quince minutos desde que Shizue saliera.
-Pasa… -ordenó la Hokage. –Ya tengo los resultados de tu problema. El viejo Akiba tiene razón, no es nada de qué preocuparse. Al parecer es una pequeña carnosidad provocada por ese jutsu del ninja de Akahaki, hace medio año. Con un buen tratamiento y siguiéndolo podrá desaparecer. Pero debido a que el jutsu es muy poderoso, tardará en desvanecerse en unos meses más. Tu vista no está perjudicada, gracias a Kami y eso significa que no tendrás que usar lentes o recurrir a una cirugía especial; tendrás problemas con los colores y la luz pero la receta es la solución, es sólo cuestión de cuidados y de tiempo. Shizue te la pasará y para cualquier otra duda, ya sabes que mi oficina está abierta para ti. –concluyó la Hokage. La joven asintió satisfecha, aunque la rubia no tardó en descifrar que aquello no era lo que la estaba alterando últimamente. Sakura lucía indecisa, mirando sus manos con fingido interés.
-¿Sucede algo? ¿Tú vista está bien?
Sakura la miró… -Yo… Yo… No me he sentido muy bien últimamente… bueno… Desde este incidente con mis ojos, siento dolores de cabeza y… y… a veces… -apretó sus manos.
-Sakura, si consideras que es grave, dilo de una vez. No hay nada que no puedas decirme. –instó Tsunade con tono severo, casi maternal.
-Bueno… bueno, yo he tenido, no sólo dolor en mis ojos, sino que también… pareciera que me he vuelto más suspicaz, es como si fuese capaz de ver con mayor agudeza los movimientos de mis adversarios, los gestos de las personas, distancias difíciles y que con ello viniera más el malestar…y… por las noches… yo…
-¡Tsunade-sama! ¡El equipo siete ya está aquí!... ¡Oooopsss!...
-¡Shizue! ¿Cuántas veces tendré que decirte que llames antes de entrar así?...
-¡Por los dioses! ¡Ops! ¡Perdón! ¡No volverá a pasar! Si quiere lo vuelvo a intentar. -sale y entra de nuevo… -¡Tsunade-sama! ¡El equipo siete ya está aquí! ¿Puedo pasar?...
Tsunade gruñó…
-Ya llegaron… -Sakura abrió los ojos, estos brillaron con intensidad. No era alarmante la postura suave de la joven, sino era dulcemente sosegable. Tsunade se dio cuenta por el sonroje en las mejillas de la muchacha de qué se trataba y sonrió para sí.
-Perfecto, entonces, tendré entendido que Kakashi ya viene para acá. Buen trabajo Shizue… -Miró a Sakura con ternura. –Supongo que también querrás verlo a él. Después de tanto tiempo separados, no aguantarías más… mmm… es justo… después de irse y dejarte así sola, merece que le des un buen regaño.
Sakura se sonrojó más… -Eh… eh… Tsunade-sama… yo…
-¡Vamos! ¡Ve! ¡Qué destilas impaciencia juvenil! ¡Ve a sus brazos! Luego platicamos…
Sakura se sonrojó más y sorprendida asintió. Veloz dejó corriendo la oficina y sonrió suspirando porque al fin había regresado él, por quién tanto había esperado.
Tsunade se alegró y Shizue suspiró… -Ahhh… ¡Qué romántico! Ojalá llegue a encontrar un novio así para mí… Lo mimaría, lo amaría y… ¡Kyu!.. ¡Y si fuera tan guapo como…
-¡Ay! ¡Ya basta! ¡Continúa con tu trabajo, mejor! ¡Concéntrate y deja de pensar en esas cosas acarameladas!
-¡Oopss! ¡Síp, señor!... ¡Es decir… ¡Sí, señora!... –y de inmediato la jovencita emprendió sus actividades.
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Sakura corrió veloz alejándose del edificio principal y al bajar sobre unas cuatro cuadras al fin los halló. Tres siluetas caminaban tranquilamente mientras el sol se metía entre los árboles de Konoha. Sakura las vislumbró y sonrió radiante. Se dirigió a ellos y gritó sus nombres… -Al fin, al fin están aquí. Sobre todo… él… sobre todo él…
La silueta que caminaba a un lado de los otros dos no reaccionó al llamado de la muchacha, hasta que los últimos rayos de sol sometieron por novísima vez a la aldea y éste corrió extendiendo el brazo hacía la joven pelirrosa.
-¡Sakura!
La joven lo atrapó entre sus brazos, él la alzó y la rodeó con fuerza. Sakura rió de felicidad y sujetó entre sus dedos la cabellera de aquel ser tan esperado. Su unión duró un largo instante,… -¿Por qué no me dijiste nada? ¿Por qué te fuiste así? –exigió al último cuando al fin él aflojó sus brazos para dejarla respirar y contemplar su rostro.
-Sólo fue esta vez. Pero te prometo que no volverá a pasar. No volveré a dejarte sola, nunca más.
Tomó el rostro femenino entre sus manos. Sakura se sonrojó, sabía qué pretendía, era para sus labios; ambos iban a unirlos en un cálido, deseado e impaciente beso, pero…
-¡Oigan!... Etto… perdón, no quería interrumpir, pero, se me hace tarde y… ya… ya saben. Tampoco le avisé a Ino…
Sakura miró a su receptor y fue a él para saludarlo radiante… -¡Sai! ¡Hola! Lo lamento. Me alegra tanto verte. Supe que les fue muy bien en su misión gracias a ti. Eres un héroe. ¿Por qué no nos acompañas a cenar hoy?
Sai miró al cielo frío y pensativo… -Me gustaría, pero como te lo hicieron a ti, también se lo hice a Ino. Es decir, dejé plantada a Ino. No le dije nada de la misión. Fundo que me espera una larga regañiza y creo que debo arreglar las cosas cuanto antes. Según esa revista que ustedes leen, KUNOICHIS-FEM, tengo que portarme sensible a sus necesidades o de lo contrario se cabreara, no me hablará y no haremos…
-Bien, lo entendemos jejeje –Sakura sonrió con una gotita en la frente. -¡Saluda a Ino-cerda de mi parte!
- ¡Sí! ¡También envíale mis saludos! –dijo Naruto abrazando a Sakura de la cintura.
-Sí, lo haré. Gracias. -dijo Sai y luego se giró al pelinegro. –Gracias Sasuke por lo de allá. Estoy en deuda contigo.
Sasuke Uchiha asintió y con una amable inclinación de cabeza se despidió de su compañero. -Tú tampoco lo hiciste mal. –enunció y eso pareció caerle muy bien a Sai.
Cuando este se fue, Sakura, Naruto y Sasuke quedaron solos. Sakura miró a Sasuke Uchiha, el sol ya estaba por debajo de las nubes y sus pocos rayos parecieron enfocarse en su gallarda y ruda silueta. -Me alegra verte Sasuke. También te extrañé. Cuando supe que también irías con Naruto, Sai y Kakashi, me sentí más tranquila. –Sasuke miró a Sakura por el rabillo del ojo, tardó un instante en hablar… -También me alegra estar de vuelta. No fue tan difícil la misión. Aunque lo pareciera al principio por culpa del Dobe…
Naruto se puso rojo… -¡De qué rayos hablas tarado! ¡La misión se complicó por tu culpa! ¡De no haberte involucrado con esa geisha, no nos hubiese pasado eso!... –Sasuke no respondía a las acusaciones del rubio hiperactivo, se hacía de oídos sordos, pero Sakura se sorprendió por lo dicho. Al verlos discutir sonrió con ternura y más por Sasuke, eso significaba que al fin ya había podido restablecerse mejor en su hogar, como antes.
Sakura preparó su puño y en un ataque sorpresa golpeó a Naruto, enviándolo lejos…
-Bueno, bueno, bueno ya. ¿Por qué no vamos por un tazón de ramen y me cuentan sus aventuras? –dijo la pelirrosa al inexpresivo Uchiha.
-¡Qué bien! ¡Yo voy!... -gritó Naruto al recuperarse de un santiamén al escuchar la palabra “ramen”.
-¡Vamos, Sasuke! –la pelirrosa actuó rápido al presentir una negación del pelinegro. Sasuke no pudo evitarlo al encontrarse con aquellos ojos jades y de mala gana suspiró para asentir. Sakura sonrió más y a ambos muchachos los sujetó de la mano como cuando eran niños, quedando ella en medio de ellos y arrastrándolos con alegría.
-¡Hey! ¡Pero… pero… pero Sakura! ¡Es nuestra cita romántica! ¿Por qué el dobe tiene que venir…AHHH!!! –Sakura para callarlo le apretó la mano con su usual y energúmena fuerza.
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Tsunade firmaba los documentos que le había depositado Shizue en el escritorio y después los sellaba con gran fuerza para acabar rápido. Estaba agotada, el sol había caído y tan sólo ella, con unos cuantos del personal, habitaba el edificio principal trabajando. -¡Por Kami! ¡Qué agobiante es esto! ¡Y todavía la tonta de Shizue dice que ella es la que más trabajo tiene!
De pronto una nube de humo gris apareció enfrente del escritorio de la Hokage…
-¡Ya era hora! ¿Por qué siempre llegas tarde? No me digas, te topaste con una lombriz y para no pisarla al suponer que podría ser tu abuela reencarnada, decidiste darle la vuelta a la calle, tomando un atajo más largo. Me haces pensar que el día que tú llegues temprano a cualquier reunión será porque el fin del mundo estará tocando nuestra puerta. –dijo la Godaima sin dejar de prestar atención a sus papeles.
Kakashi llegó con la vista en su nuevo librito erótico, ya que al terminar las sagas de Jiraya, ahora ponía atención en otra saga. Las obras eran de un tal Tabito Joshuya y narraba historias de ninjas legendarios que alguna vez existieron, agregando escenas explicitas de erotismo, perversión y sexo. -Bueno, bueno, bueno… Es que soy de esas personas imprescindibles que gustan causar suspenso a la hora de su llegada y, sí, me topé con mi abuelita, uno nunca sabe cuándo se topara con milagros como ése.
-Mmm, cómo sea Kakashi. Dime ¿Cómo les fue en la misión al equipo siete? ¿Encontraste algo interesante?
Kakashi cerró su libro… - No sólo es interesante Tsunade. También peligroso. -Tsunade lo miró con atención. –Los hombres que atacaron al Kazekage y a su familia no son hombres comunes. Son miembros de esa antigua familia de perseguidores ninja, Abukara. La misma élite que fue eliminada hace veinticuatro años por el Yodaime. Se están reagrupando, buscando a antiguos sectarios para volver a ser de nuevo los más fuertes. De las aldeas del Viento, el Rayo y el Agua ya han reclutado a varios prospectos y ex integrantes, piensan abrirse de nuevo paso para un futuro conflicto. Y de acuerdo a las fuentes, ya son demasiados. Soun está por delante de nosotros en cuanto a información y asechanza, sino hacemos algo pronto, el señor Feudal se verá amenazado y nosotros a su vez por él y por Soun y el mismo Abukara.
Tsunade meditó. -Reclutando ¿Verdad?... ¡Ja! No son tan distintos de Soun, se amontonan por igual; como dice el dicho, Kami los hace y ellos se juntan. ¡Maldición! No me sorprendería que ambas se estuvieran confabulando, no sería la primera vez. –La Godaima se mordió el pulgar preocupada al recordar la alianza entre Danzou y Orochimaru… -Entonces, sí están reuniendo gente de su… prole, significa que podrían aparecerse por aquí en cualquier momento ¿No es así?
Kakashi bajó la mirada y asintió. -Sí, me temó que eso es correcto. También temó que esos Abukara estén implicados de alguna forma con los ataques de la frontera del País del Fuego hace ya un año y medio.
-¿Te refieres a lo que los chicos pudieron presenciar en año nuevo?
-Los habitantes de aquellas regiones aseguraron ser atacados por fantasmas de nuestros antiguos enemigos, del País de la Luz. Aunque investigamos y no hallamos nada de la identidad de aquellos, Naruto y los demás juraron que si habían sufrido un encuentro con gente muy poderosa.
-Podrían ser los mismos que ahora nos amenazan. Tal vez algo ha de ser de cierto en el testimonio de las victimas de aquel lugar. Quizás sí sean fantasmas que se ocultan hasta hallar el momento para revelar su verdadera identidad. Mientras tanto, están usando el nombre de todos aquellos que hemos vencido para asustarnos. Tal vez Soun sea Abukara.
-Hubo alguien quien vio la única identidad del responsable de aquel atentado, pero…
Tsunade miró a Kakashi fijamente… -Pero no lo recuerda. Sakura no puede estar ocultándonos nada. Sí ella dice que no pudo descubrir más es que así fue. Sufrió bastante con aquel sujeto, casi pierde la vista y las quemaduras de su cuerpo fueron graves. Tardó meses en recuperarse y fue un milagro que no saliera deformada. No estoy dispuesta a que viva de nuevo ese mismo infierno, ya tuvimos suficiente de ello. -estuvo en silencio meditando y de inmediato… -De todas formas alerta a todos en guardia y que los Anbu posen sus ojos sobre todos los ciudadanos con discreción.
-Ya se los dije a Tenzou, a Kenji y a los otros, en estos momentos están sobre aviso, pronto restringirán todo más temprano de lo que piensan.
Una tercera voz los interrumpe… -O, quizás, más tarde… No son tontos Kakashi-sempai… Después de todo son Abukara. Hasta creo que los susodichos ya están infiltrados.
Tsunade y Hatake giraron sorprendidos hacia la entrada. El dueño de aquella voz tan aparatosa los miraba desde la entrada de la oficina de la Hokage. Era un hombre bajito cubierto aprensivamente entre capas negras, con un sombrero arropando una gran mollera y un porte garbado que encogía el gran despacho en simpleza.
-¿Qué diablos? ¿Tú?... –no pudo evitar explotar la Hokage.
Kakashi miró molesto hacia la gran ventana.
-Justamente, Madame Tsunade. Por eso yo le sugiero tomar medidas más… drásticas. Puede ser que en estos momentos estén observando nuestra conversación, contemplando las lindas y libres luces de Konoha o escuchando sus murmullos para conocerlos mejor y saber dónde magullar. ¿Quién sabe?… Uno nunca sabe qué pasará con ellos.
Mientras tanto…
En tierras lejos del calor del Fuego, una gota de un rocío cayó a un recipiente de plata y sus ondas sonaron como pequeñas campanas de cristal alrededor de la estancia. Era una casa de madera rojiza, abrazada por la oscuridad y hostigada por pequeñas luciérnagas a su alrededor, tan vieja y lúgubre como las memorias de los difuntos ya olvidados por la historia. Sin embargo, los pequeños insectos luminosos no eran los únicos que la habitaban; una esbelta mujer, arropada con un escotado y sedoso kimono que se arrastraba garbadamente por el sinuoso piso de madera, era la responsable de hacer vibrar el agua de la fuente de plata y a su alrededor habían diversos individuos que contemplaban con suma atención cada uno de sus tenues movimientos.
-Mmmm… -el agua de la fuente se tornó rosa. -Es… Es ella… Está en el País del Fuego… Antes de que la oscuridad nuble de nuevo la luz de nuestros ojos es tiempo de recuperarla.
Al decir estas palabras, los individuos se irguieron más y algunos…
-¡Sí! ¡Sí! ¡Tenías razón Eichiro! ¡Tenías razón! ¡Ese Uchiha lo sabía! –gritó excitado una voz joven y varonil.
-Shhhh!! ¡Calla, Baka!... Aun no termina… -le grita otra voz imberbe, pero femenina.
Entonces todos fulminaron al primero en exclamar con la mirada. Los ojos de cada extraño no eran invisibles a la oscuridad, al contrario, eran su amenaza, porque iluminaban con más intensidad el alma de sus portadores; todos aquellos iris eran luminosos, agitados y verdes como esmeraldas siendo traspasadas por la luz del sol o del agua; cada uno destellaba una vida caótica y turbia que despedía ansiedad por las palabras de la única entre ellos que tenía los ojos cerrados.
-JAJAJAJAJAAJA!!! Si es entonces la que tanto hemos buscado JAJAJA!!! Por años, entonces ¡A por ella! Jajajajajajaj… jajajajaja!!!... –explotó una voz masculina chillona y muy estridente.
-¡Calla imbécil! –dice otra inflexible y ardua.
-Madre, por favor, ¿Qué más dicen los espíritus? ¿Dónde está exactamente? –intervino una voz sutil y femenina, muy ansiosa de saber más del asunto.
La fuente intensificó el brillo rosado y los iris de esmeralda se engrandecieron junto a él, revelando de forma siniestra los rostros de sus portadores; entre ellos habían mujeres de rasgos bellos y cautivadores, de los jóvenes fisonomías muy delineadas y atractivas, pero de otros, como de algunos de mayor edad, eran temibles y dementes. Después la luz de la fuente iluminó el rostro de la causante y reveló entre las sombras la belleza de sus labios carnosos, cabellos rosados colgando holgadamente entre broches y peinetas brillantes, y un semblante lozano y exquisito, aunque con ellos se deslumbraba una oscuridad más profunda que la de esa noche. Al momento de articular aquellos labios rojizos, sus ojos se abrieron revelando un azul esmeralda más brilloso y escalofriante que el de sus acompañantes… -Dónde el fuego cobra fuerza con el viento y el arce muere a su pasión… Oculta entre las hojas, allí es su hogar… -finalizó la dama y agachó la cabeza, emitiendo una sensual risita entre dientes.
-Konoha… Todos la conocemos. La tierra del artificio, la mentira y la traición ¡Ja! Dónde los cobardes nacen y se hacen llamar héroes por saber engañar bien a su favor ¡Ja! ¡Qué noticia! ¿Por qué no me sorprende?… -añadió una voz vetusta llena de rencor e ironía. Su boca se retorcía con asco entre los largos bigotes blancos que la cubrían y los labios resecados por el tiempo.
-Porque sabemos que el destino trabaja de formas inesperadas, caprichosas y hasta irónicas, como si sus burlescas conclusiones fuesen una dura lección sin moraleja para los hijos de Akahaki. -unos pasos fuertes dominaron el espacio, la voz que invocó esas palabras era la más grave y profunda de todas, eran hipnotizante y seductora, todos guardaron silencio y semibajaron sus parpados para sentir su presencia, a excepción de la mujer con la fuente entre las manos.
Ella giró a mirarlo con sus turbulentos ojos a mar en llamas y sonrió con mucho placer… -Mmm… Debes estar muy complacido al comprobar que tu hallazgo era verdad. Tienes razón, esto es… muy… irónico… -concluyó la mujer con una seductora y perversa sonrisa.
Los ojos de aquel hombre se abrieron y revelaron un brillo amarillo en fuego, temible y penetrante como los rayos de un sol a distancia.
-Maestro… ¿Qué… qué… qué vamos hacer ahora? –dijo una voz varonil y sosegada, mas algo temblorosa. Esta se destacó porque sólo un ojo brillaba en verde intenso, pero el otro era rosa.
Unos ojos amarillos se dirigieron a él con mayor fulgor, su portador era un gigante entre ellos, de cuerpo macizo y garbo prepotente. -Lo que hemos planeado por mucho tiempo, durante cien, cincuenta, veinte y hasta catorce años… Lograr cumplir con nuestro único y gran fin… ¡Quitarles el arce que por mucho tiempo han usado para impedirnos alcanzar la Luz y destruirlos por su insolencia!… ¡Ahora, la recuperaremos a costa de lo que sea! ¡Ella es nuestra por derecho!… Es nuestro turno de llegar a la luz y hacernos de ella de nuevo, antes de que se agoten las estrellas… ¡Su tiempo se ha acabado, Konoha, y el nuestro está a punto de comenzar! Solo la necesitamos… a ella...
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Sakura y Naruto estaban en el auge de su idilio afectuoso. Su relación era alegre, divertida y cariñosa. Pasaban muchos agradables momentos juntos y cumplían un año y medio de unión. Él la mimaba, la consentía y las promesas de amor eran tiernas y tórridas. Cumplían juntos las misiones y después iban a comer ramen gustosos para pasar más tiempo en su núbil romance. Sasuke los acompañaba, a veces con Sai e Ino; quienes ya comenzaban a salir. No les era incómoda la presencia del azabache porque el pasado era pasado y Sakura estaba muy enamorada de Naruto. Incluso se rumoraba que Uchiha pasaba mucho tiempo con Hinata Hyuga; Naruto ya sabía de los sentimientos de ella hacía él, pero nada los incitó a entablar una relación que traspasara los confines de la amistad y Hinata tampoco dio otro avance. No obstante se vio que nada de eso había afectado la fuerte amistad entre la joven Hyuga y el hiperactivo Uzumaki, así que todos llegaron a creer que eran felices sin esa clase de compromisos… O eso pensaban los amigos de Naruto, Sakura y Hinata…
Esa noche en el puesto de ramen…
-¿Oye Sasuke? ¿Cuándo te animarás con Hinata? Es linda y fuerte, no es por molestar, pero hacen bonita pareja, jejeje… -le decía Naruto con esa gran sonrisa suya y abrazando a Sakura con orgullo.
-Sí, Sasuke. Nosotros te ayudamos. Es más, ¿Por qué mañana no salimos los cuatro al festival de verano?... Si no te animas a invitarla tú, lo haré yo. Diré que es en grupo grande para que no sospeche. ¿Qué dices?... Invitaré a Ino y Sai para que sea más creíble. Después harán lo que ustedes deseen. -le sonrió con un guiño y por unos momentos ella creyó que el huraño muchacho se había sonrojado…quizás se equivocó…
-No, gracias. Tengo cosas que hacer mañana en la noche. Además, supongo que Neji estará con ella. -decía con tono frío y se sirvió un poco de sake. A Naruto no le parecía que fuese tan impasible con su Sakura, sobre todo porque ella estaba siendo muy amable y, ante lo indiviso, porque ella era su chica. Aguantaba su actitud para no hacerla enfurecer a ella, aunque unas venitas de coraje en su cabeza mostraban su molestia sin control. -¡Baka! –pensaba. -Jejeje… Pero no te preocupes por Neji ¡De veras! Bueno, sí es verdad que se ha vuelto muy sobre protector con ella. Pero, no sospechará nada si la invitación viene de Sakura y de Ino. Además, es una gran oportunidad para estar más tiempo a su lado. ¡Vamos! ¡Sé que te gusta! ¿A quién no les gusta las chicas lindas? Mira a mi Sakura, creo que ya es tiempo que dejes los remilgos y te consigas a alguien como ella, si no serás un amargado… jajaja… ¿No es la chica más linda de Konoha? ¡Y es mi novia! ¡Me siento tan feliz!...jajajaja… -Decía Naruto al abrazar a Sakura y robarle un beso en la boca.
La pelirrosa se sorprendió y le dio una bofetada por la vergüenza. -¡Naruto! ¡Te he dicho que aquí no! Nos pueden ver… -decía roja y nerviosa.
-¡Auch!... -se sobaba la mejilla y luego sonreía picaron… -¿Ver? ¿Quién? Sí ya todos saben. Ah, entonces vamos a casa… ¿A la tuya o a la mía?... -intentó robarle otro beso, mas Sakura lo volvió a abofetear. -¡Te he dicho miles de veces que te comportes!... -se había puesto energúmeno la pelirrosa.
-¡Auch! Otra vez… Jajaja Con que te gusta hacerte la difícil. Bien vayamos a la mía… ¿Sasuke?...
El pelinegro se había levantado y el sonido de unas monedas en la tabla los había hecho reaccionar. -Me voy, tengo prisa. -y se fue sin decirles más.
-¡Hey, Baka! -gritaba Naruto. -¡Qué diablos le pasa a ese Dobe! -decía molesto.
-Quizás no le pareció la idea de la salida o no le gustó que insistiéramos tanto… -le respondió Sakura consternada.
-¡Pero esa no es escusa para tratarnos así! Y menos a ti.
-¿A mí? ¿Por qué?...
- ¡Porque eres mi chica y nadie te faltará el respeto! No me importa si se trata de mi mejor amigo. Su actitud a veces apesta.
-¡También es mi amigo!... Quizás pasa mal de amores por Hinata. Con eso de que se rumora de que las dos familias Hyuga al fin serán una… Deberíamos animarlo más y estar con él. -Sakura recordaba su preocupación y jamás llegó a entender su actitud del último medio año. A veces pensaba con tristeza que después de tantos años jamás logró entablar cierta armonía con él.
-Bien, lo haremos… ¡Pero si vuelve a ser grosero contigo ese Baka yo!
Sakura lo había besado en los labios con ternura. Este duró un apetitoso y largo lapso. Naruto la había abrazado más y se aferraba a su dulce aliento. Al terminar…
-Jejejejeeje… ¿No que aquí no?... – decía pícaro y rojo el rubio, rascándose la mejilla con un dedo.
-Sólo esta vez. Además, me conmueve que me defiendas tanto.
-¿En serio?... Entonces dejaré que ese Baka de Sasuke siga así contigo, para así salir yo al rescate y que me premies de ese modo tan… -se acercaba para darle otro beso, pero Sakura se había desaparecido de sus brazos con un sello haciendo que éste cayera al suelo.
-jajaja… Mejor vamos a mi casa. Ya es tarde. Podrás dormir conmigo si te comportas esta vez. -decía con dulce seducción la pelirrosa.
-¡Yea! ¡Allá vamos!... -pagó la cuenta y salió tras su amado botón de Cerezo.
Continuará...
kittycat:
LIBRO I: ARPEGIO, EL RETORNO DEL OJO MÍSTICO
Clasificación: (H/C), (OTP), (OOC), (OC), Angst, Lemon (+18).
Parejas: Principales: SasuSaku
Capítulo 2
Naruto, Sakura, Sai y Sasuke solían salir a entrenar juntos, muy temprano, casi todos los días. Corrían saltando árboles y obstáculos, combatían entre ellos y perfeccionaban sus técnicas. La confianza era fraternal y muy baldea. Tanto, que después de terminar de practicar se iban al estanque para darse un buen chapuzón. Sakura, para proteger su feminidad, se iba a un lugar un poco más alejado y oculto. Se molestaba que Naruto insistiera en acompañarla y nuevamente Sai y Sasuke presenciaban una de sus tantas rabietas. Después de todo, pensaba Sakura, lo suyo aún no era formal. Naruto nunca hablaba de un compromiso más serio o de matrimonio para ganarse tal derecho.
-Jajaja… Está loca por mí… ¡De veras! -presumía el rubio sobándose la bofetada de su “alocada admiradora”…
-Sí, se nota. JEJEJE… -Reía adusto Sai mientras se adentraba al agua con un sonoro splash!… -¡Hmmp!… -Sasuke manifestaba desinterés y se adentraba después.
-¡Ah! ¿Sí?... Piensen en lo que quieran bakas, pero Sakura y yo somos uno para el otro… Siempre estaremos juntos, en las buenas y en las malas ¡De veras!… -decía con seguro orgullo y enseñándoles su meñique derecho.
-Claro Naruto. ¿Entonces ya le pediste casorio? -pregunta Sai con su típica sonrisa. Sasuke y Naruto lo voltearon a ver de inmediato.
-¿Casorio? -dijo nervioso el hiperactivo. –Bueno, eje, este, ¿casorio es casar? O te refieres a cazzzzar?
Sasuke lo miró gestudo -¡¡¡Si serás Baka!!!... -Con tono molesto- ¿Cómo te atreves a pedirle derechos a cambio de nada?
Sai sonriente como siempre -¡Vaya!... ¿Desde cuándo tanto interés por las emociones femeninas Sasuke?... ¿Acaso una tal señorita Hyuga tiene que ver con eso? -dijo con tono picaron en su adusta voz. Sasuke no respondió y siguió adentrándose en el agua.
Naruto recordó algo -¡¡¡De veras!!!... ¿Entonces irás con nosotros o no al festival de verano? Sai e Ino irán y Sakura piensa ir después a casa de Hinata. Dame una respuesta antes de que vaya…
Sasuke seguía en el agua, con la mirada indiferente y luego sale de un golpe -No, ya les dije que no… Me tiene sin cuidado a dónde planean ir a divertirse… -Se veía molesto y el tono era chapucero, nadó con fuerza para recorrer parte del estanque y después salió de allí. Cogió sus ropas e hizo ademán de largarse.
-¡¡¡Hey BAKA!!! -Gritó Naruto enfurecido y corrió hacia él. - ¡Escúchame menso! No sé qué mosca te picó, pero ya llevas tiempo fastidiando con esa actitud. Yo puedo soportar cualquier desplante porque ¡Ja!, tú jamás me intimidarás. Pero si vuelves a ser grosero con mi Sakura, seré yo el de los sumos… Ella sólo trata de ayudarte con Hinata y sí tanto te molesta hablaré con ella. ¡Pero tú no le dirigirás ninguna palabra sino es amable!...
Sai estaba con los ojos y la boca abiertos, Sasuke no expresaba sorpresa, pero jamás había visto a Naruto tan determinado en algo tan trivial, había madurado y estaba protegiendo a su… mujer con una fuerza desconocida y absurda. Su enojo era severo y está vez un gesto de repulsión no lo cambiaría. Mejor era mantener las ideas reservadas. Sasuke no dijo más, se vistió y tomó sus cosas para irse. Naruto y Sai no hicieron nada para detenerlo…
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Sakura, en un rincón apartado y oculto del estanque, se sumergía y luego con sus níveos brazos jugaba con el agua produciendo brillantes y finísimas ondas. Estaba feliz con la naturaleza a su alrededor y pensaba en lo bien que se la pasaría esa noche al lado de su Naruto. –Oso bobo… -pensaba con cariño al recordar todas sus tretas para hacerla reír. Cerró los ojos y se dejó flotar por el peso del agua. Sus labios rojos sonreían con deleite al ser tocados por unas cuantas gotas y unos tímidos rayos de sol…
De repente escuchó un crujido. Sakura abrió los ojos de inmediato y alertó sus otros sentidos. Presintió que alguien la estaba observando. No era Naruto, era muy torpe cuando trataba de espiarla y rápido se daba cuenta de su presencia. Sin pensar en su pudor, porque estaba casi desnuda, con un blanco bikini resguardándola, y con sólo su cabello largo hasta los hombros cubriéndole la espalda, nadó hasta sus cosas cerca de la orilla y tomó un kunai.
Se preparó para atacar. Quien fuese, tenía el extraño presentimiento de que tenía tiempo atrás merodeándola. Trató de concentrar su sentido del oído y escuchar alguna anomalía. Al principio fue difícil hasta que oyó los pasos y lanzó el kunai…
-¡¡¡Ahy!!!... ¡¡¡Ten cuidado frente de Marquesina!!!... Casi me das, y yo que sólo quería matarte, pero del susto… -Ino salió entre los árboles con el kunai en la mano. Se lo lanza a Sakura y ésta lo atrapa sonriendo…
-¡Uhy!... Perdón Ino -cerda… Oing! Oing! Jajaja… Pero creí que eras…
-“¿Un pervertido ansioso de poseer tu virtud?” Jajaja… ¿Por qué sería eso? Aun con las tensiones que tenemos de un posible enemigo, eso seria raro. Además no estamos lejos de los bakas y pervertidos de la aldea, y con tu ansioso noviecito que está al lado, Uf… Pobre de aquel que intentase aprovecharse de ti, con el carácter que tienes y la técnica de super fuerza…
Sakura río. –jajaja… Sí, soy algo temperamental y Naruto lo sabe jajaja. El pobre ya ha sufrido de mis ataques.
-A veces me preguntaba qué le habrías visto a ese Naruto, pero observándolo bien, creo que el tiempo no pasó en balde sobre él, en fin… ¡Ah!, me adelanté. Ya invité a Hinata a la feria, pero Ten Ten y Neji también irán con nosotros… -dijo Ino
-¿¡Qué!? ¡No!... Era una estrategia para que Sasuke se animara a invitarla a salir…Uf, bueno, ya veremos Naruto y yo para que estén solos… -Sakura salió del agua y tomó una toalla para secarse, después comenzó a vestirse mientras hablaba con Ino.
-¿Le harán de Cúpido? Jajaja Eso sí que suena gracioso, Tú y Naruto padrinos de Hinata y Sasuke. ¿Quién lo diría?...Sí antes te morías por él…
-Sí y tú también Ino. Pero ya es pasado, ahora el que me importa es Naruto como a ti Sai…- Sakura terminó de cambiarse y comenzó a cepillarse su rosado cabello.
-Eso sí. ¡Mua! ¡Mua!... ¡Sai es tan fantástico! ¿Quién lo diría con esa sonrisa tan rara? ¡Pero lo amo!... Es tan tierno conmigo y delicado y en la cama…¡¡Huy!!...
-¿¡Qué!? ¿Acaso?... ¡Oh!... ¿Ya lo hiciste? ¡Ino-cerda!... ¿Cuándo? ¿Cómo?... e…es decir…
Sakura se sonrojó y a la coqueta rubia le dio mucha gracia. Pronto no tardó en contar los voluptuosos detalles sobre su “primera vez con el amor de su vida” y otros recientes actos. Ino disfrutaba de describir sus sensuales experiencias, Sakura sentía que era pervertido y entre risas le decía que se callará…
-¿Y tú? ¿Cuándo te animas con Naruto? él parece ya estar muy… anhelante... -Ino la miraba como un coyote tentador.
Sakura roja en las mejillas y jugando con los dedos…-Etto…No lo sé, creo que ya es momento. Pero él no ha dicho nada y yo no me he animado. Es tan caballeroso, me cuida mucho y siempre ve por mí. Sus insinuaciones… son en realidad juegos, coqueteos inocentes, nada serio… aunque no lo parezcan… A veces creo que me da miedo preguntárselo… ¿Y si se lo digo y pareciera que lo estoy forzando?...
-¿Cómo va hacer? Son los hombres los que deben presionar. Además se ve que estás ansiosa por sentirlo al lado de tu cama, rozando tu piel bajo las sábanas y su boca…
-¡Ino! Deberías dejar de leer tantas novelas románticas… -reclamó la pelirrosa con pena escandalizada.
-¡¡¡jajajaaja!!!... Bien, como digas mojigata. Pero, yo creo que si a mí me sobra esa perversión, a ti te hace falta… Deberías echarles un vistazo a esas novelas, digo, no son Kawabata, Mishima o Chikamatsu, pero… tiene un estilo… ¿Cómo llamarlo?… Interesante… ¿Eh? ¿Sakura?...
Por unos momentos la pelirrosa guardó silencio… -¿Eh?... Perdón, Ino. Es que… creo que aún tengo malos sueños con… “Eso”… con lo que pasó hace año y… medio en la cabaña de Shikamaru. –dijo triste.
-¡Hay, Sakura! ¡Supéralo! No puedes negarte a ti y a Naruto de algo maravilloso por culpa de… Bueno… el maldito lo pagará y cuando lo haga…
-¡No! ¡No es eso!... Es… -por unos momentos quería contarle a su amiga acerca de sus sueños, sus pesadillas, la extraña nostalgia y desconocida ansiedad que no lograba nombrar desde que…
-¿Entonces?... ¿Sakura?... ¡Kami! Por un momento te fuiste… ¿Qué querías decir?...
-Etto… -Sakura le sonrió con ternura. –jejeje. Tienes razón, voy a olvidarlo. Total, no fue grave… jejeje
-Qué bueno, así se habla… De verás, me alegra que tus ojos ya se estén curando, esa carnosidad extraña al principio daba miedo, y… ¡Ah!, se me olvidaba, el capitán Kenji te busca y creo que está ansioso de verte…
Ambas percibieron un ruido entre los arbustos. Se callaron para escucharlo mejor y luego observaron que había sido una ardilla la culpable. Rieron… -Este bosque es muy ruidoso -exclamó Ino. Pronto se fueron juntas a buscar a sus respectivos pretendientes y partir de una vez a la aldea.
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El capitán Kenji era inteligente, apuesto y fuerte. Un Anbu experto y de la misma generación que Kakashi. Traía a las kunoichis fuera de quicio por su gallardía y siendo unos de los más feroces Anbus, era normal. Él, después de la muerte de los Uchiha, estaba a cargo de la seguridad de Konoha. Era de los shinobis más confiables de la aldea y tenía un equipo muy preparado y eficaz. Su unidad era de las primordiales de la población; anteriormente trabajaban de forma independiente, se especializaban en misiones tipo S y por ello se ganaron la aprobación del consejo para ocupar el lugar de los Uchiha.
Tras la última invasión de Orochimaru a Konoha, existían muchas misiones y conspiraciones que giraban en torno a ellas. Kenji y su grupo eran enviados como el ejército de la localidad, y a veces requerían moverse al exterior para apoyar a la Hokaghe. En las misiones solicitaba llevar a un médico ninja y, en este caso, se llevaba a la mejor en misiones especiales, Sakura Haruno. Naruto estaba celoso porque consideraba que su novia no pasaba mucho tiempo con él por culpa de aquel truhan y, en parte, tenía razón.
El capitán Kenji no negaba las sospechas que le atribuían, le gustaba mucho la ojijade y estaba dispuesto a cuanto pudiese sólo para ponerla bajo sus órdenes (Claro) . La chica era inteligente y en los exámenes jounnin tenía un promedio elevado, eso le servía de pretexto para invitarla a unirse a su equipo de forma radical y ser nombrada un anbu de categoría sin necesidad de pasar un examen oficial. Su unidad era un grupo casi independiente, de gran clase y excelente prestigio en todo el continente. Si Sakura se acoplara a él, marcaría un gran avance a su carrera. La única desventaja era que todo el tiempo se la pasaban trabajando para protección y cumplimiento de los más poderosos líderes del continente y lograr beneficiar a la aldea, casi nunca tenían descanso. Esto no veía buena pinta y la pelirrosa tuvo que rechazar la oferta al verse intimidada por el ritmo, no quería alejarse de sus amigos y menos de Naruto; además sentía que todavía le faltaba mucho por mejorar en sus técnicas. Le era difícil seguir el ritmo de los demás anbus y por ello se esforzaba día con día, misión tras misión para ser más fuerte en cada trabajo duro y ser digna de un cargo en él. A Sakura le gustaba el trabajo, pero ella sentía que no era tan esencial su presencia, más bien era de relleno porque todos ellos eran extraordinariamente capaces.
Sin embargo, los acompañaba por órdenes de Tsunade y en ocasiones duraba días o semanas fuera de Konoha. Sakura recorría el resto de las comunidades con excitación y entusiasmo. Pudo ver cosas que jamás había imaginado y aprendía técnicas de combate y curación nuevas para fortalecerla. Cuando regresaba, el cansancio se fugaba al encontrarse con Naruto y Sasuke, y les narraba todas sus aventuras. El pelirrubio se ponía celoso, en ocasiones no podía evitar demostrárselo, mas, la felicidad de Sakura era más importante y por ello se reservaba sus quejas. Sai la felicitaba y Sasuke no demostraba nada, sólo la escuchaba y comentaba algo de los lugares para alagarla indirectamente. Naruto para alegrar más a su novia expresaba –Eso Sakura, sigue así y llegarás lejos… ¡Esa es mi novia! Digna para el futuro Hokaghe ¡De verás! -La pelirrosa enrojecía. Además, desde sus viajes con el tal Kenji ella había mejorado muchísimo en su trabajo, era más decidida y afanosa.
Todos notaban el cambio, hasta Sasuke, quien alguna vez fue vencido por ella en uno de sus entrenamientos. Kakashi opinaba que Tsunade había sido sabia al mandar a acompañar Sakura a Kenji en sus misiones para perfeccionar sus habilidades. Tsunade se enorgullecía por ser responsable de la permutación, después de todo, Kenji era experto con el control de chakra al igual que Sakura, aunque, con el paso del tiempo comenzó a descubrir poco a poco los intereses reales del capitán.
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Tsunade lo miraba sospechosa - Eres un iluso si piensas que te dejaré por más tiempo a Sakura. Eres un rabo verde; le duplicas la edad. Además ella tiene un futuro más prometedor con su equipo.
Kenji con una sonrisa cínica -Supongo que bajo tus órdenes… Admiro tu afán de proteger a tus discípulos, pero ella es mayor de edad y si lo desea, trabajará para mí. Puedo proponérselo y sabes muy bien que es por el bien de su carrera…
Tsunade con gesto irónico -Mmmf… y el de tu capricho… Haz lo que quieras, te dijo “no” a la primera. ¿Por qué habría de ser diferente esta vez?
-Tengo un as bajo la manga…
Ese tono de voz no le agradó en nada a Tsunade.
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Aquella tarde, después del chapuzón, Sakura fue al despacho del capitán Kenji. Ya tenía idea de lo que iba a hablarle, si fuese una misión sería Tsunade quien se lo mandara. No le causó sorpresa la postura de aquel ninja al verla. Sólo recordaba que Kenji la invitó nuevamente a su grupo de shinoubis, que esta vez sería la última que se lo pidiera y que pensara con cuidado las ventajas que obtendría con él. Ella ya tenía una posición firme y aunque le agradaba la idea de subir de nivel tan fácil, era por cuestiones personales por las que no se animaba aún a dejar Konoha. Le garantizaba conocer nuevas regiones, personas y combatientes importantes y vivir como reina con los repartos extraordinarios que les daban por cada misión cumplida. Sakura sagaz pensó que no estaban lejos de ser mercenarios.
Sakura, con tono amable. -Gracias capitán Kenji; pero me gusta la sencillez de Konoha y siento que me necesitan más aquí. Aún no he mejorado mis técnicas y no quisiera ser una carga para usted. En cuanto a los exámenes anbu, los presentaré el año que viene. Aun… aun no me he repuesto del jounnin, necesito mejorar…
Kenji con una sonrisa y cierto pesar veía a la bella pelirrosa. Pensaba para sí con los dedos de las manos juntas y tocando su barbilla. –Bien, sí no es por las buenas, será por las malas. Pero antes…
Kenji sonrió. -Admiro tu empeño por ser la mejor y tu modestia, y por ello seré franco contigo, de lo contrario sería una falta de respeto. -El hombre se levantó de su silla y se acercó demasiado a Sakura.
No pudo ella evitar incomodarse e intuyó la chica que algo no iba bien. Kenji la tomó del rostro con suavidad para obligarlo a mirarle a los ojos.
–Me gustas y mucho… Más de lo que podría llegar a reconocer. Eres especial y tus habilidades como kunouichi y… mujer son más notorias y atractivas con el tiempo… -su mano fue bajando por su cuello hasta su nuca para acercar su níveo rostro al suyo. La joven sintió un pinchazo, pensó que eran los nervios.
Sakura estaba roja y estupefacta, nunca pensó eso de su superior y sin dudar lo empujó para alejarlo; mas éste la forzó y la separación fue en balde. Acabada su paciencia le iba a recriminar, hasta que los claros ojos azules del ninja se volvieron oscuros y un brillo rojo surgió de sus pupilas. Era un tipo de habilidad generativa, un doujutsu, Sakura lo conocía bien porque muchas veces, en las misiones, había presenciado su uso, pero aquello era un secreto que le juro guardar, nadie lo conocía a ecepción de sus hombres más leales. Se asustó, cometió un error al mirarlo directo a los ojos, por su poder había quedado paralizada. Trató de luchar, mas ningún músculo podía mover… - Mereces algo mejor que esta pútrida aldea. Ven conmigo y tendrás poder, más del que cualquiera pudiera ofrecerte. ¡Acepta! ¡Antes de que sea tarde! -para terror de ella acercaba sus labios a los suyos.
(Inner: ¡Haz algo! ¡El maldito se está pasando de la raya!
Sakura estaba estupefacta -¡Eso intento! ¡Diablos! ¡Es muy fuerte! ¡Ayúdame!... -se estaba enfureciendo y poco a poco su mano fue moviéndose en un puño cerrado con chakra acumulado, pero, extrañamente, sus energías no podían concentrarse por completo.)
Kenji con mirada determinante -Bien, tú lo quisiste así… No tienes idea de cuánto he deseado hacer esto -Y sin más reparos la besó.
La boca de Sakura era atrapada por unos labios tercos y apasionados. Ella los aborrecía y luchaba contra el poder que la aprisionaba. De repente comenzó a sentir como su chakra era absorbido por el individuo. Había descubierto que planeaba dejarla débil para hacerla a su merced. Ella no tenía intenciones de saber cuáles eran sus planes y luchaba feroz contra su oponente. Poco a poco las energías abandonaban su cuerpo y su puño comenzaba a abrirse…
-¡No!... ¡Si Naruto me viera!... -pensó y reaccionó. Nuevamente comenzó a luchar y Kenji tomó más en serio la fuerza de su víctima…
La puerta se abrió y una persona se introdujo al cuarto. Kenji de inmediato la soltó y Sakura aliviada volteó para huir y correr rápidamente. Su sorpresa fue terrible al ver frente a ella a Sasuke…
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Capítulo 3
La velada del verano era lo máximo para los jóvenes y las familias porque pasaban más tiempo juntas y se distraían del mundo. Niños con reguiletes y pequeñas con sus tintes kimonos corrían por todos los coloridos rincones de la esplendente festividad. Neji, Ten ten, Hinata, Ino y Sai estaban esperando a Naruto, Sakura y, aunque no muy posiblemente, a Sasuke para poder entrar juntos a la combinada fiesta.
Las chicas llevaban puesto sus elegantes kimonos, Ten ten llevaba uno de color lavanda con pajarillos bordados, el de Ino era uno purpura oscuro con flores blancas, y Hinata uno azul záfiro con florecillas rojas. Ella llevaba el cabello largo peinado con una elegante trenza, estaba nerviosa y un poco triste. Ino supuso que era porque todos tenían pareja… -“Jajaja… No te preocupes Hinata, pronto te cambiará la suerte. Sólo espero que esos dos dobes lo hayan convencido”- pensaba la rubia.
Neji caminaba de un lugar a otro -¡Ash! ¡Ya estoy cansado de esperar!... Yo digo que entremos y que nos busquen. Total, ellos son los que se atrasaron…
Ten ten parada y tranquila lo miraba con reprensión -Todavía no es muy tarde y si mal no recuerdo, eras tú el que no quería venir. Ahora te aguantas y se amable. -sin duda se había convertido en la única chica capaz de controlar los sumos del arrogante Hyuga.
Hinata sentada en una banquita jugaba con sus delgados dedos -También creo que debemos esperarlos. Ellos… nos invitaron. Yo, yo, yo opino que esperemos.
Sai con su típico guiño -Chicos, no tardarán en llegar. Además, no hay mal que por bien no llegue. Si llegan tarde, seguro será por algo bueno, si no es bueno ya veremos…
Ino a su lado -¡Hay! ¡Mi Sai es tan sabio y elocuente! ¡Hay! ¡Por eso te quiero tanto! - exclamaba al momento de abrazarlo como una loca adolescente. Sai, orgulloso, no dejaba de hacer su extraña y sincera sonrisa.
- A mí no me importa si es para bien o para mal, ni ver si es así. Lo que quiero es entrar ya. -Neji se había detenido al fin.
Sakura llegó hasta ellos corriendo. Ella vestía un kimono rosa claro con estampados de flor de cerezo blanco, unas florecillas moradas y hojas verdes, y sus rosados cabellos estaban sujetados con la peineta de jade, adornada con la misma flor nevada. –Perdón, perdón… Se me hizo tarde en el hospital… -Decía al llegar.
Ino la saludó y luego con las manos en la cintura… -¡Sakura!... ¡Huy, frente de marquesilla! ¿Dónde están Naruto y… Sasuke? -esto último lo dijo en voz baja. La ojijade se inquietó al escuchar el nombre. Con ansiedad esperaba no verlo, no sabría como mirarle.
Sakura abriendo los ojos -Jejeje… ¿No han llegado?... Es que tenía trabajo en el hospital y como no sabía a qué hora iba a terminar le pedí a Naruto que fuese por él y se adelantara.- Una gotita corría por su cabeza mientras se la rascaba.
(Inner -¡Bien! Ahora sólo ruega que Sasuke no venga como había dicho… ¡Te dije que inventaras una escusa para no venir! ¿Qué tal si se presenta?...
Sakura -No, no lo creo. Se veía muy molesto. Además, yo fui la de la idea y no podía retractarme. Debo de fingir que nada ocurrió. -esperaba.)
-¡Hola Dobes! ¿Listos para divertirse? ¡El alma de la fiesta ha llegado! ¡De veras! -Naruto se veía muy guapo con su yukata anaranjada y su amplia y triunfante sonrisa. Sakura corrió sonriente hasta él para abrazarlo; pero casi se detenía cuando percibió al donairoso Sasuke, quien lucía radiante con su yukata azul marino.
Pronto todos lo saludaron y le reclamaron su falta de puntualidad…
Ino estaba furiosa -¡Baka! ¡Dijiste a las siete y ya son las ocho!
Ten ten lo regañó -Sí, avisa si llegarás tarde. Ya nos tenías al pendiente.
Hinata seguía jugando con sus dedos -Etto… No, no, no culpen a Naruto (decía roja como un tomate). Tenía que ir por Sasuke (más roja aún).
Sai… -Yo estoy feliz de que llegaran…
-Aún no puedo creer que me hayas convencido… ¡Maldito Baka!... -decía el pelinegro entre dientes a su hiperactivo amigo.
Naruto miró a su amigo con una gran sonrisa -¡Relájate! Te prometo que te lo pasarás de lo grande. ¿No es cierto Sakura? -decía al momento de atraer hacia él a su bella compañera.
Ella sólo sonrío nerviosa y rió… -Jajaja, claro… ¿Por qué no?... -se sentía una tonta. La mirada oscura de Sasuke le provocaba un tibio escalofrío. Estaba severo y sentía un punzante reproche en su interior. Si pretendía que se sintiera culpable, ya lo estaba consiguiendo. Sakura tristemente supuso que la creía responsable de aquel terrible evento. Pero no le daría el gusto de sentirse arruinada (Inner: ¡Vamos! ¡Mejor di lo que quieras! ¡Te haré papilla! ¡Shanarooo…!) Le hubiera gustado decir “No me importa”, pero su amistad y los sentimientos que tenía hacia él sí eran significativos…
Neji gestudo y relajado al fin… -¡Ya era hora Uzumaki! Haber a qué hora dejas de ser tan desfachatado. La puntualidad es un detalle de buenos modales que a ti simplemente no se te puede dar… -decía y extendió el brazo derecho hacia Ten ten para llevarla.
Naruto iba a reclamar pero Sakura lo jaló del brazo con reproche y pronto se tragó sus añagazas – ¿Por qué ese tarado tenía que venir? -le susurró.
Sai tomó de la mano a la alocada Ino - ¡Qué caballeroso mi Sai! -y Sasuke le tendió el brazo a la tímida Hinata. -¿Vamos? -preguntó sereno. –Sí -afirmó la joven algo colorada.
Las cuatro parejas entraron al festival y juntas fueron recorriendo el lugar, observando puestos de chucherías, comida y algunos juegos.
Después de un tiempo caminando, Ten ten y Hinata se divertían tratando de atrapar unos peces con una palita hecha de papel chino. Neji, severo y receloso, de vez en cuando no le quitaba la clara mirada a Sasuke; por su parte, el muchacho de la yukata azul se la sostenía y luego ambos observaban a las chicas jugar y divertirse.
Sai golpeaba una y otra vez un juego con un martillo gigante para hacer tocar una campana, era tan fuerte que casi se había ganado los mejores premios para su novia… -¡Ahhh! ¡Mi Sai es un héroe y muy fuerte!... - gritaba Ino enamorada y sosteniendo sus peluches… -Lo que sea por ti corazón. –Le respondía Sai con un guiño brillante que había aprendido a hacer de un actor de cine y nuevamente volvía a golpear, excitando a la despampanante rubia… -Eh… Señor, sé que cada golpe es una demostración de amor… pero… ¿Sería posible que su amor no me dejará en la ruina?... Creo que hay más enamorados que también desean probarlo… -decía el dueño del juego al señalar a una fila de parejas impacientes atrás suyo.
Naruto y Sakura, tomados de la mano se acercaron a otro puesto de divertimento en donde tenían que encestarle a unos frasquitos de cristal unas esferitas; los premios eran diversos y Naruto vio entre ellos un tierno peluche de felpa… -¡Qué lindo! -exclamó la pelirrosa… -¿Te gusta?... ¡Ja!... Lo ganaré por ti. Cualquier cosa por mi Sakura… -la chica conmovida lo abrazó muy fuerte… -¡Qué maravilloso eres mi Naruto! -Éste babeó sonrojado y rápido como un héroe tomó las pelotitas y comenzó a tirarles. No lograba encestar ninguna y poco a poco la paciencia se le acababa… –Hijo, Si quieres te doy otro premio de consolación para ti y tu novia… -decía el encargado… -¡No! ¡Naruto Uzumaki jamás se rinde! ¡He enfrentado peores situaciones y en todas he salido triunfante! ¡Nada impedirá que el futuro Hokaghe obtenga ese mugroso peluche para su chica! ¡De veras!... -y Naruto volvía a lanzar cientos de pelotas sin conseguir nada; Sakura, sosteniéndo los premios de consolación, ya se estaba cansando… -¡Ush! ¡Naruto, deja de pegarle a todo lo demás y vámonos! -unas venitas de fastidio comenzaban a invadir su frente… -¡Uno más!… ¡Uno más!...¡No!...¡Maldito juego… del infiernOOOOOOOO!... -y volvía a lanzar con más exasperación y locura. Sakura pensó que ya se había olvidado de conseguir su peluche y ahora sólo quería vencer a su estúpido e inanimado rival, los malditos frascos…
-¿Ves? Te dije que eran ellos… -Sakura volteó hacia la voz familiar y les sonrío a sus conocidos. Eran Temari y Shikamaru tomados de la mano.
Sakura -¡Temari! ¡Shikamaru! ¡Qué agradable sorpresa!
Temari -A nosotros también nos alegra verlos. Garaa me dio esta semana para visitar la aldea y convencí a Shikamaru para traerme a su festival…
Shikamaru -Cómo sea… Veo que se la están pasando bien en ese… jueguito.
Naruto ya estaba con ellos y los había saludado -Sí, es una lata. Pero tarde o temprano ganaré ese estúpido peluche para mi Sakura… -señalando el muñeco. La chiquilla ojijade se golpeó la frente avergonzada.
Entonces, Shikamaru sonrío con malicia y miró a Temari… -Para que veas que no me faltan detalles en nuestra relación, ganaré esa porquería para ti…- Naruto se quedó con la boca abierta…
-¿¡Qué!? ¡No! ¡Yo lo vi primero! -Sakura exasperada… -¡Ya, Naruto!... ¡Ya me cansé! ¡Tengo hambre, me duelen los pies y no siento los brazos por cargar estas cochinerías! -Temari decidió ayudar a Sakura cargando algunas y Naruto…
-Sí, querida, luego… Ahora tengo un asunto pendiente… -Un chispazo atacó a Sakura y poco a poco se le subían los sumos.
Temari con los ojos muy abiertos… -No es necesario Shikamaru, además no me gustan los peluches y tú bien lo sabes… -Shikamaru no le hizo caso y compitió con Naruto por el susodicho premio.
La lucha era feroz, como un combate ninja. Sólo que su poderoso chakra era concentrado en unas pequeñas pelotitas y unos frasquitos insípidos. Los muchachos gritaban y lanzaban con todas sus fuerzas las míseras bolas, al fin lograban atinarles y romper unas cuantas botellas. El encargado, que lo observaba todo, ya comenzaba a asustarse y a gritar como loco -¡Nooooooo…! ¡Mis hermosos frascosssss…! -en tanto las chicas, con gesto aburrido, sólo se limitaban a suspirar con fastidio.
–Vi un puesto de artesanías allá en frente ¿Quieres ir a verlas?...-preguntó Temari y Sakura no dudó en ir -Claro-. Mientras las chicas se iban, la lucha era encarnizada.
– ¡AHHHHHHHHHH! -por aquí… -¡EHHHHHHHHHHH! -por allá.
El duelo era a muerte, hasta que al final el encargado los golpeó con una vara en la cabeza y les lanzó el dichoso peluche a la cara… -¡Ese mugroso muñeco no me pagará los daños causados por él! ¡Sabía que estaba maldito!... Pero, pero ustedes sí…
El encargado cerró su puesto, después de obligarlos a pagar los desgastes. Naruto y Shikamaru, con algunos golpes rojos causados por la vara, sólo miraban consternados al oso de felpa…
Shikamaru con el muñeco en las manos y su tono tan pesimista de voz – Qué problemático ¿Y ahora? -Naruto ya sabía qué hacer y con mirada codiciosa se lanzó contra él…
La lucha nuevamente continuó…
…Minutos después…
Temari y Sakura no lo podían creer, lo habían conseguido. Ahora cada una tenía un pedazo deforme del felpa. A Temari le había tocado algo que supuso era la cintura y las patitas, y a Sakura, la cabeza sin un ojo del pobre oso. ¿Qué pasó con el resto? Ni Naruto ni Shikamaru recordaban.
–Ustedes…ustedes son… terriblemente increíbles… -decían perplejas las dos muchachas.
Después de pasar unas dos horas caminando y jugando, el grupo había decidido reunirse en un puestecito de ramen para descansar y comer al fin, era la sucursal Ichiraku para esas ocasiones.
Naruto se quejaba de los escandalosos ruidos de su estómago y los demás con fastidio estaban de acuerdo con él. En el camino, además de encontrarse con Temari y Shikamaru; Ten ten y Neji se encontraron con Kiba, Akamaru y una novata kunoichi llamada Aiko que los acompañaba. Sin dudarlo se les unieron a ellos. Sasuke y Hinata habían logrado separarse de Neji (cosa que le había molestado) y cuando iban de regreso se toparon con Shino y Rock Lee, quienes custodiaban a una bella kunoichi llamada Satín. Ésta los había obligado a acompañarla por órdenes de su padre, quien era nada más y nada menos que el sensei Gai… -¡Increíble! -pensaban todos. Sobre todo Lee que estaba encantado con ella. A Ten ten le fastidiaba un poco, pensaba que era “algo” presumida.
Todos se encontraban sentados en la misma mesa y esperando sus respectivos platos, a excepción de Ino, Sai y Sasuke. -¿Dónde estarán esos tres? ¿Qué estarán haciendo? - preguntó Sakura… -¿Ino y Sai? Más bien, ¿Qué no estarán haciendo? ¿Verdad tesoros? - expresó la bella morena Satín, y Lee, como perrito faldero…
-Sí rosa encantada, lo que tú digas. Todo es correcto-. Shino, no decía nada.
Aiko se sonrojó y Kiba se rió, ambos los habían visto cruzar muy acaramelados los árboles para esconderse de los demás…
-¿Y Sasuke? -preguntó Naruto y el estómago le rugió ferozmente… -¡Ahhh!... ¡Estoy cansado y tengo hambre! ¿¡Por qué tardan tanto!?... -Sakura le golpeó la cabeza…
-¡Cálmate! ¡No tardarán!... -el pelirrubio sobándosela… -¿Has considerado la “No violencia” como un requisito para estar juntos?...
Hinata sentada junto a Neji. –Dijo que no tardaba. Que iba a ver algo y que no lo esperáramos… -Esto le pareció extraño a su primo; Hinata había regresado acompañada de Shino, Lee y Satín. Ésta última les había comentado que se veía raro Uchiha… -¿Y cuándo no? -añadió Shikamaru.
Unos minutos después de servir los platos llegaron Ino y Sai muy sonrojados…
-jajaja ¿De qué nos perdimos?... -decía al momento de que Sai le ayudaba a tomar asiento…
Satín con una sensual y malévola sonrisa -Ah, pues que se rumoraba por allí que había, hace unos momentos, unos ruiditos muy, muy, muy extraños que asustaban a los niños… Era en el bosquecillo de aquí al lado… -agregaba maliciosa… -¿Llegaron a escucharlos?...
Ino, nerviosa -¿Eh? ¿Ruidos?... Este, este… ¡Claro que no!... jajaja… Son fantasías de niños, a lo mejor eran fantasmas o algo así…
Satín alzando la mirada -No, no lo creo. Me dijeron que sonaba…mmm… como un jabalí roñoso… gimiendo o algo así.
La vena le estalló en la cabeza a Ino y furiosa se le lanzó con las uñas afiladas. Rocke Lee se interpuso y recibía los ataques felinos de la rubia, mientras Sai, con su típica sonrisa la sostenía de la cintura… -Ino se ve tan linda cuando se enfada… -dijo. El grupo los miraro átonitos con una gotita en la cabeza y pronto, al terminar la escena, invocaron la alegría y comenzaron a comer ramen.
Naruto ya llevaba cinco platos y el sake hacía presencia para darle más calor al ambiente. Los jóvenes reían, platicaban y festejaban. Sakura se encontraba muy alegre, casi se le había olvidado el desagradable suceso de la mañana hasta que…
Naruto escuchó como Sakura tiraba los palillos del plato y se cubría la boca como si estuviese a punto de arrojar. -¿Sakura? ¿Qué te pasa?... -preguntó Naruto consternado. La pelirrosa no aguantaba, un asco terrible le había invadido y deseaba vomitar. Se aguantó unos momentos y lo miró con una tierna sonrisa…
-Nada, pero necesito aire… ¡Perdón! -salió corriendo a gran velocidad dejando a su novio perplejo…
Todos le dirigieron la mirada. -¡Vaya! ¡Vaya! ¡Vaya!... ¿Es la comida o huele a cigüeña cerca? Creo que ya alguien soltó el cipo. -comentó Sai. Los integrantes miraron curiosos a Sai y luego a Naruto. Un silencio espectral y en suspenso los había invadido, hasta que el rubio… -¿Sakura es alérgica al ramen de cigüeña? -Todos cayeron de espaldas. Éste no había entendido nada. -¡Baka! ¿No tienes idea de lo qué podría ser? -le gritó Kiba y su perro le reclamó también. Naruto, más confundido, -¿Qué se supone que debiera ser o entender? -Hinata puso una expresión de gran tristeza y luego rápidamente la disimuló con una sonrisa, sólo Neji se percató de ello.
Hinata -Mmm…etto… Quizás… Sakura te tenga buenas noticias…Ese tipo de cambios siempre son muy lindos… Son la alegría para los que se quieren…
Naruto no había capizcado nada, los signos de interrogación eran más notorios en su confundido rostro…
Satín sirviéndose sake -Con razón decía que algo se había hecho… Creo que engordó un poco. ¿No crees Lee, Shino?...
Lee con gesto devoto -¡Lo que tu digas mi reina!... ¿mmm?... ¿En serio?...
Shino -hmp…
Ino golpeó la mesa con la mano para llamar su atención… -¡Tonterías! ¡Eso no es posible!... Yo la conozco mejor que ustedes y nada de lo que dicen es cierto. ¡Son unos morbosos! ¡De seguro en la acusación traen la penitencia!... -Un chispazo en la cabeza los espantó y luego nadie habló.
Naruto no había capizcado nada, los signos de interrogación eran más notorios en su confundido rostro…
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Cerca del río, detrás de un árbol Sakura vomitaba. Le comenzaba a doler la garganta y sentía ardor. El sabor de lo que nauseaba era horrible y no entendía que era lo qué le pasaba. La oscuridad le impedía ver lo que estaba rechazando, sólo sabía que era patoso y rancio. Al terminar, se lavó en el río y con los ojos brillantes y húmedos miró hacia las luces de la feria para calmarse. Le ardía el pecho, el vientre y la nuca, tenía un calor insoportable y la respiración comenzaba a serle lenta.
Se abrió un poco el kimono para revelar el escote y sentir el aire fresco del verano nocturno. Tomó una pastilla de cereza de su invento y la degustó con consuelo para deshacer el sabor amargo y recuperar energías. Cerrando los ojos se recostó en un árbol y comenzó a pensar que el culpable de ese malestar era el Kenji. Cuando la besó, no sólo robó parte de su chakra, también había depositado alguna especie de intruso, una partícula negativa de energía para debilitarla más. No había sentido algo así en su vida, ni escuchado hablar. Rápido, colocó su mano sobre su afable pecho y con su energía buscó la fuente de su mal para acabarlo. Lo halló, pero no podía contrarrestarlo, trató de curarse, pero le dolía más. Gastó sus fuerzas hasta gritar y caer de rodillas quejumbrosa al suelo. Tenía que ir con Tsunade, sólo ella debía conocer ese sucio truco. No sabía de cuánto tiempo disponía, pero tenía que ir con la Hokaghe.
Poco a poco se levantó y con gran esfuerzo se mantuvo en pie. Iba en marcha cuando escuchó el crujido del pasto atrás de ella.
Sakura imaginó que podría tratarse del capitán Kenji. Como buena ninja, llevaba en su obi un kunai muy fino y ligero para resguardo. Volteó lentamente y lo lanzó. Mas, por desgracia, su arma fue interceptada y detenida por una espada samurai. Sakura cayó de rodillas, se estaba debilitando…
-Sigues siendo predecible. Un ninja debe ser repentino y presuroso…
-Sasuke…
Sasuke salió entre las sombras y miró con frialdad a Sakura. Ella contuvo su corta respiración y concentró su chakra para calmarse. Al parecer lo estaba logrando.
-¿Lecciones de ninja? ¿Ahora? ¿En la noche, Uchiha?... -poco a poco se fue levantando ignorando la mano que Sasuke le había ofrecido para levantarse. No tenía idea si la había estado observando por más tiempo. Pero al poder mirar sus oscuros ojos con la luz de la luna y el de las festividades supuso que no importaba…
El viento veraniego soplaba acariciadora sobre los árboles y unas cuantas luciérnagas les rodeaban por la cristalidad del río, había una Diana llena y está se miraba en los verdes ojos de la joven…
Sasuke se percató del finisímo escote de Sakura, la línea que unía a sus senos se asomaba ligera y discretamente, pero, tentadora, señalaba la suave y bella curvatura de estos; el perfume floreal de la joven escapaba de su piel blanca llamando su atención a ese secreto lugar. Sasuke escondió su sonroje y dejó de mirarla, tuvo miedo de que se hubiese dado cuenta de que sus ojos no deseaban dejar de enfocar su torso tan sedicioso, después con su voz sosegada le habló.
Sakura interpretó su mirada como otro acto de desden hacia ella…
-No te ves bien… Dile a Naruto que te lleve a tu casa. -y se fue retirando hacia la feria. Pasando al lado de ella…
Sakura no se movió hasta que… -Espera… -el muchacho azabache se detuvo. - Quiero…quiero hablar contigo…sobre lo que viste…No era lo que parecía. Yo jamás le faltaría a Naruto…
Sasuke no respondió y permanecía de espaldas, con el viento soplándoles a ambos la semblanza…-No sé de qué me hablas… Yo no vi nada… -y continuó su marcha.
Sakura con la mirada baja… -Frío, eres tan frío… ¿Por qué tienes que ser así?...
Sasuke interrumpiéndola -¿Por qué rayos crees que me debes a mí una explicación? Lo que hagas con tu vida, con o sin Naruto, me tiene sin cuidado…
A Sakura le dolió el comentario, pero se fortaleció y esta vez no mostró sorpresa ni lágrimas. –Lo sé… -dijo y Sasuke se contuvo. –Pero es por Naruto por lo que deseaba hablar… Sé muy bien que lo estimas más de lo que te atreves a confesar. Y también sé que sufres si él es lastimado… No me interesa hablar de ti o de mí. Yo te estimo como amigo, por lo que hemos llegado a pasar tiempo atrás. Y al igual que tú, estoy dispuesta a hacer lo que sea por él. ¿Te has dado cuenta que es Naruto nuestro único lazo ahora?... No me interesa saber el por qué de esa actitud tan repentina conmigo. Si te he molestado con mis insistencias con Hinata y otras tonterías mías, lo siento. No volverá a pasar… Sólo quiero que sepas que por ningún motivo le traicionaría…
Un silencio sereno continuaba entre los dos. La joven ya imaginaba que su compañero sencillamente se retiraría o comentaría que aquello le tenía sin cuidado, pero…- ¿Por qué me dices esto? -dijo el moreno.
Sakura, con la mirada fija en él, ya no demostraba severidad… -Porque eres su amigo y mío. Y no quiero herirlos. Si te lastimo a ti, lo lastimo a él, si lo lastimo a él, te lastimo a ti. Lo sé muy bien porque los conozco. Necesitaba aclarar las cosas… Sé que Naruto me quiere y tú, a pesar de tu bravuconería, también me estimas… Me es importante sacar lo que llevó dentro y explicarles…
Sasuke cambio su expresión severa a una más tolerante -Te dije que no me debes ninguna explicación. Si lo que deseas es que no diga nada a Naruto, cuenta con mi discreción…
Sakura volteó a mirarlo -¿Me crees? ¿Entonces sí viste algo?... -ya comenzaba a exasperarse, pero suspiró para calmarse… -¡Tú y Naruto son importantes para mí!... ¡No quiero que piensen mal! ¡Por ustedes dos, zopencos, haría todo!... ¡Pero como ya sé que te importa muy poco, no hago esfuerzos! Al fin saqué lo que tenía que decir y punto… ¡Nada más saldrá de mi boca! ¡Al fin dejaré de parlotear y no volverá a ocurrir más!... Uf…Ahora estoy en paz, eso es lo que importa… -Sakura era ahora la que daba la espalda y se retiraba para ir al río. Necesitaba agua en la nuca, esta le ardía. (Inner: ¡Eso!...Pero, ¿Qué conseguiste con toda esa charada sentimental?...) Sakura no sabía bien por qué necesitaba expresarlo, quizás era un desquite; tampoco entendía sí le reclamaba por el presente o el pasado. Ya le daba igual.
Sin darse cuenta, Sasuke se había colocado frente a ella…
Él no la dejaba pasar -Me alegra que hayas dejado de parlotear… Sí que eres una molestia…
A Sakura le brillaban los ojos como dos esmeraldas claras ocultas en las sombras. Aquello fue inesperado y fastidiada iba a protestar – ¡Quítate Uchiha!… -Y con el hombro lo empujó. En un movimiento impredecible y vertiginoso el joven oscuro la sujetó fuerte por la cintura, la aferró a su enérgico cuerpo y hundió sus labios sobre los suyos con afanosa ansiedad…
Capítulo 4
La kunoichi no previó su acto. Más que sobrecogida, estaba turbada. Sus labios eran invadidos por las suaves caricias de Sasuke, quien los saboreaba con grato ímpetu e irascible terquedad. No lo podía creer, no quería. Así que trató de alejarlo, pero no tenía fuerza y otra fuente desconocida la obligaba acceder. A diferencia de lo sucedido con Kenji, ella había descubierto que en las profundidades de su convicción también lo deseaba. Luchó y Sasuke no le permitía ventaja por lo que al final cedió. No pudo hacer más que dejar de apretar sus finas prendas y corresponder al inesperado beso. Fue largo, cálido, exquisito y sólo se interrumpía en pequeñas pautas cuando sentían que el aire se les acababa… Sasuke la sostenía más fuerte contra sí y la volvía a besar con afanosa insistencia…
(Inner -¡Estás loca! ¡Suéltalo!... ¡Naruto!... ¡CHAHHHHHHHHHHHHH…!)
Sakura vio en su mente la imagen de Naruto, su tierna sonrisa y su bondadoso temple…
Hasta que esta memoria se vio interrumpida por el rostro de una serpiente oscura con vistas llameantes y carmesíes. Un recuerdo a oscuras urgó repentinamente esa imagen, una larga mano disfrutaba subir por su desnuda pierna para acariciar su piel con lentitud, en tanto que unos labios en la oscuridad le robaban el aliento con furia.
Rápido abrió los ojos y con las últimas fuerzas que le quedaban empujó a Sasuke y lo abofeteó… Luego su cristalina mirada jade lo observó acusadoramente. Sasuke no reclamó y no se inmutó, únicamente la miró con esa expresión tan relente y única de él…
Sakura con los labios enrojecidos, no sabía que gritar -¡Eres…eres un monstruo!... ¡No te…te reconozco!... ¿Quién eres?...
Sasuke sólo dio una leve y discreta sonrisa que no tardó en desvanecerse. Luego se sobó el golpe… -Todo cambia, Sakura. Ahora sólo consigo lo que quiero... -fue lo único que alcanzó a escuchar la consternada pelirrosa…
Sakura forzando palabras -¡Eres…eres un monstruo! -volvía a repetir aterrada. Tenía el presentimiento que el Sasuke que conocía desde los ocho años no estaba frente a ella. ¿O es que jamás lo había conocido?...
Después de revelarle sus sentimientos hacia Naruto, hacia él y de jurarle que jamás le faltaría al primero, se sentía sucia y ruin. ¿Por qué despertaba lo peor de ella? O ¿Qué demonios le pasaba a ella? ¿Por qué actuaba tan contradictoriamente esos días? ¿Qué se anidaba en su interior realmente?... Anhelaba alejarse pronto y no volver a verlo jamás; lo odiaba con todo su temple.
Entonces, mientras rabiaba, el dolor se hizo más fuerte y la obligó a gritar y a caer otra vez. El pecho le quería estallar, como si se tratará de un paro cardiaco.
-¡Sakura! -alcanzó a escuchar a Sasuke y corrió hacia ella. La recostó en sus brazos y sentado vio cómo la joven se apretaba el pecho. Con cuidado le quitó la mano y con su sharingan despierto percibió una extraña energía que le comenzaba a invadir el corazón. Pensó que se trataba de una técnica de Kenji.
-¡Llévame con Tsunade- sama!… Ella sabrá… -el dolor le era insoportable. Sasuke sin perder tiempo la cargó en sus brazos y se dirigió a la salida…
- ¡Sasuke! ¡Suéltala! ¿Qué ha pasado?... -Naruto había llegado y lo sorprendió en la salida del bosque. El rubio se había preocupado por la tardanza de Sakura y había ido a buscarla.
Su expresión de celos arrojados cambió al notar el rostro de dolor de su pareja, y sin más retraso corrió a su lado ignorando la presencia del otro.
-¿¡Sakura!? ¿¡Sakura!? ¿¡Qué tienes!?...-rogaba pávido. La pelirrosa lo miró con los ojos cristalinos y le acarició el rostro…-Perdón…Perdóname Naruto… Yo no quería… -Su vista se volvía completamente nebulosa, hasta que ninguna luz llegó a su pupila…
- ¡AHHHHHHHHHHHHH…! -alcanzó a escuchar un gritó, luego uno y otro más. Eran más fuertes y pavorosos, como si los emisores sufrieran y huyeran de algo escalofriantemente aterrador…
Inner -¡Lucha, boba! ¡Lucha, boba! ¡Lucha!... ¡Shanaroooo…!
Sakura perdió la conciencia y el sentido de su alrededor…
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Calor, sentía mucho calor y una terrible punzada en el pecho y la nuca. Como si le hubiesen enterrado un kunai al rojo vivo. A lo lejos, escuchaba voces, voces muy familiares…
-¿Cómo? ¿Desde cuándo?... ¿¡Qué!? ¡Ese maldito Kenji!... Debieron traérmela de inmediato al comenzar a sentirse mal. Este es un jiutsu muy fuerte, no sé si pueda contrarrestarlo. Un sello no servirá de mucho… ¿Dónde están Naruto y Sasuke?...
-Salieron en persecución de Kenji y los otros. Kakashi, Sai, Neji y Shikamaru fueron con ellos.
-¿Y los otros?
-Shino, Rock Lee y Kiba están interrogando a los que atraparon. Y las chicas fueron por los delincuentes que se escaparon… Otras, están buscando información…
- Bien, resguarden la zona… ¿Heridos?...
-casi de doscientos civiles y casi de ciento dieciseis shinobis…
-¿Muertos?...
-ciento y algo de civiles, treinta shinobies y un miembro de ellos…
-¡Malditos! ¿Cómo pudieron hacernos esto? ¡Todo por ese traidor de Kenji! Era el único encargado de la seguridad y que conocía las cárceles. Nos hirió en lo más significativo, nuestra gente… ¡Tal vileza no quedará impune!... ¡Rápido! ¡Rápido! ¡Muévanse!...
Percibió ruidos de pisadas veloces…
-Será conocido este día, como otro día negro para Konoha…
Sakura no podía moverse, el daño no la dejaba y un desolado escalofrío la invadía. Ahora el dolor se había extendido a la cadera. -¿Día negro? ¿De qué hablan? ¿Qué pasó? -Sentía como si le hubiesen arrancado un pedazo de piel atrás en la pelvis. Poco a poco comenzó a recordar lo sucedido con Sasuke y después visualizó el asustado rostro de Naruto quien la llamaba por su nombre… – ¡Mi Sakura…! -Una lágrima cayó lentamente sobre su rostro. - …-Perdón…Perdóname Naruto -y quedó nuevamente inconsciente…
(Inner -Debes olvidar, debes olvidarlo ahora. Eso sólo provoca que este chakra quiera invadirme… ¡Hazme caso! ¡No quiero morir!...)
Ya sólo existía oscuridad…
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-Mmp… Está mejor… La marca ya no la invade. Gracias Kakashi. Pronto despertará más confundida y hambrienta de lo que podría llegar a estar…Aunque la marca siga latente en su esencia… Queramos o no, tarde o temprano despertará…
(¿Tsunade?)…
-Sí, de nada. Esa marca la pensaba extinta. No había visto una así en años. Significa que el clan de Abukara realmente sigue con vida y Kenji es uno de sus integrantes. Sasuke me lo dijo, no tuvo problemas en averiguarlo mientras estaba bajo sus servicios. Sin embargo, no pudo darse cuenta a tiempo de que otros como Sakura también habían sido señalados; pero voluntariamente.
Tsunade -¿Quiénes?...
Sakura deseaba escuchar más, pero el sueño la invadió, se sentía tan cansada…
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Los recuerdos comenzaron a invadir sus sueños y pasaban como ráfagas confusas y turbulentas. Confundía recuerdos con sueños, sueños con fantasías y fantasías con temores. La realidad no era lineal en su cerebro. Recordó sus primeros días en la escuela ninja, su amistad con Ino, su primer encuentro con Sasuke y su partida, sus aventuras con Naruto, su primer beso, sus lecciones con Kakashi, Tsunade, los exámenes chunin, las pruebas jounin, la muerte de Sasori y la abuela Chiyo, el encuentro y el regreso de Sasuke, la invasión de Pain, Akatsuki, sus viajes con Kenji, la última mirada de Naruto y más eventos alegres y dolorosos que la hacían liberar lágrimas de emoción y tristeza. Estas las supuso reales y las irreales no eran más agradables. Se mezclaban entre las existentes y le mostraban acontecimientos que jamás había visto: la mujer de cabellos albos le hablaba de nuevo, sentada en una pradera y vestida con un kimono blanco y floreado, le sonreía con sus ojos verdes y oscuros, mientras le pedía que se acercara. La pequeña lo hizo y la blanca mano de la mujer se estiró hasta ella para tocar su frente con la llema de los dedos... Un hombre corpulento, con una espesa barba castaña rojiza y una amplia frente sacaba la espada samurái de su vaina y amenazaba a otro hombre con una máscara extraña… -¡Aléjate de mi familia!… ¡Uchiha! -De la máscara de madera sobresalía un agujero y en él, una mirada roja y furiosa. En otra de ellas era una niña, vestía un kimono rosa ensangrentado, y corría por los pasillos de una casa, estos eran enormes y sentía que huía de algo. Rápidamente se escondía en un armario y permanecía callada, tapándose los oídos y cerrando los verdes ojos. Luego una sombra se acercó al armario y alguien lo abrió de repente… -¡Aquí está!...
Sakura despertó de inmediato, sudorosa y turbada, con un grito en la boca casi se levantaba… -¡Shhhhhh…! Tranquila. Todo ha pasado. -La voz de Kakashi la estaba consolando mientras la sostenía de los hombros y continuaba hablando. –El proceso ha sido lento, pero estable. Pronto recuperarás las energías. Afortunadamente, tu voluntad fue más persistente… -La pelirrosa fue recuperando el aliento y la agitación se iba…
-¡Kenji! ¿Qué me hizo? Y… ¿Y los demás? Escuché gritos. ¿Dónde está Naruto y los otros? - preguntó recordando al fin lo último…
Tsunade se acercó de pie junto a la cama con los brazos cruzados…-Naruto y los otros están bien. Salieron en busca de Kenji y sus secuaces. En estos momentos deben estar a dos millas de aquí. Estuviste en recuperación una semana…Y en cuanto a lo que pasó, Konoha ha sido atacada por ninjas de la extinguida aldea de Akahaki, una población que era poderosa, ubicada en el país de la Luz. Algunos delincuentes y traidores que resguardábamos en nuestras prisiones fueron liberados para aterrorizarnos… Tu última misión fue en el País de la Luz. No te sientas culpable, nadie sabía que atacaría. Fue muy astuta. Por mucho tiempo fingió honorabilidad… El tratado de paz con esas ese país ha acabado. Y antes de que vuelva a atacarnos tenemos que descubrir sus motivos. No estamos seguros porque acometieron de ese modo, pero sospechamos que fue para distraernos de algo más importante.
Kakashi se había levantado.-Pensamos que intentan provocarnos para conseguir algo de nuestros aliados. Después de la desaparición de Akatsuki, nos pareció extraño que nuestros enemigos siguieran tan tranquilos. Sabían que no habíamos sido del todo eliminados. El clan Abukara ha resurgido de nuevo y desea venganza…
Sakura había comenzado a alzarse… -¿Abukara?, pero leí que ese clan se había acabado, el cuarto Hokaghe de Konoha venció a los últimos integrantes… Significa que Naruto, Sasuke y Garaa están en problemas. Según sé, son usurpadores de chakra, la roban y la unen al suyo para hacerse más poderosos. Es por eso que… -La joven recordó el beso y el pinchazo en su nuca…
-Sí que estás informada -dijo Tsunade -Hubo un tiempo en que ya no tenían control de su poder. Abusaban y la invasión fue inevitable. Al ser vencidos por el cuarto Hokaghe, necesitaban esconderse para recuperar fuerzas, y por ello sospechamos que actuaban desde las sombras en ataques terroristas y secuestros… Yo opino que este descubrimiento es tan sólo una cabeza de la hidra; no sabemos cuántas más habrá…
-Sakura, durante tu recuperación debiste enfrentar recuerdos confusos, algunos hasta irreales. Pero entre ellos ¿Qué has visto?... – preguntó Kakashi con un tono falso de indiferencia.
Le sorprendió la pregunta. Su sensei sabía de esos efectos. No le pareció confiable que se interesara en sus memorias irreales. Algo había entre ellas que no sólo la sorprendían, la turbaban. –Mmm… Recuerdo mi infancia, como si fuera una alterna creo. Corría por unos amplios corredores y después me escondía. Después me encontraban y sentía terror, un terror… Sólo esa he capturado… -mintió, había más y por un instinto extraño decidió guardarlas. Presintió que algo le ocultaban. Kakashi miró a Tsunade y ésta asintió.
Kakashi -Bien, muy bien… ¿Quiénes te encontraban? ¿Cómo sabes que eran “ellos” y no un “él” o “ella”?
Sakura enredada -No lo sé… Recuerdo que era la voz de un hombre y gritaba “¡Aquí está!”… es todo… ¿Por qué debería suponer que era un él o ella?...
Tsunade no expresó nada y luego, de unos minutos de silencio, Kakashi sonrió con la mirada. –Bueno, suponemos que más adelante se aclarará todo este asunto. Pero te pediremos un favor… -Ahora sí Sakura estaba más intrigada… -Cuando vuelvan esos sueños, avísanos de inmediato… Te lo explicaremos cuando eso pase… Bien, ya me voy. Tengo a unos zutanos y menganos con quien platicar amenamente… ¡Vale! ¡Chao!... -y se desvaneció en una cortina de humo…
Sakura -No entiendo… ¿Los tendré seguido? ¿Por qué son tan importantes?...
Tsunade -Al parecer sí… Su importancia se descubrirá con el tiempo, ni nosotros sabemos cómo será eso. Pero no debes escondernos nada; cualquier detalle es vital… No me corresponde a mí decirte la razón. Poco a poco se irán revelando las cosas y tendrás que ser muy fuerte…
Antes de que la muchacha pudiese decir algo, Tsunade se dirigió a la puerta y le sonrío. -Tu madre vendrá por ti. Te daré unos días más de descanso, aún no estás repuesta… -después su mirada se iluminó por unos segundos de preocupación y salió. Al cerrarse la puerta Sakura estaba con los ojos muy abiertos. Nunca había visto así a la Hokaghe ¿O fueron alucinaciones suyas?…
(Inner -¡Al fin! ¡Qué bueno que despiertas! ¡Shanaroooo…!... ¡Óyeme! Eres una mentirosa. ¿Por qué no le dijiste lo demás?...)
Sakura, con una mirada determinante, se levantó y fue a mirarse al espejo del baño. Estaba en el hospital, ahora que lo veía. – Porque voy a averiguar todo yo misma, primero. Esos recuerdos no eran ilusiones. Ahora, pienso que mis memorias de infancia son escasas y que su lapso es oscuro. Más atrás de la escuela ninja me es difícil de remembrar… Uchiha… ese nombre, ahora me da escalofríos y un odio extraño me…
(Inner -¡No!... ¡No lo hagas!... ¡Eso sigue aquí con nosotras!...)
Sakura se llevó la mano al pecho. Sólo quedaba la sensación, no la acción. Se incorporó tambaleante y fue hasta sus cosas. Su kimono rosa, su obi, sus sandalias y su bolsita estaban en una pequeña maleta sobre una silla para visitantes. Sakura tuvo una necesidad extraña por buscar algo que la conectara con la mujer de sus sueños y fue cuando aterrada, descubrió que todo lo que portaba aquella fatídica noche estaba allí, a ecepción de su querida peineta… -¡No! ¡No puede ser!.. -Buscó en cada rincón de la habitación, rápido y afanosamente. Al no hallar nada suspiró con tristeza y cayendo al suelo de rodillas tuvo que suponer que en el bosque se le había caído. Era lo último que le faltaba de ese maldito día… (Inner -Aparecerá…) Sakura, recordando lo mucho que su madre guardaba ese tesoro, se sintió apesadumbrada y perturbada…-Eso espero… -Pronto se levantó, no podía creer que la hubiese perdido, su descuido se lo estaba cobrando con un hueco en el pecho. Su madre vendría por ella y planeaba estar lista para partir de una vez, no le mencionaría lo de la peineta, no quería lastimarla por su descuido y se juró encontrarla a como diese lugar.
Al terminar de acomodar de nuevo sus cosas se preguntaba cómo estaría Naruto y los otros, temía por ellos al darle un mal presentimiento el repentino ataque. Se desvistió y entró a la regadera. La calidez del agua tibia mimaba su agotada piel y le renovaba la respiración. Realmente le caía como gracia divina al aliviar su cansancio.
Una vez terminado el masaje, salió de la regadera y se secó frente al espejo. Al dar la espalda y mirarse se advirtió inusual. La carnaza verde azulada en sus ojos era menos extensa que antes, por momentos pensó que aquel medicamento era realmente milagroso por su rapidez, y aliviada decidió despreocuparse al fin, hasta que sus ojos se abrieron curiosos y después asustados al hallar otro cambio en su cuerpo. Debajo de su cintura vio una marca oscura, dos finas curvas que asemejaban unas alas torneadas y negras, rodeadas por unos signos sagrados de contención, ¿Aquello era un sello?...
¡Bonne soir! et jolie jour!!!
kittycat:
LIBRO I: ARPEGIO, EL RETORNO DEL OJO MÍSTICO
Clasificación: (H/C), (OTP), (OOC), (OC), Angst, Lemon (+18).
Parejas: Principales: SasuSaku
Capítulo 5
Fue otro día negro para Konoha que se registraría en su historia. En la explanada principal se realizaron los funerales. Ahora, cerca del lugar de la terrible catástrofe, se fundaba una placa dorada con los nombres de las víctimas y otra fecha más de desastre. Nadie quería creer que después de haber pasado tres años del cataclismo de Akatsuki y haber sobrevivido a su furia, pudiese repetirse algo así. Los que sobrevivieron en aquel entonces sólo pospusieron la verdad de su destino. Apenas comenzaban a recuperar la seguridad de antes cuando tuvo que pasar aquel desastre. La aldea de Konoha estaba furiosa y asustada.
Todos estaban presentes, vestidos de negro y listos para entregar una rosa blanca como hubiese ocurrido con la muerte del tercer Hokaghe. Sakura estaba presente, con un vestido negro típico de la aldea para esas tristes ocasiones. Hinata e Ino estaban a su lado. Neji a un lado de su prima y después continuaban Ten ten, Rock Lee, Satín, Shino, Shikamaru, Akimichi, Kiba, Akamaru y Aiko. Ésta última lloraba en el hombro de Kiba desconsoladamente. Su hermana mayor, una jounnin destacada, había fallecido en el encuentro, sin oportunidad de defenderse.
Sakura sentía mucha pena por ella y lamentaba no haber hecho algo para evitar esa tragedia; también por Shizune, quien esperaba un hijo de nada más y nada menos que del traidor de Kenji, y no siendo eso suficiente, ésta se había enamorado realmente de él. Ahora ese pequeño sería señalado por todos como el hijo de un apóstata y ella como una más en la patética lista de Hadachi. Shizune se había ilusionado con Kenji y nadie más sabía que cuando éste la ignoró por completo, después de su devaneo, se encontraba en una profunda y fuerte depresión que hizo ordenar a Tsunade sustituirla hasta que naciera el bebé. Maldijo a Kenji y a sus aliados, siempre había pensado que era un patán engreído, pero esto rebazaba sus espectativas, no concebía que después de tres años, tras recuperarse del ataque de Madara, pudiesen sufrir de nuevo la misma tragedia. Juró que se la pagarían, costara lo que costara. Pronto Tsunade dirigió unas hermosas palabras a los vencidos y prometió justicia para aquellos que la merecían. La aldea de Konoha estaba enfurecida.
Después de la ceremonia, Sakura estaba con Ino, Hinata, Ten ten y Temari en casa de Aiko. Posteriormente de consolar a la más joven del grupo, Temari les decía que se quedaría para apoyar y luego, con permiso de Tsunade, darle a Gaara un informe de lo ocurrido. Al parecer, también esa aldea había hecho enemistad con la aldea de la arena por defender a Konoha contra los últimos integrantes de Abukara hace mucho tiempo. De inmediato le envió a su hermano un recado donde explicaba cómo habían ocurrido los hechos ya que en esos instantes era relevante la unión. Sakura escuchaba con atención, hasta que recordó que un Jounnin la miraba con odio y reproche. Luego, una kunoichi le dirigió unas palabras de desprecio –“Ella no debería estar aquí” -La joven pensó que era por haber permanecido inconsciente en una situación así. Sakura se sentía mal y con un frustrante desasosiego. Sin decir palabras se retiró del grupo.
Durante su solitaria caminata pensó que durante los velorios y la ceremonia algunos de sus camaradas la veían con tensión y acusación. Ciertos le eran parcos de palabras y la evitaban de forma indolente. Ino no se separó de ella en ningún momento, incluso le pareció que estaba demasiado cerca. Otros rumoraban a sus espaldillas y la evitaban con la mirada. ¿Qué pasaba? Ella ya no podía perdonarse su desmayo.
El sol se hizo presente, mas nadie estaba de humor para admirar sus cálidos rayos. Sakura fue al lugar de la masacre. Todavía estaba prohibido el paso, así que tuvo cuidado de que nadie la viera entrar. Recorrió la plaza y contempló la catástrofe. Unos puestos de comida y juegos estaban quemados, otros hechos pedazos y las marcas donde habían subrayado los cuerpos inertes estaban aun a la vista. Algunos edificios estaban en ruinas y el concreto contenía gigantescas grietas. El suelo estaba sucio, sus manchas eran verdes, negras, grisáceas y rojas. Esto le erizó la piel al ver una de esas manchas sobre la cabeza de una figura muy pequeña.
(Inner - Esto es morboso… Vámonos…)
Sakura no quería ver más. Contenía las lágrimas de tristeza y coraje. Se adentró al bosque con más cautela y después se dirigió al río para buscar la peineta de su madre. La buscó, pero no aparecía. Era extraño y no podía buscarla más en la escena del crimen. No quería recorrer el lugar, le lastimaba mucho…
-¿Sakura?
La joven se dirigió al dueño de la voz, Rock Lee…
Lee había llegado de un salto -¿Qué haces aquí? Pensé que estabas con las chicas -dijo extrañado.
Sakura sin inquietarse -No, vine a buscar mi peineta de jade, es un tesoro familiar. En la noche, antes de lo ocurrido, se me había caído por aquí… Bueno, eso creía. -su tono era triste. -¿Pero y tú?
Lee hizo una postura de buen cadete… -Órdenes de la Hokaghe. Satín, Shino, Chouji y yo estamos buscando pistas para aclarar el asunto. Todos creemos que los siete ninjas comenzaron a atacar alrededor de la plaza…
-¿Siete? ¿Cómo es que fue el ataque con siete personas? ¡Esto parece que lo hiciera más un ejército de shinobis que siete individuos! -dijo asombrada y conjeturó que aquellos enemigos eran igual de poderosos que el mismo Pain. ¿Significará que estaba planeado todo desde hace mucho tiempo; pensó?... –Lee… ¿Cómo ocurrió?...
Lee tuvo un fuerte chispazo en la cabeza, ya que la Hokaghe les había ordenado que no le dijeran mucho a Sakura y temió que algo se vital se les escapar. Poco a poco omenzó a ponerse nervioso cuando la chica no le quitaba sus ojos jade de encima...
–Etto…etto… No le digas a nadie que yo te lo dije… Los ataques primero iniciaron con un incendió azul en la zona de los juegos, después estallaron los puestos y lo expandieron más. Las llamas parecían tener vida propia, corrían a dónde la gente huía. Como si alguien los controlara para acabar con la multitud. Luego, todos los shinoubis que estábamos allí actuamos y rescatamos a la gente que pudimos. Una ráfaga apareció y comenzó a golpearnos a todos. Aparecieron los siete de los arbustos, estaban vestidos con trajes extraños y máscaras terribles. Al notar que ayudábamos a la gente iniciaron con la embestida. Lucha cuerpo a cuerpo y para los civiles una escalofriante prueba de su chakra. Eran como si pudiesen controlar un juguete y su fin fuera matar… Vinieron más de nuestros refuerzos y luego uno de los siete invocó a los prisioneros liberados y lucharon contra nosotros... Jamás había visto nada igual. Uno de los siete, como si nada, de un golpe suave mandaba volar a diez ninjas… Otro partió la tierra por la mitad con un paso. Después, uno de ellos gritó -¡No hay tiempo! -Y encabezaron la huida. Huyeron, excepto el que sacrificó su vida para hacer estallar su cuerpo y liquidar cuanto pudiese…
-Lee había visto todo. Sakura pudo ver su mano vendada y las quemaduras leves de su rostro. Pudo sentir la impotencia que él había llegado a experimentar. –Ahora buscamos pistas para saber cómo es que consiguieron hacer todo ese desastre. Quemar la plaza y liberar a esos canallas… Eran poderosos Sakura. Controlaban la… naturaleza, por así decirlo e invocaban bestias que sólo de niño creía que existían, como si se tratase de un jiutsu menor. Tú sabes que para conseguir tal invocación se necesita una gran cantidad de chakra y al usarla, terminas rendido… Ellos, no. Ellos la usaban una y otra y otra vez, como si tuviesen una fuente ilimitada de poder…
La idea de que pudiese existir tal ser, le daba escalofríos. La ojijade no podía estar al margen de los hechos, necesitaba saber más… -¿Hallaron algo? -preguntó.
Lee sabía que no tenía que haber dicho nada. Tosió -Bueno, sólo marcas de un polvo azul que no sabemos que pueda ser. Ya lo enviaron al laboratorio. Y que tenían la jornada entera esperando a acometer el terror. Escogieron este día y el lugar con ese fin… -Rápido para cambiar el tema… -Con respecto a tu peineta, tal vez aparezca en otro lugar o tendrás oportunidad de buscarla en otra ocasión… ¿De veras, qué pasó contigo aquella noche?
No sabía si confiar en él, por lo que no le contó cuando el capitán Kenji le picó en la nuca ni la parte del beso o de Sasuke, o de la extraña marca en la parte de atrás de su cadera. No se sentiría cómoda con ello como el tampoco revelarle el haber sido besada por los solteros más codiciados de toda Konoha… (Inner: ¡Cha! ¡Sasuke besa más rico que Kenji!... Sakura: ¡Maldición! ¡Cállate Ya!..., se decía a sí misma)
Lee sonrió -Vaya, tuviste suerte de que te diera una indigestión. Por un momento temí por ti...
-¿Por qué? –preguntó intrigada la ojijade.
Lee tuvo un chispazo… -Eh... bueno… es que tenía los mismos síntomas que… Bueno, un jounnin, un anbu, tres gennin y un chunnin recibieron una marca y se unieron a Kenji voluntariamente, y mostraron los mismos síntomas que tú, una semana antes de estos sucesos. Al principio pensó el viejo Akiba que podría tratarse de un tifus, pero… -se quedó en silencio. Sakura conjeturo rápido que no le permitían decir más de la cuenta...
-Que bueno que eso no fue tu caso. Estoy feliz por ello, Sakura… -su sonrisa falsa podría competir con la de Sai, pensó Haruno.
-¿Sí, verdad? Jejeje… -una gotita le corrió por la blanca frente.
Sakura notó algo distinto en Lee, incluso juraría que por instantes él la miró como a un animal a punto de atacar cuando le preguntó sobre su condición y no bastante con ello lo atrapó frunciendo las enormes cejas, ese gesto lo hacía cuando pescaba a alguien decirle una mentira…
-Lee, cuéntame todo desde el principio… -dijo con un tono suplicante, sensual y muy inocente.
El simpático cejudo podría haber recibido la orden de que no dijera más de lo permitido y mucho menos a ella, sin embargo, aunque éste saliera con la llamativa Satín, Sakura era conciente de su propio encanto y nada tonta en la forma de maniobrarlo para conseguir lo que quisiese. Avergonzada, sabía que Lee seguía enemorado de ella y con toda la pena del mundo se aprovecharía de ello para sonsacarle la información que necesitaba para aclarecer sus incertidumbres.
El pelinegro pareció dudar entre contestar o no hacerlo, hasta que no pudo desbandarse del suplicante y bello mirar de su amor platónico y, sonrojado, se dejó llevar por su voluntad...
- ¡Gulp!... La Hokaghe ordenó que no te dijéramos nada, pero… Grrrr!!! ¡Hay! ¡De acuerdo!... ¡No puedo evitarlo! ¡Eres tan linda Sakura! ¡Eres la encarnación de la belleza y la dulzura en todo su esplendor! ¡Hugggg! ¡Y con esos ojos y esa boca! ¡Yoooo haría todo por ti!…
-Sí, sí, sí… Pero ahora sólo dime ¿Qué pasó? –rogó Sakura tratando de no perder la paciencia para evitar golpearlo.
-Sasuke dijo que esto pasaría. Él lo estuvo averiguando por semanas. -mencionó el chico… -pero nadie le creyó… -Sakura lo miró sorprendida. -Informó a Kakashi y a Tsunade, pero creo que ellos también dudaron un poco, hasta que vino el ataque y atacaron la cárcel, el centro de la aldea, la biblioteca y la academia ninja casi al mismo tiempo…
-¡Qué! –exclamó aterrorizada Sakura. Nadie le había dicho que el lugar que custodiaba su padre antes de morir había sido atacado.
-Sí, pero… No te preocupes. Unos jounnin que pasaban por la biblioteca de tu padre, lograron detenerlo a tiempo… Bueno, llamaron a más, luego…Resulta ser que explotó la plaza y se dieron a la fuga.
-¿Por qué nadie me lo dijo Lee? –preguntó Sakura.
-Bueno… etto… Tsunade no quería que te preocuparas… -Sakura se preguntó si ahora él mentía. - Además, no tienes porque hacerlo, no lograron tomar nada de allí como en la academia ninja… -Sakura miró a Lee más consternada. El muchacho de ojos redondos sacó una gotita de su frente, supuso que esa noticia tampoco la conocía Haruno.
-Lee, ¿Qué pasó en realidad?
El muchacho se rascó nervioso la cabeza al ver que a la pelirrosa se le sumían los sumos…
-Bueno,… etto… Bueno, en la misión del equipo siete al País del Viento, averiguaron que una nueva organización está comenzando a alterar a las naciones. Estos emprenden a atacar a los aliados del País del Fuego según para debilitarnos y acabar con nosotros. El equipo siete fue a buscar de quiénes se trataban y cómo se desplazaban, y encontró que la organización no viene de un país determinado como todos sospechábamos, sino de todos. Es decir, la sorpresa fue saber que sus enemigos eran gennin de su propia aldea y ellos ayudaron a los atentados en la aldea de la Arena. Kakashi avisó de inmediato, Tsunade -sama pensaba tenderles una trampa a los posibles traidores que se atrevieran a hacer lo mismo aquí. Sasuke sospechó primero en Kenji y se dedicó a vigilarlo todo el tiempo, aún no sé porque dudaron de ello. Tal vez por su pasado… -Sakura miró feo a Lee y éste para pasar rápido de tema continuó…. -Pero, en la noche del atentado, Kenji no estaba solo, alguien lo ayudó y se dieron a la fuga con esas técnicas tan extrañas antes de lo previsto y liberaron a los renegados de la cárcel para confundirnos más. Un grupo especial los persiguieron y resultó, que mientras estaban a distancia, cometieron lo de la plaza y la academia unos instantes después. Fue un caos en la ciudad. No sabíamos a quiénes perseguir o atacar; los delincuentes huyeron provocando a la aldea. Como verás, fueron muy astutos al dejarnos con la guardia baja. Fingieron estar haciendo una cosa por otra.
-¿Por qué nadie me lo dijo Lee? –preguntó Sakura.
-Bueno… etto… como decía... cof!! cof!! Tsunade no quería que te preocuparas por tu malestar estómacal.
Sakura no podía creerlo. Se suponía que eran un equipo y últimamente la mantenían afuera del grupo como si fuese un emfermo de lepra o algo así. Todos estaban más que extraños, ya casi no estaba en el equipo de Kakashi sencillamente porque no le dirigían la palabra como antes en las misiones y creyó que aquello se debía a Kenji. Poco a poco, esto la hacía enfurecer y a imaginar que nada en ella había cambiado en realidad. Seguía siendo la niñita torpe y débil de siempre, tal era su factor que no le confiaban una tarea tan importante como aquella. Sakura no sabía si llorar o enfurecer, pero estaba más dispuesta a indagar que a lamentarse otra vez por sus fraquezas…
-¡Dime la verdad! ¡Todo lo que sepas o de lo contrario te haré…
-¡O.K! ¡O.K! Pero dejáme continuar… -dijo sorprendido el pelinegro ante aquella reacción.
Sakura respiró hondo y siguió... -Está bien… ¿Entonces pudo haber sido cualquiera de nuestra aldea el que acometiera esto?... ¡No! ¡No puedo llegar a creerlo! ¡Es imposible! ¡Los habitantes de Konoha no pueden… -Sakura trató de ordenar sus ideas…
-En realidad, estamos casi seguros de que los responsables fueron aquellos que recibieron una extraña marca por parte de Kenji... –Lee le pasó su portadatos, parecido a un celular, pero este llevaba la información sobre aquellos que huyeron con el enemigo.
-Son casi niños los gennin y el chunnin, menos de doce años. Y no parecen ser tan habilidosos, pero los de alto rango… -dijo Sakura al checar la pantalla del pequeño aparato y seguir revisandolo discretamentebajó el atento ojo de Lee.
-Hadachi desorganizó el escuadrón de seguridad y liberó a los prisioneros del Recinto para provocar el caos, mientras que el chunnin o los gennin atacaron la biblioteca y la academia, el anbu y el jounnin pudieron abrirles las puertas a los siete de akahaki para atacar la plaza… -dijo Lee recibiendo su portadatos.
-Pero… ¿Por qué atacar esos puntos? Si se tratase de una invasión, con la cárcel hubiese sido lógico, mas, se hubiesen concentrado más en la torre roja y la Hokaghe…
-Sabes muy bien que están habiendo ciertos roces políticos entre las naciones. Hasta se rumora de una posible invasión por parte de nuestros vecinos, el País de la Luz. Las aldeas shinobis han estado en tensión esperando alguna reacción por parte de las naciones. Desde el asesinato del kaghe de la aldea de Akahaki, hace catorce años, juran y perjura el resto del continente que fue el País del Fuego quién ordenó a Konoha a realizar un complot. Akahaki, tras la muerte de sus líderes, su kaghe y clanes más poderosos, se quedó en la extinción como aldea ninja con su derrota; pero creemos que la aldea notó la esperanza de resurgir cuando pudo apreciar que habíamos sido debilitados por Akatsuki, y ahora pretenden castigarnos por el pasado. Esto no fue más que un golpe terrorista y al parecer infiltraron a gente suya entre los refugiados que aceptaron ayudarnos hace tres años para que los auxiliaran a planear el ataque como venganza y advertencia… Kakashi y los otros fueron enviados a la misión también para que averiguaran eso y si era verdad que Abukara resurgía entre los muertos o era Soun el causante de tanto embrollo.
Sakura…-¿Venganza y advertencia?... Tal como lo dijeron Kakashi y Tsunade-sama...
Lee la miró severo… -Sólo así se puede explicar porque el repentino ataque, si hubiesen pretendido invadirnos, la torre roja del Hokaghe estaría en ruinas.
El asunto era más complicado de lo que pensaba…
Los nuevos hechos ya no eran rumores, eran certitudes confusas. Doscientos años atrás, o más, existió la terrible guerra de los nueve misterios, conocida también como el “crisol de guerra”. En ese entonces, existían nueve países: país de la luz, las sombras, la vida, la muerte, el fuego, la tierra, el aire, el agua y el relámpago, y todos ellos estaban bajo el mando de un poderoso clan, Abukara. Esta autoridad tenía el control de los nueve elementos que regían al cosmos y por ello, el mundo les pertenecía. Eran los hijos de los dioses y eso justificaba su poder sobre la tierra y el cielo, hasta que todo salió de su control. Las naciones comenzaron una gran guerra que terminó en un apocalíptico genocidio. Los mandos se habían dividido entre los del estandarte purpuro de la luna y el estandarte blanco del sol. El primero lo integraban los países del fuego, la tierra, el aire, el agua y el relámpago; estaban cansados de seguir a sus líderes, los aliados del estandarte blanco del sol: la luz, las sombras, la vida y la muerte, fueron leales a sus señores y les protegieron hasta dónde les permitieron sus fuerzas.
Durante esa etapa fue la edad de oro del shinoubi, se habían desarrollado muchas técnicas y habilidades que hasta el momento seguían efectuándose. Mas, también se perdieron otros grandes misterios con la aniquilación de este clan y el sometimiento de sus aliados. Los países regidos por Abukara eran patrias de guerreros que protegían al continente entero, y sus soldados poseían habilidades especiales de cada región, pero el Imperio se acabó cuando el estandarte blanco del sol no pudo proteger más a sus señores y para resguardarse, se entregó a sus conquistadores. Entonces, Abukara fue derrotada y borrada de los pergaminos de la Historia. Los hijos de los dioses perdieron fuerzas y tuvieron que acoplarse a las nuevas normas de sus conquistadores. El estandarte blanco del sol bajó las armas y por mucho tiempo, sus integrantes dejaron de ser naciones belicosas e independientes para transformarse en países migratorios y anexos de sus enemigos. Sus clanes se desintegraron y desaparecieron; algunos, que aceptaron la rendición incondicional, tuvieron el privilegio de vivir tranquilos a cambio de que ninguna generación suya manifestara sus habilidades, ni siquiera para servicio de sus nuevos líderes. El destino de los aliados de la bandera blanca del sol fue la eterna decadencia de su tradición, orgullo e identidad. De su reducción territorial nacieron los otros países, el país de la niebla, la arena, la lluvia, la nube, la roca, la hierba y la cascada. De esa gran guerra también nacieron los primeros clanes de ninja, que hasta el momento, se encontraban aún vigentes: Nara, Yamanaka, Hyuga, Kurama, etcétera. Las aldeas se formaron después y en las antiguas potencias, que tan sólo les quedaba el nombre como recuerdo de su poder, transformaron sus feudos en pequeñas comunidades mercantiles: Moritomoe (sombras), Akahaki (luz), Morikame (vida) y Takatami (muerte) eran las únicas aldeas shinobis de las regiones vencidas, pero estricta y vigilantemente observadas para limitarlas. Eran independientes, pero económicamente inestables al ser afectadas por las siguientes guerras que azotaron al continente mucho tiempo después, algunas eran pobres y debilitadas de tradición y disciplina. Cómo llegaba a pensar Sakura con pesar y un insólito dolor que no llegaba a justificar. Estas eran ahora regiones de mercenarios y decaídos rounins. Realizaban trabajos por dinero sin importar nada más que eso, robaban, asesinaban, engañaban y traicionaban; el término akahi fue usado para designar a los ninjas renegados y samuráis derrotados, eran piratas del arte ninja; por ello Akahaki, junto con Takatami y Moritomoe, fueron refugio de sicarios, renegados, ladrones y lo más rechazado del lumpen vivencial. Con el paso de los años, a diferencia de las otras aldeas, Akahaki fue desapareciendo y se degradó al olvido por completo cuando catorce años atrás desobedecieron las reglas e intentaron un golpe de estado en contra de la alianza de los cinco elementos, borrándola del mapa para siempre, o eso creía el mundo hasta ese momento…
-Venganza… -dijo Sakura con mucho pesar. – ¿Acaso es la única fuerza con la que se rige el mundo? Esto debe ser… inaceptable. Por culpa de ese horrible sentimiento gente inocente muere y es lastimada sin remedio alguno… Naruto tiene razón, esto pareciera no tener jamás fin… Primero Sasuke y ahora…
-Sakura… -A Lee no le fue difícil deducir a qué se refería la joven con sus tristes palabras y por ello se acercó a ella con afán de consolarla, mas…
-Pero ¿Cómo se vincula Akahaki con Abukara?...
Lee respiró, se sentía incómodo porque estaba diciéndole a Sakura más de lo que debería saber… -Sasuke nos contó que cuando estaba con el equipo Taka o Hebi, algo así, le dijo Madara que Akahaki era descendiente de Abukara, además, por obvias razones, esa aldea es del País de la Luz…
-Pero Akahaki fue destruida e igual Abukara… ¿Cómo es posible esto?... Además… ¿Por qué atacar esos puntos? Si se tratase de una advertencia o venganza, con el ataque en la cárcel y la Torre roja hubiese sido más que suficiente, tal como tú dijiste, incluso, se hubiesen ido a otros sectores de mayor valor para dejarnos inmunes frente a otra clases de enmigos y adentranos en el pánico, por ejemplo, nuestras recervas alimenticias, el sector de seguridad de los cuatro puntos o… Pero no fue así, en vez de ello atacaron una escuela y una vieja biblioteca que encontraban algo distantes del centro… ¿Dices que robaron unos documentos importantes también? ¿Verdad? Enton ces deberiamos averiguar que deseaban de esos lugares.
-Etto… Yo… ¿Qué quieres decir con eso?-esa reacción no se la esperaba Lee.
-Significa que si fueron los siete de Akahaki fueron los únicos en atacar la plaza, los responsables de la cárcel, la academia y la biblioteca son de aquí y también puede ser que pertenezcan, no sólo a ese sector, sino a gente que conozca muy bien la estructura de la aldea… ¿No es verdad?...
-Es posible…
-Entonces, no pudieron ser refugiados… -dijo inesperadamente Sakura. –Para tener acceso a esos puntos de la aldea, deben tener contactos con gente que no sea asilada o pasante, sino gente importante de aquí, debido a que la academia y la biblioteca tiene un acceso restringido y según tu informe, no fueron forcejeadas las entradas hasta que los pillaron en el acto… ¿Qué tal si hay más jounnin por allí, además de anbus como Kenji que pretendieron traicionarnos?
-Sakura… pero… ¿Qué dices?... ¡esas son fantasías!... Eso da miedo. Mejor deja eso en paz... ¡Ven! ¡Vamos! Te llevo a tu casa, necesitas descansar.
-¿Debería Lee?… ¡No! ¡No me iré! Necesito saber… Lo que digo significa que no fueron los nuevos habitantes de Konoha los que planificaron esto, sino ciudadanos, como Kenji porque sabían como moverse y por lo tanto conocían las entradas de seguridad de cada una de ellas… y debe haber más aún…
-Pero Sakura, casi no sabes nada de esto…
-Descarto a los gennins y al chunnin que se fueron con él… -interrumpió la pelirrosa. -Ellos solos no pudieron planificar esto, son niños que carecen aún de experiencia militar, y en cuanto al anbu y al jounnin, por muy fuertes que fuesen, necesitarían ayuda en una operación tan grande. El trabajo del shinobi no se desarrolla solo, gran parte de ello se logra con el trabajo en equipo... Además, contándolos, no son suficientes para provocar una catástrofe así, no de esta magnitud. ¿Cuatro lugares atacados, al mismo tiempo por siete renegados para que siete enemigos se infiltren sin más que atacar el centro, mientras otros entes se burlaban de los niveles altos como el sector anbu que consta de más de quinientos activos y más de doscientos pasivos que disfrutaban de la feria? ¡Por favor, Lee! Algo no parece tener lógica, es más, el lugar de los hechos pareciera más haber sido un intento desesperado que una táctica planeada... –Sakura recordó la escena del crimen, pero el rastro de violencia pareciera dispersarse por distintos lugares y no cómo se lo había dicho Lee, no totalmente a su parecer…
-Sakura, en la guerra no hay planes, estos dejan de ser cuando estas sumergido en la batalla… ¿Insinúas que…
-Kenji era el jefe de la seguridad de Konoha, pero, incluso él, no hubiese podido llevar a cabo esto a menos que contara con la ayuda de su sector o de gente muy unida a sus fines, y en este caso no fue así al contar que todos ellos fueron tras su cabeza después del atentado, incluso dos de ellos murieron durante el ataque. Él siempre fue un hombre muy precavido, es de los que lanzan un golpe seguro y no gastan energías en intentos. Considera muy bien los riesgos y ventajas de cualquier situación, es tan buen estratega como Shikamaru, muy cuidadoso pero más tenaz y letal. Al contar que la dificultad hubiese sido extrema con Raíz, que está ahora bajo el mando de la misma Hokaghe para mantener la seguridad del mismo sistema de seguridad y que, según me han dicho, estos igual están libres y sin interrogar, él no hubiese gastado tiempo ni energía en distracciones tan obvias, hubiese acabado con Konoha si así lo hubiese deseado. Su naturaleza no es el de la advertencia, él simplemente actúa. Los ataques parecieran más una distracción que un simple llamado, lo veo así porque los puntos no eran en realidad coordenadas vitales para afectar a Konoha, pero lo de la plaza, no pareciera tener un fin específico… ¿Han descartado la posibilidad que entre las gentes de Raíz haya culpables que estén todavía con nosotros? ¿Por qué sólo pensaríamos de los siete que se han ido? ¿Hay testigos que afirmen haberlos visto? ¿Y las entradas a las que tuvieron acceso los siete akahakis? En tu reporte dice que no hay indicios de ninguna clase de genjutsu...
Lee no sabía que más decir, las conjeturas de Sakura no hacían que la culpa recayera sólo en Kenji sino en más compatriotas de alto rango. Una suposición muy peligrosa si el consejo se enterase… -Sakura… No puedes soltar así sin más tu comentario… -se sonrojó el muchacho y casi enojándose. –¡Estás acusando a nuestros colegas…
-No, Lee… Sólo digo que entre nuestros colegas pueden estar disfrazados algunos akahakis, tal vez, los mismos que atacaron al Kazekaghe. O tal vez fueron más los que provocaron esto y puedan seguir aquí… -de pronto a la joven se le presentó otra vieja duda.
-¿Qué pasó con los cómplices que ayudaron al complot en la aldea de la Arena?... –preguntó la ojijade con un temible presentimiento.
Lee se recuperó de la reciente impresión que le dió Sakura. Para su temor, ella sospechaba rápidamente cosas que él no entendía aún y no estaba cien por ciento seguro de hacerlo. Ignoraba mucha información que pudiera ayudarle a entender... -Kakashi lo averiguó en el País del Viento. Sasuke los reconoció y el equipo entero fue espectador de ver cómo ellos salvaban a los traidores del Kazekaghe, pero no lograron rescatar a algunos secuaces que vivían en Suna. Creo que por ello, Kakashi y la Hokaghe los descartaron como sospechosos, hubiese sido una tontería que ellos atacaran aquí de nuevo, pero no quitamos la idea de que pertenezcan a un mismo grupo…
-¿Qué pasó con los cómplices que ayudaron al complot en la aldea de la Arena?... –insistió la ojijade con un temible presentimiento.
Lee tragó saliva… -Lo que se esperaba. Esta vez Gaara no tuvo compasión como otras tantas veces… Ellos hicieron mucho daño, no como este, pero…
Sakura lo miró asustada, conocía a fondo esas palabras e interpretó que Sasuke, Naruto y el resto estuvieron presentes en una de las más terribles ejecuciones de las tierras de la aldea, el degollamiento del escorpión, dedicada sólo a los traidores. Aquella ejecución no había sido dada desde que el padre de Gaara fuese Kaghe.
-¿Y cómo supieron que Akahaki y Abukara son responsables de esto allá en Suna? ¿Acaso sólo actuaron por la conjetura de Sasuke? Pero, si él no los ha visto jamás ¿O sí?...
Lee comenzó a sudar frío, los labios le comenzaron a temblar como si su cerebro estuviese trabajando a mucha presión, suspiró con angustia. –¡Sí y no, Sakura!...
-¿Entonces?
-Sakura, hay informes prohibidos que tiene todo kaghe. Por ello saben que fueron ellos y la justificación como advertencia es que algo… se avecina…
Sakura abriendo los ojos -¿Avecinar qué? ¿Cómo supusieron eso?...
Rocke Lee apretó sus puños con enojo. -Se supone que no debo enseñártelo. Pero creo que será mejor que lo veas tú primero antes de que te agarren desprevenida. Cualquier cosa que llegué a pasar, estaré apoyándote, no importa lo que suceda…
Sakura ya comenzaba a sentirse asustada, pero con firmeza disimuló la voz… -¿Qué se supone que deba saber yo antes? ¿Por qué dices eso? Si el único maldito error que hice fue estar noqueada...
-¡Haruno!... Sé lo de la marca que tienes y tus presunciones sólo señalan a un responsable entre nosotros. A veces tener la razón no tiene nada ventajoso.
-Lee… Me estás asustando.
Rocke Lee la guió al lugar donde había ocurrido la tragedia. Una gran mancha oscura con tonalidades rojas estaba en medio de la plaza y a su alrededor se encontraban cuerpos marcados con tiza blanca...
–El miembro de los siete, al verse acorralado estalló en pedazos, llevándose a dos de nuestros compañeros y a unos cuantos inocentes… -Siguió caminando hasta que llegaron a otra placita destruida.
Sakura vio unos símbolos escritos con rojo en una pared y después un círculo blanco con su interior cubierto de carmesí, arriba de estos…
-Shikamaru los descifró, fue así que supimos que se trataban de Akahaki y Abukara, pero… -Rocke Lee dudaba en decirle y Sakura impaciente se le acercó…
-¿Qué?
El chico la miró… -¿No te has dado cuenta? -señaló el círculo blanco y la pelirrosa lo observó con cuidado. Poco a poco fue dándole forma al símbolo hasta que recordó que era el mismo que llevaba en su uniforme rojo, el mismo que alguna vez llevase ella, su padre y que se encontraba enmarcado en su casa… -No…No puede ser. ¿Qué rayos significa esto? -exigió aterrada.
Rocke Lee con tristeza… -Que… no tardarán en interrogante y considerarte sospechosa de traición y homicidio…
Capítulo 6
Shizue corría a gran velocidad disculpándose con todo aquel que empujaba o tiraba en los pasillos del respetable edificio. Se dirigía a la oficina de Tsunade con una gran noticia. Tres días habían pasado después de la triste ceremonia, y nadie esperaba que las primeras pistas del homicidio llegasen tan pronto.
-¡Tsunade-sama! ¡Tsunade-sama!... -gritaba y entró a la oficina. -¡Es urgente!
La esbelta mujer, quien miraba pensativa por la gran ventana de su oficina, se giró hacia ella muy silenciosa. -¡Rayos Shizue! ¡Gritas como una demente! ¿Qué pasa?... ¡Diablos! Dime que son buenas noticias o de lo contrario tendré que matar a alguien…
-Son más que buenas… Al fin atraparon al responsable del atentado… Kakashi lo trajó. Esta aquí, en las salas de interrogatorio…
-¿¡Qué!? ¡Diantres! ¿Por qué no me avisaste de inmediato? ¡Más vale que no te equivoques!... -Tsunade sin perder tiempo avanzó a la salida…
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En medio de una sala oscura e iluminado por una pequeña lámpara de copa, se encontraba un hombre fornido que apenas comenzaba a abrir los ojos. Estos eran azules, fríos y fieros. No se conmovió al encontrarse solo frente a la oscuridad. Sus manos estaban atadas atrás de su espalda, la silla era incomoda y sus tobillos estaban sujetados a sus patas. Un endemoniado dolor lo poseía y su cuerpo estaba casi hecho trizas. Le tronaban los huesos por cualquier insignificante gesto, aunque eso no le preocupaba. Con una amplia e impúdica sonrisa pensó que lo torturarían. Una línea de sangre había salido por su boca y quedado a la punta de su lastimada y cuadrada barbilla. Esa idea no lo asustaba, las cicatrices de su rostro eran muestra de que ya nada más podría marcarle. Sería una lástima para su verdugo ver que ya nada podía lastimarlo; pensó con desdén.
-Al fin despiertas, Eichiro Inao… -la voz era de un hombre joven. Era fría, sosegada y fuerte.
El prisionero soltó una risita cuando pudo ver la blancura de su camisa y la tonalidad rojiza de sus ojos… -Uchiha Sasuke. Jejeje… -dijo con cierta alegría
-Cuando te vi no pensé que fuesen bajo estas circunstancias. Me atrapaste, tú y ese tal Naruto Uzumaki. Ahora estoy a su merced, pero reteniéndome aquí no les ayudará más de lo que desean. Sólo conseguirán que Yo obtenga más ventajas sobre ustedes… Tú me conoces, sabes bien de lo que puedo y no puedo hacer…
Sasuke lo miraba impasiblemente y con los brazos cruzados. –Lo sé… Por eso estoy aquí. Para mantenerte vigilado.
Inao sabía que Uchiha tenía activado el sharingan y río. –Tus habilidades genéticas no ayudaran de mucho niño. Esta vez no requeriré de mi chakra para conseguir lo que necesito. Jejeje… Tú y ese palurdo Uzumako… Uzumaka… como sea, han agotado todo lo que tenía. Pero, siempre cuento con un plan C a la mano. En tal plan C no necesitaré de mis fuerzas todavía… Aquí se encuentra lo que quiero y se lamentarán de haberme traído hasta aquí… jejeje… -luego tosió sangre y manchó el suelo. Inao estaba grave, sino era atendido moriría, pero pronto Tsunade aparecería para no quitarle el ojo y sacarle la verdad.
-Si aquí está aún lo que quieres, entonces ¿Por qué atacaste a la aldea y no, simplemente, lo buscaste para llevártelo? -preguntó Uchiha.
Sonriendo el prisionero. – ¡Je!... Veo que ya estás comenzando a tomar tu posición “correcta” en la aldea, policía… -tosió sangre y mantenía los labios arqueados. –Pero, te diré, que eso te vale un fregado comino… Lo digo porque sé que si no prestaste interés antes, ¿Por qué deberías hacerlo ahora? ¿Acaso quieres expiar tus pecados? Jejeje ¡Qué conmovedor!
Sasuke se inquietó y presintió que se trataba de algo muy propio de la aldea. Algún tesoro secreto o expuesto. Tal vez de una persona: Naruto. El joven no perdió los estribos y seguía helado de palabras y gestos.
-Hmp... Sólo mírate. Eres un patético desastre. Dudo mucho que consigas algo con ese aspecto. Ya no tienes suficiente chakra para restablecerte por completo. Pasarían semanas antes de que vuelvas a caminar bien. Para ese entonces, estaremos cerca de tus “colegas” y ya no habrá nada que los proteja. Estarás acabado y no habrás abandonado por nada este lugar… Piensa lo que quieras, este cuarto es tu tope. -las palabras de Uchiha eran determinantes. Mas el prisionero sonrió…
-Jejeje… Sí que el tiempo te ha tratado mal. Dime algo Uchiha. ¿Ese tal Uzumako… bueno…cómo se llamé… es tu amigo? Sí es así ¿Por qué no lo has acabado?...
Sasuke se molestó e Inao al percibir su mirada siguió…
-Pensé que sabías lo que querías. Cuando te conocí, supe por tu mirada que eras de aquellos que conseguían lo que deseaban sin importar el precio. Pero, ahora que te vuelvo a ver, debo confesar que estoy algo desencantado contigo… Hubiera preferido que me vencieras tú solo usando la totalidad de tu esplendoroso Mangekyou Sharingan en vez de apoyarte en ese cretino bueno-para-nada. Ya sabes de cual habló, la fase final, el ojo de Akikami. Mas, es obvio que no has tenido el valor para conseguirlo por completo, o mejor dicho, la fuerza, el poder, como los demás de tu acabada prole…
Sasuke hacía muchos esfuerzos para no mostrar furia. La ira instruía su paso a la violencia y si caía, estaría a la merced de ese asesino. La provocación era una de sus tantas habilidades. Con tal sólo entablar una sencilla lucha con su oponente, ya conocía parte de sus debilidades emocionales y existenciales...
-Sí que Itachi fue un pelmazo. Aún me cuesta creer que esté muerto. Todo gracias a su mediocre hermano… Esperaba más de los Uchiha. Por lo menos de ti… Terminarás como tu pusilánime progenitor. Siendo un esclavo de la ley, una ley sin sentido donde tus opresores serán los únicos beneficiados. Y seguirá y seguirá y seguirá hasta que te hartes como Fukagu o aparezca otro Itachi que intente romper con esa continuidad absurda y repetitiva… jejeje ¿No es irónico? A propósito de clanes ¿Ya tienes novi… -la frase fue interrumpida cuando Sasuke le otorgó un fuerte puñetazo y lo tiró. Inao gritó de dolor y escupió más sangre. Luego Sasuke lo levantó con los ojos encendidos y antes de que lo percibiera se alejó.
Había caído, trató de calmarse y aminorar la energía negativa que desprendía su chakra enfurecido. Eso sólo despertaba más goce en su enemigo. Inao, una vez levantando poco a poco la cabeza, rió… -JAJAJAJA!!!... ¡Eso! ¡Eso! ¡Ese es el espíritu Uchiha! Jajajaja… ¡Me fascina esa furia en tu mirada! ¡Ese rencor es extraordinario! jajaja Por eso me caes tan bien…No sólo protegen la integridad ajena, también la suya… Jajajaja… -de repente se calmó al comenzar a toser sangre otra vez. Hasta que volvió a verlo con esa fría y burlona mirada azul. –Bueno, confieso que te admiro algo y por ello te daré un consejito… por los viejos tiempos… Sí aún quieres conseguir el famoso Mangekyou Sharingan con todas sus esplendorosas facetas a voluntad, no dejes pasar más las estaciones; sino el precio por éste va ir en aumento y eso no te agradaría… Quizás ahora tu amiguito Narutito sea lo único valioso de tu inconsolable existencia; pero el tiempo pasa y los sentimientos suelen cambiar… Su muerte ya no será suficiente, hasta que tengas que quedarte completamente solo… Piénsalo Uchiha… El precio aumenta…
-Tonterías… ¿Qué sabes tú de esto? -dijo Sasuke embravecido, intrigado y un poco asustado. El haber peleado con él, junto a Naruto, dio oportunidad a ese enemigo suyo de mostrarles todas sus dudas, resentimientos y emociones. Ahora conocía el fuerte vínculo que tenía con Naruto y lo aprovecharía para sembrar la discordia en ellos. Se preguntaba inquieto ¿Qué otras cosas además de las anteriores habrá visto?...
-Seguramente te preguntaras qué otras cosas he visto yo además de su ferviente amistad -Sasuke quedó sorprendido por lo dicho. Sin duda su extraño don era un arma increíble.
– Puedo decirte que existen ciertas imágenes que me conmueven, pero una de ellas me llamó mucho la atención y… jejeje… no tiene nada que ver con Naruto… -Sasuke se puso a la defensiva y a Inao pareció causarle gracia. – Es más, por esta imagen creo entender mejor porque ustedes dos se llevan tan bien… Comparten los mismos gustos… -Inao rió con malicia y Sasuke con el sharingan pudo ver a través de sus ojos. Un rostro comenzó a formarse en la cristalidad de sus congelantes pupilas y al reconocerlo con lentitud, un tibio estremecimiento lo embargo. Apretó el puño y rugió con impotencia… -Ni se te ocurra… -dijo Sasuke.
-Hmp… En la guerra y en el amor todo se vale. Recuerda Uchiha, el precio aumenta. Date prisa, tic, tac, tic, tac… ¡Decídete de una vez!…
Dos nubes de humo aparecieron detrás de Sasuke y una mano le tomó por el hombro…
-Bien Sasuke… Vete a descansar. Ya nos encargaremos de este hombre tan simpático.- dijo Kakashi. Sasuke se fue retirando…
-¡Recuerda Uchiha! ¡El precio aumenta! Jejeje… -el joven no volteó y salió desvaneciéndose invocando una llama de fuego.
Una vez estando afuera, las últimas palabras resonaron más en su cabeza. No podía negar que aún ambicionaba poseer la última fase de su gran habilidad, aunque el precio lo ofuscaba. Durante mucho reflexionar se dio cuenta que no estaba dispuesto a tanto y supuso que aunque Naruto le diera razones para acometer el crimen, él no se encontraría dispuesto a cumplirlo. Ahora estaba más confundido que antes. Tal vez regresar a Konoha no había sido una buena idea. Su única familia estaba en peligro y para empeorar la situación, posiblemente estaba cometiendo otra traición.
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-Bien Eichiro Inao… -dijo Tsunade acercándose. – ¿Qué tienes que decirnos al respecto?... Mmmp, está claro que la tortura no serviría en nada en ti…Pero, podemos hacer algo para cambiar eso…
-¿Qué? ¿Piensas curarme, hermosura, para después hacerme esclavo de tus deseos? Jajaja… Eso sí puedo esperarlo con ansias -En eso Tsunade lo golpea en la cabeza.
-¡Imbécil! ¡Se ve que no has cambiado nada!... ¡Siempre supe que eras un caso perdido! ¡Ahora mírate!… ¡No me cuesta creer que hayas sido responsable del atentado! Debería dejarte en la explanada para que las víctimas y sus familiares te linchen a morir. Aunque eso no bastaría para que conocieras una pizca del dolor que has provocado. Tu castigo está más allá de las leyes de la aldea… ¡Infeliz! ¡Malnacido! ¡Bastardo!… Sin embargo, no tiene caso, no eres capaz de sentir algo humano por nadie. Eres idóneo para tanta barbarie y por ello mereces eso y más… -una vez desquitada su furia, Tsunade aplicó un jiutsu medico con el cual alivianó la crisis física de su prisionero. Mas, sólo era para mantenerlo consiente.
Kakashi se acercó al dolido ninja. –Bien Eichiro, no tienes otra opción que hablar. Estás al borde de la muerte y tu insignificante vida depende ahora de nuestras manos. Repásalo, si piensas morir, hazlo; para que no perdamos más tiempo en ti. Pero, si no quieres que sepan que fuiste muerto por una vulgar negligencia médica, entonces será mejor que entablemos algo llamado comunicación… Tsunade está lista, Yo estoy listo, ¿y tú?...
Eichiro lo miró mezquino a los ojos, aunque el dolor cesaba, era el orgullo lo que más le afectaba. Kakashi había aprendido de él, años atrás, como llevaba su técnica de adulación y perdición. Sonrió para sí, le parecía gracioso como es que caía en las manos del jounnin y de la sannin, así que decidió divertirse un rato para acercarse más a lo que quería sin provocar sospecha. Primero comenzó a negarse, insultándolos y provocándolos con su venenosa lengua. Daba detalles claros y oscuros de sus debilidades y complejos.
A Kakashi le recordó la muerte de sus compañeros Uchiha Obito y Rin, señalando su cobardía, indulgencia y a la vez desamparo. En Tsunade no tuvo piedad, añadió la muerte de su prometido y hermano con grotesca burla, se rió de su adicción al juego y a la bebida con lastimera crítica e insultó la memoria de aquellos a quienes ella llegó amar, sin contar la infantil descripción que hacía de la Hokaghe cuando se enfrentaba a la sangre. En otros tiempos, cualquiera de los dos se le hubiese lanzado encima para liquidarlo sin caridad alguna. Pero ahora, estaban callados, observándolo con reflexión y análisis. Ninguno expresaba turbación, debilidad u odio. Inao no se asustó, sonrío al escuchar de Tsunade… -Bien, ¿Terminaste?-. Y la miró con deleite…
-Sí que han cambiado… Ya se están volviendo viejos. Me agrada eso, porque sé que al estar lejos de mí se darán un tiempecito para llorar en algún lugar oculto por allí… Y luego volverán a interrogarme con esa afanosa y fría propiedad. Mmp, me gusta el chiste… Por lo tanto creo estar listo para la “comunicación”. ¿Mandarán a ese anciano deforme Ibiki Morino para charlar conmigo? O ¿Están dispuestos a sonsacarme la información ustedes dos solos?...
-En realidad. Los tres vamos a sonsacarte algo -dijo Kakashi y apareció otra cortina de humo. Ibiki Morino hizo presencia. Esta vez mostraba una sonrisa socarrona y sus ojos imperturbables delataban un placer de emulación...
–Cuanto tiempo sin vernos Eichiro. Espero que tu mente esté mejor que tu malgastado cuerpo. Porque no te será fácil ocultarnos nada… -dijo Morino y comenzó a quitarse el paliacate que cubría su desnudo y cicatrizado cráneo.
Una lucha de mentes estaba por iniciar. Eichiro Inao se divertiría, no tan fácilmente les soltaría lo que guardaba para sí. Además, era justo lo que deseaba, complicarles la existencia a esos tres pelmazos, mientras sus sectarios jugaban a las escondidas para hallar lo deseado. –Jejeje… Al fin una pelea sofisticada de acuerdo a mi rango. Ya me había cansado de jugar con chiquillos berrinchudos. Estoy viejo y ya no estoy para travesear con ellos. No saben cuánto me alegra que hayan madurado, al fin…
Tsunade sonrío -¡Ja! No seas tan arrogante. Es obvio que te has perdido de muchas cosas mientras hacías tus complots…
Inao hizo la primera expresión de desagradado…
Ibiki Morino se quitó la oscura y larga chaqueta y se acomodó los guantes para prepararse en el combate… -Yo que tú, no estaría tan confiado. En menos de lo que te imaginas, nos dirás todo lo que sabes… Así que comienza a cantar…
-¡Parloteos! ¡Parloteos! Bla bla bla… ¡Empiecen ya! ¡Estoy ansioso!...
Tsunade, Kakashi e Ibiki sonreían confiados. Inao adoptó una expresión seria. Algo comenzó a no gustarle. Su tranquilidad ya iniciaba a ser algo molesta…
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Continuará...
kittycat:
Capítulo 7
Tres días habían pasado desde que Lee le había mostrado el símbolo circular de la plaza. Ahora sabía que los demás jounnin eran distantes con ella por esa dichosa marca.
Furiosa, se preguntaba por qué Tsunade o Kakashi no se lo habían dicho, o alguno de sus amigos o su madre. Mantenerla ignorante de lo que acontecía era estúpido. Además no hallaba que significaba eso, sospechaba que era una maldita confusión. Estaba furiosa, sobre todo con Naruto; éste jamás le había dicho nada de sus misiones y el muy macho le exigía que ella le contara todo sobre las suyas… -¡Ja! ¡Qué chistoso el muy baka! –gruñía.
Durante los primeros dos días en su casa, su madre no la dejaba salir, y se quedaba en su cuarto leyendo o escapaba a los campos para entrenar y destruir todo aquello que se le presentara a su paso con su super fuerza. Jamás llegó a sentir tal angustia o furia al mismo tiempo, y ninguna de esas sensaciones se apaciguaban cuando llegaba escuchar en la calle rumores venenosos sobre ella y su madre. Al regresar a su casa la frustración crecía y se dió cuenta que tendría que resolver aquel misterio de una vez sino quería amargarse más la existencia. En las noches siguientes escapó de su casa para infiltrarse en el registro civil e indagar sus archivos… ¡Nada!... En el templo… ¡Nada!... Esto la asustaba más… No le quedaba más que ir a la Academia ninja, al despacho de la Hokaghe y si era necesario al archivo del Recinto.
Su padre había fallecido el año pasado por un ataque al corazón, si viviera él no le hubiese guardado nada. Si existiera una vinculación entre el atentado y su familia, su padre le hubiese confesado algo antes. Pero no fue así. Sus últimas palabras fueron las de un patriarca que amaba mucho a su criatura. Aunque, llegó a recordar que entre ellas había al final algo ilógico. El recuerdo llegó:
-“Mi querida Sakura. Todo lo que hecho ha sido por tu bien. Si en algún momento llegaras a pensar que no te dejé elegir tu camino, quiero que sepas que lo lamento. No lo creí conveniente ni para ti, ni para nadie…Tu seguridad y felicidad eran primero y por ello te ruego que me perdones de todo el daño que te he hecho…
-¿De qué hablas? Por ti pude cumplir mi sueño de ser lo que soy. No te debo reproches… Siempre serás el mejor padre del mundo. Ningún daño salió de tu mano, mirada o boca… aunque te oponías al principio. Mas, tu aceptación y dejar que hiciera esto fue el regalo más bello que tuve… -al decir esto su padre lloró…
-¡No, este no era tu camino! Fui un capón y yo no tenía derecho a cortarte las alas… ¡Tú no deberías estar aquí, ni ser para nada un ninja de esta aldea! -Sakura se sorprendió ante estas palabras. - Eres más que eso… sólo que… tenía miedo de… que lo supieras… Miedo no sólo por ti… también… por mí… Aquí nadie te va ayudar Sakura… nadie… Tienes que seguir sola… y volver a la raíz… Es en mi presidio… dónde… está… la… res… res…puesta, más… que… mi refugio… en mi… está la respuesta… Tú la conoces… te… he… enseñado a… ordenarla… a… clasi… fi…car…la…el… perga…mi…no… busca… allí… Él tenía razón… viví… y moriré… como un cobarde… Siempre… ocultándome… y ahora… tú no sabes… nada… - Después de la última frase murió.
La gentil pelirrosa aún sostenía su mano con fuerza. Cuando tuvo que aceptar que el último respiro había terminado, una lagrima clara resbaló sobre su mejilla. El dolor de su partida no le permitió reflexionar su lastimera crítica. Lo quería demasiado…
(Inner – ¡Sí que eres una tonta! ¿Hasta ahora te has dado cuenta?...
-¡Huy! ¡Basta ya! Ni siquiera sé de qué hablaba. Siempre creí que me reprochaba por no ser doctora, ama de casa o algo más sencillo en el mundo ninja, como encargarme de la biblioteca… Un momento… ¿La biblioteca?...
Inner.- Sí, pero ya te estás enterando…Chiquita… ¡Ningún padre por moribundo que esté dice algo así!
-En eso tienes razón…)
Sakura fue a investigar en la academia ninja qué documentos habían sido los robados. Tuvo problemas al entrar, pero con un permiso que le había dado Shizue a escondidas, al fin la había dejado en paz. Sólo esperaba que Tsunade no se enterara. Shizue y Sakura habían entablado una gran amistad, incluso, le pelirrosa le ayudó durante sus primeros días a instalarse en Konoha y a algunas tareas que Tsunade le encargaba de sobremanera. Por esa razón, la joven aprendiz no dudó en hacerle ese pequeño favor a Haruno.
Su sorpresa fue total al saber que se trataban de historiales académicas gennin. Se habían robado aquellas correspondientes a su generación hasta la fecha. -¿Pero qué rayos harían con algo así?- se preguntó. Todos los datos sobre los alumnos como edades, fechas de nacimiento, clanes, técnicas y progresos durante su educación estaban en ellos. Supuso que Kenji lo había hecho para saber a quienes integrar en su rebelión. Pero recordó a los renegados de la aldea, algunos de ellos eran muy fuertes y no todos los gennin abrigaban cierta esperanza. Quizás, con los datos de los alumnos, planeaba conocer a sus enemigos y tener información sobre sus habilidades. La información enemiga era esencial para enfrentar cualquier tipo de batalla. Aterrada presentía que se avecinaba un enfrentamiento feroz, eran demasiados alumnos para tomar en cuenta. ¿Pero, por qué robar documentos de su generación y no de la totalidad de los demás ninjas cómo lo llegó a hacer Orochimaru? Tal vez buscaban a ciertas personas y era obvio que no las conocían. Sólo suponían que se encontraban aquí o, por medio de los expedientes, saber quiénes eran aptos para secuestrarlos o liquidarlos. Un escalofrío le quemó la espina dorsal al pensar que podían estar buscando a Naruto o a Sasuke. Era muy posible, teniendo ambos la fama de ser de los shinobis más jóvenes y fuertes de la aldea. Además, sus habilidades eran únicas, sobre todo las de Naruto. Podría tratarse también de los Hyuga, de Shikamaru y los otros.
Algo faltaba para completar la imagen del rompecabezas, ¿Pero qué?
El espacio de la sala de archivos era reducido gracias a la gran cantidad de alumnos que habían cursado allí. Sakura se sorprendió al imaginar cuantos ninjas habían cursado esa escuela y cuanta historia no guardaban esos papeles amarillentos. Por curiosidad comenzó a ver los datos contenidos en las cajas y pensó, con cierta complicidad, que sería buena idea buscar qué antecesor suyo había sido un shinoubi, además de sus padres. Después de todo, su familia era nativa de Konoha. Sin remordimiento comenzó a buscar en los documentos con una gran sonrisa. Distraerse un poco no le haría daño…
(Inner -¡Eres una tonta! ¡No hay tiempo para esto! ¡Tenemos que encontrar una pista para patearle el trasero al bastardo de Kenji! ¡Cha! ¡Cha! ¡Cha!...
-¡Ush! ¡Ya lo sé!... A lo mejor encontramos algunos datos sobre él de la academia. Conocer su historia podría ayudarnos. Total, él también se apellida con H…)
Para evitar el cargo de conciencia se prometió buscar algo del anbu Kenji. Sin embargo, el saber de algún antecesor, era más tentador que lo otro, y buscó su apellido entre los papeles. Se sorprendió y lo halló extraño al no encontrar a nadie con el apellido Haruno, y según su madre, ella y su familia tenían años cuidando la biblioteca ninja.
Con tristeza pensó que su padre pudo haber tenido razón. A diferencia de sus amigos, de Ino, Sasuke y del mismo Naruto, quien no tenía mucho de haber descubiertos sus orígenes; ella no tenía razón por la cual estar en ese ambiente. Nadie en su familia había sido un shinobi de oficio, por ello tampoco eran un clan de combatientes. En parte se sentía fuera de lugar; por otra, estaba orgullosa de ser la primera entre sus consanguíneos. Hasta que recordaba, con más pesar, que ella no tenía primos por parte de ninguno. Bueno, por alguien se tenía que empezar. Su padre era un bibliotecario y éste le había dicho que era de tradición. Por ello insistía que había errado la carrera…
(Inner con impaciencia –Ya, hiciste lo que querías. Ahora busquemos lo otro…)
Sakura tuvo que resignarse y consoladora pensaba averiguarlo después en el registro civil, hasta que tuvo la temible idea de que ella podría ser una extranjera. Sus papeles de inscripción e historial académica tampoco estaban.
Sin problemas y con ansiedad encontró los papeles de Kenji Hadachi y se enteró que había sido un chico promedio, con excelentes calificaciones y con amplias recomendaciones por parte de sus profesores, aunque con una historia triste, ya que era hijo bastardo de un capitán jounnin del muy renombrado clan Akon y una enemiga de nada más y nada menos que del País de la Luz; por eso sólo conservaba el apellido de la madre. Ésta se dejó morir de tristeza al no poder volver a su tierra natal y el pequeño Kenji, aunque vivía bajo el techo del clan de su progenitor, fue aislado y despreciado por su mismo padre. Al convertirse en ninja abandonó el hogar de los Akon y se independizo por completo…
-Entonces, sí era un extranjero y Sasuke tenía razón al sospechar de él. Sin duda investigó muy bien, con razón estaba tan ocupado –se dijo Haruno. Le sorprendió que fuese un año menor que Kakashi. Sakura no se imaginaba salir con un hombre mayor, sólo de recordarlo enrojecía apenada. Al estar concentrada de cómo le patearía el trasero, si se lo volvía a encontrar para hecrlo cobrar el beso, se le cayeron unas fotografías en blanco y negro. - ¡Genial! Mira lo que hiciste tonta…
Al recogerlas, una le llamó la atención. Era en la entrada del edificio donde se habían realizado los exámenes chunnin. En la fotografía estaban un sensei jounnin, el cual no reconoció, pero tenía una expresión muy familiar, su cara era lobezna y alegre; luego había tres alumnos muy jóvenes, una chica curiosa y coqueta con rasgos gatunos, un chico muy fornido con la cara pintada y con gesto de “pocos amigos” y al lado estaba el apuesto Kenji, con una atractiva y altiva expresión en sus claros ojos. Todos llevando la cinta de la aldea de la hoja oculta. Después seguía un hombre más grande, macizo y alto; era muy apuesto a pesar de tener algunas marcas en el rostro, llevaba el cabello largo y rubio, y sus ojos eran grandes y expresivos, supuso que eran claros; éste llevaba al cuello la mascada pero con el símbolo de Akahaki, una estrella o lo que sería la representación del brillo de una, rodeado su centro por un círculo. Sonreía con orgullo mientras abrazaba, por la derecha al jounnin lobezno, y por la izquierda a una esbelta mujer que vestía un kimono floreado hecho para combate.
A Sakura les gustaban esas vestimentas ninjas, reconocía que era vanidosa y que si pudiese llevaría uno puesto. Pero eso sólo era dado para las mujeres de la aldea de Akahaki. La elegante vestimenta no fue lo único que delató el origen de la mujer; también llevaba en su brazo la cinta con la insignia de su aldea, Akahaki. Tal placa era una estrella de ocho picos, en el centro había una espiral que similaba una pequeña estrella, rodeada por un círculo, ese símbolo era la luz que despedía la llama o el sol. Se veía hermosa y joven, con una gran sonrisa en sus carnosos labios y el cabello claro sujetado con una elegante peineta. Sus ojos se veían oscuros, pero reflejaban una gran satisfacción -¡Vaya! ¡Si crezco más me gustaría parecerme a ella! -se dijo. En ese momento, sufrió un dolor en su nuca y una imagen llegó a su cabeza…
“- Cuando crezca quiero ser como tú… ¿Qué tengo que hacer? -Sakura era una niña muy pequeña con el cabello muy corto. Tendría cuatro años y llevaba puesto un kimono rojo con florecillas. Estaba recargada sobre las piernas de una mujer y sonreía tiernamente.
-Mi pequeña precoz. No comas ansias. Tarde o temprano te transmitiré todo lo que sé y cuando eso pase serás una gran luchadora. Tendrás mucho trabajo que hacer y cumplir. Dentro de algunos años lo verás, pero tienes que ser muy valiente y fuerte porque, así como yo, tendrás que derramar lágrimas y sangre… -la mujer llevaba también puesto un elegante kimono y sus blancos cabellos estaban sujetados por una peineta de jade que contenían una blanca flor. La mujer acariciaba a Sakura y luego esta vio la cinta que llevaba en el brazo.
- Abuela Kanone ¿Por qué llevas eso en el brazo? ¿Qué es?... -preguntó la niña. La mujer se lo quitó y lo amarró a la frente de Sakura. –Esto, lo portaras algún día. Es el emblema de tu hogar. Cuando pelees, esto te hará recordar de dónde vienes y quien eres, así como a tus enemigos. Donde quiera que la lleves, estará contigo la esencia de tus raíces y no estarás sola… -La placa que tenía la cinta era muy pesada, por lo que se le cayó y le tapó los ojos. La mujer rió con dulzura…
-Eres muy joven aún. Pronto crecerás y estoy segura que serás digna de portar este emblema. Poco a poco irás descubriendo porque es tan importante, mas esa lección es una que tú sola deberás aprender... -Sakura afirmó y ella y la mujer se levantaron del suelo. Las dos se encontraban en un pasillo amplió que señalaba el exterior, cerca de un exquisito jardín. Kanone la llevaba de la mano juguetonamente. A algún lugar iban hasta que escuchó que alguien la llamaba…
-¡Kanone-sama! ¡Kanone-sama! -un joven rubio de casi diesiseis años, de ojos castaños claros y con un uniforme de yukata colorido y extraño llegó a ella.
-¿Qué pasa? -preguntó la dama y el joven, al ver a la pequeña su lado, bajó la voz hacia la señora.
-Uchiha está aquí… Dice que es importante hablarle y que esta vez no se irá sin haberla visto… Parece… muy… molesto…
- Ese hombre está acabando con mi poca paciencia. Si continúa fastidiando tendré que tomar medidas drásticas. -Kanone expresó molestia, casi fastidio. Luego miró a la niña y en la entrada de la casa mandó llamar a alguien. -¡Yoko! -una mujer más o menos mayor se acercó.
–Llévate a la pequeña, es hora de su baño… -La mujer hizo una inclinación y se llevó a Sakura. Ella no dijo nada, sólo permaneció con la mirada fija en Kanone.
La dama se alejaba con el joven siguiéndole los pasos y luego alcanzó a oír. – Sé que Uchiha tiene familia en Konoha, una mujer y dos hijos. Averigua dónde viven y vigílalos. Que no te vean. Necesito que me informes si decide mover algún alfil. Y si algún miembro de su fastidioso clan te descubre, mátalo… Servirá también de advertencia… Nadie se mete con esta familia sin traer consigo sus fatales consecuencias…
-Sí, Kanone-sama -y el joven desapareció como un relámpago.
Sakura no le quitaba la mirada de encima a la soberana dama…”
La pelirrosa volvió al presente dudosa y asombrada ¿Era otro disque recuerdo? Miró la fotografía de nuevo y comprobó que aquella mujer era la misma de sus remembranzas dudosas. Sólo que allí estaba más joven y no tenía ningún gesto de maldad. Se veía feliz y noble. Hasta saludaba jovialmente con la mano a la cámara. Sakura giró la fotografía, decía una fecha y en la esquina estaba su nombre, Haruno. ¿Qué significaba? ¿Acaso Kenji y ella estaban emparentados? (Inner -¡Qué horror! ¡Qué horror! ¿¡Y aún así quería algo conmigo!? ¡Qué vergüenza!). Junto con la foto cayó otro documento, una copia de acta de nacimiento del mismo Hadachi. Al pricipio no le sorprendió, hasta que vio el segundo apellido de la madre de Kenji, Abukara. Sakura sorprendida observó con más detenimiento las fotos y se enfocó en los tres chunnin y en el sensei. El hombre lobezno le inquietaba, sabía que lo había visto en alguna parte; en cuanto a los chicos, no tenía idea si seguían en Konoha. El hombre más alto y con las cicatrices le despertaba otra sensación, no lo conocía y sin embargo sentía que sí… Un nombre estaba en la punta de su lengua.
–Ino...Ina…Ineo… -Le molestaba esta nueva situación. Pronto, sin más que perder tomó los papeles de Kenji y buscó los nombres de los integrantes de su equipo.
-Son Kazuyo Fuchida y Minako Hira. Integrantes del equipo seis junto con Kenji Hadachi. Su sensei era Toju Arato, un jounnin especialista en estrategia. Mmm, tal vez si busco sus expedientes pueda hallar algo sobre ella.- Pensó la muchacha reconociendo que estaba alejándose del motivo de su visita. (Inner -¡Ya! ¡Nos queda poco tiempo! ¡Tenemos que irnos antes de que ese metiche secretario le pregunte a Tsunade sí es verdad lo del permiso!).
Sakura no se había dado cuenta, ¿Cuándo fue que Inner se hizo tan precavida? Aun así, continuó con la investigación. Halló los archivos de Fuchida, su historia era similar a la de Kenji, su madre fue sometida por un anbu, origen: País de la Luz, causa de la muerte: suicidio, el padre tampoco lo reconoció como tal y por ello tenía el apellido de la madre, pero lo más aterrador es que no sólo era un extranjero, sino que el segundo apellido de su madre era Haruno. Leyó sus habilidades y técnicas, era otro alumno tan brillante como Kenji, algo problemático, le gustaba provocar a la gente y tenía muchas bajas debido a ello. Después, recordó que ese chico era el difunto sobrino de su vecino; se lamentó por aquel muchacho, este había sufrido una infancia dolorosa y un destino fatal; sintió más pena por él al saberlo su único pariente en la aldea, pero, si estaba relacionado con Akahaki ¿Eso explicaría su relación con aquellos dos que llevaban el escudo de la aldea de la Luz? ¿En consecuencia, ella era de Akahaki por parte de madre?...
Más tarde encontró los archivos de Hira; estos la alegraron un poco más; la madre de ella era pariente de la familia de Kenji y una descendiente del finito clan Abukara, pero el apellido de la madre de Hira era Haruno. (Inner -¡Ja! ¡Ni tan finito!)… Sus técnicas eran similares a las de su primo, parálisis con la visión, velocidad máxima en gennjutsu, taijuitsu, ninjutsu y conocimiento de pócimas y venenos para afectar el chakra. Le dio escalofríos la idea. Siguió en su búsqueda y encontró otra foto. Estaba Minako con su traje de ninja anbu, a un lado una mujer con el mismo uniforme; supuso que era su madre porque tenían los mismos rasgos; y cerca de ellas, con un kimono de combate se encontraba Kanone sonriendo y tomando del hombro a una feliz Minako. Atrás de la fotografía tenía una fecha posterior a la primera y una leyenda: A mi sensei Haruno, gracias…
Sakura vio que Kanone era Haruno. -¿Qué significa esto? No entiendo nada. Menos sé de qué se trata todo esto… -Decía cansada y cayendo de rodillas. -¿Acaso significa que nunca fui de aquí?
Observó las manecillas de su reloj de pulsera, eran ya cuarto para las ocho. Había perdido completamente la noción del tiempo y rápidamente dejó todo como estaba. Sin pena, decidió llevarse las dos fotografías y salir rápido para que nadie se diera cuenta.
Cuando se dirigía a la puerta, vio que dos ninjas se acercaban para revisar el lugar de los hechos. Entonces, antes de que pensaran que algo había sucedido en la habitación, salió por la ventana sigilosamente. El mismo lugar por donde entraron y salieron los primeros ladrones.
A Sakura le pareció irónico y pensó con burla que ya comprendía cómo Kenji había conseguido robar tales documentos. No obstante, no era suficiente. Tenía que averiguar más y por ello decidió dirigirse de inmediato al registro general de la torres roja para observar los archivos que guardaban todo sobre los habitantes de Konoha. Temerosa esperaba que nadie notara su presencia en ese lugar y menos Tsunade.
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-¿¡Qué!? ¡Tarado! ¡Baka! ¿Cómo pudiste enseñársela? ¡Peor! ¡Hacer algo así! -Ino estaba furiosa y golpeó a Lee en la cabeza.
- ¡Auch! Pues yo considero que es mejor que lo sepa antes. De ese modo no será sorpresivo que lleguen los anbus y pretendan llevársela para interrogarla. Se ahorrará el susto y tendrá la mente más clara cuando tenga que enfrentarlos… Ella es inocente y no es justo que le ocultemos algo así... Además... no pude... no pude... no pude resistirme, ya sabes que ella es muy buena en genjuitsu -reprochó Lee aún sobándose la cabeza y, sonrojado, recordando como lo había seducido con aquellos celestiales ojos jade que tanto le encantaban.
- ¡Baka! ¡Baka! ¡Baka!... -Ino lo sujetó del cuello y lo sacudió con furia. -¡No pueden llegar a hacer eso sin ordenes de Tsunade! Además, no hay ¡Pruebas! -gritó como fiera.
-Es cierto Lee -intervino Ten ten. –Sakura es su discípula y la conoce de años. ¿Tú crees que le haría eso?
-Mmmp… Por mucho que trató de imaginarme a Sakura como una vil bruja, sólo llegó a verla disfrazada con un pésimo atuendo de tal, o con la nariz grande y llena de verrugas. Pero jamás como alguien capaz de asesinar… Si no es capaz de matar a una mosca, menos a una nación entera. Es muy buena gente. Lo reconozco. –decía Satín pensativa. – ¿O no mi Shino? -decía remilgada al encapuchado chico que se sentaba a su lado.
–Hmp… Yo opino que es inevitable sospechar de ella o de su familia. El símbolo es muy claro. -concluyó secamente.
-¿¡Tú también!? -rugió Ino. –Sakura no tiene clan. El único pariente que le queda es su madre. Su padre murió hace un año y toda su familia falleció en la tercera guerra ninja en el ataque de Konoha, no en combate. ¿Cómo serían capaces de hacer algo así? Además, no son de linaje ninja como la mayoría de nosostros.
- Etto… Quizás sea un malentendido. Con la explosión y la gente corriendo hacia todos lados se pudo haber deformado el símbolo. -dijo Hinata. –O tal vez, la hicieron para culparla…
Ino seguía -¿Pero culparla de qué? Además, ella me platicó que el símbolo es de restauradores de documentos antiguos ninja, pero no eran belicosos. Su padre era bibliotecario, más que combatiente. Estoy de acuerdo por primera vez con Satín. Sakura no sería capaz de matar a una mosca a menos que ésta intente hacer un jiutsu mortal o robarle la virginidad… Esto está más raro y tengo un mal presentimiento.
Las jóvenes ninja, al cumplir la mayoría de edad, habían decidido mudarse juntas a un viejo y pequeño edificio rentable. Ansiaban independencia y con lo que ganaban de sus misiones, se ayudaban juntas para la renta, la comida y otros gastos del lugar. Cada una tenía su alcoba y como punto de reunión estaba la sala que se conectaba a la cocina y este al comedor. El edificio no era moderno para gusto de Satín o Ino; pero lo decoraron tan bien que parecía bello, juvenil y cómodo. Ten ten y Aiko tenían pocos días de haberse mudado con ellas y Sakura trataba de convencer a Hinata para que se les uniera. La joven Hyuga aún no se decidía; pero le agradaba la idea de comenzar a independizarse, aunque su padre y Neji no veían eso con buenos ojos.
Las chicas estaban reunidas en la sala, incluso Hinata estaba allí esperando a Neji para ir pronto a casa. Shino y Lee le hacían compañía a Satín, juntos habían terminado de inspeccionar la zona muerta. Chouji se encontraba con ellos cenando tranquilamente, pensando en lo que había visto en la tarea. Desde lo sucedido, todos los shinobies estaban en movimiento y mañana eso no cambiaría.
Tsunade les había informado que tenían una misión relacionado con este asunto y por ello estaban, desde esa noche, en espera. No tenían idea de que podría tratarse. Los siete muchachos ya sabían que Naruto y Sasuke habían atrapado a uno de los protervos responsables. Y todos estaban inquietos. Habían acordado reunirse en la casa de las chicas para que Naruto les contase lo que había ocurrido. Sakura, debido a que aún no se encontraba bien, permanecía en casa de su madre. Tsunade se lo había ordenado. Ino sospechó que era para mantenerla al margen de las cosas.
En unos minutos llegaron Temari y Shikamaru, después de atrapar y perseguir delincuentes, se habían quedado en casa de éste para descansar unas horas. Ahora, como todos, estaban esperando noticias sobre la próxima misión y del trío más fuerte de la aldea: Uzumaki, Uchiha y Hyuga.
Shikamaru, con su típica actitud, no dejaba de expresar malos augurios sobre la llegada de los faltantes. – Aunque hayan logrado capturar al responsable de los atentados. De todas formas los otros cinco siguen allá afuera. Me da mala espina. ¿Y si volvieran sólo por su líder? Eso sería un problema -La idea le daba escalofríos. Realmente se había espantado de la fuerza de esos extraños personajes. Entonces, Temari le tomó de la mano y con una mirada coqueta y burlona…-Entonces, estaré para cuidar de ti y de ese lindo trasero… No dejaría que nada malo les pasase, miedoso. -Nara sonrío divertido y le sujetó más fuerte la mano. En medio de la incertidumbre, sentía consuelo en hallar la confianza en alguien.
-¡Sí! ¡No dejaremos que nos pateen el trasero otra vez! ¡Joooooo…! -decía Lee animando el ambiente y dando sus versátiles patadas al aire. Ten ten lo golpeó… -
¡Bien dicho hombre! ¡Pero guarda energías y no las gastes en bufonadas!...
-No eran bufonadas, eran… ¡Auch!... ánimos… -dijo Lee cayendo por el golpe.
Todos se relajaron un poco. Hinata, quien estaba sentada en un sofá al lado de la ventana, vio con tristeza como la lluvia comenzaba a cobrar más fuerza. -Espero que Naruto y los otros traigan respuestas -pensaba y vio a unas figuras llegar al edificio.
-¡Creo que allí vienen! -gritó Hinata y todos miraron expectantes a la puerta.
Chouji dejó de comer y Shino se alzó. El grupo contuvo la respiración al observar que la perilla giraba con gran lentitud. Hinata se levantó… -¿Naruto?...
-¡Hola a todos! ¡Llegamos!...
Todos cayeron de espaldas y Hinata seguía de pie con la cara muy roja. Sai, Kiba, Akamaru y Aiko la miraban interrogantes…-¡Hola Hinata! -dijo al fin Sai rompiendo con los largos minutos de silencio. Ella reía con nerviosismo…- Etto…jejeje…etto… Hola… -dijo al fin.
-Me alegra que te alegre vernos… -dijo Sai sonriendo e Ino fue a sacudirle por el cuello enojada. -¡Baka! ¿Dónde están los otros? Dijiste que vendrías con ellos…
Sai sonriendo – Y no miento, vienen para acá. -señaló a tres muchachos cubiertos por unos impermeables ninja en el marco de la entrada.
Ino abrazó a Sai. –Mi Sai, siempre tan confiable… ¡Maldición Akamaru y Kiba! ¡No se sacudan en la alfombra! ¡Es muy costosa!... ¡AHHH! ¡No salpiquen!... ¡Rayos! Esto olerá a perro mojado… -Ino comenzaba a pelearse con el ninja y su perruno compañero.
Naruto, Sasuke y Neji se quitaban los impermeables y los colgaban en un armario. Hinata se les acercó con las manos unidas. Había notado sus daños en cara y atuendos. Los muchachos se veían agotados. -¿Qué les ha pasado? ¿Quién era ese hombre que atraparon? ¿Qué…qué… qué averiguaron? -Todos guardaron silencio. Neji miró a su prima y luego al resto. Sasuke hizo lo mismo y después se dirigió hacia Naruto. Éste estaba muy callado y pensativo. Era muy extraño para aquellos que lo conocían y, por esa razón, se estaban poniendo más nerviosos.
-¡Naruto! ¡Naruto! ¡Baka! -grita Kiba y consigue llamarle la atención. Akamaru ladró.
-¡JE! Sólo así respondes -dijo tratando de adoptar un acento burlón. -¡Habla! ¿Qué ha pasado?- insistió Kiba y su perro ladró afirmando.
Todos lo miraban expectantes. Esperaban cualquier cosa, comentario bobo y característico de él, o algún dicho que los hiciese caer de espaldas. El silencio los mataba, no era normal en él hiperactivo rubio tanta ecuanimidad. Neji y Sasuke se veían más severos y supusieron que la situación no había mejorado; había empeorado…
-Ino -dijo de repente Naruto.
-¿Sí? ¿Qué pasa Uzumaki? (espero que salga con una absurda chistosada, por favor) -pensaba la rubia.
-¿Está Sakura en su cuarto? -a todos le sorprendió la pregunta.
-¿Eh?... No… Eh, por órdenes de Tsunade se quedó en casa de su mamá.
Hubo más silencio. Naruto estaba cabizbajo. –Ino… ¿Puedo dormir un rato en la recámara de Sakura? Te prometo que no haré desorden como la otra vez… -Más inquietos estuvieron.
-Claro… Eh, déjame llevarte. -Ella y Sai acompañaron a Naruto a subir escaleras. Habían observado que se encontraba débil y que le costaba mantenerse en pie. Los jóvenes lo miraban con espanto y sorpresa. Una vez que se aseguraron de que estaban lejos de ser escuchados. Las preguntas se abalanzaron contra Sasuke y Neji. Aiko fue la primera en animarse.
-Neji, Sasuke… ¿Qué ha pasado con Naruto? Esa no es una actitud usual en él…
Sasuke no dijo nada, fue Neji quien rompió el silencio y comenzó a narrar lo que había ocurrido… -Salimos de Konoha. Duramos días marchando, hasta que Sai y el resto tuvo que regresar a la aldea para devolver a los pillos que se escaparon de la cárcel. Los atrapamos por casualidad…
-Sí ¿Y? -dijo Kiba impaciente.
Neji continúo sin prestarle atención. – Kakashi y Gai estaban con nosotros. Al llegar cerca de Suna los malditos nos interceptaron. Habíamos caído en una trampa. Los siete… Apenas creí que teníamos oportunidad. Eran muy fuertes, invencibles. Conocían cada habilidad, técnica y punto débil nuestro. No sé cómo alguien puede llegar a conocer todo eso… Ni siquiera teniendo espías a cada momento…
-Significa que nos mantuvieron vigilados mucho tiempo atrás, tal como en el País del Viento… -agregó Lee.
-Tal vez, desde el inicio de nuestras carreras. Es lo único que puede explicarlo. -agrega Shino.
- Entonces, el atentado estuvo planeado desde que éramos unos gennin -insinuó tragando saliva Chouji.
Neji continuó. –Yo creo que planeaban algo más que un atentado y siguen en ello. Algo más grande y terrorífico. Sin duda, si es así como lo proponen ustedes, el fin es más cuantioso que cualquier competencia entre naciones. Ya estaríamos hablando de una guerra fríamente calculada. Los Abukara planean vengarse de lo que llegamos a hacerles hace mucho tiempo. Tal vez hasta destruirnos…
-¡No pueden hacer eso! ¡Es imposible! ¡Nadie puede destruir a nueves países! -dijo Temari enojada.
-Sí pueden… con tiempo, determinación y ese poder, sí pueden… -habló inesperadamente Sasuke. -Nosotros hicimos lo mismo hace más de ciento cincuenta años. Es imposible suponer que no se llegase a repetir lo mismo otra vez ¿Acaso no recuerdan lo que pasó con Madara?…
- Sí es así, ¡Adelante! ¡Ataquemos su patosa aldea y que todo termine de una vez!... -Kiba expone y Akamaru lo apoya con sus graves aullidos…
-¡No es suficiente! ¿Es que no viste lo que pasó en el festival? ¡Partieron la tierra a la mitad con tan sólo una suave embestida!...Y eso fue sólo una mínima parte de su poder… -Neji apretaba los puños con furia. Era la primera vez que lo veían asustado. Hinata se acercó a él para reconfortarlo.
-¿Qué otros poderes tenían? -preguntó con temor Ten ten.
Una vez sereno. -Sí pensamos que eran seis ahora, se equivocaron. Seguían siendo siete. Uno de ellos tenía la capacidad de hacerse explotar y luego regenerarse rápidamente, y no sólo hacía estallar su cuerpo, también cualquier cosa que llegase a apuntar sus ojos, los cuales brillaban de un encendido verde. Podía localizar los puntos exactos de chakra con ese kekein genkai, tocarlos y activar una bomba dentro de tu cuerpo o hacer explotar cada uno de tus miembros. Vimos usarlo en unos pobres prisioneros que huyeron con ellos. Otro, era una mujer, la cual poseía una gran velocidad, leía tus movimientos con otra especie de kekein genkai. No era como el Sharingan o el Byakugen; sólo percibían los movimientos del chakra y eso bastaba para partirte en gajos, y si llegabas a mirarle a los ojos, quedabas paralizado. En sus uñas tenía veneno que afectaban tus energías… Existía también, un niño, fue al único que le vimos la cara. Kakashi fue quien le rompió la máscara, este pequeño creaba criaturas espeluznantes con la energía que emanaba de la naturaleza y las controlaba, también parecía poseer un don visual para ver el chakra y capturarlo.
-¡Claro! ¡Las bestias que atacaron esa noche! -rugió Lee.
Había un hombre muy larguirucho y flaco, todo un esqueleto, pero con una gran fuerza; esta era por robar el chakra de sus oponentes. Bastaba con tocarlos con sus entubados y gelatinosos dedos. Era una…sabandija, parecía estirarse como una… liga, algo así… -Neji enfurecía tocándose el brazo izquierdo y Ten ten conjeturó que había peleado con él.
-¿Qué más? -preguntó Aiko pasmada y asustada.
- Los tres no eran menos fuertes. Una joven, veía y sentía el chakra de los demás y conocía no sólo las técnicas que ese oponente conocía, también penetraba su esencia al hacer, su energía, contacto con la otra y tu cuerpo y lo aprendía; una vez logrado aquello sabía cómo atacarlo, una función mimética. Ella usaba la misma técnica visual; al parecer era permanente. El siguiente contrincante era sumamente extraño. Por más que traté de localizar sus puntos clave de chakra me confundía y cuando creía que había golpeado alguno de sus puntos, era error. Otra corriente la siustituía y la regeneraba, mientras las otras trabajaban. Tenía más de lo normal. Tenía como cuatrupe o quíntuple de corriente que corría por todo su cuerpo y eran casi imposibles de cortar. ¡Una telaraña muy confusa!... Su poder parecía un chiste. Como Naruto, usaba clones de sombra, pero jamás pude localizar al original. Su misma energía me cegaba. Podía diferirlo de otras cosas, pero de sus clones no… ¡Y luego esa maldita risa! ¡Te hacía perder la concentración! ¡Se movía como un maldito bufón y se burlaba de todo!... -Neji rabiaba…
-Eh… ¿Y el último? -preguntó tímidamente Hinata.
-El último… Sólo Sasuke y Naruto pelearon con él. Era el jefe, al que capturaron. No vi que poderes tenía. Pero tengo un mal presentimiento; tengo la opinión que se dejó capturar con algún fin. A comparación de los otros, su cuerpo era un caparazón. No pude ver con mi Byakugen a través de él. No era como los demás… -concluyó Neji.
Hubo un silencio oscuro. Las gotas de lluvia y la tormenta eran las únicas que aclamaban. Satín, tímidamente, preguntó. – ¿Por ese individuo Naruto ha estado así? -Neji bajó la mirada y asintió… -¿Qué le hizo?... ¿Sasuke? -la chica giró a donde se encontraba el joven, pero este había desaparecido. –Bonita forma de apoyar a tus compañeros… ¿Qué tal si llegásemos a pelear con él o con ellos? -expresó la chica tensa…
-Es lo más posible -Shino la miró. –Como también que no sean los únicos con extrañas habilidades… Pero sabemos ahora que su fuerza radica en su facilidad de tener contacto directo con el chakra…
-¿Sí? -rezongó Kiba sarcástico. -¿Y de que nos servirá entonar eso sí nos van a matar? Nosotros, a diferencia de los Hyuga y de Uchiha, no podemos ver chakra. Y luego Naruto con el Kyubi que tiene… ¡Nos matarán! Si ustedes no pudieron con ellos, menos nosotros que nos valemos del contacto físico…
-Tiene razón, me parece sensato lo que dice el pulgoso. -interviene Shikamaru. – Además, los otros escaparon ¿Verdad?... Si no vienen por su jefe, será porque son muy viles los miserables o porque planean algo más tétrico. En su maldito juego nos están manteniendo en la expectativa y eso no me gusta…
Al terminar de comentar, los demás se dieron cuenta que Ino y Sai habían llegado a tiempo para escuchar todo. Estaban recargados en la entrada de las escaleras. Ino se veía muy inquieta y su amado la abrazaba. Hinata los miró preocupada. –Naruto ¿Cómo está?
-Cansado. No quiso decir nada -dijo Ino.
-Estará bien Hinata. La batalla, como a los demás, también le impactó. Pero pronto será el mismo… -agregó Sai para apaciguar a la ojiblanca.
-¡Yo diría que más! -expresó Satín levantándose con las manos en la cintura. –Significa que esto es un cambio masivo. Si Naruto se pone así frente a un contrincante, ahora sí hay que preocuparnos… ¿Qué le habrá hecho ese terrible hombre a nuestro Naruto?... Sin duda esto no se ve nada bien…-luego Aiko miró al grupo con sus grandes ojos azules.
-Alterarnos no servirá de nada… No nos queda de otra que esperar hasta mañana y ver qué piensa hacer la Hokaghe. Claro, tenemos que estar prevenidos y dispuestos a actuar en cualquier momento… De todas formas, si nos educan para morir en misiones… No deberíamos estar asustados si moriremos por defendernos, es algo más personal y por lo tanto más poderoso y noble… Creo que debemos tener fe en nuestras propias habilidades. Naruto siempre la ha tenido -Aiko se dio a escuchar con serenidad.
Necesitaban de una voz sensata. Extrañaban el optimismo de Naruto o de Sakura, cuya fe en el pelirrubio inspiraba más confianza y fortaleza. Pero Aiko tenía razón. Aunque no habló con inspiración belicosa se veía decidida y dispuesta a todo por defenderse.
Después de todo, ella sufría más al perder recientemente a su hermana por culpa de esos futuros invasores.
-Tienes razón Aiko -dijo Kiba con aprobación y Akamaru ladró. –Debemos luchar…
- Debemos intentar. –dijo Chouji.
Los jóvenes se miraron y asintieron. Neji –Entonces, esperemos a lo que diga la Hokaghe. Cualquier cosa que venga, estoy preparado. Ya sé a qué me enfrento…
El grupo adquirió una gran determinación. Fuese lo que fuese, estaban juntos para enfrentarlo…
Capítulo 8
En el templo de la estancia Uchiha se escuchaban el eco de las frágiles gotas de lluvia y de la ofuscación de los relámpagos como ecos muy ljanos e irreales, como si el oscuro cielo llorará la tristeza y furia de toda Konoha.
Sasuke estaba empapado, con los mechones oscuros sobre sus ojos y sosteniendo la fina katana sobre su hombro. El joven estaba sentado en el piso, contemplando el altar exterior de su Clan. Las luces de unos cuantos relámpagos los iluminaban y luego las sombras se volvían a apoderar del lugar. La soledad era una agraciada compañera, cuya voz familiar le permitía cavilar con serenidad y cuidado. Ninguna voz humana lo alteraba, hasta que recordaba los rostros de aquellos que le dirigieron la palabra por últimas vez en su encuentro. Abría los sentidos con sorpresa, no pensaba que fueran tantas. Su hogar era tan silencioso mientras que en su cabeza las voces chocaban y algunas lo confundían. Tenía que meditar con cuidado cada palabra, cada gesto, cada demostración de odio, repudio o muerte que quisieron marcarlo por completo en los pasados y últimos instantes.
Unos bellos y serenos ojos verdes capturaban su rostro con indulgencia y piedad. Eran más profundos y su brillo más cálido y alegre de lo que pudiese recordar años atrás; lo habían capturado, estaba bajo se encanto y aquel místico iris jade purificaba su alma con su limpia luz. Sus manos eran suaves y protectoras, sólo el recordar como de ellas emanaba una abrasadora energía sobre su pecho lo estremecía. Y los delicados labios eran un deleite que ambicionaba con más apego. No se arrepentía de probar aquel fruto prohibido y su sabor seguía fresco con el recuerdo de su dulce aroma. Remembrarlo le traía paz y gozo, aunque la conciencia le recriminaba en susurros su vileza. Después de todo era una vulgar distracción más y una chocante traición hacía Naruto…
-Debo quitármelos de la cabeza -se decía el joven y dejaba que recuerdos más importantes ocuparan su lugar.
Las palabras de Inao iban y venían con insistencia. El precio del siguiente nivel del Mangekyou Sharingan no podría estar tan lejos de lo que imaginaba; el suyo era otra derivación nueva, debido al resultado de sus descisiones y recientes emociones. Podrían desviarse las técnicas oculares, mas no cambiaba la posibilidad de que su trayecto fuese el mismo que el del original, Inao se lo dijo. El hombre estaba jugando con él para turbarlo y desesperarlo. Conocía sus deseos y ambiciones y las estaba restregando en su cara para acabar con Naruto. Eichiro Inao, recientemente, había descubierto que Naruto Uzumaki era un oponente digno de temer. Si lo provocaba o lo dejaba por más tiempo en la jugada, no tardaría en pagar las consecuencias. Uchiha se sentía orgulloso ante tal descubrimiento y sonreía con malicia; no dejaría que Inao lo usase a él para quitarle de encima al hiperactivo ninja bruto cabeza hueca.
–Que se las arregle como pueda. –decía.
Él ya comenzaba a formar planes. Sí eran verdaderos sus conocimientos sobre los clanes y las habilidades de estos, podría sacar ventaja del complicado akahaki. Naruto podría ser cualquier cosa, menos insignificante para esta guerra, si fuese así ¿Por qué tanto insistir en acabar con él? A Inao tampoco le convendría que él obtuviera todas las habilidades del Mangekyou Sharingan; si los obtuviera, Eichiro sería al primero a quien buscase. Madara se lo había dicho e incluso, alegó que el no pudo obtenerlo para acabar con el mismo sujeto. Una vez con esa última fase de su habilidad, podría ver todas sus técnicas y trucos, y lo más importante, conocer el secreto de su extraña fuerza. Sasuke planeaba, tal vez, manipular la información que Eichiro tenía sobre él y Naruto, con el fin de hacerlo confesar cómo obtener el siguiente nivel del Mangekyou, el más fuerte de todos. De la misma forma que éste pretendía operar sobre ellos dos para conseguir lo ambicionantemente “deseado”. ¿Qué será lo que desea? La pregunta seguía sin respuestas.
Eichiro Inao decía que aún se encontraba en Konoha. ¿Por qué Kenji no se lo llevó antes o durante el atentado? Si supiera antes a qué se refería, entonces albergarían una ventaja muy importante sobre Akahaki.
Eichiro Inao era muy astuto; seguramente, durante los momentos de interrogatorio Tsunade y Kakashi estaban realizando una fuerte batalla mental. Sasuke no veía mucho optimismo, sin duda el muy ladino llevaba más ases bajo la manga. Por ello tenía que hallar aquello antes de que volviesen a atacar.
Era ilógico pensar que se dejara atrapar el líder para volver a la escena del crimen, a menos que el plan haya fallado y urgiera obtener ese objeto tan valorado. Los documentos robados, la liberación de los prisioneros, el fallido hurto de la biblioteca y la matanza en la plaza mayor no podrían ser sólo distracciones; faltaba un elemento que los conectara a los tres. La cabeza le dolía, una de los Siete les atestó un golpe que casi lo dejaba inconciente.
Las gotas de lluvia aceleraron su caída y los relámpagos ya dejaban de retumbar las paredes. Sin intención Sasuke se quedó dormido, no había descansado desde que partiera de Konoha por los terroristas.
Un sueño invadió sus reflexiones…
En la vivienda Uchiha el cielo acababa de oscurecer y sus luces estaban recientemente encendidas. El pequeño Sasuke había terminado de cenar y se dirigía al jardín a jugar con un trompo de madera. Corría lejos de su mamá porque ya comenzaba a preparar el baño y él quería divertirse un rato más. Se adentró en los jardines y llegó al lado opuesto de la casa, cerca del despacho de su padre. Allí vio que las puertas estaban casi abiertas y pudo ver a su padre conversando con un jounnin de la aldea…
-No deberías continuar con esto Fukagu, es peligroso. La aldea te descubrirá y yo no haré nada para defenderlos. Piénsalo, un golpe de estado no ayudará en este momento. Desde que ocurrió lo del Kyubi, todos creen que ustedes son los responsables. Involucrar a las antiguas casas empeorará las cosas y ellos ya se están fastidiando… -Un hombre lobezno, moreno y de ojos dorados miraba severamente al padre de Sasuke con los brazos cruzados.
-Te preocupas demasiado por Haruno, Toju… Abukara tendrá que aceptar. Cometieron un error al subestimarnos con el Kyubi. Si no nos apoyan en despertar a sus dichosos lideres, se verán en la extinción total. ¿Crees que los dejaré libres en una oportunidad así? Es un gran momento para hacerlos pagar por todo su despotismo… Deben acceder, su gran Era terminó y les toca a los Uchiha saldar con el subordina miento de ambas aldeas. Haruno debe despertar al miembro de su casa -Fukagu miraba fieramente al hombre, mientras destruía una frágil hoja de otoño roja que posaba en su escritorio.
Toju no le quitaba los dorados ojos de encima y un gesto de desagrado se formó al ver la hoja hecha trizas.,,
–Conozco al clan mejor que tú y también conozco a Saburo y a Sachi. Ellos no permitirán que los involucres en esto. Kanone fue mi compañera de batalla, y conoce todo con respecto al clan Uchiha. Si Abukara los dejó vivir a ustedes, fue para mantenerse lejos de Konoha y proteger a sus casas, después de todo ese fue el acuerdo tras el Sello de AkiHi cuando derrotaron al kuraikousen. -permaneció en silencio sólo unos momentos.
–Si deseas planear el golpe, hazlo… Yo, a partir de este momento, los dejo solos. -le entregó a Fukagu algo que Sasuke no pudo ver. –No te deseo suerte, no voy a pedir la desgracia de dos nobles casas por esa sed enfermiza de poder y desquite, ni tampoco la destrucción del único lugar al que he llegado llamar mi hogar. Ya no puedo interferir más en esto…
Fukagu miró la placa que le dio Toju y sonrío con malicia. –Hmp… Así de fácil. Te irás con los perjuros. Te salvamos la vida por nada… Bien, entonces tu secreto ya no estará más a salvo con nosotros. ¡Vete! ¡Te doy tiempo para que huyas antes de que te persigamos y hagamos contigo lo que no hicimos hace diez años!… -Toju amplió sus ojos dorados y una expresión seria cambio la tensión en el ambiente…
-Alguien está afuera… -dijo. Fukagu miró a las puertas semi abiertas con el sharingan invocado.
Sasuke se asustó y corrió al interior del jardín cuando se topó con un hombre vestido de negro que portaba una yukata de seda hecha para el combate y una máscara blanca y pintada. Los ojos del hombre brillaban en la oscuridad, eran verdes. Sasuke quedó paralizado; no pudo mover ningún centímetro al instante que percibió como una larga espada iba hacia su pequeño cráneo…
-¡Sasuke! -gritó una voz muy joven y fue empujado con violencia lejos de la filosa arma.
Itachi recibió el golpe con su protector del brazo. Llevaba su uniforme oscuro ninja y pronto sacó un kunai para enfrentar al espía. Se dio una lucha audaz entre ambos.
Itachi despertó el sharingan de sus ojos y comenzó a esquivar los gráciles y mortales movimientos de su contrincante. Los dos eran muy fuertes y ya comenzaban a impacientarse. El chico no podía hacer otra cosa que observar y esperar a que su hermano no saliera dañado. Toju llegó sin darse cuenta y lo colocó atrás de él con el afán de protegerlo. Sus dorados ojos agudizaron su pupila para percibir cada movimiento de los luchadores. Sasuke vio con horror que el hombre había multiplicado sus brazos y que a Itachi le costaba más trabajo atacar y protegerse de ellos…
-¡Itachi, la derecha! -gritó Toju.
El Uchiha mayor esquivó la espada y con el kunai lastimó el brazo original de su contrincante, cortándole una arteria. Cuando le iba a acertar otro golpe, Toju se interpuso y con sus fuertes manos sujetó el ataque. Itachi quedó sorprendido mientras imponía fuerza. Toju y el espía se quedaron mirando por instantes y luego, rápidamente, el último huyó y saltó la barda para escapar. El lobezno hombre soltó al joven. –Déjalo ir. No te conviene seguirlo… Descuida. No volverá a atacar a tu hermano. -Itachi no reclamó ni se quejó, permaneció con la mirada fija en Toju.
-Sensei… ¿Eso iba a ser la advertencia?
Su maestro lo observó y asintió. –Protege a Sasuke… Esto, apenas, está comenzando. No te dejes influenciar por Él. -Dijo entonando lo último y le sonrió con cierta tristeza a su discípulo. Su marcha continuó y se detuvo por unos momentos en el pequeño. Con su gran mano le sacudió los cabellos con ternura y lo tranquilizó...
–Serás muy fuerte… Se digno de portar tu nombre… -se le acercó más. –No juzgues a la primera, cuestiona y observa antes… Me hubiera gustado verlos crecer -y se largo con una amable sonrisa, perdiéndose entre las sombras. En su espalda llevaba un símbolo; un circulo blanco plasmado sobre una seda roja.
Sasuke no le perdió la vista, hasta que despertó del sueño…
-¿Qué? -El joven sudaba frío y se incorporó de inmediato. La cabeza le dolía, por el fuerte golpe. Una sensación extraña lo embargó y se dio cuenta que no estaba solo. Miró hacia el altar y estaba una fina silueta contemplándolo, llevaba una capa y una máscara idéntica al del espía del sueño, sólo que la máscara era totalmente blanca, a ecepción de los ojos que estaban delineados en dorado y púrpura y una gema verde brillaba en su frente. Se preparó para desenvainar la espada y fue cuando la figura sacó una mano con gesto de tranquilizarlo…
-¡No! ¡Espera!... Eres el líder de Taka ¿Verdad? Hacia mucho tiempo que no sabía nada de usted, Maestro Uchiha… -a Sasuke le sorprendió. Después de la derrota de Akatsuki, no esperaba que lo volvieran a llamar así alguna vez.
-¿Qué quieres? -dijo severo.
-Espero que el recuerdo que desperté en usted, le sirva de algo… Ha cometido muchos errores; es momento de qué pague y que otros le paguen. -Sasuke sacó la espada. Se dio cuenta que le hablaba una voz femenina y un miembro de los siete terroristas.
-Adelante… ven a liquidar… -Ya pensaba que habían tardado mucho.
-No se cobrará así… Sé que regresó para enmendar los daños a Konoha y sé también que por eso engañó a Kenji. -se acercó inesperadamente, antes de que pudiera activar su sharingan. Estaban cara a cara…
-Mmm… Ya veo por qué le gustabas tanto. Sí que eres muy guapo… En fin. Yo le conozco, pero usted no a mí; las leyendas se esparcen rápido… El recuerdo debe usarlo con cuidado, todo tiene una causa y ésta se conecta con otras… piense en lo qué queremos, antes de que cambie de parecer y decida complicarle más tu patética existencia y la de sus amigos.
La mujer desapareció al cubrirse con su capa y fundirse con la sombras.
Sasuke sintió escalofríos. Tenía que reconocer que las batallas dadas con el grupo de los Siete lo habían dejado atónito. Ellos rompieron con muchas de las creencias que tenía acerca del chakra y el combate. Tenía sus dudas con respecto a aquella visita… -¿Qué rayos pretende?- rumió.
Una vez tranquilo pensó en lo que le había dicho la extraña mujer y se concentró en el recuerdo. Al principio, pensó que quizás se trataba de una ilusión para engañarlo. Pero comenzó a visualizarlo mejor y a sentirlo parte de sí. Era muy pequeño en ese entonces, no iría a la escuela. –Antiguas casas… Una hoja roja, Abukara, Akahaki, El círculo blanco, lo he visto, no sólo en la plaza, también en… la biblioteca y… ¿Haruno? -recordó el símbolo que portaba el encargado del acervo en sus ropas, Sachi Haruno, y de inmediato una imagen femenina…
-¡Sakura!...
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Una mujer rubia y de ojos azul claro llegaba tarde a casa, cargaba algunas bolsas del supermercado y las depositó en la mesa de la cocina. El gato blanco de la familia maulló y saltó hacia ella crispando las uñas, Naoko lo miró extraño y trató de tranquilizarlo para bajarlo. Luego encendió las luces de la estancia, y se percató que alguien la observaba desde las escaleras. La mujer gritó…
-¡AHHH! ¡Sakura!... Siempre te he dicho que no hagas eso ¿Quieres que me dé un infarto? -le replicó su madre hasta que vio la grave expresión de la joven. Sakura le arrojó las dos fotografías a la mesa y se sentó.
-Explícamelo… ¿Quién es ella? -dijo la pelirrosa señalando a la mujer del kimono.
Su madre observó las fotos, muy serena pensaba que contestar. –Hija, ya no recuerdo a ningún gennin o jounnin de mi infancia. Y los que conozco, tú ya los conoces. ¿Por qué debería saber quiénes son ellos?...
-¡Sí sabes!... Tú jamás estudiaste en la academia ninja. Ni tú, ni mi padre. -La rubia se sorprendió y Sakura le acercó más las fotos. -¿Quién es ella? -exigió y un escándaloso pleito entre madre e hija se dio…
-¿Te das cuenta de lo que puede significar?
-Sakura, tranquila no sé de qué hablas…
-¡Claro que sí! ¡Siempre los supiste!... –Sakura respiró profundo. –Kakashi, Sasuke, Naruto y Sai fueron a una misión de más de tres meses, sin mí. Por órdenes de Tsunade se fueron sin mí… Para que no me sintiera mal, por así decirlo, me envió a una misión muy sencilla mientras mi equipo partía sin mí… Yo creí que no debió haber sido peligroso ya que no presindía de un ninja médico, pero no fue así…. ¿Sabes qué averiguaron?... Que una organización supuestamente muerta, regresó a la vida y que tiene un fin vengativo contra el País del Fuego y sus aliados… Pensaron que se organizaban por medio de ciertos enemigos, pero, recientemente, encontraron que no era así, ¿Sabes cómo? Por gente de su mismo lugar… Clanes, familias y personas se introducen en las villas y manipulan en las entrañas del País para debilitar a la nación, como si se tratara de un virus dentro de un cuerpo…
-¿Qué… qué… qué… quieres decir?
-Esta gente tenía años viviendo en un lugar para estudiarlo, debilitarlo y atacarlo, tal como los Hira, Fuchida, Hadachi,… entre otras… Haruno… ¡Por eso no quisieron llevarme, para que no descubriera que yo soy…!
-¡Qué rayos dices?
-Ahora por ello nos van a creer sospechosas… Investigué en los archivos del registro civil, las actas de la Hokaghe, el archivo histórico y deducí que no es la segunda vez que Konoha a permitido que gente de otras aldeas vivan aquí… ¿Sabias algo? ¿Sabías algo? ¡Maldición contesta!...
-¿¡Qué… qué… quieres que te diga!? ¡No lo sé!...
-No mientas. Vi los registros de la Academia, tú y papá no están, sus registros datan de hace trece años, no tenemos árbol genealógico, no tenemos parientes en la aldea...
-¡Ya te dije que en el ataque…
-Mamá, revicé los expedientes del Templo detrás del monte de los Hokaghes… y mi acta de nacimiento no está en la academia ninja ni allí, no hay copia y tampoco en el registro civil… En el hospital de Konoha, no hay un acta de mi nacimiento original, ninguna matrona te recuerda… y me tienen… en un libro llamado el acta roja, de un tratado llamado del forje de Aki.Hi. Por cierto, prohibido sólo para mí, Kenji, nuestro difunto vecino Fuchida, la difunta hija de Hira y casualmente para aquellos que huyeron con Kenji desde antes de que esto pasara, aunque cuenten con el permiso de la Hokaghe para revisarlo, no podemos acceder a él… En los papeles de Kenji tienen a mi padre en una carta del libro bingo… Mamá ¿Mi padre estuvo cautivo, preso, fue perseguido? ¿Qué pasa?...
-Eres una tonta… ¿No te das cuenta que entre menos sepas más segura estarás?...
-¡Precisamente, por eso quiero que me des una explicación! ¿Segura de qué?...
-¡Es muy tarde Sakura! ¡Ya no tengo voz para enfrentar esta situación y tú jamás la tuviste!
-¡Maldición, madre! ¡No seas aprensiva! ¡No seas una cobarde como lo fue mi padre!...
Sakura calló, la mujer rubia la abofeteó. Naoko no pareció lamentarlo, pero su mano se crispó con mucha tensión… -Perdón, pero no eres nadie para hablar mal así de Sachi. Tú no lo conociste. No tienes idea de la saña de tus palabras y tampoco de lo que él tuvo que hacer para mantenernos seguras a las dos… -la mujer se sentó cubriéndose la cara avergonzada. Sakura quedó pasmada. Después de tanto grito, por parte de ambas, no sabía que decir. Únicamente la primera pregunta salía por sus labios y su madre suspiraba más…
-¿Mamá, quién es? -exigía con un toque de ruego… -De quiénes sospecharían ya no están. Sólo quedamos tú y yo. La aldea quiere justicia, a un culpable y aunque seamos inocentes, el mundo va a querer que alguien sea castigado… Tú y yo somos las únicas y sólo nos tenemos… Por favor…
La mujer una vez tranquila se limpió los humores, Sakura jamás la había visto así. –Su nombre es Kanone Haruno. Es tu abuela. Líder del clan Haruno. El círculo blanco es la insignia de nuestra familia; una muy antigua y muy poderosa. - expresó con triste alivio. A pesar de que esperaba una respuesta semejante e increíble, no pudo evitar impactarle. Sakura tenía los ojos muy abiertos, tenía muchas preguntas y temores de respuestas.
-¿Por qué no sabía nada de ellos?... ¿Qué pasó? -preguntó y su madre se preparaba para responder, exhalando aire y pensando.
- Es una historia larga… La verdad, es que no sabría como explicártela. Yo… yo… yo no soy tu madre originariamente. Me casé con tu tío Sachi… él tampoco era tu padre. Tu padre era su hermano mayor, Saburo y tu madre era Hikari Mari. Ella murió al darte a luz y te traspasó el secreto de la familia Haruno… Sachi y yo somos ninjas de la aldea de la Luz y nuestra última misión fue protegerte de todo mal, hasta del secreto de nuestro origen. -dijo tristemente.
-¿Cómo? ¿Cómo?...Es decir, es extraño todo esto… ¿Secreto? ¿Cómo que yo tengo un secreto?... Mamá, por favor, empieza desde cero. No entiendo nada y si no sé qué rayos pasa en mi familia, tendré el presentimiento de que me expondrán a algo muy peligroso… Mamá, el símbolo de la plaza… Es el de nuestra familia; si no aclaro el asunto, el consejo vendrá por mí y me juzgarán… - rogaba hincada la joven y su madre le acarició el rostro.
-De ese peligro es del que no deseaba exponerte. Por eso tu padre y yo nos hemos quedado callados… Mas, veo que no tengo opción… -respiró la rubia y tomó las fotos. – Supongo que ya has de saber que nosotros no somos de Konoha. Pertenecemos a Akahaki; del país de la Luz. Durante mucho tiempo hemos luchado por nuestra subsistencia después de los grandes rebatos que trajó el crisol de guerra. Ocultándonos y fingiendo que nuestras habilidades se perdían con el tiempo. Pero, hicimos un trato con Konoha y las otras aldeas tras la derrota de los kourakousen. Nos dejarían subsistir en paz a cambio de no revelarnos. Abukara, quien es el tronco de nuestra familia, fue la única sobreviviente y que permaneció en pie de todos los demás clanes, a escondidas de los vencedores. El clan Haruno lo acompañó y estuvo en paz. Pero, jamás reveló que congeniaba con Abukara, ni reveló que nuevamente comenzábamos a recuperar nuestras tradiciones bélicas y espirituales…
-¿No cumplimos con el trato?
-No cumplíamos porque no podíamos. Ellos nos arrebataron nuestra identidad y ocultaron nuestro origen, pero no podíamos renunciar a lo único que nos dio el motivo de ser quien eramos… Era nuestra obligación mantener la seguridad de este malagradecido continente. El Kyubi y los otros demonios no hubiesen despertado si no hubiesen atacado a nuestra familia. Pero, nos obligaron a mantenernos al margen…
Sakura se sentía más confundida. -¿Demonios? ¿Qué tenemos que ver con ellos? -su madre la miró.
-Abukara era el clan más poderoso de los aliados del estandarte blanco del sol, y por lo tanto, era la líder de todas las demás familias. Su fin era proteger a nuestro mundo de las otras dimensiones que nos rodean, de sus criaturas y sus demonios que deseaban someternos o… hacernos mal para subsistir; y también de que no se perturbara la paz de ambos, Haruno fue su hija. Si los seres del otro mundo interferían con las leyes de este, Abukara intervenía, del mismo modo sí los de aquí afectaban a las de ellos. Por ello nuestras habilidades podían ver, sentir, tocar, absorber, manipular, crear y destruir chakra. Con nuestra derrota, las leyes que nos protegían fueron desgastándose y ya cualquiera pudo romper e interferir con las fronteras de estos mundos… Los hombres decían estar agotados de ser controlados por fuerzas que no entendían y nos maldijeron en sus palabras. Manipular las energías de nuestro universo de forma tan arbitraria sólo permitió que demonios como el clan Uchiha abrieran las puertas del infierno cuantas veces lo deseaban… No me cabe duda que el Madara Uchiha fue quien invocó al Kyubi para destruir Konoha y como el maldito Hikai... Así como ellos, hoy, muchos otros abusan del poder y afectan a los demás sin importarles nada… Lo sabes bien, ese tal Sasuke lo intentó. No me sorprendió sabiendo que era un Uchiha, tiene la misma sangre contaminada que toda su prole…
-¡Sasuke ya no es así!... -dijo decidida Sakura. –Él ha cambiado y ahora, para enmendar los daños que hizo hace tres años, ha jurado proteger la aldea. No todos los Uchiha estuvieron de acuerdo en levantar un golpe de Estado. Su hermano Itachi… Si queremos juzgar, Konoha tampoco fue muy piadosa al creer culpable a todo el clan de esa criatura… La aldea también los traicionó… -dice Sakura.
-¡No defiendas a esos monstruos!... Tener que vivir con ellos en la misma aldea era un sacrificio que tu padre y yo tuvimos que aguantar para protegerte a ti… Saber que era tu compañero de equipo gennin nos traía con el temor a todas horas. Y aguantar decir la verdad era más doloroso y frustrante cuando te dio ese odioso encaprichamiento tuyo hacia él, tal como sucedió con Tomoe, tu abuela… ¡No lo defiendas, Sakura! ¡Tú más que nadie deberías odiarlo! -afirmó la madre con ira y reproche.
-¿Por qué debería odiarlo? -Sakura recordó al hombre fuerte y barbudo que enfrentaba a un enmascarado. -¡Aléjate de mi familia, Uchiha! -Cuando el nombre de Sasuke llegaba a sus oídos, un extraño rencor la embargaba, muy fuerte y doloroso.
La mujer la miró determinante. – ¡Debes volver a la raíz! ¡Debes saber la verdad! Hemos sido sometidos de forma injusta por mucho tiempo y eso debe de acabar. Tienes que irte de aquí antes de que la aldea se ponga en contra tuya. Uchiha y ellos son los responsables de que estemos aquí. Por ellos nosotros… -un cristal de la ventana se rompió y una piedra redonda, llegó hasta ellas.
La madre de Sakura la vio y abrió los ojos como si reconociera el signo que estaba escrito en él, un círculo blanco con otro círculo rojo adentro. Más piedras comenzaron a romper las ventanas, los cristales, las lámparas y todo aquello que estaba en el interior de la casa. Risas en el exterior las trataban de controlar…
-¡Están aquí! ¡Inao, está aquí! ¡Maldito Eichiro! ¡Eichiro Inao! -gimió la mujer y más rocas de cristal comenzaron a adentrarse.
La luz fue cortada de pronto, había desaparecido. Sakura iba a concentrar chakra para defender a su madre, pero se sintió débil y adolorida, el sello no le permitía trabajar con libertad, sin más que perder sacó un kunai para resguardarse de sus golpes mientras escudaba a su madre de los impactos. Conforme aumentaba la velocidad de Sakura, también lo hacía la de los proyectiles. Se vio obligada a huir con su madre hacia la planta alta al recibir uno en la frente (Inner: ¡Ahhhh….! ¡Malditos bastardos! ¡Ya verán…! ¡Cha! ¡Cha! ¡Cha!...)
Las piedras también entraban por las ventanas del segundo piso. No eran piedras ordinarias, para terror de la ojiperlada, descubrió que era chakra solido y que absorbía sus energías, por ello tampoco ninguna podía valerse de sus técnicas por entero. Sakura llevó a su madre a su habitación, mientras esta trataba de decirle algo… -¡Sakura! ¡Sé defenderme!... -rogaba.
La joven sin hacer caso de su madre la encerró en el amplio armario de la habitación principal de tal forma que no pudiera salir. Las piedras seguían entrando por su ventana y la pelirrosa las esquivaba, angustiada sabía que mientras estuviera cerca de aquellos artefactos no podría usar jutsus con efectividad, las golpeaba y como si jugara tenis también arremetía contra su desubicado enemigo. Estaba lastimada, con rasguños, moretones y un hilillo de sangre corría por la orilla de su boca. Sakura no podía ver, pero trató de sentir la presencia de su enemigo.
Se concentró y fingió ser derrotada con la siguiente ola de ataques para que al fin el enemigo se descubriera. Cayó supuestamente inconciente al suelo de madera, haciendolo sonar con pesadez. Se detuvieron las descargas y ella esperó atenta a cualquier movimiento. Pasaron unos pocos minutos que le parecieron largos, pero después oyó como las ventanas fueron rotas y entraron dos sujetos. Estos inspeccionaron el lugar y lentamente se fueron acercando a ella…
-Esta… ¿esta es?... –preguntó una voz algo sonsa.
-¡Claro que es! ¿No ves el parecido?... –le contestó otra con molestia.
-¡Ah! ¡Sí es cierto! ¡Se parecen mucho! Jejeje… Pero fue bien fácil, pensé que sería más difícil…
-Sssshhh!!! ¡Cállate zopenco! ¡Ahora llevémosla con Minako!...
-Jejejeje… Al fin se pondrá contenta con lo que hacemos y no nos llamará más inútiles descerebrados jijiji…
En eso Sakura aprovechó para darle una fuerte patada a cada uno y echar a correr. A los sujetos les dolió el golpe, pero no fue tan poderoso como Sakura hubiese deseado para noquearlos. Las rocas aminoraban sus fuerzas, el sello también, se sentía cada vez más débil y sus piernas comenzaban a cansarse. La pelirrosa aprovechó su angustia y llegó a la habitación de huéspedes para sitiarlos.
Los akahakis se recuperaron rápido y la siguieron corriendo. Uno era un hombre alto y flaquísimo, tenía una yukata de combate con una espada corta de ninja y su equipo, y su máscara era la de una largatija; su compañero era más bajito y muy robusto, vestía una yukata ninja y dos espadas, una corta y una larga, y su máscara era la de un jabalí. Al llegar el más bajito a la habitación, Sakura le embistió la cara con un termo para calentar los pies e hizo que se desmayara. Pero el más flaquillo usó una gran velocidad y la atrapó sujetándola de las manos y tratando de quitarle el termo.
Sakura forcejeaba, cada vez se sentía más endeble, el extraño estaba complacido y burlón le hacía ruidos burlescos detrás de su máscara. Sakura se sintió aterrada, el sujeto debía ser muy feo como para provocar esos grotescos sonidos y más al ver sus ojos. Estos la debilitaban, pero uno era verde brillante y el otro brillaba de rosa, pronto descubrió que era un cristal que giraba de un lugar a otro sin control. Sakura supo que no podría pelear contra ellos en ese estado, así que apretó el botón del termo y salió vapor incadecente hasta el akahaki.
El enemigo gritó de dolor y la soltó al instante mientras se cubría los ojos irritados por el calor excesivo. Sakura corrió a su habitación, se encerró y agotada se recargó en la puerta, con la frente en ella trataba de pensar qué hacer. Entonces, la hebilla se movió y la ojijade la forcejeó, al asomarse por el orificio, pudo ver el ojo verde brillante del Akahaki que la miraba… -Hola, preciosa. Sé que estás allí… -Sakura se asustó, aquel ojo le estremecía y no tardó en descubrir que cada vez que lo miraba, se sentía más debilitada… -¡Habre la puerta, preciosa! ¡No te haremos daño! ¡Sólo queremos charlar como gente civilizada!...
-¿En serio? Pero tú dijiste que la moliéramos a golpes si se resistí… ¡Auch!!!...
-¡Cállate imbécil!... ¡No le hagas caso preciosa, él… él… él… tiene hecha chichos la choya!
Sakura estaba en aprietos, ya no tenía chakra, o eso sentía, pero decidió dar lo más estremecedor de ella para acabarlos. Sacó un kunai para prepararse a un combate cuerpo a cuerpo. Los dos sujetos seguían forcejeando la puerta. Sakura, con sus pocas energías, la había sellado con un genjutsu muy fuerte. La pelirrosa tenía miedo pero no tanto como debía llegar a considerar.
De pronto, los dos tipos dejaron de forcejear y salieron corriendo de allí. Cuando el silencio se hizo más largo, gritó… -¡Bien! ¡Ya basta!... ¡Si pretenden algo con la familia Haruno, aquí estoy!… ¡Vengan a enfrentarme! -decía decidida y se sorprendió…
-Jejeje… Desearás no haber dicho eso nunca, niña. -Una mujer, vestida de negro, con mascadas de seda, puestas como un ágil kimono de combate, y que llevaba una máscara blanca con coloridas marcas en forma de un felino, apareció atrás de ella y la golpeó.
Sakura azotó la pared, más se recuperó y se limpio la sangre…
-Vaya, sí que eres fuerte… Pensé que eras más frágil de lo que aparentabas. Veamos cómo respondes a esto… -la mujer desapareció. Sakura se confundió y sin darse cuenta fue golpeada en el estómago y luego en la cara. Nuevamente fue lanzada al otro lado de la habitación haciendo añicos una mesita de decoración. –
¡Es increíble! ¡Casi no pude verla! -se dijo enfurecida. Luego comenzaba a incorporarse y la mujer con la fina máscara la observaba con una mano en la cintura.
-Hmp… Todavía persistes. Bueno, me estás obligando a sacar lo peor de mí, eso es bueno. -se acercó a ella y la pateó, casi rompiéndole dos costillas y lanzándola más lejos. Antes de que pudiera levantarse, la ninja la golpeó más, la pateó y la arrojó a la ventana para estrellarse contra un edificio y caer.
Sakura concentró su chakra y saltó para aterrizar en un balcón. Con las costillas heridas sentía que no podía incorporarse. La desconocida aterrizó en un árbol continuo para mirarla frente a frente.
La gente que percibió la batalla desde sus casas se asomó por las ventanas y al ver que se trataba de una Akahaki se aterraron. Sakura sabía que era peligroso un confronte allí. No quería que hubiera heridos, así que reunió fuerzas y salió huyendo de allí para acercarse a la periferia y pelear contra la Akahaki.
La extraña mujer comenzó a perseguirla y a gran velocidad ambas se perdieron de la vista de los otros. Un hombre llamó a la policía de Konoha para reportar el suceso, toda la gente estaba muy asustada.
- Hmp… ya comienzas a sorprenderme. Ordinariamente, con mi primer golpe bastaría para dejarte gravemente inconsciente o sencillamente muerta… -dijo esto con un tono inocente la ninja, una vez que ambas se alejaron de las residencias.
-¿Qué quieres? ¿Por qué haces esto? -pregunta la muchacha para distraerla y concentrar energía. Ya la había conducido a un parque cerca de la periferia de la aldea.
-Eso es algo que quiero y no puedo decir. Pero te aseguro que esta sutil tortura no durará toda la noche, Sakura. -la mujer desapareció otra vez.
La ojijade agudizó más sus sentidos en un pequeño instante y trató de percibirla velozmente. Nuevamente le comenzaba a doler la extraña marca. Un terrible ardor comenzó a invadirle el cuerpo, pero concentró sus energías y se enfocó en cómo atacar. Kenji le había enseñado como sentir la energía de su enemigo a través del suyo y como esconderlo en casos extremos para atacarlo. Su chakra sintió un raro calor a su espalda, por lo que Sakura se giró rápido y lanzó el Kunai a la máscara. Ambas peleadoras saltaron y llegaron al húmedo suelo. El kunai de Sakura no atravesó el rostro de su contrincante y ésta rió. La pelirrosa quedó sorprendida de poder contestar así, mas el dolor de la marca la estaba perturbando.
-Jajaja… Excelente, aprendiste que por medio del chakra uno puede sentir otros y moverse a la velocidad de este y del contrincante. Para ello, necesitaste comprender el funcionamiento del flujo y rápidamente ver cómo marcha el tuyo y el de tu oponente. La energía lo es todo… El saber sentirla te dará las claves. Pero… ¿Qué tan sensible eres? - desapareció y volvió a atacar en un parpadear.
Pero Sakura se defendió. En esos momentos le agradecía a Kenji sus valiosas enseñanzas. Con un compás raudo pudo mantener la velocidad de la ninja. Cada golpe, esquivamiento, o despertar de su chakra la hacían más hábil y fuerte, y con ello el dolor iba en aumento. (Inner -¡Resiste! ¡Resiste! ¡Dale una lección a esa bruja! ¡Cha! ¡Cha! ¡Shanarooooo!) Sakura usó el dolor para darse coraje y seguir en la pelea. No sabía si le dolían más los golpes que le atestaba la desconocida o la expansión del sello maldito.
Conforme aumentaba la intensidad del combate creía que sus energías cobraban una voluntad ajena a la suya; sentía emociones que no creyó haber tenido jamás y un gran deseo de destrucción iba conquistándola paulatinamente. Hasta que la enmáscarada la golpeó en las costillas y sintió que penetraban sus órganos internos. Fue lanzada y se estrelló contra los árboles. Sakura intentó levantarse, mas al estirarse, el dolor del costado la desgarraba y no pudo evitar soltar unas cuantas lágrimas…
-Cuando me refería a “¿Qué tan sensible eras?” No me refería a esta patraña… -Sakura se protegió y comenzó a llorar. La ninja oscura bufó con fastidio. –De acuerdo… Mi palabra es ley. La tortura sutil ha terminado… -dijo al momento de sacar una daga roja y dirigirse veloz hacia Sakura, desapareciendo ante sus ojos.
La ojijade levantó la mirada y sintió a su contrincante, sentía en las venas un infrecuente ardor que le quemaba su interior y sus ojos querían estallar ya que la encarnación verde azulenca se expandía, hasta que al fin habían cubierto el iris y los abrasaban poco a poco en una luz verde incandecente. Muchas emociones cruzaron por su mente y tenía la angustiosa necesidad de sacar a flote el infierno que la invadía.
Entonces sus ojos verdes brillaron con intensidad y emanó una ráfaga de su concentrada energía contra su oponente. Sus verdes iris destellaban, eran claros, flemáticos, con ciertos tonos dorados corriendo alrededor de la pupila como si fuesen un mar turbio y brillante. Golpeó a su atacante y la estrelló contra un árbol. La mujer quedó aturdida y Sakura comenzó a levantarse. La shinobi enemiga la observó y comprendió que la pelirrosa se estaba curando con su chakra para continuar el encuentro. Sakura vio entre los orificios de la máscara que los ojos de ella brillaban como unas llamas encendidas, verdes y frías, no había visto nada igual.
-¡Ush!... Eso estuvo mejor. Estás progresando, pero quiero más. –dijo sobándose la cabeza. –Ahora, ya no seré nada amable. A partir de este momento, me mostrarás las charadas que tienes por habilidades, niñita… O si no, usaré a tu mamacita como saco de box para mostrarte las mías y, créeme, no he explotado nada… -La mujer volvió a desaparecer con la espada corta desenvainada y Sakura se concentró para ubicar su chakra; ya sabía cómo era y lo sentía.
Sus ojos seguían brillando en la oscuridad con fiereza y sed de lucha. Poco a poco se fue dando cuenta que veía la luminosa aura de su oponente y de otros seres. Sentía su chakra y como corría este a través de su cuerpo y se esparcía por cada embestida hasta el exterior. Nunca había podido hacer eso; mas no había tiempo para asombrarse porque la shinobi aumentaba sus ataques y eran más peligrosos y vertiginosos.
Estuvo deteniendo y contestando sus porrazos. Arremetía contra ella y cuando la sentía segura volvía a desvanecerse para darle otro ataque sorprendido. Su cuerpo ya no sentía dolor, únicamente la nueva energía que la devoraba y su sed de pelea aumentaba.
Esparció su chakra y a la energía invasora en proporciones correctas a su cuerpo para darse mayor velocidad y fuerza. Dio un fuerte puñetazo al estómago de su enemiga y se separaron las dos a cierta distancia. Sakura percibió que le había sacado el aire, pero rápidamente se estaba recuperando. Su cuerpo estaba sanando por dentro y mientras se daban un respiro, la ojijade volvió a preguntar…
-¿Qué quieres? ¿Por qué haces esto? ¿Quién eres? -la pelirrosa necesitaba ganar tiempo para concentrar un poco de energía y curarse.
La mujer se levantó respirando mejor. -Soy… Soy… tu futura sombra, Haruno… y lo que quiero… es… a ti… De ti depende que lo consiga… Sino… ¡Date por muerta! -y se desvaneció.
Al profesar que la atacaría por su lado izquierdo, el lastimado, giró inmediatamente y se detuvo con el puño preparado. Una espalda ancha, lúcida y con un escudo rojo y blanco de un abanico había recibido el golpe. –Sasuke -dijo sorprendida.
Sasuke Uchiha tenía despierto al sharingan en su tercera fase y miraba a la integrante de los siete terroristas. Su espada se oponía a la daga de ella y en un debatir de fuerzas ella lo golpeó en la cara y saltó para escapar. Ella se cubrió con una capa oscura que pareció salir de la nada y desapareció al instante. Los dos jóvenes quedaron asombrados, mirando entre las sombras de los árboles. Sasuke no dejaba de usar el sharingan hasta que recorrió el lugar con sus ojos rojos.
-Se ha ido -dijo el joven y Sakura cayó de rodillas suspirando con alivio. El brillo de sus ojos se desvaneció al momento y su combatiente cuerpo pareció marchitarse.
continuará...
kittycat:
LIBRO I: ARPEGIO, EL RETORNO DEL OJO MÍSTICO
Clasificación: (H/C), (OTP), (OOC), (OC), Angst, Lemon (+18).
Parejas: Principales: SasuSaku
Capítulo 9
-¡Qué te digo que no puedes entrar! ¡Sakura! ¡Al menos deja que te revisemos las heridas!
-¡No! ¡Mis heridas están perfectamente bien! ¿Dónde está Tsunade o Kakashi? Necesito respuestas ¡Ahora!.. -rugía Sakura cubriéndose el costado. Caminaba furiosa hacia el despacho de la Hokage y Shizue, con otro empleado, trataban de detenerla. Sasuke tranquilamente le seguía los pasos sin perturbación.
-Tsunade-sama no está. Está interrogando a un sospechoso del atentado con Kakashi… - dijo Shizue y vio la herida de Sakura. -¿Por qué no mejor te atiendo la herida? Mientras esperas…
-¿A quién interroga? -preguntó Sakura.
-No lo conocemos. Me parece que se llama E… Eichiro Inao… creo. Es todo lo que sé. -dijo Shizue con simplesa, pero a Sakura le dio una terrible sensación y abrió los ojos. Sasuke observó la expresión.
Sakura recordó el momento en que su mamá maldijo un nombre en el ataque de la ninja, Eichiro Inao. Luego comprendió que era aquel que trataba de recordar en los archivos. Se dijo recordando los sonidos rapidos de la palabra. –Eichiro Inao… -luego una imagen vino a su mente.
…
En el mismo corredor donde se hallaba con Kanone observando el jardín floreado, estaba un alto y fornido hombre con una elegante yukata azul oscuro, disfrutando de los rayos del mediodía con una amplia sonrisa. Luego, éste escuchó unos pasitos y giró hacía ella. Su rostro era cuadrado, apuesto, aunque diversas cicatrices la marcaban de forma perturbadora. Sakura lo miraba con curiosidad. Sus ojos azul celeste eran grandes y expresivos, aquella vez se tornaban alegres y juguetones, pero algo a Sakura no le gustaba, sentía que ocultaba un reflejo turbio detrás de esa tibia expresión.
-Ah, Sakura… -dijo. –Hace mucho que no te veía. Sí que has crecido. La última vez que te vi eras un bebé, así de pequeñita. -dijo usando sus manos como una cuna. -El tiempo sí que pasa rápido.
-¿Quién eres tú? -preguntó la niña con duda y seño. -¡Los extraños no pueden entrar a casas ajenas y menos a esta!
-¿Quién soy yo? Bueno, no soy un extraño porque estoy adentro y sé tu nombre. De lo contrario estaría descuartizado y mis tripas sangrientas decorarían tu lustroso piso -el hombre sonrió y Sakura se asombró por el comentario. -¿Saburo no te ha hablado de mí? -la niña, disimulando su temor, valientemente dijo que no ( pequeña Inner .Que tipo tan raro. ¿Y si es un asesino? ¿O un monstruo como los cuentos de la abuela?... Hay que vigilarlo)
-jejeje, Ese infeliz ingrato, le pondré las manos encima a ese dobe. –luego miró a la niña y la cargó, a pesar de que ella comenzó a sacudir los brazos con miedo y a rogar que la soltara.
-¡No! ¡No! ¡No me coma!... Ahhh!!
-Tranquila, sólo quiero ver cuánto has crecido. -dijo y la niña se tranquilizó. La alzó como si se tratara de una frágil pluma, aunque no muy cuidadoso. La sostenía de sus axilas y con los piececitos colgando, su kimono rojo y floreado le daba el aspecto de una linda y frágil muñeca que se encontraba incomoda por el trato. Eichiro para ganarse su confianza comentó…
-Lindo kimono… ¿Tú lo hiciste? -dijo sonriendo.
-Mi abuela los hace. Tengo cuatro años, un niño normal no haría eso. -dijo la niña mirándolo con seguridad hacia ella y desconfianza hacia el otro.
-Sí, pero tú no eres normal. Eres muy especial -dijo sonriendo y observándola con detalle. -Tienes los ojos de tu madre, su claro color jade y su mirada luminosa. Son muy bellos… Serás un ángel como ella. -dijo con un tono triste.
-Cuando sea grande no seré un ángel. Seré muy valiente como la abuela. -dijo Sakura.
-Sí, también. Pero la luz ya la traes en la sangre. -Sakura no entendió nada y lo miró con sospecha.
Luego Eichiro con curiosidad estaba haciendo lo mismo. Como si descifrara un código en su tierno rostro, hasta que al fin dijo…
-Tu frente es muy grande. -con los ojos altivos y la niña abrió la boca y los ojos.
-¡Grrr! Saburo, se supone que debes perfeccionar la raza, no desproporcionarla. -dijo resignado Eichiro. Saburo llegó con una amigable sonrisa. Vestía una yukata vino, su cabello castaño rojizo era largo y una espesa barba castaña le adornaba el carismático rostro. Su frente era amplia y ya comenzaban a marcarse unas finísimas arrugas que lo hacían ver maduro y atractivo.
-Bien Eichiro, jejeje… En otros tiempos te hubiera dado una fuerte paliza. Pero he llegado a la conclusión de que lo dices porque siempre me has envidiado el carisma. -dijo Saburo.
-¡Sueñas, Saburo! -Eichiro bajó a la niña y ésta corrió rápido atrás de su papá. –Mmm… Tu crío me tiene miedo. ¿Le has hablado mal de mí? -dijo curioso.
Saburo sonrió. -Sólo lo que tú nos permitiste. Con esa cara tuya hasta el más feroz shinobi tendría pesadillas, jejeje… -Eichiro imitó burlonamente el tono de Saburo, el cual rió más.
-Sakura… Él es Eichiro Inao. Un gran amigo mío y un miembro especial de la familia. Fue mi maestro y es tío tuyo también. Viene de visita por un tiempo y por ello hay que hacerle amena la estadía. -Sakura se sorprendió y al percibir la burlona mirada de Eichiro se aferró más a su papá. La niña no le quitaba su feroz mirada al extraño. Eichiro rió…
-Esa desconfianza es de tu lado de la familia Sabu. Jajaja…
Saburo carcajeó también. –Sí, porque tú siempre nos has provocado esa incauta excitación. -El barbudo hombre cargó a su hija y le besó la frente. Después la bajó y le dijo que fuese a jugar. Sakura sonrió, se despidió de ambos y salió corriendo al jardín.
La niña miró a los dos adultos retirarse y escuchó como sus voces iban alejándose…
-Supongo que ya sabes en que líos nos quieren incluir. ¿Recuerdas la reciente traba de los Uchiha, verdad? -preguntó Saburo.
-¿De los Uchiha? ¡Je! ¿Quién no?... Precisamente, hace un año, no acabe de deshacerme de esos infelices. Ahora, con lo que ocurrió con la guerra y el Kyubi, todos están conmocionados. ¡Bha! Primero quieren sangre y cuando se las conceden lloran y sufren… bla bla bla… su misma historia -dice aburrido y quejumbroso Inao.
-Estoy de acuerdo contigo. Lo lamento por Mikoto, ella hacía todo lo posible para que algo así no sucediera de nuevo. Debe sentir que defraudó a los suyos. Kihan tampoco ha de sentirse bien con ello, aunque aparentará que nada de esto lo perturba. Pero esta vez podrían afectarnos de forma grave… Tenemos que avisarle a las otras casas. Me temo que Fukagu no se quedará con los brazos cruzados. Esta vez no. -dijo Saburo con la mirada profunda y severa. Dando un siniestro brillo a sus ojos verdes oscuro.
-Bueno muchacho, ¿Qué propones? -dijo Inao y con un tono maliciosamente feliz. -¿Quieres que me encargue de ellos?... – Saburo lo miró sereno.
Sakura no perdió de vista a los dos hombres. Ni siquiera cuando perdió sus voces…
Una mano se posó en su hombro y ella se giró…
-¿Sakura? ¿Sakura?...
… La pelirrosa se giró hacia la voz y vio a Sasuke. La había tomado de los hombros y la miraba algo inquieto. Sakura estuvo con las ideas en blanco hasta que recordó lo dicho por Shizue y miró urgida a Sasuke…
-¡Sasuke! -casi espanta al pelinegro. -¿Tú y Naruto atraparon al hombre, verdad?
-¿Por qué dices eso? -dijo secamente Sasuke, tratando de ocultar su interés. Sabía que algo no andaba bien. Desde que ayudara a Sakura, no le había quitado los ojos de encima. Podía recordar a la perfección el brillo mortal de sus ojos, eso era en Kekein guenkai único y extinto. Antes creía que los únicos en hacerlo eran Eichiro y Kenji, por eso sospechó de él. Al verlo en los Siete, su perspectiva del peligro fue certera, mas al descubrirlo en Sakura, un extraño temor lo invadió. No entendía que era lo que podría avecinarse.
- Sasuke… Necesito que me lleves con él. Necesito verlo. -dijo seria.
Sasuke pensó en las palabras de Inao. Aquello que deseaba estaba allí en Konoha. Luego el recuerdo invocado por uno de los Siete. Era obvio que planeaban algo con alguna de las Haruno, por lo que no convendría dejar que Sakura se acercara a Inao. Ella podría poner en riesgo a su madre o a Konoha. Sachi Haruno fue guardían de los secretos de Konoha por muchos años y un gran conocedor de ellos; todos estaban resguardados en la biblioteca añeja de la villa. Si pretendía robar un documento o pergamino importante del lugar, tenían que enterarse ellos primero de cuál. De inmediato, después de la visita de la misteriosa ninja a su casa, mandó a algunos shinobis de guardia para proteger la zona y averiguar sí se habían llevado algo que pareciera insignificante, aunque no podían acceder todavía a las aulas de interés debido a que no contaban con la llave del acervo secreto de Sachi.
Sasuke pensaba que era lo de menos y por ello él se dirigió a casa de las Haruno para vigilarlas y tratar de convencer a Sakura para darle acceso al tesoro escondido de su padre. Al llegar no se lamentó de su decisión. Supo que había acertado cuando le avisaron desde la estación de policía que había disturbios en la casa de Sakura, al parecer una akahaki estaba allí. Llegó al lugar y sacó a Naoko del armario, pronto un vecino le dijo por dónde se habían ido y de inmediato les siguió el rastro.
Al llegar, pudo ver, sólo una parte, el combate entre la akahaki y Sakura y deducir que no se equivocaba en cuanto a sus sospechas con la familia del difunto Sachi. Ahora desconfiaba cuales eran los objetos de valor. Necesitaban a Sakura para acceder a los secretos de Sachi. Ella debía conocer gran parte del acervo, siempre fue una chica muy estudiosa y dedicada al trabajo de su padre, pensaba lacónico. Por ello también le habían despertado en ella ese extraño sello. Inao le confesó cuál era el propósito de la marca, a lo que pensó que era muy interesante. Muchas cosas no tenían sentido aún ¿Si lo que quieren es el secreto de Sachi o de Konoha, por qué atacaron a Sakura? ¿Lo de la plaza y la prisión sólo fue una terrible distracción únicamente? ¿Pero y los documentos de la academia? Todos los papeles desaparecidos databan de su generación, y por lo tanto de la de Sakura. Debía permanecer cerca de ella para evitar que Akahaki se saliera con la suya.
Al exiliar a Kenji de la aldea por su traición, Tsunade volvió a dejarle el puesto de jefe de la policía de Konoha a la casa Uchiha. Todos estaban en des acuerdo, el consejo no lo consideró prudente. Konoha temía otro intento de traición. Sasuke trató de destruir a la aldea apoyando a Akatsuki y robando los nueve demonios para controlar al añejo continente de los cinco elementos. Estaba muy cerca de acabar con Naruto y con todos sus compañeros ninja. Sin embargo, hubo algo que le impidió continuar con sus planes y decidió traicionar a Madara Uchiha y a sus sectarios, trabajando como un espía doble. Sakura pensaba que Naruto al final fue quien influyó en esa trascendental decisión; mas, él jamás explicaba las causas de su inesperado cambio.
Los shinobis de su generación ya lo daban por perdido, así que antes de regresar, tuvo que viajar por un año a lugares inesperados para dejar que las heridas que había provocado fuesen cicatrizando. No del todo cerraron, pero Naruto y Sakura lo esperaban con ansias, y le tendieron la mano a pesar de que él se mostraba dudoso. Las verdades salieron a la luz y todos comprendieron que la culpa no podía radicar de un número pequeño de personas. Tsunade y los demás shinobis se mostraban fríos y reservados ante la llegada de Uchiha; sin embargo la Hokage comprendió cómo había funcionado la cadena de intrigas que se habían desarrollado desde la fundación de Konoha para poder llegar a esas devastadoras consecuencias con Akatsuki. Ella obligó al consejo a integrarlo de vuelta y para enmendar su daño, trabajaría en el sector de seguridad con Kenji Hadachi y en el grupo siete de especialistas ninja de Kakashi. Poco se imaginaban que su jefe de seguridad sería uno más en la lista negra.
Siendo Sasuke un gran conocedor de territorios, técnicas y enemigos, su experiencia en el área competía con la de Kenji. Tsunade muy en el fondo tenía miedo de haberse equivocado. Más, al observar el trabajo meticuloso del ninja, recuperaba poco a poco la confianza. El joven Uchiha estaba entregado a su labor por completo, era de los mejores, o, el mejor ninja que marcaba esa renovadora generación. Muchos se conmovían con su trabajo y por ello empezaba a ganarse otra vez la admiración y respeto de Konoha. Era una sombra protectora, algunos lo llamaban el ángel oscuro, porque aparecía en el momento más crítico de alguna situación y sacrificaba todo para continuar con su trabajo. Tsunade tampoco suponía si aquello era por un verdadero y profundo sentimiento de culpa, o para olvidar el pasado, o por ambas cosas. Lo impactante era que se había vuelto esencial no sólo para la Aldea oculta entre las hojas, sino para todo el País del Fuego. Kakashi una vez le insinuó que el motor de su empeño, además de aquellas dos ideas, era algo más perturbador para él, olvidar su presente.
En tanto con Sasuke, él se sentía más comprometido con su juramento y sobre todo intrigado. No creyó que enfrentaría oponentes tan fuertes desde la batalla con Madara Uchiha y el mismo Naruto. Sakura era una clave importante y tenía que hacérselo ver, pero no accediendo a su petición. Temía que Eichiro pudiese provocar algo en la joven.
- No creo que sea el momento para ir a visitarlo. Se trata de un prisionero muy importante y peligroso. No sabemos si tiene un as bajo la manga. Además Tsunade, Kakashi y Morino lo están interrogando… Llevan batallando con él más de doce horas. -dijo Sasuke para ganar más tiempo… -Sakura había perdido la noción del tiempo. Cuando se fijó en el reloj que colgaba en el cuarto de espera a la oficina de Tsunade, apenas daban las doce y media de la noche. Muchas cosas habían pasado de forma rápida. Su madre se había ido a quedar con la madre de Ino, de la cual era muy amiga, mientras ella iba a ver a Tsunade para avisar sobre el ataque. No se sentía con fuerzas… -Tengo que ver a Eichiro Inao… Tengo que verlo… - decía al sentarse agotada en un sofá y recargar su cabeza sobre sus manos. Shizue se le iba a acercar para confortarla, pero Sasuke le pidió a ella y al otro secretario que los dejaran solos. La pelirrosa no se dio cuenta cuando fue que los abandonaron. Duraron un tiempo en silencio y Sasuke no le quitaba la mirada para leer cada uno de sus gestos…
-Sakura… -dijo y se le acercó. -¿Por qué es tan importante Inao? ¿Lo conocías? -preguntó.
- Yo… yo… Quiero saber qué es lo que tengo por marca y por qué. Es decir… -estaba pensando como ordenar sus ideas. Entonces recordó las palabras de su madre y en los recuerdos de su abuela y padre. (Inner –Uchiha no es de fiar-) –… él debe saber. Kenji lo mencionó en una de sus misiones. Dijo que… -no tenía ni idea de que inventar y la mirada profunda de Sasuke la estaba poniendo nerviosa. –lo conoció de niño y que era una persona que provocaba una “incauta excitación”… Él me llegó a confesar que estuvo con él en los exámenes chunnin y que al parecer era amigo de su sensei del equipos de tres. Su maestro era un tal, Arato Toju. Escuché decir a Kakashi que mi marca era de Abukara, le… le… vi una a Kenji en el antebrazo y pensé que… si ambos están relacionados, entonces… podría explicarme que pasa… conmigo…
El nombre fue identificado por Sasuke, más no mostró nada en su expresión. Sakura no se percató de ello. Más uniones se revelaban y pronto supuso Uchiha que las coincidencias no existían. Arato, Inao, Hadachi estaban vinculados. Inao y Hadachi con Akahaki y Arato con Haruno; Haruno se unía de alguna manera con Akahaki y Sakura podría llegar a vincular el lazo. Si no fuese así, el símbolo no estaría en la plaza y el recuerdo no hubiese sido llamado.
-Arato Toju… creó que fue… maestro de Kenji cuando era gennin… -dijo Sakura y lo miró. Él no lo hacía. Permanecieron un tiempo en silencio. Sasuke meditaba cada palabra escuchada por la Haruno y decidió callar lo que sabía o pensaba para no acercarla a Eichiro Inao.
-Tienes que ser paciente. Verte con un asesino no es algo muy seguro. Podría engañarte, ese hombre es famoso por controlar el pensamiento de los demás.
-Pero… pero… tendría cuidado…
-No, Sakura. Puede ser que sí y de todas formas echarías a perder la investigación. No estamos seguros a qué han venido y sólo él puede darnos las respuestas que necesitamos…
Sakura iba a reclamarle su grosería, pero se detuvo al pensar que no sería la primera vez que arruinaba una misión. Se lamentó más y quedó callada. Uchiha la miró, le preocupó que no le contestara, desde que se reunieran de nuevo, ella había tomado el hábito de no sólo responderle a Naruto y a sus otros amigos, sino a sus mayores y hasta a él.
Quedaron otra vez en un incómodo silencio, más para la chica que para su custodio, hasta que…
-Sasuke… ¿Qué hiciste tú para liberarte del sello? -dijo inesperadamente la pelirrosa.
Uchiha cerró los ojos y un enunciado triste se escribió en su rostro. Un destello de dolor se extinguió al abrir sus ojos y un gesto iracundo se retuvo. Sakura lo observó con cuidado y presintió, que como tantas veces, había metido la pata. Pudo sentir su tristeza, su coraje y su dolor en aquellos instantes, un frío semblante la cubrió.
-Perdón… No pensé que… -trató de cubrir la indiscreción.
-Tu sello no está maldito… -dijo y ella lo miró otra vez. Sasuke no la miraba y tenía los brazos cruzados. –Tu sello no está maldito… Es una técnica muy antigua, de él derivó el sello de Orochimaru y Hyuga… Los antiguos clanes, del viejo mundo, los diseñaron para convocar a sus integrantes. Si algo ocurría, alguien los despertaría para poder actuar. Está escrito en su sangre, es colocado desde el día en que nacen y duerme para pasar desapercibidos sus poderes frente a los demás y… -el muchacho se interrumpió, no sabía si había sido prudente al decirle que aquella marca despertaba las habilidades genéticas y ocultas de un clan… -Kenji era el convocador y aquellos que contenían el sello, eran descendientes de las antiguas casas… -Sasuke miró fríamente a Sakura y ella no pudo evitar sentir temor.
-¿Cómo sabes eso?... ¿Para poder actuar en qué? -dijo fortaleciendo su tono. Temía que su negra mirada traspasara su mente y descubriera lo que ocultaba.
-Inao me lo dijo… Y no hay forma de deshacer la marca, es congénita. Supongo yo que los que emigraron con Kenji eran descendientes de Abukara o de alguna de los nueve clanes del País de la Luz… -dice con mayor seriedad y desafecto. – En cuanto a lo de actuar, Mmp… Sólo los integrantes del clan deben saberlo ¿No crees Haruno?… -Sakura no pudo evitar sentirse señalada y enjuiciada. El joven le provocaba un sentimiento de culpa. Los recuerdos que se guardaba debían ser revelados. Pero, ella no confiaba en él. Debía saber algo Sasuke, de lo contrario no la vería así. Jamás creyó que cargaría con algo tan enfadoso (Inner -¡No dejes que te intimide! ¡Si pretende decirte algo, que lo diga de una vez! ¡Cha! ¡Cha! ¡Cha! ¡Si nos meterá en prisión, que lo haga de una vez! ¡Nos defenderemos! ¡Cha! ¡Cha! ¡Chanarooooo!…
-Bien… ¡Ya me cansé! -dice y se levanta molesta… -¡Estoy harta! ¡Hasta la coronilla! ¡Hasta el copete! ¡No me vas a intimidar con tus aberrantes miradas! ¡Ni me encogerás la moral con tus frías entonaciones! ¡Yo no estoy para burlas ni acusaciones!... ¡Sí me vas a arrestar hazlo ya! ¡Pero me las pagarás! ¡No te la dejaré tan fácil!... -rugió con los ojos en blanco, los colmillos afilados y señalándolo.
Sasuke estaba confuso y con cara de fastidio... -¿De qué rayos hablas? -dijo con los brazos cruzados.
La pelirrosa sintió caer una gotita en su amplia frente. –Grrrr!!... ¡No te hagas! ¡Sé que como los otros pretendes culparme por todo! ¡Pero no!... ¡Yo no tengo nada que ver en este dichoso asunto! ¡No sé nada de Akahaki, no sé nada de Abukara y tampoco sé nada de mí!… ¡No sé por qué tengo este maldito sello! ¡Tampoco tengo idea de quién era aquella ninja! ¡Ni… ni… ni… de nada! -dijo casi a punto de llorar, pero se contuvo. –Sólo quiero que alguien me explique ¿Qué está pasando? -Sakura no lloró, permanecía con la mirada fiera hacia Sasuke, quien mantenía los brazos cruzados y no le quitaba los oscuros ojos de encima. La observaba sereno, sin inmutarse a ninguna de sus reacciones.
-Hmp… No sabes nada. Nadie sabe nada… -dijo frío. –Estamos igual… -de repente emitió una leve sonrisa y se levantó para ir hacia ella. Al sentirlo muy cerca, por instinto, se hizo para atrás la joven.
-Tú debes de saber algo. -estaba convencida la ojijade.
-Tengo algunas piezas valiosas del rompecabezas. Pero me faltan más para ver qué imagen forman. Por eso, necesito de tu ayuda… La biblioteca de tu padre. Debes darme acceso a ella…
Sakura sorprendida abrió los ojos. -¿Por qué?
-Akahaki te busca por tu familia. Su secreto debe residir en la biblioteca. Ese viejo acervo que todos ignoran puede tener al fin importancia. Algo valioso de Konoha o de la misma Abukara, tal vez una bomba de tiempo. Tu padre debió esconder algo allí… Sachi Haruno, guardián y restaurador de pergaminos. Un hombre sencillo, indefenso y nada belicoso, nadie sospecharía de él con esa apariencia tan frágil, ¿No es verdad? -preguntó y la pelirrosa rugió. Sintió que lo decía con burla.
-Mi padre no fingía su ceguera, si a eso te refieres y tampoco era un inútil por ello. Era más fuerte de lo que cualquiera pudiese imaginar…
-Lo sé… -Sasuke se alejó de ella y se acercó a la ventana para mirar a Konoha… -Jamás creí que fuese débil, eso ni siquiera lo aprecié y tampoco me importó, pero a los demás sí… ¿O no?... –miró por el rabillo de ojo a Sakura y ella apenada desvió su mirada con vergüenza y furia contenida al apretar su puño…
-Sachi Haruno quedó ciego en una misión fallida hace catorce años, se descuidó, descuidó a sus amigos, a un operativo de doce meses y quedó discapacitado de por vida. Por consideración del tercer Hokage le dio el único empleo disponible de la villa para un inválido como él, después de todo era de familia tomar ese puesto o castigo aburrido, restaurar pergaminos y guardar la biblioteca… Adiós acción, adiós gloria, lo peor para un ninja… Tenía que mantenerte a ti y a tu madre… menos mal que ella fundó su librería para apoyarse mutuamente, lo que le daban no les alcanzaba para una cena decente por semana…
Sakura no quería escuchar más, a veces recordaba con rencor como en su infancia habían noches y mañanas en las que no podía llevar un vil pan a su estomaguito…
-Debió ser duro para ti escuchar los cuchicheos con respecto a tus padres, por eso todos eran amables cara a cara, pero no a espaldas suya… Sachi Haruno despertó la lástima en todos. Konoha siempre termina dando el pésame, no la compasión o la empatía… -Sakura quería golpearlo…
-Pero… eso sólo prueba… que la mayoría siempre será imbécil… -Sakura cambió de humor y lo miró extrañada… -Porque de ver más allá de sus inútiles narices, se hubiesen dado cuenta que los ciegos son incapaces de ordenar una biblioteca…
-¿De qué hablas Sasuke? –Preguntó Sakura nerviosa
-Habló de que tu padre jamás fue un ciego… Bueno, no como la mayoría lo imaginaba… Tu padre sí veía más allá de sus narices, tenía percepción, por ello se le encargó esa ardua tarea… él era ideal para ello porque había visto más de lo que cualquiera pudiese haber logrado entender… Sachi Haruno quedó ciego, no por incompetencia, sino por lealtad y sublevación a la vez, fue espectador de algo temible durante su última misión… Eso le valió ser el guardián no de pergaminos mohosos e inservibles o de libros que nadie atendería… -Sasuke volvió a acercarse a Sakura. La pelirrosa retrocedía a medida que el avanzaba hacia él…
-Sasuke ¿A dónde vas con esto?...
-Tú lo sabes… -sujetó a la muchacha suavemente de la muñeca y la jaló lentamente hacia él para susurrarle al oído…
-Sé que tu familia esconde algo de gran valor… algo muy importante para Konoha… o… para la misma Abukara… dentro de esas paredes malgastadas de acervos sin importancia…
El corazón de Sakura latía con rápidez, sus mejillas no pudieron evitar su rubor y su cuerpo comenzaba a temblar. Ella no quería entender si actuaba así por sus palabras o por su cercanía tan insultante. Sentía que se derretiría como crema si Sasuke no dejaba de invadir su espacio personal…
Sasuke la olíó y su voz bajaba por el cuello de la kunoichi discretamente y luego regresaba a su oído… -¿Sabías que la última misión de tu padre fue… -respiró su cabello con escondido deleite… -…en Akahaki? Allí fue donde perdió la vista…
-¡Qué! –Sakura se sobresaltó y se alejó de Sasuke. No sólo fueron sus palabras lo que la alteraron, como un pinchazo, creyó haber sentido sus labios en la piel delicada de su cuello demasiado cerca. Haruno lo miró sorprendida al principio, mas al ver su relente mirada, imaginó que todo aquello había sido producto de la tensión que causaba su interlocución. Sakura logró calmarse rápido y respondió severa… -No… Mi madre me dijo que había perdido la vista en… en… en Suna, tras un ataque sorpresa… ¿Cómo sabes eso? ¿Mientes acaso?...
Sasuke sonrió fríamente y divertido… -Yo sí hago mi tarea unos días antes, Sakura. Además, no tendría porque mentirte, necesitó de tu ayuda. Tu padre participó en la caída de Akahaki, sí está ciego es porque algo vio allí y lo obligaron a guardar con ello dentro de sus pupilas hasta su muerte. Es un castigo, Sakura, la ceguera de tu padre. En tiempos añejos, si un ninja veía algo que le era prohíbido, su castigo era la ceguera y guardar para siempre en sus ojos el secreto que lo llevó a las sombras, ese castigo era típico en el País de la Luz. La biblioteca es un buen escondite, muchos tesoros valiosos fueron custodiados allí durante la primera guerra ninja…
-¿Cómo supones eso?...
-Primero: porque investigué los antecedentes de tu padre. Segundo: porque repaso las marcas de tu padre, eran quemaduras muy extrañas que me recuerdan a las que provocaba Madara para castigar a sus subordinados y Tercera: porque el único lugar al que no pudieron acceder fue la biblioteca de tu padre. Los Akahaki siguen aquí porque les faltó algo muy importante, están urgidos de ello y sospecho que te atacaron para conseguirlo… Por eso Inao hostiga con su presencia…
Sakura tembló de miedo, su cabeza se desordenaba por completo…-Entonces… ¡gulp¡ me quieren por mi familia y por ella su secreto… Suena muy tonto. Mi familia y yo no tenemos secretos. No que yo sepa. Mi padre, antes de morir, no dijo nada al respecto… -dijo con consternación (Inner -¡Mentirosa!-)
Sasuke sonrío. – Si es así no tendrás de que preocuparte… -volvió a recuperar la seriedad. –Pero sino, ni Tsunade ni nadie podrá convencer al consejo de lo contrario y yo tendré que verme en la necesidad de cumplir con mi trabajo… -Se acercó más y Sakura no cedió a los nervios. –Necesito tu ayuda. Tú sabes que no me gusta pedir favores, pero ambos lo necesitamos… Si me permites acceder a ella, tú también podrías resolver muchas dudas ¿Acaso no te interesa saber la verdad? Podrías defenderte y demostrar que, aunque estés vinculada con Abukara, no tuviste nada que ver con el atentado… o tu madre. No sería mala idea comenzar a interrogarla…
-¡Ella no sabe nada! -rugió Sakura y se contuvo. –Le pregunté… le pregunté sobre la marca…
Sasuke tocó en su punto débil. Ella no había pensado que su madre también hubiera podido verse involucrada. Era ya mayor y no tendría fuerzas para defenderse. Sobre todo, sabiendo lo que ella le confesó… Sakura sostuvo su mirada oscura y al fin había decidido.
-Bien. Vamos, ahora… Tendremos que pasar a mi casa por las llaves del acervo…
Sakura le dio la espalda para salir de la estancia, cuando la punzada de la herida la hizo quejarse. Aún no sanaba por completo y no se había podido concentrar lo suficiente para ella poderse sanar.
-Deberías ir primero a checar eso -aconsejó el pelinegro
-No es una herida grave, son fisuras… como grietas en los huesos… Ningún órgano vital ha sido dañado… Querías que te ayudara, lo haré. Pero yo estaré allí y me enteraré de lo que supuestamente dices… Si quieres acceder al acervo, tendrás que hacerlo conmigo. Tengo más derecho que tú y, aunque sea el patrimonio de la aldea, mi padre fue el único en darle atención y cuidado, por lo tanto, tengo libertad de saber qué esconde todo aquello que protegió en vida… Además, nadie mejor que yo conoce el orden de sus elementos -afirmó decidida.
Sasuke permaneció sereno, Sakura lo miraba esperando una negativa suya…
-No me opongo a hacerte participe de esto… Por el contrario, me parece pertinente… -sus ojos se encontraron. –Pero antes debes recuperate por completo. Te juro que no tocaré nada del acervo, sin tu presencia…
Sakura creyó sinceras sus palabras. Se acercó tranquilamente a él y se colocó de espaldas. Posó su mano sobre su lastimada zona y le pidió a Sasuke que la sostuviera por la cintura. Él, en un principio, iba a negarse con un gesto desconcertado… – Necesito acomodar los huesos con mi energía y después a comenzar a curar… No tengo mucha, pero será suficiente. Al estar usándola quedaré débil, necesito que me sostengas y me ayudes a soportar el dolor… Por favor… -pero el argumento de la joven le pareció razonable y la sostuvo, después de todo, le pareció hipócrita sentirse así, ya se había aprovechado de situaciones más absurdas para descontento suyo.
Sakura comenzó a concentrar su energía. Localizó la zona dañada de su costado y comenzó a actuar. Sus musculos se tensaron, su chakra salió de su mano y luego tomó la forma de éste. Poco a poco fue introduciendo la mano de energía hacia las costillas, mientras que con la otra mantenía el chakra. Estaba acomodando los cartílagos, gritó y casi tambaleaba. Sasuke la sostuvo fuerte, no pudo evitar sentirse preocupado. Sakura intentó no gritar mientras pretendía curarse. Los minutos parecieron largos y después de acomodar los cartílagos continuó con la curación. Esta era más tranquila y cuando terminó, cayó rendida en los brazos de su compañero. Estaba agotada y no le quedaban más fuerzas.
Sasuke estaba asombrado. Sabía que un proceso como aquel requería horas por su complejidad. Pero, a Sakura sólo le tomó una y se alivió rápido. – No cabe duda que es una de las mejores kunoichis médico… Por eso Kenji la solicitaba tanto. – pensó el pelinegro y la cargó hasta el sofá de la estancia. Sakura seguía conciente y se sobaba la herida…
-¿Te sigue doliendo? -preguntó Sasuke con su mismo tono frío.
-Sí, mas no tardará en cerrarse… Ahora todo depende de mi organismo… -dijo sonriente. –Naruto ¿Dónde está?...
-Mmp… Tardaste en preguntar -dijo y emitió una suave sonrisa. Eso le pareció extraño a Sakura; fue como ver una estrella fugaz que desvanecía los malos momentos. No fue altanera ni burlona, fue triste y a su vez feliz con resignada sinceridad.
-Está en tu casa… Dormido en tu habitación. Tuvo un día muy difícil…
-¿Está bien? -preguntó preocupada y Sasuke asintió. Tuvo que revelarle como fue la batalla entre Eichiro y Naruto para que no se asustara de verle las heridas. Sin embargo, ambos sabían que por la habilidad del kyubi, Naruto se recuperaba asombrosamente rápido. Sakura sintió un gran alivio al saber que estaba a salvo, eso era lo que más le importaba. Aunque presintió que Sasuke no le contaba toda la versión. No le dijo que poderes tenía aquel akahaki para verse forzado Naruto a sacar cinco colas del demonio y haber obligado a Uchiha a usar el mangekyo. Ante la clara luz de la estancia, pudo notar que Sasuke tenía cansados, irritados y dañados los ojos, de vez en cuando se los tallaba y eso no le era nada común desde hace mucho tiempo. Parecía que alrededor de ellos se encadenaba una leve infección. Sin previo aviso, tomó su rostro y lo dirigió hacia ella…
-¿Qué haces? -dijo sorprendido y sonrojado Sasuke.
-Tú sólo cálmate -contestó Sakura y posó su blanca mano sobre sus ojos para aliviarlos. Tan sólo iba a reconfortarlos con su energía para que las celúlas actuaran por sí solas, de forma normal con el fin de mitigar el dolor y después curarlo poco a poco. Uchiha la tomó fuerte de la muñeca ante su sorpresa.
-No lo hagas –dijo Sasuke y comenzó a alejar su mano… -Estaré bien… Guarda tus energías. -Sin darse cuenta habían quedado muy cerca sus rostros. Ambos se miraban directo a los ojos y Sakura no entendía porque sintió un tibio escalofrió en toda su piel, para ella era como recordar una sensación olvidada. Cerró los ojos para desvanecer el estremecimiento y colocó su mano sobre su pecho para mitigar los golpes rápidos de su corazón. Sasuke aprovechó aquello para acercarse más y disfrutar de su apacible aroma, su rostro recorría el suyo, acariciando su piel con su sigiloso aliento. Sus labios se acercaban tentadores a los de ella y llegaron casi a rosarlos cuando ella habló…
-Naruto -Sasuke se alejó y ella abrió los ojos sonriendo.
Agotada dejó caer la cabeza en su hombro –Por favor, lleváme con él -dijo con una amable sonrisa. Al pensar ella que pronto vería a Naruto, disipaba todas sus malas experiecias y le embargaba una calida felicidad. Ella no pudo ver como Sasuke se sonrojó levemente, pero el brillo de sus ojos negros estaba apagado.
Continuará...
LIBRO I: ARPEGIO, EL RETORNO DEL OJO MÍSTICO
Clasificación: (H/C), (OTP), (OOC), (OC), Angst, Lemon (+18).
Parejas: Principales: SasuSaku
Capítulo 10
Tsunade, Morito y Kakashi salían del cuarto de interrogatorio. Se veían cansados y sufrían un fuerte dolor de cabeza. Aquél sin vergüenza les hizo pasar muy mal la noche, por lo que los tres coincidieron en pedir una aspirina para cada uno cuanto llegaran a la oficina principal.
-Ese maldito Inao Eichiro… -rugía Tsunade. –Hace mucho tiempo que no me le enfrentaba. Había olvidado lo exasperante que es…
- Sí… y fuerte. El muy ladino estaba jugando con nosotros. Menos más que te diste cuenta a tiempo, Tsunade… -dijo Morito.
-JAJAJA… Lo conozco desde hace mucho tiempo, por desgracia… No es por presumir, pero siempre estuvo enamorado de mí… Aunque, no lo conozco a la perfección; mas sé cuando me miente… Por cierto, ¿Cómo siguen tus ojos Kakashi? -preguntó Tsunade. -Creo que debería revisarlos.
Kakashi se había tallado el ojo oculto y al terminar… -Está bien. Sólo es una pequeña irritación. Simple y vulgar tratándose de pimienta y sal… Un truco muy infantil para ser de Akahaki. Descuida, ya pasará… -concluyó el ninja pero la Hokage no estaba convencida.
Los tres ninjas poco a poco se alejaban de la sala y subían escaleras. Luego apareció ante ellos una mujer joven de cabellos castaños y ojos angelicales de color café claro. –Tsunade-sama. ¿Me mandó llamar? –dijo tímidamente la muchacha, casi temblando.
-Sí Eriki… Tenemos un once en la sala de interrogatorios. Sólo necesita que le trasladen al cuarto de salud. Después, prepárenlo para el recinto. Comunícate con Sasuke para avisarle… ¡Ah! Y dile a Shizue que nos envié unas aspirinas para el dolor de cabeza, que sean tres. -ordenó Tsunade y la chica titubeando asintió. Roja de las mejillas, salió corriendo con los bellos y grandes ojos castaños mirando abajo. Kakashi, desde que la viera no le quitaba el ojo de encima. La siguió con la vista hasta perderla al bajar las escaleras. Tsunade y Morito se habían percatado de ello.
-Linda chica… No la había visto ¿Viene egresada de la academia de medicina? -preguntó Morito con un tono secuas.
- Sí, recién acaba de pasar los exámenes chunnin. Es recomendada del viejo Akiba… Es lista y rápida, aunque algo despistada… -suspiró Tsunade. –A veces su tímides me saca de quicio… Pero, ayuda bastante y es buen prospecto para médico ninja. Hace un buen café y Shizune habla bien de ella… ¡Hay, cómo la extraño! Eriki iba a reemplazarla… ¿Kakashi?...
El ninja seguía mirando hacía donde había partido la joven y Tsunade le golpeó la cabeza… -¡Kakashi! ¿¡Te idiotizaron o qué!?... -gritó y el jounnin tardó en reaccionar. Giró hacia ella silencioso y…
-Perdón… ¿Qué decías Tsunade? -dijo distraído. Tsunade se enfureció y Morino rió.
-Jajajaja… Al parecer te dejó muy agotado Inao, Kakashi. Ahora hasta caes en conjuros de atracción… Eso es raro en ti…
Kakashi no dijo nada, sólo asintió con su indiferente voz – Sí, creo que sí… -mientras volteaba a mirar hacia el lugar donde partió la chica. No quería confesarlo, pero algo extraño sintió al ver a la joven kunoichi. No sólo reconocía que realmente era linda, también había una sensación nostálgica y perturbadora, como si le invocara un mal presentimiento. Algo en ella le parecía sencillamente familiar.
No había pensado ni siquiera en lo que dijo cuando Morino lo agarró de la cabeza y se la rascó… -Al fin sientas cabeza… -el peligris trataba de safarse… -Ya hasta llegué a pensar que tenías “otras” preferencias… jejeje…
-¡Ya basta los dos! Se comportan como niños… Kakashi, te daré a conocer las reglas con respecto a los coqueterios en esta oficina, si es que piensas venir a menudo…
Morino seguía sujetándolo de la cabeza mientras caminaban y Tsunade le repasaba las reglas… -Numero uno: nada de manitas sudadas… esta es una oficina decenta… Numero dos…
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La joven de grandes ojos brillantes y castaños llegaba a una pared vacía. Fijó en ambos lados su vista y luego invocó un pequeño remolino plateado que la traslado al interior del cuarto.
Eichiro Inao estaba cabizbajo. Con la piel roja y sudando frío. Tsunade lo había curado, pero necesitaba atención médica aún. Su físico se encontraba debilitado y su mente le fallaba. Sacaba espuma por la boca y los ojos le daban vueltas. La joven se le acercó con cuidado y luego le tomó el pulso, le levantó el rostro y al ver sus ojos mareados suspiró con alivio.
-Eichiro… Eichiro… ¡Eichiro!... -decía la joven
-OOOOOH… Creo que estoy dando vueltas… -decía Inao mareado.
La chica suspiró con impaciencia y le dio un coscorrón en la cabeza. -¡Eichiro! -y el hombre reaccionó.
-¡AHHHH!... ¡Rayos! ¡No pegues tan duro! ¡Sigo vivo! -gritó Inao furioso…
-Eso suponía -se levantó la joven y cruzó los brazos… -¿Ahora qué haremos? -preguntó al fin.
- Lo que acordámos. El plan sigue en marcha. ¿Qué noticias traes? -dijo Inao alivianándose.
La joven sonrío serena… -Sigue aquí. No ha salido de Konoha. Minako ya la enfrentó y dice que liberó parte del poder del sello… Está ansiosa porque todo termine de una vez. Los demás están en guardía. Esperando a que des la señal de escape. En cuanto a los habitantes de la aldea, están muy confundidos. Ni siquiera sospechan que seguiamos aquí, pero eso acabara pronto…
-Perfecto… Ahora sólo debemos esperar y que nadie cometa un maldito error. Deben seguir las apariencias… -Inao sintió dolor y la chica se le acercó preocupada.
-Ya mandé traer a los médicos. Te llevarán a un cuarto especial para atenderte y luego te transportarán al recinto… Inao, una vez allá ¿Qué más? ¿Seguiremos esperando? - preguntó, luego se acercó y comenzó a revisarlo. Pronto sacó algo de una bolsa y se los dio a probrar. Le tomó el pulso y usó una técnica de curación que hizó que el hombre aguantara gritar de dolor. Los huesos comenzaron a crujir mientras la mujer usaba su energía sobre las zonas dañadas. Estos se curaban y bajo la piel se veía el proceso de reacomodamiento. Era lento y tortuoso.
-Todo de acuerdo al plan… Uchiha no se tragará el cuento de que he confesado todo y ese Uzumaki se está reponiendo de sus heridas. -rugió de dolor. –Necesitamos que actúen por nosotros. Jejeje, ya insité al Kyubi para beneficiarnos… Ambos, Uchiha y Uzumaki unidos son un gran inconveniente. Pero separarlos no será gran problema… -rugió más al mover el cuello. –Ellos… ¿Sabías que Kakashi fue su sensei? Jejeje… -dijo con malicia.
La joven abrió los ojos con asombró y luego una expresión triste le formó su angelical rostro. –Lo suponía… La técnica de Uchiha no es suya, sino de Kakashi… Vi al hijo del colmillo blanco de Konoha cuando venía aquí, pensé que había muerto en la invasión de Madara hace tres años… -suspiró. –Pero ya no importa… No importa cuanto haga. Ya es tarde para Konoha y lo lamento. -Inao la miró con sus helados ojos… -¿Segura? ¿Sí él se interpusiera, qué harías?...
Por un momento Inao creyó que dudaría, pero luego se alegró al ver la orgullosa expresión de su discipula. -Él muy iluso no se interpondrá. Sencillamente no le dara tiempo. No, porque no sabrá qué depredador le llegará por la espalda… -la mujer sonrió e Inao la contempló orgulloso.
-Bien, muy bien mi querida Saigo… Déjame ver tu verdadera forma. Me engaña un poco ver ese maravilloso disfraz de niña boba…
La joven se alejó sonriendo y deshizo la ilusión. Pronto dejó de ser una jovencita tímida con traje normal de ninja; para revelar una mujer adulta, con un traje oscuro ajustado, portaba unas telas de seda como un kimono de combate, su cabello castaño era largo hasta la cintura, sus labios eran carnosos y rojos, sus ojos angelicales eran los mismos, grandes y expresivos, y en su frente llevaba el símbolo de Akahaki, una estrella finisíma en forma de prisma de ocho picos, casi parecido a una flor de cerezo de no ser que se trataba de un rayo de luz, su placa brillaba como el símbolo en espiral de una llama de fuego adentro de un círculo. En sus rosadas mejillas se pintaban unas líneas rojas. La mujer sonrió…
-Bien, estás mejor. -rió Eichiro. –Rin, esto es lo que harás…
Rin escuchó con atención sin perder cada detalle de lo que demandaba su receptor…
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Sakura estaba recargada en el hombro de Uchiha. Se había quedado inesperadamente dormida. Sasuke no podía despertarla, le pareció poco apropiado y pensó en dejarla reposar en el sofá. Al comenzar a acomodarla, tuvo que acercarse más de lo que deseaba para dejarla comoda, pudo oler su dulce fragancia y rozar su piel con la de ella. En ese instante le llegó un recuerdo; justo a la salida de Konoha, Sakura lloraba su partida –Tengo familia y amigos… Pero, si tú te vas… Sería como si yo estuviera sola… -Rápidamente despejó la imagen de su cabeza y se sentó a un lado de la de ella. No tenía idea de qué hacer, por lo menos hasta que ella despertara. Pensó en esperar a Tsunade y darle a conocer su teoría y el ataque de los tres akahakis. –Akahaki. Deben encontrarse aquí, tal vez un número reducido, entre espías y refuerzos… -dijo para sí.
Estando a solas, no pudo evitar sentirse incómodo; sobre todo con ella tan cerca. Su aroma lo estaba inquietando. No le era desgradable a pesar de ser dulce, por el contrario, le parecía demasiado atrayente y suave. Podía percatarse de la presencia de la pelirrosa con tan sólo sentir el aroma de los cerezos. Era afable, dócil y a su vez embriagador. Ahora entendía por qué el baka de Naruto se sentía tan atraído por ella. No cabía duda que, después de todo, la pequeña fastidiosa tenía su encanto. Volvía loco a Naruto, por un tiempo a Lee, al idiota de Kiota y después… El recuerdo de Kenji no pudo evitarse y se sintió agresivamente molesto.
Después de todo el tumulto y las pequeñas batallas en las afueras, no habían podido localizar a ese traidor. Sasuke esperaba que Morito le hubiese podido sacar la ubicación del insidioso a Eichiro… Sakura se movió y su cabeza quedaba más cerca de su costado. Sasuke sentado se sintió más incómodo, pero lo disimuló con si típica gravedad. Miró hacía ella con expresión de fastidio, mas al verla tan serena, ésta se esfumó. Todo en Konoha había cambiado, incluso Naruto y ella. No entendía por qué, pero la veía hermosa y muy atrayente desde hace un tiempo… Sus temerosos dedos comenzaron a bajar por el cabello rosado y a acariciarlo con cuidado para no despertarla. Eran dóciles y el aroma se hacía más animoso, eso le gustaba. Lamentaba que uno de los resultados de los entrenamientos y las batallas fuese el desarrollo de sus sentidos, así como podía sentir el latir sanguíneo de sus enemigos, también podía sentir el de ella y eso le encantaba.
Tenía tiempo que alguien no se le acercaba de esa manera, o él tocar de esa forma a alguien. Años atrás, cuando fundó el grupo hebi, Karin era la única en pretender lograr una cercanía más intima con él; que revasara los limites del compañerismo o la amistad, aunque sospechaba de sus fines a pesar de que era al único que dejaba curarse con su sangre. Sin embargo, él jamás lo permitió. Su relación con ella no tocó más que la superficialidad de lo carnal y de lo instintivo; después de todo era humano y satisfacer la esencialidad era lo único que le quedaba como tal. Estaba tan sumiso en sus deseos de venganza que no permitió que otro ser lo inmutara. Sólo los usaba para satisfacción o utilidad suya. Tras la muerte de Itachi, eso cambio para adentrarlo en una etapa más oscura de su ser; en donde las sensaciones nítidas de empatía y emoción ya no tenían significado sino eran a través de la muerte y el dolor. Marcó sus límites y se ausentó de la calidez humana. Nada importaba más que la urgencia de destrucción y muerte. Su piel se congeló al tacto de la vida y ya nada sentía cuando su toque le llegaba a rozar un poco; en ocasiones no se daba cuenta cuando eso pasaba. El tacto de Karin ya no logró satisfacerlo, ni el de ella ni de ningún otro lo conmovía. Hallaba paz en la muerte, sólo así el dolor y la soledad pronosticaba su fin. Pero, se debilitó con el enfrentamiento del demonio de ocho colas; por unos momentos revivió al saber del peligro que corrían sus aliados e hizo todo para salvarles la vida. Después decayó y la furia fue descomunal tras enterarse de que su objetivo había sido falso.
Hubiese continuado así hasta destruir Konoha; sin embargo la intervención de Naruto Uzumaki terminó con ello de forma inesperada y brutal. Tuvo que dejar salir al Kyubi para poder enfrentársele y él usar el poder máximo de su mangekyo sharingan para enfrentar al demonio. Aún era lo suficiente poderoso, pero fue vencido justamente cuando creyó haber tenido el control de su fuerza. Hiba a morir a manos de alguien a quien admiraba y eso era algo que ansiaba para llegar a redimirse y descansar al fin. Su mejor amigo acabaría con todo ese tormento que lo consumía desde el principio de sus días. Su última batalla iba a ser la decisiva y él se transformó en otro ente más sobre la tierra. Al caer derrotado había muerto su vengativa esencia, reconocía a Naruto como su amigo de nuevo y se dejó abrazar por la oscuridad y la nada, mas nunca saldría de la penumbra que había elegido como sendero. No sin antes, acercarse moribundo a Naruto y expiarle unas palabras que sellarían para siempre su existencia. Sonriendo, con lágrimas confundiéndose con la lluvia y un brillo al fin humano en sus oscuros ojos…
…Al resurgir de las sombras, las luces le lastimaban la vista. Adolorido y confundido pudo percatarse de que aún seguía vivo. Al tranquilizar su confudida púpila, lo primero que vio fue a unos verdes y cálidos ojos que lo observaban con desvelo y piedad. Su brillo fue confundido al principio con el umbral del paraíso, en ellos destellaba alivio, paz, regocijo y el dolor dejó de existir sin dejar marca de su inicio y su fin. Recordó que fue a Sakura a quien percibió primero en su nueva vida…
-Al fin… Todo ha terminado… Estás a salvo, Sasuke… -escuchó decir eso de su suave voz y un dulce aroma de cerezos le confortó. El rostro níveo de Sakura sonreía al recibir su primer contacto consiente. La luz se aclaró y no le lastimó más…
-Sa… Sakura… -dijo con esfuerzo Sasuke.
Ella se le acercó más. Ya no era la molesta chiquilla que se le arrojara inconsiderablemente con los brazos abiertos. Estaba serena, erguida y atenta, contemplándolo con una ansiosa calidez y conteniendo las lágrimas de alegría; una mezcla de observación y cuidado se unían a ellas cuando lo examinaba para saber su estado. Fue allí, que la distinguió hermosa y divina por primera vez…
Sakura le revisó el pulso, la temperatura y después con cuidado los ojos. Los cuales le ardían y tenían días de haber sido operados para salvar su vista. Sasuke gimió un poco con su contacto. Sakura al percibirlo colocó su mano sobre ellos y uso su energía para aliviar el dolor. Tal sensación fue tan placentera que no le hubiese importado morir en el momento. Sasuke estaba agotado y se rindió al fin a los brazos de Morfeo mientras el tierno aroma de Sakura lo acompañaba en su recién descubierto regocijo…
Ya conocía en aquel momento la mayor parte de su historia y sentía que ya no habría motivo para continuar con la tormenta, ni tampoco con su vieja vida. Pero ¿Qué más había en ella o podría haber?…
-¡Eres débil Sasuke! ¡Eres muy débil! -le llegó a rugir Eichiro Inao cuando éste lo venció en un combate.
-¡Demuéstrame de que están hechos los Uchiha! ¡La muerte sin sentido es sólo para la escoria débil!... ¿¡Eres escoria!? ¡Mátame, cuando tu único fin no sea el de morir! ¡Es patético!...
Eichiro Inao, en la mente de Sasuke aún tenía un lugar especial entre sus encabezados. Y éste se juró que algún día lo derrotaría sin piedad…
-Naruto… -dijo Sakura entre sueños.
Uchiha dejó de acariciarle la cabellera y la miró sereno. Realmente todo había cambiado en Konoha y ahora ese cambio también lo había atrapado. Se sorprendió de haber seguido con el gesto y la iba a dejar cuando vio sus rosados labios semi abiertos. Nuevamente, con fastidio remembró la noche del beso y del que pasó hace un momento. Con la mente fría no comprendía que es lo que le había ocurrido, ni entendía que cúmulo de sensaciones lo estaban atropellando. Él creía que todo aquello era ridículo y estúpido, aunque una sonrisa se le escapó al pensar en cómo le había robado aquel beso cerca del río. La figura de la esbelta joven había sido memorizada y el sabor de sus labios…
-¡Rayos! ¡Recuérdalo bien Kakashi! ¡Nada de jueguitos a oscuras durante las horas de trabajo! ¡Si planeas llevártela a lo oscurito, Qué no sea aquí!... Estoy harta de regañar a ninjas jóvenes que no entienden que esta es una oficina decente. Tú ya eres mayor, pon el ejemplo… -dijo Tsunade al momento de entrar.
-Sabía que eras un pervertido detrás de esa máscara. Jejeje, pero no un asalta cunas… - agregó Morito divertido mientras jalaba a Kakashi por el cuello.
-No he dicho nada… Sólo miré a esa joven, es todo… Se pasan… -decía Kakashi cansado.
Entonces los tres se detienen y miran a Sasuke sentado en el sofá con Sakura acostada a su lado. La mano de Uchiha seguía en sus cabellos y rápidamente, cuando todos iban anotar aquello, Sasuke se levantó sereno y trató de ocultar su sonroje.
Para haber salido de una batalla mental con Inao estaban demasiado alegres. Sarcástico pensaba que ojalá eso se debiera a que traían buenas noticias. Sasuke los miró serio y después de un saludo comenzó a contarles sobre la presencia de los akahaki en casa de Sakura. Tsunade, ahora grave, preguntó por la pelirrosa y de cómo había pensado en ir allá. Morito y Kakashi se observaron con cuidado y Sasuke observó que era una idea en común. Al momento de que el pelinegro explicó la condición de Sakura, esta despertó y de inmediato, cohibida, se levantó. Sus mejillas estaban sonrojadas, no tenía idea de cuánto tiempo había dormido.
Sakura dio los detalles de su enfrentamiento con los akahaki, su curación y de la teoría de Sasuke sobre la importancia de la antigua biblioteca. Ella no confiaba muy bien en las intenciones de Uchiha, pero trataba de disimular su interés para no provocar sospechas.
Sasuke explicó su idea… -Yo creo que están detrás de Sakura para obtener un secreto importante de las aldeas. La familia Haruno estuvo a cargo de la biblioteca más antigua de las poblaciones y en ella se han ocultado datos y acervos muy añejos. Tal vez alguno de ellos podría contener algo relevante con lo que está ocurriendo ahora, un pergamino oculto de alguna técnica o tal vez un registro del viejo mundo. Yo pienso que deberíamos inspeccionar con cuidado la información…
-Si se tratara de algún registro civil, irían a este acervo. Pero si se tratara de un archivo viejo, irían allá. Aquí tenemos los registros familiares y de cada integrante de la aldea para tener control sobre la población… -dijo Morino.
Sakura intervino -¿Por qué habrían de buscar a una familia o a un integrante de la aldea en particular? -todos quedaron callados. Tsunade miró con reproche a Morito y este permanceió tranquilo. -¿Entonces qué otro asunto deberían de buscar? ¿Un objeto mágico? ¿La localización de algún lugar? Si fuese un sello prohibido, buscarían aquí.
-Díganos Morino. Usted es el experto en sonsacar información. ¿Qué cosa valiosa no podríamos hallar en la biblioteca o que cosa no buscarían ellos dentro de ella? ¿Si no es así, entonces que hacen aquí?... Usted los conoce muy bien. Tengo entendido que llegó a enfrentar a los Abukara en la última guerra… Hay un detalle que falta. No es posible que Akahaki siga aquí sin un buen motivo… -expresó Sasuke retadoramente. Morino se mantenía en calma.
-Sasuke -habló la Hokage. –Me parece coherente tu teoría. Pero no podemos desperdiciar tiempo revisando documentos amarillentos mientras ese grupo de asesinos sigan aquí rodeándonos. Mandaré a que vigilen la biblioteca…
-No se preocupe. Ya lo mande hacer… -dijo Sasuke
Tsunade pareció muy molesta por lo dicho. –Bien, entonces no hay de qué preocuparse Uchiha, si ya se han tomado medidas… Hecho así, te pediré que resguardes la zona y te prepares para llevar a Eichiro Inao al recinto… Esto es más urgente que cualquier papelito que posiblemente no busquen…
-¿No es un documento? ¿Entonces ya saben qué es lo que busca Akahaki? ¿Funcionó el interrogatorio?... – preguntó con cierta escondida burla. Sakura presintió que Sasuke sabía que no habían conseguido más de lo deseado. Tsunade se mostró más molesta y Morino tenía trabajó en disimularlo también.
-Sasuke -dijo Kakashi y éste se giró hacía él.
-Sé que te encuentras seguro de tu hipótesis… Pero no debemos precipitarnos. Ahora urge mantener a Inao vigilado. Si su grupo sigue aquí, no dudo que pretenderán rescatarlo… La biblioteca será protegida… Ahora, debemos de pensar cómo atrapar a su grupo… Tienes razón, Inao no nos ha dado mucha información. El muy pillo es genial en ocultarlo, pero sabemos que piensan atacar muy pronto… Y por ello debemos estar alerta contra ellos. Mientras no estemos seguros de lo que desean, no podremos descuidar la guardia… Tú lo sabes. Cualquier cosa puede pasar con los Akahaki, sobre todo con Inao Eichiro…
Kakashi y Sasuke permanecieron mirándose por un leve tiempo, en silencio y con precaución.
-Si no hay más que agregar, puedes comenzar con preparar todo para trasladar a Eichiro Inao al recinto… -dijo Tsunade al fin para romper al silencio.
-De acuerdo… Aunque ya me doy cuenta de que quizás tengan razón…Tal vez no sea a un documento al que busquen… -y dirigió una fría mirada a Sakura y salió de la estancia.
Ella no pudo evitar sentir escalofríos…
-Sakura -le dirigió Tsunade. –Ahora dinos qué tienes que revelarnos…
Sakura miró a los tres ninjas. Todos parecían irreconocibles en ese momento y sentía que la miraban como si nunca la hubiesen tratado. En espera de alguna extraña reacción o comportamiento.
Ella comentó cómo la habían atacado los akahakis y evitó revelarles lo que les había dicho. Por momentos creyó ver en los oscuros ojos de Morino que se había dado cuenta de que mentía. Mas, llegó a la conclusión de que en realidad estaba dudando más de lo que decía que de aquello que se callaba. Lo percibió así al notar las discretas miradas interrogativas que le dirigía a sus dos compañeros. Una vez que no hubo más que decir sobre el ataque, Sakura, decidió hablarle sobre algunos de sus sueños, sin revelar las frases claves de su origen o dar a conocer lo que ya sabía para no involucrar a su madre…
-Ustedes me dijeron que les revelara todo en cuanto a mis extraños sueños y que se aclararían al expresarlos… Los he tenido y quiero saber si tengo que ver con Akahaki. El símbolo en la plaza no es la del bibliotecario que fue mi padre… ¿De quién es o qué es? - dijo al fin. Esas palabras salieron como un ahogo y se sentía libre…
Tsunade, Kakashi y Morino permanecieron fijos en ellas…
-De acuerdo, bien… Lo confesaremos. Sí, esa marca no es la del bibliotecario. Perteneció al clan Haruno y tú padre era un integrante de él. -dijo Kakashi. A Sakura no se le dificultó expresar sorpresa, aún le impactaba saber la verdad. -El clan Haruno no tiene mucho de ser descubierto. Eran un grupo escondido, disimulando obediencia y lealtad a sus nuevos gobernantes. Pero, entre las sombras, planearon un golpe de estado contra el clan de la Bandera Escarlata, hace quince años, que en ese entonces regían al País de la Luz. Este, tras la derrota del país de la luz en el crisol de guerra, fue apoderándose de la nación poco a poco en todos los sentidos. La milicia y la unidad shinobi les fue perteneciendo. Se habían hecho del control consumadamente. Haruno, uno de los más antiguos clanes de guerreros ninjas y samuráis, los retó. No estaban de acuerdo con que Akatsuki bajo aquella bandera se hiciera del poder del país, ellos eran quienes manipulaban al clan a escondidas tras la muerte del emperador del País de la luz… Se aliaron con el partido de la hoja verde y planearon derrocarlos. -se detuvo la narración…
Sakura temblaba… -¿Qué pasó después? -algo en su interior le decía que no tenía caso preguntar…
-Fueron descubiertos por el partido de la bandera roja y… fueron eliminados… -dijo Tsunade. –Tu tío Saburo Haruno y tu abuela Kanone Haruno fueron acabados en un ataque sorpresa por sus enemigos…
Sakura se estremeció. Era perturbadora esa sensación y no la entendía… -Entonces… ¿Fueron Akatsuki quienes los mataron?... –Tsunade y Kakashi ignoraron su pregunta.
Tsunade -Tu padre fue un refugiado nuestro, único sobreviviente junto a su esposa y tú… Le dimos el trabajo de ser guardián de la biblioteca para mantener su secreto a salvo. El símbolo que posees es el de su clan. Una flor de cerezo estaba en su centro también para definir a la primera rama de los Haruno… Se presume también que fue una de las familias fundadoras de la aldea de Akahaki… -terminó.
Sakura estaba atónita., hasta que… -¿Y por qué el símbolo en la plaza? ¿Soy de Akahaki y eso explica la marca? ¿Quieren algo de mí?...
Kakashi respiró y la miró -Eichiro Inao nos confesó que están reuniendo a los descendientes de las antiguas casas para poder cumplir con su venganza. Los buscaron durante años y al encontrarlos les despiertan la marca de su familia; aquella que se les da al momento de nacer para poder ser identificados… Kenji era el convocador, un descendiente directo del clan Abukara, tal como Inao. Así como a tu padre, el tercer Hokage les dio oportunidad de dejar a su familia quedarse y vivir en paz… No sabíamos de ellos hasta hace algunos años con estas nuevas hostilidades entre las naciones… La marca en la plaza es para darse a conocer. Señalar que Konoha ya tiene un fin en sus manos y estas están entre su gente. La masacre fue parte de su venganza -Sakura sintió temor al comprender la mirada fría de su ex sensei. -Eres de Akahaki, Sakura, y descendiente de uno de sus líderes. Eso explica la marca… Y lo que desean de ti, es lo mismo que desearon en los otros…Que te revelaras… Cuando ocurrió el incidente de la plaza, trataron de secuestrarte., pero estabas inconsciente y por ello nunca te enteraste… - concluyó Kakashi.
-Yo prohibí que te lo dijeran. No estaba segura de cómo reaccionarías y por ello te he mantenido vigilada… -agregó Tsunade. –Al despertar la marca resurgieron poderes y habilidades escondidas que sólo conciernen a tu familia; también recuerdos que de seguro fueron reprimidos por Sachi para mantenerte a salvo… Las habilidades del clan Haruno era impresionantes, tales como las de los Siete enemigos. Si te despertaron fue para que les ayudaras. Algo debes de tener entre tus recuerdos para que le seas de gran ayuda. Tal vez sea un dato importante o una técnica escondida…
-Entonces están necesitados de aliados… -dijo pasmada y pensativa Sakura. –Pero, me parece aún tonto que decidan arriesgarse por un individuo ¿Y si Sasuke tiene razón con lo de la biblioteca? Tal vez guarde algo que no sepamos y me quieran a mí y a mis recuerdos para obtenerlos…
-De la biblioteca no te preocupes. Ya decidimos tomar medidas… Tomaremos en cuenta la propuesta de Sasuke y mandaremos gente especial a revisar… -Tsunade se cruzó de brazos.
-Preferiría hacerlo yo. Después de todo tiene que ver conmigo y mi familia…
-Preferiría que no- ordenó severa la Hokaghe. –Te informaré de los detalles. Pero mientras Akahaki siga por estos territorios, no será conveniente que te expongas…Permanecerás segura en tu casa, bajo vigilancia… Tú y tu madre… Nosotros sabemos que nada de esto es su culpa, pero el consejo no tardará en llamarte…
-¡Por eso mismo Tsunade-sama!... ¡Necesito defenderme y saber qué pasa!… ¡No me parece que me juzguen de acciones de las cuales no soy responsable! ¡Es increíble! ¡Me da la impresión de que a mi madre y a mí nos tratan como unas completas extrañas!... -alzó la voz Sakura.
-¡No se hable más del asunto! No es un juego… Nosotros no sabemos con certeza que quieren ellos, por ello debemos cuidarlas… en especial a ti, que al parecer planean algo contigo… Te repito, no sabemos. No nos compliques más el trabajo en averiguarlo… - Tsunade permaneció en silencio observándola con cuidado, estaba furiosa, era la primera vez que su discípula osaba levantarle la voz de forma muy impertinente. Sakura se sentía como una pequeña niña, inútil e impotente…
-¡No! ¡Quiero saber la verdad y si no la saben quiero estar presente para estar al tanto!... ¿Acaso me ocultan algo?... –Sakura miraba retadoramente a Tsunade y ésta la fulminaba con sus ojos. Si algo sabía Hatake y Morino era que algo peor que un akahaki eran siete, y que algo peor que siete akahakis era ver una riña femenina; sobre todo, sabiendo que se trataba de dos kunoichis con fuerzas sobrehumanas y temperamentos terriblemente enérgicos.
Kakashi se le acercó a Sakura. –Etto… No has recuperado fuerzas… Vamos, te acompañaré a tu casa. Ino y las otras deben estar preocupadas… -la tomó del hombro y ambos salieron de la habitación. Sakura le dirigió una mirada de reproche a Tsunade y después la bajó avergonzada de sí misma al darse cuenta que era la primera vez que le levantaba la voz a su maestra.
En ese momento llegó Eriki, chocando con Sakura y tirando unos folders y casi derramando una bandeja que contenía una jarra de agua, tres vasos y un paquete de aspirinas fervorecentes. Eriki nerviosa pedía disculpas repetitivamente mientras recogía los papeles. Sakura le ayudaba diciéndole que no se preocupara. Luego la pelirrosa se dio cuenta que Kakashi no le quitaba la mirada a la joven…
-¡Hay, Eriki! ¿Qué haré contigo?... -suspiró Tsunade. -¿Ya atendieron al prisionero?
-Sí, Tsunade-sama. Acaban de llegar los médicos y ya lo están atendiendo, Shizue está con ellos. Me encontré a Sasuke-sama y me dijo que iría a vigilarlo para después llevarlo al recinto. -Eriki aún nerviosa depositó la bandeja sobre una mesa y le entregó los folders. Esto es del consejo… Los manda el señor Murai Ozu. – dice la joven. Tsunade no pudo evitar mostrar preocupación y fastidio. Sakura al escuchar aquel nombre se inquietó y tembló… –Bien, puedes retirarte… Y ayuda a Shizue con el prisionero para que me informes, hasta que Sasuke se lo llevé al recinto. -Eriki asintió y salió del cuarto. Pero, antes, se le quedó mirando a Sakura y le dio las gracias, evitó ver a Kakashi y cerró la puerta. A Sakura le pareció extraña la forma en que ella la miró, aquel brillo en sus ojos no tenía nada que ver con la tímida chica que viese antes. Después, pensó preguntar por qué aquel hombre, Murai Ozu, estaba en Konoha.
Sakura observó que el semblante de Tsunade pronosticaba un ataque de sus genios; por lo que le pareció que no era prudente pedirle permiso para ver a Eichiro Inao o cuestionar sobre la presencia de Ozu allí después de la escenita anterior. Así que se despidió y salió con Kakashi.
Al salir el sensei y su discípula, Morino se acercó a Tsunade. –Yo que tú, tendría cuidado con ella ahora en adelante. No le quitaría el ojo, puede ser que algo trame…
-Mmp… Sí, yo también sentí que no nos dijo todo, no parece la misma. Nunca antes había hecho algo así… No sabemos que más sabe. Pero no creo que sepa algo realmente importante. Creo que está confundida y asustada, eso es normal… Tal vez debería decirle la verdad, antes que se le ocurra hacer algún disparate… -Tsunade se sentó pensativa en un sofá, arrojó el folder con disgusto sobre la mesa y sirvió los vasos de agua con la aspirina, para ella e Ibiki.
-O tal vez no. -Ibiki recibió el vaso. -El juramento es el juramento. Si no quieres exponer la vida de tu pupila, será mejor seguir con el resguardo… Lo único que necesita Konoha en este momento es a otro vengador… Por lo menos espera tras haber revisado la biblioteca. Así ella pensará que lo que dijiste es verdad y no perderá la confianza… -Morino sonreía.
-Jajaja… Hablas como un gran experto. Te refieres a manipular la información ¿Verdad?... Sakura tarde o temprano se dará cuenta, es muy lista…
-Por eso mismo lo digo ¿Qué tal si Akahaki ya influyó en ella? Hará que nos vea con malos ojos, casi como a los villanos del cuento.
- ¡No! ¡Me niego a creer que ella pudiese hacer algo en nuestra contra! ¡Apuesto mi vida con certeza!… -Tsunade se incorporó.
-Mmm, en las apuestas nunca has sido muy buena. En este caso, si ganaras o perdieras, no sabría si sería algo bueno o malo para nosotros… Está bien… Sólo espero que tu vida esté garantizada… No dudo en su nobleza. Pero, por esta misma, puede caer en el otro lado… Nada garantiza que no cambie de parecer… Repito, yo que tú, la mantendría vigilada. -Morito, tras decir sus últimas palabras, salió de la habitación con su vaso de agua. –Te deseo suerte con el consejo. -Tsunade seguía mirando hacia la puerta y después se sumió en una triste reflexión que le abrigó el bello rostro. –Sakura… No me falles… -Observó el vaso y con tristeza vio que la pastilla no se había disuelto aún. – ¡Ahs!... Para colmo tenía que ser de estas. Shizue ¿Por qué no piensas alguna vez en mi sufrimiento?
Continuará...
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