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ARPEGIO: EL RETORNO DEL OJO MÍSTICO, CLAN HARUNO
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Capítulo 17
Eriki había avisado al equipo anbu sobre la desaparición de Sakura. Luego de inmediato, fue mandada a llamar para avisarle a otro capitán sobre los ataques y que enviará dos escuadrones más a ambos. A siniestras realizaba su parte real del trabajo. Más tarde se enteró que llegó un ente de Kiota para avisarle a la Hokage sobre la posibilidad de un nuevo ataque y que nadie se moviera de sus respectivos lugares. Eso no daba buena pinta para su verdadero equipo.
La joven fingió hacer otro encargo, más aspirinas para la Godaima, y se dirigió hacia la enfermería de las oficinas. Una vez que percibió que nadie más la seguía, invocó un selló y se transfirió a otro lugar más cerca del cuarto de cuidados intensivos.
Era un espacio sucio y oscuro, húmedo para su gusto. Aquel pasadizo ocultó estaba olvidado desde la última guerra, y como sus entradas estaban bloqueadas, nadie se molestaba en inspeccionarlas. Rin mantuvo el paso con cuidado y llegó hasta una mujer que estaba recargada en una pared con los brazos cruzados. La akahaki seguía portando su máscara y esperaba tranquilamente.
-¿No han terminado? -preguntó Rin ansiosa.
-No… apenas llevan quince minutos.- respondió la mujer. –Los reencuentros entre familiares suelen ser así. Tan... conmovedores… Dales tiempo de tener su ratito feliz…
-Pero, ya no tenemos tiempo. Debo de dar la señal. Konoha ya se dio cuenta… -dijo Rin.
La mujer no dijo nada y se alzó de hombros. Rin tuvo un chispazo en la cabeza.
-Te envidio. Aun en la situación más angustiante siempre te alzas de hombros. -se quejó y la imitó con burla.
-Las cosas van a mejorar para nosotros. Que Konoha se entere, chille y pegue como una chirriante criatura, ya conseguimos lo que queríamos. Y con la maravillosa lengua de Inao, todo estará más a nuestro favor. Sólo espera un poco más…
-¿Un poco más?... ¡Minako, ya es de tarde!... Se supone que debemos estar allá con los otros antes de que esta noche indique su fin… Apuesto a que los demás ya deben estar muy impacientes. Fou no tardará en venir para acá para pedirme que de una vez la señal. -Rin se cruzó de brazos y suspiró. –Apuesto que estos shinobis ya deben estar armados hasta los dientes… Los conozco muy bien…
-Relájate… Ellos ya saben qué hacer en casos así… Además, cuando se ofrecieron a esto aceptaron cualquier condición. ¿Acaso un “ninja” no debe estar preparado para todo?... No te preocupes. Más tensión no les hará más daño a sus patéticas vidas, por el contrario, ya estarán ansiosos, no de irse, sino de tratar de hacerles por un rato más la vida imposible a esta aldea. Dejemos que se diviertan… -finalizó Minako.
-Minako… Eres vil y exasperante…- se quejó Rin.
-Gracias.
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Sakura no tenía aliento suficiente para sacar las enormes palabras de asombro que le martilleaban el pecho. Eichiro Inao estaba frente a ella, captándola con sus helados y filosos ojos azules. Los ojos verde jade de ella lo detallaban y recordaban su cabello rubio y plateado alborotado, su intimidante físico y las grotescas cicatrices en su fastuoso rostro. Al mirarlo, el corazón le golpeó con violencia y los recuerdos se hicieron más nítidos como verlos en un estanque transparente. Ella temblaba, los escalofríos le conmovían la piel, pero una extraña calidez le cubría su pecho. Se colocó las manos sobre él y respiró hondo. No creyó paralizarse frente a un hombre que no conocía, más al verlo sintió que no sólo lo conocía, sino que compartía con él un lúgubre e intimo secreto.
Permanecieron un tiempo en silencio. Sakura trataba de darse valor, afirmó su jade mirada y bajó las manos lentamente. Pronto serenó sus nervios y se mostró desafiante ante aquel asesino de Akahaki.
Eichiro sonrió y se pasó la lengua por los labios. –Bien… así está mejor. Más segura. Jejeje
El hombre, para que el medicamento que le aplicó Tsunade surtiera efecto, fue sentado en una acolchonada silla, pero por su condición de prisionero estaba atado de pies y manos, bajo un sello que nadie más podía romper, sólo la Hokaghe.
-Vine porque me dijeron que tú eras el único que podía ayudarme. -dijo Sakura apretando los puños.
-Mmp… Yo soy el único que puede hacer eso y más… -expresó Inao y permanecieron otra vez callados.
Eichiro la estudiaba con la congelante mirada y Sakura también trataba de escudriñarla. Percibió que el extraño individuo adoptaba una expresión de complacencia y satisfacción, eso le incomodaba.
-Ah, Sakura… -dijo. –Hace mucho que no te veía. Sí que has crecido… La última vez que te vi… -se interrumpió Eichiro al ver que Sakura reaccionaba ante aquella frase. –Veo que ya has ajustado parte de tu pasado… Me recuerdas ¿Verdad? -Inao sonrió y Sakura respiró.
-¿Quién eres tú? -preguntó la joven con duda y seño. -¡Los extraños no pueden entrar a casas ajenas y menos a esta! -Sakura mencionó aquello para afirmarlo. –Vengo por respuestas Inao, de preguntas que tú ya supones… La primera contéstala. -exigió.
El prisionero la miró y después carcajeó estrepitosamente. -¿Quién soy? Bueno, no soy un extraño porque sé tu nombre y ya nos hemos visto. De lo contrario no estaría aquí buscándote y arriesgando mis tripas para recuperarte, sobrina. -el hombre sonrío y Sakura se asombró por el comentario. -¿Sachi o Naoko no te han hablado de mi?... jejeje, Esos infelices ingratos...
-¡Basta!... Responda a mi pregunta. Sé que me necesita y no voy a complacerlo hasta que me diga lo que necesito saber. -exigió la joven.
El hombre se sereno. –Tranquila. Tómalo con calma… Todos necesitamos saber muchas cosas… Yo por ejemplo, necesito saber cómo salir de este cuchitril para poder revelarte lo que tanto ansías… No dudes de mí, que yo sólo he venido por ti… Soy el único que puede hacerte recuperar los años que has perdido estando bajo la sombra de otros… Conozco ese sentimiento de culpa que te ha invadido toda tu infancia, al no poder ser más fuerte que tus compañeros… Naruto y Sasuke…
Sakura sintió una punzada en su corazón. -¿Por qué supones eso? -estaba asombrada y trataba de no demostrarlo.
-Yo sé cosas que muchos no ven y sí ignoran. -Eichiro cerró los ojos. –Sé leer el corazón humano, el cual es tan frágil como una lágrima al nacer. Cae y se quiebra en pedazos más cristalinos y débiles que su lastimera antecesora… -Poco a poco abrió los ojos y estos brillaron de un tono esmeralda, turbio y cálido. Sakura sintió miedo y continuó escuchándolo. – Absorbo alegrías y culpas, las de mis amigos y enemigos, de allí mi fuerza… Ahora, en este momento puedo leer tu alma. Entrever tus dudas y temores, sueños, deseos, ansiedades… todo depende de la cercanía con que pretendas llegar a mí…
El aire en la habitación era frío, pero después un aire cálido la invadió y Sakura la percibió con agrado y se sintió segura; pero aún mantuvo la fija idea de que aquello era un truco para inducirla. (Inner –Ten cuidado… No es un hombre común-). La joven respiró. -¿Qué quieres de mí?
Inao cerró los ojos y respiró profundo haciendo atrás la cabeza. – Yo quiero… libertad… ¿Y tú? -levantó el rostro y la miró con sus fríos ojos índigo. – Siempre quisiste ser más fuerte, pero para otros… ¿Y? ¿Y qué has conseguido?... En muchas ocasiones has entorpecido el camino de tus amigos, complicándoles más la existencia y arriesgando sus vidas por tus insensateces… No has sido fuerte para ellos ni para ti, tan sólo un estorbo, una niña consentida, temerosa y mimada, una carga para tu equipo y tu aldea. No has sabido cuándo y cómo actuar oportunamente en un combate o en los tiempos más difíciles de tu existencia… ¿No es así?... Sabes que al final, no has conseguido nada de nadie… Verás los resultados cuando tengan que atraparte por un error que no has cometido… No eres nadie aquí, porque no has demostrado nada relevante que te diera ese honor… Tu entidad no existe…
Eichiro se sintió satisfecho al ver que Sakura bajo la mirada para llorar. - ¿Por qué? ¿Por qué dices esas cosas? -dijo conteniendo las lágrimas.
-Para revelarte que aquí no eres necesaria… Tu lugar aquí es canjeable… Pero con nosotros no… Siempre te hemos necesitado y aún puedes recuperar el tiempo que ellos dos te han robado… Libérame y yo te liberaré a ti… Eres más de lo que ellos ven, Sakura, y sólo yo puedo llevarte a la verdad. -Eichiro estaba seguro de haberlo logrado ya.
Sakura sonrió y lentamente el gemido comenzó a transformarse en una suave risa. Levantó los ojos verdes; lacrimosos pero firmes. Inao se sorprendió. –Jejeje… ¿Sólo por eso? ¿Crees que con unas cuantas demostraciones del manual de psicología para estudiantes va a hacer que me una a ti? No me subestimes. Pueden decir lo que quieran, pero yo al final soy la que decide en que bando me voy a quedar… Me importa muy poco lo que piensen los demás de mí. Nadie define mi camino, ni mi ser… ¿Entiendes? ¡Mis acciones son mías, para mí y los que me importan! No me atañe conformar a nadie, ¡A nadie!... -rugió Sakura, casi caía en la trampa de Eichiro (Inner -¡Bien hecho! ¡Así se habla! ¿Cómo te quedó el ojo? ¡Chanarooooo!-)
Eichiro Inao sonrió satisfecho, orgulloso, se alegró de hallar una chica más fuerte. Se confió al quedarse con la imagen que sus compañeros de equipo tenían de ella. Pero, aún tenía más armas bajo la manga. –Jejeje… Bien dicho mi pequeña Sakura… Me alegra escucharlo… Pero esta conversación aún no ha terminado… -Sakura adoptó una actitud más seria. –Veo que has cambiado… Eres muy distinta a las frágiles imágenes que Naruto y Sasuke me dieron sobre ti… Ya que no te importa lo que otros lleguen a pensar, sólo… tus más cercanos, entonces será divertido si te comentó lo que tus dos amigos piensan de ti… Total, de ellos si te importa su opinión. Tú lo dijiste: “¡Tú y Naruto son importantes para mí!... ¡No quiero que piensen mal! ¡Por ustedes dos, zopencos, haría todo!...” aun podemos hacer algo para hacerte cambiar de parecer… A estas alturas, ya debiste darte cuenta de mis habilidades y de cuál es mi juego…
Sakura asintió. –Quieres convencerme de unirme a ti, para darte mi secreto a cambio de mi identidad, diciéndome cosas horribles sobre mis amigos. Hacerme ver que no valgo nada y llorar en tu hombro ¿Verdad?... Tus habilidades consisten en leer el chakra… Si lees el chakra, lees el alma y con ello la vida de tus oponentes. -y permaneció firme.
-¡Bingo, sobrina! Dedujiste más rápido que otros. Jejeje… Pero es más que leer el chakra… Contigo tan sólo rosé la superficie, mis ataques no fueron tan certeros por eso… Ahora será diferente…
Sakura se preparaba, debía estar mentalmente lista para cualquier cosa o comentario. (Inner –Sólo espero que no hable de nuestra frentesota-)
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Después de haber destruido las dichosas estatuas, al fin había conseguido los malditos pergaminos. Sasuke pensó que Toju Arato estaba realmente loco. Mecanizar unas pesadas estatuas de oxidiana para proteger los documentos era realmente laborioso. –Ojalá que valgan el tiempo que gaste en ustedes… ¿Qué digo? ¡Ya me volví loco! Le estoy hablando al papel… -dijo Uchiha con los pergaminos en sus cansadas manos.
Colocó las monedas al mismo tiempo engañando las trampas de Arato con uno que otros ninjutsu. Estaba cansado, porque después de que se derrumbó la pared, tuvo que ingeniárselas para escapar con los pergaminos intactos. Estos estaban detrás del muro que se cayó.
Sasuke se fue a un espacio de repaso para leerlos al fin. Estaba ansioso. En muchos años no había tenido tanta curiosidad por un manuscrito. Los abrió con cuidado y comenzó a leerlos. Eran pergaminos viejos, por lo que tuvo precaución de no romperlos. Las letras estaban borrosas y los ojos aún no habían dejado de dolerle, le molestaban cada vez más. Pero continuó. Se sintió sorprendido al ver que estaban escritos en la misma lengua que las escrituras gravadas en la guarida de los Uchiha.
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Las palabras de Inao eran más ofensivas y dolorosas. Sakura incluso lloró y hasta le gritó que se callará, pero más adelante ella se defendía y llegaba a pagarle sus comentarios con la misma moneda sin necesidad de hurgar sus ocultos pensamientos. Eichiro también reaccionaba con reclamos, pero se sentía muy orgulloso y estaba más ansioso de terminar de una vez para tenerla con los suyos. Sakura aprendió rápido el ritmo de su juego y ya no cedía tan fácil a sus ataques. Se dio cuenta cómo funcionaban las habilidades de Inao, no sólo leía su chakra, se alimentaba de él y a ella la dejaba débil, pero si no se dejaba influenciar la pérdida era menos.
Sakura no cedía pero ya estaba cansada. Inao, por el contrario seguía con energías. -¡No! - exclamó la pelirrosa. -¡No me has dado nada! ¡No me uniré a ti! ¡No!... -ya tenía pensado que palabras escupirle a la akahaki una vez que supiera que se había equivocado. Eichiro rió. –Me gusta tu carácter… Si que eres nieta de Kanone e hija de Saburo… -Sakura evitó mirarlo con intensidad. –Primero, decidiste pelear, antes que rendirte y… ¡Pilla!... Tratar en la lucha de sacarme información y… jejeje… has conseguido un poco…jejeje… ya es algo… Pero, aún no estás a mi nivel-. Eichiro hizo brillar sus ojos y lanzó una ráfaga contra Sakura, estrellándola contra la pared.
Sakura se quejó del dolor y gimió. –La violen… la violencia física…llega…cuando…cuando ya no quedan palabras… para atacar…
-Las palabras me sobran, pero no el tiempo… -sonrió el akahaki. –Estoy disfrutando mucho esta… plática y he quedado satisfecho contigo… Pero, ninguno de los dos ha conseguido lo que cada quien quiere… -comenzando a sentirse un tanto molesto, percibió que su sobrina no estaba dispuesta a ceder. No la había ayudado y por eso tenía la excusa perfecta para salir de allí. La chica era más ruda de lo que imaginaba. Después de todo Sachi, Kakashi, Sasuke y el tal Naruto no habían influenciado tan mal en ella… rió.
Sakura se levantó. –No tiene caso… -dijo limpiándose la sangre del labio y lista para irse.
-Tienes los ojos de tu madre, su color, son muy bellos… Serás un ángel igual a ella. -dijo con un tono triste el hombre.
-Cuando sea grande no seré un ángel. Seré muy valiente como la abuela… -recordó Sakura y giró a mirarlo.
-Aun lo quieres. Todavía hay tiempo, pero afuera de esta aldea… Konoha no te dará jamás lo que te toca, porque no está en ellos dártelo. Eres diferente y jamás sabrás cuanto si te quedas aquí. Tu legado no está oculto entre las hojas, ni en ninguno de ellos…
Las palabras de Eichiro eran más penetrantes y Sakura, muy en el fondo le daba la razón. Siempre se sintió distinta por creer en su carencia, pero no sufrió por ello al aceptarlo y tratar de arreglarlo…
-No te necesitan. Nadie te necesita. Así como él. Él nunca te necesitó.
Sakura lo miró consternada, la primera mirada de asombro frente a su oponente. Ella sabía que no hablaba de Naruto, aunque ya no era necesario mencionarlo porque ya sabía qué decisión tomar. Con aquel hombre había redescubierto que viejas heridas aún no habían sanado.
-Te dejó a la salida de Konoha. Le confesaste tu amor y él te rechazó… No había nada en la aldea que pudiese retenerlo y siempre te culpaste por no ser lo suficientemente fuerte para impedirlo… Al final, te diste cuenta que hizo pedazos tu orgullo, tu dignidad y tus ilusiones… -Eichiro no usaba un tono burlón esta vez.
-¡Qué tontería!... Él no tuvo la culpa. Yo fui la necia, veía cosas en dónde no las había. Era una chiquilla tonta y egoísta, hasta cierto punto… Nunca quise aceptar que sus metas eran otras. A lo mejor fue, porque no me identificaba con sus sentimientos, o su dolor, así como Naruto. - Sakura iba a marcharse.
-Naruto no fue quien te dio tu primer beso… Estabas inconsciente y por eso no te diste cuenta… -Eichiro sonaba extraño y Sakura tembló.
-¿De qué hablas? -preguntó.
El misterioso guerrero la miró con su índigo mirar, esta vez, su mirada, no era fría ni afilada, sino humana y tibia. –Te dejó en la banca, donde algún vez ese… Uzumako, Uzumaka…bueno, lo que sea… se hizo pasar por Sasuke para saber qué pensabas de él… Antes te golpeó en la nuca y quedaste inconsciente, al estar acostándote fue que al fin decidió dártelo… Te besó, mientras dormías… De esa manera pensó agradecerte lo mucho que habías hecho por él. Pero nunca tuvo el valor de afirmarlo o mostrártelo… Te dio las “gracias” sin mirarte a los ojos… Tenía miedo de ser convencido… De sentir algo por alguien, compasión, dolor, amor… Prefirió todo, antes que amarte y te olvidó…
Sakura se acercó a él con una sonrisa burlona. -Deja de mentir. No conoces a Sasuke. Él jamás hubiera hecho algo así. ¿Por qué habría de creerte? Estás perdiendo credibilidad… -y después continuó su anterior paso.
-Jejeje… Tú sabes que no miento. Muy en el fondo deseas que eso hubiese sido verdad y lo fue. Cuando despertaste, sentiste un sabor ajeno en tus labios, un aliento y un aroma distintos que te entristecían más. Por eso te perturbó su beso, de inmediato lo reconociste…
Sakura quedó sorprendida, no tenía caso negarlo. Leyó su mente y recuerdos; así como lo hizo con Sasuke y Naruto. Se estremeció, aquello no podía ser verdad. Si lo fuera, hubiera preferido no saberlo jamás.
-No te dolieron sus labios por recordarte lo triste que fue su partida solamente. También, porque no fuiste importante en aquella vida. No fuiste nada… Con Naruto pasará igual. Siempre estarás en segundo lugar, en sus luchas tú estarás atrás y el continuará. Al igual que Sasuke, tiene un propósito más grande que el de ser Hokage, es un elegido. Tú tan sólo te quedarás en la deriva, alentándolo hasta que esté demasiado lejos para alcanzarlo. Eres un estorbo en su verdadero camino, una distracción y a su lado no podrá alcanzar ese esplendor que tanto ansía. Sasuke lo sabía, por eso fue el primero en hacerte a un lado de un zarpazo y Naruto, tarde o temprano, se dará cuenta de ello y hará lo mismo. No les queda mucho tiempo. Ahora ya sabes la verdad, los shinobis se forjan solos. A Naruto y a Sasuke les espera grandes cosas, pero no lo conseguirán estando tú atrás de ellos, como hasta ahora lo has hecho. Si deseas lo mejor para ellos, entonces aléjate… Ya te mostré sus gloriosos destinos, el peligro que corre Naruto si no lo cumple y Sasuke si estás cerca de su camino. -Eichiro concluyó y su expresión volvió a ser pétrea y fría.
Sakura se tanteó los labios con la punta de los dedos. Suspiró con tristeza y el recuerdo de Naruto y Sasuke llegaron a su mirada jade., cada momento, cada enfrentamiento, desde que fuesen estudiantes de la academia hasta esos días. No lloró, las lágrimas se secaron antes de salir y sus ojos brillaron con ardor. Observó detenidamente a Inao y sonrío. –Bien… Tú ganas. Me hiciste ver que no tengo nada que me ate aquí… Ahora, dame lo que buscó. – su suave voz se fortaleció y sonaba decidida.
Eichiro Inao sonrió. –El trato, preciosa… Mi libertad a cambio de tu identidad… Pero antes, te daré una prueba de mi veracidad… -Un espíritu salió del cuerpo de Inao, era terrible, un demonio frió con los ojos dorados y llameantes, tomaron sus garras la cabeza de Sakura y la pegó a su frente.
Sakura gritó de terror, trató de escapar, pero fue demasiado tarde. Una luz azul en llamas que emanaba del espíritu la envolvió. Sólo sintió como el dolor le invadía la cabeza y una energía quemante la arrastraba a una brutal desesperación. El sello comenzó a esparcirse por todo su cuerpo. Era un feroz y terrible fuego corriendo por sus venas. La marca oscura extendió sus alas y marcaron grácilmente la piel de la joven hasta llegar a sus ojos jade y a su frente. Estos brillaron de un tono esmeralda incandescente y nublaron las oscuras pupilas, mientras que en la frente se formaba un rojizo rombo. Gritó más al sentir que se escapaba su vida con un estertoroso y violento temblor.
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continuará....
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Clasificación: (H/C), (OTP), (OOC), (OC), Angst, Lemon (+18).
Parejas: Principales: SasuSaku
LIBRO I: ARPEGIO, EL RETORNO DEL OJO MÍSTICO
PARTE I, LA DESPEDIDA: El secreto guardado de Sachi Haruno y el rapto de Sakura de Konoha por miembros de Akahaki.
Capítulo 18
-Minako… Eres vil y exasperante… -se quejó Rin.
-Gracias.
Entonces sintieron acercarse dos presencias. Rin de inmediato miró a Minako…
-El tiempo se terminó. Yo los distraigo mientras tú vas por ella… -Rin se esfumó en una nube de humo plateada.
Minako realizó el mismo jutsu y se adentró a la prisión de Inao. Eichiro estaba débil, agotado y sudando. Minako se acercó primero al cuerpo de Sakura. Ella yacía inconsciente sobre el suelo, con una quemadura en forma de una irregular estrella en la frente. Le tomó el pulso y después fue levantándola para llevársela. La cargó y se fijó en la marca en su frente. Después se acercó a Eichiro que sonreía…
-¿Estará bien? -preguntó Minako.
-Tú confía… Ahora sácala de aquí. Ella es la que tiene que liberarme… Dile a Rin que dé la señal, ya es hora…
Minako asintió y se esfumó en una fina nube dorada de humo con Sakura en los brazos.
Eichiro Inao sonreía más y no pudo evitar reír un poco, hasta que la puerta se abrió y entraron dos hombres…
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Rin conversó con los dos hombres que habían entrado en la habitación. -¡No… no… no pueden pasar… sin permiso de… Tsunade-sama! ¡Quie… quie… quiero ver sus permisos! -dijo Eriki. El hombre más alto entre ellos rió burlón y el bajo, con mirada oscura y un elegante traje, sonrió arrogante. –Niña, no necesitamos permiso. Si quieres ve y dile a tu jefa que estamos aquí. Jejeje… -y entró cerrándole la puerta en sus narices.
Cómo Eriki, mostró sumisión, torpeza y miedo. Mas, en su interior rugía con rabia y entendía perfectamente lo qué estaba pasando. Volvió al escondite con Minako y se encontró con ella acostando a Sakura en el suelo. La akahaki colocó su capa antes para no incomodarla.
- Murai Ozu está aquí. Acaba de entrar a ver a Eichiro… -dijo Rin.
Minako se levantó de inmediato de dónde yacía Sakura, y se acercó a la pared que se encontraba cubriendo parte de la habitación de Inao. Posó un oído sobre ésta y trató de escuchar. Apretó los puños con furia y Rin supo que algo malo estaba ocurriendo allí. Iba a recuperar su forma genuina, pero Minako la detiene con un gesto…
-¡No!... Inao me dijo que dieras de una vez la señal. Yo me quedaré aquí a cuidarlos. No dejaré que ese infeliz le haga daño… ¡Ve!... Más adelanté sabrás de nosotros…
Rin nuevamente desapareció y llegó a un rincón ocultó del pasillo común. Su trabajo sería primero dar la señal, esperaba que el tonto de Fou estuviese cerca para hacerlo más rápido. Apretaba un silbato que colgaba en su cuello, este, para pasar desapercibido, tenía la forma de una piedra ágata. Tenía que llegar al lugar más alto del edificio para soplar e invocar a sus compañeros. Caminaba a prisa hasta que se topó con una abeja que la molestaba y se posó en su nariz. Rin la miró y dijo en código, -déjame, ya es hora del té de Tsunade. -La alejó con la mano y siguió andando rápido. La abeja pareció quejarse.
No había muchos que fuesen arriba, así que quizás no se encontraría a nadie. Aun así debía estar alerta. Rin continuaba su paso, ahora tranquila al percibir la energía de gente a su alrededor. Hasta que chocó con uno de los guardias personales de Murai Ozu y cayó al suelo. Aquel hombre era un gigantón, a su parecer tenía una grotesca cara de gorila y sus ojos destellaban un plan perverso. Rin frunció el ceño, no tenía tiempo para tonterías. Se levantó con fastidio sin disculparse e iba a continuar con su camino…
-¡Me debes una disculpa! -rugió el hombretón al tomarla del brazo y jalarla frente a él. Rin no pareció nada asustada y su cara era de fastidio.
-Mira gorila. No tengo tiempo, si no quieres pedírmelas más adelante a mí, te aconsejo que me sueltes.- dijo Rin tranquila.
El guardaespaldas le apretó más el brazo y la chica no se inmutó. – ¡No me digas! ¡Pues, lindura, tu insolencia me la voy a cobrar! -el individuo acorraló a Rin entre su cuerpo y la pared.
Rin ya estaba molesta y una venita de impaciencia se asomaba a su frente. -Bien, zopenco. Tú lo quis…
En eso el hombre fue golpeado en la cabeza y al sobarse el fortachón fue pateado y enviado lejos de Rin. La mujer no pudo evitar la expresión de sorpresa. Kakashi estaba frente a ella y se dirigió al atacante. El guardaespaldas intentaba incorporarse y Kakashi lo tomó del cuello y lo levantó. El individuo se sintió impotente ante aquel personaje. Trató de hacerle frente pero fue golpeado una y otra vez hasta que la víctima quedó sin aire. Kakashi lo azotó contra la pared y lo obliga a mirarle su único y feroz ojo gris oscuro.
-Escucha… Aquí no toleramos la ineptitud y la desvergüenza. Menos los actos viles con las mujeres de nuestra aldea. No importa que se traten de visitantes importantes.- apretó más fuerte el cuello del desconocido y éste hizo un gesto de dolor. Rin tenía los ojos en punto y la boca abierta, no creyó escuchar a Kakashi decir algo así. Luego pensó con fastidio que tenía que esperar a que terminara de intimidar al fulano para poder hacer lo suyo con discreción. Después de todo le bloqueaban el paso. – Te aconsejó que te mantengas alejado… -A Rin le salió una gotita en la cabeza y siguió escuchando –Yo siempre estoy presente en el lugar y momento indicado. – Rin ya se estaba cansando de esperar y suspiró. Kakashi tiró al tipo; éste ofendido y asustado salió corriendo. Rin suspiró otra vez –“Al fin acabó”- pensó hastiada…
-¿Estás bien? -preguntó Kakashi con las manos en los bolsillos y mirándola.
Rin se sonrojó, algo extraño sintió de repente y un miedo le dio un chispazo al recordar que en ese momento debía ser Eriki y no ella, de lo contrario se daría cuenta. Quería criticarle su discursito de héroe defensor, pero se aguantó. Poco a poco fue adoptando una expresión de chiquilla llorona y se le lanzó a Kakashi con lágrimas en los ojos…
-¡Kakashi sempai! ¡Kakashi sempai! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Tenía tanto miedo! Bubu bubub… -Rin se había abrazado al desprevenido shinobi. El cual se sonrojó al sentir su respiración sollozante sobre su cuello. Trató de quitársela de encima, pero ella seguía aferrada a él. –Bien...Bien… Bien…Ya…ya…ya…pasó… -decía nervioso dándole unas palmaditas torpes sobre su oscura cabeza. Rin sintió los temblores del ninja y pensó maliciosa jugar con ello un rato…
Eriki con una angelical e inocente mirada, y con pequeñas lágrimas recorriéndole las sonrosadas mejillas, dijo… -Kakashi sensei… Usted me ha salvado. No sabe lo mucho que significa para mí… Estoy en deuda con usted… Cualquier cosa… acepto pagarle con cualquier cosa… -se le comenzó a acercar más a su rostro.
Kakashi se había puesto colorado y temblaba más… -Este… etto… pero… - nervioso se rascaba la cabeza y se le cayó el libro de “Isha Isha Paradise”. Eriki lo vio por un momento y el ninja lo pateó para que no lo notara. –Jejeje… Me alegra que esté bien…jejeje… pero ya me voy… -iba a irse, pero la chica aún se aferraba a él.
-Pero antes, quiero darle un regalo de agradecimiento… -Eriki se acercó sensualmente a su cara. Con sus suaves manos tomó la tela oscura que le cubría la mitad del rostro y fue bajándola poco a poco al mismo tiempo que aproximaba sus rojos y carnosos labios.
Kakashi quedó aturdido y paralizado. Al tratar de liberarse colocó sus manos sobre su cintura para alejarla; pero se detuvo y la aferró más a él, al ser atrapado por su tibio aliento. Su aroma era dulce, fuerte y cautivador; como estar en una floresta tropical y arrulladora. El ninja cerró los ojos al sentir su boca sobre la suya y se dejó llevar por los encantos de la suave joven. Su esencia, sus gráciles movimientos y el brillo de sus ojos le parecían cálidamente familiares y le perturbaba no saber por qué. Su beso se hizo más profundo y ahora era él quien exigía más, la abrazó con fuerza y comenzó a robarle el aliento. Rin sentía que se le acababa el aire, ardía por dentro y se estremecía con la respiración de Kakashi. Antes de hundirse más en esa sensitiva trampa, tuvo un plan. En la manga de su sudadera, había unas agujas largas y discretas que contenían una pócima para dormir. Tomó una ligeramente. Rin le picaría la nuca con ella y de esa manera lo mantendría alejado de la acción por un largo tiempo. Los brazos de Rin rodearon el cuello de Kakashi mientras sus labios acariciaban los de él. Al comprobar que el shinobi estaba absorto en su placer sobre ella, Rin sacó la aguja con discreción, la colocó cerca de su cuello y la iba a insertar…
-¡Vaya! ¡Vaya! ¡Vaya!... ¡Con qué aquí estás! -Ibiki Morino llegó escandalizando a la pareja, la cual se alejó de inmediato tratando de recuperar la serenidad perdida, ambos estaban agitados por el susto y la emoción. Kakashi se colocó rápidamente su máscara.
Morino había visto todo, excepto la verdadera intencionalidad de Rin. Ibiki reía pícaro aunque no incomodaría a la inocente joven con algún mordaz comentario. Como si nada hubiera ocurrido, Kakashi tosió y Rin se acomodó el cabello.
-Etto… etto… Perdón, tengo que irme… Debo avisarle algo a Tsunade-sama… Con su permiso… -salió huyendo Eriki con la cara roja y entonando su dulce timidez.
Kakashi no se atrevió a seguirla con la mirada, reconocía que aquel momento lo dejó extasiado y ansioso de más. Entonces, vio en el suelo una finísima y transparente aguja. Si no fuese por su aguda vista, jamás la hubiese percibido. Pronto comprendió de qué se trataba. Ibiki le golpeó la espalda y le entregó su libro de Isha Isha Paradise con una gran sonrisa.
-Creo que pronto dejarás de releer estas novelas… Sólo hazle caso a Tsunade con lo de la manita caliente, sino quieres tener problemas con ella… -Ibiki le dedicó una gran sonrisa. –Al fin sientas cabeza… -y rió.
Kakashi le respondió… -Sí, creo que sí… -pero estaba absortó en la delicada aguja que había encontrado. Pronto con Ibiki comenzó a caminar por los pasillos para dirigirse a uno de los famosos túneles secretos de la oficina. Después de ver a Inao, Tsunade le reveló la ubicación de ciertos corredores subterráneos para mantener vigilada a la población. Kakashi se encargó de vigilarlos y de mandar escuadrones a patrullar al suponer que los akahaki podrían conocerlos, y si no, por medio de ellos le caerían de sorpresa. A Ibiki también le encargaron la misma misión. Juntos se habían dado cuenta que aquellos subterráneos contenían trampas muy antiguas que nadie sospechaba. Por ello decidieron reunirse para compartir diferentes puntos de vista y ver cómo podrían usarlos lo antes posible.
Al terminar de escuchar a Ibiki y concluir su plan para su uso, nuevamente se concentró en la delgada aguja que hallara. Kakashi tenía sospechas de lo que podría ser, pero no sabía cómo comprobarlo. Ibiki notó de inmediato su expresión y también sospechó sobre aquel objeto. –Crees que… -dijo Ibiki. –Puede ser…- respondió Kakashi.
Ibiki sonriendo. -¡Qué lástima! ¡A mí sí me gustaba la chica!
Pronto un joven de la oficina llegó hasta ellos para avisarles de los atentados en los círculos uno y cinco, de los heridos y de la toma de movimientos para alertar más a los shinobis. Los dos hombres se sorprendieron, pero mantuvieron la fría compostura de siempre.
-¡Oye! ¿Eriki fue con Tsunade-sama? -preguntó Morino.
-¿Eh? Sí, la vi hace un momento en su oficina y luego le volvió a encargar algo.
Kakashi le pidió al joven que se le acercara. Este confiado accedió y sin previo aviso le incrustó la aguja en el cuello. El muchacho gritó tan sólo un instante y cayó dormido al suelo. Ibiki lo observó sin inmutarse y repitió…-¡Qué lástima! ¡A mí sí me gustaba la chica!-Kakashi suspiró… -No eras el único… Bueno, creo que tengo que ir a buscarla para saber que trama.- dijo con su alegre tono. –Te encargo lo de los túneles… -dijo el peligris y se desvaneció en una nube de humo. Ibiki asintió y después se quedó solo mirando el adormitado cuerpo del joven. Una gota de molestia le corrió por la frente. –Maldito Kakashi. También tengo que cargar con éste chico… -suspiró resignado.
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Sakura comenzó a despertar poco a poco y lo que contempló fue oscuridad. Le ardía el cuerpo, la frente y la marca en su cadera le quemaban la piel y la circulación, sus ojos le irritaban y los creía hinchados. Sentía como si la sangre transmitiera fuego en todo su cuerpo y un sabor amargo le agotara la saliva. Minako, quien estaba recargada en la pared, al ver que despertaba se dirigió a ella. Sacó de su bolsa de equipo un frasco con un líquido y se lo dio a beber. Sakura esperaba que fuese agua o algo frío, pero casi lo escupía al saborear que era rancio y casi picante. Minako la sostuvo y la obligó con gentileza a beber más.
-Vamos, Sakura. Esto te hará bien. Te aliviarás más rápido. -la obligó a tomar más sorbos con cuidado.
Sakura ya comenzaba a sentir alivio en ese elixir y se aferró a él cuando las irritaciones se hicieron leves. Al acabárselo, el sabor amargo fue dejando una sensación seca en su garganta. Al final se juzgó con energías, pocas, pero podía mantenerse en pie.
Sakura fue incorporándose y desvaneciendo el aturdimiento. Al ver a la akahaki que la observaba con expectación quedó perpleja al notar que podía sentir su chakra y el de otros tantos a su alrededor como si fuesen partículas visibles sobre una común ventisca. Sabía la ubicación de algunos ninjas y la oscuridad del túnel ya no era densa ni desconocida. Un gran poder emanaba de su interior. De repente presintió que podría ser invencible, libre y capaz de realizar cualquier cosa con su fuerza. Un éxtasis le cosquilleó el vientre con intensidad, estaba emocionada y perpleja ante lo que descubría. (¿Te gusta?) Escuchó una voz en su cabeza. Sakura asintió… (-Esto es tan sólo una pequeña probadita de lo que tú puedes hacer… Cumple con tu parte del trato y te mostraré el resto…) la voz se desvaneció. Se sentía distinta, muy alejada de la Sakura de antes…
-Sakura -la llamó Minako. –Es hora… ¿Qué decides? -la akahaki preparó a escondidas su daga.
Sakura se dio cuenta al sentir un poco tensa el aura de su compañera. –No es necesario que uses eso. -respondió asombrando a la akahaki. Minako sonrió…
-Ya tomé mi decisión… -dijo la joven de los ojos verdes. Estos brillaron por un instante y después se desvaneció cuando ella emitió una feroz y escalofriante sonrisa.
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Antes del ataque del quinto círculo…
Corría tratando de alcanzarla -¿Desde cuándo Sakura era tan rápida? -se preguntó Lee. La pelirrosa gritaba que la dejara con lágrimas en los ojos. Rock Lee insistía en hablar hasta que la alcanzó colocándose enfrente de ella y atrapándola entre sus largos brazos. -¡Suéltame! -rugía Sakura. -¡Escuché lo que decía Neji a Naruto! ¡Quieren matarme! -El ninja trataba de tranquilizarla. Y una vez que lo consiguió…
-Espera, no fue todo lo que escuchaste. Es una orden del consejo… No porque Tsunade-sama quisiese llevarla a cabo. Pero, si permaneces con nosotros, ellos no podrán hacer nada en contra tuya… No te preocupes, yo te protegeré con mi vida… -dijo Lee abrazándola. Sakura lloró y lo abrazó también diciendo… -Lee… eres tan bueno conmigo… No entiendo cómo es que no te he considerado antes…
Rocke Lee enrojeció y el corazón le latió fuerte… -Saku… Saku… Sakura… -La ojijade lo miró seductoramente. Lee con lágrimas en los ojos en su cabeza… (Al fin… el reconocimiento que tanto he estado esperando. Sakura ya se siente atraída por mis encantos… No voy a desaprovechar la oportunidad.) De pronto recordó a Naruto y a Satín. Más lágrimas corrieron por sus ojos. (-¡No! ¿Por qué tenía que ser así?... No puedo debatirme entre el amor de mi vida y el de toda mi juventud. Además, Naruto es mi amigo… ¡No puedo traicionarlo!... Ni aprovecharme de la situación tan perturbadora de Sakura. Eso no sería de caballeros… Lo siento mi frágil y dulce flor de cerezo, alma de mi alma, luz de mis ojos, pero un ninja no puede desviarse del camino de la rectitud por intuiciones pasionales… Lo siento hermosa, pero mi vida y la tuya ya tomaron rumbos distintos…-) Lee iba a deshacer dolorosamente el abrazo de Sakura cuando…
-¡Leeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!... -rugió una feroz voz delante de ellos.
Satín era un feroz energúmeno, estaba iracunda y los ojos grandes rabiaban. Sakura se separó de Lee con una severa mirada y los dejó enfrentarse. Satín se dirigió a él con grandes y pesados pasos. Lee sudaba frío y negaba agitando las manos… -Jejeje… ¡No es nada de lo que tú piensas! ¡Nadita! ¡Nadita! ¡Nadita!... -luego cayó arrodillado. -¡Por favor! ¡Créeme! -Satín preparó sus puños y comenzó a darle una golpiza a Lee… -¡Decías que yo era la única! ¡Qué te habías olvidado de Ella! -Rugía.
Aiko y Sai, que acababa de regresar del edificio principal, estaban con ella cuando vieron la escena. Ninguno de ellos trató de detenerlos, aunque Aiko estaba consternada. –No lo entiendo… Satín tiene muchos pretendientes ¿Por qué se pone así? ¿Y Shino?-. Sai con su ya común sonrisa. –Yo creo que se trata más de orgullo que de amor en ese tipo de cosas. Shino y Lee son vistos por ella como algo de su propiedad… Aunque, jamás la he visto comportarse así con Shino o alguien. Eso lo leí en un libro… -termina Sai. Aiko pensó. –Sí… tienes razón… -Luego ambos vieron a Sakura. La pelirrosa estaba perpleja, como si nunca los hubiese visto así antes. Sai se le acercó y ésta se asustó. –Relájate Sakura, no te morderé, sino, Naruto me mataría… ¿Qué haces aquí? -la pelirrosa iba a responder hasta que escucharon una explosión. Todos de inmediato fueron al lugar. Estaba un poco más lejos de lo que pensaban. Sai dibujó un ratón con su pergamino, le dio vida y lo mandó para buscar a Sasuke.
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Cuando llegaron a la escena, Kiota ya estaba interrogando a sus compañeros ninja. Kurenai, quien ahora llevaba el cabello corto y llevando un traje negro ajustado con una toga roja, le explicaba cómo es que habían ocurrido. Iruka, Gai y ella estaban caminando cuando sintieron un leve viento, entonces este aumentó su fuerza y los tres fueron atacados por al akahaki. Al parecer, controlar el viento era su habilidad, después los enfrentó cuerpo a cuerpo e Iruka salió lastimado. Anko llegó y le hizo frente hasta que fue lastimada también. Gai salió en su defensa y al parecer hirió al enemigo. Kiota tomaba nota de todo y les reveló que lo mismo había ocurrido en el primer círculo. Esto intrigó al grupo.
Lee, Aiko, Satín, Sai y Sakura observaron algunas tiendas destruidas, casas agrietadas y muros y techos caídos. Sakura parecía nerviosa al ver los heridos y no se dirigió a ellos. Anko estaba sentada en el suelo con un hombro lastimado, Iruka estaba a su lado con una herida en la cabeza y evitando la hemorragia con un trapo sobre la herida. Todavía sonreía y platicaba con Anko, quien no se veía tan optimista. Ten ten estaba con ellos, les había ayudado a contener las heridas de ambos. Gai, con un anbu que lo interrogaba, estaba sonriente y daba una heroica explicación de cómo es que hirió al enemigo y después exclamó una gran maldición al no poderlo atrapar. A diferencia del otro equipo, ellos no abandonaron el círculo para seguir protegiendo a Sakura. Gai dio una lustrosa descripción de cómo eran los poderes del akahaki, y aunque se parecía a los siete, concluyó que éste era nuevo…
-Sí señores. Sus técnicas no sólo eran una manifestación muy potente de su chakra. Controlaba el viento y se movía como si fuese él mismo una rápida ventisca. Pero, yo no recuerdo esas habilidades en los siete akahakis que nos atacaron antes. Cuando fuimos a su persecución, no sólo estaban esperándonos, también observaban nuestros ataques. Este, observé, no tenía idea de cuales eran mis habilidades… -quedó pensativo Gai. –Me da mala espina… Pero… -haciendo un ademán de triunfo y sacando con los dedos la V de victoria rió a carcajadas. Aunque muy en su interior se había asustado como la primera vez, no pudo evitar estar contento de al fin haber cobrado venganza. Antes de cualquier goze, había aconsejado a Kiota y a los anbus pasar su información. Aquello era de suma importancia… -¡Soy el mejor! ¡Al fin puse a ese mugroso Akahaki en su lugar!...
-¡Papá! -gritó una fuerte voz y a Gai le dieron escalofríos. (-¡Dios!... Grita como su madre-) se giró lentamente y vio a Satín correr hacia él. Al ver la cara de preocupación de su bella hija, dejó de pensar en un futuro regaño por parte de ella y extendió los brazos. Satín se abalanzó contra él. Estaba muy asustada de que le hubiese pasado algo y lo abrazó. Gai paternal le acarició el largo y oscuro cabello. –Ya pequeña… Ya pequeña… Tu papá es demasiado genial para dejarse vencer… -dijo guiñándole el ojo y sonriendo haciendo brillar sus blanquecinos dientes. Satín hizo brillar sus ojos castaños oscuros y sus labios carmesíes sonrieron.
Ten ten al ver que se acercaba Lee con Sakura sintió un gran alivio.
-¡Lee qué bueno que llegas! ¡Sakura! -y la abrazó. -¡Qué bueno que estés aquí! ¡Te necesitamos! -Jaló a una consternada Sakura hacia los heridos.
Lee vio que se acercó Neji y esté le preguntó qué había ocurrido. El joven le respondió sobre el ataque y después Kurenai se les acercó. –Que nadie abandone sus puestos… Tendrán que regresar a donde estaban para seguir custodiando la aldea… Se avecina otro asalto, posiblemente… -Los dos jóvenes asintieron.
-Sí, pero nuestra misión era… -decía Lee y fue golpeado por Neji.
Kurenai los miró consternada. Neji rápido reaccionó. –Sí… claro, eso haremos… -después se fue. Rápidamente se dirigió hacía Lee… -¿Encontraste a Sakura?
-Sí, está allá -señaló a donde Ten ten seguía arrastrándola. Neji usando su velocidad corrió hacía ella y se interpuso en el camino de Ten ten. -¡Neji! -dijo sorprendiendo a la chica. Sakura los miraba fijamente.
-Debemos irnos de aquí -ordenó Hyuga tomando a Sakura de la muñeca, ésta comenzó a protestar y a rogar que la soltara.
-¿Qué te pasa? -reclamó Ten ten
-Luego te explicó, pero es esencial que no estemos a la vista de akahaki. -responde Neji y Sakura trataba de zafarse…
-No iré con ustedes… ¿Me quieren hacer daño, verdad? -preguntó Sakura. Lee se acercó corriendo y la calmó. -¡No, Sakura! Vamos a protegerte, pero debes confiar en nosotros. De lo contrario, el consejo irá tras de ti.- la pelirrosa severa se contuvo.
-Lee tiene razón Sakura… -Apareció Gai. Su hija Satín los miraba desde lejos con cara de pocos amigos y harta se les acercó. –Muy bien… ¿Qué pasa aquí? -exigió Satín.
Gai suspiró. –Cielo, papi tiene algunas cosas que arreglar con ellos… Quédate dónde estás y no bajes la guardia… -Gai y sus tres discípulos con Sakura desaparecieron en una nube de humo…
Satín tosió y furiosa gritó -¡Bakas! ¡No me tengan a la expectativa! ¿¡Qué rayos sucede con Sakura!? - Anko, a lo lejos había visto como Gai se había llevado a la kunoichi médico… -¿Y qué? ¿Es que acaso no piensan curarnos?... -rugió la ninja.
Iruka reía de ver la expresión furica de su colega. –Recuerda la misión… De seguro la llevarán con la Hokaghe. -responde.
-Además no son graves… Agradézcanle a Gai por atacarlo así…-dijo Kurenai.
-Sí, claro… -respondió Anko con su tono apático.
Entonces llegó Aiko con unas vendas en su paquete ninja. Al ver que Sakura no podía atender a los heridos, por alguna extraña razón, ella decidió hacerlo mientras llegaban los paramédicos. Anko la miró asustada -¡Hey!... ¡Tú eres veterinaria! -rugió. Aiko sonrió… -Sí, pero en tiempos de crisis no hay mucha diferencia entre atender unas heridas humanas u otras bestiales… Además, también somos bestias combatientes y no solemos desviarnos mucho de otros animales… Las heridas sangran y eso en común en todos. Tenemos carne y venas… - Aiko fue interrumpida por Anko con un –Sísísísísí... ¡Ya entendí!
-Jajaja… Te callaron Anko… Estoy de acuerdo con la joven… jajajaja… -rió Iruka y Kurenai no pudo evitar hacer lo mismo.
Anko se sonrojó molesta y resignada… -Bien, niña haz lo tuyo… ¡Pero que te quede claro que no soy un maldito perro!... Grrrr… ¡Tú cállate animal!... – lo último se lo dedicó a Iruka cuando éste le ladró. Aiko con paciencia y serenidad comenzó a revisar la herida de la enfurecida kunoichi.
Sai y Kiota hablaban sobre el atentado y concluyeron como Gai que eran nuevos integrantes… -Si es así, debe haber más… Los siete no son los únicos… -dijo Sai. Kiota pensó que aquello complicaba sus planes. Todos estaban al tanto de las habilidades de cada akahaki, sin duda con aquella revelación le habían cambiado el panorama. Sai serio y frío… -Yo recomiendo a que se les avise a todos los demás ninjas. De esa manera tendrán otra idea de lo que ocurre y esperarán cualquier cosa… -Kiota no estaba seguro. –No quiero causar pánico entre los demás… Tengo que consultarlo con Sasuke-sempai. Esto también le caerá de sorpresa… -concluyó.
-Bien, yo ya le envié una señal a Sasuke. No tardará en aparecerse… -Sai hizó ademán de irse y llamó a Aiko y a Satín quienes eran integrantes de su equipo. Los paramédicos habían llegado.
Kiota tuvo un llamado de su otro “Yo” desde el círculo uno. Se acercó al trío y… -¡Sai! ¿Qué pasó con Sakura? La vi hace un momento… -preguntó el peliazul. Sai no perdía la seriedad y Satín respondió enojada al suponer que su capitán no lo haría. –Se la llevaron mi padre y su trío de bakas… ¿Contento? -Después los tres ninjas partieron a su sector.
Capítulo 19
Arrojó una silla enfurecido y se estrelló contra unas repisas, haciéndolas caer violentamente.
Sasuke apretaba feroz el respaldo de su silla y rugía furioso, su sharingan estaba encendido. El rojo de su iris manifestaba su ira y su confusión. -¡Malditos! ¡Estamos malditos! -decía para sí. Lo pergaminos estaban sobre la mesa extendidos e iluminados por un rayo de sol que comenzaba a ocultarse. Sasuke los miraba con odio y ansiedad. No sabía si sentirse bien por haberlo comprendido al fin o mal por saberlo. Tampoco si fue correcto lo que hizo o si hubiese preferido no conocerlos nunca.
Las añejas imágenes eran claras. Existía un poder más estremecedor y terrorífico que el mismo kyubi, este ser o ente podría destruir el continente entero con tan sólo despertar la mitad de su poder. El clan Abukara y sus nueve hijas eran sus custodios. Sólo aquellos que tenían el sello en su sangre para invocar el poder de línea de sangre eran llamados para despertar y controlar aquella criatura. Era un privilegio que les habían otorgado los dioses en caso de verse amenazados por los demonios u otros entes de los cuales no podría aún imaginar.
Sasuke sonrió –Uchiha… -dijo con una mueca. Se contaba que el origen de su clan radicaba en la permutación de un demonio. Incluso existían leyendas que él consideraba sonsas y carentes de credibilidad y vestigios. Una princesa del clan Hyuga fue seducida por un incubo, dando vida al fundador del clan Uchiha y enemigo eterno de los aliados de los dioses. Su clan, en tiempos lejanos, era el más temible y poderoso que hubiese podido existir en el continente, las leyendas decían que eran dueños de más de la mitad de las tierras del Fuego y que su familia arrasó y conquistó la mitad del continente por un largo tiempo, hasta que los Guerreros del estandarte blanco del Sol ayudaron a los grupos sometidos, junto con sus arrogantes samuráis, y comenzaron a organizarse para derrocarlos y orillarlos a vivir en las zonas toscas e infértiles del País. Las décadas pasaron con pena y el clan Uchiha luchó por la sustento, y, los sobrevivientes, se hicieron pasar por mercenarios y asesinos a sueldo para recuperar alguna vez lo perdido. Incluso, se dice que Hashirama Senju, al no poder acabar con ellos, prefirió tenerlos como aliados y por esa razón los hizo parte de la fundación de Konoha para desterrar a los que alguna vez confinaran a los portadores del sharingan, el clan Abukara.
Su alianza fue la más poderosa que hubiese podido existir, pero, de cualquier forma, la historia del clan Uchiha estaba conformada de leyendas escalofriantes, crueles y sangrientas; y aunque volvieron al mundo humano como un grupo redimido, todavía seguían siendo vistos como entidades salvajes y demoniacas, indignas de poder convivir al nuevo y moderno mundo que se abría paso con la caída de los antiguos clanes del estandarte blanco del sol.
Madara no perdió las esperanzas de querer recuperar lo que alguna vez les correspondiese, era un sueño compartido por su difunto hermano e inculcado pos sus antecesores, y por ello fue el único en revelarse y en ganar a cambio el exilio final. Según, el clan, ya no deseaba más contiendas y por ello optaron por traicionar a su propio líder, o a su no tan estimado tío tatarabuelo, y olvidar la gloria que los conformase para acabar con la guerra.
Sasuke, cuando estuvo con él, no deseaba entender esa obsesión por el reiterado regreso a la gloria Uchiha, pero los pergaminos afirmaban algunas cosas y desmentían otras, y por ello tuvo que reconocer que ahora entendía a su antepasado, a Itachi y a su padre. La gloria de los Uchiha radicó en su poder ocular, el doujutsu sharingan, pero existía uno más terrible que el mismo sharingan Susanou, la etapa última de esa técnica. Este ojo, era llamado Tanomi no hinoiri y su poder era tal que desafiaba a los mismos dioses. Controlaba los siete elementos que nacían del inframundo, reconocía a los maestros demonios y podría abrir las puertas del infierno, con una mirada bastaba para enviar a cuanta alma los observara a las tierras de la muerte eterna. “Quién influya sobre el demonio, dominará las pasiones humanas, la mayor debilidad que pueda tener…” esas palabras salieron de la venenosa boca de Eichiro Inao, recordó Sasuke con amargura y sin más reparos siguió leyendo el pergamino.
La caída del Clan Uchiha fue causada cuando este don fue contenido por el mismo Abukara, pero no exactamente la rama principal de esta familia; Haruno, su descendiente, guardaron en sus verdes esmeralda ojos la clave para despertar la última fase, un castigo para contener todo aquel amenazante poder. Por esa razón los Konoha tenía esa información en sus manos y el primer Hokaghe mandó a esconderlo para que ningún portador del sharingan pudiese tener el deseo de adquirirlo; porque de ser así, se despertarían otras fuerzas que serían incontrolables. Itachi lo conocía y por ello no deseaba que su padre lo adquiriese, pero…
Sasuke no sabía por dónde conjeturar, hasta que sacó otro pliegue del pergamino que tenía más escritos y la grafía de un ojo verde y otro azul. Al terminar de leerlo, estuvo de acuerdo con Toju sobre sus deducciones, su sharingan no pudo haber derivado tan sencillamente del Byakuguen, era su hija, pero su planeación fue siniestra y determinada.
Los tres doujutsus más poderosos derivaban de uno más omnipotente, casi divino denominado “El ojo de Dios”. En el pergamino no describían cuál era exactamente su poder; sin embargo era un doujutsu que podría crear o destruir a su mundo. Este doujutsu lo poseían los dioses y este había derivado en otros más. También los dioses contaban con criaturas poderosas a los que el clan Abukara y sus casas protegían y podían manipular en contra de los demonios. Estas criaturas eran similares a los biujis, como el zorro de nueve colas. Su poder podría ser estremecedor y peligroso. Sasuke recordó a la criatura que Inao había invocado, la cual, le pareció que no había desatado todo su poder. Esto confundía a Sasuke. El clan Uchiha era descendiente de uno de esos entes. La sangre de demonio corría por sus venas, eso explicaba el uso del sharingan y el odio que su clan tenía por Abukara.
Los doujutsus más fuertes que conocían eran el byakuguen, el rin´negan y el sharingan. Sin embargo, el pergamino hablaba de seis doujutsus permitidos y cuatro malditos. El sharingan estaba entre esos cuatro por su creación clandestina. Los otros tres los desconocía. Su doujutsu era maldito por ser una técnica de los demonios para controlar a sus criaturas y poder anclar combate con Abukara o sus dioses. Mas el misterio de su poder fue escondido y ocultado por los famosos guerreros de la luz. Sólo ellos los resguardaban y podían acceder a tales para que sus auténticos dueños no los usaran. Haruno era la clave para llegar a saber cómo recuperarlo y esa clave era la Mirada Mística, cuyo poder purificador podría desvanecer todo tipo de jutsu y chakra a voluntad, incluso, los demonios le temían y si eran sellados por su mirar podrían ser manipulados y su identidad desvanecida… ¿Pero cómo habría actuado sobre el sharingan?... ¿Acaso eso es lo que busca? Sí es así, ¿Para qué o quién?... ¿Konoha? ¿Acaso era para asesinar a Naruto y los otros ochos demonios?... Esta mirada tenía tres caras, una de ellas era dorada, como los ojos penetrantes de Eichiro y… ¿Toju?... Sòlo el más poderoso del clan podría tener ese doujutsu y ese era Eichiro… ¿Pero por qué quería a Sakura? La única opción que se le ocurrió, quizás fuera para hacerse de sus ojos o le prestara su dona para hacer un ejercito de todos los hijos de Abukara.
Tiempo atrás hubo una guerra, hace cuatrocientos años aproximadamente, que marcó esa diferencia entre los bendecidos por los dioses y los exaltados por los demonios. Los primeros ganaron la guerra y mantuvieron a los demonios alejados, guardando sus poderes. Tiempo después se repitió la historia y el resultado fue la inversa, pero los guerreros de la luz ocultaron tan bien sus dones que no permitieron que los demonios volvieran a usarlos. Entre esos guerreros estaban los Haruno, según traducía en el pergamino… -Sakura… Después de todo, si hubieras podido servirme de algo en el pasado. De haberlo sabido… -se dijo con un tono siniestro.
Los doujutsus tenían un fin, para destruir, crear, proteger y controlar lo creado. Eran armas dadas por los dioses y los demonios. Y se necesita un gran nivel de chakra y de algo llamado residema para poder obtenerlos. Sasuke no tenía idea de qué rayos era un residema, pero lo averiguaría. A su vez, cada una de las técnicas oculares tenía una cualidad única para poder manipular el chakra. Por ello, en el viejo mundo, existieron clanes que fueron portadores de ese poder.
Ya estaba cansando y le ardían los ojos. El conocimiento de esta historia no fue lo que lo había perturbado. Su manguekyo sharingan no estaba completo. Faltaba algo para poder controlar indiscutiblemente al kyubi, este se había vuelto muy poderoso con la unión de Naruto y su control no duraba lo suficiente, o eso sentìa, y ese era el siguiente nivel. Tal cambio, decía el pergamino, podría llegar a sublevar sus poderes. La técnica no sólo se daría a su vista, lo transformaría completamente y lo ayudaría a avanzar al siguiente nivel espiritual y físico. –“Cerca de los mismos dioses”- repitió Sasuke. Estaba maldito no sólo porque la sangre de algún demonio corriera por sus venas; sus poderes estaban sellados por otros y esos otros eran los emparentados con Eichiro Inao: Abukara y Haruno.
Le rabiaba pensar que estuviese sujeto a ese individuo y su prole, y que éste en cualquier momento dado, pudiese controlarlo por completo. Los Uchiha fueron sometidos por su clan durante mucho tiempo. Ahora entendía porque se unieron a Hyuga y a Senju en la fundación de Konoha, para acabar con Abukara. El principal objetivo de Madara era conseguir esta información para saber cómo obtener el poder máximo del mangekyo, el Tanomi no hinoiri. Ahora él, ambicionaba ese poder, no entendía bien porque, pero lo necesitaba. Algo en su interior se lo pedía a gritos, en sueños y en recuerdos. Tenía que averiguar por qué…
-Interesante lectura ¿Verdad? Pero yo creo que no terminarás esta noche de leerla -dijo una voz femenina. La misma que lo visitara en el templo de su casa. Sasuke se giró y la observó. Era igual que la primera vez.
-¿Por qué haces esto? -preguntó frío Uchiha. La mujer permanecía de brazos cruzados.
-En este momento no deben importarte cuales son mis objetivos. Lo único que te interesa ahora es saber qué te conviene y qué no… Piensa por ti mismo, por qué estoy haciendo esto. Te sorprenderías al saber que es por una simpleza… -dijo la mujer.
-No estoy para juegos… Con esta revelación ¿Crees que confiaría en ti? Jajaja… Debes estar sedada. Acabo de enterarme que mis ancestros fueron esclavos de los tuyos. Ustedes, Abukara, se dicen descendientes de los dioses… Pero, siempre tuvieron temor de los Uchiha por tener la capacidad de manifestar el poder máximo del sharingan… Una técnica prohibida, hace cuatrocientos años porque casi los hizo perder la guerra… Madara Uchiha, mi clan, mi padre y mi hermano trataron de hacer todo para recuperarlo y fallaron. Yo no lo haré… -dijo Sasuke con los ojos encendidos.
-Mmm… Eso prueba que hay muchas otras cosas que te falta por saber… -se acercó la mujer más a Sasuke, el cual no miraba un punto fijo. -¿Te mueres por conocerlo, verdad? -Sasuke miró con fiereza a la mujer.
-La pregunta es si estás preparado para usarlo. El mangekyo sharingan fue una técnica prohibida porque demandaba una sufrible cantidad de chakra para completarse, arriesgando la vida de su portador y de los de su alrededor. El padre del abuelo de Madara fue sellado por eso y arrebatado del equilibrio de sus fuerzas para evitar una vez más el peligro. Nadie, más que él, ha podido con ello e invocar alTanomi no hinoiri. El primer Uchiha nacido lo intentó, casi lo logra, mas no fue suficiente sin el equilibrio arrebatado. El portador para poder manifestarlo necesita una poderosa cantidad de chakra, de lo contrario no resistiría y tampoco podría desarrollarlo a la perfección. Ese descontrol se lo dio Abukara con una tècnica...
- ¿Con el ojo mistico?... Entonces, segùn estos pergaminos, necesito de ese truco para liberarme.
-También debes de tener un grado potencial de resídema…- la mujer notó la interrogante en Sasuke. – Es decir, que la cantidad de energía física debe ser equivalente a la energía espiritual. Ya sabes que se llega a eso con entrenamiento y meditación… Básico en la enseñanza gennin… Mas, si no es así, el cuerpo se desgasta más rápido de lo que debe ser… Por eso, los Uchiha que han usado el manguekyo sharingan han sufrido la ceguera… Ese es el castigo para todo aquel que use un doujutsu. Muchas veces no es porque no entrenen mucho, sino porque está en las leyes mismas de la naturaleza…Querer ser un dios o un demonio, tiene un precio caro para nosotros los insignificantes humanos… Si sigues sufriendo con el mangekyo sharingan y tu famosa vista de halcón, ¿Crees que no sería peor con la siguiente gran fase?...
Sasuke Uchiha sonrió. -¿A qué viene todo este curso gennin? -preguntó con desdeño.
Percibió que la mujer sonreía tras la máscara. –Veo satisfactoriamente que tienes más capacidad de controlar el mangekyo que Itachi y Madara… Eso me alegra, y estás consciente de que perderás la vista cada vez que utilices una cantidad mayor a la que te permitan tus fuerzas. El kyubi lo requiere… Ya no es un bijui que se deje manipular con facilidad… Te diste cuenta de eso en tu última batalla con Naruto… Lo que quiero ahora es que veas las pistas que te dejaron los difuntos… -la mujer se acercó a los pergaminos y arrojó uno hacia Sasuke, quien lo atrapó sin problema.
Sasuke lo leyó y sonrió. –Ahora sé que no estoy en un error… Necesito fortalecerme más para poder controlar mi poder; pero hay cosas que la naturaleza no me permite. Sólo si venzo a Eichiro Inao. Este pergamino dice que los guerreros de la luz son los únicos en poseer el equilibrio completo del chakra y del residema. Eso explica casi su inmortalidad; pero una vez vencidos, sus poderes pasan a quien los derrotó… Si le doy muerte a tu líder, no sólo tomaré sus poderes, también obtendré la siguiente fase… ¿Por qué me ayudas? Es tu líder el que peligra…
La mujer no expresó nada. –Yo sólo cumplo órdenes de él. Si tiene instintos suicidas, eso no me concierne. Por otra parte, mis razones para obedecer deberán ser un misterio para ti. Además, no creas que será tan fácil. Cada uno tiene un precio diferente, la ley de la oferta y la demanda… -dijo la enmascarada con un tono juguetón y haciendo el gesto de billete con los dedos.
-El precio para ese poder es mi humanidad… Pero ese poder me lo dará todo… -el tono del joven era ansioso.
-Sí que estás informado… Venciendo a Eichiro Inao, te puede ayudar a conseguir lo que quieres, mas toma en cuenta a tus obstáculos que… -la mujer fue interrumpida.
-¿Sus sectarios?... Podré con cualquiera de ellos… -dijo Sasuke.
-¿En serio? En ese caso déjame advertirte sobre uno…
-¿De cuál?...
-Tu humanidad…
-Con mi poder defenderè a Konoha...
-No me refiero a tus cuentas pensientes con esta... aldea..., sino, tu humanidad en los ojos de otra persona…
La mujer se desvaneció entre las sombras y Sasuke no pudo detenerla. Lo último no le gustó como había sonado. Sasuke miró por la ventana y vio que el sol ya comenzaba a caer. Le pareció extraño. Por un momento creyó que ya había visto la puesta del sol antes y apenas estaba comenzando.
Un chillido sonó a sus pies, un ratón de Sai lo estaba jalando hasta que se escapó. Sasuke sabía lo que significaba. Guardó lo pergaminos y se dispuso a llevárselos a su casa primero y después iría a ver qué había pasado. En una llama se desvaneció dejando una vez más a la estancia desolada.
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Naruto había visto las dos explosiones desde lo alto del monte de los hokaghes. Estaba preocupado, uno de ellos estaba cerca de donde vivía Sakura. Ansiaba ir a dónde ella se encontraba, pero tenía que resistir la tentación para no echar a perder el plan. Yukamo contemplaba aquel lugar preocupada. Estaba ansiosa por estar al corriente de lo que había ocurrido para saber cómo embestir al enemigo.
Tenzo llegó apareciendo en una nube de humo. Los dos jóvenes se acercaron a él de inmediato…
-¿Qué pasó? ¿Y Sakura? -preguntó preocupado Naruto
Tenzo sonrió. –No se preocupen. No fue tan grave como imaginábamos. Hubo heridos pero nada serio. El señor Yamanaka está recuperándose, sobrevivirá y Anko… bueno… ella está ahora con Tsunade-sama exigiendo explicaciones… Al parecer, no fueron los mismos akahakis que atacaron la aldea aquella noche…- Naruto y Yakumo abrieron sorprendidos los ojos.
-¿Y Sakura? -insistió Naruto.
-Está en el edificio principal con Tsunade-sama. El equipo de Gai la está custodiando. Estará segura… -terminó Tenzo. Naruto pareció más tranquilo, pero Yukamo no sabía de qué hablaban y tenía interrogantes en la cabeza.
-Bien… es momento de empezar… -dijo un anciano muy alto, delgado hasta los huesos y con una encrespada cabellera plateada. El hombre estaba ciego. Naruto lo veía con escalofríos, para él tenía la apariencia de una momia, de aquellas que surgían en las películas.
-Hise Chikaichi- dijo Tenzo con una inclinación. – Me alegra verlo al fin. Hemos sabido de su gran conocimiento sobre estos jutsu de permutación, también que es el único que puede llegar a hacerlos.
Naruto y Yukamo habían estado practicando con Hise toda la tarde para lograr hacer bien la técnica de permutación. Yukamo realizaría una enorme ilusión del kyubi para poder asustar a sus enemigos, lo haría dos veces; en tanto que Naruto desplazaría una cola del zorro para poder sentir la presencia del bijui de Eichiro y poder atacarlo. Primero despertaría una cola para sentirlo, después otra para ubicarlo y al terminar la última ilusión de Yukamo aparecería el zorro para pelear con su contrincante. Si no llegase a presentarse el monstruo de los akahaki, los haría creer que el zorro ha despertado y escaparían.
Para ello, Hise Chikaichi estaba con los dos jóvenes. El poder del anciano consistía en hacer una réplica de algún objeto o persona y manipularlo a su antojo. Su chakra influía sobre este y podía hacer que otras personas también lo efectuaran junto con él y establecía una especie de lazo de energías. Hise trajó una réplica miniatura de la aldea, así como del Kyubi.
Naruto al verlo pensó que todo aquello era broma. Yukamo pudo haber pensado también que no era genial; sin embargo, en una misión al ver los poderes del anciano no dudo más de sus capacidades.
-Haber si entendí… ¿Primero, debo de concentrar mi chakra con la del anciano para que el encuentre a los invocadores del bijui sobre la maqueta?... ¿Cierto?
-Cierto -asintió Tenzo y Yukamo.
Naruto se rascó la rubia cabeza. –Bueno… Mientras, Yukamo se conecta a mí para hacer una ilusión del Kyubi y poder confundir a Akahaki y atraparlos ¿Cierto?
-Cierto -asintió Tenzo y Yukamo.
Naruto cerró los ojos como si se concentrara. –El anciano Hise nos mantendrá conectados a nivel Chakra a Yukamo y a mí con la aldea para que ella pueda hacer la ilusión del kyubi y a su vez que yo pueda localizar al demonio de los Akahaki y después, sino hallo nada, tan sólo usar la ilusión… Pero antes no debo de dejar escapar más de lo que me permitió Tsunade… ¿Cierto?
-Cierto- asintió Tenzo y Yukamo.
Naruto abrió los ojos… -¡Qué complicado! ¡Sigo sin entenderlo bien! -rugió el rubio.
Tenzo y Yukamo cayeron de espaldas…
Tenzo trataba de no perder la paciencia. –Naruto, lo acabas de decir. El poder de Hise consiste en crear conexiones de chakra. Tú energía se unirá con la de él y Yukamo para construir una trampa que envuelva a la colectividad de Konoha. Primero será una ilusión, pero si las cosas empeoran, aparecerás tú sin necesidad de arriesgar la vida. Yukamo necesita de tu energía para imitar a la perfección tu chakra…
-Y a la vez, la necesito para localizar al biuji de akahaki… Entre demonios se sienten y ubican su presencia chico, ¿Lo sabías?... A diferencia de tu caso, Akahaki puede invocarlo y controlarlo a su antojo, pero en equipo. Si hallamos sus chakras, también lo haremos con ellos… -interrumpió Hise. Naruto no entendía porque aquel anciano le daba un mal presentimiento… -¿Eso significa que usted se encargará de toda la acción? -rugió el hiperactivo.
Yukamo se golpeó la frente con impaciencia y a Tenzo le salió una gotita de sudor… -No, Naruto es que… -Hise lo interrumpió… -Tan sólo seré un conducto para ustedes dos… El resto depende de su poder… -concluyó el viejo.
Los jóvenes se vieron y asintieron. Pronto comenzaron a concentrarse en su chakra. Al terminar, se tomaron de la mano junto al anciano formando un triángulo. En medio de ellos estaba la maqueta de la aldea. Hise realizó unos sellos y comenzó a recitar unas extrañas oraciones en otro idioma. Tenzo comenzó a sentir una extraña energía después vio asombrado como esta salía de los cuerpos de los jóvenes. Una era anaranjada y fuego y la otra era morada y fría. La energía del anciano era blanca y densa como la niebla. Pronto entendió el anbu que estaban comenzando con el jutsu.
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Chunnin, Jounnin y Anbus andaban de un lugar a otro por todo el edificio rojo y principal de Konoha. Corrían, salían, caminaban o se desvanecían en distintas nubes de humo. Nunca antes se había visto una agitación así en aquel lugar desde la última guerra ninja.
Gai con su equipo custodiaban a Sakura hacia la Hokaghe. Esta se mostraba serena y atenta a su alrededor. Neji la notó extraño, algo no andaba bien con ella. Intentó usar el byakugen, pero le dolían los ojos y lo poco que percibía parecía normal y borroso, aun así no le daba confianza -¡Neji! ¡Deja de mirarla así! -le rugió cerca Ten ten y vociferaba. – ¡No es un bicho raro! Si no te has dado cuenta, aún no nos traiciona…
Neji miró a Ten ten algo confundido y bufó con fastidio. –No la miraba por eso.- dijo seco
Ten ten se sonrojó y sintió furia. -¿Entonces?... ¡No me digas que a ti también te gusta! ¡Pervertido!
Hyuga se escandalizó, pero rápido mantuvo la compostura fría. -¿¡Cómo puedes decir algo así!?... -tosió y se serenó. –No es por eso… -luego expresó una discreta mirada de preocupación que sólo la chica tomó en cuenta. Neji miró furtidamente para que nadie los escuchara y luego. -Mi byakuguen… No funciona… -Ten ten se espantó y casi exclamaba un gritó, pero al ver la expresión severa de Neji lo contuvo. Gai, delante de ellos, platicaba con Sakura para darle ánimos frente a la Hokaghe, Lee lo apoyaba.
-¿Cómo que no funciona? Explícate… -pidió preocupada Ten ten.
-No puedo usarlo… Veo borroso y cuando quiero activarlo me arden insoportablemente. No puedo ver los puntos vitales de chakra, tampoco de Sakura… Pero eso no es lo que más me preocupa… Hoy, cuando regresaba de la oficina de la Hokaghe, vi algo extraño. Vi a tres akahakis desvanecerse como un espejismo… ¿Te das cuenta de lo que podría ser? - el tono de Neji trataba de no sonar alarmante.
Ten ten captó a lo que se refería… -¡Por Kami! ¿Por qué no se lo has dicho al sensei? Neji, esto es muy importante… Significa, que pueden estar aquí…
-¡Ya lo sé!... Y por ello no puedo confiar en nadie. ¿Qué tal si uno de ellos es uno de los siete? Se aprovecharían al saber que no puedo ver quiénes son… O quizás ya están entre nosotros. Por ello debo ir directo con Tsunade-sama y decirle lo que pasa… Sasuke y Kakashi deben tener el mismo problema… Tal vez ya aplicaron el polvo sobre Hinata y Hanabi, o en algún otro miembro de nuestro clan… -Neji trataba de contener su miedo.
Ten ten observaba como los irritados ojos de Hyuga miraban fúricos sus teorías. –Debemos mantener primero a salvo a Sakura y después esparcir rápido la voz… Neji, debemos de decirles a Lee y a Gai… No pueden ser de akahaki…
-¡Pruébalo! -rugió en un susurro el ninja.
Ten ten aceptó el desafío. Se acercó a Lee decidida y le golpeó fuerte en la cabeza de su compañero…
-¡Ahhhhhh! ¿Por qué lo hiciste? -preguntó Lee sobándose la cabeza.
Gai y Sakura quedaron consternados.
Ten ten con voz y pose de sargento… -¡Lee! ¿Cuál es tu color favorito?
Lee se incorporó como soldado. -¡El verde!
-¿Quién es tu más molesto rival?
-¡Neji! -en ese momento Neji le dio un chispazo y se sonrojó con vergüenza.
-¿Cuál es tu objetivo en la vida?
-¡Ser uno de los mejores ninjas de Konoha aunque no sepa ninjutsu o genjutsu!
Gai habló guiñando el ojo y haciendo relucir sus blanquecinos dientes con el pulgar afirmando. -¡Eso! ¡Así se habla mi eufórico pupilo! -Neji tenía la boca abierta y Sakura estaba perpleja.
-¡Lee! ¿Quién te parece la chica más bonita de Konoha? -exigió Ten ten
-¡Sakura! -dijo Lee luego tembló al recordar a su sensei… -¡No! Es decir… Sakura me gustaba…es muy bonita… es decir ya no lo es… -Notó a Sakura gestuda. -No de ese modo, para mí siempre serás muy bella… quiero decir… También Satín es muy hermosa, pero es que…
Gai con cara de ofendido… -¿Tratas de decir que mi hija no lo es? ¿Qué tiene mi hija que no se compare con Sakura? ¿Acaso no es lo suficientemente bonita para ti? -a Gai le comenzaban a brillar los ojos.
-¿¡Cómo que ya no soy bonita!? -rugió la pelirrosa.
Lee trataba de disculparse y fue cuando Sakura y Gai, juntos, y al mismo tiempo, le soltaron un fuerte puñetazo y lo estrellaron contra la pared.
Neji con los brazos cruzados. –Bien me convenciste. Nadie puede llegar a ser tan patético. - y luego se espantó de ver la expresión de Ten ten… -Grrrrr… ¿Qué acaso yo no soy bonita? Lee es un baka…
De pronto vieron llegar a Eriki, quien contenía unos folders. Esta fijó su atención en el grupo, sobre todo en Sakura que la miro con atención.
-Al fin… Aquí están… Tsunade-sama ya preguntaba por ustedes… Ya se corrió la voz entre los anbus de que Sakura ha aparecido… Gracias Gai-sensei… -dijo Eriki.
Gai sonrojado… -De nada linda Eriki. Es todo un placer… Nada complicado para el cuarteto de Gai -Lee asintió otra vez. Sakura se dio un golpe en la frente.
Neji y Ten ten -¿Cuarteto de Gai?
-¿Podemos ver a Tsunade-sama? -preguntó Sakura.
Eriki sonrió. –Está atendiendo unos asuntos. Pero no tardará en desocuparse. Pero me dijo que si los viera los guiara al cuarto B de espera…
Neji interrumpió bruscamente. -¡No tenemos tiempo! ¡Necesitamos hablar con la Hokaghe ahora!...
Eriki se puso nerviosa. –Etto… Si quieres yo le digo personalmente…
Naji rugió... -¡No! Necesito hablar con ella ahora… Es urgente…
Ten ten le susurró a Gai lo que le dijo Neji. Entonces Gai con una sonrisa se les acercó…-Bien, mi bella Eriki… Nosotros esperaremos a Tsunade en la puerta. Mientras Sakura descansa en la sala. Ten ten y Lee se quedaran con ella… Bien, vamos Neji… -Gai tomó al chico del hombro y juntos salieron de allí. El sensei se sorprendió al ver a Neji así; era la primera vez que lo veía perder la calma en una oficina.
Eriki recuperando los nervios guió al grupo al cuarto de espera.
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Neji le había contado todo a Gai, y luego éste lo regañó por no decirlo antes. Neji se disculpó y planearon decírselo a cualquiera de los dotados de doujutsu para prevenirlos. Como un llamado de la suerte apareció Kakashi en una nube de humo gris con su usual y despreocupado… -¡Hola! -Gai se asustó.
-¡Kakashi! ¡Eres un pelmazo! ¿Cómo te atréves a darme un infarto? ¡No tienes modales! -rugía su eterno rival con el puño levantado y agitándolo. Neji no decía nada.
-Perdón Gai… Una pregunta… ¿Han visto a Eriki? -dijo el peligris.
-La acabamos de ver hace un rato. Dejó a Lee y a Ten ten con Sakura en el cuarto de espera… -agregó Neji.
Kakashi cambio su expresión. –Sakura… -un tono preocupado salió de su boca. Gai lo percibió y le habló de…- Tenemos algo muy importante que decirte, es sobre tus ojos…
-Ahora no Gai… -terminó Kakashi e iba a ir en dirección de Eriki cuando Neji se interpuso. -Es urgente… El polvo que la akahaki sopló a nuestros ojos tiene un fin… Nos prohíbe usar nuestras habilidades y ocultar su chakra ante nosotros… Pudieron estar ante nuestra vista y jamás pudimos notarlo.
Kakashi se sorprendió, todos los síntomas que describía Hyuga eran reales. A él también le irritaban y cuando intento usar su sharingan en los túneles le ardieron. –Sí… Gracias Hyuga… Ahora ya sé quién es la akahaki qué estaba ante nosotros… -Gai y el ojiperlado se asombraron -¿Quién?
-Eriki… Debemos detenerla… -Kakashi salió.
-Neji… Tú ve a decirle a Tsunade-sama lo que pasa… -ordenó Gai y fue en pos de su rival. El más joven del grupo asintió y salió por el lado opuesto.
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Continuarà...
kittycat:
Clasificación: (H/C), (OTP), (OOC), (OC), Angst, Lemon (+18).
Parejas: Principales: SasuSaku
LIBRO I: ARPEGIO, EL RETORNO DEL OJO MÍSTICO
PARTE I, LA DESPEDIDA: El secreto guardado de Sachi Haruno y el rapto de Sakura de Konoha por miembros de Akahaki.
Capítulo 20
Sasuke estaba con Kiota, ya había revisado el lugar de los atentados y concluyó que eran distintos a los akahaki que habían enfrentado antes. Sasuke supo que se encontraban en la aldea. Aquellos extraños estaban ocultos en sus calles y usaban alguna clase de genjutsu desconocido o mejorado para pasar desapercibidos. Sasuke trató de sentir algún chakra desconocido y no pudo. Después, trató de usar su mangekyo y le ardieron los ojos. Fue en ese momento que se dio cuenta que el polvo había sido el causante de que no pudiese verlos.
Enfurecido, trató de pensar cuál sería su siguiente paso. Felicitó a Kiota por su determinación y éste pareció satisfecho. Pensó que con ello se había ganado la confianza del Uchiha. Mas, al preguntarle sobre dónde había estado, Sasuke le respondió con aspereza que aquello no era de su incumbencia. Kiota trató de replicarle sus responsabilidades, pero tras ver la expresión inestable de su jefe se calmó. Después, para deshacer su “impertinencia” le habló de los grupos involucrados en los ataques. Todos ellos eran sus conocidos más cercanos. Sasuke sin inmutarse le preguntó si estaban bien, Kiota respondió que sí y después sacó a colación a Sakura, quien fue enviada con la Hokaghe por el equipo de Gai. La expresión fría de Sasuke cambio y se giró inquieto hacía Kiota. -¿Para qué?- peguntó sin disimular su interés. –No lo sé… -respondió el joven. No supo por qué, pero Sasuke tuvo un mal presentimiento.
Quedó callado por un momento y después ordenó que dejaran de revisar los rincones más ocultos de Konoha… -Dejen de distraerse en estar buscándolos… Ya están aquí… Mantengan sus posiciones y estén alertas… Hazles saber que están bajo un genjutsu de alto nivel. Qué los del centro adopten la posición A, de la periferia la posición C -ordenó Sasuke a Kiota y éste asintió, mandó la orden por los comunicadores y a su otra alma.
Sasuke, saltando de tejado en tejado, comenzó a recorrer la ciudad y ver que todos estuvieran preparados. Pensaba primero como estaban ocultos y por donde atacarían principalmente. Todo parecía estar asegurado, aunque sabía que un ninja debía ver más allá de la decepción. Trató de usar una vez su sharingan, pero el dolor iba en aumento como la infección. Descubrió que al tratar de usarlo más, sólo esparciría el daño. No tenía otra opción que dejarse llevar por la intuición y tratar de pensar como ellos.
Una vez que recorrió la ciudad y observó que nadie abandonara su trabajo, tuvo que regresar al edifico principal y reportarse con la Hokaghe. Además estaba inquieto por el valioso prisionero y pensó que al primer lugar donde irían sería a los terrenos del recinto. Sasuke hizo esparcir la voz de que el famoso miembro de Akahaki había sido trasladado a la prisión de Konoha. Kiota fue al edificio para esperar cualquier cambio. Sasuke pensaba que con ello se confundirían un poco. Así, tuvo que trasladarse al recinto y después pasar por los túneles ocultos que llevaban directo al edificio de la Hokaghe. Al ser jefe de la policía tenía la función de conocer los accesos secretos de Konoha. Un secreto que se llevaría a la tumba junto a sus hombres más fieles; que hasta el momento no tenía.
Sasuke llegó al edificio y tocó una pared roja y desgastada. El joven concentró su jutsu y desapareció en llama para trasladarse al otro lado.
Llegó al interior del rojo edificio e iría directo hacía la Hokaghe. De pronto, sintió un chakra desconocido y congelante. Todo el pasillo estaba muy silencioso y no sentía más presencia que la suya. Cuando era líder del grupo hebi, se vio envuelto en las mismas circunstancias. –Dejá Vu… -dijo Sasuke y trató de usar su sharingan; pero el dolor fue más fuerte y casi dejó escapar un gritó. Furioso tuvo que resignarse a valerse por sus otros instintos; sacó su espada y camino por el escalofriante corredor. Él ninja sabía que estaba bajo las paredes de una ilusión muy poderosa. Sospechó que incluso ya había tomado más de la mitad del edificio y que sus habitantes aun no estaban enterados de nada –Significa que ya están aquí… -; aceleró el paso y concentró su chakra para poder sentir cualquier otro e ir tras él.
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En el segundo círculo se encontraban Kiba, Akamaru y Hinata caminando por la calle. Las luces de la aldea ya estaban encendidas y el cielo se tornó oscuro con pequeñas luminiscencias plateadas. Los tres estaban alertas. Pero el tiempo corría rápido y nada pasaba por aquel callejón principal que conducía al centro de la ladea.
-Qué triste está la noche sin gente para alegrarla… -suspiró Hinata.
-Nadie imginaba que llegaríamos a algo así ¿Verdad Akamaru?- Kiba acarició el pelaje blanco del perro y este ladró.
-Lo… lo del atentado fue una distracción… Ya han pasado casi dos horas y no ha ocurrido nada aun… Esto me da un mal presentimiento… Kiba ¿Crees que vengan por… Naruto?... –preguntó casi en susurro la ojiperlada.
Kiba la miró y la confortó con una palmada en la espalda. –Hinata. Naruto estará bien. No dejáremos que le pase nada a ese dobe… Además no creo que vengan por Naruto. El símbolo en la plaza no tenía nada que ver con él… Todos pensábamos que era a Naruto a quien querían, pero estando en combate ¿Por qué no aprovecharon para llevárselo?...
Hinata estaba confundida… -¿Entonces sí crees que sea a Sakura? -la idea la entristeció. –Eso sería terrible… Muy triste para todos, sobre todo para Naruto. Él la quiere tanto…
Kiba observó a su amiga y le volvió a dar otra palmada. – ¿Lo dices por qué la consideras realmente tu amiga o por Naruto?... ¿Aún lo quieres verdad?- Akamaru pareció compartir la preocupación de su dueño.
Hinata se sonrojó completamente y su mirada se agachó sumisa para no revelar su pena. –Yo… yo… No tiene caso… Naruto está con Sakura. Ambos se aman y yo no puedo interferir en ello. Al verlo tan feliz, me hace pensar que yo no podría ofrecerle algo más valioso que eso…
-¡No seas tonta! ¡Si no lo atrapaste fue porque no tuviste confianza en ti!...- gritó Kiba y se colocó las manos en la cabeza. –A veces exasperas… Tuviste la oportunidad y la dejaste pasar… - Kiba pareció disgustado. Él estimaba mucho a Hinata, se había convertido en una de sus mejores amigas y le daba tristeza verla tan melancólica y apenada cuando se trataba del famoso portador del kyubi. Con el silencio de la chica, pensó que la había lastimado más y al querer remediar el daño…
-Tienes razón, Kiba…- dijo Hinata mirándolo con una sonrisa. –Pero, no me lamentaré por ello. Por algo suceden las cosas y no sufriré más por eso… Al fin he cambiado y seguiré adelante. Te prometo no mirar atrás para no preocuparte. Gracias por todo Kiba- Hyuga amplió su sonrisa.
Kiba se sonrojó y gruñó… -No se trata de preocuparme o no… - iba a exasperarse y se calmó con un suspiro. –Bien… Me alegra esa postura. Pero… ¿Acaso no estás saliendo con Sasuke Uchiha? Desde hace casi un año y medio los he visto juntos. Él parece apreciarte y estar a gusto contigo… ¿O acaso es cierto que tu padre ya tomó una decisión con respecto a la unificación del clan Hyuga?... –Akamaru ladró como si exigiera lo mismo.
Hinata supiró con tristeza… -Etto… yo… No voy a negar que esté saliendo con Sasuke Uchiha. Nos frecuentamos y él es muy amable y atento conmigo. No me subestima y sus pocas pláticas son muy placenteras… Hasta llegamos a besarnos, pero él sabe que no he podido olvidar a Naruto…
-Vaya que denso… Eso lo ha de hacer sentir muy mal…
Hinata inclinó la cabeza… -No lo sé… Pero, él tampoco me ama a mí…
Kiba pareció sorprendido… -¿Y entonces? -Akamaru ladró.
-Lo que nos une a ambos es el… desamor creo yo… supongo que por eso estamos juntos, para hacernos compañía, más que para escucharnos. A él no le gusta exteriorizar sus sentimientos y a mí… bueno, tú ya sabes, me cuesta trabajo. Sobre todo porque nunca sé lo que piensa y no me gusta molestar a la gente… No es tan frío e insensible como ustedes piensan. Él ha pasado por muchas cosas y lo he llegado admirar por eso… Al igual que Naruto, siempre ha salido adelante; pero a costa de muchas cosas; incluso me ha confesado que a veces siente el arrepentimiento… En cuanto a lo de la decisión de mi padre. Es algo que él planea, pero yo… yo… no estoy dispuesta a consentir… Los tiempos cambian, deben hacerlo… -Hinata sonreía con ternura y seguridad. Kiba percibió que realmente había cambiado.
-¿Por eso te mudarás con las chicas?... ¡Vaya!... Pero tendrás muchos problemas Hinata…- dijo sorprendido Kiba.
Hinata sonrió más y se sonrojó. –Sí, pero no importa… Además es parte de crecer…
Kiba se rascó la cabeza y compartiendo su gesto asintió con orgullo. -Bien Hinata, así es.- Akamaru ladró.
Ambos jóvenes no se habían dado cuenta del akahaki que estaba arriba de un edificio observándolos. Era el mismo hombre que los contemplase en la misma mañana. Aquel individuo era alto, llevaba una yukata de seda roja, su espada corta y su espada larga al cinturón, una máscara blanca de un rostro joven con grandes colmillos y cabellos rojos y azules. Detrás de ella sus ojos brillaron en verde con malicia hacía el trío de ninjas, hasta que escuchó un sonido suave, un silbato grave y armonioso como el canto de un grillo. El akahaki se quejó… -¡Rayos! ¡Me siento un perro con ese llamado! ¡Ni que estuviera amaestrado!- El akahaki sacó su espada larga y la preparó para desenvainarla, extendió su mano y una burbuja invisible que lo cubría desapareció también. Pronto saltó hacía los dos chicos…
-Bien Hinata, así es… Sí que has cambiad…
Una ráfaga envió lejos a Kiba dejando a Hinata y a Akamaru sorprendidos. -¡Kiba!- gritó la ojiperlada y el perro ladró. Kiba no tardó en incorporarse y limpiarse la sangre… -¡Maldición esto me pasa por… bajar la guardia!... ¡Hinata!... ¡Cuidado!...- Velozmente se incorporó para rescatar a su amiga…
Hinata giró y el akahaki estaba frente a ella con aquella terrible máscara observándola. El hombre le sopló un polvo extraño sobre los ojos y después la golpeó estrellándola contra Kiba. Akamaru se le lanzó con los colmillos afilados y lo sujetó del brazo de una fuerte mordida. El akahaki no pareció inmutarse, hasta que el canino fortaleció más la mordisqueada y fue allí que comenzó a agitar el brazo atrapado.
Kiba ayudó a incorporar a Hinata y juntos corrieron veloces hacia el enemigo. El enmascarado colocó su espada en su lugar rápidamente y con la mano desocupada agarró al perro, invocó unas extrañas palabras y le dio unos choques eléctricos al animal y a su hocico para que lo soltara. El animal por el dolor no pudo resistir más y una vez liberado el extraño hombre, toma su espada y con el mango lo golpeó mandándolo hacía una pared y dejándolo muy lesionado.
-¡No! ¡Akamaru!... ¡Me las pagarás!- rugió embravecido Inuzuka y con el puño cerrado se dirigió al akahaki. Hinata lo acompañó y uso su byakuguen para localizar sus puntos clave de chakra.
Ambos peleaban contra el feroz renegado. Hinata localizó sus puntos de chakra, y trató de atacarlos. Pero el individuo era muy veloz y parecía leer con más claridad sus movimientos. El hombre hizo brillar sus ojos detrás de la máscara agarró una mano de Hinata y le dio una descarga eléctrica. Nuevamente la mandó lejos y la estrelló contra una casa. Kiba se enfurecía más y uso su técnica especial de mimetismo animal para atacar con la fuerza de una bestia. Estuvieron peleando con ninjustsu y taijutsu. Eran veloces y se lastimaban mutuamente, pero el contrincante de Inuzuka tenía más experiencia. Entonces arrojó una descarga eléctrica al joven bestia y después lanzó otro feroz rayo contra unos locales vacios haciendo que explotaran…
Hinata se fue incorporando con el byakuguen encendido, hasta que comenzó a percibir que los puntos que veía de chakra se veían borrosos y poco a poco indefinibles. El terror comenzó a despertar en sus venas y un grito de desesperación se fue formando en su garganta…
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Shino y su grupo, Hanabi, Doi y Chikao, estaban patrullando el círculo tres, cuando vieron una explosión y se acercaron veloces al lugar. Al llegar vieron frente a ellos a una miembro de akahaki, con su fino kimono de combate y su máscara blanca con las pinturas de unas flores en el lado izquierdo. A los chicos les pareció hermosa y tétrica. Hanabi se armó de valor y sacó sus shurinkens para la acción. Doi y Chikao hicieron lo mismo, cada uno preparando sus armas preferidas y cargando su chakra.
-Mmm… Me gusta su disposición… -dijo la mujer al mismo tiempo que sacaba su espada larga.
Hanabi encendió el byakuguen, estaba ansiosa por probarlo con mayor seriedad, y vio que la mujer sonreía. La más joven de los Hyuga se sorprendió al ver que sus puntos de chakra contaban con otra red de energía, verde y finísima, y no parecía ser humana. Le dio escalofrío, nunca había visto algo así… Otras explosiones se escucharon en el segundo y cuarto círculo. Hanabi tuvo un mal presentimiento al suponer que la explosión provenía de dónde se encontraba su hermana mayor y la otra explosión se desarrollaba cerca de la mansión Hyuga. Chikao estaba nervioso, pero firme y no tenía miedo; mas le pareció extraño que más ninjas no se acercaran a ayudarlos. Doi temblaba, pero no quería parecer un cobarde frente a su sensei y sus amigos, sobre todo frente a Hanabi.
Más explosiones comenzaron a darse en los primeros cuatro círculos. Las voces de los ninjas ya comenzaban a despertar. Algunos de ellos sentían que se acercaban. La gente que habitaba cerca, fueron poco a poco desalojando sus hogares con la ayuda de los chunnin y los gennin.
-Hanabi… -dijo de pronto Shino. –Ve con los chicos a proteger a las personas… Guíenlos hasta donde están las guaridas… -Estas eran secretas.
-Pero sensei… -exclamó Chikao.
-He dicho que se fueran… Yo me encargó de ella. Pronto vendrán más refuerzos… Su poder es muy avanzado para ustedes… ¡Rápido, muévanse! -la voz de Shino se levantó, algo que no habían presenciado antes. Hanabi fue la primera en obedecer y los dos chicos los siguieron. Doi dio un último vistazo hacia su sensei y se fue.
-Creo que estimas a tus alumnos. Me parece tierno el que no desees arriesgarlos. Tú sabes que nadie vendrá… -la voz de la desconocida parecía sincera y sin pretensiones.
-Dejemos la charla y empecemos -dijo secamente Shino y se preparó.
La mujer no dijo más, tomó postura de ataque y con la espada desapareció. Shino se consternó y trató de mantener la calma. Sus insectos trataron de ubicarla y fue que supo que le llegaría por la derecha. Shino trató de detener el filo de la espada, pero unas verdes raíces salieron de la tierra y lo sujetaron de un brazo y de una pierna con fuerza…
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Desde la roca de los Hokaghes se contemplaron las diversas explosiones que se extendían en los círculos. Yamato- Tenzo estaba preocupado. Se comunicó con sus otras entidades para saber que ocurría en cada uno de los puntos en donde estaban. Uno de ellos le dijo que combatían contra las extrañas criaturas que salían de las llamas. Eran leones de fuego, un escuadrón apenas podía con uno. Otros lugares parecieron explotar, pero no había nada. Esto no lo entendía. En cuanto a los leones de fuego, otros de viento y tierra, parecían ser parte de una técnica parecida a la de Hise. Tal vez se trataba de aquel niño que atacase la aldea por primera vez. Sus criaturas se movían a gran velocidad y se dirigían al edificio principal.
Naruto y Yukamo estaban muy concentrados en su energía, tenían una expresión de rabia y dolor. Aquel proceso era muy agotador. En cambio Hise, estaba tranquilo, con el mismo y severo gesto de siempre.
Sai apareció en un remolino de tinta oscura cerca de Yamato. –Esas criaturas son muy fuertes, apenas si hemos podido con dos… -dice el chico.
-¿Y los akahaki? -preguntó Tenzo.
-No lo sé… También hay desaparecidos de los escuadrones anbu y de los grupos de jounnin. He intentado comunicarme con ellos, pero no ha resultado. Sasuke también está extraviado. Tampoco en la oficina de la Hokaghe responden… -contestó Sai.
Yamato abrió los ojos asustado. Miró rápido a Hise y a los dos jóvenes. –Entonces… tenía razón… -dijo. –Sai… ve de inmediato a la oficina de Tsunade… A su oficina… Ahora ella debe estar en peligro… -Yamato nunca antes había estado asustado. Sai con calma, pero con la mirada preocupada, asintió y desapareció en su remolino de tinta.
El anbu apretó los puños, se sentía impotente. Tenía que esperar a que Naruto y Yukamo terminaran con la prueba y él tenía que cuidarlos durante todo el desarrollo.
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Sakura temblaba de frío. Llevaba sólo unos jeans ajustados, una blusa pegada sin mangas color roja y unas sandalias. Ropa cómoda que no tenía nada que ver con el momento. Ten ten le tendió una taza de café, ya que era lo único que podía servirse estando la cafetera encendida. Lee estaba impaciente. –Algo no anda bien… La Hokaghe ha tardado mucho… -rugió el cejudo. – Iré a buscarla…
-No… no podemos dejar a Sakura sola.
-No se preocupen por mí… Estando adentro no creo que pueda pasarme algo. Además es el lugar más resguardado de la aldea… -dijo Sakura serena.
-Bien, quédate Ten ten. Yo iré a ver qué pasa… -dice Lee.
-¡No!... -grita Sakura. –Tengo un mal presentimiento… Vayamos mejor los tres…
Lee y Ten ten tuvieron que acceder al ver la cara de pocos amigos que hacía.
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Neji cayó al suelo y lo ensució con la sangre que caía de su boca. Estaba furioso y se la limpió con desprecio. No creyó volver enfrentar a ese sujeto tan pronto. Sin tomar en cuenta sus heridas se levantó. Aquel odioso individuo estaba frente a él, riendo escandalosamente tras esa máscara tétrica, una mitad reflejando dolor y la otra un diabólico júbilo.
-Jajajajajaja… Creo que deberías ir a revisarte los ojos. ¿Hace cuánto que no vas al oculista, ceguetas? -decía mientras se acercaba al poderoso Hyuga.
-¡Quítate! -rugió el ojiperlado.
-NNNNNo… Hokaghe-sama está muy ocupada atendiendo unos asuntos muy personales con uno de nuestros herederos y tengo órdenes de que nadie interrumpa su… amena plática… jejeje… -dijo el hombre con su risueña voz.
-¡Baka! -rugió Neji y se abalanzó contra Fou. Ambos comenzaron a pelear. Hyuga no podía usar su Byakuguen. Al usar su técnica por más tiempo e insistir, la infección se había recorrido. Ahora ya no podía ver bien con normalidad. Trataba de sentir el chakra de su oponente para herirlo, pero éste lo confundía y por ello era golpeado sin poder defenderse.
Neji resistía cada golpe con fiereza, hasta que Fou se desvaneció… apareció por detrás y como si con su mano le hubiese perforado la espalda para sujetarle la columna lo jaló hacía él y después lo arrojó ferozmente contra la pared emitiendo una descarga de energía. Neji se sentía cada vez más débil y el ataque que le provocó le impedía ponerse en pie…
-Mmm… No eres tan genial como decían los chismes... ¡Qué pena! Sin tu famoso byakuguen no eres gran cosa… Y yo que esperaba divertirme más contigo. Tal vez tus primas me entretengan más… -lo último hizo enfurecer a Neji y Fou se acercaba letamente, hasta que llegó justo en frente de su cara. Fou bajó la cabeza y lo miró a los ojos. -¡Guau! Sí que tienes los ojos muy hinchados… Te recomendaría unas gotas de sapo que me recomendó mi tía Kowaru. Son excelentes para la irritación, pero no debes aplicarlas más de lo debido porque los ojos se te pueden soplar como de sapo… Jajajaja… -Se alejó unos pasos de su vencido. Neji preparaba un kunai que estaba ocultó en su camisa mientras el otro bromeaba.
-En fin… Como veo que ya no te prestas a jugar, entonces creo que tendré que despedirte… -Fuo sacaba algo entre sus ropas… -Como dicen ustedes los Hyuga…mmm… es el destino…Nadie puede salir de su casilla efímera, todos estamos determinados por lo que somos y juzgados por lo que no podemos cambiar… Tú, Hyuga, jamás podrás derrotarme porque estoy arriba de tu estatus, no eres más que un insecto. No importa cuánto entrenes, seguirás siendo un peón de mi raza… Jajaja… -Fou sacaba un instrumento oscuro, tal vez un arma. Neji se preparó para defenderse con el kunai y fue cuando el cuerpo de Fou fue partido en dos por el filo de una espada.
Sasuke había llegado a tiempo. El cuerpo de Fou se transformó en pedazos de confeti y flores que expedían un humo anaranjado. Sasuke y Neji miraron por la ventana. En ella estaba recargado el bufón de akahaki, sonriendo y posando como para una fotografía…
-¡Ya tengo que irme! ¡Fue un placer hacerles compañía mis estimados shinobis! ¡Gracias por la fiesta! ¡Me divertí de lo lindo! ¡Invítenme otra vez! ¡No lloren! ¡No sufran! Pero la noche es joven y una bella kunoichi me está esperando… ¡Sayonara! Jajajaja… -saltó por la ventana, no sin antes esparcirles besos empalagosamente.
Neji sentía que la ira le recorría las venas y cuando vio en el suelo una varilla oscura, supo que era aquel objeto con lo que pretendía atacarlo. Sasuke lo tomó, lo examinó y le quitó la tapa… -Un marcador… Pensaba pintarte la cara. Claro, primero, iba a noquearte. Suele hacer eso cuando vence a alguien.- Le explicó el pelinegro para tranquilizarlo, mas pareció todo lo contrario. Neji estaba furioso, no sólo le había machacado el cuerpo, también el orgullo…
-¡Maldito bufón! -rugió el ojiperlado y trató de incorporarse. Sasuke lo ayudó a sentarse y a recargarse en la pared. Sabía algo de primeros auxilios y le acomodó los huesos dislocados. Neji evitó gritar. –Pareces conocerlo… ¿Por qué? -dijo desconfiando de su compañía.
-Cuando andas por senderos extraños y oscuros, te encuentras todo tipo de cosas… Como a “Ese”… Trabajó para Akatsuki, era un doble agente. - terminó de explicar Sasuke.
Neji se sorprendió e iba a preguntar más, pero recordó… -Hokaghe… Hokaghe-sama… Está en peligro… No me dejaba ir con ella… Tienes que ir… Tal vez ya es tarde… -la voz de Neji sonaba desesperada.
-¡Neji! -una voz gritó…
Ten ten había visto a Sasuke y a Neji ensangrentado y casi acostado. Un aterrador escalofrío le recorrió el cuerpo y una enorme desesperación la obligó a ir a su encuentro. Ten ten se abalanzó sobre él en un piadoso abrazo. La joven contenía las lágrimas de angustia para saber qué es lo que había ocurrido. –Neji… ¿Quién te hizo esto? -decía con la voz quebrada y acariciándole el rostro. Hyuga al sentir su tacto pareció tranquilizarse.
Sakura había llegado. Estaba corriendo atrás de Ten ten y casi no podía alcanzarla. Al parecer no había notado la presencia de Uchiha y éste tampoco hasta que la vio junto a él. Sasuke se le quedó mirando fijamente por el rabillo del ojo…
-Ten ten… ¿Dónde está Lee? -Neji notó que era el único quien faltaba.
-Hubo… hubo… problemas… Lee tenía un mal presentimiento y decidimos llevar a Sakura con la Hokaghe. Después vimos que recorríamos el mismo pasillo una y otra vez. Hasta que Lee rompió la ilusión con un golpe y escapamos. Vimos a Gai y a Kakashi pelear con uno de akahaki, al parecer iban en busca de alguien… Lee me pidió que me llevara a Sakura con la Hokaghe mientras él y Gai lo enfrentaban… Kakashi fue en busca de aquel espía… -Ten ten estaba un poco alterada. Había presenciado una técnica escalofriante de aquellos siniestros enemigos y al ver así a Hyuga, pensó en lo peor.
Durante el relato de Ten ten, Sasuke estudiaba la temerosa actitud de Sakura y una vez que hubo terminado…
-¿¡Qué demonios te pasa!? -gritó asustada la compañera de Neji al ver como Sasuke había golpeado ferozmente a Sakura, hasta enviarla al otro extremo del pasillo.
Sasuke sacó la espada. -¿¡Dónde está Sakura!? ¡Responde! -rugió encendiendo el sharingan e ignorando la infección.
Sakura comenzó a levantarse poco a poco, riendo de forma escalofriante. Parecía una marioneta y tras el golpe, un pedazo de su cara se había quebrado. Tenía un ojo caído y cuando comenzó a hablar su voz era muy aguda. –jejeje… Tu amado flor de cerezo está con nosotros… Ahora ya es nuestra… -La marioneta agachó la cabeza y una musiquita de caja cadenciosa sonó hasta terminar con un “tic”.
Sasuke cargó rápido a Neji y jaló a Ten ten. La marioneta había explotado y quemó las paredes en un torrente de fuego. Acabando a su vez con la ilusión que los había atrapado.
Cuando pasó el ataque, la escandalosa risa de Fou se escuchó en todo el corredor. Los tres ninjas estaban acostados y protegiéndose. Sasuke, al no sentir peligro, fue el primero en levantar la cabeza y al momento cayó frente a él la cabeza rosa del títere. La risa de Fou se hizo más estrepitosa y dijo… -¡Buuuu! Caíste… jajajaja… -Uchiha se enfureció…
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Tsunade ya sabía que estaba atrapada en su oficina y no había nadie quien pudiese ayudarla, el ninjutsu de sombra era muy poderoso y si usaban chakra para contrarrestarlo, se haría más potente. Era una sombra que funcionaba como una prisión onírica, el tiempo y el espacio corría de forma diferente al exterior. No tenía otra opción que esperar a que el encargado de aquel jutsu terminara con su función para liberarla. Si hubiesen deseado matarla, ya lo hubieran hecho; pero existía un propósito y para vencer al que se encargaba de la ilusión tenía que encararlo. Estaba molesta consigo misma por haber subestimado sus habilidades.
Tsunade miraba por la ventana a toda Konoha. Pudo ver los estallidos y como la noche se iba transformando en una espantosa odisea.
-Perdón por la tardanza…Tsunade… -dijo una ligera voz atrás de ella.
La Hokaghe reflejó en su bello rostro un brillo de decepción y después sonrío desafiante para verle la cara a su tan esperada anfitriona.
-No te preocupes… Sakura… Ya suponía yo que llegarías… tarde o temprano. -dijo Tsunade frente a las sombras.
Sakura dio la cara a la luz de la luna llena. Su rostro era mortalmente iluminado por la radiante luz esmeralda de sus ojos y su roja boca guardaba el siniestro objetivo de su presencia. Llevaba sus pantalones de mezclilla ajustado, estos habían sido rasgados en un cortisímo short, y llevaba una blusa roja y pegada, sin mangas y de tirantes. La cinta de konoha le cubría la quemadura de la frente. Traía su equipo ninja y se acomodó los guantes lentamente, como signo de estar preparada para el combate. Lo desconcertante para su maestra era que llevaba en su cinturón una espada corta con el símbolo de akahaki y unas estilizadas marcas negras rodeaban su cuerpo como serpientes hasta llegar a su rostro y tocar las líneas de sus brillantes ojos.
-Aun hay cosas que debe explicarme antes… ¿Usted sabía de esto? -preguntó fríamente Sakura.
Tsunade la miraba con una sonrisa desafiante. Sus ojos, sin embargo, escondían detrás de su feroz brillo miel, congoja y desesperanza. Cerró los ojos por un momento y al reconocer al nuevo ser que tenía ante ella, suspiró quietamente y los abrió con determinación y sin piedad. –Sí -respondió secamente.
Sakura terminó de ajustarse los guantes de combate; sacó la espada corta con el símbolo de akahaki y tomó una mortal postura. –Empiece… Y será más rápido todo. -la voz de Sakura era fría, un suspiro de muerte alentaba la confesión.
Tsunade sonrío ampliamente y sacó entre sus ropas un ninjato afilado, cuya piedra, de un esmeralda tan brillante como los ojos de Sakura, encendía una energía cálida y a su vez mortal. – De acuerdo. No me queda de otra. Pero te aseguro que será lo último que llegues a escuchar de mis labios. -mostró la daga y se puso a la defensiva.
-Eso… Tenlo por seguro. – afirmó la ojijade.
Tsunade rió y Sakura se abalanzó contra ella…
Capítulo 21
En la colina más alta de la tierra oculta entre las hojas, miraban tres hombres y una mujer la aldea ninja. Todos portaban sus respectivos uniformes, sus máscaras y sus relucientes espadas. Pero uno de ellos miraba con más atención las flamas que comenzaban a rodear las calles de Konoha.
El viento sopló con fuerza, derrumbando árboles y estremeciendo la noche. El kyubi apareció, una vez, ahuyentando las ilusiones y liberando a los ninjas de ellos cuando derrotaba algunas de las critauras criaturas de fuego. El zorro recorría las calles donde podrían encontrarse los enemigos. La figura más joven entre ellos se enfrentó a él y luchó. Era el niño del grupo, pero uno de los más poderosos combatientes. Una de las entidades de Kiota vio como aquel jovencillo peleaban con el kyubi y al ser casi derrotado, emanó una red de energía que hizo retroceder al Kyubi y poder escapar. El zorro hizo una segunda aparición, pero los enemigos al retroceder un paso, avanzaban dos. Kiota descubrió que aquel era una ilusión y que los entes ya se habían dado cuenta. Entre los hombres de la colina, uno de ellos hizo brillar sus ojos, que se ocultaban detrás de la máscara; eran dorados con destellos rojos, y brillaban feroces y a su vez compasivos. -Ya es hora- susurró débilmente y sus tres compañeros lo rodearon. Realizaron unos sellos de invocación y repitieron una extraña oración que comenzaba a elevarse por los cielos. El hombre cayó inconciente sobre el frío pasto y su cuerpo inició un temblor escalofriante y leve. Una energía nívea salía de sus ojos, boca y oídos al momento que las voces se elevaban.
La extraña aura nívea comenzó a tomar una forma sólida. Una criatura apareció reviviendo una luz rojiza en sus ojos. Era un lobo con flamante pelaje blanco como la nieve y luz mortecina. La criatura rugió y después aulló; haciendo temblar la aldea oculta entre las hojas.
Todos escucharon aquel feroz sonido. Los habitantes de la aldea se estremecieron, las criaturas desaparecieron dejando a los shinobis desconcertados y más temerosos. Las ilusiones se desvanecieron, liberando a todos sus prisioneros.
Una vez que se escuchó aquel escalofriante llamado, los akahaki escaparon dejando a sus enemigos debilitados y ansiosos.
El kyubi desapareció en una nube de fuego…
Hinata tenía en sus brazos a Kiba, quien padecía heridas profundas. Ella tan sólo pudo ver como el misterioso hombre se desvaneció en un remolino de viento y los abandonó. Los ojos de la joven Hyuga le ardían, pero más le lastimaba ver a sus compañeros así. La hermana de Kiba y su madre, quienes habían enfrentado con sus caninos a las extrañas críaturas, se confundieron totalmente al ver como se desvanecían; entonces sus perros corrieron y los siguieron hasta llegar con Kiba, Akamaru y Hinata.
Shino también se encontraba mal herido. La akahaki tenía el don de controlar a las plantas y estas le habían rasgado y torturado con sus espinas. Sin embargo, con sus insectos pudo liberarse, atacar y protegerse para arremeter contra la mujer quien también resultó herida. Al escuchar el llamado, tuvo que retirarse sin batallar más. –Adiós. La pasé muy bien esta noche- le alcanzó a decir la mujer con tono jovial y le lanzó un beso. Shino se sonrojó.
Temari e Ino, quienes se enfrentaban a unos leones de fuego y se sentían agotadas, vieron con terror como estos se evaporaban en el aire y desparecían. Shikamaru y Chouji junto a Shikaku Nara se enfrentaban a lo que parecían unos perros de aire y de igual forma se desvanecieron. En lo alto de un edificio vieron a un niño que tocaba con una flauta. Este no llevaba máscara, pero sus largos y rizados cabellos le escondían el redondeado rostro, llevaba sedas azules y sus ojos brillaban del mismo tono celeste. La música era melancólica y una vez que las criaturas se fueron perdiendo, el pequeño huyo saltando. Shikamaru decidió ir tras él, pero su padre lo detiene. -¡Suéltame!- rugió el joven Nara. –Debemos permanecer aquí. Algo se avecina… -Chouji vio como una sombra ocultaba a la luna.
Ebisu, Konohamaru, Moegi y Udon habían enfrentado a un grotesco miembro de sus enemigos, el cual les lanzó al principio asquerosas bombas que apestaban y dejaron por un principio inconsciente a Udon. Después la situación cambio drásticamente y sus ataques fueron más fuertes y seriamente peligrosos. Las bombas que arrojaban eran venenosas y los jutsu de invocación eran de ratas gigantes que atacaban sin control. Konohamaru salió herido por la mordida de una, su saliva contenía ácido por lo que Ebisu al final tuvo que hacerle frente mientras Moegi trataba de ayudar a su compañero. Mas, todo acabó con el gigantesco aullido y se desvaneció en una apestosa nube de humo.
Hanabi y su grupo se enfrentaron a unas cuantas criaturas del misterioso chico. La joven Hyuga fue la única en alcanzar a pelear cuerpo acuerpo con el joven de la flauta; pero fue vencida con facilidad y arrojada al suelo con una extraordinaria fuerza, dejándola inconsciente. Sus compañeros alcanzaron a amortiguar su caída y fue durante ese lapso que el joven escapó en una sutil ventisca azul.
Gai y Lee peleaban y el mayor de ellos se sorprendió al comprobar que jamás lo había visto antes. Su máscara era más escalofriante que la de los otros akahakis y a diferencia de ellas, lo que cubría la cabeza era un sombrero de paja. El hombre mandaba torbellinos de fuego, que emanaban de su espada, que Lee esquivaba y enfrentaba con su poderoso taijutsu; pero tardaron en descubrir que cada vez que usaban de sus fuerzas se debilitaban con escalofriante rapidez. Gai resistía con esfuerzo y cuando creyeron, alumno y discípulo que serían acabados, por aquel escalofriante y diabólico oponente, se escuchó un aullido y sin decir nada el oponente salió por la ventana. Los dos ninjas no pudieron entender que había ocurrido y miraron consternados y aliviados aquel llamado.
Yamato veía de lejos como una sombra se acercaba. Se estremecía de terror al sentir el congelante chakra de esa criatura. –¡¡¡Es… es… un demonio…!!! -decía perplejo el anbu.
-No -aclaró Hise. –Es un serees. Algo distinto a los demonios. Pero con la misma fuerza y poder. A diferencia de los bijuis, ellos obedecen fielmente a su portador. -Chikaichi invocó un sello y su chakra se esparció.
Naruto y Yukamo aumentaron su chakra y la expresión de su rostro se mostró bestial. Yamato los observó con temor al sentir sus auras.
La energía de ambos se transformó en una fuente única y el Kyubi hizo aparición…
Yukamo cayó rendida y Yamato la sostuvo antes de que se hiciera daño con el desmayo.
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Kakashi después de enfrentar a unas criaturas que su presa había invocado, pudo vencerlas y llegar hasta donde sentía la presencia de Eriki, la azotea.
Kakashi llegó sigilosamente a donde estaba la desconocida mujer. Eriki había desaparecido y se encontraba dándole la espalda un miembro más de los Siete terroristas. Ésta miraba tranquilamente la ciudad, el viento soplaba y meneaba su largo y castaño cabello. La mujer tenía una mano en la cintura, cerca de donde estaban las espadas, las sedas que portaba eran púrpuras y la máscara blanca tenía marcado con líneas brillantes y escarlatas el rostro de una mujer serenamente triste y con lágrimas rojas cayendo de los delineados ojos hasta sus mejillas.
Kakashi iba a atacar por la espalda…
-Llegas tarde Kakashi. Ya todo va acabar. Yo que tú mejor iría a auxiliar a mis camaradas. Después de todo, la aldea es un gran equipo y a los amigos no se les abandona. Si no, serías peor que escoria –dijo la mujer con una voz distinta a la de la jovial Eriki. Kakashi sintió un temblor ante esas palabras; mas se concentró en su oponente y llegó a ella, tomándola del cuello y amenazándola con un kunai.
-Como dices, ya es tarde, pero para ti. Ahora me rebelarás que pretenden ustedes con Sakura… -el sharingan del ninja se activó.
Rin sonrió –No deberías usarlo. Activarlo provoca más a que se extienda la infección. Obito no hubiese querido que perdieras la vista por algo tan diáfano. Déjalo como está.- Kakashi se sorprendió y la sujetó más. –Eres como Inao… Tuviste acceso a mí y ahora sabes más de la cuenta… Pronto remediaré ese error… -ajustó el kunai para cortar su cuello si no accedía a su petición.
Rin suspiró. –Vaya. Creo que después de todo no has cambiado mucho. Sigues sin aguantar una broma… Sólo fue un beso, nada de que alterarse… Bueno ese era el fin, al principio… pero al sentirte tan confiado no pude evitar hacer lo segundo con la aguja, ya sabes, el trabajo del ninja es no desaprovechar ninguna oportunidad. Pero nos descubrieron… Me dará risa cada vez que lo recuerde… Nunca creí verte alguna vez tan… “distraído”… jejeje…- La mujer rió con suavidad, como si nada más ocurriera en el mundo.
Kakashi sentía una perturbadora sensación. ¿Qué le pasaba a esa mujer? ¿Acaso no podía entender que podría morir en ese momento? Aquella le hablaba de un tono tan familiar que, no sólo lo consternaba, también lo estremecía. No pudo evitar sentir cierta tristeza y carencia en su pecho al escucharla. Una emoción incomprensible lo unía a ella y no concebía la causa. En parte, era como si hubiese estado esperando a que ocurriera algo de pronto y, ahora, no supiera cómo reaccionar. Sus palabras eran un lenguaje muy conocido, un viejo y olvidado sueño…
-Kakashi… ¿Recuerdas la misión del viaje en el río?... Aquella vez casi ocurría lo que pasó en el pasillo…
Kakashi abrió los ojos asombrado y las sedas se deslizaron sobre sus manos. Rin se desvaneció y de un saltó llegó atrás de él, a cierta distancia; pronto desenvainó la espada corta y esperó a que su oponente se girara hacia ella. Rin estaba ahora sólo con el ajustado y oscuro traje que llevaba abajo. Como si sutilmente estuviera desnuda, mostrando su ligera y suave condición.
El ninja copia estaba asombrado y no pudo evitar el temblor en sus manos al sentir únicamente la seda entre ellas. Kakashi se recuperó y giró a mirarla. Rin aún sotenía la máscara, pero detrás de sus ojos brillaba ahogo y a su vez alegría. –No puede ser- dijo el peligris para sí.
Rin asintió y apuntó su espada hacía el shinobi. –Te das cuenta, con el tiempo, que hay cosas que pueden llegar a ser posibles. Como regresar a los muertos al mundo de los vivos.- la guerrera corrió hacía él y lo atacó. Kakashi esquivó su filosa envestida y saltó. Rin lo siguió y el kunai de él chocó contra su espada. Ambos se separaron y comenzaron a luchar para herir sus espaldas y vencer al fin. Fue larga, no parecía tener fin. Kakashi notó técnicas desconcidas y renovadoras. Más no pudo copiarlas por su infección en el sharingan. El ojo cada vez le dolía más. Y veía cada vez más borroso cuando trataba de usarlo.
Kakashi se colocó la venda en su sharingan y atacó a Rin con sus jutsus más efectivos. Pero ella los esquivaba, en una que otra vez salió herida igual que él, mas volvía a continuar. Rin no tenía mucho tiempo, así que decidió sacar sus agujas y lanzarlas en cada ataque a Kakashi…
El aullido de un lobo se esparció por toda la aldea. Rin dejó de pelear y para ello uso uno de sus jutsu de sombra, distrayéndolo de un ataque con el fin de anclarle otro en el hombro y paralizar sus músculos. Kakashi cayó dando un grito de dolor. Debido a la técnica había sido detenido y no podía moverse. Recordaba que Rin era médica y sus trucos clínicos habían sido combinados con sus jutsus de combate. Kakashi gritó porque aún tenía energías para combatirla y vencerla.
-Lo siento Kakashi… El tiempo es oro. No te aseguró una próxima vez…- Rin se quitó la máscara y reveló su verdadero rostro. Era jovial, ligeramente tostado y bello. Sus ojos castaños seguían siendo grandes y expresivos, y su boca roja y delineada, aún tenía las marcas violetas en sus mejillas, sólo que ahora eran dos. Se acercó a Kakashi y le quitó la venda del ojo, de su mano emanó un chakra verde y lo colocó sobre éste. Al finalizar, Rin sonrío con serenidad y resignación. -Adiós…- dijo y se desvaneció entre las sombras.
Kakashi rugió, se movió dando un grito de dolor y se quitó las agujas que lo paralizaban…
-¡Riiiiiiiiiiiiiiiiiiin!
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Sasuke corría a gran velocidad por los pasillos, sentía un chakra poderoso en la oficina de Tsunade. Pronto al sentir la perturbación espiritual del lugar entendió que estaba en combate. -¿De quién es el otro chakra? -se decía al no reconocerlo.
Tsunade estaba en el suelo, las marcas de su poder estaban encendidas en su rostro y después se desvanecieron cuando se limpió la línea de sangre que corría por sus labios. Sakura estaba lastimada, pero su condición daba para más.
La joven discípula le había quitado a su maestra la combinación de sellos para liberar a Eichiro. Permanecieron en silencio, mirándose amenazantes. Las marcas oscuras comenzaron a retirase y regresar al sello que estaba detrás de su cadera.
La pelirrosa suspiró con tristeza y sonrío. –Entonces… Que así sea. -movió su espada corta…
La puerta fue derrumbada con un jutsu de Sasuke Uchiha. Sintió alivio al ver a Tsunade levantándose y mostrar fuerzas todavía. Luego se sorprendió al ver a Sakura frente a él.
La joven giró lentamente su rostro hacía él y le mostró el fulgor esmeralda de sus ojos. Eran turbios y reflejaban ira, su centelleo era un fuego desconocido. Sasuke reconocía a su compañera de equipo, pero no al contrincante que se mostraba ante él, fría y oscura. Su mirada era distinta y Sasuke ya había sido testigo de ese tipo de cambios. Sereno sacó la espada y encendió su sharingan para enfrentarla. –No dejaré que escapes, Sakura… -dijo Uchiha.
Sakura sólo lo miró sin decir ninguna palabra y sin expresar nada en su bello rostro, invocó una suave ventisca rosa y despareció entre pétalos de flor de cerezo. Lo último que percibió Sasuke fue su aroma. Quedó perplejo, aquello no lo había sentido antes…
Reaccionó y se dirigió a la Hokaghe. Esta se encontraba… -Estoy bien Uchiha… Gracias… Debemos detenerla, sabe cuáles son los sellos que lo sujetan, no debe llegar hasta Eichiro… Si no será un peligro, no sólo para Konoha, también para nuestros aliados… - Tsunade suspiró preocupada cuando el joven la ayudó a erguirse mejor.
-Iré a detenerla… -dijo secamente Sasuke.
En eso llegan Shizue y Ten ten con Neji apoyándose en sus hombros. La primera corrío veloz hacia su jefa, estaba preocupada y trataba de dar explicaciones, Tsunade trataba de tranquilizarla con –Sí, sí, sí ya te escuché… Yo también caí en la trampa de sombra… Sí. -Su ayudante le explicó que había sido noqueada por Eriki al descubrir que en el edificio esparció un jutsu de sombra.
-Lo sé. Era una espía y un agente. Por ella es que se facilitaron las cosas. -dice Tsunade.
-¿Qué haremos ahora? -pidió Ten ten.
Tsunade miró por la ventana y observó como una sombra se acercaba desde lo lejos. Adoptó una fría postura. –Vayan por Haruno Sakura, esta vez no habrá consideraciones… Elimínenla…
Ten ten, Shizune, Neji y Sasuke abrieron los ojos afectados. –Es una orden -reafirmó con relente decisión.
Uchiha se giró –Iré tras ella… -dijo y se desvaneció.
Godaima ordenó a Ten ten que llevara a Neji a la enfermería del edificio. Esta asintió y se fueron. Una vez solas Shizue y Tsunade… -¿E… e… está segura de lo que pide? -preguntó su asistente con miedo.
-Sakura ha dejado de ser aquella sonriente joven que todos conocemos. Ahora es un peligro para todo el país del fuego y sus aliados… Si queremos impedir una cuarta guerra ninja perdida, debemos acabar con esto…
-Pero Tsunade-sama… ¿Matarla?
Tsunade mostró en su rostro tristeza y ahogo. –Sí. No existe otra opción. Sakura Haruno, por el bien de todos, tendrá que dejar que existir.
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Sabía que era lo que ocurría en ese momento y por ello esperaba ansioso. Sus heridas ya estaban curadas gracias a aquel poder que todos ambicionaban; la bacteria que guardaba llevaba años con él y ya podía controlarla a su regalado antojo, eso se lo debía a sus leales enemigos de la aldea del río escondido.
Sakura no tardaría en llegar para salvarlo y una vez hecho, su rito de iniciación estaría terminado.
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Diversos ninjas salieron volando por el golpe de Sakura. Usó su técnica de fuerza potencial, concentrando su chakra y con el puño partiendo los lustrosos pisos del cuartel por la mitad. Los shinobis trataban de detenerla para que no llegara hasta Eichiro, por los comunicadores se habían enterado que Sakura Haruno estaba por llegar, y aguardaban su presencia con sus mejores ataques. Todos conocían que no era una chica de cuidado, pero al ver como de un solo golpe y sin esfuerzos derrotaba a una decena de ninjas, quedaban perplejos. Su fuerza superaba a la de un sannin.
Uno de los clones de Yamato que estaba resguardando la prisión de Inao estaba asombrado y le comunicaba a su original todo lo que estaba ocurriendo. Sakura sacó su espada y corrió veloz para dejar inconscientes a sus oponentes. Sólo de esa técnica y de su espada se valía para dejar a más de cuatro escuadrones inconscientes. Entre los vencidos estuvo uno de los dobles de Kiota, quien no podía creer en lo que había visto, un fuerte dolor de cabeza se apoderó de él tras el ataque de su otro “yo”.
Anko y Morino eran los últimos quienes custodiaban la entrada de Eichiro Inao. Al estar Sakura frente a ellos, Anko sonrío confiada y fue directo hacía ella para soltarle un fuerte golpe. La pelirrosa no se esforzó en esquivar sus ataques y no reaccionaba a ninguno de sus “sofisticados” comentarios. Anko ya no sabía si desesperarse por su silencio congelante o porque no parecía que sus golpes le afectaran. Al decidir usar su técnica prohibida para detenerla Sakura hizo brillar sus ojos y le atestó un fuerte golpe en el vientre, mandando a Anko lejos de ella e indeliberada.
Morino no demostró temor y la enfrentó con valentía y gastando sus mejores trucos. Duró un poco más que la embravecida Anko, más la joven atacó uno de sus nervios y lo aturdió, haciendo que tuviese un leve ataque y luego quedara sin voluntad. Por instinto había descubierto como combinar sus conocimientos médicos con los jutsus de combate.
Al no tener a más contrincantes, Sakura concentró una vez su chakra en su puño y derribó la puerta que aprisionaba a Eichiro Inao, provocando a su vez que cayera el muro y se esparciera una gran nube de escombro.
Inao, recuperado, pudo ver orgulloso como Sakura aparecía entre las nubes de cascajo, segura y sin ningún rasguño grave que delatara su duro trayecto.
-Al fin, Sakura. ¡Bienvenida a la familia! -dijo Inao con gran júbilo.
Sakura no expresó nada y sólo se limitó a mirarlo…
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La gente corría y gritaba al ver como el infierno regresaba a sus vidas después de la gran batalla con Akatsuki hace tres años. Todos eran enviados a las guaridas que esperaban en el interior del monte de los Hokaghes. Los equipos se preparaban para atacar al gigantesco lobo que rugía con sed de sangre. Destruía edificios y maldecía el viento con sus aullidos.
Los shinobis trataban de detenerlo, pero todo era inútil. Cuando la bestia los observaba con aquellos ojos llameantes, sacaba de su hocico un fuego helado que dejaba a sus oponentes inconscientes.
Tsunade, Shizune y acompañados de Kakashi subían al monte de los Hokaghes para ver si Naruto y Yukamo estaban listos. Habían invocado la imagen del zorro para intimidar a la criatura, pero no lo consiguieron, ahora Naruto era quien estaba a cargo de todo el trabajo.
Tsunade decidió ganar tiempo enfrentando a la criatura y salió en pos de ella. Kakashi la acompañó y Shizune se quedó con Yamato rogando que todo aquello terminara pronto.
Tsunade llegó hasta la bestia e invocó a la reina de las babosas para detener al lobo de hielo. De esa manera se enfrentó la Hokaghe contra aquella feroz criatura, valiéndose de sus más lustrosas y poderosas técnicas. El lobo era muy poderoso, pero los akahakis que controlaban hicieron mal en subestimar el poder de aquella nata líder. Tsunade daba con toda su fuerza y sus sellos mantenían ocupada a la bestia mientras se preparaba Naruto.
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Naruto al fin había despertado a la bestia, incluso a Hise le costaba trabajo controlarla. Llegó a un punto en que ya nada podía hacer y el Kyubi escapó de sus manos. El zorro de nueve colas se desató, engrandeció y se enfrentó al lobo de hielo. Tsunade tuvo que hacerse a un lado, de lo contrario ella peligraría.
La tarea cayó en manos de Naruto y el Kyubi atacó feroz al lobo de los siete terroristas. La lucha fue asombrosa y terrorífica para los espectadores. Los shinobis tan sólo miraban cómo éste arremetía feroz contra su enemigo. El lobo sacaba fuego helado por la boca y el zorro de nueve colas, escupía llamas ardientes. Ambos emprendía una lucha feroz e inquietante, nadie sabía cómo terminarían las cosas. El zorro sonrió feroz al igual que lo hacía Naruto y atestó una herida fatal contra el lobo.
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El hombre que estaba acostado en medio de los akahakis tembló, se desgarró su abdomen y escupió sangre por la máscara.
Ya todos los akahakis estaban allí presentes esperando a su líder, a Minako, a Fou y a su nuevo integrante. Rin preocupada le quitó la máscara a su compañero y le limpió la sangre. Era un hombre muy joven, casi de la misma edad que Sasuke y Naruto; sus cabellos eran blancos azulados y tenía una condición muy débil. El hombre se sacudía, ya que recibía los mismos ataques que el lobo.
-¡Deben darse prisa! ¡No resistirá! -se quejó Rin al tratar de contener la hemorragia.
-Resistiría si tan sólo no hubiera combatido en la batalla de ayer contra los del país de la tierra. Fue su error querer acompañarnos. -dijo el enmascarado más tétrico con perfil de coyote. Rin lo miró con reproche.
-Tal vez deberían ir dos personas a ayudarlos. Si hay problemas con el kyubi, es obvio que no podrán salir. –agrega Midori.
Bairei asintió… -Iré yo a esperarlos en su salida. Ustedes quédense aquí. -Rin iba a protestar pero el hombre se desvaneció muy rápido. Nadie dijo más.
-Sólo espero que esa chica sea a la que buscamos. –rugió el de la máscara más terrorífica con fastidio.
-Lo es… -dijo Rin con tono defensor. –Lo es… y lamentarás tus ideas…
Todos los integrantes guardaron silencio.
Capítulo 22
Minako guiaba aprisa el grupo por las salidas ocultas del edificio. Sakura y otro individuo a quien no conocía cargaban con Inao que, aunque ya se había recuperado, apenas sus energías se concentraban.
Andaban a prisa mientras el lobo de hielo cumplía su trabajo de distraerlos. Al abandonar el edificio, Minako trataba de ubicar las zonas más abandonadas para salir de allí. Los anbus y los jounnin que los buscaban habían caídos en las trampas de Fou para perseguir a sombras en vez de a los reales. Durante el trayecto, Sakura sintió como el extraño enmascarado le lanzaba miradas extrañas. Eso la incomodaba y lo ignoraba. Minako ya ubicaba las calles y se iban por ellas.
-Mmmm… Qué lindas piernas… -alcanzó a escuchar Sakura del compañero de Minako.
-¿Qué? -preguntó molesta.
-Nada… Dije… Qué lindas estrellas… jajajajaja -respondía Fou mirando al cielo.
(Sakura –Si como no… Si te atreves a dar un vistazo te daré una tunda que jamás olvidarás. (Inner – ¡Sí! ¡Dale una lección! ¡Cha! ¡Cha! ¡Cha!)… Te lo juro)
Cuando se acercaban anbus y jounnin por su camino, Fou o Minako creaban mantos invisibles para que no los vieran, de esa forma pasaban desapercibidos. Algunos ninjas llegaban a estorbarles el paso, entonces Fou aparecía y les escupía con una vara hueca unas agujas muy finas que contenían un líquido que los hacían dormir de inmediato. Otros se daban cuenta y Fou y Minako los vencían en un abrir y cerrar de ojos. Sakura quedaba asombrada y le daban escalofríos. De inmediato seguían andando.
Inao ya pudo andar por sí sólo y eso facilitó más el escape de los cuatro. Una vez que estaban en la salida de Konoha, Fou gritó de alegría…
-¡Yupi! ¡Viva! ¡Esos bakas ineptos ni siquiera nos alcanzaron! -dijo brincando Fou.
-¡Cállate, Baka! -lo golpeó Minako en la cabeza. –Aún no estamos afuera.
Sakura se asombró que aquel adulto que se comportaba como un niño fuese uno de los poderosos Akahakis, si no fuese porque había visto a Minako y a él en acción duraría. Sakura y el grupo se detuvieron cuando sintieron el malestar de Inao. Eichiro molesto rugió – ¡Sigamos!… ¡Esto no es nada…! pronto nos alcanzarán. -Minako supo que al dejar escapar a la bacteria bajo su debilitada condición, le era un poco difícil controlarla. Sakura trató de usar su chakra para ayudarlo con su malestar y lo estaba consiguiendo hasta que…
-Eichiro tenía razón. Debieron avanzar rápido… -Sasuke Uchiha llegó hasta ellos. Después salieron entre las sombras Sai, Satín, Shikamaru, Gai, Kurenai y Kakashi.
Minako, Fou, Sakura e Inao se vieron rodeados. Fou y su líder sonrieron confiados, en tanto que Minako y Sakura no sabían que esperar.
Sasuke Uchiha tenía el mangekyo encendido, había sido el único en resistir a la infección.
-Sakura -dijo erizando la piel de la joven. –Ven conmigo. –la voz del ninja sonaba autoritaria y fría. La ojijade quedó paralizada, entonces escuchó un bufido de Fou y miró hacía éste molesta. Al hacerlo se topó con la profunda mirada de Inao y después con su socarrona sonrisa. Minako miraba fieramente detrás de la máscara al grupo y preparaba sus shurikens para impedir que se llevasen a Sakura. Fou, por otro lado, estaba ansioso como un niño y reía en susurros. –Yo quiero pelear… Yo quiero pelear… -rogaba.
Sakura ya no hacía brillar sus ojos. Observó a Uchiha quien estaba inmune a cualquier tensión. –Sakura. Ven conmigo… Piensa en Naruto… -dijo.
La ojijade sintió un dolor en el pecho y recordó la alegre semblanza del inquieto rubio; desde que eran niños hasta la última y feliz situación que habían compartido. –Naruto -dijo en un penoso suspiro. Sakura aguantó las lágrimas para no imaginar el gran dolor que le provocaría a él…
-Sakura… -llamó Sasuke y la ojijade lo miró. –Tú dijiste que jamás le faltarías a Naruto. Que no serías capaz de lastimarlo. Entonces, piensa en él. -extendió la mano hacía ella. –Ven conmigo… -Minako se tenso, todos esperaban; el único que no estaba inquieto era Eichiro, quien observaba atentamente. La compañía de Sasuke estaba ansiosa esperando que tomase su mano.
Fou poco a poco dejó de temblar de emoción y bostezo…
Sakura se acercó a Sasuke con la mirada baja. Gai y el resto sonrieron y parecieron relajarse a excepción de Kakashi y el mismo Uchiha. Minako trató de detenerla, pero Eichiro la detuvo… -¡Shhh!... Espera… -dijo susurrándole. Fou, indiferente se rascaba la nariz detrás de la máscara, suponiendo que tardaría él en pelear.
La joven al extender su mano, usó su nueva velocidad y desenvainó su espada para dirigirlo al cuello de Sasuke. Éste la detuvo con la suya y antes de que Kakashi pudiera detenerlos al pensar lo peor, los dos ya se miraban a los ojos desafiantes. -Nada… Nada… ¿Me entiendes Uchiha?... Nada me impedirá continuar con esto; este es mi camino y ni tú ni nadie cambiarán eso… -los ojos jade de Sakura brillaron en ese momento en su turbulento e hipnótico esmeralda. El dorso de la espada de Sasuke resistía al golpe insistente de la espada corta de Sakura con trabajo. Ambos no dejaban de mirarse a los ojos. Eichiro sonrió tras las frías palabras de la muchacha. Kakashi estaba helado y el resto sorprendido. Minako esperaba cualquier indicio del peligro y Fou seguía sacándose los mocos con indiferencia.
Sasuke bajó los ojos con decepción y sin que nadie se percatase oprimió la espada y atacó a Sakura con furia. La pelirrosa asombrada esquivó su golpe y se reunieron en el centro para pelear. Ambos combatientes estaban arremetiendo con sus más feroces golpes. El grupo que acompañaba a Sasuke deseaba intervenir, pero los shinobis más experimentados los detuvieron. Kakashi expresó. –Esto es cosa de ellos… Déjenlos… -Juntos pensaban que si alguno de ellos salía derrotado, intervendrían para capturar a Sakura.
Lo mismo pasó con Eichiro, detuvo a Minako y a Fou cuando pretendían intervenir tras el ataque de Sasuke. – ¡Pero no es justo que ella se divierta! -se quejó Akira y Minako le lanzó una mirada de odio a su compañero. -¡Para ti todo es juego! ¿Verdad? -rugió la mujer.
Sakura y Sasuke peleaban ferozmente, descargando su ira y su desconsuelo. Ambos jamás creyeron que alguna vez se enfrentarían así, cara a cara, puño a puño para empujarse a los brazos de la muerte. Sakura usaba su espeluznante fuerza y estratégicamente la combinaba con los golpes de la espada, así más tarde, usó su técnica del bisturí de chakra sobre el filo de su arma. Kakashi y el resto eran espectadores de la evolución combativa de Sakura y Sasuke. Eichiro miraba con orgullo y tensión el instinto belicoso de su sobrina. Minako estaba ansiosa y Fuo al fin ponía atención.
Sasuke empujó a Sakura y le lanzó su jutsu de fuego de dragón. Haruno usó un jutsu de sustitución y atacó por detrás con su fuerza sobrehumana. Sasuke casi perdía el aire, pero la sujetó de los brazos la acercó a su cuerpo y brincó sobre ella; la acorraló entre su cuerpo y el suelo. Sakura luchaba para escapar y evitaba mirarle a los ojos -¡No te dejaré ir!... ¡No! ¡No como tú me dejaste a mí! -dijo Sasuke. Sakura pareció reaccionar a esas palabras, sus ojos brillaron con más furia, usó su chakra y con él lo empujó. Sasuke rodó y rápido se incorporó.
-¡Yo no te dejé ir!… ¡Tú te fuiste! ¡Ahora yo quiero seguir mi propio camino! -Sakura concentró más chakra y dirigió un golpe atroz sobre el suelo para tambalear a Uchiha.
Sasuke lo esquivó a tiempo…
-¡Estás mal! ¡Muy si intentas seguir los mismos pasos que yo!
-¿Quién dijo que iba a seguir tus pasos? ¡Maldición! ¡Sólo quiero saber la verdad!
Durante el combate, él comenzó a recordar a la Sakura de antes. El cambio que había sufrido era drástico y estremecedor. Ya no era la niña pequeña y fastidiosa que lo llamaba enamorada, aquella que se estremecía con su presencia o le daba la razón en todo, o la que alguna vez lloró en aquel mismo lugar para rogarle que no se fuera. Le pareció irónico, ahora los papeles se intercambiaban y él era quien luchaba para que no escapara de la aldea. Sakura no lo miraba a los ojos, ni siquiera para tratar de entender por qué todos estaban haciendo esto. Cuando Sakura iba a arremeter con un golpe arriba, Sasuke al fin la miró y aplicó el mangekyo sharingan para sumergirla en una dimensión alterna. Sakura cayó al suelo inconsciente sufriendo un agudo dolor. Estaba en una dimensión donde un bosque cobraba vida y sus ramas la sujetaban para que no huyera. Sakura se horrorizó al ver como la seca floresta la aprisionaban casi sin dejarla respirar. Saliendo de la oscuridad, pudo ver a Sasuke como la contemplaba satisfecho. Haruno gritó, los árboles la estrujaban y sus ramas hacían fricción contra su lastimado cuerpo.
-¡Suficiente! -gritó Minako y se lanzó contra Sasuke. Kakashi, Kurenai y Gai se interpusieron y pelearon contra ella.
-¡Ehy! ¡Eso no es justo! ¡Tres contra una mujer! ¿Eso no es de caballeros? ¡Me discriminan por no tener busto! ¡Discriminación! ¡Oigan! Sí hay mucho Fou para todos… Jajajajajaja… Akira se arrojó contra sus oponentes. Sai, Satín y Shikamaru se interpusieron y Fou carcajeó con entusiasmo.
Inao miraba a Sakura inconsciente y como Uchiha se le acercaba para llevársela. -¡Vamos, Sakura! ¡Muéstrame de lo que son capaces los Haruno! -exclamaba Inao. Sasuke ya sentía más severa la esparción de la infección y calculó que no le quedaba mucha energía para mantener sumergida a Sakura en su mundo irreal.
Sakura en el interior de aquel mundo creado por el mangekyo se debilitaba, también absorbía su chakra. Sasuke la observaba con una satisfactoria sonrisa. –Ahora no podrás ir a ningún lado. -dijo el pelinegro. Se acercó a ella y le acarició el rostro con suavidad. Sakura abrió los ojos al sentirlo demasiado cerca y tembló cuando Sasuke acercó su boca a su oído, él aspiró su aroma con disfrute y después acercó su cuerpo sobre el de ella; le susurró despacio –Por favor… Quédate… -Sakura se estremeció, Sasuke, rosando con la punta de su nariz su nerviosa piel, llegó hasta su boca y... Sakura sentía que las fuerzas se le iban poco a poco; las ramas crecieron y se estiraron a su alrededor, cubriéndola con una aterradora lobreguez. La joven trataba de escapar, mas su cuerpo fue aprisionado y las sombras la cubrieron por completo como un siniestro capullo. Quedó inconsciente al sentir que su espíritu escapa de sus fuerzas.
Sasuke, en el mundo real sonrío con triunfo, -Ya está -y miró a Eichiro con superioridad. Inao no demostraba nada. Seguía con la mirada fría. Sasuke con la espada preparada se dirigía a él. Inao sonrío con gracia. –Yo que tú, no estaría tan confiado. -dijo malicioso.
Sasuke no respondió hasta que un punzante dolor dominó su cabeza. -¿¡Qué rayos!?- rugió y los ojos le ardieron más.
Sakura destruía su universo alterno, arrasando con los árboles y haciéndolos pedazos con sus propias manos. Sasuke miraba sorprendido y horrorizado, nunca antes alguien había roto su ilusión de esta forma. La pelirrosa liberada se giró hacía él. Era diferente, oscura y tenía una furiosa mirada. -Bien, zoquete. Ahora déjanos salir… ¡Déjanos salir! -dijo enfurecida el inner de Sakura y emanó su chakra para arrasar con aquel mundo.
Sasuke gritó de dolor y cayó cubriéndose los ojos, no lo entendía, el hechizó había acabado y Sakura fue despertando.
-Jajajaja… ¿Cómo te quedó el OJO, Uchiha?... jajajaja -rió Eichiro una vez que vio feliz como Sakura se incorporaba. (Inner -¡Cha! ¡Cha! ¡Cha! ¡Ese Baka no pudo con nosotras! -¡Cha! ¡Cha! ¡Cha! ¡Chanarooooo! -gritaba agitada y feliz el interior de Sakura)
Sakura corrió hacia Inao una vez que vio la señal de Minako de que se fueran. Kurenai iba a detenerla pero Haruno lanzó un golpe de chakra y la golpeó tan fuerte que la alejó de ella. Kurenai fue incorporándose, hasta que unas agujas salieron y se incrustaron en su pierna. Un akahaki, con la máscara de colmillos apareció ante ella y la golpeó con su puño cargado de una electrificante energía. La kunoichi fue arrojada más lejós y quedó inconsciente. Gai fue rasguñado por las uñas venenosas de Minako y no podía moverse. Kakashi iba a ir tras Sakura, pero lo detiene la akahaki. –Un momento… Nanana… Querías pelear conmigo, aquí estoy… -dijo sonriente la enmascarada. Sai, Satín y Kiota no podían con Fou y sus alocados clones que tenían una energía extrema, y sus estrepitosas risas los estaban poniendo más nerviosos. Ni las criaturas pintada
kittycat:
Clasificación: (H/C), (OTP), (OOC), (OC), Angst, Lemon (+18).
Parejas: Principales: SasuSaku
LIBRO I: ARPEGIO, EL RETORNO DEL OJO MÍSTICO
PARTE I, LA DESPEDIDA: El secreto guardado de Sachi Haruno y el rapto de Sakura de Konoha por miembros de Akahaki.
Capítulo 22
Minako guiaba aprisa el grupo por las salidas ocultas del edificio. Sakura y otro individuo a quien no conocía cargaban con Inao que, aunque ya se había recuperado, apenas sus energías se concentraban.
Andaban a prisa mientras el lobo de hielo cumplía su trabajo de distraerlos. Al abandonar el edificio, Minako trataba de ubicar las zonas más abandonadas para salir de allí. Los anbus y los jounnin que los buscaban habían caídos en las trampas de Fou para perseguir a sombras en vez de a los reales. Durante el trayecto, Sakura sintió como el extraño enmascarado le lanzaba miradas extrañas. Eso la incomodaba y lo ignoraba. Minako ya ubicaba las calles y se iban por ellas.
-Mmmm… Qué lindas piernas… -alcanzó a escuchar Sakura del compañero de Minako.
-¿Qué? -preguntó molesta.
-Nada… Dije… Qué lindas estrellas… jajajajaja -respondía Fou mirando al cielo.
(Sakura –Si como no… Si te atreves a dar un vistazo te daré una tunda que jamás olvidarás. (Inner – ¡Sí! ¡Dale una lección! ¡Cha! ¡Cha! ¡Cha!)… Te lo juro)
Cuando se acercaban anbus y jounnin por su camino, Fou o Minako creaban mantos invisibles para que no los vieran, de esa forma pasaban desapercibidos. Algunos ninjas llegaban a estorbarles el paso, entonces Fou aparecía y les escupía con una vara hueca unas agujas muy finas que contenían un líquido que los hacían dormir de inmediato. Otros se daban cuenta y Fou y Minako los vencían en un abrir y cerrar de ojos. Sakura quedaba asombrada y le daban escalofríos. De inmediato seguían andando.
Inao ya pudo andar por sí sólo y eso facilitó más el escape de los cuatro. Una vez que estaban en la salida de Konoha, Fou gritó de alegría…
-¡Yupi! ¡Viva! ¡Esos bakas ineptos ni siquiera nos alcanzaron! -dijo brincando Fou.
-¡Cállate, Baka! -lo golpeó Minako en la cabeza. –Aún no estamos afuera.
Sakura se asombró que aquel adulto que se comportaba como un niño fuese uno de los poderosos Akahakis, si no fuese porque había visto a Minako y a él en acción duraría. Sakura y el grupo se detuvieron cuando sintieron el malestar de Inao. Eichiro molesto rugió – ¡Sigamos!… ¡Esto no es nada…! pronto nos alcanzarán. -Minako supo que al dejar escapar a la bacteria bajo su debilitada condición, le era un poco difícil controlarla. Sakura trató de usar su chakra para ayudarlo con su malestar y lo estaba consiguiendo hasta que…
-Eichiro tenía razón. Debieron avanzar rápido… -Sasuke Uchiha llegó hasta ellos. Después salieron entre las sombras Sai, Satín, Shikamaru, Gai, Kurenai y Kakashi.
Minako, Fou, Sakura e Inao se vieron rodeados. Fou y su líder sonrieron confiados, en tanto que Minako y Sakura no sabían que esperar.
Sasuke Uchiha tenía el mangekyo encendido, había sido el único en resistir a la infección.
-Sakura -dijo erizando la piel de la joven. –Ven conmigo. –la voz del ninja sonaba autoritaria y fría. La ojijade quedó paralizada, entonces escuchó un bufido de Fou y miró hacía éste molesta. Al hacerlo se topó con la profunda mirada de Inao y después con su socarrona sonrisa. Minako miraba fieramente detrás de la máscara al grupo y preparaba sus shurikens para impedir que se llevasen a Sakura. Fou, por otro lado, estaba ansioso como un niño y reía en susurros. –Yo quiero pelear… Yo quiero pelear… -rogaba.
Sakura ya no hacía brillar sus ojos. Observó a Uchiha quien estaba inmune a cualquier tensión. –Sakura. Ven conmigo… Piensa en Naruto… -dijo.
La ojijade sintió un dolor en el pecho y recordó la alegre semblanza del inquieto rubio; desde que eran niños hasta la última y feliz situación que habían compartido. –Naruto -dijo en un penoso suspiro. Sakura aguantó las lágrimas para no imaginar el gran dolor que le provocaría a él…
-Sakura… -llamó Sasuke y la ojijade lo miró. –Tú dijiste que jamás le faltarías a Naruto. Que no serías capaz de lastimarlo. Entonces, piensa en él. -extendió la mano hacía ella. –Ven conmigo… -Minako se tenso, todos esperaban; el único que no estaba inquieto era Eichiro, quien observaba atentamente. La compañía de Sasuke estaba ansiosa esperando que tomase su mano.
Fou poco a poco dejó de temblar de emoción y bostezo…
Sakura se acercó a Sasuke con la mirada baja. Gai y el resto sonrieron y parecieron relajarse a excepción de Kakashi y el mismo Uchiha. Minako trató de detenerla, pero Eichiro la detuvo… -¡Shhh!... Espera… -dijo susurrándole. Fou, indiferente se rascaba la nariz detrás de la máscara, suponiendo que tardaría él en pelear.
La joven al extender su mano, usó su nueva velocidad y desenvainó su espada para dirigirlo al cuello de Sasuke. Éste la detuvo con la suya y antes de que Kakashi pudiera detenerlos al pensar lo peor, los dos ya se miraban a los ojos desafiantes. -Nada… Nada… ¿Me entiendes Uchiha?... Nada me impedirá continuar con esto; este es mi camino y ni tú ni nadie cambiarán eso… -los ojos jade de Sakura brillaron en ese momento en su turbulento e hipnótico esmeralda. El dorso de la espada de Sasuke resistía al golpe insistente de la espada corta de Sakura con trabajo. Ambos no dejaban de mirarse a los ojos. Eichiro sonrió tras las frías palabras de la muchacha. Kakashi estaba helado y el resto sorprendido. Minako esperaba cualquier indicio del peligro y Fou seguía sacándose los mocos con indiferencia.
Sasuke bajó los ojos con decepción y sin que nadie se percatase oprimió la espada y atacó a Sakura con furia. La pelirrosa asombrada esquivó su golpe y se reunieron en el centro para pelear. Ambos combatientes estaban arremetiendo con sus más feroces golpes. El grupo que acompañaba a Sasuke deseaba intervenir, pero los shinobis más experimentados los detuvieron. Kakashi expresó. –Esto es cosa de ellos… Déjenlos… -Juntos pensaban que si alguno de ellos salía derrotado, intervendrían para capturar a Sakura.
Lo mismo pasó con Eichiro, detuvo a Minako y a Fou cuando pretendían intervenir tras el ataque de Sasuke. – ¡Pero no es justo que ella se divierta! -se quejó Akira y Minako le lanzó una mirada de odio a su compañero. -¡Para ti todo es juego! ¿Verdad? -rugió la mujer.
Sakura y Sasuke peleaban ferozmente, descargando su ira y su desconsuelo. Ambos jamás creyeron que alguna vez se enfrentarían así, cara a cara, puño a puño para empujarse a los brazos de la muerte. Sakura usaba su espeluznante fuerza y estratégicamente la combinaba con los golpes de la espada, así más tarde, usó su técnica del bisturí de chakra sobre el filo de su arma. Kakashi y el resto eran espectadores de la evolución combativa de Sakura y Sasuke. Eichiro miraba con orgullo y tensión el instinto belicoso de su sobrina. Minako estaba ansiosa y Fuo al fin ponía atención.
Sasuke empujó a Sakura y le lanzó su jutsu de fuego de dragón. Haruno usó un jutsu de sustitución y atacó por detrás con su fuerza sobrehumana. Sasuke casi perdía el aire, pero la sujetó de los brazos la acercó a su cuerpo y brincó sobre ella; la acorraló entre su cuerpo y el suelo. Sakura luchaba para escapar y evitaba mirarle a los ojos -¡No te dejaré ir!... ¡No! ¡No como tú me dejaste a mí! -dijo Sasuke. Sakura pareció reaccionar a esas palabras, sus ojos brillaron con más furia, usó su chakra y con él lo empujó. Sasuke rodó y rápido se incorporó.
-¡Yo no te dejé ir!… ¡Tú te fuiste! ¡Ahora yo quiero seguir mi propio camino! -Sakura concentró más chakra y dirigió un golpe atroz sobre el suelo para tambalear a Uchiha.
Sasuke lo esquivó a tiempo…
-¡Estás mal! ¡Muy si intentas seguir los mismos pasos que yo!
-¿Quién dijo que iba a seguir tus pasos? ¡Maldición! ¡Sólo quiero saber la verdad!
Durante el combate, él comenzó a recordar a la Sakura de antes. El cambio que había sufrido era drástico y estremecedor. Ya no era la niña pequeña y fastidiosa que lo llamaba enamorada, aquella que se estremecía con su presencia o le daba la razón en todo, o la que alguna vez lloró en aquel mismo lugar para rogarle que no se fuera. Le pareció irónico, ahora los papeles se intercambiaban y él era quien luchaba para que no escapara de la aldea. Sakura no lo miraba a los ojos, ni siquiera para tratar de entender por qué todos estaban haciendo esto. Cuando Sakura iba a arremeter con un golpe arriba, Sasuke al fin la miró y aplicó el mangekyo sharingan para sumergirla en una dimensión alterna. Sakura cayó al suelo inconsciente sufriendo un agudo dolor. Estaba en una dimensión donde un bosque cobraba vida y sus ramas la sujetaban para que no huyera. Sakura se horrorizó al ver como la seca floresta la aprisionaban casi sin dejarla respirar. Saliendo de la oscuridad, pudo ver a Sasuke como la contemplaba satisfecho. Haruno gritó, los árboles la estrujaban y sus ramas hacían fricción contra su lastimado cuerpo.
-¡Suficiente! -gritó Minako y se lanzó contra Sasuke. Kakashi, Kurenai y Gai se interpusieron y pelearon contra ella.
-¡Ehy! ¡Eso no es justo! ¡Tres contra una mujer! ¿Eso no es de caballeros? ¡Me discriminan por no tener busto! ¡Discriminación! ¡Oigan! Sí hay mucho Fou para todos… Jajajajajaja… Akira se arrojó contra sus oponentes. Sai, Satín y Shikamaru se interpusieron y Fou carcajeó con entusiasmo.
Inao miraba a Sakura inconsciente y como Uchiha se le acercaba para llevársela. -¡Vamos, Sakura! ¡Muéstrame de lo que son capaces los Haruno! -exclamaba Inao. Sasuke ya sentía más severa la esparción de la infección y calculó que no le quedaba mucha energía para mantener sumergida a Sakura en su mundo irreal.
Sakura en el interior de aquel mundo creado por el mangekyo se debilitaba, también absorbía su chakra. Sasuke la observaba con una satisfactoria sonrisa. –Ahora no podrás ir a ningún lado. -dijo el pelinegro. Se acercó a ella y le acarició el rostro con suavidad. Sakura abrió los ojos al sentirlo demasiado cerca y tembló cuando Sasuke acercó su boca a su oído, él aspiró su aroma con disfrute y después acercó su cuerpo sobre el de ella; le susurró despacio –Por favor… Quédate… -Sakura se estremeció, Sasuke, rosando con la punta de su nariz su nerviosa piel, llegó hasta su boca y... Sakura sentía que las fuerzas se le iban poco a poco; las ramas crecieron y se estiraron a su alrededor, cubriéndola con una aterradora lobreguez. La joven trataba de escapar, mas su cuerpo fue aprisionado y las sombras la cubrieron por completo como un siniestro capullo. Quedó inconsciente al sentir que su espíritu escapa de sus fuerzas.
Sasuke, en el mundo real sonrío con triunfo, -Ya está -y miró a Eichiro con superioridad. Inao no demostraba nada. Seguía con la mirada fría. Sasuke con la espada preparada se dirigía a él. Inao sonrío con gracia. –Yo que tú, no estaría tan confiado. -dijo malicioso.
Sasuke no respondió hasta que un punzante dolor dominó su cabeza. -¿¡Qué rayos!?- rugió y los ojos le ardieron más.
Sakura destruía su universo alterno, arrasando con los árboles y haciéndolos pedazos con sus propias manos. Sasuke miraba sorprendido y horrorizado, nunca antes alguien había roto su ilusión de esta forma. La pelirrosa liberada se giró hacía él. Era diferente, oscura y tenía una furiosa mirada. -Bien, zoquete. Ahora déjanos salir… ¡Déjanos salir! -dijo enfurecida el inner de Sakura y emanó su chakra para arrasar con aquel mundo.
Sasuke gritó de dolor y cayó cubriéndose los ojos, no lo entendía, el hechizó había acabado y Sakura fue despertando.
-Jajajaja… ¿Cómo te quedó el OJO, Uchiha?... jajajaja -rió Eichiro una vez que vio feliz como Sakura se incorporaba. (Inner -¡Cha! ¡Cha! ¡Cha! ¡Ese Baka no pudo con nosotras! -¡Cha! ¡Cha! ¡Cha! ¡Chanarooooo! -gritaba agitada y feliz el interior de Sakura)
Sakura corrió hacia Inao una vez que vio la señal de Minako de que se fueran. Kurenai iba a detenerla pero Haruno lanzó un golpe de chakra y la golpeó tan fuerte que la alejó de ella. Kurenai fue incorporándose, hasta que unas agujas salieron y se incrustaron en su pierna. Un akahaki, con la máscara de colmillos apareció ante ella y la golpeó con su puño cargado de una electrificante energía. La kunoichi fue arrojada más lejós y quedó inconsciente. Gai fue rasguñado por las uñas venenosas de Minako y no podía moverse. Kakashi iba a ir tras Sakura, pero lo detiene la akahaki. –Un momento… Nanana… Querías pelear conmigo, aquí estoy… -dijo sonriente la enmascarada. Sai, Satín y Kiota no podían con Fou y sus alocados clones que tenían una energía extrema, y sus estrepitosas risas los estaban poniendo más nerviosos. Ni las criaturas pintadas por Sai lo soportaban.
El ataque sufrido por el Inner de Sakura lo había dejado aturdido y la infección se incrementó; ya casi no podía ver y desactivó el mangekyo. Sakura iba a llegar con Eichiro, cuando vio al reciente akahaki que se lanzaba desde lo alto de un árbol hacia Sasuke, con su espada al filo desnudo y conteniendo una poderosa carga de energía. Sakura tuvo terror de lo que se avecinaba. Sasuke apenas se incorporaba para alcanzar a sus presas, cuando vio que aquel enmascarado se dirigía a él vertiginosamente, sacó la espada a tiempo y asombrado se dio cuenta que posiblemente sería su fin. Usando su desarrollado instinto sintió la peligrosa energía y aunque fuese su único intento usaría su relámpago mortal en el filo de la katana para responder con el mismo método. Ya no veía con claridad, la infección cobró fuerza…
Sólo un cuerpo fue atravesado por la espada del enemigo. Sakura derramó lágrimas en sus pálidas mejillas y su voz se fue apagando. –Sa… Sasu…ke…
Todos miraron asombrados la terrible escena.
La sangre cayó al suelo en gruesas gotas, al mismo tiempo que unas cristalinas lágrimas las cubrían. Bairai se hizo para atrás consternado y asustado. Sakura sonrió con la sangre saliendo de su boca… -No soy la misma de antes… Ahora… puedo… con… cualquier cosa… con… cualquiera… -dijo en un agonizante susurro. Sus manos estaban cubiertas de su tibia sangre, ambas sujetaron la empuñadura del arma y fue deslizándola fuera de su cuerpo. Al conseguirlo la tiró y la sangre cayó más. Las dos espadas la habían atravesado, la de Bairai en el vientre y la de Sasuke en el pecho, destrozándola ambos por el golpe. Sasuke estaba aterrado, el perfume de los cerezos se hizo presente con suavidad y después se combinó vertiginosamente con el aroma metálico de la sangre. Tras no ver más que la luz del rayo que lo atacaba, se dejó cegar por la furia. Sacó la espada de su desahuciada vaina. Sakura ya no tenía fuerza ni energía y se dejó caer rendida a los brazos de la muerte. Su cinta roja, con la insignia de la hoja fue cayendo de su frente y fue revelando su creciente cicatriz. El impacto del rayo había dejado grietas en el centro del símbolo.
Sasuke sostuvo a Sakura en sus brazos con impulso. Estaba aterrado, pálido y temblaba sudando frío. -¡Sakura! ¡Sakura! ¡Sakura! ¡Maldición! ¡Despierta! -rugía pávido Uchiha. Sakura abrió sus ojos verdes jades y contempló el aterrado y suplicante rostro del joven shinobi. Haruno sonrió y su nívea mano acarició el rostro del moreno con ternura. –Dijiste mi nombre… Nunca lo haces… No así… -La suave y nívea mano de Sakura perdió su calidez y cayó helada. Su sonrisa quedó marcando su hermoso rostro, el cual se veía apacible y sin dolencia que la atormentara más. No vivían ya marcas de mal en su angelical aire.
Sasuke no lo creía, no podía y no quería reputarlo… -¡¡¡AHHHHH…!!! -Tomó su pulso, estaba estático, se acercó a su respiración y después colocó una ansiosa mano a su pecho para sentir su palpitar, nada, nada corría por sus venas. Sasuke tembló, perdió todo control de su temple de acero y abrazó a Sakura con fuerza. La aferraba a su cuerpo y la estrechaba más como si su calor pudiese traerla de regreso. Derramó sus primeras lágrimas, después, desde hace muchos inviernos. Estaba perdido y aspirando con dolor y rabia su dulce esencia. No deseaba dejarla ir y la tormenta estalló en su pecho. -¡Sakura! -gritó y lloró al fin. Recordó con dolor todas sus vivencias con ella desde niños, repasó su alegría y su dolor por él… -“¡Si te vas, es como si yo también estuviera sola!” -Recordó, rugió de coraje y gritó al no contener más el sufrimiento de su perdida. – ¡Sakura! -repitió con el alma diestra en heridas quebrajada, nunca había recibido alguna como aquella. Besó sus labios gentilmente y los acarició con dolencia; la acunó en sus brazos con su oscura cabeza cubriéndole su rostro y sus lágrimas se unieron a su sangre.
Eichiro Inao se incorporó. Todos estaban callados y paralizados ante lo sucedido; pero al ver al poderoso líder de Akahaki andar, un escalofrío los hizo respirar de nuevo. El hombre se acercó a Sasuke Uchiha, posó su mano sobre su hombro con pesar y dijo algo entre susurros para que sólo él lo oyera. -Déjala ir… Ahora ella es nuestra. Deberías estar agradecido, ya no volverá a ser una molestia más para ti. Como si jamás hubiera existido en tu rumbo… -Inao hablaba fríamente. Sasuke fue levantando el rostro lentamente y furioso encendió su mangekyo sharingan, la mirada del halcón brillo en fuego. Mantenía la ojeada baja, con el cabello oscuro cubriendo su dolor, dejó suavemente a Sakura y con una peligrosa vertiginosidad tomó su espada y atacó a Eichiro con un feroz grito de combate. Inao la detuvo con su poderosa mano. La espada emanaba una azulada energía eléctrificante. Uchiha estaba enfurecido y su ira incrementaba su chakra. Sus furiosas pupilas estaban rodeadas por los aros circulares de su técnica; como partículas atómicas anunciando la locura de su portador. Todos miraban estupefactos y sentían con angustia las auras combatientes que aquellos dos guerreros emanaban de sus cuerpos.
-¡Todo! ¡Todo esto es tú culpa! -rugía endemoniado Sasuke.
Inao fríamente lo miraba y sonrió -Yo no fui quien al final insistió, Sasuke. De nada servirá repetir su nombre. Ella no volverá a ti. -Las palabras finales dieron entrada a la ira del joven ninja. Sus ropas, sus manos y su espada estaban teñidas de rojo, y le dieron un aspecto diabólico. El combate estalló sacudiendo el espacio y a sus espectadores. Kakashi estaba petrificado, sentía que se sofocaba por la energía que emanaba de aquellos dos peleadores mortales. Se oprimía y como el resto, ansiaba escapar. Sasuke arremetía con todo su poder y Eichiro se movía con una aterradora agilidad y le contestaba sus golpes con la misma intensidad.
El último aullido del lobo de hielo amedrentó a la noche. La luna llena palideció y el viento arrasó con el pasado. Eichiro Inao encendió sus helados ojos y su verde fulminante invocó el postrero y gran trueno de su jutsu determinado. Arrasando con las fuerzas del grupo y debilitándolos por completo. Cayó del cielo con un llamado feroz de su convocador y se derramó sobre sus enemigos. Sasuke no respondió más, su derrota le envenenaba el cuerpo y el alma. El dolor era punzante e imponente. Sus fuerzas lo traicionaron y lo único que le fue fiel, fue la conciencia.
-Así tenía que terminar. -dijo Inao al momento de recoger entre sus brazos el cuerpo inerte de Sakura. Caminó con sus sectarios, quienes eran los únicos en pie. En la salida del puente de Konoha se desvanecieron en una fría ventisca, rodeándoles hojas desecas y encarnadas de un mortecino otoño para cubrir su escape.
Fue lo último que llegaron a ver.
Sora..♥:
Hola!!! Jejeje primero t felicito x tu fic es muy bueno y lo he seguido desd el año pasado
Spero k lo sigas xfa :neko: y no lo vallas a djar..... :=D: Animos Bye...♥
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