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Antes de Partir Cap 4

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Mk Terryus:
Renesme pequeña, estoy ancioso de saber lo que sigue con Bet y Zare pero tú como que te olvidas de eso...
Ojala no sea asi y sabes que aqui hay un fiel lector.
Saludos

Kel|Thuzad:
Como que hace mucho no leía una historia que me entreteniera de esta manera haaa xD muy buena, nunca pensé que inclusive llegaría a amar lo trágico como lo estoy haciendo ahora. Uuuuh DX dejas muchas incognitas ._. eso lo hace mas adictivo 8D esperando la conti.

PD: Lucas fan (L)

Yemibella:
Okey, ya tanto de andar por alli y que mucho bla bla bla de MK Terryus, dejo la continuacion..

CAPITULO 3
CONFECION

“Quisiera hablar con la mirada y que en mis ojos leyesen cual libro abierto. Quisiera hablar con la mirada y decirlo todo…sin hablar”

¿Cómo le explicaría sobre mi enfermedad?.

Busqué las maneras en que podría darle la verdadera explicación. Intenté correrla de mi habitación, pero no sería justo, ella debía saber todo.

—¿Y bien?—su voz casi fue un susurro muy doloroso. Oí que cerró la puerta quedando ella frente a mí.

Me acerqué a mi cómoda, busqué lo que sea para intentar formar mi historia, una que pueda entenderme y no pegué un grito. No sé porque hice eso o porque lo pensé, solo sentí que a ella no podía ocultarte nada, no podía ocultarle mi enfermedad. Puse mis manos en la cabeza, en mi cabello, suavemente jalé mi cabellera y dejé ver una prueba de lo que padecía.

Zarela tenía los ojos desorbitados, se llevó las manos a la boca seguramente iba a dar un chillido de sorpresa. Sus manos temblaron, sus lágrimas salieron y eso me dolió mucho más que esta enfermedad.

—Es el resultado de la Quimioterapia —le respondí a su mirada interrogante—Estuve internada en el hospital, por eso no pude venir en las vacaciones…Lo que ves, es el resultado de mi tratamiento.

—Tienes…cáncer—su voz estaba desequilibrada, lo pude ver en el reflejo del espejo y eso me llegó de golpe—Usabas solo una…peluca.

—No digas nada por favor—sin controlarlo, empecé a llorar, llorar por decir la verdad, por darle una preocupación más a mi hermana.

—Bet…—me abrazó como si fuera la última vez que nos veríamos, como si nuestras vidas dependieran de eso—…¿porqué…me lo ocultaste? ¿Acaso no somos hermanas?. Sé que no soy tan inteligente, y no puedo aportar mucho…

—Shif—la silencie—No digas nada más. Me basta con que guardes el secreto, por favor.

—Sé que papá y mamá deben saberlo, pero te prometo que tragaré esto, lo prometo. Pero, no sigas usando esa cosa, me gusta tu cabello corto, hermana

—Gracias, Darling…

Besé su frente y así empecé a utilizar el cabello pequeño. Tuve que de decir a mis padres que fue un cambio de look y Zare me apoyaba…


Pasaron días, intenté darles toda la felicidad a mi familia, aceptar todo tipo de invitaciones, pero, siempre llevaba conmigo a mi hermana, por los motivos más obvios: No quería que mi padre la castigué por ser suspendida y por necesitar compañía.

Así, la actuación de una persona normal y llena de salud me salió de lo mejor, debo ser actriz, Sin embargo, me estaba preocupando por los resultados que ya debía de llegarme, saber si el tratamiento me había sanado en total.

Albert me llamaba y mandaba mensajes, decía que solo me relajara y que me estaría enviando el documento finalizado. Yo esperé tres semanas, pero…yo tenía ya mis sospechas.

Cada día empecé a sentir más débil, cada día necesitada algo para dormir y Zarela se la pasaba hasta altas horas de la noche a mi lado, Albert me recomendó utilizar ampolletas para calmar las molestias que por cierto le mentí, le dije que hacía ejercicios pesados y que mi cuerpo no se acostumbraba.

No obstante, la verdad siempre llega en el momento menos oportuno.

—¿Crees que estarás bien?—preguntó mi hermana—Oh, Bet, no vallas, no le des el gusto a Johan. Que se vaya al diablo su fiesta, toda la familia estará allí.

—No seas dramática, me siento mejor—mentí mientras pasaba el maquillaje por mi rostro—Vamos ya antes de que papá llamé.

Lo peor que hice fue aceptar esa invitación. En el transcurso, me sentía mareada y con el fuerte dolor en la espalda, parecía que me quisieran arrancar el pulmón izquierdo. Cuando llegamos, ya no podía distinguir bien, Zarela me tomó de la mano, me suplicó que regresáramos, pero yo, tan necia, entré a la casa de mi primo, quien cumplía dieciocho años.

No pude más, cuando fui a saludar a mi primo, el peor dolor del mundo me cayó de golpe. Todo se volvía borroso, solo pude escuchar el chillido de auxilio de mis tíos y luego…no recordé más.




— ¡¿Cómo es posible que te este inyectando drogas?!—el grito de mi padre casi me hace resbalar de la cama. Era de mañana y estaba en mi habitación, mis padre al frente y mi madre a su lado, mis hermanos solo miraban desde la puerta—¡Es increíble que todos de la familia se enteraran que tenias drogas en tu bolso, si no fuera por Frank, nunca nos hubiéramos enterado! ¡¿Qué clase de porquerías te estás suministrando?! ¡¿Por eso querías tanto estar en los EE.UU?!....¡Me decepcionas!—ante mi silencio, mi padre se enfureció que terminó por abofetearme.

Si, lo peor para mi padre era tener hijos drogadictos. Dos bofetadas me llegaron ante mi silencio y mi expresión desganada.

—¡No la golpees!—el chillido de Zare se interpuso—Tú solo quieres golpear y golpear y luego sabes los motivos para que haga eso. Tú no eres buen padre, tú solo quieres tener hijos perfectos para jactarte….Por tu culpa es que soy lo que soy.

—¡¿Qué insolencia fue esa?!—la cólera de mi padre fue extrema ante las palabras de mi hermana que la tomó del brazo y la empujó contra mi closet. Ese fue la gota que rebalsó el vaso de mi paciencia—¡Aprenderás a respetar a tus padres!—la pesada mano de mi padre podía dejar marcas en el suave y pequeño rostro de mi hermana.

Mi cuerpo reaccionó, me interpuse y fui yo quien terminó por hacerlo explotar. Tomé de sus manos, él tenía fuerza, pero yo también lo tenía.

—¡¿No te basta con querer maltratarla?! ¡¿Acaso me quieres dar la prueba de que tú le pegas como si fuera un perro?! ¡Todo te he podido pasar, todo he soportado, pero el que quieras lastimar a mi hermana si es lo peor!—miré de reojo y vi las caritas asustadas de mis menores hermanos—Eduardo, llévate a Dan y a Yemi a casa del tío Rolan.
Tenemos una plática con mi padre así que váyanse—ellos salieron corriendo

—¡¿Desde cuándo das ordenes a mis hijos, Betsa?!

—Desde que tú te muestras así.

—Esto es increíble, esas drogas te están afectando el cerebro—mi madre me tomó de los hombros para calmarme—No te atrevas a desafiar a tu padre.

—¡Fuera de aquí, mujer!—mi padre casi rugió y mi madre solo tomó a Zare para sacarla de la habitación —Llévate a esa muchacha de aquí.

—Dime mejor que me valla de esta casa, Sergio—la voz retadora de mi hermana nos dejó impresionados.

Era la primera vez que Zarela le hablaba por su nombre a mi padre, al serio Sergio Bon. Ante esto, mi padre la tomó de los cabellos y eso se convirtió en un duelo. Me tiré en contra de mi padre, mi madre que gritaba y Zare que solo estaba tirada en el piso.

—¡Esto fue suficiente!—la fuerza de mi padre salió a la luz y por ende, terminó por darme un puñetazo en la espalda…en el lugar donde más me dolía.

—¡Ya basta!—mi hermana empezó a llorar mientras se acercó a mí, yo no podía decir ni una sola palabra, parecía que me hubiera  roto las cuerdas vocales—¡La estas lastimando! ¡Tú siempre crees que somos varones para darnos así de golpes!—la mirada de mi padre me perforó hasta el fondo de mi alma, yo seguí en silencio.

—Si hubiera sabido que te convertiste una drogadicta y que solo quieres destruir esta familia, créeme que jamás hubiera dejado que pises un pie en estas casa—mi padre se dirigió a la salida—Quiero que te vayas de aquí. Vuelve a tu mundo de perdición.

Salió de allí, solo quedamos mi madre, Zare y yo, pero mi hermana botó a nuestra madre de allí. Ahora, estando solas, pude llorar. Sin embargo, sentí que ya no podía moverme, mi cuerpo estaba muerto e inerte. Zarela dio un leve grito.

—Ay…Bet…estas sangrando—era de esperarse, por eso sentía extraña mi boca, la sangre había atorado mis cuerdas bucales y no pude defenderme—Ese maldito…lo odio…lo odio—sus lagrimas salían de la impotencia, sus lagrimas caían en mi mano.

—Quiero descansar…quiero un poco de ese medicamento—con dificultad hablé.

Nunca pensé que mi padre sería capaz de hacerme esto, que sería capaz de golpearme como si fuera un muñeco. Zarela no paraba de llorar mientras me limpiaba la sangre de mi blusa y de mis labios. Sinceramente no pude moverme, no pude ni siquiera razonar…



¿Cuánto tiempo había pasado?. Una hora, días, meses…No lo sé.
Sinceramente, lo único que quería era hacer que mi familia sea una, aportar algo antes de partir, antes de que esos resultados arrojen lo negativo. Pero lo que conseguí fue la desunión, provoqué la guerra entre mi padre y Zare.

Si huebra sabido que esto pasaría, hubiera preferido quedarme con Mily

Intenté tantear la mano de mi hermana, ella estaba durmiendo, otra vez se quedó a dormir en mi habitación. Quería hablar y llorar, el dolor me estaba azotando, necesitaba a alguien, necesitaba a Albert. Cuando puse la mano en la mesa de noche, los dedos no me obedecían en tomar el celular, aunque llegué hacerlo. Marqué el número, seguramente sería horas de la madrugada e interrumpiría sus sueños.

—¿Albert?—dije casi sin fuerzas.

—¿Qué ocurre, Bet?.

—Necesito ayuda…—se me hacía difícil hablar, parecía que el oxigeno se me iba—…no puedo…respirar…

Quise oír su alarmada voz en cuanto suspiré pesadamente, pero todo se volvió enteramente diferente…

Kel|Thuzad:
-inserte aquí musica de funeral- Terrible terrible terrible .. TERRIBLE pobre Betsa .. pareciera imposible creer que su propio padre le  halla golpeado, además, pienso que ella debió contarle su enfermedad .-. por que no le cuenta uuuh DX a lo mejor hubiese terminado de otra manera menos desastrosa que la que fué ._. Continuando sobre Betsa, creo que en las proximas 24 horas abriré un fanclub SOLO PARA ELLA Lol me encanta su actitud.. como mujer, una mujer de acero claro sin perder su delicadeza y buena voluntad para hacer sus cosas. No puede ser..esto que siento.. es ansias de querer más, espero y anhelo contiii DX

DarkHime:
¡Cielos! Que capítulo tan lleno de emoción. Primero quieres llorar cuando la pequeña hermana se entera de la herfermedad de su hermana querida, luego quieres matar a alguien cuando lees sobre ese horrible papá. Digo, si está convencido de que su hija mayor se droga, entonces como buen padre, debe ayudarla, no golpearla como lo hizo.

Un capítulo demasiado emotivo. Entiendo a Betsa, es muy difícil para ella hablar de algo tan delicado.

Me gustó mucho. Espero la continuación.

Saludos xD

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