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ARPEGIO: EL RETORNO DEL OJO MÍSTICO, CLAN HARUNO

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Capítulo 11


El sol ya comenzaba a sacar sus primeros rayos níveos. Las calles estaban vacías y la neblina del verano era un poco más densa de la usual. La naturaleza sabía que el transcurso de su espacio y tiempo estaban siendo corrompidos. Ni una sola alma se veía por las calles.

Kakashi pensó que Sakura hablaría y hablaría sobre la necedad de Tsunade o sobre su descubrimiento. Pero permaneció callada y eso lo consternó. Imaginó que unas palabras de aliento no servirían de mucho, además ¿Qué podría decirle? Ya no le creiría si le volvía a decir que todo estaría bien como cuando era una dulce y enamoradisíma niña de trece años, dejó de hacerlo hace mucho tiempo...

-¿Sensei? -dijo inesperadamente Sakura… -¿Usted sabía de mi origen?

-No realmente. Lo supe hace poco más de dos años. Cuando me enfrenté a Inao en una misión. Sabía que había existido el clan, pero no tenía idea de que tú y tu padre fuesen integrantes… El secreto se mantuvo por un extricto juramento. Él no revelaría su origen y nadie lo perturbaría más… Es conocida como la ley del forje… Se dio después de la guerra del crisol. Los sobrevivientes del viejo mundo jurarían lealtad a sus protectores a cambio de tranquilidad y de poder presevar su vida… Este sólo se daba a través del develamiento de su secreto… -dijo Kakashi y se frotó el ojo descubierto.

-¿Ustedes revelaron el secreto de mi padre? -preguntó Sakura

Kakashi la miró. –Él la reveló al Hokage, para poder proteger a su familia, tras el descubrimiento del complot… A quién le dejó ver su identidad fue al tercer Hokage. Pero por orden del consejo, se le prohibió seguir con sus antiguas técnicas y tradiciones a cambio del refugio. Sandaima lo dejó a cargo de la biblioteca y de ese modo cumpliría con su deber en la aldea, así igualmente lo vigilarían. Jurando leltad al líder, también lo hacía con la población… Fue protegido y recibido para continuar con una nueva vida… -terminó y volvio a frotarse el ojo, pero esta vez era el ocultó.

Sakura no pudo evitar la profundidad de su tristeza, el sentimiento de rechazo y falsedad era más tenue… -Sé que te sientes confundida y qué mucho de lo que sabes ahora te parece injusto… -agregó Kakashi. –Pero se revelarán las cosas y con la serenidad de la mente se iran aclarando. No exasperes… -agregó.

-Pero… ¿Qué hago? ¿Cómo quiere que evite pensar mal de todos? Mi vida estaba bien antes de saber que desciendo de crueles asesinos y que durante todo este tiempo he sido una refugiada indeseada... Todo… todo… ha sido mentira… Entoces yo… -Sakura estaba impaciente, furiosa y temblorosa. Kakashi miró arriba pensativo con un dedo en la barbilla…

-Mmm… No tengo idea. -y la pelirrosa cayó de espaldas. (Inner- Qué buen consejo. Lastima que lo esté aplicando ahora…) –Lo suponía ¿Por qué debería ayudarme? Si después de todo, no somos nada… -Sakura iba a entrar furiosa a su casa, pero Kakashi la detiene sujetándola de la mano… -Espera, sólo porque no recuerdo los consejos que me daban cuando tenía tu edad, no significa que no me importes. Fuiste una de mis mejores alumnas… -Sakura hizo un gesto de duda y encogió los ojos. –No es cierto. Fui su única alumna. –Kakashi se rascó la cabeza y se talló los ojos… -¿Así? Vaya, estar en coma en varias ocasiones me arruinó la memoria. –Sakura comenzaba a disgustarse y a tambalearse… -Por favor, no me haga más favores…

-¡Es broma! ¡Es broma!... Lo que quiero decir es que no importa lo que hayan hecho tu familia en el pasado. Tú eres tú ahora y ahora y antes eres parte de esta aldea; y no dejaremos que nada malo te pase, a ti o a tu madre…

-Pero… Entonces, ¿Cómo saldrá esto? ¿Qué debo hacer?...

Después observó que ya era frecuente que Kakashi se frotará los ojos. Estos estaban irritados, como los de Sasuke. Le iba a preguntar si estaba bien. Mas…

-No tengo idea, pero te doy un consejo que me dieron alguna vez… no juzgues al pensar…
Sakura quedó con los ojos en blanco… -¿Cómo? Mí no entender… -Kakashi se rascó la gris melena… -Bueno, jejeje es que no soy tan bueno en dar consejos… ¡Ah! ¡Ya me acordé!, este me lo dieron… No juzgues a la primera, cuestiona y observa antes…

Sakura quedó atónita... –Sigo en las mismas. -Kakashi se alejó y con una optimista expresión se despidió. –Descansa Sakura… Chao… y no te preocupes, todo saldrá bien como antes. -y se desvaneció en una nube de humo, no sin antes darle una sonrisa con la mirada.

Estando ya en la entrada de su casa Sakura entró, realmente le pareció extraña la conducta de su sensei y de todo el mundo… -Además, me es difícil ya creerle cuando dice que todo saldrá bien… ¿Desde cuándo comencé a perderle la fe?…

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La sala estaba sola. Sakura pensó que las chicas debían estar durmiendo y entró con cuidado sin hacer ruido. De pronto, escuchó ruidos en la cocina y fue a ver.

En el refigerador, Ino sacaba un cartón de leche, rebanadas de jamón, pan y queso y un frasco de mayonesa dietética. Se veía cansada y preparó con desgana su sandwhich sobre la mesa. Luego se sentó y comenzó a comer.

-Con que así conservas la línea… Pensé que eso te engordaba…

Ino miró en la entrada de la cocina a Sakura.

-¡Sakura! -dijo con alegría.

Ella se acercó y se sentó frente a ella, cansada pero sonriente. -¿Qué haces aquí? Es decir… Tsunade… Tsunade ordenó que te quedaras con tu madre… ¿Qué ocurrió?... - preguntó al notar que también estaba asediada, herida y con moretones. –Cielos… Sakura ¿Qué ocurrió?... -insistió Ino.

La pelirrosa suspiró, tomó una rebanada de pan y un pedazo de queso y los comíó. –Me atacó una akahaki en mi casa…

-¿¡Qué!? -gritó Ino levantándose. -¿¡Cómo rayos fue!?...

-Ayer en la noche… Mi madre y yo estábamos en el comedor cuando atacaron. Nos arrojaron piedras y tuve que salir a pelear. Sasuke llegó inesperadamente y me ayudó. Se fue y no acabó conmigo… Dejé a mi madre con la tuya. No quería volver a casa después de lo sucedido… Más tarde, fui con Tsunade para decirle que los akahaki estaban aquí. De allá vengo…

-¡Por los nueve dioses!… ¡Akahaki está aquí!... Por eso estuvieron dando vueltas a Gai y a su grupo. Para distraerlos y seguir aquí. También eso explica porque alejaron a Naruto y a los demás… ¡Miserables!... ¿Pero por qué? ¿Qué quieren ahora? ¿No les bastó la masacre?... -rugió Ino molesta y nerviosa…

-No… Algo falló en sus planes y tuvieron que verse forzados a volver… -Ino se consternó.

-Ino… ¿Tú sabías que pretendían secuestrarme durante el atentado?... Lo sabías ¿Verdad?

La rubia bajó la mirada nerviosa y después observó su expresión severa. –Tsunade nos ordenó que no te dijéramos. Nos habló de la marca y de qué significaba… No te preocupes, sólo nos dijo a Naruto, a Sai y a mí sobre ella… Naruto y Sasuke te dejaron en manos de Aiko y míos. Primero dos akahakis llegaron a nosotras… Eran extraños y grotescos, insolentes y unos patanes… -Sakura se sorprendió por la expresión de Ino… -Nos llamaron preciosuras… ¡Hazme favor de esos gañanes! Me da coraje recordar ese tono burlón de su voz… -Ino suspiró. Sakura, por las palabras insensatas del ninja, supuso que aquellos dos tipos fueron los mismos que fueron a buscarla en su casa. Las descripciones eran exactas a las que le había dicho Ino, quizás por ello se les hacía familiar… -Después de los malditos piropos decían que venían por… La hija de Saburo. Otros les ordenaron a Neji, a Lee, a Shino y a Ten ten que les informaran en dónde estaba la hija de Saburo y de Hikaru. Nadie entendía de qué hablaban y atacaban más fuerte si no respondíamos. Yo, Aiko… No entendimos y los atacamos; hasta que llegó otro de los akahaki y nos atacó para conseguirte. Regañó a los otros de ser muy lentos, pues habían caído en la trampa de Aiko; les dio a creer que tenían pulgas jejejeje… Pero, el último era muy fuerte. Era muy fuerte, llevaba una máscara más tétrica que las otras y nos consideró poca cosa, con una embestida bastó para dejarnos indefensas y llegar hasta a ti. Ni siquiera se molestó en tratar de matarnos. Hasta que Sasuke llegó y peleó con él… ¿Sabes? Me dio la impresión de que Sasuke lo conocía, le habló muy familiar y lucharon… Le dijo que si volvía a tocarte, que está vez lo mataría. ¿Qué quiso decir con eso Saku?...

A Sakura le sorprendió. – ¿Sasuke? No tengo idea. –Luego pensó que el enmascarado pudo haberse tratado de Kenji. Rápidamente cambio a un tema de mayor interés. -¿Y qué pasó con Naruto?

-Él había sido acorralado… Todo era un caos. Hubo un momento que, entre los gritos de la gente y sus ataques masivos, nadie sabía qué pasaba… Ese era su fin, crear la confusión…

-Para obtenerme… -dijo Sakura con pesar y pensó que todo aquello era su culpa, sentía rabia.

-Pero con la llegada de la akahaki ¿Supiste que pretendían?... -Ino esperaba la respuesta.

La pelirrosa le explicó lo que le habían dicho Tsunade y Kakashi con respecto a los clanes y aunque la rubia no pareció muy convencida con la teoría, no pudo exponerle más.

-No tenía idea de que pertenecieras a un Clan. El clan Haruno…esto es asombroso ¿Quién lo diría? Eso explica porque eres de cierta forma diferente…
Sakura tuvo un chispazo y molesta… -¿Qué quisiste decir con eso? -(Inner – ¡Sí te atreves a mencionar lo de la frente, te parto en gajos la cara!-)

-Jejeje… Por nada… Entonces, Akahaki te quiere por ser un integrante de ellos. ¿Y eso es porque guardas algo que les pertenece? -preguntó Ino.

Sakura asintió –Sasuke dice que la biblioteca de mi padre podría revelarnos algo. Tal vez lo que desean y que por ello me necesitan. -La joven se veía preocupada y en el interior culpable. Ni siquiera a Ino le podía confesar sus miedos. La rubia le tomó de la mano.

-No te preocupes. Todo saldrá bien. No dejaremos que te toquen ningún pelo. Estaré contigo para enfrentar a esos miserables. No dejaré que nadie te lastime… -la rubia le tomó la mano y Sakura se lo agradeció.

-Gracias Ino… Te debo mucho…

Permanecieron mirándose con ternura, disfrutando el silencio de su fraternal compañía. El sol de la mañana ya había salido e iluminaba la cocina con calida armonía. Sakura estaba muy agradecida de tenerla a su lado…

-Cambiando de tema a otro más personal… -cambio la dulce expresión a una de reproche… -¿Qué pasa con Sasuke y contigo? ¿Qué le hiciste para que se portara tan seco cada vez que te encuentras cerca? Y durante el ataque ¿Qué rayos hacías en sus brazos?... Acaso, ¿Estás poniéndole los cuernos a Naruto? -dijo con tono de reproche y Sakura se espantó. -Soy tu amiga y puedo comprender que en tu infancia estuvieras enamorada de él, yo también lo estuve y casi nos dejábamos hablar por eso, pero… -luego cambió su expresión a una furiosa. -¡Pero ahora estás con Naruto! ¡No puedes hacerle algo así! ¡Hablaría muy mal de ti!... -y le apuntó con su dedo acusadoramente.

-¡No! ¡Jamás le haría eso a Naruto!... -gritó dejando callada a Ino. –No podría… Él ahora es el único… -dijo con la mirada triste y escondiendo los puños cerrados. No había podido evitar el recuerdo del beso. Hubiera deseado olvidarlo para no remembrarlo. Lo odiaba por provocarle tanta confusión, no creyó sentir algo así en su vida. Estaba feliz y quería seguir sonriendo con sinceridad al lado de Naruto. –Él y yo estábamos en el momento equivocado… Fue todo. Nada ocurre entre los dos, porque jamás hubo nada, ni lo habrá - terminó.

Ino se sintió mal por sus palabras y cuando iba a remediarlo con otras Sakura le sonrió.

-Naruto… ¿Quiero subir a verlo? Lo extraño y lo necesito tanto… Quiero saber si está bien…

-Eh… Está en tu recámara… -la rubia presintió algo extraño y Sakura con una sonrisa se fue a su habitación. –Gracias… -le respondió. Ino quedó perpleja.

Sakura subió las escaleras mientras Ten ten las bajaba con un gran bostezo y frotándose los ojos…

-Buenos días Ten ten -dijo Sakura.

-Buenos días… -dijo y luego de que Sakura subió por completo Ten ten se detuvo confusa. -¿Sakura?...

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Sakura abrió la puerta de su habitación y contempló con serena alegría al individuo que dormía en su acolchonada cama. Su habitación era áurea con rosa, las cortinas eran blancas y transparentes y tenían bordados de flores de cerezo, por lo que la luz entraba placentera por sus angostas ventanas.

Naruto dormía tranquilamente de lado. No había signos de turbación en su tostado rostro. Los verdes y jades ojos de Sakura lo contemplaban enamorada y le acarició la mejilla con sus suaves dedos. Después vio las heridas de sus brazos, manos y rostro, algunas de ellas seguían ligeramente abiertas, nada grave, otras mostraban rastros de cicatrización y algunas estaban cerrando en ese instante. Sakura sabía que debido al incremento del poder de Kyubi, Naruto, podía curarse casi por sí mismo. Con tristeza pensó que su poder terminaría siendo algo inútil ante su mágica capacidad. Mas, no le importaba, ella seguiría a su lado y trataría de ayudarlo en todo lo que él llegase a necesitar. Lo besó en la frente y con lentitud fue acomodándose a su lado, de forma que pudiera verlo mejor de frente. Le acarició los rubios cabellos y se acurrucó más a su sitio, cerrando sus cansados ojos.

Naruto percibió el aroma dulce de los cerezos y abrió los ojos. Sonrió complacido al ver a Sakura descansando junto a él. Dormida y respirando con quietud. Naruto se le acercó más y le beso los labios. Ella, con el tacto de su boca, abrió los suyos y ambos se iluminaron. Ella le acarició la raspada mejilla y él sus rosados cabellos.

-Hola… Te eché de menos… -dijo Naruto con una gran sonrisa.

-Yo a ti… Han pasado tantas cosas… Lo peor hubiese sido que no regresaras… Lo lamento. Lo lamento tanto. Debí llegar antes… -dijo con deseos de llorar y Naruto la acarició.

-Hey, tranquila… Estoy en perfectas condiciones. Recuerda, soy Naruto Uzumaki, el mejor ninja de Konoha y nadie puede vencerme tan fácilmente… Ese estúpido líder de Akahaki se sorprendió al verme en acción… ¡Bha!... Ojalá hubieses visto su boba expresión, estaba atónito… -hizo un gesto de dolor y Sakura colocó sobre su pecho su mano para reconfortarlo con su cálido chakra, aún le quedaba un poco más. Naruto puso su mano sobre la de ella… -Seré el más fuerte, pero tú siempre me harás falta… -Sakura acercó su frente y la colocó sobre la de ella… -Y tú a mí… Y tú a mi… -él la abrazo por la cintura y cerraron los ojos con una suave sonrisa. Así permanecieron unidos y se sumieron juntos en un profundo sueño. Felices de sólo tener a su alrededor el calor de la presencia del ser amado…

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En esa mañana Ten ten, Neji, Rock Lee y su líder Gai iban directo hacía la oficina de la Hokage para recibir órdenes sobre la siguiente misión. Gai se veía optimista, a pesar de que uno de los miembros de Akahaki había trapeado la tierra con su rostro, ansiaba volver a enfrentarlos, sobre todo al cretino que le hizo pasar por tan ridícula humillación.

-¡Ya verás Lee! ¡Le pagaré con la misma moneda su crédito a cuenta! ¡No sabrá por dónde le llegaré esta vez!... –decía con una enorme sonrisa y una pose exagerada de super héroe.

-¡Sí, sensei! ¡Nadie le hace eso a un súper jounnin de Konoha! ¡Y menos a usted!... ¡Akahaki las pagará!... -afirmaba Lee haciendo la misma pose.

-Estos dos sí que están muy confiados… -decía Neji con una gotita en la frente.

-Ni que lo digas. Creo que la golpiza que les propinaron bastó para borrales la memoria ¿Acaso no recuerdan que son invencibles? -decía Ten ten con la misma postura.

Neji continuaba caminando, hasta que molesto se talló los ojos. Ten ten lo había observado desde que llegara con cierta preocupación. Los ojos grises de Neji estaban rojos e irritados. De vez en cuando Hyuga soltaba unas lágrimas y se los tallaba crispado. Ten ten trató de convencerlo de que se pusiera unas gotas, pero con arrogancia se negaba asegurando que estaría bien. La chica le preguntó que le había ocurrido y el joven tuvo que responderle antes de tener que lidiar con sus sumos. –Uno de los malditos Siete me roseó algo en los ojos… Un polvo que desde entonces me pica. Era para cegarnos y atacarnos por sorpresa con su técnica. –A Ten ten le pareció extraño. -¿Hablaste con Tsunade? -preguntó. –No. No es nada. Se pasara. A Kakashi y a Sasuke les ocurrió lo mismo y ya están mejor. Fue sólo un truco irritable para descontrolarnos allá… -finalizó Hyuga y continuó en marcha antes de que Lee y Gai notaran su paso lento. A Ten ten no le parecía que aquello fuera sólo para distraerlos, presentía algo anormal; pero al ver la acostumbrada postura de Neji ante las trivialidades se olvidó de la idea y continuó sus pasos.

Al llegar a la oficina de la Hokage notaron que ésta se encontraba más severa de lo normal, un semblante preocupante la marcaba y los cuatro supusieron que estaría de un humor más iracundo de lo usual. Ten ten tenía un mal presentimiento y Neji conjeturó que nuevamente tratarían con los Siete de Akahaki.

-Bien Tsunade-sama… ¿En qué podemos ayudar? ¿¡Acaso esos desvergonzados de Akahaki decidieron actuar ya!? -rugió Gai.

Hubo silencio…

-Así es… -dijo Tsunade. –Pero esta vez vamos a sorprenderlos. Gracias a la captura de Eichiro Inao tenemos sólo cierta idea de lo que planearán ahora… Cada equipo tiene una tarea para actuar en cuanto un infeliz de los siete se presente… Según con la información dada por Eichiro Inao, será mañana o pasado mañana el segundo ataque…

-¿Con qué fin Tsunade- sama? -preguntó preocupada Ten ten.

-El fin es de lo que se van a encargar… La tarea no será afuera de la aldea. Será adentro… Quiero que vigilen a Haruno Sakura…

Todos se sorprendieron…

-¿Por qué razón? -preguntó Neji

-Digamoslo así… Abukara está reuniendo a su familia y nosotros no lo permitiremos porque no confiamos en sus “filiales” intenciones. Nada bueno puede venir de esos canallas… Por ello quiero que la vigilen y sí algo anormal ocurre con ella… No duden en atacarla con todo lo que tienen… -Tsunade tenía una mirada fría y determinada… -Si es necesario, elimínenla…

Los cuatro integrantes quedaron perplejos. Ten ten iba a protestar, mas Gai la interrumpió con un gesto. –De acuerdo… ¿Pero se puede saber la razón de tan inesperada decisión? - Lee estaba impactado, la noticia le retumbó en los oídos, no podía creerlo… Neji no decía nada, mas reconocía que la misión lo atrapó y no le agradaba.

-Las razones no pueden ser reveladas… Son parte del juramento inicial del Consejo. Sólo puedo decirles que se trata de un asunto de sumo peligro. Si se juntan más miembros de la casa, será una terrible desventaja para nosotros… Sakura es un pariente del clan Haruno, cercano a Abukara y estos los están reuniendo para provocar una gran guerra entre naciones… Sakura es una clave importante para ellos, de lo contrario no estarían aquí escondidos para capturarla…

-¿¡Están aquí!? -dijo asombrada Ten ten.

Tsunade asintió. –Sí, Eichiro Inao nos los confesó. Ahora, no importa cómo se avecinen las cosas. Deben vigilar a Sakura. Protegerla si es necesario o acabarla si ella llegase a revelarse…

-¡No! ¡No! ¡No puede ser! -rugió Rock Lee. -¡Sakura jamás nos traicionaría! ¡Son ideas descabelladas! -Gai sujetó a Lee.

-Tranquilo Lee… Sabemos lo que sientes por tu compañera. Pero no debes dejar que las emociones te nublen la cabeza ¡Piensa!... Alguna razón debe existir para esta descisión… Hay que tener confianza… -aconsejó el sensei.

-Tiene razón el sensei Gai, Lee -interviene Neji con calma. –Después de todo, no queremos que se repita el suceso de hace tres años; cuando el Madara Uchiha casi destruyó a Konoha. Todo por culpa de un traidor, uno de nuestros integrantes… Dejarlo vivo y perdonarle su desacato pudo habernos costado la vida…

Tsunade no recibió esas palabras con agradecimiento y Lee rabiaba. –Aún no podemos juzgar, chicos… Todo depende de Sakura. Si no interviene a favor de Akahaki no tendremos que lastimarla… Yo confío en ella, pero por petición del Consejo debemos de tomar medidas…. -Concluyó la Hokage

Los tres jóvenes quedaron sin palabras. Gai asintió y se hizo a cargo de la misión. Rock Lee estaba confundido y aterrado. Jamás imaginó tener que cumplir con algo así…


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El consejo de la aldea tenía influencia sobre todos los poderes de la población, incluso, cierta influencia sobre el Hokage. Por ellos habían obligado a Tsunade a escoger como sucesor a Shikamaru Nara en vez de a Naruto Uzumaki. Más, tras la batalla dada con el Madara Uchiha y la muerte del viejo Danzou, sus influencias no parecían ser tan fuertes como antes. Tsunade llegó a tener más libertad y cumplió mejor sus funciones. Sin embargo, con los nuevos ataques políticos, el Consejo tuvo oportunidad de salir en acción otra vez. Esta vez bajo la influencia de otro individuo del exterior, Murai Ozu; secretario de defensa del estado del país del Fuego. Su propósito en la aldea de la hoja escondida era conocer a detalle las piezas con las que contaba el gobierno para una posible guerra contra los países de la Luz, la Oscuridad, la Muerte, la Vida y el Tiempo. Siendo tan insignificantes aquellos países, no tenían idea de cómo habían logrado conseguir tanto poder. Murai Ozu dijo haber investigado y descubierto que su logro se debía a la reintegración de sus parientes perdidos, los cuales poseían un poder más estremecedor de lo que pudieron haberse imaginado, Tsunade lo dudaba. Esta fuerza era única y cada clan contaba con un poder específico que servía para darle a Abukara lo necesario para conquistar y destruir.

Murai Ozu, estando como incógnito en la aldea, pudo estar presente durante el atentado y dar una empírica opinión sobre la situación de ella: Además de devastador, fue un punto menos a favor de la aldea oculta entre las hojas. Tsunade tuvo que verse forzada a informarle sobre los aconteceres y posibles hipótesis para justificar el descuido del ataque. La Hokage desconfiaba de aquel pequeño y pomposo hombre, hijo de un poderoso feudal, ex samurái, que apoyaba las nuevas formas de gobierno propuestas por el nuevo Señor Feudal. Tenía una apariencia joven pero con una condición frágil. Siempre vestía con trajes oscuros y elegantes, estos resaltaban su palida piel y sus lóbregos ojos; los cuales eran grandes y podían expresar cualquier tormenta en ellos, menos caridad o compasión. Siempre se encontraba custodiado de guardaespaldas personales, anbus independientes que protegían a su señor con una fría y extraña devoción. Los ninjas no provenían de ninguna aldea; sólo los feudales más poderosos y el emperador podían darse el lujo de conservar una élite propia. Una situación que dificultaba el trabajo de las aldeas, pero por otra parte, tenían la ventaja de que únicamente servían para protección de sus líderes y nada más. El número era muy reducido y Tsunade pensaba que eso era para evitar conflictos entre sus guerreros y los shinobis.

Una semana después del ataque, Tsunade asistió a su acostumbrada reunión de la junta. Murai llevaba en Konoha un mes y ya se había acostumbrado a los quehaceres de la población shinobi, incluso actuando por su cuenta. La Hokage se sentía incómoda y reconocía que todo aquello la molestaba. Los shinobis servían a la nación, pero aquel individuo hablaba como si fuese la autoridad mayor. En aquella reunión les reveló la posible causa del fortalecimiento de Abukara y de cómo poder evitarlo. Propuso asesinar a las familias que se encontrasen vinculadas con los clanes antiguos, lo cual pretendía tomar los registros familiares y ver con quienes se enlazaban. En los países de la Cascada, la Niebla, la Lluvia, hasta del Sonido ya habían tomado cartas en el asunto. La idea horrorizó a Tsunade y se le opusó sin importar las reacciones. -¡No es necesario! Konoha, a diferencia de otras aldeas, hemos dado nuestra palabra a la ley del forje. No revelaremos el origen de nuestros habitantes, ni los asesinaremos a sangre fría… En caso de que se revelaran, allí actuaremos. No cometeremos una injusticia. Si será así, que ellos cometan el primer error para darnos motivo… Somos una clase superior de ninjas, estamos capacitados para enfrentar lo que sea -dijo con firmeza la mujer.

-Mmm… Eso no lo demostraron hace una semana… Admiro su valor para determinar sus decisiones. Pero, si hubiese sido más práctica, esas personas, a las que pretende defender tanto, no hubiesen escapado ni cometido los daños terribles de aquella trágica noche… - dijo burlón Murai. –Como líder se encuentra muy limitada por sus emociones ¿No se supone que un shinobi de categoría debe dejarlas al lado para el cumplimiento de su deber? Sobre todo siendo la legendaria sannin. Debería dar el ejemplo.

Tsunade se molestó. –Puede opinar lo que desee… Y le repito, Konoha es distinta de las otras aldeas por cumplir con su palabra. Puede ser que aquellos jóvenes ya no sean bienvenidos a este lugar… Pero no pagarán su traición con la sangre de su familia. Somos una comunidad, pero cada individuo es responsable de sus actos. En estos momentos sus familias son prisioneros nuestros, algunos de ellos no se imaginaron jamás que fue lo que había ocurrido… No juzgaré hasta ver unidas las piezas del rompencabezas y los causantes pagarán… Mientras tanto, nos concentraremos en el enemigo exterior. Konoha ya sabe por experiencia propia que el “tipo” de sus decisiones sólo nos ha causado más pena y enemigos…

Aquella vez Murai sonrió con sorna y no dijo más. Ahora, después de enterarse quiénes eran los miembros perdidos del clan, insinuó su propuesta con mayor autoridad…

-La señorita Haruno debe ser muy importante para que Akahaki siga aquí… Según lo que me ha dicho, Tsunade- sama, ella no tenía idea de su origen y desconoce por completo las posibles habilidades que pueda preservar. Habilidades mortales y prohibidas durante la era renacida después del Crisol de guerra… Si se une a Abukara, sus posibilidades de vencerlos se irán perdiendo cada vez más y más y más… -dijo Murai. -Es importante retenerla… Usted conoce el poder de los Abukara, enfrentó algunos en la gran tercer guerra ¿No es verdad?

-Sakura no sabe nada aún… Está bajo nuestra vigilancia… Además, la conozco, confío en ella y sé que sería incapaz de traicionarnos… -dijo Tsunade con firmeza.

-¿En serio?... Se fia mucho de su pupila… Pero el Señor Feudal del País del Fuego ha tomado la decisión de capturar y eliminar a todo aquel que dé una posible muestra de sublevación… Por eso estoy aquí, para evitar que sus deseos se vean ignorados. Todo es por bien del país. Si se llegasen a ignorar, el desacatado no será de un individuo… Recuerde, Tsunade-sama, el juramento de lealtad lo hicieron primero a su Nación…

El consejo tembló por sus palabras y Tsunade no tuvo otra opción que ceder. Una guerra civil, entre la nación y los shinobis no podría verse. Eso era lo que pretendía Abukara y no le parecería extraño que aquel hombrecillo estuviera de incógnito con ellos. Sus mejores hombres estaban vigilándolo. Tenzou no le quitó la vista en ningún momento, mas no encontraba nada que no pudiese asentar la teoría de la Hokage. Tsunade se sentía acorralada. –Sakura… sólo espero que no me falles...

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Corría por los pasillos, estaba asustada, Cada vez eran más grandes y distantes los corredores del lugar al que deseaba ir. La pequeña de cortos cabellos rosados lloraba con angustia. Su kimono rosa floreado le dificultaba el paso y la sangre comenzaba a traspasar la linda tela bordado de cerezas. Nunca se imaginó que pudiese huir algún día y la reciente sensación le hacía ver lo indefensa y débil que estaba.

Sakura llegó a una habitación, vio un pequeño armario y se adentró en él acurrucándose. Se tapó los oídos y se guardó los sonidos de la tristeza y del dolor, también bajó el nivel de su respiración para no ser escuchada. Después de ver lo que se avecinaba cerró los verdes ojos que le ardían como si hubiesen sido acercados al fuego.

Un hombre abrió las puertas, recorrió la habitación por un momento y después se dirigió hacía el escondite. Lo descubrió haciendo gritar a la niña…

-¡Aquí está! -dijo el hombre con una espada corta en la mano.
Sakura abrió aterrada los ojos. La mirada roja de aquel individuo le causaba temor. Hasta que poco a poco se fue desvaneciendo y los ojos rojos con comillas fuliginosas de éste se hicieron completamente negros. Se guardó la espada corta…

-No te asustes… No te haré daño. Todo ha pasado… -dijo con serena voz.

Sakura conteniendo las lágrimas lo observó. Llevaba un uniforme de anbu, el cabello negro y largo sujetado en una cola, y una expresión triste en su pálido y marcado rostro. –Tranquila, no te haré daño… -dijo extendiendo la mano hacía la niña.

Ella al principio lo veía con miedo, más al ver sus compasivos ojos le aceptó el gesto y se le acercó, le pareció conocido, como si lo hubiese visto de lejos y a su vez muy de cerca en algún rincón de su ya inexistente vida. El joven la abrazó, la alzó y comenzó a reconfortarla. –Tranquila… No dejaré que nadie te lastime… -Sakura no dejaba de temblar.

-¡Itachi! ¡Itachi! ¡Itachi!... -gritó un joven con el mismo uniforme y llegó. –Itachi, la encontraste al fin… -sacó la espada corta y al acercarse con una diabólica mirada roja sangre, la niña gritó.
Los ojos de Itachi se volvieron rojos y en un instante la espada salió volando. Su compañero cayó de rodillas con la mano lastimada mientras Itachi sostenía su espada y con la otra cargaba a la espantada niña.

-Basta -con tono seco. –La misión terminó, Shishui. -sujetó más fuerte a la niña y comenzó a salir.
-No ha terminado hasta que no exista ninguno… -dijo Shishui incorporándose. –Si la llevas, en un futuro nos causará problemas…

-¡Tonterías! -lo miró furioso. –Sí es así, nos hemos ganado nuestro futuro… -y se fue dejando perplejo a su amigo.

Al llegar al pasillo otro hombre lo confrontó. Itachi permaneció severo y Sakura lo miró…



La pelirrosa despertó con el sudor tibio. Se incorporó asombrada. –Itachi -dijo confundida y turbada. Luego un temblor la sacudió dolorosamente y se cubrió la boca para reprimir un gemido. Otras evocaciones llegaron de repente y el pecho le quería estallar de coraje y de una desbordante tristeza. Quería contener las lágrimas y el escalofriante temblor de todo su cuerpo.

Terribles retratos de su pasado olvidado llegaban a su cabeza. Recordaba a su padre luchar y ser vencido por un hombre vestido con una atemorizante armadura de anbu. Había sangre en las paredes, en el suelo y en el robusto cuerpo de Saburo. Éste tenía el rostro golpeado, un ojo desmenuzado y grandes heridas que le marcaban la tostada piel. Sin embargo, su único y verde ojo llameaba intensamente y su furia lo reanimaba con arrojo las energías vitales para enfrentar a su enemigo. Se irguió y su valor permaneció intacto hasta que el último gritó de combate lo silencio para siempre…

Añoranzas perdidas fueron llegando como ventiscas, las reconocía y las asimilaba. Eran imágenes tiernas con su padre, sonrisas, regaños, juegos, posturas alegres, melancólicas y traviesas. Sakura recordaba ser feliz en sus brazos y reír con el alma cuando estaba a su lado. Las emociones eran reales y revividas, y sintió que parte de su tiempo vivido con Sachi se desvanecían aterradoramente ante el dolor que ella estaba sintiendo en ese momento…

-¿Sakura? ¿Qué pasa? -preguntó Naruto que recién había despertado.

Sakura llorando lo abraza con fuerza, su gemido era desgarrador y Naruto estaba turbado, confundido y conmovido. Para tranquilzarla le acarició la cabeza como a una criatura y la acurrucó con sus brazos. La consolaba y acostados la cubrió con una manta que había encima de ellos. Naruto pensaba que se había tratado de un mal sueño, por lo que le repetía tiernas palabras de aliento…

-Naruto -dijo calmándose poco a poco Sakura… -Prométeme que jamás dejarán que te maten…Jamás permitas que te maten… No lo soportaría, no soportaría perder a alguien que amo… otra vez... ¡Juralo!.. -El pelirrubio la abrazó más fuerte y lo prometió. –Lo juro… -Poco a poco Sakura fue serenándose como una pequeña criatura hallando en el calor de Naruto consuelo y descanso. Al quedar dormida en sus cálidos brazos, mientras Naruto tarareaba una canción, unas lágrimas cayeron por las mejillas de Sakura. Uzumaki se las limpió y la observó con tristeza. No pudo evitar suponer que por quien lloraba era por Sasuke. Tal vez había recordado su partida y por ello, entre sueños, había pronunciado –Uchiha.

Continuará…


kittycat:
Capitulo 12

Las misiones habían sido otorgadas a los grupos jóvenes de jounnin y chounnin. Todos estaban preparados. Tsunade dividió en círculos la ubicación de la aldea para protegerla en todos los niveles, desde el centro hasta la periferia. Algunos ninjas ya fueron colocados al exterior para vigilar sus bosques y de la misma forma habían sido esparcidos por las zonas ya centrificadas. Ino, Shikamaru, Temari y Chouji mantendrían vigilada la periferia de la aldea, o sea el primer círculo de la aldea. Shino, Kiba y Hinata el segundo. Satín, Sai y Aiko el tercero. Los sensei de cada equipo se encargaban del centro, buscando sospechosos y protegiendo a la población. Toda Konoha estaba en alerta roja, impaciente, temerosa y aturdida. La gente temía otro ataque violento cómo el de la vez anterior. Las señoras ya no dejaban salir a sus hijos, cerraron puestos, locales y tiendas y salieron a los refugios que perfeccionaron después del ataque de Pain. La academia ninja estaba interceptada también. Cada ciudadano ninja estaba preparado para defender a su hogar y a su familia, algunos desde las guaridas, otros desde sus casas; para no despertar sospechas algunos cuantos habitantes se quedaron. No sabían cómo Akahaki podría aparecer de repente, pero el recuerdo de su primera aparición fue suficiente para hacerlos temblar y sentirse peor. Todos los niveles estaban protegidos. Chunnin, Jounnin y Anbus comenzaron a trabajar en la misma misión y en equipo. Algunos habitantes y ninjas se mostraban dudosos del ataque, otros no sabían que especular y unos cuantos estaban convencidos de comenzar a preocuparse.

Shino, Hinata, Kiba y Akamaru habían recorrido la zona que les había tocado. Hinata uso su don natural para revisarlas, pero nada había hallado. También se habían comunicado con sus otros compañeros sobre la misión e intercambiado calles para revisar mejor. El tiempo corría lento esa mañana, apenas iba a ser mediodía y les parecía increíble que aquella jornada se mostrara tan luminosa y tranquila; nadie diría que la aldea estaba a punto de ser atacada de no ser por la soledad del lugar. Kiba sonreía con esa idea y se la mencionó a su grupo. Hinata miró el cielo y asintió con tristeza y Shino sólo expresó que cualquier apariencia es capaz de engañar, sobre todo tratándose de su mundo.

-Eso sí -Afirmó Kiba y con una sonrisa picarona pensó alegrar un poco la misión con algo de conversación amena. –Como, un ejemplo ramplón, las mujeres… Sin ofender Hinata… Pero hay algunas que tienen caras de ángeles y son unos perversos demonios. O perversos demonios que en realidad son ángeles… o demonios que son demonios y ángeles que sí lo son…

Shino no expresó nada en su rostro… -Qué idea tan sonsa y sin chiste… ¿Qué tiene que ver con lo que dijimos hace un rato?

Kiba rió malicioso y Akamaru ladró contentó mientras era acariciado por su dueño. –jajaja… Por supuesto que nada que ver con lo dicho. Es para hacer más amena la tarea… Cuando me refería a lo de los ángeles y los demonios, quería preguntarte si Satín se inclinaba por algún lado de aquellos… -Shino tuvo un chispazo y Hinata se sonrojó.

Hinata…-Yo…Etto… No creo que Satín sea un diablo. A pesar de todo es buena gente y siempre nos ayuda… -miró a Shino.

Kiba sonrió y Akamaru ladró más. –Jejeje… De eso no me cabe duda. Pero ¿Qué piensa Shino de ella? -Shino se pusó rojo detrás de su cubierto rostro y Kiba al notarlo continuó. – Me da curiosidad… Es bella, guapa, fuerte y tiene un promedio excelente como jounnin; Sin embargo, también es frívola, angustiante y en ocasiones saca de quicio por ser una niña tan mimada… ¿O no? Tú mismo me lo dijiste Shino… ¿Cómo es que ahora pasas mucho tiempo con ella? Pensé que te irritaba su tono de voz -e imitándola. –“¿Verdad mi Shino?”-Hinata observó a Shino y este se ponía más tembloroso y rojo… Inuzuca y Akamaru disfrutaban al fin de poder intimidar a su adversario.

-Yo…yo…etto… -decía confundido Aburama. Kiba y Akamaru agudizaban los oídos y Hinata no sabía si sentirse tensa o sonreír por ver por primera vez a su parco compañero más tímido que ella. Shino recuperó la compostura y se acomodó los lentes… -Sí… eso pensaba. Pero… Cof…cof…cof… Cómo decía, las apariencias engañan, sobre todo tratándose de nuestro mundo y Satín…bueno, además de ser un tanto… odiosa e infantil… bueno…

Hinata, Kiba y Akamaru esperaban que dijera lo que todos sospechaban y agudizaron sus orejas…

-Es… interesante… es decir… Tiene cosas que… vale la pena… tratar… como compañera y conocer como shinobi. Tengo que reconocer que tiene buenas aptitudes y que…

Un estallido de carcajadas por parte de Kiba lo interrumpieron violentamente. Akamaru ladró una vez más con regocijo y Hinata sonrojada también dio sus nítidas risitas. Shino se puso más rojo y poco a poco fue creciéndole una venita furiosa en la frente…

-¡Dobe! ¡Dobe!...jajajaja… Lo creí de Lee…jajajaja…Pero jamás de ti…jajajaja… ¡Estás… estás… estás enamorado! Jajajajaja… ¡Shino está enamorado! ¡Shino está enamorado! ¡Shino está enamorado! ¡Y de la hija de Gai! Jajajaja… ¿O no Akamaru?- preguntó gustoso y el perro aulló.

Shino se había puesto furioso y se sorprendió al ver a Hinata riendo y ocultando su carcajada con la mano. -¿Tú también Hinata?- preguntó Aburama. Hinata tuvo un chispazo en la cabeza y lo miró risueña. –Pe…perdón Shino. Pero nunca antes te había visto así. Te veías gracioso.- y rió más Hyuga.

El serio ninja ahora estaba consternado y les ordenaba con la voz cada vez más alta que se callaran. Hinata, Kiba y Akamaru no paraban de reír más. Ver a su compañero tan exasperado era algo nuevo y divertido…

-¡Sensei! -la voz de una niña los interrumpió. Hinata sonrió con ternura y la saludó. –Hola Hanabi ¿Ya terminaron de inspeccionar la siguiente calle? -preguntó.

Hanabi Hyuga, la hermana menor de Hinata, ansiaba demostrar sus habilidades y por ello decidió entrar a la academia ninja para ser un jounnin especialista. Con tan sólo trece años ya se preparaba para presentar los exámenes chunnin y su sensei, Shino, la instruía. Junto a sus compañeros, su amor platónico, Chikao y su mejor amigo Doi, revisaba el mismo círculo que su hermana y maestro. La chica de cabellos castaños oscuros y ojos grises asintió y dio una explicación de la zona. Nada parecía que la trastornara.

-Bien Hanabi. Ahora tenemos que ir al extremo posterior del círculo e intercambiar con Ebisu y su grupo.- Los chicos que habían llegado al mismo tiempo que su compañera notaron extraño al profesor y Chikao fue el primero en preguntar. –Sensei ¿Se ve extraño? ¿Lo hicieron enojar? -Doi, quien era el exasperante del grupo, dio un chispazo en la cabeza. –Esta vez no hice nada. Estaba con ustedes dos. –dijo el muchacho al saberse el único en hacer enojar a Shino. Hanabi y Chikao lo miraron como a un tonto.

-No… Esta vez no fuiste tú. –dijo Kiba. –Es que Shino sufre de cierta ponzoña amorosa ¿Verdad, Hinata? -preguntó. Hinata se sonrojó y luego ambos comenzaron a reír. – ¡Una abeja reina lo picó! -repitió entre risas Kiba. Shino mostró más venas en la cabeza y se le pararon los cabellos.

Los tres chunnin pusieron cara de “Mi… no enteneder”, hasta que Chikao observó a su profesor y… -¿Acaso la abeja reina es la señorita Satín Nimura?... -Shino se escandalizó y su boca quedó cerrada por la impresión, y pensó -¿Cómo rayos es que lo saben? -… Luego sus tres discípulos rieron también. Shino se sintió pequeñito al no saberse defender de la burla de los demás. Pero se mantuvo erguido y resistiendo la “terrible” tortura…

Doi… -Sí… Ya todos lo sabíamos. Incluso, apuesto a que se siente mal el sensei por competir con alguien como Rock Lee. Jajajaja…

Todos se imaginaban a Shino casándose con Satín. Sorprendiéndola en la luna de miel con sus amigos los insectos y teniendo a niños domadores de bichos con grandes lentes cubriéndole los ojos. Satín fue descrita primero como una feliz y espanpaneante novia, después era vista como una gritona ama de casa regañando a sus hijos por traer bichos extraños en la casa y luego a Shino por incitarlos a traerlos. Ya que todos sabían que ella les tenía miedo a los insectos y gritaba como loca al verlos…

Hanabi no pudo evitar bromear… -¿Qué dirá el sensei Gai? Es decir, tu suegro jajaja…- todos rieron más.

-Bueno… Lo del padre y su fobia a los bichos se arregla con sólo observar lo bonita y sexy que es… -dijo Chikao. Rió hasta que Hanabi celosa lo golpeó en la cabeza y lo dejó noqueado en el suelo. -¡Con que no te gustaba! ¿Verdad?... -dijo furiosa Hyuga. El grupo se asombró, jamás supusieron que tuviera un carácter así, y luego se consternaron más al ver que Hinata carcajeaba más fuerte…

Mientras el grupo disfrutaban de esos momentos agradables, antes de continuar con el trabajo, no se dieron cuenta, que en un callejón eran observados por tres figuras cubiertas entre las sombras.
-Se ven amigables… Lástima que no podamos relacionarnos con ellos… En fin, tal vez sea en otra vida…- dijo una voz serena y con aire de resigno.

-Claro, sí es que llegan a ver ellos otra vida… -dijo sárcastico otra voz más dura.

-¡Ash!... ¿Ya van a empezar con sus cosas existencialistas y funestas? ¡Qué aburridos! - bostezó la voz más amena… -Me estoy exasperando. Estando aquí me haré anciano y moriré antes que esos tartalas por escúcharlos a ustedes… ¿Por qué no mejor en lugar de gastar chakra con ellos para liquidarlos, les hablan del yong y el yung, y de las significaciones de la vida y la no vida, o lo que sea... ¡Auch!... -Fue golpeado por el dueño de la primera voz.

-¡Cállate! -dijo susurrando la primera en hablar. – ¡Te escucharán y vendrán!... ¡Echarás todo a perder como lo dijo Eichiro!... Además, no es el yong y el yung. Es el yang y el ying… ¡Baka!... –lo volvió a golpear.

-Ya basta los dos… -insinuó el sárcastico.- Mmm… es divertido esto. Esos bobos no tienen ni idea de los apuros en que estamos. Creen que son ellos los que están en aprietos… jejeje… Es excelente la idea de mantenerlos en la expectativa.

Estaban en silencio observando cómo el grupo de Shino se retiraba. Luego la voz amena, con un tono ahora de reproche, se le insinuó al sarcástico…

-¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo?... ¿No vamos a actuar otra vez? ¿Acaso los mataremos de suspenso antes de que nosotros muramos de aburrimiento?... ¿Entonces qué rayos hacemos aquí observando a estos pusilánimes? -con fastidio rugió y luego con un tono infantil suplicó – ¡Yo quiero divertirme!... Dejáme hacerles tan siquiera una pequeña bromita para divertirnos un rato… -iba a salir pero fue detenido con un jalón y golpeado en la cabeza otra vez por el de la primera voz. -¡Tarado! ¡El plan es primero!...

La voz amena la imitó refunfuñando… -¡Tarado! ¡El plan es primero!... -y así estuvo imitando los regaños de su compañera, hasta que aquella se exasperó y comenzó a ahorcarlo.

Sin darse cuenta se detuvieron. Los ojos de ambos brillaron con horror y descubrieron que habían sido paralizados. Un dolor, parecido al de una quemadura comenzó a recorrerles los músculos de los brazos y piernas, su temperatura comenzaba a elevarse. No podían gritar, enmudecieron. Sólo el de la voz amena dijo con sufrido trabajo…-¡Ya…ya…ya…entendí!... O…KI…DO…KI… -y cayeron al suelo cansados como si la respiración se les hubiese detenido para volver precipitadamente.

-Bien -dijo el tercero. –Que no se repita… No exasperen… Sí actuaremos, pero con cautela…-luego el de la voz amena hizo silenciosos gestos de infantil alegría.

-¿Pero cuándo? -preguntó la joven.

-En cuanto Rin nos dé la señal… El fin del plan es más sencillo. Es causar más confusión… ¡Fou!... ¿Quieres actuar de una vez?... -dijo mirando al joven, quien se levantó de inmediato con una mano firme en la frente para mostrar su total disposición.

-¡Sí señor! -dijo susurrando y con una malévola expresión detrás de su máscara blanca. Esta se dividía en dos, un lado azul cuya boca curvada mostraba tristeza y una lágrima de cristal salía del ojo, y la otra parte era roja y expresaba una escalofriante sonrisa con un ojo que lloraba fuego…

-Bien… Ve a recorrer la aldea y observa cómo están dispersos. Después ve a darles la información a los demás para que sepan cómo desperdigarse…

Fou se inclinó agradecido y entre discretas risas desapareció en una nube de humo naranja. La joven que lo vio partir observó después al grupo de chounnin. Estos seguían allí hasta que apareció otro hombe, un anbu…

-Tenzo… -dijo Kiba.

-Tsunade-sama quiere hablarles… -Los chicos y el perro se fueron. Luego Tenzo estuvo restregándose la cara porque una abeja lo molestaba. -¡Maldita! -dijo mientras marchaba para vigilar el lugar de Hinata y Kiba. Luego se golpeó el rostro provocándole dolor y sólo así fue el insecto lo dejó en paz.

-Fou es un baka -dijo la muchacha y creyó haber escuchado su escandalosa risa en miniatura al ver como Yamato había caído en su trampa.

-Tenemos a dos Huyga más en la aldea… ¿Te queda polvo aún? -preguntó el hombre a la joven.

-Bastante, pensé que serían más… -respondió. – ¿Quieres que se los echemos de una vez?...

-Cuándo las tengamos más cerca. El clan Hyuga debe estar también vigilando… -luego el hombre levantó una mano e hizo desaparecer una capsúla de energía invisible que los cubría. El rincón oscuro no pareció haber cambiado. Ambos llevaban máscaras, la chica llevaba una que dibujaba delicadas ramas con flores y unas aves, la máscara del hombre era tétrica y tenía colmillos y colgaban de ella cabellos rojos y azules similando a un león, ambos llevaban el traje negro y sedas. La mujer portaba un kimono de combate y el hombre una especia de yukata, sostenía una espada corta y otra larga, así como la chica, pero más pesadas.

Los dos se levantaron de su escondite y comenzaron a marchar. -¿Ahora qué hacemos?- la muchacha seguía los pasos de su líder. –Mmp… Vamos a preparar todo para la fiesta. Un toque por aquí, otro por allá… Nadie lo notará…Si no se han dado cuenta que somos más de siete, menos de la sorpresita que les depararemos…

-¿No estaremos fastidiando a Eichiro y a Minako?... Eichiro nos dijo que… -el tono de la joven sonaba preocupado.

-Midori, Midori, Midori… Hay en ocasiones que para apoyar al equipo debes de dejar de pensar en ellos por un momento para hacer mejor tu trabajo como individuo, de lo contrario seríamos igual de ineptos que estos mediocres de la aldea oculta entre las hojas…- Midori no parecía convencida. –Descuida, por algo Eichiro confía en mí…- repondió el hombre para calmarla. –Orochimaru también llegó a confiar en ti, Bairei… Y mira lo qué pasó.

Bairei rió y abrazó a Midori con camadería. Después desaparecieron del callejón.

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Konohamaru, Moegi y Udon estaban caminando por las calles del tercer círculo. Atentos y preocupados. Udon estaba un poco asustado, Moegi nerviosa, pero Konohamaru, además de compartir las mismas sensaciones de sus amigos, también se encontraba emocionado. Sentía que algo asombroso estaba a punto de ocurrir y, por tratarse de su más ardua misión ninja, observó e inspeccionó cualquier detalle de su espacio. No quería que nada se le escapara y aquel optimismo ponía más nervioso a sus compañeros. Udon y Moegi no se sentían tan seguros en enfrentar a los siete akahaki. Los tres ex gennin habían ido con su maestro Ebisu, después de convencerlo al fin de que los invitara a la feria, para divertirse y celebrar que habían pasado los examanes chounnin; nunca imaginaron ver seres tan poderosos. Ni Ebisu pudo sostener por más tiempo una batalla con uno de ellos. Nadie, ni Naruto podían presumir al principio que fue fácil aquel enfrentamiento.

-¿Qué haces Konohamaru? No hay nadie allí… -dijo Moegi al notar que incluso el chico se metía a los botes de basura para inspeccionar.

-No debemos de confiarnos. Recuerda que uno de ellos desapareció y quizás escapó transformándose en una cosa común, como un cáscaron o una lata o… -decía Konohamaru.

-Sí, pero eso sería muy obvio. No creo que teniendo una mente tan maléfica usaran algo tan prosaico. Todos lo saben. –dijo Udon.

Konohamaru no se resignaba y lanzó un kunai y una shuriken hacía un bote de basura y lo atravesó. -¡Sal basura! ¡Se qué estás allí! -gritó al bote y nada sucedía.

-¿Qué sucede?- preguntó apareciendo Ebisu, quien llevaba un fino bigote, dos vendas en sus mejillas, un brazo con un ligero yeso y una herida en la frente que ya había cicatrizado. Un Akahaki se los hizó en el combate. –Amo Konohamaru, ¿Se da cuenta de lo que hace al agujerar a un indefenso bote de basura? -decía al acercarse el instructor al dichoso objeto. Se asomó y luego espantado gritó cuando un par de ratas y un gato saltaron cerca de su cara. Los tres chounnin no pudieron evitar reír hasta que observaron la cara enfurecida de su líder.
-¡Están perdiendo tiempo aquí! ¡Ya pasó su turno y deben ir de inmediato al otro lado del círculo! ¡Shino y su grupo no han de tardar!... Deben de proteger la zona muy rápido y no descuidarse -rugió. Konohamaru era el único que no estaba apenado.

Moegi trataba de justificarse. –Lo sabemos, pero Konohamaru tuvo la tonta idea de revisar todo de nuevo. Él cree que pueden estar escondidos en un lugar como un vulgar bote de basura y yo le dije…-Ebisu la interrumpió y les ordenó salir de inmediato para el siguiente lugar. No podían descuidarse así. Los movimientos debían ser rápidos para mantener constantemente la vigilancia y no permitir que nada se les escapara.

Konohamaru estaba molesto, mas aún se resignó y junto con sus compañeros salió al lado posterior del círculo. Ebisu se quedó por un momento. La idea de su más inquieto discípulo no era del todo descabellada. Entonces se dirigió para investigar mejor el bote y al acercarse a él no vio nada y suspiró. –Fantasías de… -entonces otro gato le saltó del interior del bote hacia la cara, arañándosela con gran frenesí. El miníno estaba muy asustado y no se soltaba de Ebisu que corría alrededor del callejón agitando los brazos. Intentaba de todo para quitarse al animal de encima; lo jalaba de los erizados pelos o de la cola, lo cual empeoraba la situación porque se aferraba más, y hasta se llegó a estrellar con la pared; mas el gatito era muy listo y se giraba al lado de atrás para que Ebisu recibiera el impacto en el rostro. Después arrojó al gato al bote, lo metió de nuevo con gran esfuerzo y después lo cerró. Colocó unas cajas pesadas sobre él y lo pateó enfurecido… -¡Para que se te quite miserable felino del averno! -y se fue a alcanzar a sus discípulos.

El callejón siguió solo y por unos momentos nada ocurrió. Justamente, después que terminaran Shino y sus alumnos de inspeccionar allí con los insectos del jounnin, el byakugen de Hanabi, el poder sónico de Chikao y la técnica del péndulo en Doi, el bote de basura comenzó a saltar, luego se sacudió tirando las cajas, cayó de lado y sacó una masa grisácea y casi café, luego está se cubrió con una nube de humo del mismo tono. El gato salió aterrado. Un hombre desaliñado, sucio y con el uniforme de Akahaki estaba sentado sobándose la cabeza. Alzó su mano y desvaneció una capsula invisible de energía. Después se quitó un kunai y una shuriken que tenía clavados en el brazo y lloró al ver la sangre. Unas ratas salieron de los otros cestos y se acercaron para lamer las heridas. El hombre llevaba una máscara que tenía dibujado el rostro de un roedor, tenía el cabello oscuro castaño largo, revuelto y sucio, y unas extrañas flautas y silbatos estaban sujetos en un cinturón que a su vez se cruzaba en su tórax.

-Gracias amiguitas… -decía gimiendo y luego se levantó con un puño cerrado y miró dramático al cielo. –Juro, ante ustedes, que esos enanos me las pagarán, aunque sea lo último que haga… Bueno, será lo último porque todavía tengo está misión…-dijo cambiando el tono a uno normal. Después tomó uno de sus silbatos y lo sopló por un agujero de su máscara que simulaba el ocico. No se escuchaba nada, pero algunas ratas de otros rincones agudizaron los oídos. Luego de terminar el hombre suspiró… -Rayos, aquí no hay suficientes para formar un ejército… Con razón no me siento en mi sitio. -El hombre fijó su mirada hacía una sombra que acabó de escabullirse y sonrió detrás de su máscara.

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-Ha empeorado. No sabemos cómo fue. Tsunade-sama no lo entiende. El daño es físico no espiritual. Al principio creyó que se trataba de un veneno que quizás usó para destruirse y evitar confesar. Algo ilógico tratándose de él, ya que asegura que sólo morirá a manos de aquel que sea digno de ser su heredero. Es decir, según él, el shinobi de la sombra blanca. Por ello se niega a morir… -dice Shizue a Kakashi y a Sasuke mientras observaban por medio de un cristal de interrogatorio como Tsunade atendía a Eichiro. Éste sudaba tembloroso, estaba inconciente y se veía mortalmente pálido.

Tsunade no le veía buen semblante y le aplicó unas inyecciones. Eriki estaba a su lado sosteniéndo una bandeja con medicamentos, trapos húmedos y una jarra con un amarillento líquido. La joven temblaba con la bandeja y trataba de controlarse para que la Godaime no le dirigiera miradas de odio. Ambas llevaban las bocas y las manos cubiertas. Tsunade aplicaba el líquido amarillo en ciertos puntos del cuerpo para dar más fuerza a sus defensas y hacer que se aliviara rápido. Eichiro estaba acostado y con sólo unos pantalones de algodón oscuro cubriéndole.

Kakashi suspiró. –No se ve bien ¿Qué le diagnósticaron? -preguntó. Shizue, que sostenía unos folders, abrió uno y revisó el historial médico. –Se diagnosticó como una fiebre sencilla y muy avanzada, gripe. Claro, esta ataca las celúlas del cuerpo y hace que sea lenta la recuperación de sus heridas en combate. Muestra todos los síntomas como tal.- esto dejó confundido a ambos espectadores.

Sasuke no lo creía. –Debe tratarse de algún truco. No puede estar repentinamente emfermo… ¡ja! ¡Qué oportuno! ¿Cómo es que la gripe puede provocarle algo así a él?

Shizue le pasó los datos. –Tsunade-sama también piensa lo mismo. Pero lo hemos revisado y el mismo Inao se niega a aceptar que se ha contagiado con un extraño virus de la gripe. De dónde viene suelen aparecer esas enfermedades extrañas. Más al norte de la aldea oculta del río escondido. Tengo entendido que usan esas bacterias como armas para liquidar ejércitos, hasta poblaciones enteras. No me parecería extraño que estando en guerra se lo hayan administrado. Algunos tardan en despertar, hasta años… -concluyó.

Sasuke revisó el historial médico y Kakashi habló. –Mmm, eso sería un buen golpe de suerte si Tsunade averigua de que bacteria se trata para curarlo. Es curioso que, si es como lo dices, haya ocurrido en este momento. Bueno, así no escapará… - Sasuke cerró el folde, todo le pareció extrañamente normal.

- Ni transladarse. Su condición es muy severa y no podemos llevarlo al recinto con una manifestación tan dudosa. Debe de quedarse en el sanatorio hasta recuperarse.- Uchiha estaba muy molesto. –Él hombre no desea irse de aquí. Seguramente está así para esperar el rescate de sus sectarios.- rugió.

-Tal vez. Por eso lo mantendremos vigilado… No se saldrá con la suya ese berrinchudo. - dijo Kakashi y miró al Eichiro. –Esto no debe sorprendernos. Eichiro no es de los que se hacen querer o estimar…

-Eso… Perdón, pero creo que será inútil si pretenden salvarlo así. Eso sería su muerte. Sí sale empeoraría. La bacteria ha avanzado muy rápido, me preocupa que Tsunade-sama se le dificulte contrarrestarla… No es normal. -afirma Shizue.

-Nada con Eichiro es normal, ni con Abukara o Akahaki… Incluso su fortaleza. Si eso le hace la bacteria a él, qué no le hará a alguno de nosotros. -concluyó Kakashi.

-Parece luchar por su vida… -dice Sasuke y luego de unos minutos de silencio… -¿Cómo es eso del shinobi de la sombra blanca? ¿Morir a manos de su sucesor?...

Kakashi giró su oscuro ojo hacía él. -¿Shinobi de la sombra blanca?... Ah… Sí… Una vieja leyenda relativa al viejo mundo. Dice Eichiro que es invencible por ser descendiente de los “Guerreros de la Luz”, una especie de “Dioses”, por así decirlo. Y que el único en vencerlo, que para él es equivalente a su muerte, será un shinobi que lo sobrepase en fuerza y poder para así lograr legarle el secreto de todo su saber y que no se pierda el legado de esos “dioses”… Está loco de remate, pero a veces me hace pensar que puede ser verdad. En fin, a veces es una curiosa cajita de sorpresas. -terminó con una mano en la barbilla y mirando hacia el techo.

- ¿Es decir, que si es eliminado por el shinobi que dice ser el shinobi de la sombra blanca, éste conocerá la fuente de su poder? -preguntó Sasuke.

-Exacto…-señaló su ex sensei. -¿Por qué? ¿Te interesa vencerlo?

Sasuke bajó su mirada, aunque ya era obvio que Kakashi había adivinado sus intenciones. –Sasuke… Muchos lo han intentado. Ve la prueba, éste sigue aquí… Bueno… espero que siga… Al menos para sacarle más información… -miraron al pálido hombre. –Sería algo muy irónico que muriera así ¿Qué rayos haría una bacteria con tal información “divina”? ¿Causar una epidemia?... -un símbolo de interrogación llegó a su cabeza.

-¿Ese poder qué es exactamente? ¿Y por qué “shinobi blanco”? -Sasuke pensaba que quizás era la clave para conseguir el poder máximo del mangekyo sharingan.

Kakashi lo miró otra vez con más curiosidad. – ¡Vaya Sasuke! Tenía años que no te escuchaba preguntar con tanta curiosidad. No desde que eras un gennin y durante esa etapa fue muy poco lo que preguntabas. Mmm… Dejáme recordar.- miró al techo otra vez colocando su mano en su barbilla. –La leyenda cuenta que se dio una guerra entre dioses y demonios en la primera etapa de la tierra. Los dioses, para evitar que los demonios volviesen a conquistarla crearon a los famosos “Guerreros de la luz”, los cuáles tenían en su esencia una parte del poder de los dioses para controlar y transformar la energía de la vida, y así proteger la tierra. Este poder que guardaban les permitía incluso acceder a los distintos mundos que nos rodeaban, es decir, mundos espirituales, y a llegar a estar cerca de las técnicas de los dioses. Los “Guerreros de la luz” crearon técnicas de combate insuperables. Pero era tanto su poder que no pudieron controlarlo y por ello se vieron necesitados de guardarlos en sus cuerpos y sólo sacarlos cuando algún demonio quisiese aprovecharse de su objeto protegido. También sé que tal poder puede superar todas las técnicas conocidas a la fecha e incluso fortalecer algunas, bueno, eso dicen las voces. Y en cuanto a lo del shinobi de la sombra blanca… -Kakashi se quedó pensando más profundo.

Sasuke esperaba ansioso la respuesta. Kakashi lo observó y se rascó la cabeza. –En cuanto a lo del shinobi de la sombra blanca… No tengo idea…- Sasuke puso un semblante oscuro y casi caía de espaldas. –No es posible… -decía Uchiha. –Justamente cuando tenía más curiosidad…

-¿Es qué nunca te contaron la leyenda de niño? -preguntó Kakashi.
Sasuke con gesto molesto. –No recuerdo muchas cosas de mi infancia. Usted sabe por qué. -dijo y Kakashi se disculpó con su usual tono.

Sasuke urgó por unos momentos en su memoria y al fin recordó algo al respecto…


Sasuke salía de su casa a ver cómo practicaban sus tíos sus técnicas. Todos le decían que era muy pequeño para llegar a su nivel y él estaba dispuesto a descubrir qué era lo que le faltaba, además de la edad, para poder revasar su nivel y llegar hasta Itachi. Al querer llegar al patio, vio a su hermano ponerse los zapatos para salir. –Itachi ¿A dónde vas? - preguntó el niño.

Itachi se giró con una agradable sonrisa. –Iré a ver al maestro Toju. -terminó de colocarse los zapatos. -¿Quieres venir? -preguntó de repente y sorprendiendo a Sasuke. Los ojos negros del pequeño brillaron con ilusión, pero luego sacudió la cabecita. –Espera… Eso es raro. Tú nunca quieres que te acompañe cuando vas con el sensei Toju ¿Qué tramas? -dijo desconfiado. Itachi lo miró serio por un largo tiempo, hasta que dio una sonora carcajada.

Sasuke se irritó. –No le veo la gracia. -Itachi lo miró de nuevo sonriente. Se acercó al niño y de forma imprevista le pegó en la frente con los dedos. – ¡Ahy! ¿Por qué hiciste eso? -dijo el niño sobándose la frente.

-Es para no hacerte dudar. Lamento que te deje todo el tiempo a la expectativa. Pero algún día será tu turno de mantenerme al margen a mí. -Sasuke no entendió sus palabras y se quejó más cuando Itachi le revolvió más el cabello.

-¿Vienes o qué? -dijo el hermano mayor ya cerca del marco de la puerta.
Sasuke sonrió y le gritó que sí. Rápido se puso los zapatos y salió casi volando a su lado.
Durante el camino Sasuke jugaba con su hermano mayor. Corría a su alrededor y era alcanzado o tocado. Se la pasaban tan bien que no se dieron cuenta cuando llegaron a su destino. Frente a ellos estaba la biblioteca de la aldea. –Al fin llegamos -dijo Itachi.

Sasuke se mostró un poco desilusionado. Él creía que iba a ver uno de sus misteriosos entrenamientos o prácticas mortales del legendario Toju Arato. Más no estar en el viejo y olvidado acervo de Konoha. -¿Qué tienes? -preguntó Itachi. -¿Qué hacemos en este lugar tan aburrido? -respondió Sasuke molesto.

-Aquí vive el sensei Toju. También es encargado de la biblioteca de Konoha. Un buen shinobi también se prepara mentalmente en las artes ninjas… -dijo Itachi, pero Sasuke no estaba convencido. -¡Ven! ¡Te la mostraré! ¿Acaso no me decías que tenías curiosidad de saber dónde vivía el sensei Toju?... Nuestra teoría de que fue criado por una manada de lobos puede averiguarse si observamos juntos el lugar… -y el mayor de los Uchiha le tendió la mano.
Sasuke llegó a él y se la tomó. Juntos entraron al lugar.

Itachi abrió la puerta de la entrada y llamó a su sensei. Toju no contestaba, por lo que los dos hermanos se adentraban. Sasuke estaba asombrado al ver tantos libros y pergaminos en los estantes. Le costaba creer que en ellas hubiese tantas técnicas guardadas y la curiosidad por inspeccionar el lugar acrecentía. Seguía apegado a su hermano e Itachi con regodeo pudo admirar su expresión de asombro.

-¿Itachi? -dijo una amable y fuerte voz. Toju bajó de unas escaleras y observó contento a su alumno mientras sostenía un pergamino. Llevaba puesto una yukata de descanso. –Me alegra que llegaras. Pensé que te habías decidido por la misión. -y se acercó a ellos. Itachi sonriendo. –Esta es una mis misiones y sé que cuento con su ayuda.

Sasuke observó al maestro. Le parecía agradable su apariecia lobezna. Su piel morena, su barba rodeándole el mentón, sus oscuros cabellos parados y sus ojos dorados destilaban una gran confianza. Sasuke no sabía por qué, pero le caía bien y sentía complacencia. Sabía que era un jounnin muy poderoso y que era una leyenda en Konoha y el exterior, lo llamaban “El lobo de la sombra oculta”. No tenía idea del por qué, pero el nombre le sonaba genial. Toju era el sensei de Itachi desde muy pequeño. Fue su único alumno estos últimos seis años y le enseñó las mejores técnicas de él y que conocía de otros combatientes. Sasuke deseaba que algún día fuese su sensei y se sentía feliz de que Toju le prometiera que algún día lo haría.

-¡Sasuke!… ¡Me alegra verte aquí! -le sacudió el cabello. -¿Qué piensas de mi dulce hogar? -Toju sonreía.

Sasuke miró a su alrededor. –Tenía razón Itachi. Parece una guarida de lobos. Casi no hay luz…- Itachi se sonrojó y le reclamó a Sasuke. Toju rió. –Por algo me apodan lobo jajaja. Mi hogar parece una guarida. Pero te la muestro…

Toju Arato le mostró a Sasuke la biblioteca, cómo estaba catálogada, cómo se ordenaban los volúmenes y dónde se encontraba la sección más interesante de todas, la sección de técnicas e información de combate. Toju maravillaba al pequeño con la expricación de algunos contenidos de ciertos pergaminos o libros. Sasuke estaba ansioso de comenzar a leerlos y más cuando supo que su hermano también los leía. Toju le narró algunas anécdotas sobre aquellos jutsus y más adelante invitó a los hermanos a tomar el almuerzo con él. Durante ese tiempo platicaron, rieron con algunos comentarios y se la pasaron amenamente.

Toju decidió mostrarle a Sasuke sus pergaminos personales al niño. Siendo un experto en estrategía también escribía e inventaba nuevos jutsus. Algunos fallaban aún, era cómo un científico loco, bromeaba Itachi, pero muchas de las técnicas de éste eran invento de su sensei.

Además, con gran parte de ellas había logrado ganar batallas y guerras importantes. Sasuke aún no entendía algunos trucos por su complejidad, entonces Arato les dejó los más sencillos para que los practicase y los aprehendiera. Sasuke se sintió alagado cuando el sensei le prestó su estudio para leer y practicar sus justsus. Mientras Sasuke estudiaba, Itachi y Toju salieron.

Sasuke leía primero los pergaminos y más tarde practicaba la técnica con cuidado. La primera era como hacer un sello para remplazo de manera más rápida y sencilla, la otra era un sello para incrementar clones, el siguiente para crear ilusiones con las armas y los taijutsus. Algunos le parecían demasiado avanzados, siendo que apenas estaba aprendiendo lo básico. Sasuke al fin había aprendido algunos y decidió ir a enseñárselos a Itachi y al sensei.

Fue a la oficina de Arato cuando los escuchó hablar…

-Tú sabes lo que pienso al respecto. No me gusta que se meta con ese clan. Y me alegra que compartas lo mismo que yo; pero, tienes que acceder a lo que te ordena tu padre. De otra forma tú serás quien tenga dificultades con tu propio clan. -decía Toju.

Itachi se veía muy preocupado. –No entiendo ¿Qué planean siguiendo una tonta leyenda?
Toju sonrió. –Es más que una tonta leyenda… ¿Conoces el origen de tu familia? Sí es así, entonces ya debes de saber porque tu clan es enemigo del otro, y también porque existe este conflicto con los demás aldeanos…-Toju se dirigió a una puerta secreta y sacó unos viejos y polvorientos pergaminos. Los extendió y se los enseñó a Itachi. El joven los estuvo leyendo y cuando terminó sus ojos estaban abiertos con asombro. - ¿Todo es verdad? - preguntó con un tono de voz que a Sasuke le parecía irreconocible.

Toju suspiró. –No le digas a nadie que yo los tengo. Ni tampoco que ya sabes la verdad… El Hokaghe me pidió discreción y sólo a ti te lo he confiado. Me parece importante que antes de tomar una descisión por tu cuenta debes de conocer ciertas cosas. Este poder no puede ser alcanzado de forma tan sencilla. Se requiere cierto… sacrificio, a diferencia de los otros dones porque es un poder prohibido por los dioses y permitido por los demonios. - tocó los pergaminos.
-Estamos malditos… ¡Si es así, no le veo caso que no nos enfrentemos a Saburo y a toda su élite!… ¡Ni tampoco seguir siendo solapados por Konoha! -exclama Itachi enojado y apretando los puños.
-¡No digas tonterías! -le regaña Toju. –Si te enseñé esto es para que pienses y no para agitarte emocionalmente… Sí hay un sentido, y es el que tú deseas darle. La información que te doy es para que no seas una estúpida oveja bajo el mando de tu clan y de ningún otro. Piensa en lo peligroso que sería si alguien despertara el último Don… El tuyo no tiene comparación, es único. Ahora sabes que no sólo pudo haber derivado del Don de los Hyuga. Es más complicado tu doujutsu, tiene más facetas y niveles que incruso llegarían a competir con los mismos Dioses.

Itachi reaccionó. –Por ello insiste tanto mi padre con Haruno. Ellos saben como obtenerlo.
Toju lo observó. –Son sus custodios y de otros tantos secretos. Pero Fokagu no sabe con que se está metiendo. Esta ponzoña ya comienza a contaminar el aire y se esparcirá hasta axfisiarnos. Pero los únicos que pueden detenerlos son ellos mismos, Saburo y tú padre. Ni siquiera el Hokaghe. Por eso todos los anteriores kaghes lo prohibieron…

-Y a ti te nombraron custodio… -dijo Itachi. –Custodio mío y de mi clan. Para que no intentaramos nada. -parecía decepcionado.

-No es tu culpa, ni de tu padre, ni de tu familia que desde la fundación fueran vistos con desconfianza. La gente interpreta mal el pasado cuando no se tienen el resto de las piezas y por desgracia rayan más allá de la imbecilidad. Pero tú no debes dejarte arrastrar por el odio ni la tristeza. El mundo puede fallarte, pero la única verdad es que tú no puedes fallarte a ti ni a los que te importan. El mundo siempre se va equivocar y sin intención. - dijo Toju.

-El sacrificio… para el poder ¿Cuál es? -preguntó Itachi.

-El precio es dar a cambio lo que te hace humano… Por eso es un don maldito. -Itachi lo miró sin comprender. Toju sonrió. –Muchos no lo entienden en sus vidas. Pero sólo tú lo sabrás ya que tienes la elección de seguir en el lado en que estás o pasarte al otro y terminar con todo…No sientas rencor contra los tuyos, Fukagu sólo desea protegerlos. Ya comienza a divisar las amenazas y siente que si no actúa rápido todos irán en su contra. Es una lucha de supervivencia…
-¿Y qué se supone que haga? -Itachi estaba consternado. -¿Y sí yo también deseo ese poder?
-Es tú descisión… Ya conoces cómo se están moviendo los jugadores. Ahora te toca sólo a ti elegir cuál será tu jugada y ver que tanto estas dispuesto a dar por ese Don… Recuerda, en cualquier elección tendrás adversarios y en alguna de ellas estaré yo… Me gustaría que no fuese así, pero no esta en mis manos…

Itachi bajó la mirada. –Supongo que eso forma parte del precio…- Toju sonrió. Sasuke miraba a su hermano con trsiteza. –Para conseguir el poder, mi padre, debe vencer a Saburo y a su élite. Y yo para…

Sasuke tuvo un mal presentimiento y entró precipitadamente a la habitación fingiendo entusiasmo. – ¡Itachi! ¡Itachi! ¡Mira lo que apredí! -Sasuke comenzó a dar una larga expricación de los trucos que había aprendido en el pergamino. Toju guardó rápido los pergaminos de modo que Sasuke no los viera.

Después de que Toju le diera unos consejos a Sasuke sobre cada juntsu y le regalara los pergaminos, los dos hermanos se fueron hacia su casa. Estaban callados e Itachi trató de hacer más corto el camino…

-Bien Sasuke. Casi el sensei me recrimina la crítica de su casa. Pero ambos si estamos de acuerdo con que es una guarida más que una casa ¿No? - dijo sonriente, mas el pequeño estaba callado.

-Itachi… -dijo de repente con un tono miedoso. -¿Lastimarías a papá?
El mayor de los Uchiha abrió los ojos con sorpresa.


Sasuke se sacudió la cabeza y se colocó una mano en la frente. Esta comenzó a dolerle al mismo tiempo que los ojos.
-¿Estás bien? -preguntó Kakashi
-Sí… es el polvo. Aún no ha dejado de afectarme, pero ya es leve. -dijo el pelinegro.
Luego permanecieron otra vez callados y Kakashi suspiró con ironía. –No sé si sentir lástima por Tsunade o por esa pobre chica… -dijo señalando a las dos mujeres.
Tsunade le ordenó algo a Eriki y esta asintió. Dejándo la bandeja en una mesita, no sin antes casi tirarla. Luego intentó abrir la puerta, pero no podía. Tsunade irritada le dio señal de que era del otro lado con la mano. Eriki no le entendió al principio, hasta que Tsunade rugió y para huir Eriki abrió la puerta veloz, pero se dio un fuerte golpe en la frente que casi la hacia caer. Tsunade exasperada se golpeó la frente.

-jajaja… Pobre inútil… ¡Cielos! ¡Esa niña es un peligro para los nervios! ¡Si estuviese bajo mi mando esa imbécil, ya la hubiese amaestrado mejor!... ¿Pues dónde están Shizune y Sakura? -dijo Anko al lado de Shizue. La acompañaban Yakumo Kurama y Morino Ibiki quien reía de los pobres actos de la chica. –Pero es graciosa… Jejeje ¿O no Kakashi? -le dijo al peligris y le dio un fuerte golpe en la espalda que lo empujó. Hatake se rascó la cabeza. –Etto… yo…yo…No niego que sea algo patética, pero… -volvió a ser golpeado y tirado esta vez.

-No seas tímido. Ayer no le quitabas el sharingan de encima jejeje…-agregó Ibiki.

Shizue le respondió a Anko. – Shizune está en el último trimestre de su embarazo y Tsunade la envió a reposo, la semana próxima quizás nazca, en tanto Sakura no se ha recuperado del ataque. Está en su casa recobrando energías. También fue orden de Tsunade-sama.

Cuando Sakura se preparaba para los exámenes chunnin de nuevo, no sólo contó con la ayuda de la Godaima. Para prepararla mejor, la Hokaghe, le pidió ayuda a Anko para entrenarla por un tiempo. Anko se mostraba huraña y majadera al principio. No consideraba a Sakura con buenas aptitudes para lograr pasar los exámenes. Sin embargo, al tratarla, por casi dos años de prácticas, había conseguido sentir cierta estimación por ella y su primera impresión cambio radicalmente, aunque lo negaba.

Anko se cruzó de brazos. –Ah, ya veo… De todas formas me gustaría preguntarle algo a la Hokaghe. –Shizue se prestó.

-¿Qué tiene que ver Sakura con los Akahaki? El necio de Ibiki no quiere decirme y si la voy a cuidar, que me digan de una vez por qué. Algo de lo que me ordenan no me da buena espina… -Shizue trataba de calmarle los sumos.

Yakumo se acercó a Sasuke. -¿Cómo está Naruto? -preguntó.

-Está mejor. Descansando. No tardará en aparecerse por aquí… Y… ¿Qué haces aquí? - preguntó sin ser grosero. –Pensé que estabas en el observatorio para vigilar ¿Pasó algo?

Yakumo negó con la cabeza. –No. Tsunade quiere hablar conmigo. Tenemos un plan para atacar por sorpresa a los Siete de Akahaki. Tengo una ilusión que podría funcionar. Aunque requiere de su permiso antes de intentarlo. -dijo la muchacha.

Sasuke quedó intrigado y rápidamente supuso que se trataba de liberar por unos instantes al demonio en su interior. –No me parece que sea seguro para ti. Creo que debemos actuar con nuestras fuerzas y si no lo logramos…

-¿A dónde rayos crees que vas niño bonito? -dijo Anko al ver que se retiraba.

-Voy a arreglar un asunto. Mandaré escuadrones a reforzar la vigilancia… Avísenme con
-Lo sé… Pero creo que actuaré antes si pasa como la otra vez… -dijo secamente Yakumo. Sasuke se alzó de hombros. En realidad no le inmutó que hicieran lo más conveniente.

El recuerdo de la biblioteca, de su hermano y de Toju lo perturbaban. Ya no podía más con la inquietud y decidió salir del lugar.

-¡Qué grosero! -rugió Anko con los brazos cruzados. Ella había sido de las primeras personas en negarle el perdón a Sasuke. No confiaba en él y menos en aquellos instantes.

En el pasillo de salida del edificio, Sasuke se topó con Sai. Éste llevaba su traje de anbu y lo saludó con su llana sonrisa. – ¡Sasuke, qué tal!... ¿A dónde vas? -preguntó al verlo salir.

-Un asunto… ¿Tienes algo pendiente? -preguntó Sasuke con su tono frío.

-Sólo informar que ya coloqué más seguridad en mi sección. Tal vez regrese. A menos que
me encarguen otra cosa… ¿Por qué?...
-Necesito un favor…
-Mándame uno de tus roedores si algo extraño ocurre. -dijo Uchiha

Sai sonrió más. – ¿Más extraño qué todo esto?..

Sasuke se fue desvaneciéndose en una veloz llama. Sai no tuvo tiempo de decirle adiós y levantándose de hombros supuso que no estaría de buen humor para bromear.
Capítulo 13

Naruto al fin se levantaba y se acomodaba sus ropas ahora secas. Pasaría a su casa para cambiarse e ir directo con Tsunade para saber qué rayos pasaba. Odiaba estar lejos de la acción y de toda la movilización. Desde el balcón del cuarto de Sakura pudo divisar mucho desplazamiento por parte de sus camaradas. Detestaba que nadie lo hubiese despertado para poder actuar o saber qué hacer como todos. Estaba ansioso. Ya había recuperado sus energías y estaba curado de sus lesiones. El enfrentamiento con Eichiro Inao fue más difícil de lo que se imaginaba y más angustiante. Esta vez creyó que lo habían vencido por un poco de suerte, pero aún no se sentía del todo seguro de poder decir que ya era un enemigo sin cuidado.

Una vez con las ropas puestas al fin, se colocó su cinta de ninja frente al espejo amplio de Sakura y también la vio dormir. La pelirrosa reposaba tranquilamente, antes de dormitar se dio tiempo para quitarse la ropa y dejarse unos pantalones cortos y una blusilla sin mangas color roja. Naruto se acercó a ella y colocó su mejilla sobre la frente de la chica mientras le acariciaba el cabello. Luego pensó que no lamentaba totalmente el no haber sido despertado. Durmió esa mañana muy a gusto al lado de su Sakura. Ya casi no tenían tiempo para pasar juntos el tiempo por las misiones y el trabajo duro, así que se sentía feliz por aquella oportunidad. Deseaba que momentos como aquellos se repitieran con más frecuencia y sin villanos locos asaltando la aldea en cualquier momento. De pronto la idea de Sai sobre el casorio ya no le pareció tan descabellada ni temerosa. No tenía porque dudar más en unir su vida con la de Sakura. Ambos se conocían desde niños, se comprendían y pasaron por diversas adversidades que colocaron su amistad y fidelidad a prueba y en todas ellas salieron triunfantes.

La batalla con Eichiro Inao le bastó para saber que su vida podría acortarse en cualquier momento y que Sakura era más importante para él de lo que se imaginaba. Ya no eran infantes para seguir percibiendo la existencia de colores claros. ¿Por qué no de una vez se unían definitivamente? Ya habían crecido, eran dueños de su vida y se querían. Naruto amaba a Sakura e imaginar perderla lo sumía en una extraña desolación que no recordaba desde que fuera muy pequeño.

Eichiro Inao le hizo ver cosas que no creyera enfrentar. La muerte de Sakura o suya, la intervención de Akahaki o la guerra que se avecinaba no eran los únicos obstáculos que le impedirían tenerla a su lado. –Uchiha -recordó celoso como Sakura lo había nombrado en sus sueños. Tristemente creyó que su enamoramiento había concluido y que al fin reconocía en él al compañero que ella tanto había esperado.

Sasuke era su amigo, mas no dejaba de ser su rival. Podía enfrentarlo en cualquier combate, lucha o competencia y para ganarle hacia al lado a todo el mundo, incluso a Sakura. Sin embargo, nunca se sintió tan inseguro de perder frente a él ahora que se trataba de ella. Eso era algo que no se lo permitiría a Uchiha. Él tuvo su oportunidad hace mucho tiempo y la dejó ir. Naruto no cometió ese error y también había sufrido el rechazo de la gente y la falta de padres. El turno de Sasuke pasó, le tocaba a él ser feliz con ella. Ambos se habían prometido esa oportunidad…

Se sorprendió de tales ideas. Nunca había tenido una familia y Sakura para él era lo más semejante a una; no, ella era su familia.

Al recordar que por un momento la hubiese perdido lo estremecía…



Sakura regresó a Konoha, un poco antes del atardecer, de una difícil misión con Kenji y su escuadrón. Sakura tenía ciertas quemaduras de primer grado en la cara, una muñeca lastimada y una enorme sonrisa de gran alivio por al fin poder volver.

Sakura fue a su casa. Satín y Ten ten la recibieron con una sonrisa y después les contó cómo es que se había hecho todas esas marcas. Protegían a la hija de un poderoso señor feudal. Su misión era custodiarla hacia su boda de unos mercenarios que deseaban vengarse del padre por no cumplir con un trato. Durante el camino se los enfrentaron y mantuvieron a salvo a la princesa. Sin embargo, al dejarla en su nuevo hogar, los mercenarios atacaron la aldea y se robaron a la novia. Sakura que se había hecho amiga de la joven no quería desampararle. Todos los demás se oponían, incluso Kenji al principio porque ellos ya habían cumplido con la misión. Sin embargo cedió a la petición de la pelirrosa y del angustiado y patético novio. La aldea no contaba con ninjas propios a pesar de ser muy ricos por temor a la represalia de países de igual estatus que tampoco tenían.

Siguieron a los bandidos y pelearon contra ellos. Les sorprendió que fuesen tan fuertes, pues eran ninjas renegados de distintas aldeas que se habían unido para vivir de sus malas obras. Eran liderados por un individuo que había sido integrante de una gran campaña de asesinos y tras eso, la misión se complicó. Kenji se enfrentó con él y salió herido. Resultó que aquel hombre había hecho un pacto con algún demonio para alcanzar la inmortalidad y su cuerpo ya no era humano. Sakura, usando sus conocimientos de la anatomía del chakra pudo penetrar su cuerpo usando su técnica del bisturí y, con ayuda de las técnicas de Kenji para sentir los puntos más fuertes de la red de energía, pudo liquidar al extraño enemigo.

La misión se cumplió, el novio les pagó el doble de lo que habían recibido y asistieron a la boda como invitados de honor. A Sakura le regalaron un bello vestido de gala para asistir a la boda, así como a sus compañeros. Era una muestra más de agradecimiento por parte de una aldea tan rica. Kenji ya podía incorporarse gracias a las técnicas de la kunoichi, y por ello asistió para conversar con ella y agradecerle su decisión. Kenji aprovechó para invitar a bailar a Sakura, y ella aceptó. Fue allí que el capitán le propuso unirse definitivamente a su escuadrón. Sakura se sintió alagada, pero al final, no le convenció que para ello tuviese que romper con Naruto y dejar la villa por un largo tiempo.

Cuando iba a casa de Naruto para darle la sorpresa, pensaba seriamente la oferta, la cual le daban la oportunidad de ser reconocida y valorada. Sin embargo la idea de separarse de Naruto y sus amigos la entristecía. Caminando por la calle, se encontró al hiperactivo rubio. Alegre corrió hacía él y se abrazaron con alegría y risas. Naruto la atrapó en un fuerte abrazo y la alzó con gran entusiasmo. Permanecieron así por un largo rato y cuando se iban a besar, aparecieron Ino y Sai como por arte de magia para saludarlos. Ino abrazó muy fuerte a la pelirrosa y festejó el rumor que se había propagado de que ella fue la heroína de la acción. Después llegaron Hinata y Sasuke que casualmente pasaban por allí.

Los seis fueron a celebrar el regreso de Sakura en el puesto de ramen. Ella les platicó como había sucedido, excepto la parte del baile con Kenji por los celos de Naruto y lo de la propuesta.

Todos se veían tan felices que no deseaba agüitarles la noche. Naruto festejó en grande, no sólo por su triunfo, también por su regreso que era más importante para él que cualquier cosa.
La comida iba bien, hasta que los colegas de Sakura llegaron recién tomados y se les unieron a festejar. Al principio fue agradable y cómico. Los anbus no eran pedantes y ya se hablaban bien con los amigos de Sakura. Yambo, un robusto integrante del equipo de Kenji, fue quien soltó la lengua. –Bien… Bien… Bien Uzumaki… Pero disfrútala todo lo que puedas porque ahora en adelante Sakura se quedará con nosotros. ¡Sí! Ahora será una integrante formal de nuestro escuadrón…

Sakura bebía su soda y la escupió por la sorpresa. Ante la noticia, todos permanecieron mudos. Naruto la miró sorprendido…

-Pensaba decírtelo, pero no esta noche… -decía Sakura

-¿Y cuándo Sakura? ¿Cuándo estuvieras a kilómetros de aquí? -rugía Naruto al arrojar una shuriken cargada de chakra en una tabla de puntería marcada en un árbol, había fallado.

Ambos estaban en la zona donde solían entrenar a diario.

-¡No seas infantil! ¡Con esa actitud me das toda la razón al no querer decírtelo antes! ¿Quieres dejar de ser tan egoísta? ¿Alguna vez tomas en cuenta lo que Yo quiero? - reclamó Sakura recargada en un árbol.

A Naruto le tomó eso por sorpresa y se sintió ofendido. -¿¡Qué rayos quieres decir con eso!? ¡Claro que pienso en ti todo el tiempo! ¡Tú eres la que no hace lo mismo! -rugió arrojando otra shuriken. Cada vez su puntería estaba más lejos del centro.

-¡Ya basta Naruto! ¿Hablas por ti o por mí? -gritó ahora enfurecida Sakura. –Todo este tiempo… Todo este tiempo… He sido yo la que te ha visto avanzar y seguir adelante con tus técnicas y… ¡Ahora que hay alguien a quién al fin le interesan mis dones y ve que tengo potencial en esto, tú lo arruinas con tus berrinches estúpidos!... Por primera vez en mucho tiempo me siento más que útil y…

-jajaja… Sí claro, tu gran potencial. ¡Despierta Sakura! ¡Ese tipo sólo quiere que aflojes para acostarse contigo! ¡Pensé que eras inteligente! ¡Pero creo que tú también te derrites por él… -Sakura lo abofeteó y salió corriendo.

-¡Baka! ¡Baka!... ¡No entiendes nada!... -Sakura no hizó caso a la petición del rubio en esperarla.

La pelea había dejado enfurecido a Naruto y lanzó una shuriken que no dio a ningún lado del objetivo o del árbol. Uzumaki golpeó una roca y la hizo trizas…

-¡Sí que eres un Baka! -dijo una voz serena.

Naruto oyó la voz atrás de él y se dirigió a ella. En un gigantesco árbol estaba Sasuke sentado en una rama, con los brazos cruzados y sosteniendo su espada…

-¡El Baka eres tú! ¡Qué rayos haces espiándonos! -rugió Naruto con los ojos en blanco.

Sasuke seguía indiferente. -¿Qué rayos hago aquí? ¡Je!... ¿Ustedes qué rayos andan haciendo por acá?... Como Sakura, trabajo para Kenji y me toca vigilar esta zona… El lugar de aquí es perfecto para percibir cualquier indicio. Por naturaleza está muy alto y abarca una buena perspectiva de la aldea. Si los espío no es por mi gusto, están en mi panorama… -dijo Sasuke lanzándole una indiferente mirada.

Naruto estaba rojo de coraje. -¡Sakura no trabaja para Kenji! -gritó

Sasuke se alzó de hombros y saltó del árbol hasta llegar atrás de Naruto. Lo miró relentemente y se fue marchando. Pero antes le dijo unas palabras. –Yo que tú me tranquilizaría… Si te importa una persona, al menos deja que termine su parte de la conversación… -y se marchó.

¿Eso pareció un consejo de amigos? Se preguntó sorprendido Naruto y lo siguió. -¡Hey, Baka! ¡Dobe!... ¡Sasuke! -gritó corriendo y lo alcanzó. -¿Qué piensas de lo que viste? Es decir… ¿Crees que fui un idiota? -preguntó aguantando su orgullo.

Sasuke se alzó de hombros. -¿Por qué me preguntas eso a mí?

Naruto. –Baka ¡Obvio! ¡Tú nos vistes!...

Sasuke se detuvo y con tono congelante suspiró resignado. –Bien… Creo que padeces de celos por el reciente “éxito” de Sakura. Me importa muy poco si son posesivos, profesionales o pasionales… Pero es notable que te sientes inseguro y amenazado por Kenji… En cuanto a Sakura, en toda su carrera se ha visto menospreciada por todos y hasta por ella misma. Tu comportamiento la abruma y le hace pensar que no la respetas como shinobi. Si es buena o pésima, también me da igual… Pero, eso a ti te debe importar y la hiciste sentir mal al hacerle creer que no es tan valiosa como elemento de esta aldea. Tus palabras fueron imprecisas y ofensivas…

Naruto no había entendido rápido y tenía una cara de fastidio y de incomprensión… -¿Me lo puedes traducir en español? Mi…no entender…
Sasuke suspiró con fastidio… -En pocas palabras que sí eres un idiota… Un idiota con la boca muy grande y tienes suerte de tener novia. Lo menos que puedes hacer es tratar de cerrarla para conservar a la chica… -y comenzó a andar. –Debo trabajar y no tengo la noche entera para servirte de loquero…

Naruto reflexionó y luego… -¡Sasuke!... -el pelinegro lo miró. - ¡Gracias! -sonrió.
Sasuke le respondió con el mismo gesto y se despidió.

Por las palabras de Sasuke entendía que no le tenía miedo al desarrollo profesional de Sakura ni tampoco a que fuese mejor shinobi que él, a lo que le temía era a que la alejaran de su lado.

Pensó toda la noche y concluyó que si amaba a Sakura la dejaría libre para cumplir su sueño. Ella siempre estuvo apoyándolo, incitándolo a continuar en cada paso difícil y aguantando sus temores y pesares para que el pudiese perpetuar con su camino. Eso jamás se lo agradeció y aquella oferta era una gran oportunidad para demostrarle que él también estaba dispuesto a todo por su felicidad.

A la mañana siguiente no se dirigieron palabra alguna durante el entrenamiento. Ni en el almuerzo, la comida o durante el poco tiempo que se encontraban.

Naruto, sentado cerca del gran mirador de los hokages, pensaba como hablarle a Sakura antes de que fuese demasiado tarde. El sol apenas comenzaba a caer y esperaba que no fuese así con su relación. Entonces ella apareció ante su sorpresa y le dijo que por ningún motivo pensaba alejarse de él. Había hablado con Kenji, pero no se uniría a su escuadrón. Naruto se sintió feliz, radiante y afortunado. La abrazó muy fuerte por si llegase a cambiar de idea. Pero aquello no sucedió, permaneció a su lado contemplando el atardecer.



Naruto meditó. Tal vez, al hallar al fin en los brazos de Sakura el acogimiento que tanto deseaba, temía que si la perdía la soledad de su niñez retornaría con mayor gélidez. Sacudió la cabeza. –No… Pase lo que pase, eso no ocurrirá jamás… -dijo con firmeza y se ajustó la cinta ninja. –Sasuke no me ganará… No, porque Sakura ahora es mía… Ni él, ni Abukara. -Se fue de la habitación, no sin antes contemplar una vez más a la dormitada joven.

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Bajaba las escaleras el pelirrubio cuando se espantó y cayó al suelo al ver a Rock Lee, Neji y Ten ten comiendo con tranquilidad.

-¡Hola Naruto! -dijeron al mismo tiempo los tres con una gran sonrisa. Sólo a Neji le costaba mantenerla.

Ten ten preparaba la comida a los chicos y le preguntó al rubio si deseaba un poco. –Por favor… -decía con asombro Uzumaki. De Ten ten no le parecía extraño, pero de Rock Lee y sobre todo de Neji le hacían sospechar algo. Ten ten le sirvió gustosa y después Lee le pidió otro plato a la joven. -¿Otro? Lee, este ya es el cuarto… -dijo la muchacha. -¿Quieres otro Neji? -le preguntó al ojiblanco.

Neji con los brazos cruzados se levantó. –No. Gracias Ten ten… Me quedare un rato en la sala leyendo algo…-dijo y se levantó a revisar el librero que había en la estancia. Leyó con cuidado los títulos…-Vaya… ¿Estás son todas sus lecturas?... Sus gustos dejan mucho que desear… -tomó unos libros y leyó las portadas. – “La danza de la geisha”, “La caída de la flor de cerezo”, ¿“La amante cautiva”? ¿Obras de Tabito Joshuya? Pensé que sólo a Kakashi le gustaba a ese autor, no sabía que también escribía para mujeres… -dijo arqueando las cejas. –Ten ten… Especulé que tenías mejores gustos. Ahora veo porque has comenzado a actuar tan extraño…

-¡Esas novelas son de Ino y de Satín! -dijo molesta y sonrojada Ten ten al ver la expresión de Neji. –Yo tengo otras lecturas. Si quieres te prestó algunos… -dijo.

-No, mejor iré a entrenar en el patio de atrás -afirmó Neji y se fue retirando. No sin dejar las recreativas lecturas en su lugar.

Rock Lee seguía comiendo muy a gusto. –Oye, Lee. No es que sea grosero o considere esta mi casa, que no lo es… ¡De verás!... Pero ¿Qué hacen aquí tú y Neji? ¿Tú sin Satín?... ¿No deberían estar con la misión que les encargaría Tsunade? -Naruto susurraba, hasta que el cejudo al escuchar lo último se le atoró un pedazo de carne del estofado y se estaba ahogando. Ten ten rápido fue a aplicarle los primeros auxilios. Naruto asustado tenía la boca abierta. Ten ten era muy fuerte y le apretaba la boca del estómago a Lee hasta parecer que se le salían los ojos. -¡Escupe Lee! ¡Escupe Lee! -repetía hasta que el pedazo de carne salió volando y…

-¿Alguien ha visto mi… -el pedazo iba a volar hacia el rostro de Neji hasta que este lo detiene ágilmente con la mano. Lo ve, da un gesto de asco y lo arroja a la cabeza de Lee. –Dejen de jugar. Debemos estar atentos… -regañó el Hyuga.

-Lo siento. Pero me sorprendí… -dijo Rock Lee recuperándose de la asfixia.

-¡Lee, eres un tonto! ¡Casi me matas del susto! -regañó Ten ten dándole un golpe en la cabeza a su amigo.

-¡Esperen! ¡Esperen! ¿Atentos a qué? -exigió Naruto.

Nadie se dio cuenta que Sakura bajaba por las escaleras. Ella bostezó muy bajo y cuando escuchó voces en la cocina no le asombró porque pensó que se trataban de sus amigos. Sin embargo, al percibir la palabra “atentos” de Naruto, tuvo la sensación de que posiblemente hablaran de una misión y espió sin entender por qué…

Ten ten y Rock se pusieron nerviosos…

-Este… este… a la misión… pues claro. -dijo Rock Lee y Naruto puso cara incrédula al encoger los ojos.

-¿Qué misión? -preguntó.

Ten ten le tapó la boca a Rock Lee. –Es un secreto. Tsunade nos lo ordenó. Pero tal vez te enteres si vas ahora a su oficina. Ella dijo que en cuanto despertaras te avisáramos para que fueras allá.

Todos esperaban que Naruto creyera la mentira y que de inmediato partiera.

-¿Su misión tiene que ver con Sakura? -dijo Naruto y todos se sorprendieron.

-¿Por qué has de suponer que se trata de tu novia? El mundo no gira alrededor de ella - Neji tenía un semblante frío y no pareció inmutarse.

-No mientan… Eichiro me lo dijo. –aseguró Naruto mirándolos a los ojos. –Creen que Sakura puede ser responsable del atentado y por ello están aquí… Eichiro me dijo que ella sí está relacionada con todo esto, pero no lo sabe y que si no actuaba, la aldea la eliminaría. La gente le teme a lo que desconoce, sí yo sé bien de eso… Pero, escúchenme bien. Mientras yo esté aquí no dejaré que la toquen. Antes los mató… -Naruto tenía una fiera expresión y los tres se asustaron.

-¡Estás loco! -rugió Ten ten. -¿Por qué le haríamos daño a Sakura? ¡Ese hombre te envenenó la mente en contra de nosotros!... ¿Cómo sacaste algo así?...

Naruto no dejaba de mirar amenazante. –Te dije que Eichiro me lo dijo… Ellos quieren a Sakura. Yo lo vi, en sus ojos de hielo. Y la marca en la plaza decía el resto… Si no les entregamos el secreto de Haruno, Akahaki nos exterminará… ¿No lo sabían? Nadie lo sabe. Shikamaru tuvo la orden de Tsunade de no decirlo… Sakura no se uniría a esos hombres. Pero la orden del Señor Feudal es eliminar a los vestigios de Abukara. Sakura es uno de ellos de sangre, pero su ser es de aquí… ¡No dejaré que la lastimen!... No tienen idea de lo que es vivir pagando errores del pasado de los que jamás te has enterado…

Naruto se levantó de la silla y los retó una vez más a revelarles la verdad. Ten ten estaba callada y asustada por la mirada feroz de Uzumaki. Rocke Lee, por otro lado, observaba a su compañero con cuidado. Desde la batalla con el mayor de los Akahaki, se había comportado de una forma muy extraña. Su carácter era más explosivo y al parecer se mostraba más inseguro ante sus temores y actuaba con violencia. Lee se preguntaba qué clase de genjutsu había aplicado en Naruto para revelarles tales cosas e influirlo de esa manera. No tenía idea. Inao le reveló a Naruto todo aquello que ellos apenas conocían y al parecer más. No estaban al tanto del contenido del manuscrito en la pared y tampoco sabían que las intenciones con Sakura fueran más graves de lo que imaginaban. Lee miró a Neji y estos habían concluido que todo se debía a Inao.

Sakura estaba desconcertada, lo escuchaba tan distinto del Naruto que conocía. La conmoción le dolía. Naruto estaba dispuesto a todo por defenderla, hasta enfrentar a sus propios compañeros. Aquella idea la horrorizaba y ella no lo iba a permitir…

-¿Qué más sabes sobre Sakura? -preguntó Neji.

Naruto estaba más inseguro con respecto a ellos. –Qué Sakura debe de conocer el secreto de Haruno. Eichiro me reveló que por ese secreto su clan fue destruido y muchos otros tantos murieron para obtenerlo. El plan de Konoha era que si no podían mantener en el olvido ese Don, se le diera muerte a su custodio… Inao me dijo que Sakura lo es y lo sabe…- concluyó al aceptar el intercambio de información.

Neji no le quitaba los ojos de encima. En su cuerpo halló la tensión del Kyubi y eso era peligroso porque en cualquier momento podría despertar una pequeña chispa de su poder. Jam

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Bajaba las escaleras el pelirrubio cuando se espantó y cayó al suelo al ver a Rock Lee, Neji y Ten ten comiendo con tranquilidad.

-¡Hola Naruto! -dijeron al mismo tiempo los tres con una gran sonrisa. Sólo a Neji le costaba mantenerla.

Ten ten preparaba la comida a los chicos y le preguntó al rubio si deseaba un poco. –Por favor… -decía con asombro Uzumaki. De Ten ten no le parecía extraño, pero de Rock Lee y sobre todo de Neji le hacían sospechar algo. Ten ten le sirvió gustosa y después Lee le pidió otro plato a la joven. -¿Otro? Lee, este ya es el cuarto… -dijo la muchacha. -¿Quieres otro Neji? -le preguntó al ojiblanco.

Neji con los brazos cruzados se levantó. –No. Gracias Ten ten… Me quedare un rato en la sala leyendo algo…-dijo y se levantó a revisar el librero que había en la estancia. Leyó con cuidado los títulos…-Vaya… ¿Estás son todas sus lecturas?... Sus gustos dejan mucho que desear… -tomó unos libros y leyó las portadas. – “La danza de la geisha”, “La caída de la flor de cerezo”, ¿“La amante cautiva”? ¿Obras de Tabito Joshuya? Pensé que sólo a Kakashi le gustaba a ese autor, no sabía que también escribía para mujeres… -dijo arqueando las cejas. –Ten ten… Especulé que tenías mejores gustos. Ahora veo porque has comenzado a actuar tan extraño…

-¡Esas novelas son de Ino y de Satín! -dijo molesta y sonrojada Ten ten al ver la expresión de Neji. –Yo tengo otras lecturas. Si quieres te prestó algunos… -dijo.

-No, mejor iré a entrenar en el patio de atrás -afirmó Neji y se fue retirando. No sin dejar las recreativas lecturas en su lugar.

Rock Lee seguía comiendo muy a gusto. –Oye, Lee. No es que sea grosero o considere esta mi casa, que no lo es… ¡De verás!... Pero ¿Qué hacen aquí tú y Neji? ¿Tú sin Satín?... ¿No deberían estar con la misión que les encargaría Tsunade? -Naruto susurraba, hasta que el cejudo al escuchar lo último se le atoró un pedazo de carne del estofado y se estaba ahogando. Ten ten rápido fue a aplicarle los primeros auxilios. Naruto asustado tenía la boca abierta. Ten ten era muy fuerte y le apretaba la boca del estómago a Lee hasta parecer que se le salían los ojos. -¡Escupe Lee! ¡Escupe Lee! -repetía hasta que el pedazo de carne salió volando y…

-¿Alguien ha visto mi… -el pedazo iba a volar hacia el rostro de Neji hasta que este lo detiene ágilmente con la mano. Lo ve, da un gesto de asco y lo arroja a la cabeza de Lee. –Dejen de jugar. Debemos estar atentos… -regañó el Hyuga.

-Lo siento. Pero me sorprendí… -dijo Rock Lee recuperándose de la asfixia.

-¡Lee, eres un tonto! ¡Casi me matas del susto! -regañó Ten ten dándole un golpe en la cabeza a su amigo.

-¡Esperen! ¡Esperen! ¿Atentos a qué? -exigió Naruto.

Nadie se dio cuenta que Sakura bajaba por las escaleras. Ella bostezó muy bajo y cuando escuchó voces en la cocina no le asombró porque pensó que se trataban de sus amigos. Sin embargo, al percibir la palabra “atentos” de Naruto, tuvo la sensación de que posiblemente hablaran de una misión y espió sin entender por qué…

Ten ten y Rock se pusieron nerviosos…

-Este… este… a la misión… pues claro. -dijo Rock Lee y Naruto puso cara incrédula al encoger los ojos.

-¿Qué misión? -preguntó.

Ten ten le tapó la boca a Rock Lee. –Es un secreto. Tsunade nos lo ordenó. Pero tal vez te enteres si vas ahora a su oficina. Ella dijo que en cuanto despertaras te avisáramos para que fueras allá.

Todos esperaban que Naruto creyera la mentira y que de inmediato partiera.

-¿Su misión tiene que ver con Sakura? -dijo Naruto y todos se sorprendieron.

-¿Por qué has de suponer que se trata de tu novia? El mundo no gira alrededor de ella - Neji tenía un semblante frío y no pareció inmutarse.

-No mientan… Eichiro me lo dijo. –aseguró Naruto mirándolos a los ojos. –Creen que Sakura puede ser responsable del atentado y por ello están aquí… Eichiro me dijo que ella sí está relacionada con todo esto, pero no lo sabe y que si no actuaba, la aldea la eliminaría. La gente le teme a lo que desconoce, sí yo sé bien de eso… Pero, escúchenme bien. Mientras yo esté aquí no dejaré que la toquen. Antes los mató… -Naruto tenía una fiera expresión y los tres se asustaron.

-¡Estás loco! -rugió Ten ten. -¿Por qué le haríamos daño a Sakura? ¡Ese hombre te envenenó la mente en contra de nosotros!... ¿Cómo sacaste algo así?...

Naruto no dejaba de mirar amenazante. –Te dije que Eichiro me lo dijo… Ellos quieren a Sakura. Yo lo vi, en sus ojos de hielo. Y la marca en la plaza decía el resto… Si no les entregamos el secreto de Haruno, Akahaki nos exterminará… ¿No lo sabían? Nadie lo sabe. Shikamaru tuvo la orden de Tsunade de no decirlo… Sakura no se uniría a esos hombres. Pero la orden del Señor Feudal es eliminar a los vestigios de Abukara. Sakura es uno de ellos de sangre, pero su ser es de aquí… ¡No dejaré que la lastimen!... No tienen idea de lo que es vivir pagando errores del pasado de los que jamás te has enterado…

Naruto se levantó de la silla y los retó una vez más a revelarles la verdad. Ten ten estaba callada y asustada por la mirada feroz de Uzumaki. Rocke Lee, por otro lado, observaba a su compañero con cuidado. Desde la batalla con el mayor de los Akahaki, se había comportado de una forma muy extraña. Su carácter era más explosivo y al parecer se mostraba más inseguro ante sus temores y actuaba con violencia. Lee se preguntaba qué clase de genjutsu había aplicado en Naruto para revelarles tales cosas e influirlo de esa manera. No tenía idea. Inao le reveló a Naruto todo aquello que ellos apenas conocían y al parecer más. No estaban al tanto del contenido del manuscrito en la pared y tampoco sabían que las intenciones con Sakura fueran más graves de lo que imaginaban. Lee miró a Neji y estos habían concluido que todo se debía a Inao.

Sakura estaba desconcertada, lo escuchaba tan distinto del Naruto que conocía. La conmoción le dolía. Naruto estaba dispuesto a todo por defenderla, hasta enfrentar a sus propios compañeros. Aquella idea la horrorizaba y ella no lo iba a permitir…

-¿Qué más sabes sobre Sakura? -preguntó Neji.

Naruto estaba más inseguro con respecto a ellos. –Qué Sakura debe de conocer el secreto de Haruno. Eichiro me reveló que por ese secreto su clan fue destruido y muchos otros tantos murieron para obtenerlo. El plan de Konoha era que si no podían mantener en el olvido ese Don, se le diera muerte a su custodio… Inao me dijo que Sakura lo es y lo sabe…- concluyó al aceptar el intercambio de información.

Neji no le quitaba los ojos de encima. En su cuerpo halló la tensión del Kyubi y eso era peligroso porque en cualquier momento podría despertar una pequeña chispa de su poder. Jamás pensó que la revelación de Eichiro lo perturbara de ese modo; y para ello tuvo que saber qué relación existía entre Sakura y Naruto para lograr manipular la información. -¡Es un demonio! -pensó Neji sobre aquel hombre. Hyuga pensó que lo mejor sería revelarle la verdad y tratar de explicarle.

Naruto recordaba las palabras de Inao. –“¿Crees que protegerás a tu novia de mi? No tienes idea del error que cometes… La aldea no entiende nuestra naturaleza y tampoco la de ella. Acabarán eliminándola como al resto de nuestra familia, sólo por tener unos cuantos datos en su cabeza… A esa información es a la que le temen y tu novia morirá a manos de los tuyos… Quieras o no… Yo soy el único que puede salvarla… Tráemela y nada le pasará… Ellos no conocen el dolor de ser señalado como distinto a los demás. Sakura no sólo sufriría eso, sus días acabarían trágicamente…”- Naruto rugió. Al principio no le creyó y ahora veía en sus compañeros a sus enemigos.

Sakura se había asustado. Ella no tenía idea de lo que ocurría. Menos lo tendría de los propósitos de Akahaki, Abukara o quien fuese. Su madre no terminó de confesarle la verdad. Todo era absurdo e ilógico. Los sietes terroristas estaban provocando tensión para hallar ese secreto tan valioso. Pero ella no sabía de qué hablaban. A no ser que la información estuviese en su subconsciente y la necesitasen para recuperarlo. ¿De todos los dolorosos recuerdos, por qué no venía ese? De pronto pensó en el recuerdo de Kanone, su abuela le dio un leve golpecito en la frente que era equiparable a la sensación que da un jutsu de fuego…

-¡Sí! - dijo Neji. –La misión es eliminarla en caso de que ella se comportase “diferente”…

Sakura se aterrorizó. (Inner -¿¡Cómo que diferente!? ¡Qué se explique ese idiota!) -¿Cómo es qué Tsunade pudo ordenar algo así? -se decía temblando Sakura. La joven no pudo resistir más la conversación y subió con cuidado las escaleras para no ser escuchada.

-Es decir…- interrumpió Ten ten ansiosa. –Si ella se revelase, tendríamos que actuar… No vamos a dañarla, a menos que ella nos provoque. Sólo necesita pasar esta prueba. No hacer nada para que el Consejo no intente nada contra ella.

Lee intervino. –Dice Gai sensei que el consejo es quien ha exigido esos medios. Tsunade tuvo que verse obligada a cumplir con su petición. Pero ella tiene confianza en Sakura… ¡Naruto! ¿Acaso tú no?... -alzó la voz el muchacho.

Naruto fue sorprendido y su furia se apagó de repente. Pensó que lo mismo había sucedido con Kenji y Sasuke le dijo una vez. –“¿Acaso no confías en ella?” -El joven se apaciguó. –En ella… sí -dijo después de un pequeño silencio. –En Akahaki y Abukara… no - respondió con el puño cerrado.

Neji sonrió. –Entonces ayúdanos a custodiarla de esos malditos para que no cometamos un error…

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Sakura llegó a su habitación. Cerró la puerta con suavidad a pesar de que el miedo deseaba salir por cualquier sonido. -¿Por qué? ¿Por qué?... ¿Qué se supone que haga?... ¿Van a matarme?... -Comenzó a ordenar sus ideas antes de caer en pánico. –No… No puede ser… Primero, ya lo habrían hecho. Segundo, estaría antes en el recinto y… tercero… -no se le ocurrió la tercera opción. (Inner ¡Debemos hacer algo! ¡Debemos hacer algo!) -¡Espera!... No pueden matarnos si no hacemos nada. Debemos de probar que somos inocentes. –se dijo en voz alta para calmarse y convencerse a sí misma de que todo estaría bien…

-¿Somos inocentes?... Vaya, eso ya no será posible de creer niña.

Sakura asustada escuchó atrás de ella una voz muy familiar. Se paralizó de temor, mas recobró fuerzas para girar y esperar que la dueña de aquella voz fuese una ilusión. Sudó frío al ver recargada en la pared, cerca de su ventana, a la akahaki que enfrentase ayer en la noche. Tenía puesta la máscara de un gato y los brazos cruzados mostrando una desdeñosa y sensual relajación.

Sakura reaccionó, permaneció observándola unos segundos y después veloz fue a su escritorio para sacar unas shuriken y lanzárselas…

-¡Oye! ¡Oye! ¡Oye! ¡Espera!... -dijo la akahaki y sacó un pañuelo blanco atado a una ramita y la agitó. –Vengo en son de paz… Mira… -luego hizo la señal de amor y paz con los dos dedos.

Sakura se preparó para atacar. -¡No te creo nada! -rugió y en ese momento la enmascarada le lanzó sus dos espadas, su bolsa de herramientas ninja y su paquete de shuriken. Sakura quedó muy confundida.

-Ahora estoy desarmada. Puedes atacar, pero que te caiga en la conciencia el agredir a alguien indefenso. –decía la extraña mujer mientras se acercaba con las manos arriba.

-¡Tú no eres nadie indefenso! –rugió Sakura.

La akahaki no le prestó atención y comenzó a inspeccionar la habitación. –Lindo cuarto… Yo tenía uno así cuando vivía aquí. Es más…mmm… esta era mi casa y esta mi habitación jajaja ¿Qué gran coincidencia! -decía la mujer mirando la recámara. Luego se dirigió al escritorio y observó unas fotografías. Tomó un retrato en donde Sakura era aún un gennin, estaba en medio sonriendo, atrás de ella estaba Kakashi contento mientras con sus manos alborotaban los cabellos de Sasuke y Naruto; ambos muchachos se veían gestudos el uno hacia el otro. La akahaki señaló la fotografía con júbilo. –¡¡¡Ahhh!!!… ¡Qué linda miniatura! ¡Aquí te ves bien mona!… -y la contempló más.

-¡Kakashi! -dijo inesperadamente. –jajaja… Parece haber cambiado mucho. - dijo la akahaki y dejó el retrato. Sakura estaba aturdida -¿Conoces a Kakashi? -preguntó y no respondió la mujer. Ésta siguió curioseando el escritorio y tomó un retrato de Naruto junto a la pelirrosa abrazados, aquella vez habían ido de picnic solos para contemplar el Hanami. Sakura pensó en aprovechar su distracción para atacar y huir. Aún no se sentía lo suficientemente fuerte para enfrentarla. Cuando iba a hacerlo…

-Este es Naruto. Tu novio… Es guapo y simpático…Mmm… Me cayó bien. Aunque algo chiflado… -dejó la foto y tomó otra…-Ah… y este galán de aquí es el famoso Sasuke Uchiha…

Sakura aprovechó su falta de atención y le iba a lanzar las shurikens, pero la mujer alzó una mano antes y la dejó paralizada antes de que pudiera lanzarla. Luego la mujer apretó con suavidad y Sakura sintió que se ahogaba.

-Te dije que venía en son de paz. No me obligues a portarme grosera… -dijo la extraña y la soltó. La akahaki tomó las shurikens y las alejó de Sakura que yacía en el suelo. Mientras ésta recuperaba el aire, la otra seguía revisando sus cosas con inocente interés.

-¿Qué… qué rayos quieres? -Sakura se levantaba respirando poco a poco.

-Ya te dije. A ti… -ojeó sus libros. –Veo que los has leído casi todos… Muchos son de técnica y teoría ninja, poesía y otros son novelas… ¿Novelas Rosas? Mmmm ¿El puente del verano y otras anécdotas románticas y eróticas? ¿Hanami: testigo del amor? ¿El ojo de Akikai? ¿Cuentos del príncipe Genji? ¿Te gusta Tabito Joshuya?... Pensé que eras más… seria… -Sakura se sonrojó y gritó molesta… -¡Esos ya son clásicos de la literatura! ¡Fueron premiados antes de su decadencia por su alto nivel estético y concreta connotación histórica! – La pelirrosa, roja como un tomate, le arrebató el libro destilando vergüenza y con una gran venita en la frente pensó… -¡Quién demonios se cree ahora para decirme que leer, ni mi madre tuvo ese lujo! ¡Qué odiosa y poco cortés! ¡Además ella es la enemiga!... -No le gustaba que confundieran sus gustos con los de Ino o Satín, además, el primer libro se lo regaló Ino en su cumpleaños, ella no lo habría escogido por nada en el mundo.

La mujer se encogió de hombros y terminó con su recorrido. –Lindo cuarto… Me gusta. Eres una persona muy ordenada y eso me agrada. Habla bien de ti… -asintió con las manos en la cintura y de pronto…

-¡¡¡Ahhhh!!! ¡Qué lindo zorrito! –gritó la akahaki.

-¿Qué?... ¡No! ¡Suéltalo! ¡Ese peluche me lo dio mi novio Naruto!... (Inner: ¡Cha! ¡Cha! ¡Dale una fuerte lección a esa bruja malcriada, Sakura! ¡Cha! ¡Cha! ¡Cha!... ¡Ya verá!...

La desconocida apretaba, abrazaba y zarandeaba al tierno zorro de felpa de color rosa como si ella fuese una niñita de cinco años. Sakura trataba de detenerla y una agitada persecución puso patas arriba a la antes ordenada y pulcra habitación…

-¡No! ¡Tiraste mis libros! ¡Grrrr! ¡Ya verás!... –rugió más Sakura con sus ojos fulminando fuego y a punto de estallarle la vena en la frente.

La akahaki se burló y le hizo una seña grosera, y con el zorrito de felpa aún en brazos volvió a correr por toda la habitación como una infernal criatura…

-¡Devuélveme mi peluche! ¡No… deja ya…¡Ahhhh!!!

No pudo concretar la frase porque la mujer le arrojó con fuerza el peluche a la cara, haciendo que se estrellara contra su librero y que los últimos libros intactos le cayeran en la cabeza. La pelirrosa no tardó en recuperarse cuando vio que la extraña sacaba de sus cajones su ropa interior…

-Mmm… ¡Uyuyuy! ¡Tanga rosa! ¡Ay! ¡Y con cerezas!... Mmmm… No tienes una tanga con cerezas rojas si no esperas a que alguien las vea… Acaso… ¿Acaso sigues siendo virgen?...

La venita de furia creció más en la frente de Sakura. Ya no lo soportó, sus ojos se redondearon en blanco y rugió como nunca… -¡Grrrr! ¡Eso no te incumbe, bruja!... –Sin más reparos comenzó a acumular chacra en su puño al mismo tiempo que corría hacia ella. Ya no le importaba lo que sucediera con ella, si Neji y los otros la oían, mejor, así la detendrían. Pero, algo no funcionaba bien… Era tal la furia de Sakura que no se dio cuenta que su puño despedía menos de la cuarta parte de energía de lo que debiera ser. La akahaki la miró a los ojos y en un parpadear, Haruno se estrelló contra su closet y se volvió a golpear la cabeza.

Afortunadamente, el golpe no había sido gran cosa y por ello, cuando abrió los ojos, vio a la mujer con la máscara de gato inspeccionando su tocador, oliendo su perfume y crema de cerezos y jazmín, oliendo su maquillaje juvenil de frutas de primavera, arrojando sus accesorios para el cabello, probándose sus joyas de fantasía y mirándose al espejo con grata vanidad. Sakura se estaba enfureciendo cada vez más; el terror que sintió no se comparaba con la ira que se acumulaba en sus entrañas cuando la akahaki se colocó una pulsera de cristales azules que Sasuke le había regalado en su cumpleaños, aquello le había sido insoportable, más que cuando agarró la cajita de cerezos y sacó el cascabel de Kenichi para jugar con él como si fuese un gato…

Sakura iba a darle una lección, hasta que al fin supo que le estaba ocurriendo. No podía acumular chakra de ninguna forma, el lugar estaba bajo la fuerza de un genjiutsu muy poderoso y nadie de allí podría usar sus técnicas contra la enmascarada y sus cómplices; si es que estaban cerca. -¿Qué quieres de mí? ¿Quieres ese maldito secreto del que todos hablan? Pues, te tengo noticias… Yo no sé nada… - dijo con cautela al haber tomado una decisión. Con el fin de no arriesgar más la vida de sus amigos, ella sola trataría de enfrentarla con taijuitsu. Así, tomó una estrella que había escondido en su espalda y la comenzó a apuntarla lentamente hacia el cuello de su enemiga…

–Y si insistes en que te lo dé… -sin darse cuenta la shuriken fue arrojada de sus manos y otra mano lo apresó. La alzó y la obligó a mirarla a los ojos detrás de la blanquecina máscara, invocando más su debilidad. Ésta tenía el rostro de un felino pintado con líneas rojas y doradas. –Te dije que no me obligaras a ser grosera. Estoy de muy buen humor y no quiero cambiar… Tardo mucho en volver a estar de buenas. -la soltó despacio y luego hizo que cayera al suelo bruscamente…
-Además, tus amigos están en peligro bajo mi juitsu. Con un escape de mi chakra y ¡Puf!... Todos estarán acabados… Recuerda, ahora este lugar está bajo mi control…

-¡Por Kami! ¡Qué rápida es!... –pensó aún temblorosa Sakura.

La akahaki subió a la cama y comenzó a brincar juguetonamente. –Huy… Huy… Huy… ¡Esto es divertido!… -y jaló a Sakura de la mano y la obligó a brincar con ella. Sakura estaba confundida, ya no sabía qué pensar. El miedo seguía allí con ella y su… enemiga se divertía de lo lindo riendo y jugando, dando vueltas y girando con ella tomadas de las dos manos como unas inocentes criaturas. La pelirrosa intentó zafarse, era absurdo. Ayer quería matarla y ahora jugaba en su cuarto ¿Qué rayos pasaba?... Dieron vueltas y vueltas hasta que se soltaron y cayeron de la cama. Cada una se estrelló al lado opuesto de la pared y ambas quedaron aturdidas.

La ojijade se sobaba la cabeza y se quejó. (Inner -¿¡Qué le pasa!? ¿¡Está loca!? ¿¡Así intenta matarnos!? ) Una mano se acercó para ayudarla. –Puedo continuar con más payasadas o explicar de una vez a qué he aparecido, tú decides. Yo he venido en son de paz… -la voz de la mujer sonaba más seria, pero llevaba consigo un tono filiar. Sakura no le aceptó la mano y se levantó, aún no bajaría la guardia, aunque no tuviese muchas oportunidades de ganarle.

-Bien, te escucho… -dijo Sakura.

-Jejeje… Cómo diría ese payaso de Fou… Okidoki…


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Clasificación: (H/C), (OTP), (OOC), (OC), Angst, Lemon (+18).
Parejas: Principales: SasuSaku
LIBRO I: ARPEGIO, EL RETORNO DEL OJO MÍSTICO
PARTE I, LA DESPEDIDA: El secreto guardado de Sachi Haruno y el rapto de Sakura de Konoha por miembros de Akahaki.

Capitulo 14

La ninja del país de la Luz se recargó en la pared con los brazos cruzados y mostrando la sensualidad de sus finas líneas… –Vengo a felicitarte y a decirte que has pasado la primera prueba. Eres más de lo que esperaba, Haruno Sakura…

Sakura abrió los ojos impactada. -¿De qué rayos hablas? -rugió disimulando su miedo.

La akahaki permaneció en silencio para sentir si nadie más se acercaba. La zona de arriba estaba despejada. –Felicidades Haruno Sakura. Has pasado la primera prueba. Al principio no dudé de ti mucho, pero con el tiempo me di cuenta que podrías llegar a ser más que un gran y poderoso adversario o aliado. Todo depende de ti, lo repito. Claro, con un poco más del entrenamiento adecuado podrás explotar al máximo tus habilidades… De una vez te digo, aquí en Konoha no podrás conseguirlo…

-¿Por qué no? ¿Qué sabes tú de mis habilidades? -Sakura se sentía atrapada.

-Más que tú. Sencillamente, no eres de aquí y este no es tu lugar. Los habitantes de la aldea oculta entre las hojas no tienen idea de qué tipo de entrenamiento requieren los hijos de Abukara para desarrollar sus destrezas… No lo saben porque están prohibidos conocer los dones con los que nos bendijeron los mismos dioses. Le temen a lo que no conocen y es por eso que le insisten a tu Hokaghe de eliminarte cuanto antes. Así no habrá peligro de que su sistema autoritario se vea amenazado por entidades que jamás comprenderán y, por lo tanto, jamás controlarán. Salvaguardar el poder es lo más importante, antes que a la familia, la amistad o el amor por el prójimo… Esa es la verdad para todos los líderes de este continente. Y no dudes que en cuanto cometas el primer error, ellos irán tras de ti. Créeme muñeca, lo esperan con ansías… -la mirada verde y brillante de la desconocida era fría.

Sakura trataba de enfrentarla. –Tú no conoces a la gente de aquí. Todos están dispuestos a dar sus vidas por su aldea, aunque no se conozcan o compartan parentesco, se protegen unos a otros. Yo he crecido con ellos y mis amigos siempre me han cuidado de todo mal. Yo les debo eso y no los abandonaría. Menos sabiendo de lo que ustedes son capaces. Antes moriría que usar esas disque habilidades mías para hacerle mal a Konoha.

La akahaki seguía cruzada de brazos. –Muy lindo. Reconozco que tus amigos son… especiales, algunos muy arrogantes, otros muy pedantes y uno que otro… como decirlo… algo imbécil… Pero es porque ellos no saben nada de ti. Ni tú de ellos. Si tan sólo conocieras el gran margen de diferencias que te separan de ellos, también entenderías porque es mejor vivir ignorando tu origen. Has crecido bien, sana y feliz… Bueno, a comparación de tu novio hiperactivo y el vengador ése que casi destruye al mundo, estoy de acuerdo con lo que digo. Pero hay más. No importa que pongas a prueba la fidelidad de tus amigos. Te seguirán, pero no por mucho. El resto de Konoha no es como ellos. Están bajo la influencia del “Gran Señor Feudal” y de su mano derecha Murai Ozu, líder de Soun, tú lo conociste cuando intentó arrestar a Sasuke. Soun es una organización que pretendió desde el crisol de guerra eliminarnos a todos… Pueden ser tus amigos en el fondo, pero al final sabemos que el deber es primero para todo shinobi. Aunque no hagas nada, ellos si lo harán. Tú misma lo dijiste, por su aldea. Y tú no estás emparentada con ellos en ningún aspecto. Las emociones no cuentan, no cuando se pone en riesgo la vida de los tuyos… Toju Arato cometió ese error, por ello pagó caro…

Sakura percibió que el tono de la mujer era muy triste al pronunciar ese nombre. -¿Eras de aquí, verdad? Por eso conociste a Kakashi y a Arato -se preguntó si sería la niña de la fotografía -¿Qué te hizo Konoha para estar tan segura de tus palabras? ¿Qué te hizo para que la abandonarás?... -casi retando.

-jejeje… Para que supieras, tendrías que venir conmigo y no mirar atrás para volver. Porque una vez que lo sepas, no podrás ver con los mismos ojos al lugar que llamabas hogar… No es que yo la hubiese abandonado. Ella me abandonó a mí. Es todo lo que sabrás. Si quieres estar al tanto del resto, tendrás que comparecer conmigo o seguir oculta en tu mundo color de rosa hasta que termine el gozo. -la mujer se alejó de la pared y caminó hacia Sakura.

-Yo confío en ellos… -no quería confesar la ojijade que ya empezaba a dudar. – Apostaría mi vida…
-Y eso es lo que harás si te quedas por más tiempo. Piénsalo. Por lo que has dicho de ser leales y valientes, ellos lo aplicarán y el final no será grato para ti. Dime, al menos una cosa; si tú sensei Kakashi y Tsunade-sama te estiman tanto, ¿Por qué te ocultaron que fueron los Uchiha los que mataron a tu familia? -La mujer enmascarada estudio la nueva expresión de Sakura y le complació el resultado, el terror comenzaba a dominarla.

-¡Mientes! ¡Mientes! -rugió Haruno con dolor iracundo.

La akahaki seguía estudiándola. –No… No… Tú lo sabes ya… Sé que los recuerdos ya comenzaron a brotar, lo sé por el brillo en tus ojos y las actitudes nuevas que han ido emergiendo. Tu mundo está cambiando y has descubierto que el anterior ha sido una gran mentira…

Sakura se tapaba los oídos. -¡Mientes! ¡Mientes! -repetía.

-¡Conjetura! Primero te dicen que Akatsuki sometía al País de la Luz bajo el nombre del Partido de la bandera roja. Eso es verdad, pero ¿Por qué Haruno, descendiente de Abukara, se negaba a apoyarlos? Lo menos que podía hacer Konoha era no meterse en sus asuntos y no mandar a los Uchiha a matarlos hace catorce años. Tal vez así hubiésemos acabado con Madara que sometía a nuestra tierra a escondidas. Abukara siempre tuvo enemistad con la aldea oculta entre las hojas, eso lo saben sólo los estudiosos, pero tras derrotar al Kuraikousen, el primer Hokaghe prometió no meterse más con Akahaki, ¿Por qué no el resto?... ¡Claro! ¡Estaba el clan de la Hoja verde! Ellos tampoco querían a Akatsuki ni a Konoha, pero los motivos para odiarlos no eran del todo injustos y sus problemas eran totalmente personales. Los tres clanes que fundaron Konoha habían eliminado gran parte de sus integrantes… ¿Sabías que Haruno y el clan de la Hoja verde eran uno? Los Haruno jamás se dieron a conocer con su apellido frente a las demás aldeas shinobis por temor a ser atacados ¿Sabes por qué?... -la akahaki sonaba satisfecha.

El mundo giraba sin dirección porque, en ese instante, comenzaba a concebir muchos recuerdos que antes no podía discernir, la apatía y amargura de su padre, la nostalgia de su madre, las miradas extrañas y de burla que le dedicaba por ser diferente, pues ¿Cuántas niñas de cabello rosado existían? ¿Acaso era una broma de la madre naturaleza? Ella era un chiste andante... la lastima de Naruto, porque sólo así explicaba la atracción que él decía tener por ella, el menosprecio de sus senseis, las mentiras de Kakashi y para ahondar más el dolor punzante de su pecho, la mirada de desprecio de Uchiha Sasuke… -¡Eres una molestia! -Esa revelación fue la más dolorosa que hubiesen contemplado sus sentimientos y sus ojos llamaron lágrimas heladas. El frío iniciaba a invadirla, se abrazó, nada de lo que conocía había sido real, ella seguía siendo tan falsa y vacía como el mundo le decía. Lloró en silencio y Naruto y Sasuke fueron yéndose dejándola muy atrás y sola, sola con su debilidad… Sakura ya no se cubría los oídos y abrió sus ojos brillantes con triste sequedad, síntoma de resignación lograda. –El secreto de mi familia… -dijo. Se imaginó Sakura detrás de la máscara como sonreía la akahaki.

–Todos tenemos derecho a guardar secretos. Sobre todo si sabemos que podrían herir a otros o a nosotros… Fukagu no dudó cuando le dieron la orden de derrotar a Saburo y a toda su élite por aquella extraña fuente… Tras la derrota de Akahaki, te trajeron aquí para resguardarte… En aquel tiempo no sabían que eras hija de Saburo, si fuese así, ahora serías mito o rumor, pero sí estaban enterados de que eras su pariente cercana al ser “hija” de su hermano, por ello te mantuvieron vigilada por muchos años. Te hicieron menos, te limitaron y a los senseis se les dijo que no se esmeraran en enseñarte cuantiosamente… Tenían miedo de hasta dónde podías llegar algún día… Pero luego percibieron que no prometías ser una amenaza y fueron relegándote cada vez más y más… Si no fuera por tu loco entusiasmo por Sasuke, créeme, no te harías notar…

-¡Es una tontería! ¡Una falacia! Si triunfé fue por mí… Era una niña loca y alivianada, pero eso no es producto de una conspiración…

-Ennnn parte sí… Ennn parte no… Tu familia vivía por el centro para ser vigilada, menos mal que Naoko tiene carisma, de lo contrario hubiesen vivido en un gueto aparte como los Uchiha… ¿No recuerdas, Sakura? Los profesores no querían entrenarte y te hacían de lado porque te consideraban muy lenta y poco talentosa. Enfrente de todo el salón te lo decían e incitaban a los alumnos a molestarte para hacerte menos. Eso es una estrategia para disminuir el carácter de los niños con el fin de hacerlos a la edad adulta útiles para el sacrificio y la dominación, títeres manipulables… Al principio fuiste de las últimas, pero debido a tu perseverancia, calificaste al fin… Sí, tu disque aldea tiene métodos escalofriantes para dañar a cualquier prójimo, su prejuicio es invaluable. Para ellos era más seguro que no fueses por ningún motivo un ninja por tu origen real y tu padre para mantenerse a salvo, no te apoyó durante tu crecimiento, pero no todos los profesores lo sabían, de lo contrario hubiese sido más dura para ti tu infancia, a ellos se les dijo que eras hija de refugiados enemigos caídos en derrota, el menospreció fue automático sin necesidad de hacer más preguntas…

-¡Estás loca!...

-¿En serio? Bueno, tal vez sí. Y por ello tengo el lujo de decirte la verdad… Los que se encargaron de hacerte menos fue el director, el coordinador, los capitanes de entrenamiento y hasta Iruka… Pero, pero tú jamás te hiciste menos a sus ojos… eso yo te lo admiro y no lo cantaste a los cuatro vientos… Sólo estudiaste, luchaste y actuaste por tu cuenta… El tercer Hokaghe quedó convencido de que no eras un peligro, se admiró por tu insistencia y fue que dejaron que te convirtieras en gennin, como a otros chicos que estaban en tu misma condición… Fue la primera vez que se tomó tal decisión con respecto a refugiados, por lo general viven protegidos como artesanos, empleados o bibliotecarios en la aldea, nada que pueda representar algo peligroso para la comunidad… y para no complicar la situación con esto, el tercer Hokaghe le pidió a Iruka que te colocara en el equipo de Kakashi para que el te vigilara, por supuesto, él aseguró también que no eras ningún riesgo y te dejaron libre con tu entrenamiento al no mostrar rastro del poder oculto de los Haruno, no obstante te mantuvo limitada y no se esmeró tanto contigo como lo hizo con Sasuke o Naruto, a pesar de que llegaste a rogarle de que te ayudara con tus técnicas. Fuiste tú la que estuvo buscando quién te ayudara a superarte, Tsunade tampoco tenía mucha fe en ti y a pesar de tus pocas hazañas, aun dudaban de que pudieses pasar los exámenes jounnin. Es más, había la orden de que no los presentaras, si no fuese por Kenji que insistió en su recomendación y en que siguieras con él en sus misiones, tal vez serías una linda ama de casa como tu madre o una doctora de consulta con un salario mínimo. Piénsalo, te negaron la inscripción al principio, decidieron ignorar tus proyectos médicos con el chakra, te limitaban cada vez más las misiones con tu equipo y te ocultaron la marca en tus ojos ¿Qué más quieres de prueba?...

-¡Eso no prueba nada! El viejo Akiba me ayudaba en mis investigaciones, Tsunade… bueno, el capitán Kenji me solicitaba y…

-Sólo el capitán Kenji. Y ha tenido muchos problemas con el consejo por solicitarte y en cuanto al viejo Akiba, él es un buen espía, él le mintió a Tsunade de tus ojos…

-La marca de mis ojos es algo que no conoces…

-Jajajaja… ¡Claro que sí! Y también sé quién te la hizo y por qué. Por cierto, nos habló de ti y espera verte algún día… No te dijeron nada, porque ya sospechaban. ¡Pobres diablos! Aliviados pensaron que los Haruno habíamos dejado en paz a esta tierra, sin embargo al verte mejorar tus técnicas, supusieron que tendrían que tomar cartas en el asunto si seguías avanzando ¿Sabías que ya existía una conspiración contra ti en caso de qué comenzarás a ser… “diferente”?…

-No, no, no, ¡No puede ser! ¡Es mentira! ¿Cómo puede ser?…

-Si no fuese porque te encontraste a la vieja Yasu en el bosque de Fuego. Estarías a la deriva como siempre…

Sakura miró sorprendida a la akahaki… -¿Cómo rayos sabes sobre Yasu?...

-Mmm… un pajarito me lo dijo… Yasu fue la primera en reconocerte ¿Verdad?

Sakura se giró avergonzada… -No, no en realidad. Pero sí en creer que podía dar más de mí, me reveló cosas que no conocía de mí misma…

La akahaki continuó… -Tu memoria fue borrada para salvarte de tu mismo secreto… Si no hubiese sido la masacre de Akahaki, Konoha, tal vez hubiese sido la tristeza la que te matara al final… Tu ignorancia era tu mejor resguardo y tus padres y el mismo Sarutobi pensaron que mientras estuvieras más alejada de ese Secreto, sería más factible que lograras vivir protegida, feliz y en paz… El olvido y la ignorancia te daban una nueva oportunidad de tener una vida tranquila y amena, no tenías que pagar por el error de tus ancestros… Pero… pero ya no será posible que sigas más en ese sueño… es lo único que lamento… Necesitamos ese secreto, porque la pesadilla jamás acabó y Konoha no quiso ni quiere entender nuestra condición, por eso acabó con tu padre y tu abuela… ¡Ellos fueron los que cegaron a tu padre para someterlo! ¡Ellos prohibieron a tu madre a seguir siendo una ninja! ¡El tercer Hokaghe firmó el acta para que los Uchiha mataran a tu familia! ¡La destrucción de Akahaki fue un acuerdo entre Uchiha, Konoha y…

-¡Ya basta! ¡Cállate! –Rugió Sakura… -¡No te creo nada!

La ninja oscura no se inmutó… -Recuerda, ellos temen y destruyen lo que no alcanzan a comprender y a dominar…

Sakura se sentía agotada, dolida y angustiada. Todos los recuerdos de su infancia perdida volvían y también las escalofriantes y sangrientas escenas de las muertes de sus seres queridos. Algunas eran todavía borrosas, confusas y sólo las sensaciones las hacían más perturbadoras. Sin embargo, decidió mantenerse firme y averiguar todo lo posible para defenderse. -¿Cuál… cuál es… ese dichoso secreto? -dijo con fiereza y hastiada.

Fue la pelirrosa la que se le acercó a la extraña. – El secreto está en ti, sólo tú puedes acceder a él y saber cuál es. La manera de llegar a él es sacar a la Luz tu verdadera fuerza… Te dije que conocía el panorama de tus habilidades, más no de los excesos que pudiesen alcanzar para lograr revelarlo. Sólo hay un hombre que puede ayudarte… Los secretos son secretos. Tú tienes que descubrirlo y él puede guiarte a reencontrarlo. Está en tu borrosa memoria. Sachi fue sabio al tildártela, pero cobarde al ocultártelo por más tiempo. Él sabía que algún día vendríamos por ti…

-Sólo quiero saber la verdad sobre mi pasado…-afirmó la pelirrosa. –No dejaré que me usen como a un vil instrumento. Si es así, no son mejores que Konoha…

-Tienes razón… -dijo la enmascarada -Somos peores. Porque sí pensamos usarte. Y sabemos que no podrás negarte una vez que sepas toda la verdad. Has vivido un sueño, es hora de que despiertes. -La akahaki desapareció ante sus ojos y luego apareció atrás de ella. Había recogido sus cosas y con un kunai amenazaba cortar su cuello… -Es tu decisión que no te rebane el cuello ahora mismo. Necesitamos lo que guardas en esa gran cabecita tuya. Y preferimos destruirlo antes de que Konoha o cualquier otra aldea de los cinco elementos lo haga o decidan usarlo en nuestra contra. Su vulgar ignorancia podría matarnos a todos. No tienes idea del peligro que corren otros por ti ¿Qué decides? La muerte de todas formas te espera en cualquier mano, amiga o enemiga…

Sakura sonrió y pensó con ironía ¿Quiénes eran ahora sus amigos?… -Dices que hay un hombre que puede ayudarme. Ahora ya no sé quién soy, no tengo motivos para seguir aquí si me convertiré en nada. ¿Si mi pasado fue una mentira, quién soy yo ahora?, Pareciera que ya no tuviera futuro… ¿Los Uchiha, ellos son los responsables de que esté aquí?...

-Los Uchiha siempre se han interpuesto en nuestro camino. Pero de alguna manera u otra nos han servido de ayuda para enfrentar al mundo, como nosotros a ellos cuando se negoció la paz… Aún así, hay viejas heridas que jamás cierran y cuando existía la oportunidad más leve, ambos aprovechábamos para hacernos daño… Haruno trató de romper ese contacto, pero Fukagu no quiso y Saburo tuvo que hacerle frente… Las cosas no terminaron bien. La ambición de los Uchiha fue más fuerte, por eso, ahora, creemos que se aliaron a Konoha…

Sakura retuvo los recuerdos de Kanone, de Saburo y de otras personas que no reconocía haciéndole frente a gente con los trajes de anbu y el escudo de Uchiha. Todo debía ser un error o un mal sueño, una pesadilla tal vez. Luego la figura de Itachi se hizo presente, aquello si fue real… -Todo este tiempo estuve cegada… Mis enemigos siempre estuvieron a un lado de mí y yo no lo sabía…Y yo que… -un sentimiento vergonzoso y de culpa emanaron de su interior.

La otra ninja habló. –Ya comienzas a ver a Konoha diferente. Será imposible verla como antes… Ya diste el primer paso al escucharme. Ahora te queda la opción de quedarte y luchar por tu sueño o coincidir conmigo y encarar la realidad… Te advierto que dado el segundo paso, no hay vuelta atrás. Sólo la muerte, la cual no parecerá tan mala después de lo que te esperará si regresaras a Konoha…

-No les temo a Konoha, ni a la muerte… Me has matado con tu revelación… Ahora sólo quiero saber quién soy yo realmente. -afirmó Sakura. –Sólo dime… ¿Quién puede ayudarme ahora para que todo esto termine?

La mujer sonrió, no soltaba el kunai de su cuello. Se levantó la máscara hasta los labios y se acercó al oído de Sakura. –Eichiro Inao…
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Capítulo 15

Naruto ya se había marchado hacia la oficina de Tsunade. Ten ten arreglaba la cocina y Lee y Neji estaban entrenando. Los tres estaban atentos si reconocían alguna presencia extraña, sin embargo sentían demasiado tranquilo el ambiente para tratarse de su situación. Neji y Lee pararon de entrenar y Hyuga observó su alrededor con cuidado.

-¿Qué pasa? -preguntó Lee.

-Es que… Todo está tan callado. No me parece usual… Es la calma antes de la tormenta. - afirmó Neji.

Ten ten decidió echarle una ojeada a Sakura para saber cómo seguía. Le pareció que realmente había sufrido daño con el combate de la akahaki porque su compañera nunca dormía más de sus horas requeridas. Le daba cierto escalofrío recordar como se había enfrentado a uno de ellos sin haber visto todos sus poderes.

Un molesto insecto comenzó a merodearla, al principio la espantó, pero cuando fue más insistente se enojó. No podía caminar tranquila hacia el cuarto con aquel bicho hostigándola. Tomó una revista que estaba en la mesa y comenzó a agitarla contra el insecto. La criaturita las esquivaba con rápidez y Ten ten ya se estaba fastidiando. Cuando iba a atestarle el golpe…

-¿Ten ten? -la voz de Neji la detuvo y el insecto huyó. -¿Qué haces? -preguntó.

La joven se sonrojó y soltó la revista. –Una abeja… una abeja me molestaba y… -Neji no hizo más caso de lo que decía y luego comenzó a subir las escaleras. –Iré a ver a Sakura… -dijo.

-No, yo voy… -dijo apenada Ten ten porque ella planeaba hacer lo mismo. La severa mirada de Hyuga la había avergonzado y sintió que la calificaba de perezosa al no haberlo hecho antes. Eso, en parte la molestó, y confesaba que había ciertas aptitudes de Neji que no conseguía comprender ni gustar.

Ten ten subió las escaleras y después llegó a la puerta de Sakura. La tocó… -¿Sakura?... ¿Puedo pasar? -no contestaban y supuso que aún dormía. Abrió la puerta con cuidado esperando verla, pero un escalofrío le recorrió el cuerpo al entrar en él…

Abajo, Lee entraba a la cocina y se acercó a Neji. -¿Y Ten ten? -preguntó.

-Arriba con Sakura -le respondió.

Lee tomó asiento. -¿Qué piensas de lo que dijo Naruto? Sobre que le propondría a Sakura… casorio… ¿Crees que ella acepté?...

Neji hizo un gesto de indiferencia. – ¡Ja!... Luchar con ese tal Inao le afectó las neuronas. De por sí, son pocas las que tiene sanas…

-¡Neji! ¡Neji! ¡Lee! ¡Lee! -gritó espantada Ten ten mientras bajaba por las escaleras. Los chicos se tensaron y corrieron hacia la joven.

-¡No está! ¡No está! ¡Sakura, no está! -gritó asustada la joven.

Neji y Rocke Lee se miraron con la misma expresión. – ¡Hay que encontrarla! -rugió Hyuga.

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En la casa de Haruno se encontraban las llaves del acervo principal. La casa estaba sola, en desorden por el reciente combate y extrañamente marchita, aunque se encontraba muy iluminada. Sasuke revisó cajones, habitaciones y luego estantes hasta que al fin las halló. Eran únicas, aunque sólo las había visto una vez en su mano cuando Sakura llegó a mostrárselas.

Una vez conseguido el dichoso objeto iba de salida, cuando unas fotografías de la mesa le llamaron la atención. Primero tomó la foto de tres mujeres, dos de ellas llevaban el traje de anbu con la cinta de Konoha, la tercera se parecía en algo a Sakura, traía un elegante kimono de combate y la cinta de Akahaki, se veía viejo el retrato y la giró para hallar escrito una fecha y... –A mi sensei Haruno, Gracías. -Ya comezaba a cansarse de sus malos presentimientos. Irritado pensó que Sakura lo había engañado como al resto. –Y pensar que le había creído… -rugió Sasuke. -Después de todo, sí sabía que rayos estaba pasando. ¿Cuánto más sabrá? -Tomó la siguiente foto y se sorprendió. Aquella lo alteraba más. –La misma mujer y la misma niña rodeadas de Kenji, Arato Toju y Eichro Inao...

Recordó las palabras de Sakura, Arato Toju también había sido sensei de Kenji y conocido de Eichiro Inao. Eichiro Inao también había conocido a su hermano Itachi y al mismo Madara y a su padre. Observó a la mujer… -Haruno -dijo. Pensó que la mujer debía ser un pariente de Sakura, el parecido lo afirmaba. -¿Qué hacía con Eichiro y Toju? -Inao y ella llevaban la misma cinta de Akahaki. –Tal vez Arato Toju era un doble espía… -recordó las palabras del lobezno hombre a Itachi, y de su padre a éste... –“Tú sabes lo que pienso al respecto. No me gusta que se meta con ese clan…” “Te preocupas demasiado por Haruno, Toju… Abukara tendrá que aceptar…”

Sasuke se llevó las dos fotografías y salió de la casa.

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La tarde transcurría rápido y nada aún ocurría. Naruto estaba en la oficina de la Hokaghe mirando hacia la ventana. Tenzou estaba con él. -¿Te sientes mejor? -preguntó el anbu. Naruto asintió… -Algo tenso. No me gusta esperar la acción. -gruñó. -¿A qué hora van a actuar? -Tenzou se acercó… -No desees que pasé, no quieras que pasé, así ocurrirá más rápido… Psicología inversa. -sonrió Tenzou. Naruto con cara incrédula. –Sí, claro…

-¡Por los dioses! ¡Esa condenada Eriki me las va a pagar! -rugía Tsunade azotando la puerta y entrando a su oficina enfurecida. Shizue trataba de calmarla. – ¡Tsunade-sama!... ¡Contrólese!... ¡No le hará bien a sus nervios!... -rogaba la asistente.

Tsunade giró con violencia hacia ella… -¿¡Tú también piensas que estoy vieja!?...

-No, No, No… ¿Cómo cree?... Eriki tan sólo quería ser amable para simpatizarle. Cuando le trajó el té de hierbas con hojas de naranjo y el ungüento, no quiso decir que fuese para su edad, sino para relajarla… -le explicó nerviosa Shizue y con una gotita en la cabeza.

Tsunade seguía furiosa. – ¡Aun así, no debió decirme que era para mi piel y huesos!... ¿Qué quiso decir con… -imitando la voz aniñada de Eriki… -“Personas en su condición, de acuerdo a su edad, necesitan relajarse”?… ¡Pamplinas!... –rugió más la Godaima y le quitó los forlders a su asistente para azotarlos contra el escritorio.

-Tal vez tenga razón la chica, abuela. -dijo de repente Naruto. Tenzou y Shizue pusieron caras mortales y pálidas. Tsunade giró lentamente la cabeza con diabólica mirada hacia Uzumaki.

A lo lejos se escuchó un fuerte golpe en la oficina de la Hokaghe…

Naruto había sido golpeado y se sobaba con unas lágrimitas en la mejilla. Shizue y Tenzou miraban con horror a Naruto.

Una vez calmada la Godaime… -Bien… Gracias a ti Naruto estoy mejor. -Se sentó atrás de su escritorio. –Qué bueno que has venido. Tengo un encargo para ti en esta misión que nos ha envuelto a todos. -Naruto adoptó una expresión seria, esperaba que se tratara de Sakura. Sonrió con placer para confiar. –Sí, dígame.

-Irás con Yukamo y Tenzou al observatorio y ella te expricará el plan. Es de suma importancia para todos porque la vida se nos puede ir en ello. Khonoha depende de que funcioné y si fallamos, Akahaki conseguirá lo que desea. -afirmó la Hokaghe.

Naruto apretó el puño. -¡Muy, bien! ¿Pero cómo comenzaré?

Tsunade lo miró. –Sólo te daré un adelanto de lo que te espera… En el observatorio cuidarán a la aldea desde lejos. Allí habrá una persona que los guiará a Yukamo y a ti para darles la ubicación de los siete. Eichiro nos confesó que algo grande estaba por ocurrir y tal vez será necesario despertar de cierto modo al biuju. Protegerán la aldea desde lo alto para observar cualquier indicio extraño. Los siete han prometido venir con más fuerza y esta no será como la vez anterior… Sabes a lo que me refiero cuando digo que actuarán juntos al mismo tiempo… ¿Verdad, Naruto?

Naruto recordó a la extraña criatura que Eichiro había invocado. No era como el demonio del zorro. Por ello tuvo que sacar cinco colas de este para poder vencerlo. Le daba escalofríos el recordar como casi los derrotaba a él y a Sasuke. -¿Lo invocará? -preguntó el rubio.

-Él no. Pero sus sectarios sí. Según ese demente, tienen el poder para hacerlo…

Naruto apretó el puño. –Entonces, no perderé tiempo… -y se dirigió a la salida.

-Espera… -ordenó Tsunade. Naruto la miró.

-Escúcha atentamente el plan de Tenzou primero. Al saberlo bien, evita sacar al Kyubi como la otra vez… Es decir, limítate a que se asome como el poder de Yukamo, de lo contrario no atraparemos a esos demonios. -Tsunade se veía severa al adivinar la expresión negativa de Naruto.

-Naruto… Eso tiene un propósito… -dijo Yamato ( o Tenzou).

Uzumaki confió y no renegó al levantar el pulgar. Salió a dirigirse hacía el mirador, donde posaban los rostros de los kaghes.

-¿Creen que hará caso? -preguntó Shizue preocupada.

-No tiene de otra. Conociendo lo que tiene que decirle Yukamo, no podrá hacer más. -dice Tsunade.

-Debemos confiar en Naruto… Es el único que tiene posibilidad de vencer a Inao… No sólo por su naturaleza, también por su espíritu. -agregó Tenzou.

-¿Creen que sea el shinobi de la sombra blanca? -Shizue tuvo esa sensación.

Tsunade sonrió. –Quizás, quizás Naruto haga realidad la leyenda.

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En la biblioteca Sasuke buscaba los pergaminos de Toju. Un gran sentimiento de nostalgia lo envolvió al penetrar la estancia. No sólo los recuerdos de la infancia lo conmovían, las imágenes de Itachi y Arato estaban aún frescas en su mente. Cuando era estudiante de la academia y gennin no le agradaba entrar en ella para estudiar. Se llevaba los libros o los pergaminos lo más rápido que podía y se largaba siempre con esa sensación incómoda que le provocaba.

Con la misteriosa partida de Toju, las visitas eran frecuentes y siempre lo hacía con añoranza. Itachi ya no tenía tiempo para acompañarlo, por lo que iba solo a esperar el regreso del maestro Toju. Aun, cuando tuvieron nuevos encargados, no perdió las esperanzas. No creía que los nuevos ocupantes tuviesen la misma profesionalidad que Toju, por lo que no le interesó entablar mucha conversación con ellos. El encargado nuevo, el señor Sachi era muy amable y todo un personaje.

La primera vez que lo vio casi salía huyendo de la biblioteca, el hombre estaba ciego, y unas terribles cicatrices era lo que tenía en vez de ojos como si se las hubieran extirpado con algo en fuego. El hombre atendía a Sasuke normal, pero tampoco mostraba interés en él a pesar de que frecuentaba la biblioteca. Sin embargo, su hija era otra historia.

Una de las razones por las cuales Sachi no parecía tener interés en ningún otro ususario, era porque él le enseñaba a su hija cómo ordenar la biblioteca y qué libros consultar. Ella siempre estaba atenta a lo que Sachi decía y hacía. Cuando el padre estaba ocupado haciendo otras tareas, la pequeña atendía a los usuarios.

Era una niña tímida y se le dificultaba hablar con la gente. Sasuke no perdía tiempo preguntándole por tal o cuál tomo sabiendo que él los conseguiría más rápido. Cuando era necesaria su ayuda, la niña era muy torpe para encontrar los volúmenes más alejados y tenía pequeños accidentes que descontrolaban todo. Fue así, que los deseos de continuar hiendo al acervo de Konoha fueron menos y tristemente se resignaba a aceptar la partida de Toju y el aislamiento de su hermano mayor.

No entendía porque la niña de la biblioteca le tenía miedo, pero no le importaba. Un día, no supo jamás cómo, la extraña hija del bibliotecario se sonrojaba cada vez que lo veía y después ya se animaba a preguntarle que libros buscaba, de qué tipo o incluso ya le había apartado algunos. Él sólo agradecía y la ignoraba. Más adelante, ella trataba de entablar conversación con él, preguntándole que tipos de lecturas le gustaba, cuál era su favorito y cuáles les recomendaba. A veces le fastidiaba y salía con los libros prestados para leer en otra parte o en su casa. Sabía que esa niña era su compañera de la academia y que durante las clases lo observaba muy discretamente. Eso ya era el colmo. No le importaban las otras niñas, podía ignorarlas como siempre, pero tratándose de aquella realmente le molestaba. Fingía demencia cuando lo saludaba y continuaba con lo que estaba haciendo, aunque después llegaba a pensar que ya la había visto en algún lugar, pero no recordaba.

Los recesos los aprovechaba para almorzar y pensar en la nueva situación de su familia. El maestro Toju no regresaría y por ello pensaba que Itachi estaba molesto con todos. La relación de éste con su padre ya no era la de antes y casi nunca se hablaban con la confianza amena que existía con el anterior sensei, la distancia era fría y silenciosa. Una vez le preguntó a su padre que había pasado con Toju Arato. Fukagu se molestó y le prohibió mencionarlo otra vez. Aquel regaño fue muy duro para él y no volvió jamás a mencionarlo. Sasuke Uchiha pensó que quizás para no molestar a nadie más de su familia, tendría que olvidarlo. Estar solo en el recreo le ayudaba a pensar sobre eso, hasta que en uno de ellos la pequeña “molestia” lo sorprendió…

-¿Puedo quedarme contigo? Es que estamos jugando a las escondidas y no sé en donde más ocultarme… -dijo tímidamente la chiquilla.

Sasuke, aguantando su cara de fastidio, asintió. Su hermano le dijo que no fuese grosero con ella.

Una vez la latosa niña llegó a su casa con excusa de que se le había caído a él un kunai en el camino al tropezar con ella por accidente; Itachi le abrió la puerta, la vio sonriente y llegó Sasuke diciéndole que no tenía porque molestarse con un tono hostil. Itachi lo provocó invitándola a pasar y a mostrarle él la casa. Sasuke se sintió celoso, en aquel momento pensaba que su hermano quería sobrepasarlo en todo, hasta en modales. Entonces gestudo se ofreció a mostrársela él.

–Yo se la enseño… Mi padre te habla. -dijo molesto el pequeño e Itachi le sacudió los cabellos.

-Bueno. Gracias Sasuke, eres muy amable. -dijo el mayor y le guiñó el ojo a la pequeña. Sasuke se sintió más celoso.

Sasuke le mostró la casa. Ella le hacía preguntas sobre su familia y él se las respondía secamente. Al final la pequeña no quiso molestarlo más y se fue. Después Itachi habló con él. –Bonita amiga… ¿Quién es? -preguntó con picara curiosidad.

-Una niña molesta que no me deja en paz… -se quejó Sasuke.

Itachi sonrió. –Así es al principio… Pero debes ser amable con ella… Uno nunca sabe cuándo es que se llegan a intercambiar los papeles. -y se fue.

Tras eso trató de ser más amable, aunque no entendía aún por qué. Quedaron los dos solos en el lado más apartado de la escuela, callados y sin decirse nada. Los cerezos ya comenzaban a brotar. El viento soplaba a prisa, pero el tiempo no. –Sasuke… -de pronto dijo la niña con la voz tímida. El niño volteó -¿Qué? -La niña estaba sonrojada.

-Quería agradecerte, el que me hayas invitado a tu casa… Es muy bonita.

-No es nada… Fue mi hermano quien te invitó… -dijo con su tono acostumbrado.

-Aun así, gracias. Tú me la enseñaste… Y le agradeces a tu hermano también… Él es muy amable y atento… ¿Tiene novia?... -preguntó de repente.

A Sasuke le sorprendió la pregunta, pero rápidamente se contuvo y lo olvido. –No sé…
Permanecieron otro rato en silencio, hasta que ella otra vez… -Sasuke

El niño suspiró. -¿Qué?

La pequeña lo miró. -¿Qué tipo de niñas te gustan?

Sasuke con tono irritado. –Ninguna… y si me gustasen, serían las calladas.

La niña con duda. -¿Por qué?

Sasuke cansado. –Porque no preguntan cosas raras…

La pequeña con un signo de interrogación. -¿Cosas raras? ¿Cómo cuáles?

Sasuke cayó de espaldas, ya se estaba exasperando y cuando le iba a gritar que le dejara en paz, se detuvo. La chiquilla no le había quitado la mirada jade en ningún momento, esperando con tierna candidez su respuesta. Sasuke se sonrojó, le temblaron las piernas y las palabras se le borraron de la cabeza. Aquellos grandes y cristalinos ojos jade le estremecían las fuerzas y cierta calidez le tiritaba el estómago. No podía pensar con ella a su lado. Rápido, recuperó la compostura y no dijo nada.

-Sasuke… ¿Yo preguntó cosas raras? -dijo la pequeña con tono triste y el chiquillo abrió más los ojos. -Sí es así… No te vuelvo a molestar.

Por primera vez se sintió culpable por algo, aunque no lo entendía. –No… No… Sólo que a veces me sacas de quicio, Sakura…

-¿¡Qué!? -interrumpió la niña. Sus ojos verdes estaban sorprendidos y brillaban como si hubiesen visto una estrella fugaz.

-Que no, Sakura… -repitió Uchiha con fastidio y la niña inesperadamente le dio un beso en la mejilla. Sasuke se espantó y el color rojo invadió todo su blanquecino rostro.

-¿Qué te pasa? -dijo el niño, más que enojado, estaba asustado y se apartó de ella.

Sakura sonreía con dulzura. –Dijiste mi nombre…

-¿Y? -Sasuke estaba con la mano en la mejilla.

-Nunca lo haces… Cuando dices el nombre de alguna persona, significa que ya es parte de ti… Sasuke…-Sakura sonrió con una serena y alegre confianza. Sasuke no pudo evitar una vez más el abochorno en sus tiernas mejillas. Ambos se quedaron mirando a los ojos. Los de ella eran claros y apacibles, puros y brillaban con una emoción serena. Sasuke se miró a través de ellos y se vio extraño, reconocible, pero diferente. Un reflejo que jamás había imaginado y lo hacía sentir más real que en cualquier otro…

-¡Uno, dos, tres por Yamanaka que está detrás de la roca!…

-¡No es justo!

-¡Uno, dos, tres por Nagano que está en el árbol!…

-¡Tramposa!
-¿Quién falta?

-¡Haruno!

-¡Haruno! ¡Haruno! ¡Haruno! -gritaban varias voces en coro.



Sakura sonrió muy contenta. -¡Qué suerte, voy a ganar! -luego percibió que Sasuke se retiraba. -¡Sasuke! -gritó la pelirrosa hacia él y corrió a su lado. Lo tomó de la mano.

-¡Juega con nosotros! ¡Te prometo que te divertirás! ¡Quedáte! -dijo la niña.

-No… tengo que irme… -y se soltó.

Sí que le pareció extraño lo que dijo Sakura. ¿Es que acaso no la llamaba por su seudónimo? Sí que era peculiar, él siempre pensaba en su nombre y no sólo porque lo vinculara con el color de los cerezos en primavera, también…

-¡Sasuke! -se acercó la niña.

-¿Ahora qué? -preguntó Sasuke fingiendo fastidio.

-No me respondiste sinceramente a mi pregunta…

Sasuke no recordaba cuál era la pregunta y la confundió con la primera… -Yo creo que eres más bonita… tú… tú… tu… tu cabello más largo me… -y se echo a correr, dándole rápidamente la espalda.

No entendía por qué dijo semejante tontería. Pensaba que lo lamentaría en el futuro, pero en parte, no le desagradaba pagar con las consecuencias. –“Cuando dices el nombre de alguna persona, significa que ya es parte de ti… Sasuke…” -la frase se repitió con estremecedor eco. No entendía aún, no lo deducía y sin embargo lo hurgaba.



Después ocurrió la muerte de sus padres y la traición de Itachi, y todo quedó olvidado; como si su pasado hubiese sido borrado de un violento zarpazo y lo único auténtico hubiese sido ese fatídico momento. No había más allá de él y Toju Arato desapareció con la pequeña Sakura.

No volvió más a la biblioteca y cuando iba por necesidad, su presencia no duraba más que lo basto.

Ahora estaba allí invocando fantasmas del pasado y tratando de reconocer lugares ya inexistentes. Cierta desolación lo embargo y tuvo deseos de salir de allí, mas dio el primer paso y cerró la puerta para no escapar. El lugar estaba completamente abandonado aquella tarde. Sachi había hecho un buen trabajo al cuidarla, pues su esencia seguía salvaguardando el sobrio ambiente que recordará de niño. Mas el tiempo y el movimiento llegaron a distorsionar algunas imágenes que guardaba, cómo la sección que dedicaba Toju para los estudiantes gennin o la barra de consulta donde Sakura, muy pequeña, se sentaba para atender a la gente, con las piernitas colgando de una alta silla, mientras su rosada cabeza se inclinaba sobre un enorme libro o pergamino.

Poco a poco reconocía las imágenes del pasado y entrevió el lugar que buscaba en las sombras. Llegó a la oficina del encargado y vio que detrás del escritorio estaba el mapa global del continente, marcando los países y aldeas shinobies con detalles geográficos muy minuciosos. Se acercó a él y tanteó con cuidado la enorme pintura. No hallaba nada del famoso escondite secreto de Toju. Sasuke estaba seguro que había una puerta secreta por donde había ocultado aquellos documentos. Dio unos toques en cada uno de las partes del cuadro y escuchó hueco. Movió el marco y halló un agujero con una placa del tamaño de una moneda en su interior. La placa contenía un círculo blanco con otro pequeño de color rojo. Sasuke la tomó y trató de pensar. –Bueno… esto no es lo que buscaba exactamente. -se dijo sin hallarle un fin a esa placa. Toju era un gran estratega… -¿Dónde ocultaría algo tan importante? -parte de sus trucos se inspiraban en bromas o trucos de magos, le dijo alguna vez Itachi.

Examinó el medallón y recordó el truco de la moneda detrás de la oreja de Toju que le aplicase de niño. A los lados del escritorio estaban dos estatuas, ambos con armaduras samurái, uno rojo y el otro negro, estaban hechos de roca obsidiana, pero su cualidad era que no había ningún doujutsu que pudiese traspasarlo; algo curioso y muy costoso. La estatua roja tenía ocultó en su pecho el símbolo de Haruno, un círculo blanco y en medio una flor de cerezo, la segunda el símbolo de Abukara, un círculo rojo con tres triángulos rodeándole. El otro lado de la placa tenía el mismo símbolo y al apretar fuerte ambas se separaron. Miró el mapa y encontró la ubicación de Akahaki y los países derrotados. Pensó y concluyó que sólo una de las estatuas podría abrirle la puerta.

Acto seguido, le pareció ridículo tener que inspeccionar las orejas de las estatuas, pero halló en cada una la abertura para la moneda. Intento colocar una a una, pero la estatua abría la boca y le escupía la dichosa medalla, pero de forma mortal, como si se tratara de una shuriken. Sasuke no se sentía de humor para bromear con las risitas extrañas que emitían las estatuas cada vez que se equivocaba, ni tampoco con lidiar con sus mortales ataques.

Lo intentaba, fallaba y más monedas salían disparadas para emitir esa quisquillosa risa. Una de las monedas le dio en la frente y le dejó un moretón. Fue lo decisivo y pensó más rápido, al punto de que tenía que colocar las dos monedas al mismo tiempo. Tenía que idear una estrategia. Las estatuas eran extrañas y reconoció que aquel material le impedía usar su chakra, este era casi nulo…

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Rocke Lee, Neji y Ten ten corrían por la calle para encontrarse con Gai, Anko e Iruka, quienes también vigilarían a Sakura, pero ellos lo hacían dentro de su círculo y sin perder de vista al edificio…

-¡Sí, cómo no!... Nos van a matar… ¿Cómo es posible que estando allí, no nos diésemos cuenta de que estaban alrededor nuestro? -decía asustada Ten ten. La muchacha se encontraba nerviosa y ya tenía en mente enfrentar a la furiosa cara de Tsunade, quién lanzaría llamas en ojos, nariz y boca.

-Quizás no fueron los akahaki… Ella pudo salir sola… a buscarlos -dijo Neji.

Lee se interpone veloz enfrente de éste y le sujeta por el cuello de su camisa. -¡Retráctate! -rugió. Neji no expresaba nada -¿Y si tengo razón?... -Entonces fue golpeado en el mentón y lanzado con una gran fuerza. Pero Hyuga recupera rápido la compostura y se levanta. –Con que esas tenemos… -rugió maliciosamente y sonriendo…

-¡Ya basta! ¡Ya basta con los dos! -se interpuso Ten ten molesta. -¡Teníamos una misión y fallamos! ¡No hay tiempo para este tipo de tonterías! -las palabras de la kunoichi los hizo reaccionar.

Neji asintió. –Tienes razón. Debemos encontrarla y avisar a los demás…

-No debe estar lejos… -dijo Rocke Lee. –Iré a buscarla por esta zona y avisaré a los otros que siguen vigilando… Pero, alguien tiene que ir a avisarle a Tsunade.

Ten ten no quería hacerlo, pero iba a…

-Yo lo haré -dijo Neji y miró a la chica. –Tú ve a avisarle a Gai y al resto…
Ten ten se sonrojó, por un momento creyó que Neji lo había hecho para ayudarla con la Hokaghe sabiendo lo mucho que la aturdía. –Sí… -y se fue. Rocke Lee le dirigió una mirada de reproche a su compañero y después hizo lo mismo que su amiga.

Neji suspiró, ahora él tenía que enfrentarse a la Hokaghe, deberían darle crédito por su valor.

kittycat:
Capítulo 16

-¿Dónde estamos? -preguntó Sakura.

-Shhhh… Arriba está el edificio principal. Cuando construyeron a Konoha, sólo unos cuantos se enteraron que aquí antes era otra aldea. Estos túneles eran las calles. -le respondió la akahaki.

-¿Y cómo sabes eso? -Sakura observaba que las paredes habían sido las casas y edificios que llegaron a conformar dicha población. Era increíble. Jamás lo había imaginado.

-Sígueme y te enterarás de muchas cosas… La Godaima sólo conoce algunos como el resto de los vejetes del Consejo. Pero nosotros siempre estamos un paso adelante. Es parte de nuestro trabajo como shinobis. -lo último lo dijo con tono de burla.

Haruno ya comenzaba a tener más confianza en su guía. Conocía cada rincón de la aldea como si se tratara de un sencillo croquis. La curiosidad la empujaba hacia ella y muchas preguntas aparecían de repente. –Aun no entiendo… ¿Por qué ocultarlo?...

-Forma parte del control, niña. Sólo los que tienen el control sobre la aldea saben de ellos. Sin embargo, únicamente los usarían en caso de una invasión o para mantener vigilada a la población. Esta aldea en ruinas y bajo tierra forma parte de uno de los grandes secretos de Konoha. Lo que ves aquí no fue provocado por un derrumbe. Fue una gran guerra lo que arruinó a esta comunidad, y de seres muy poderosos. -La akahaki sonreía a través de sus ojos verdes oscuro que brillaban en la oscuridad.

-¿Quiénes eran y quiénes los vencieron? -preguntó más interesada la pelirrosa. La enmascarada rió satisfecha.

-Todo a su tiempo…jejeje…Primero debes saber todo lo que puedas sobre ti ahora. Después nos encargaremos del resto.

Sakura pensaba que se había vuelto loca al seguir a esa mujer tan extraña. Pero, por increíble que sonara, había tomado cierta familiaridad con ella. Eso no era casual en cualquier persona y menos de una enemiga. Todavía mantenía los cinco sentidos despiertos en caso de que fuese a traicionarla. Incluso ya había desarrollado un plan para huir con la información que tanto deseaba. Sólo esperaba el momento para atacar y por ello trataba de ganarse su confianza, así como ésta lo hizo al entrar a su recámara tan amigablemente. Aun seguía en ese juego, se ganaba su simpatía con aquel complaciente tono y sus ademanes sueltos y provocadores.

Sakura pensaba para sí que no cabía duda de que fuera una shinobi de alcurnía. Sus jutsus y su actuación ante los adversarios eran muy versátiles. Aun estaba perpleja con la velocidad con la que se trasladó para llegar al acceso del túnel y los extraños ninjutsus que usara para despistar a los anbus, sin que estos se dieran cuenta. Sabía cómo convencer a la gente por las buenas y por las malas. Haruno accedió acompañarla para adherirse a la información sobre el “tan valioso secreto”, pero su postura era una que sólo la favorecería a ella. No tenía todos los naipes para poder calcular cuál sería su siguiente jugada. Ya estaba cansada de que le ocultaran las cosas y también de que la mantuvieran al margen de la acción. Ella descubriría la verdad por su propia cuenta y sólo estaría de su propio lado. Ya no confiaba en nadie ni en nada, no hasta que se le aclararan muchas cosas.

Comenzó a vincularse más con la misteriosa mujer para sacar información. Ambas sabían que estaban jugando algo muy peligroso, pero lo disfrutaban. Recordando las enseñanzas de Ibiki Morino, algunos combates intelectuales que comienzan con dar pesquisas para recibir información, pueden llegar a ser más arriesgados que un combate físico. En el físico, sale dañado el peleador, pero en el mental afectaría, no sólo al oponente, también a todo aquel que se vinculara con el luchador, la aldea o el clan. Ambas debían ser precisas y cuidar cada palabra o enunciado. Su retórica debía ser minuciosa para persuadir, ocultar y manipular. Sakura debía aparentar estar al mismo nivel que su oponente. No tenía idea de cuándo le mentía y cuándo no, mas las emociones tenían que estar reservadas.

-¿El resto son los secretos? ¿Qué secretos oculta Konoha? -preguntó la ojijade. –Es increíble que haya vivido aquí toda mi existencia y no haya sabido de este lugar. Eso me hace pensar que todo lo que has dicho puede ser verdad.

La mujer sonrió atrás de su máscara. Entendió que Sakura estaba entrando con otro truco en el juego (- A ver quién convence a quién) –Algunos los conoces, eso no significa que la mayoría deba enterarse. Tienes ante tus ojos uno, algunos de sus clanes son otro: Uchiha, Hyuga, Kumara, etc; tu novio y tú… Bueno, aunque ese no lo sabías. Eso revela que tienen un gran saco de chucherías muy bien resguardadas… Pero, pronto saldrán al aire… jejeje…

Sakura iba preguntar con mayor serenidad, aunque el tono que usó aquella extraña le puso los pelos de punta…

-Llegamos. Es allá arriba… -dijo la Akahaki señalando la abertura de un ancho pozo e interrumpiendo las ideas de la joven. –Es uno de los pasillos que Tsunade no conoce. Por lo tanto, no está vigilado ni tiene trampas…-La akahaki concentró chakra sin ningún problema en sus manos, rodillas y pies.

-¿Por qué estamos aquí? Eichiro Inao ya debe estar en el recinto. -Sakura comenzó a hacer lo mismo que la otra.

-Jejeje… No, todavía no. ¿No escuchaste lo que te dije? Siempre estamos un paso adelante… Bueno, sólo lo del atentado fue un fiasco, pero al fin eso se solucionará. -la enmascarada saltó y como una oscura araña comenzó a trepar la pared.

Sakura sintió furia al recordar el ataque. Se juró cobrárselo en cuanto pudiese. Pero ahora debía concentrarse en escalar al ritmo que ella. Era veloz y la pelirrosa jamás trepó las paredes de esa forma. Tuvo que admitir que se sentiría avergonzada frente a ella sí caía.

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Rocke Lee pasó por la casa de las chicas y pudo ver a unos colegas vigilar el lugar. El ninja se les acercó y les preguntó cómo seguían con la tarea. Recordaba que debía mantener la discreción, no todos conocían el plan con Sakura. Uno de ellos respondió que todo aquello estaba tranquilo, no habían hallado nada anormal. Eso le parecía más extraño a Lee, aquellos hombres fueron los mismos que les aplicaron el primer examen chunnin. Su vista era la más aguda. Algo no andaba bien en la aldea y Rocke Lee no sabía cómo explicarlo, lo sentía en el aire. Pronto se despidió y continuó en su búsqueda.

Sakura no debía estar lejos, si es que huyó por sí sola. Tal vez escuchó la conversación con Naruto y asustada y confundida se fugó. Saltaba por los edificios para ir más rápido y ver mejor, cuando al fin pudo encontrarla sentada en un callejón y acariciando a un gatito. Sakura, con el semblante triste, estaba arrinconada y absorta en sus ideas. Lee se emocionó y le gritó -¡Sakura!-. La pelirrosa al verlo se espantó y salió huyendo a toda velocidad.

Rocke Lee no lo iba a permitir y salió en su persecución…

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-¿¡Qué!? ¿¡Cómo es posible!? ¡Su misión era vigilarla! -rugía Tsunade y se agarró la cabeza por la jaqueca.

-¡Cálmese Tsunade-sama! ¡Pronto aparecerá! -rogaba Shizue.

-Sí, pronto lo hará… Pronto lo hará… -repetía Eriki agitando un abanico para calmar la temperatura de su jefa.

Neji se sentía incómodo y ridículo. ¿Cómo pudo haber fallado una tarea así? Además, no era niñera de ningún tipo. Odiaba sentirse expuesto por cometer semejante error. En esos momentos le hubiera gustado que la tierra lo tragase. Ahora entendía porque Ten ten estaba tan ansiosa de no enfrentar a la Godaima. Su temperamento era un energúmeno infernal que escupía maldiciones todo el tiempo.

Una vez que escupió su furia, Tsunade respiró profundo y preguntó cómo es que había ocurrido. Neji le explicó todo: Estaban bien en la casa. Sakura dormía, hasta que una hora después había desaparecido. No descartaron la idea de que pudo haber escapado sola, pero esta seguía con la interrogante ¿Cómo fue? Nadie había percibido ninguna presencia ajena a su alrededor. Hyuga con su doujutsu no pudo encontrar nada anormal, ni tampoco los jounnin expertos o los anbus que estaban en esa zona.

Rápidamente Tsunade ordenó a Eriki que diera la orden a los anbus de ir a buscarla y traerla. La chica salió inmediatamente. Después le ordenó a Neji lo mismo, pero con los anteriores detalles. Sin quejas, el joven asintió con una inclinación y desapareció en una nube de humo blanco.

Tsunade estaba más preocupada que antes. Shizue por momentos sintió su miedo, mas lo ocultó fugazmente y continuó con la misma sangre de hierro.

-Tsunade-sama… ¿Le decimos al equipo siete que su compañera ha desaparecido? -la asistente comenzó a presentir algo malo.

-No… Kakashi y Sasuke están vigilando la ciudad, no hay que distraerlos. Y Naruto debe concentrarse todo lo posible en su misión, no debe tener más cosas en la mente… Todo esto es muy extraño Shizue ¿Qué está pasando en realidad?- concluyó la Godaime. La decisión de la hokaghe consternó a la asistente.

De pronto, dos explosiones se escucharon a lo lejos. Tsunade y Shizue corrieron hacia la ventana y vieron asustadas los respectivos lugares. Pronto la Hokaghe le ordenó a su asistente averiguar qué había pasado, mientras ella se contactaría con los anbus y movilizaría a los shinobis.

-¡Tsunade-sama! ¡Tsunade-sama! ¡Tsunade-sama! -un secretario entró a prisa a la oficina. -¡Atacan a dos de los círculos! Gai, Kurenai, Iruka y Anko los enfrentan en el quinto círculo. El primer círculo fue interceptado, el trío ino-shika-chou y sus padres los opusieron.

Tsunade mandó a pedir rápido un reporte de la situación… -¡Maldición! ¡El quinto círculo es donde vive Sakura! -rugió Tsunade.

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Neji saltaba de edificio en edificio para acelerar el paso y buscar a Sakura. Entonces los ojos volvieron a irritarle y se detuvo para tallárselos. Al terminar vio borroso y poco a poco percibió que existían tres sombras observándolo. Las sombras lo señalaron y con la luz entrevió las sedas, las espadas y las máscaras. Uno de ellos pareció ir hacia él, pero se desvaneció junto a los otros. Neji quedó confundido estaba seguro de haberlos visto. Decidió usar el byakuguen con cuidado y una luz blanquecina lo cegó. Neji gritó de dolor y se cubrió los ojos. Cayó de rodillas y al recuperar un poco la vista se dirigió hacia donde estaban las tres sombras. La realidad parecía balancearse como si estuviera frente a un espejo de agua. Extendió la mano y la sintió helada…

El sonido de dos explosiones llamó su atención y se dio cuenta que una había ocurrido en su círculo. Neji giró hacia el extraño fenómeno y estaba normal. Una sensación extraña lo embargó y después asustado se levantó. –El polvo… -dijo asustado. Se tocó los ojos y salió corriendo.

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La voz corrió rápido por la aldea y ciertas explosiones por ambos lados ayudaron a emancipar la noticia. El reporte dijo que ambos habían ocurrido al mismo tiempo y de la misma forma.

Kiota Nagano, el ex asistente de Kenji, ahora asistente de Sasuke, se dividió en cinco para poder observar las escenas del ataque, a sus otros individuos los dispersó en otros lugares, uno a la oficina de la Hokaghe, al otro a seguir vigilando y al último a buscar a Sasuke. No entendía dónde se había ido en una situación así, le pareció raro que no le dijera a dónde iba. Al igual que Yamato, tenía ese jutsu especial y podía mantenerse comunicado con sus otras personalidades. A diferencia de un clon de sombra, estos eran el auténtico Kiota, todos se comunicaban telepáticamente y sus otros “yo” representaban una personalidad de su autor. Kiota Nagano era un joven alegre, risueño y educado. Tenía el cabello de un azul muy oscuro, peinado de lado y sus ojos eran castaños claro. Pertenecía a la misma generación de Naruto y llegó a ser compañero de juegos de Sakura e Ino. Hubo un tiempo en que estuvo enamorado de Haruno, pero se resignó a salir con otras chicas al saber que ya estaba con Naruto. Sus bisabuelos no eran de allí, eran de Takatami, su hermano mayor se fugó con Kenji y sus secuaces, y por ello algunos aldeanos los recelaban.

Ambos Kiotas llegaron a las distintas escenas del combate. En el primer círculo estaban el trío de ninjas ino-shika-chou con sus padres. Se habían quemado algunas casas, derrumbado algunos edificios, pero nada grave para los civiles. Sólo el susto y el ataque emocional que los obligó a salir repentinamente de sus casas y negocios. Mientras el trío peleaba con el akahaki, otros ninjas cercanos habían trasladado a los habitantes de esa calle a instalarse en otra para protegerlos.

Un akahaki apareció esa tarde para pelear. Su objetivo no fue la gente como sucedió en la plaza. Demostró sus estremecedoras habilidades y después provocó una explosión tras dejar algunos integrantes heridos. Toda Konoha supusó que la amenaza había comenzado.

Kiota se acercó a Temari, quien tenía las ropas sucias, algo rasgadas y raspones y golpes en su cara y piernas. Ninguna de ellas era grave. -¿Cómo ocurrió? -preguntó a la ninja. Temari, limpiándose el sudor de la frente. –Estábamos vigilando… De pronto un fuerte viento apareció. Creímos que era normal, hasta que se acrecentó su fuerza y no nos dimos cuenta cuando nos golpeó… ¡Malditos bastardos arrogantes!... Nos golpeó a todos de una embestida y continuó. Luego se detuvo y se apareció sin decir nada, sólo atacó y atacó.

Kiota entendió que los únicos objetivos eran ellos y que la destrucción mínima del lugar fue accidental. Así lo supuso tras la explicación de Temari… -Éramos sólo Shikamaru y yo… Al escuchar el derrumbe de aquel edificio, llegaron Chouji e Ino… No podíamos los cuatro y llegaron sus padres, que estaban cerca. Luego, pelearon y decidió irse. Creo que se dio cuenta que no podía con el número…

-¿Heridos? -preguntó el policía.

- Creo que el padre de Ino sufrió algo. -contestó Temari.

Más ninjas comenzaron a llegar junto a un equipo de paramédicos. Shikamaru y Choiji, junto a Shikaku Nara y el ninja Akimichia, salieron en persecución del akahaki. Ino tenía recargado en sus piernas a su padre para curarlo, Inoichi Yamanaka. Estaba herido del costado, el enemigo le testó un golpe que le rompió algunas costillas y al parecer había penetrado algunos órganos. Ino le acariciaba la frente y contenía las lágrimas mientras le aseguraba que todo iba a estar bien. Ino que conocía de jutusus médicos lo examinó hasta que llegaron los paramédicos. Inoichi sonreía triunfal hacia Ino. –No lloré mi princesa. Ese mal nacido akahaki no pudo ni podrá conmigo. -Ino contuvo una vez más las lágrimas y trasladaron a su padre. Temari se le acercó para consolarla y se acercaron a Kiota para darle los detalles de la batalla. Al asistente de policía le consternó que tan sólo deseara luchar. Entonces rápido ordenó a un escuadrón a seguir a Shikamaru y a los otros. Sasuke le había explicado al joven ciertos trucos que llegaba a usarse para confundir a una presa colectiva. Entonces ordenó que no les permitieran a Shikamaru y a los otros salir. -¡Qué se olviden del Akahaki! ¡No permitan que salgan de la periferia! ¡Todos deben estar concentrados en la aldea!

El joven se comunicó con sus otras identidades y les ordenó que esparcieran la voz de que nadie se moviera de sus lugares por nada. Después se comunicó con el que estaba en la otra escena y le describió lo mismo que le habían dicho allí.

-¿Por qué? ¿Qué pasa? -preguntó autoritaria Temari. -¿Por qué no hay que seguirlos?

-Porque podrían dirigirse hacia una trampa. Otro ataque ocurrió al mismo tiempo y bajo las mismas condiciones. Lo que desean es que descuidemos la guardia para adentrarse más a los círculos y llegar al centro. Pronto no tardarán en dar otro ataque, tal como dijo Sasuke.- Kiota se comunicó con sus entidades para que le informaran como veían alrededor. Todos aseguraban que estaba despejado. Después trató de comunicarse con aquel que estaba buscando a Sasuke, éste no lo hallaba…

-¡Diablos! ¿Qué puede ser más importante que esto? -rugió Kiota.

Ino recordó a Sakura. El asunto debía mantenerse en secreto y preguntó con cuidado. -¿Cuál fue el otro círculo?

-El quinto. -respondió e Ino se asustó. Temari lo notó. -¿Qué hay en el quinto círculo?...

-Sakura… -dijo Ino.

Kiota se giró de inmediato a la rubia.

En una calle estrecha otro akahaki miraba oculto. Tenía la gabardina de seda, una máscara atemorizante de coyote y un sombrero de paja parecido al de Akatsuki, una espada corta, una mediana y una larga eran llevadas en su cintura. No dejaba de observar a los tres jounnin, entonces una abeja anaranjada con violeta comenzó a molestarlo zumbando con molestia. El hombre no se inmutaba, seguía estudiando a sus enemigos. Al terminar, atrapó a la abeja con una veloz mano. Habló adentro de su mano. – Baka, ya te oí… Diles que estos imbéciles ya se dieron cuenta y ya comienzan a correr la voz. Qué empiece el siguiente plan…-. Sopló al interior de la mano para expulsar a la abeja. La abeja aturdida zumbó un curioso sonido, al parecer le estaba reclamando y se fue.

El akahaki se hizo uno con las sombras y desapareció.
Continuará…

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